Cuando escuché a mi hija en esas grabaciones me puse a
llorar. Lloré por mucho tiempo, lloré como pocas veces, lloré del modo
en el que no me lo permitiría hacer en público, lloré porque no podía
abrazar a Selena … Es muy difícil describir la pérdida de alguien a
quien uno quiere, mucho menos si éste es joven y es el hijo … Es muy
difícil comprender que alguien a quien uno quiere tanto, a quien ayer
nomás reía contigo, hablaba contigo, reflexionaba contigo, ahora está
reducido a una cinta, a unas grabaciones que muestran apenas un atisbo
de lo que estaba haciendo, de lo que iba a hacer, de todo lo que iba a
lograr, de lo que era como persona ... Lo que más me apena es que hayan
quedado como últimos registros aquellas canciones que daban cuenta del
potencial de mi hija, de lo que estaba haciendo, en la artista que se
estaba convirtiendo. Las canciones que dejó y que las escucho una y otra
vez son tristes, melancólicas, como si fueran un aviso, un alarma, como
si Selena estuviera diciéndonos algo, como si se despidiera … Sé que no
es así. En todos estos casos la gente piensa lo mismo y cree en esos
mensajes, en esos avisos premonitorios … Y a pesar de que no creo en
eso, entiendo que uno se aferre a esos mecanismos. Es que cuando las
cosas escapan a nuestro entendimiento, cuando alguien tan joven se nos
escapa como agua entre los dedos, sólo podemos seguir viviendo creyendo
en esos pensamientos mágicos … Escuché miles de veces aquel día las
canciones “Dreaming of you” y “I could fall in love”, y sentí pena,
tristeza, bronca, frustración. Lo que más me apenaba era que la gente
sólo se quedaría con la imagen de Selena como cantante hispana, como la
“Reina del Tex Mex”, como la “Reina de la Cumbia”, como el ejemplo de
los artistas latinos que vinieron a conquistar América … Y no es que yo
reniegue de ello … Valoro y me da gusto que la gente la haya puesto en
ese pedestal … Lo que sucede es que Selena era mucho más que ello y lo
estaba comenzando a demostrar … Yo siempre soñé con que lo iba a lograr,
con que iba a conquistar el mundo … Lo supe el día en el que la vi
cantar por primera vez siendo tan pequeña … Uno cree que tiene que pasar
mucho tiempo para ver lo que serán sus hijos, lo que harán y si lo
lograrán lo que se proponen … Uno cree que la personalidad recién toma
forma cuando ya somos grandes, cuando ingresamos a la primera juventud …
Nada más errado … Vi a Selena ese día con un libro de canciones que
resultaba ser mío, y comenzar a sorprenderme con su voz, con su
entusiasmo y con su carisma para darme cuenta de que ella estaba
dispuesta a todo para lograr lo que ella se proponía … Y Selena era una
niña que quería ser feliz y hacer feliz a los demás ... Tal vez ello lo
reparé en toda su dimensión después. En aquel momento sólo pensé en que
mi hija iba a ser irremediablemente una artista internacional de
envergadura y que mi misión era facilitarle ese camino .... No voy a
mentirle a nadie. Para mí esto significaba el regreso al mundo de la
música, que paradógicamente dejé cuando empezaron a venir los hijos … Al
principio, acepté la realidad por mi familia pero no me había resignado
nunca a la idea de seguir siendo músico. Por más eficiente que fuera, no
me gustaba para nada hacer tareas rutinarias en un ambiente de oficina.
Siempre soñaba con que algún día saldría de la petrolera en la que
trabajaba y que volvería con Los Dinos … Nunca me imaginé que lo
lograría de la mano de mi hija …Tal vez en aquella época tampoco
reparaba en algo que comprobaría con todas las letras después … Selena
era más terca que yo y no pararía en lograr todo lo que pasaba por su
mente … como pasó aquel día … Selena quería seguir siendo el centro de
la casa al pensar que sería desplazada por A.B. y su bajo al que yo le
estaba enseñando a tocar y lo logró … ¡¡Vaya si lo logró!! Pero ella
jamás pensó que esa decisión cambiaría radicalmente nuestro modo de mi
vida. Y a pesar de que a Selena mi decisión de armar una banda en
función de ella le parecía una locura, aceptó el reto y siguió para
adelante … Nunca pensó que ese cambio de vida alteraría su visión de las
cosas y lo que quería para ella en el futuro. Sólo se adaptó a los
cambios para hacer factible la concreción de sus sueños…
Sé que he sido duro y persistente. Sé que para muchos soy
un ogro y que he sido despiadado. Pero esa imagen dista mucho de ser la
real. El ser humano es prejuicioso, y muchas veces cree lo que quiere
ver y opina de acuerdo con sus intereses. A veces el ser humano no se
deja llevar por la verdad, por lo que le dictan sus corazones y sus
almas. Nadie me vio llorar como aquel día que volví a escuchar a Selena
cuando ya no la tenía conmigo. Apenas si vieron que se me escapaban unas
lágrimas por debajo de mis anteojos en algún programa de televisión … Y
sé que muchos deben haber pensado que actuaba. Me dolía que no me
creyeran pero no me podía permitir detenerme por ello. Cuando tuve que
despedirme de mi hija asumí que debía sostener el ánimo de todos … Me
sentía responsable. Más de una vez me dije: “¿Por qué los metí en esto?
¿Por qué no me quedé con mi trabajo en la petrolera, y que mis hijos
fueran como todos y llegaran a la universidad, así Selena llegaría a ser
una diseñadora que sólo se haría conocer por sus creaciones?”. Pero yo
no me podía permitir sentirme culpable. Haya actuado bien o mal, yo
quería lo mejor para mi familia y para Selena … La culpable era esa
pérfida que no tardó en difamarnos en cuanto supo que no pudo salir
enteramente con la suya, que era no sólo quitarme a Selena sino salir
del juicio declarada inocente para enrostrarnos su “triunfo” en la cara
… Siempre me costó creer que esa persona nos podía hacer semejante cosa.
Sé que es muy difícil de comprender y sólo espero que el paso del tiempo
haya hecho que la mayoría de la gente me entienda ... Comprendo que la
gente no pueda entender que si yo la denuncié en su momento, no haya
tomado todos los recaudos para evitar un mal mayor. Entiendo que la
gente se pregunte cómo no imaginé que podía lastimarnos luego de que la
acusara y de que diera órdenes de tenerla lejos de nuestra compañía.
Comprendo que la gente se pregunte por qué siguió trabajando para
nosotros a pesar de todos estas alarmas que nos daban cuenta de que las
cosas no iban para nada bien … Yo los comprendo … Pero también espero
que ellos me entiendan a mí … Esa persona fue una empleada de confianza
de muchos años ... Hasta para Selena y para tantos otros era una amiga y
formaba parte del círculo íntimo de la familia y de la banda al que
pocos accedían … Yo la tomé para que fundara un club de fans que a nadie
se la había ocurrido crear porque tenía buenas ideas, y porque hacía lo
que nosotros le pedíamos con total amabilidad y dedicación ... Todos la
vimos hacer su tarea correctamente al punto de dejarla que maneje los
negocios de “Selena Etc.”. Ella cubrió agujeros que nosotros ya no
podíamos cubrir a medida que aumentaba nuestra fama y nuestras
obligaciones ... Cuando empezaron los problemas yo traté de que
estuviera lejos, pero pensé que no era necesario llegar a extremos. Opté
por evitar algún escándalo que dañara la imagen de Selena porque me daba
cuenta de que esa mujer podía decir y hacer cualquier cosa si se la
tenía en la vereda de enfrente … Pero jamás imaginé que llegaría tan
lejos … No se trata de ingenuidad o de exceso de confianza … Simplemente
no se nos pasó por la mente que pudiera urgir un plan tan macabro … No
trato de deslindar responsabilidades … ¡¡Claro que me equivoqué!! Supuse
que lo tenía todo controlado, supuse que ella no se atrevería siquiera a
contestarme, supuse que estando yo en mi lugar de manager y de director
de mi compañía nada podía suceder … Y sucedió lo inimaginable para todos
… Aunque no me crean, hasta que pasó lo que pasó, ni a mí, ni a Selena
ni a toda mi familia se le ocurrió pensar en que alguien de nuestro
entorno podía ser tan mala persona y podría cometer semejante acto atroz
... No estaba en nuestras mentes la maldad, la mentira, la falsedad, la
hipocresía ... Nosotros, bien o mal, siempre fuimos con la frente bien
alta por la vida, nos propusimos lograr el mayor de los objetivos con el
talento de Selena, con la verdad, con honestidad, con sacrificio,
cumpliendo con nuestro deber … Sorteamos obstáculos en nuestras vidas
que eran casi imposibles de superar con trabajo, y con fe en nuestro
Señor y en nosotros mismos … Tuvimos que enfrentar miles de problemas y
a personas difíciles de abordar … Después de vivir épocas tan duras, de
haber superado vallas tan altas y estando en ese momento en pleno éxito
y con el camino de la fama allanado, ¿cómo imaginar que esa persona de
apariencia tan frágil y tan servicial nos haría semejante afrenta? Nunca
imaginamos que lastimaría a Selena. Nunca se nos ocurrió pensar que
podía hacernos semejante daño, que se le ocurriera dañarme de la peor
forma que era sacándome a mi hija antes que matarme a mí … Supo dónde
podía pegarme del peor modo … Pero en aquel momento yo no podía pensar
que era capaz de hacernos eso … Con el tiempo di cuenta de lo que es ser
un psicópata, y que esa clase de personas puede estar más cerca de lo
que se piensa y mostrar más de una cara, o en realidad, una sola, que es
la de una persona buena, amable, simpática, siempre dispuesta, siempre
servicial, y ser lo contrario, totalmente contrario a esa imagen y
mostrarlo en el momento menos pensado, con un acto en el que para uno
sea tarde, muy tarde, reaccionar e impedirlo ... Debí reparar cuando
ella hablaba mal de tal o cual persona, y con su aire de víctima nos
señalaba que alguien le quería hacer un mal … Debimos haber reparado más
en los problemas que se generaban con ella en “Selena Etc.”. Debimos
atender a esas personas que nos señalaban los problemas que generaba con
su presencia y el malestar que había entre los empleados con sus
absurdas indicaciones … Debí reparar más en esos llamados desesperados a
Selena para que fuera a su encuentro haciéndose la víctima … Es curioso
.... Semanas antes de lo ocurrido yo la acusaba a esa mujer por lo que
nos hacía y quería echarla. Tan sólo unos días después la dejaba en
nuestra organización y expuse a mi hija ante un monstruo. No me di
cuenta de que la estaba dejando sola. Nunca pensé que la gente podía ser
tan mala con nosotros. Si ni siquiera recibíamos maltrato entre la
gente, sino todo lo contrario, sólo recibíamos afecto y cariño, ¿cómo
imaginar este final? Siempre me sentí culpable por ello. Más de una vez
desee que esa bala fuera para mí y no para Selena. Más de una vez lloré
por no darme cuenta de todo antes. Más de una vez le imploré a nuestro
Señor para volver el tiempo atrás con el solo fin de darle una nueva
oportunidad de vivir a Selena. Más de una vez le ofrecí mi vida a cambio
de la suya ... Sabía que no correspondía, ni cumpliría mis sueños, pero
le quería explicar al Señor que sólo entendiera mi angustia, que sólo
apreciara mi desesperación … Nunca me perdoné dejarla sola a mi hija con
esa pérfida … Pero sabía que no podía quedarme en mi casa llorando con
mi familia, que no podía darles el gusto a todos los que nos habían
hecho tanto daño … Tuve que sacar la mayor de las fuerzas para seguir
adelante con lo que me quedaba hacer el resto de mi vida … Dedicarme al
recuerdo de Selena, de rescatar su figura y exaltar lo logrado. Yo sabía
que Selena tenía todo por hacer y que su verdadera carrera, la que ella
había logrado después de tantos años de esfuerzo, recién comenzaba,
recién empezaba a dar sus frutos. Yo lo sabía. Todos lo sabíamos. Selena
era un ser lleno de vida y con todo por hacer … Yo lo sabía … Pero no
podía darme el lujo de mostrar esa debilidad ... No era el momento ...
Sabía que aun con todo el dolor de la pérdida de mi hija lo peor no
había pasado … Vendrían las épocas de las investigaciones periodísticas,
del pedido de explicaciones de la gente cuando el llanto apaciguara, de
las polémicas, del juicio a la pérfida y de lo que se develaría tras él.
Se venía una dura tarea y no había tiempo que perder. Lo supe ese 3 de
abril, cuando tuve que despedirme de mi hija … Recuerdo que me acerqué a
mi esposa, la acaricié y le daba palabras de aliento … Yo no estaba en
condiciones de consolar a nadie. Estaba peor que ella. Pero tenía que
hacerlo. Medí mis fuerzas para emprender esa dura tarea, que era hacer
frente a todo, de decir nuestra verdad, de construir la imagen de Selena
como el “mito”, la “leyenda”. No era lo que yo quería hacer. No estaba
en mis planes ... Menos en Selena ... Ella era tan joven … Pero la
realidad me puso en esa situación. El Señor nos pone a pruebas que uno
ni imagina y uno sólo tiene que superarlas. Así había sido nuestro
paciente camino al éxito. Ir en pos del objetivo sorteando todos los
obstáculos, superando cada dificultad con una sonrisa y con tenacidad.
Era cierto que para nosotros nada era imposible, que todo se podía
lograr … Nunca imaginé que a Selena se le negaran todos sus sueños,
todos sus objetivos, todo lo que se le pasaba por la cabeza cada día,
cada noche … Podía derrumbarme luego de ese día nefasto, podía dejarme
morir … Pero no … Tenía que hacer algo más difícil que en su momento
lograr que Selena triunfara. Tenía que abocarme a su recuerdo como
podía, de lo mejor forma que pudiera, con Amor, como ella quería, sin
imposibles, como ella solía decir…
Luego de reponerme del dolor de escuchar a mi hija en una
cinta sin poder verla, sin poder escuchar su pegadiza risa, sin poder
abrazarla, sabiendo y dándome cuenta de que Selena pasaba a formar parte
de “lo que pudo haber sido” si la hubiesen dejado, tomé la decisión de
sacar el disco de todos modos. No era lo que quería realizar pero lo
tenía que hacer ... Un disco póstumo … El disco por el que se luchó
tanto convertido en un disco inconcluso. No era ni lo ideal ni nada que
se le parezca. Sabía que dirían que queríamos lucrar con mi hija. No me
importaba. Importaba mi conciencia y lo que opinaban mis afectos más
cercanos, y ellos sabían que si yo lucrara con mi hija hubiese puesto a
la venta cosas que hasta los fans ignoran que teníamos y que nunca
saldrán a la luz porque forman parte de nuestros recuerdos familiares
más íntimos … Aún hoy fans de todo el planeta me viven pidiendo
explicaciones porque no se sacó a la venta tal cd o tal dvd de tal
concierto … ¿Quién los entiende? Me acusan de lucrar pero quieren que
ponga a la venta todo … Igual los comprendo … Sólo espero que ellos me
entiendan a pesar de que no coincidan del todo conmigo. El paso del
tiempo me ha hecho reflexionar y a no prestarme a los juegos que me
ponen mal. Antes entraba en cuanta pelea me ofrecían. Ahora no. Tal vez
no entre ya porque me estoy poniendo viejo … Tal vez no entro porque en
algún punto creo que la gente sabe que nosotros hemos dicho la verdad
mientras los demás … Ya sabemos lo que han hecho y dicho los demás … Yo
sé que no les dije … Ya prometí que en breve les daré a todos más
detalles de las cosas que pasaron en aquel nefasto día. Me dirán por qué
no las dije antes, por qué callé, por qué mentí … Mentir … ¡¡Eso sí que
no lo hice!! … Hay cosas que es mejor no revelarlas, hay cosas que es
mejor callar si es que uno quiere que ante tanta tragedia se mantenga la
imagen de su hija tal cual era antes de toda esta locura. Nosotros sólo
nos destacábamos por nuestra música. Selena era admirada por su voz y
amada por lo que era como persona … Selena era, por sobre todas las
cosas, una linda persona … De pronto todo cambió y pasamos a estar en la
sección Policiales. Y por más que uno sea la víctima, por más que el
afecto se mantenga y más aun aumente por la tragedia, uno queda expuesto
a las habladurías, a las sospechas, al “qué dirán” … Fue vivir el
temblor de la tierra por el efecto de un terremoto, y ver cómo se
destruyen tu casa, tu familia, tu ciudad … Y en un instante, en ese
instante en el que uno se recompone del cimbronazo, se abren bien los
ojos ante la certeza interna de que en pocos segundos vendrán las
réplicas y todo será peor, mucho peor … Lo sentí apenas di la noticia a
los medios de lo que había sucedido con mi hija … Yo daba el anuncio
entre lágrimas y desconcierto hasta que en el medio de mi relato, y al
ver los cientos de periodistas y de policías que me rodeaban, me di
cuenta de que se indagaría sobre Selena, sobre nuestras vidas, sobre la
familia ... Allí desperté y supe que debía despojarme como pudiera del
dolor y dar mi versión de los hechos. No debía dejar hablar a nadie
primero. Si los dejaba yo no quedaba en la mejor posición. Iba a tener
que explicar aquello que se diría de Selena, de mí, de mi familia. Iba a
tener que responder a las calumnias, iba a tener que contestar a las
injurias … No tenía tiempo que perder. No podía sucumbir en el dolor ni
aun escuchando a mi hija en una cinta, aun cuando me quedaran un par de
canciones que en otro momento quizá me las hubiese guardado para mí y
para mi familia … Pero ése no era el momento. Yo tenía que mostrarle al
mundo lo que Selena estaba haciendo, los planes que teníamos con ella,
en la artista que se estaba convirtiendo sin que nadie nos regalara
nada, llegando a la cima por mérito propio y empezando bien, bien de
abajo … Por eso, y con todo el dolor, empecé a trabajar con la Emi en la
salida del disco “Dreaming of you”. Fue difícil la elección de los temas
y el terminar lo que estaba inconcluso. Costaba entender que tuviéramos
que seguir sin Selena, que tuviéramos que terminar de armar un disco que
distaba de ser lo que en principio habíamos imaginado y planeado … con
ella como única protagonista …. Alguno me había propuesto completar el
disco con temas en inglés grabados por Selena en vivo. A muchos
productores no les parecía buena la propuesta, pues esa idea, que podía
ser excelente al principio, en ese momento no lo era. Seguíamos viviendo
las réplicas del terremoto … Nadie había reparado en lo latino en
Estados Unidos, y quien lo hacía lo subestimaba. Y aun cuando muchos en
el país conocían a Selena, el latino no era considerado tan en serio
como lo es ahora … Y si ese ahora existe, si lo latino es tan reconocido
en este momento, fue gracias, entre otras cosas, a Selena … Las ironías
de la vida hicieron que con la partida de mi hija todos supieran del
poder hispano … Lo que en un principio fue una decisión de la revista
“People” de hacer una edición especial con fotos y recuerdos de Selena,
terminó provocando la salida de “People en Español”, producto del
agotamiento de dos ediciones enteras de la revista y de que todos se
dieran cuenta de que el latino existía en mi país … Hoy hasta se dan los
“Latin Grammys” … En aquella época el hispano sólo existía en un rubro
al mejor disco latino en Los Grammys … y Selena aun con toda esa
dificultad lo ganó igual … A mí me parecía que el disco debía salir
enteramente en inglés pero mi obsesión por la perfección del sonido
hicieron que desistiera mezclar temas en vivo con temas en estudio …
Además, estaba la explosión de lo latino y de Selena … Salían a la calle
miles y miles de jóvenes mujeres y niñas que querían ser como Selena …
Chicas latinas, que sólo hablaban en inglés, que querían seguir el
camino de mi hija Chicas que se sentían identificadas con Selena porque
eran como mi hija … Ésa era la realidad que no imaginábamos vivir,
cuando aún soñábamos con Selena triunfando y cantando en inglés ... Emi
y yo concordamos en que tomaríamos los éxitos últimos de Selena y
haríamos nuevas versiones con ritmos más compatibles con los temas que
había llegado a grabar Selena en inglés. Sabíamos que hasta podíamos
hacer una nueva versión mitad en inglés, mitad en español del tema
“Donde quiera que estés” con los Barrio Boyz, que lo haría
complementario con el tema “God's child (baila conmigo)”, que Selena
había grabado con David Byrne, de los Talking Heads … Y así lo encaramos
y así lo terminamos … Fue duro y fue difícil. Duro escuchar a Selena y
no verla. Inentendible tener que completar un tema y hacer una nueva
versión siendo nosotros los ingenieros, los creadores, jugando con la
voz de Selena como si fuera un juguete extraño, algo lejano, distante …
Como si Selena fuera sólo una voz, una simple cantante a la que nosotros
… sí, nosotros, podíamos sacar la mejor versión … Recuerdo cuando
Keith Thomas, productor
del disco en inglés que Selena estaba haciendo, se me acercó y me
dijo: “Aún no lo comprendo. Dos semanas antes vi a Selena decirnos
‘Hasta luego’ … y ahora ya no está … Era tan simpática, tan talentosa,
tan buena persona … Llenaba de vida este estudio cuando aparecía … Iba a
ser una gran artista” ... Keith me abrazó y yo sólo le palmeaba la
espalda como si el damnificado fuera él y no yo … Pero yo tenía que ser
fuerte … Yo debía ser fuerte … Terminamos el disco y venía una etapa muy
dura para mí … Tener que ir a los grandes medios para explicar lo que
habíamos hecho y por qué … Ya solíamos ir a algunos programas amigos
para dar nuestra versión de los hechos … Era difícil. No podía convocar
a todos ... A veces llevaba a A.B. A veces a Suzette. A veces a Chris
... Tenía que decidir quién me acompañaría tal o cual día en función de
quién estaba menos mal en ese instante. Yo muchas veces ni me podía
levantar, pero yo era la cara visible en ese momento, la persona que
estaba encomendada a llevar adelante el recuerdo de su hija contra
viento y marea … Sólo no obligaba a mi esposa a que me acompañaba. Ella
nunca lo pudo superar como todos nosotros y no toleraba exponer su
dolor. La demostración pública de ese sentimiento ya era demasiado para
ella y por eso la preservé de todo ese daño. Sólo le pedí con el tiempo
que se presentara al programa de Cristina cuando ella nos fue a ver a
Corpus Christi al cumplirse un año de la partida de Selena y en alguna
ocasión especial como en los recuerdos que año tras año nos ha hecho la
revista “People en Español” … Antes que eso no … En lo que a mí
concierne, cada día veía imágenes de Selena, veía videos caseros suyos
en casa, miraba sus conciertos, escuchaba sus discos … Y contrariamente
a lo que se podría pensar, eso me daba fuerzas, fuerzas para seguir,
fuerzas para levantarme y hacer algo por ella. No es que no he llorado,
no es que no me preguntara una y otra vez por qué, por qué y por qué
.... Pero el ver a Selena tan llena de vida y cómo había llegado a ese
lugar privilegiado por su exclusivo mérito, más allá del esfuerzo de
todos y del trabajo en equipo, me hacía incorporar y luchar para que su
imagen no se borrara nunca y para decirle al mundo entero que Selena lo
había logrado, que a pesar de todo mi hija había cumplido sus sueños …
Sabía que Selena recién empezaba a jugar las grandes ligas, pero no
podía rendirme ante lo que decía la asesina en ese momento a través de
su familia y de algunos periodistas, y de las habladurías de tantas
malas personas. E hice todo lo que tenía a mi alcance, aun cuando muchas
de las cosas que tuve que hacer no las hubiese hecho jamás…
A veces cuando miro hacia atrás y veo lo que hice entre
1995 y 1997 me cuesta comprender que lo haya hecho … Pero así fueron las
cosas ... Mientras íbamos a los programas de televisión para difundir
“Dreaming of you” y ante la cercanía de la fecha del juicio a la asesina
surgió la propuesta de hacer la película sobre Selena. Yo no dudé en
aceptar aunque propuse como condición de que se hiciera un casting
público para elegir a la persona que interpretaría a mi hija. Cuando
recuerdo que pasamos de sacar el disco de Selena a asistir al juicio y
sentencia a esa pérfida, y a estar en los castings viendo a miles y
miles de muchachas vestidas como mi hija pienso en la locura en la que
estábamos metidos, pero esa locura es la que me permitió seguir.
Difícilmente alguien hubiese sobrevivido con el dolor sin hacer nada en
casa y menos si quedábamos expuestos e indefensos ante ataques tan
despiadados de tanta gente. Sí, tuve que “hacer de malo”, pelearme miles
de veces con muchas personas, pero lo tenía que hacer … Ya para cuando
estaba por iniciarse el juicio a la asesina, Cristina Saralegui me pidió
por favor que asistiera a su programa. Yo no quería ir pues me molestaba
que hubiera gente que se sintiera con derecho a opinar sobre lo que
había pasado, aunque lo que dijeran fuera a favor de mi hija. En
aquella oportunidad estaba más que molesto con que estuvieran presentes
unas chicas que habían sacado un libro sobre Selena. No me molestaba su
contenido pues sabía que no era ofensivo, pero no toleraba que alguien
sacara un libro sin nuestra autorización. Sé que sonaba duro, pero tenía
más que buenos motivos para actuar así. Yo quería que antes de que
hablaran de mi hija tuvieran la deferencia de preguntarnos por ella a
nosotros en primer lugar … Yo tenía que estar dando la cara por mi hija
a la que le habían quitado todos sus sueños de la peor manera, tenía que
soportar que cualquiera hablara de mi hija como si la conocieran de toda
la vida y sabía que en Houston estaba una periodista que estaba
cubriendo el juicio como cronista en la cadena Univisión mientras
secretamente estaba haciendo tratativas con la asesina para que le diera
una entrevista exclusiva luego del juicio. Pero no lo podía decir pues
no tenía pruebas y yo tenía que mirar con impotencia cómo salía a dar su
informe “objetivo” sobre la marcha de las preliminares del juicio en el
programa de Cristina. Estaba tan molesto que ni siquiera avalé las
palabras que Martín Gómez profiriera en favor de Selena y en contra de
la asesina. Tampoco quise saludar a José Behar ni quise quedarme en
dúplex hasta el final de la emisión del programa de Cristina. Yo sé que
fui muy duro pero debía serlo. En ese momento estaba viviendo aquello
que más temía, que era la exposición a lo peor de la condición humana,
la exposición a la mentira y a la falsedad, la exposición a algo que
nunca imaginé que iba a vivir. Estaba en Houston y veía abogados,
jueces, periodistas, miles y miles de personas gritando, cantando y
llorando, y recordé que apenas unos 6 meses atrás Selena daba un
concierto maravilloso en la misma ciudad y que pocos olvidarían … Era el
comienzo de una nueva era en la carrera de Selena … Yo estaba seguro de
que ese concierto marcaba un antes y un después en la vida artística de
mi hija y que por ello sería recordado cuando Selena se hiciera famosa
en todo el mundo … Pero en las preliminares del juicio a la pérfida supe
que ese concierto sería recordado por ser el último propio y en grande
que hiciera Selena más allá de los festivales y de los conciertos
multitudinarios compartidos con otros artistas … Ahora veía a Houston
tan lejos del Amor de Selena y tan cerca de tanta miseria humana que
quería aprovechar la desdicha de mi hija para tener su “minuto de fama”
… Yo estaba indignado y no podía disimularlo … Pero yo tenía que seguir,
seguir a pesar de todo, seguir por el buen nombre y honor de Selena y de
toda la familia Quintanilla…
Cuando terminó el juicio nos retiramos en silencio. No
teníamos mucho que decir ... Comprendíamos la euforia de los fans que al
menos querían ver que se había hecho justicia con Selena ... Pero para
nosotros nada de lo que se decidiera allí nos devolvería a nuestra hija
… La condena a la asesina era lo menos que podía pasar … Pero yo sabía
que aún lo peor no había pasado. Sabía que la asesina saldría a
descalificar pronto a nuestra familia y sobre todo a mí. Por eso empecé
a colaborar asiduamente en la confección de la película. Era el
productor general y tenía que moverme mucho. Incluso convencí a toda mi
familia para que participara directamente en los castings para designar
a la protagonista. Sigo mirando atrás y sigo convenciéndome de que era
una locura lo que estábamos haciendo. Cuando veo fotos o imágenes en las
que nosotros estábamos junto a chicas que en algunos casos eran
literalmente iguales a mi hija se me eriza la piel. Cuando veo a mi
esposa siendo saludada con alguno de esos clones, cuando veo a Chris
tocando la guitarra mientras participaba del evento, cuando yo mismo
estoy observando a todas esas mujeres para elegir quién sería la
elegida, tengo que recordar bien el contexto en el que nos situábamos
para comprender esas imágenes que por sí solas sólo generan incredulidad
y pavor … Y aun así tuve que ceder en muchas cosas para que la película
fuera posible. Yo tenía a la que para mí debía ser la protagonista, que
era una joven que más que ser igual a mi hija tenía un aurea que
representaba muy bien lo que ella era … Pero el estudio pensó que a la
hora de elegir era mejor optar por alguien que al menos fuera conocida,
por poco que fuera. Y por eso consideraron que la ideal sería Jennifer
López, que tenía la ventaja, además, de ser cantante y actriz. Entendí
la posición, pero les pedí que al menos respetaran la voz de Selena
cuando fueran a interpretar sus canciones … Y una decisión puede ser
determinante para la vida de las personas. Mientras la chica que yo
había elegido tuvo un final totalmente desgraciado, como si su destino
fuera el de vivir en carme propia el mismo final que Selena, Jennifer
López comenzó una carrera de éxito mundial con un recorrido que
seguramente hubiese hecho Selena … Y pensar que por esa época en Estados
Unidos Selena era más conocida que JLo … Pero supe que ella iba a
triunfar en cuanto la vi sonreír frente a nosotros … Fue curioso … Al
verla tan bien predispuesta con nosotros riéndose con esa risa tan
particular, sentí como si mágicamente hubiese recibido de Selena su
sonrisa, como si al interpretarla Selena le hubiese regalado su risa
para que JLo la represente al menos en algo de lo que ella dejó … Y es
como si Jennifer López lo supiera en todo momento y viajara por el mundo
para recorrer ese camino al éxito para cumplir aquel sueño que Selena no
pudo concretar … Supongo que por eso no quería que la película tuviera
mención a lo sucedido, que sólo se dedicara a hablar y mostrar lo que
hizo Selena y del legado que dejó. Pero un día pidió hablar conmigo el
director de la película, Gregory Nava, que a su vez era el guionista, y
me dijo que no podía obviar ese hecho, que yo debía decirle al mundo lo
que sucedió con mi hija, que aunque no dijera todo, debía dejar un
mensaje a los que asistieran a ver la película, la conocieran o no a
Selena … Terminé comprendiendo la situación y lo acepté, pero poniendo
otra condición … Que no se dieran detalles, que con una sucesión de
imágenes mostraran la mayor expresión de dolor … de final, de un final
que marcara que en un minuto, sólo en un minuto una perversa te puede
quitar el trabajo honesto de tantos y tantos años, que sólo en un minuto
alguien aduciendo ser víctima se convierta en el peor de los
victimarios, que sólo en un minuto puedes pasar de la mayor de las
felicidades a creer que ya no tiene más sentido vivir … Tan sólo en un
minuto…
Tal vez sea cierto lo que dijo un periodista mexicano
luego de ver la película “Selena” … Él decía que después de mirarla ya
no se la podía ver a Selena como el mito, como la leyenda … Él pensaba
que en la película se la veía como una chica más, con sus miedos, con
sus sueños, con su alegría, con sus enojos … Él pensaba acaso que luego
de ver la película ya no sería lo mismo ver a Selena, pues ya no era
aquella artista que se la veía desde lo alto, con gran magnificencia,
como se ve a una gran estatua, como se ve a esos enormes,
impresionantes, pero fríos edificios … Tal vez no se haya dado cuenta,
pero aquel periodista, sin decirlo y tal vez sin saberlo, daba cuenta de
que había que empezar a aceptar la partida de Selena, que comenzaba un
largo camino que no terminaría nunca en el que debíamos transitarlo sin
Selena … Una vida sin Selena, un mundo sin Selena ... Eso era lo que tal
vez todos comenzábamos a sentir sin darnos cuenta, al menos
conscientemente. Habían pasado muchas cosas que habían ocupado nuestras
vidas y que nos permitían vivir en la ficción de que Selena aún estaba
entre nosotros … El disco, el juicio, la película … ¿Y después que
quedaba? … Vivir, seguir viviendo pero sin Selena … El vértigo había
pasado. Las aguas se calmaban … El mundo seguía andando, insólitamente
andando sin Selena … Empezamos a entender que había una vida, una vida
sin mi hija. Seguimos como pudimos, aun cuando jamás pudimos aceptar
seguir sin ella. Tanto A.B. como Chris tardaron cuatro años para hacer
un proyecto nuevo. Suzette se alejó de la música, y yo seguí produciendo
para otras bandas y con el recuerdo de mi hija … Hice todo lo que pude,
como bien lo dice Chris en su canción de recuerdo a Selena, tuve que
admitir que la asesina no era sólo una empelada de nosotros sino una
mujer de confianza que sabía, sabía demasiado de nosotros … Fue muy
difícil seguir ese camino, fue costoso poder transitar ese momento de
nuestras vidas. A mi alrededor podía ver cómo ese despertar de nuestro
letargo nos hizo pasar del dolor al enojo, de la tristeza a la
indignación. Vi cómo pasaban épocas en las que nos distanciábamos y
enojábamos entre nosotros ... Varias veces tuve que aceptar que A.B.
estuviera molesto conmigo y me reprochara muchas cosas. Yo lo entendí y
dejé que lo expresara. Tarde o temprano lo entendería y me agradecería
que haya actuado de ese modo. A A.B. le costó horrores aceptar la
partida de su hermana. Creo que aún no lo acepta pero sabe que hay que
convivir con ese dolor, como nos pasa a todos, y si lo entiendo es
porque yo tampoco lo he aceptado. Apenas si lo puedo entender …
Resultará curioso pero recién en aquel homenaje que se le hiciera a
Selena por los 10 años de su partida en Houston sentí con dolor pero con
entereza que mi hija se había ido definitivamente y que jamás volvería …
Lo sentí porque ya podía mirar esas imágenes y sostener la mirada sin
llorar, mirar a Selena y ponerme contento por lo que era como artista y
como persona … Recuerdo mirar seriamente esa pantalla gigante mascando
un chicle y poder soportar ese dolor … Empezaba a notar el paso del
tiempo … “Diez años -pensaba-. Han pasado diez largos años y pasará más
tiempo sin poder siquiera decirle a Selena que la quiero y la extraño
tanto…”. Veía esa pantalla enorme que me devolvían esas imágenes de
Selena cantando “Como la Flor” en el Houston Astrodome mientras en el
escenario un coro enorme de niños la acompañaban con su canto … Era
curioso … Era una pantalla enorme y sin embargo veía a Selena pequeña,
muy pequeña y lejana … Era curioso. Nosotros éramos unos pigmeos en
comparación con Selena y sin embargo yo veía a mi hija como cuando tenía
6 años y me cantaba por primera vez generándome mi primera gran emoción
como cantante … Habían pasado diez años en aquel momento. Allí supe que
una larga etapa había terminado … Una etapa de asimilación y aceptación
de la realidad … de una realidad que la tenía tan presente y a la vez
tan distante … Empecé a entender que era época de desempolvar viejas
grabaciones y hermosas imágenes de Selena … Era hora de empezar a
entender que Selena había entrado en el pasado y que había que trabajar
por este presente, este presente que la tenga siempre aunque mi hija
cada día se aleje más y más, y las nuevas generaciones sólo sepan su
nombre y recuerden alguna que otra canción mientras escuchan a otros
artistas y viven con ellos lo que no pudieron vivir con Selena … y viven
y sienten aquello que Selena toda su vida soñó con poder compartir y
disfrutar con los que la han querido tanto…
Yo sólo espero que me entiendan. Ya no pido que coincidan
en todo conmigo. Sólo les pido por Selena que la sigan queriendo a pesar
de mí. Cuando leía el libro de Chris entendí que aún me reproche algunos
comportamientos míos y que no entienda algunas cosas que le he hecho a
él y a Selena, sobre todo en su etapa de noviazgo … Pero él sabe que yo
nunca quise hacerles daño … Sólo quería el bien de todos, aunque a veces
en el nombre de ello me haya equivocado tanto … Porque a pesar de mis
rabietas y de mi temperamento siempre acepté las críticas, la opinión y
la decisión de todos … No soy tan malo como parece … Yo quiero que mi
familia esté bien y los defenderé siempre a pesar de todo … Yo sé que
hoy me reprochan que haya permitido el cierre de “Selena Etc.” … También
en vez de ello podrían haberme ponderado que la haya sostenido por tanto
tiempo cuando podría haberme deshecho de ella apenas se fue Selena. Fue
muy triste sostener un lugar en el que se representara como nadie los
sueños de Selena, los sueños truncos de Selena … Y aún así lo sostuve, y
si al final lo vendí fue por defender a mi familia, para no tener que
soportar las consecuencias del obrar de otra persona que se ha
aprovechado de nuestro dolor … No iba a cometer el mismo error como
aquel nefasto día … Prefería desprenderme de algo material que sólo
tendría un gran valor si estuviera mi hija que alguien de mi entorno
estuviera solo y pagara las consecuencias de ello … No … No lo iba a
permitir … No iba a tolerar una desgracia más en mi familia, máxime
teniendo la oportunidad de impedirlo…
No me falta mucho para irme de este mundo. Por eso estoy
preparando todo para dejar mi mensaje final. Sé que habrá mucha gente de
mi familia que seguirá contribuyendo al Legado de Selena, pero lo que
más espero es en aquella gente que tanto quiere a Selena, en aquella
gente que la tiene en su corazón aunque no la hayan visto nunca, como
ocurre en los últimos tiempos … Yo espero y deseo que a la hora de
recordar a Selena piensen que ella dejó todo hasta el último día, y que
lo dejó evidenciado en aquellas grabaciones que me tocó escuchar como su
último mensaje. Yo sólo espero que sepan que Selena sólo quería ser
feliz y hacer feliz a los demás. No piensen en mí, ni en nadie de mi
familia a la hora de recordar a Selena … Sólo piensen en mi hija, que
fue la única protagonista de su historia … Y recuérdenla con Amor, como
ella quería, con el Amor que sólo ella podía dar…
(Si uno quiere de verdad, sabe escuchar, si uno quiere de
verdad da sin esperar, ni mide las consecuencias de sus actos de Amor.
Si uno quiere de verdad sabe entender aunque no perdone ni justifique
muchos actos … Este mundo exige hoy que sepamos escuchar y mirarnos a la
cara … y comprender, sólo comprender … No son tiempos de enojos ni de
reprocharse por lo hecho en el pasado … Son tiempos de mirar atrás y ver
lo que hemos hecho y qué hacer para mejorarlo … Es hora de querer y
expresar sin ninguna vergüenza nuestros sentimientos, esos sentimientos
que son parte de nuestra identidad. Es hora de no escondernos ni de
pedir disculpas por lo que es si, si eso es genuino. Es hora de que los
que amamos a Selena demos todo sin esperar nada a cambio, de mirarnos a
la cara y sonreírnos, como lo haría ella, como lo hizo siempre sin
ninguna condición. Es hora de que seamos como Selena como la mejor
demostración de nuestro cariño, de nuestro afecto y de nuestro
recuerdo…)
Selena: tú diste sólo Amor, ese Amor que ahora recibes
como fruto de lo que has sabido sembrar…
No hay verdades absolutas ... Muchas veces somos propensos a las grandes
frases, a las grandes revelaciones que nos permitan darnos un camino,
una solución a nuestras vidas, una alternativa para ser feliz ... Pero
de nada sirven las grandes revelaciones, las grandes soluciones si no se
tiene en cuenta el contexto y, sobre todo, a la persona. Muchas veces he
escuchado y leído que en la vida hay que superar los malos momentos,
dejarlos atrás, olvidarlos ... Que siempre hay que trazarse un nuevo
camino, una nueva alternativa, que hay que seguir adelante, que no hay
que preguntarse por qué nos pasó esto o aquello, que no se puede vivir
del pasado ... Y nadie puede negarse a esas verdades … y a esas
realidades ... También es entendible que se nos diga que no se puede
seguir toda la vida preguntándose por qué pasó tal cosa, qué hubiese
pasado si tal acontecimiento no hubiese sucedido, qué sería de nuestras
vidas si el desarrollo de los acontecimientos hubiese sido otro … Y aquí
me detengo, pues es necesaria una distinción. Mientras nuestras vidas
tengan la posibilidad de un cambio, mientras nuestras vidas puedan ser
reparadas es imprescindible tener ese pensamiento. Creo que nadie está
exento de haber padecido muchos desencantos en la vida y no hay peor
cosa que quedarse en la frustración y en el desánimo de no haber sido lo
que uno hubiese querido y quedarse esperando un milagro para ver si esa
suerte cambiaba … No … Allí, todas esas frases, todas esas revelaciones
deben aparecer para hacer algo al respecto ... El cambio está en uno, si
es que uno quien quiere cambiar. Uno puede quedarse en la frustración o
salir de ella. Uno puede vivir renegando del mundo y de la humanidad por
no haber logrado el camino de la felicidad. O a la inversa, uno puede
buscar el camino para revertir esa frustración. En general, el ser
humano es cómodo y conformista, aun en la mala. Somos más partidarios de
la idea de que es mejor lo malo conocido que lo bueno por conocer. Y nos
es más cómodo llorar porque no hemos logrado lo soñado, manifestar al
mundo y a todo lo que nos rodea nuestra bronca y hasta nuestro odio por
no ser felices que buscar intentar serlo siendo como quisiéramos ser …
Si Selena hubiese sido como muchos de nosotros, seguramente estaría hoy
en este mundo siendo una más destilando su tristeza por no ser lo que
hubiese querido y llorando por su presente. Selena tuvo una vida llena
de dificultades y frustraciones pero jamás se quedó en ella, ni le echó
la culpa al mundo y a la humanidad por lo que le tocó vivir ... Al
contrario ... Desde la niñez Selena intentó siempre superarse y lograr
sus objetivos … Selena a los 6 años estaba muy cómoda siendo una niña
que sólo jugaba e iba al colegio. La vida la puso en un reto, en una
situación que no le agradaba para nada: cumplir el sueño de su padre de
triunfar en el mundo de la música ... Siendo una niña, sólo deseaba
divertirse y soñaba con ser diseñadora cuando fuera grande. Obviamente,
no pensaba en otra cosa para ese entonces. La nueva situación la enfadó
tanto a ella como a sus hermanos, pero eso para nada la amilanó. Se
repuso a eso pensando en que tal vez si ella pudiera superarse, si
pudiera dar lo mejor de sí y de ese modo lograr la gran meta de su padre
de convertirse en una gran cantante internacional, podría lograr ser
feliz haciendo lo que más quería … Ser una mujer, una simple mujer feliz
con su Amor y con su vocación concretada de ser diseñadora. En eso
estaba a los 23, casi 24 años, cuando era ya una estrella y querida por
todo el mundo. En eso estaba con su esposo Chris en el diseño de su
nuevo hogar para en el futuro tener hijos. En eso estaba con su disco en
inglés para lograr el despegue internacional como cantante ... En eso
estaba cuando una psicópata le quitó todo y le dio al mundo el peor
ejemplo: que a veces con ser talentoso, bueno, honesto y responsable no
se llega en la vida sino a veces todo lo contrario. Creo que todos los
días deberíamos preguntarnos si es ése el ejemplo que queremos para
nosotros, para nuestros hijos y para toda la humanidad…
Por eso todas esas revelaciones dejan de tener esa
efectividad cuando no hablamos de nuestras vidas sino de muchos que ya
no están y que no tienen esa oportunidad de revertir una situación y que
no la tuvieron porque alguien con total impunidad le quitó dicha
posibilidad. No tiene fundamento que digamos que no tiene sentido
preguntarnos “qué hubiese pasado si”, cuando es inevitable, al hablar de
Selena y de su triste destino, hacernos dicha pregunta. No tiene sentido
censurarnos y autoimponernos no hacer ese interrogante sabiendo que la
partida de Selena tiene tantas preguntas sin respuesta, tantos problemas
sin solución ... Cuando hablamos de Selena, cuando vemos a Selena,
cuando apreciamos el enorme talento que tenía, nos es inevitable
decirnos cómo pudo haber pasado, qué sería de Selena hoy, dónde estaría
en la consideración mundial, hasta dónde hubiese llegado, cómo serían
hoy sus diseños, en qué eventos hubiese estado, cuántos hoy seguirían su
ejemplo de vida, de persistencia, de perseverancia, de superación, de
dar siempre más, de no darse nunca por vencida, de aprovechar la vida
hasta lo máximo para dar lo mejor de sí para sí y para los demás … Por
eso me es muy difícil, en el caso de Selena, aceptar esas frases que me
dicen que no tiene sentido seguir preguntándose “qué hubiese pasado si”,
qué hubiese sucedido si Selena estuviera entre nosotros … No tiene
sentido porque nos es inevitable lamentarnos que una mujer que había
hecho todo para mejorar, para superarse, para ser feliz, se vaya de este
mundo sin siquiera tener la posibilidad de enmendar un equívoco, de
poder corregir el camino trazado. Tal vez nos es imposible aceptar el
estatus quo simplemente porque en nuestro fuero más íntimo sabemos que
otro mundo tendríamos si Selena estuviera entre nosotros. Lo que esa
asesina hizo no fue sólo privar a Selena de su vida, de sus sueños, de
sus más nobles anhelos. Lo que también hizo esa asesina fue privarle a
la humanidad de que fuera feliz, de ver que un camino era posible, de
convencerse de que todo se puede lograr si uno se lo propone. Viendo la
realidad actual de este mundo, parece que todos nos quedamos y nos
conformamos con lo que vemos hoy. A veces me asusta que cada vez más la
gente vea en el hacer mal al otro el camino más fácil para canalizar sus
frustraciones y sus iras. Me preocupa que haya cada vez más psicópatas
al estilo de esa pérfida que le quitó todos los sueños a Selena entre
nosotros copando todos los ámbitos de nuestras vidas y haciendo de su
estilo lleno de odio y de frustración un modelo, un camino a seguir. La
mayoría de esa gente ocupa lugares importantes en sus ámbitos de
trabajo: son líderes, jefes, gerentes, autoridades y hasta presidentes
de algunas naciones ... Y los demás, los demás, los honestos, los que
van por la vida tratando de lograr sus objetivos con Amor, sin hacer
daño a nadie, cumpliendo las reglas, sin odio, confiando en sus propias
fuerzas y habilidades, están cada vez más relegados y casi resignados a
aceptar las cosas como son … Hasta hoy y seguramente para siempre
veremos las consecuencias de lo que esa pérfida hizo con Selena … Un
mundo con los peores valores, un mundo con odio, un mundo en el que hay
que ganar a como sea, un mundo en el que cada acontecimiento se vive
como una guerra a ganar, un mundo que genera violencia justificándose en
que son víctimas de las circunstancias … Un mundo tan alejado de Selena
… Un mundo tan alejado de su Amor…
Miro a mi alrededor y veo espantado lo que sucede ...
Gente que se cree dueña de la verdad, gente que divide a la humanidad en
buenos y malos, gente que cree que en la vida sólo hay blancos y negros,
que no hay matices, que no hay colores, gente que cree que sólo hay que
diferenciarse y no unirse, gente que vive difamando a otros con las
peores mentiras y calumnias. Y lo que es peor: gente que acepta esas
mentiras por miedo, impotencia y resignación. ¡¡Cuántas cosas terribles
ha dejado la ausencia de Selena!! Odio, resentimiento, sed de
violencia, sed de venganza, la guerra permanente y cotidiana, creación
de enemigos inventados para justificar su existencia, amar relaciones de
conveniencia para lograr los objetivos. ¡¡Hasta hay gente que comienza
relaciones amorosas sólo para lograr sus objetivos de destrucción a tal
o cual persona, a tal o cual grupo con ideas diferentes!! ¿Esto sería
posible con Selena en este mundo? ¿Podría Selena tolerar esta situación?
Con Selena presente, ¿hubiésemos llegado a esto? No … Seguro que no …
Parece que ya ni nos molesta las cosas que se dicen, las cosas que se
hacen … Los victimarios se declaran víctimas para justificar lo
injustificable. Las víctimas tienen que dar explicaciones y hasta son
señalados con la peor de las acusaciones sin prueba alguna. Los que
antes se odiaban, ahora se quieren por conveniencia … ¿En qué mundo
estamos? ¿Qué hemos hecho de él? Decimos querer a Selena pero se permite
impunemente que la asesina una y otra vez siga disparándole con saña con
la peor de las acusaciones … Acusaciones a una mujer que no se puede
defender … Una mujer que no puede decir su verdad, la verdad … Una mujer
tan querida por todos, una mujer tan buena, tan carismática, tan llena
de vida … ¿Deberíamos permitir esto? ¿Deberíamos seguir dejando que
pasen estas cosas? ¿Dejaremos con resignación que esa pérfida salga a la
calle con libertad condicional en el año 2025, dentro de sólo 13 años?
¿Cuánto vale la vida de Selena? ¿Qué méritos hizo la asesina para que
tenga la posibilidad de irse de la cárcel en poco tiempo si jamás,
jamás, se arrepintió de nada? Yo no soy partidario de la pena de muerte
por una obviedad: si condeno el accionar de esa pérfida, yo no tengo
derecho ni justificación alguna a hacer lo mismo que hizo ella ni
permitir que otros lo hagan … Pero sí tengo derecho a pedir algo. Dado
lo hecho por la asesina no sólo el 31 de marzo de 1995 sino en todo el
tiempo subsiguiente, lo mínimo que puedo pedir es que se cumpla la
condena: prisión perpetua, que nunca más salga de la cárcel una persona
así. Algún ejemplo tenemos que dar a la humanidad con este tipo de
personas. Si no lo hacemos, estaremos condenados para siempre a merced
de los psicópatas … Dará lo mismo ser un simple “ladrón de gallinas” que
un múltiple asesino o un varón que queme a su esposa en la peor
salvajada de violencia de género … Y no faltará alguien que diga que
ambos pueden salir de la cárcel a los dos meses de ser condenados para
“hacer tareas comunitarias” con el fin de reinsertarse a la sociedad …
Si es así, los ideales de esa pérfida habrán triunfado y Selena estará
lejos, bien lejos de todos nosotros…
Es muy difícil en el caso de Selena ponernos a decir que
aceptemos la realidad, que no nos preguntemos más “qué hubiese pasado
si”, viendo lo que sucede y sintiendo aún la ausencia de Selena. Y la
pregunta “qué hubiese pasado si” no es sólo por la Selena artista sino
por la Selena persona. Tal vez lo bueno en estos últimos tiempos es
notar que muchos empiezan a rescatar no sólo al mito, a la leyenda, sino
a la mujer que soñaba, que sentía, que planificaba, que quería, que se
alegraba, que se enojaba, que era persistente, que deseaba lo mejor para
sí y para los demás …Y mientras tanto en muchos persiste el pasado:
algunos siguen actuando como si aún estuviéramos en 1995 o 1997, como si
nada hubiese sucedido, como si el paso del tiempo y ciertas evidencias
no dejaran en claro quién ha dicho la verdad, quién ha mentido, quién
realmente ha lucrado con la desgracia de Selena a base de mentiras y de
calumnias a su persona, quién ha ocultado cosas, quién se ha olvidado de
Selena para dejar las cosas como están sin alterar el orden establecido.
Hace poquito uno se ha quedado perplejo, una vez más, con otro programa
televisivo en el que se le hacía un nuevo reportaje a la asesina y al
tristemente célebre doctor que antes decía no tener nada que ver con
Selena y que extrañamente ahora dice que sí, en coincidencia con lo que
dice la asesina, con quien antes decía “estar enfrentado”. Yo me
pregunto si nos están tomando el pelo ellos y si la gente que aún le
sigue dando espacios a esta gente tiene alguna credibilidad entre los
televidentes… ¿Cuál es el motivo para hacer estas “nuevas revelaciones”?
¿El “rating”, el “morbo”? ¿Nos estamos dando cuenta de que con esto
contribuimos a legitimar lo que se hizo y lo que se le sigue haciendo a
Selena? ¿Por qué no se les da el mismo espacio a tanta otra gente que
tiene algo que decir sobre lo que le ha sucedido realmente a Selena, y
que quiere ofrecerle el mejor recuerdo y tributo? ¿Por qué no hacer un
programa en el que expresemos nuestras certezas y nuestras dudas sobre
lo que sucedió hace 17 años? ¿Por qué seguimos aferrándonos al pasado, a
ese esquema dual que tenía sentido en aquellos años pero que ahora suena
anacrónico e irreal? Veía los comentarios de la gente sobre lo que
sintieron sobre ese programa y al menos me daba esperanza de que ya la
mayoría no sólo repudia las declaraciones de esos impresentables sino a
la gente que le sigue dando esos espacios. Ya la gente no utiliza el
epíteto “Dejen a Selena descansar en paz” para justificar a la asesina y
para atacar al padre de Selena. Ahora la gente utiliza ese latiguillo
para que se deje de mentir sobre el buen nombre y honor de Selena, y
para atacar a los medios de comunicación que justifican todo a cambio de
rating y de dinero … ¿No es hora de empezar a escucharse más? ¿No es
hora de dejar de recordar a Selena en base a cánones preestablecidos? Ya
ha quedado más que claro que la asesina, además del deleznable acto
cometido, sólo tiene para decir más y más mentiras, más y más calumnias
para justificar su existencia en los medios y para seguir disparándole a
Selena. Y la Familia Quintanilla sólo debería cumplir con lo que
prometió no hace mucho: dar la versión completa sobre lo sucedido aquel
nefasto 31 de marzo, porque como dijo el padre de Selena, la gente aún
se pregunta por qué sucedió aquello y es bueno darles una respuesta, una
explicación … Yo sólo les pido que no se encierren en lo suyo, que sepan
escuchar a los que con buenas intenciones aportan datos, hacen lindos
recuerdos o se preguntan cosas en forma noble por el dolor que les
genera la partida de Selena ... Porque no es lo mismo esta gente que los
otros que sólo difaman y dicen cosas horribles de Selena … Porque con
sólo mirar el nuevo especial emitido por Univisión ha quedado más que
claro que Cristina Castrellón tenía razón en su versión sobre las
intenciones de la asesina, del doctor impresentable y de su ex asistente
… Todos luchaban y se peleaban por tener mayor influencia sobre Selena,
todos querían tener ese lugar de privilegio para así “monitorear” a
Selena, sacarla de la influencia de su familia y atarla a sus esquemas
de ambición. Y es más que interesante esa teoría de Castrellón no tanto
porque sea una verdad revelada sino porque nos obliga a pensar, a ver
más allá de lo que nos han dicho y nos han hecho creer en todo este
tiempo ... A la hora de recordar a Selena, nadie es más que Selena …
Ella es la única protagonista de su historia … Si queremos saber lo que
le sucedió a Selena, si aún nos duele su ausencia, deberíamos sabernos
escuchar más y separar la paja del trigo. Podemos estar más o menos de
acuerdo con lo dicho o con lo escrito por alguien, podemos discutir y
hasta pelearnos, pero debemos distinguir a las personas que quieren y
respetan a Selena de verdad de las que no … Yo puedo rescatar muchas
cosas de los que dicen muchos libros, pero a la hora de elegir, y aun
con muchas discrepancias, no dudo en preferir el libro de Castrellón que
el de Arrarás. Castrellón al menos respetó la memoria y el buen nombre y
honor de Selena … Y eso no es un dato menor si se tiene en cuenta las
cosas que algunos “prestigiosos” han dicho, escrito o especulado sobre
Selena ... Y el libro de Chris Pérez es hoy en día el mejor homenaje que
se le podía hacer a Selena … Recordarla a Selena por lo que era no sólo
como artista sino como persona sin atarse a teorías preconcebidas, sin
sentirse que debía quedar bien con tal o cual persona … A la hora de
recordar a Selena hay que destacar a esas personas que intentaron
recordarla con Amor, como ella misma quería, y no denostarlas por lo que
se discrepa con ellas del mismo modo que se lo hacen con las personas
que han manchado el buen nombre y honor de tamaña artista … Es hora de
saber distinguir las buenas de las malas intenciones … Hay que saber
poner las cosas en su lugar … Si realmente queremos a Selena, debemos
destacar y felicitar a aquellos que aún contribuyen a su real legado,
con la intención no sólo de referenciar lo que logró sino de lamentarse
por lo que no pudo obtener … Sería una forma de responder a aquellas
personas que nos dicen que mejor no nos preguntemos más por lo que pudo
haber sido Selena y aceptemos la realidad con “resignación”… También
sería bueno que la Familia Quintanilla comience a distinguir estas
cosas. Antes era entendible que quisieran ellos mismos hablar en su
nombre y no autorizar que otros lo hicieran sin su consentimiento. En su
momento el padre de Selena decía que él esperaba, cuando alguien
escribía algo sobre la vida de Selena, que al menos tuvieran la
deferencia de hablar primero con ellos para que su palabra quedara
reflejada. Yo entiendo que eso lo hicieran en su momento, cuando ellos
tenían que defenderse de los que los atacaban y de los aprovechadores de
turno que lucraban con las dudas del caso ... Creo que hoy tienen que
tomar consciencia de que ha pasado el tiempo y de que ya muchos de los
que han cuestionado a Selena y a ellos mismos han caído en el mayor de
los descréditos. Toda la Familia debe tomar conciencia de que algún día
ellos se irán de este mundo y que deberían asegurarse de que el recuerdo
de Selena quede en buenas manos, de aquellos corazones de los que la
quieren de verdad y de los que contribuyen cada día a su recuerdo…
Es muy difícil olvidar, es muy difícil dar vuelta la
página, es muy difícil no seguir preguntándose lo “que hubiese pasado
si” o si tal vez en aquel nefasto 31 de marzo no hubiese sucedido lo que
ocurrió o que no hubiese sucedido aunque sea algo de lo que pasó, y que
con eso se hubiese alterado el orden de las cosas … Es muy difícil pues
se trataba de Selena, una mujer encantadora que cambió la vida de tanta
gente, incluso en su ausencia, como fue en mi caso … Hace poquito
protagonicé un hecho muy lindo, de esos que sigue generando Selena … En
mi trabajo en Buenos Aires, Argentina, me presentaron a una compañera de
labores, que resultó ser de Centroamérica. Estábamos hablando de
diversos temas hasta que ella me dijo que había algo que nos unía a
pesar de nuestras diferentes culturas y vivencias. Yo la miré
contrariado hasta que ella me señaló algo de mi escritorio. Miré y se
trataba de una de mis fotos de Selena que tengo pegadas allí. Yo me
quedé gratamente asombrado. Y ella, a pesar de su juventud, me decía que
siempre había escuchado a Selena, que recién se dio cuenta de quién era
esa encantadora mujer que la conocía a través de los discos y de
escucharla por la radio cuando se enteró de su suerte, y me afirmaba que
para ella como para todos Selena es su ideal, su parámetro, su cantante
preferida. Yo le expliqué cómo había accedido a ella, cómo siendo de
gustos musicales tan diferentes había quedado fascinado en cuanto la
descubrí y cómo me había cambiado la vida … Me sentí muy feliz de
compartir tan bello momento, fundamentalmente porque en mi país es como
estar solo recordando a Selena, ya que aquí, sobre todo mediáticamente,
no se la ha conocido como se debía, pero como ocurre con todo lo
relacionado con Selena, su repercusión en la gente es mucho mayor de lo
que todos suponen, y sigue generando ese Amor, esa pasión, ese encanto,
ese sentimiento de orgullo de tener el corazón abierto a esa hermosa
cantante y persona que no ocurre sin duda con ninguna otra artista y
menos aun si esa artista está ausente … Es sentir eso y recordar la
sorpresa que tenían aquellos cronistas de México y de Estados Unidos que
fueron raudamente a cubrir el lamentable episodio del 31 de marzo y
luego el funeral ... Todos, a pesar de que la mayoría conocía a Selena,
la había entrevistado, y sabía de la popularidad y del cariño que le
tenía la gente, no salían de su asombro al observar la cantidad enorme
de gente que en Texas se movilizaba para despedirse de ese ser tan
hermoso … Muchos de ellos no salían de su asombro y de su emoción.
Muchos habían quedado shockeados y hasta se mimetizaron con el dolor de
tantos jóvenes, adultos, niños y ancianos. Muchos de México no se
imaginaban que Selena fuera tan popular en los Estados Unidos. Los de
Estados Unidos no se imaginaban que Selena tenía tantos fans en todos
los Estados y en otros países. A nadie de ellos se le ocurrió pensar que
Selena no surgió el día en el que empezó a brillar en los medios y en el
que comenzó a tener fans a través de su fama en el mundo ... A nadie se
le ocurrió pensar que Selena venía luchando desde hacía 14 años yendo a
dar conciertos de pueblo en pueblo a través de un bus, y que fue
ganándose fans y adeptos con tantos años de trabajo, Amor y dedicación.
Para muchos de los que la conocían desde muy pequeña Selena era su
hermanita, su pariente que cantaba de pueblo en pueblo en busca de mejor
suerte hasta que logró la fama y que los grandes medios la conocieran
luego de tantos años, luego de tanto tiempo en el que tantas personas la
comenzaron a apreciar y a querer … Éste fue el dato que muchos cronistas
no tenían y por ello no salían de su asombro. Selena era más conocida de
lo que ellos suponían. Selena había conquistado lugares en los que los
medios en los que ellos trabajaban aún no habían llegado ni sabían que
existían. Todo eso fue el fruto del talento, del Amor y de la dedicación
de Selena. Selena estaba cosechando todo lo que sembró por años … Y eso
no terminó con su partida de este mundo ... El Amor de Selena siguió
sembrando en lugares en los que ni Selena imaginó que iba a conquistar y
que aún hoy se siguen viendo sus resultados asombrosos … Hoy se sigue
hablando de Selena como en sus mejores tiempos y en lugares muy lejanos
... Hoy se sigue hablando de Selena como si nunca se hubiese ido ... Hoy
se sigue llorando a Selena porque no se puede entender que ese ser tan
encantador se nos haya ido como agua entre las manos…
Tal vez por eso mismo, porque no es bueno que nos
olvidemos de Selena, porque no es bueno dejarla sola nunca por todo lo
que vivió y padeció, porque sí es bueno recordar todo lo que nos dejó
grabado en nuestras Almas y en nuestros corazones, tal vez por eso
debamos seguir haciéndonos esas preguntas, debamos seguir preguntándonos
qué hubiese sucedido si todo hubiese sido distinto, qué sería de Selena
hoy, que sería de este mundo con Selena entre nosotros. Porque en la
medida en que nos permitamos soñar, nos permitamos decir y pensar que
todo podría ser distinto, imaginarnos hasta dónde podría haber llegado
Selena con su propia voluntad, Amor y talento, podremos revertir la
historia y hacer de éste un mundo mejor. Como siempre he dicho, no hay
peor cosa que la resignación. A Selena no le gustaban las injusticias,
las mentiras, los engaños, la prepotencia, la desilusión. Tal vez haya
sido víctima de todo ello, pero seguro que si Selena estuviera entre
nosotros algo habría hecho al respecto y su accionar se hubiese tomado
como un camino a seguir. En su libro Chris recordaba que en una
oportunidad se presentó una mujer ante Selena con tan mala manera que le
tiró un papel sobre la mesa en la que ella estaba almorzando con su
familia y a la exigencia de “fírmala” la conminaba a que se lo
autografiara en ese mismo momento. Selena, sin perder la calma, le dijo
cortésmente que esperara a que terminara de comer para acceder a su
pedido. También recuerda Chris en su libro que por ello tuvo una
discusión con su padre, que le pedía que aun en esos casos debía
complacer de inmediato a la admiradora … Creo que en estos momentos hay
que seguir aquel ejemplo de Selena. Sin perder la cortesía, sin perder
el cariño ni la admiración por Selena, hay que ponerse firmes e
imponerse frente a todos aquellos que con la misma malicia y
oscurantismos que la asesina pretenden imponer el odio, el temor, la
connivencia y la complacencia como únicas maneras de seguir viviendo.
Hay que volver a esas viejos y utópicos tiempos en los que se podía
enfrentar un arma con una flor e imponerse con el corazón, pero sin caer
en la ingenuidad … Del mismo modo que hizo Selena con esa maleducada
persona … No tendremos a Selena, pero tenemos su Amor y su corazón, y
también su voluntad y tenacidad. Si nuestro recuerdo y homenaje a Selena
no sólo lo dejamos en las palabras sino que lo pasamos a los hechos,
entonces un mundo será posible, un mundo que Selena soñó, una vida que
Selena anheló. Si lo logramos tal vez podamos dejar de hacernos esas
preguntas y Selena podrá sonreír donde quiera que esté. Porque esa vida
y ese mundo que tanto soñó Selena serán realidad y allí estará Selena
tan viva como siempre, tan cerca de nosotros, viva, siempre viva en
nuestras Almas y en nuestros corazones…
Creo que la mejor forma de recordar a Selena es seguir su
ejemplo, luchar por sus ideales hasta las últimas consecuencias y
siempre esbozar una sonrisa ante tanta mala onda reinante. Pero no una
sonrisa ingenua, tonta y vacía de contenido … Una sonrisa de alegría,
una sonrisa que reflejen las ganas de vivir, una sonrisa contagiosa que
enfrente al odio, al resentimiento, a la resignación … Una sonrisa, una
carcajada eléctrica, nerviosa, una risa que se oiga y que contagie … Una
sonrisa que cambie este mundo. Una sonrisa, una risa, una carcajada de
las que profería constantemente Selena … Si llegamos a lograr eso, sé
que Selena volverá, porque el mundo habrá cambiado, un mundo será
realidad con el Alma, con el Amor, con el espíritu y con la voluntad que
sólo ella podía dar y que ahora lo podrá seguir todo el mundo … Si
logramos tan noble objetivo, no habrá más preguntas y Selena jamás se
sentirá sola … Jamás…
Y hasta el día que me muera, haya o no más preguntas, tú
vas a ser mi Amor, Selena…
Sebastián no podía dejar de mirar a Verónica. Le gustaba,
le gustaba mucho, pero no se atrevía a decírselo y eso lo torturaba.
Para colmo de males recién pudo darse cuenta de lo que sentía por ella
luego de ver una serie de médicos en la que una enfermera le decía a un
compañero de trabajo luego de varios años de convivencia laboral que lo
quería mucho, que siempre pensaba en él, que lo que sentía por él era
Amor, Amor verdadero, Amor puro, Amor sincero. Sebastián no estaba
mirando la serie pero se detuvo en ella porque le llamó la atención la
catarata de emociones que dispersaba la mujer por ese hombre. Y más se
conmovió cuando la mujer, en el mayor de los éxtasis por tamaña
expresión de Amor, se detuvo, relajó su cuerpo como si sintiera que se
había sacado un gran peso de encima y le dijo al médico que después de
decir semejante cosa se sentía bien, feliz, contenta por haber expresado
sus sentimientos, lo que verdaderamente sentía. Pero esa escena no podía
tener un final feliz … La mujer se quedó mirando a ese hombre que estaba
allí mudo, asombrado, sin habla, sin movimiento. Cuando la enfermera iba
a preguntarle si se sentía bien vio con asombro y profunda desazón que
otra mujer se acercaba a ese hombre y le decía: “¿Vamos, cariño?”. Esa
otra mujer resultó ser su novia, amante o esposa … Lo que fuera … No
importaba qué, pero era lo suficientemente clara la situación como para
entender por qué el médico no tendía a hacer nada. Sebastián pegó un
grito de sumo lamento por ese final de escena y se quedó
particularmente conmovido por la suerte de esa mujer sin importar que en
definitiva se trataba de una serie. Pero no terminó allí la angustia de
Sebastián. Por alguna razón dictada seguramente por su subconsciente, él
se preguntó si había alguien a quien él quisiera manifestarle tremenda
manifestación de sentimientos. Y automáticamente vino a su mente la
figura de Verónica y eso lo asustó. Recién allí se dio cuenta de la
dimensión de sus sentimientos por ella. Hasta allí él sentía por
Verónica un profundo aprecio. Eran compañeros de trabajo de hacía un
tiempito, le parecía una linda chica con un humor muy particular,
compartían muchas conversaciones de las que él gozaba mucho … Sebastián
solía pedirle a ella que le escribiera en un papelito algún comentario
que le mereciera algún tema, en especial sobre algún partido de fútbol
en particular o de algún evento deportivo en especial, a sabiendas de
que a Verónica no sólo no le gustaba para nada el fútbol sino que no
tenía ni idea de lo que pasaba con ése u otro deporte. Pero Sebastián
siempre le pedía algún comentario porque le daba gracia lo que ponía y
porque le gustaba tener algo suyo expresado en algún lugar. Él leía el
comentario y luego lo pegaba en algún lugar para tenerlo siempre
presente, como tantas cosas que Sebastián consideraba que debía tenerlas
siempre a mano para verlas y apreciarlas. Pero aun así, y
paradógicamente, Sebastián no sentía algo en particular por ella, o tal
vez no se daba cuenta, o tal vez no quería ni pensar en esa posibilidad.
Él había vivido cosas un tanto difíciles en el trabajo que le hicieron
ser muy cuidadoso a la hora de expresar todo lo que sentía o de
interpretar lo que sucedía a su alrededor. Cierta vez Verónica se quedó
al mediodía en el horario del almuerzo en su lugar de trabajo en vez de
irse a almorzar afuera y al ratito, al advertir que Sebastián se quedaba
también en su lugar, se puso a su lado y le empezó a dar tema para
charlar. Sebastián se había sorprendido por esa actitud de Verónica pero
se puso a la defensiva. Pensaba que tal vez ella se acercaba para
averiguar cosas de su vida o sobre los problemas que él tenía con
ciertos compañeros de trabajo. Hasta que en un momento determinado
Verónica le preguntó por unas fotos que Sebastián tenía frente a él y en
su protector de pantalla, y allí él se iluminó, pues eran fotos de
Selena. Fue allí cuando él se sintió cómodo, se soltó y le explicó que
hacía un tiempito que escribía sobre ella, y si bien él no hacía tanto
que había advertido el tipo de artista que era, Sebastián hacía ya
muchos años que se había enterado de su vida, de su fama y de su
lamentable suerte a través de conocer la historia, con también triste
final, de la cantante Gilda. Pero la historia trágica de Selena lo había
conmovido mucho más. Él se había quedado sumamente impresionado de que
Selena sólo tuviera 23 años cuando sucedió todo, que estuviera en el
mejor momento de su carrera, que estaba por pegar el gran salto
artístico cuando saliera el disco en inglés que estaba grabando, pero
que todo acabó cuando la presidenta de su club de fans le diera un
certero tiro en la espalda a la salida de una de las habitaciones del
motel Days Inn … Sebastián no paraba de explicarle a Verónica que sentía
pena por Selena, que todo lo que había sucedido aquel 31 de marzo de
1995 le parecía absurdo y difícil de entender, y que sólo trataba de
buscar una explicación, una respuesta que lo dejara tranquilo ... Y para
él estar tranquilo era sentir que al menos ese destino fue inevitable,
irreversible ... Mientras, le decía a Verónica, le escribía
periódicamente a Selena como una forma de homenaje eterno … Sebastián le
seguía diciendo a su amiga que durante mucho tiempo estuvo obsesionado
por saber por qué había sucedido aquello, por qué no se pudo evitar,
cómo se podía explicar que Selena fuera al encuentro de su asesina sin
tener la más mínima sospecha de lo que podía sucederle, pero que aún así
nunca había reparado ni le interesaba saber lo que ella era como artista
y verla cantar sus canciones. Él sentía que le gustaba un tipo de música
“mucho más elevada” que la que podía cantar Selena y que por eso no le
interesaba conocerla. De hecho, llegó a enterarse de que se había hecho
una película sobre Selena interpretada por Jennifer López y la vio, pero
ni así se detuvo a observar lo que hacía ella como artista … Sólo la vio
para enterarse de por qué había sucedido todo aquello y su búsqueda fue
infructuosa a través de ese medio. Más tarde entendería por qué en la
película no se hablaba casi de la muerte y de alguna de sus causas, pero
en aquel momento él creyó que allí obtendría la respuesta que esperaba …
Sebastián recordaba que se quedó mirando hipnóticamente los títulos al
final de la película y que se sintió en ese momento triste, solitario y
sumamente conmovido. Nada nuevo había encontrado, ni siquiera una pista
de por qué sucedió lo que aconteció aquel fatídico 31 de marzo y que la
sola mención del robo no satisfacía a Sebastián para comprender lo que
había sucedido con Selena. Él sólo había registrado de aquella primera
vez que había visto la película sobre Selena esa escena inicial en la
que Selena salía a dar el concierto en el Houston Astrodome el 26 de
febrero de 1995, y que en el trayecto hecho en carruaje desde el camarín
hasta el escenario Selena recibía muestras de Amor no sólo a la artista
sino a la persona … Eso a Sebastián le quedó grabado, tan grabado que no
sólo nunca lo olvidaría sino que esa sensación sería fundamental para
apreciar a Selena como una artista diferente, aun cuando después viera
la escena miles de veces más. Sebastián le explicaba a Verónica que
cuando por casualidad se quedó mirando a la verdadera Selena entrando a
cantar en el Houston Astrodome quedó sumamente impresionado por lo que
era como cantante y por su increíble carisma. Él no esperaba nada,
absolutamente nada de ella. Pensó que con ver la película ya era
suficiente para tener una idea sobre Selena ... Craso error, concluiría
Sebastián después … Cuando la vio actuar se dio cuenta de que ni la
versión más favorable que le diera la película de esa performance
alcanzaba para entender y apreciar cómo cantaba, cómo se expresaba, cómo
transmitía, cómo llegaba Selena a los corazones de su gente. Su voz, su
carisma, su talento, su personalidad hacían concluir a Sebastián que no
había visto nada igual, que Selena tenía eso, eso que no tenían otras
... Sebastián le confesó ese día a Verónica que tal fue su impacto al
ver a Selena actuar que desde ese día homenajea a aquella artista, como
un agradecimiento por lo que le había generado ... Sebastián recordaba
que Verónica lo escuchaba, asentía pero no hacía comentario alguno . Y
de hecho, no hablaron más del tema. Pero aquélla fue la única vez que
Sebastián había transmitido sinceramente un sentimiento sobre lo que
sentía por Selena. Y lo había hecho con Verónica ... Con ella no sintió
ni temor ni vergüenza para expresar algo tan íntimo y tan personal.
Sebastián fuera de su ámbito familiar y aun dentro de él nunca se había
sentido libre para expresar sus sentimientos hacia alguien tan
significativo para él ... Salvo con Verónica. Sólo ella lo hacía sentir
libre, pero recién se daría cuenta de ello después, en forma accidental,
viendo una serie que le hacía recordar aquel día, aquel mediodía en el
que expresó sus sentimientos a flor de piel…
Sebastián no sabía qué hacer. O en realidad lo sabía pero
no se animaba. Después de ver aquella serie pasó por su cabeza miles de
imágenes, miles de sensaciones, miles de planes, miles de sentimientos.
Más de una vez pensó en agarrar a Verónica a la salida en el trabajo,
pedirle encarecidamente que le diera 5 minutos, sólo 5 minutitos de su
vida para expresarle todo lo que sentía por ella. Tenía ganas de decirle
que era muy linda, que era lo más hermoso que hubiera conocido jamás,
que si no podía dejar de mirarla era porque no podía dejar de pensar en
ella. Tenía ganas de decirle todo lo que le generaba pero a la vez
aclararle que no lo hacía para esperar de ella una actitud similar.
Quería decirle que él entendía que Verónica tuviera sus compromisos como
él tenía los suyos. Que él era mayor, bastante mayor que ella, aun
cuando los dos fueran adultos, que sabía que él no aparentaba su edad,
pero la realidad le indicaba claramente que había entrado en una etapa
de profunda reflexión sobre un futuro con un final no tan lejano ... Y
esa realidad a Sebastián le pesaba y lo torturaba. Le quería transmitir
a Verónica sus angustias, sus temores, quería mostrarle su corazón.
Quería mostrarle ese costado, ese lado suyo, tan propio de él, pero tan
oculto, tan oculto pero tan real y tan palpable como el lado oscuro de
la luna … Le quería decir que lo esencial es invisible a los ojos, y que
en él lo esencial no era cuando se mostraba chistoso, infantil o
irónico. Ése era el lado que todos veían de él ... No ... Sebastián le
quería mostrar a Verónica ese lado oculto, que no era siniestro, sino
puro, intocable, casi inaccesible ... Ese lado que a Sebastián le daba
vergüenza, tan acostumbrado él a sentirse burlado, cargado, bastardeado
… Ese sentimiento que le hicieron sentir desde pequeño y que nunca se lo
pudo quitar … Ese lado de puro sentimiento que a Sebastián, en el más
profundo de su corazón, lo hacía sentir orgulloso y feliz, y que cada
tanto, muy de cada tanto, lo expresaba en algún escrito, en algún papel
cuando le escribía a Selena … Ese lado que muy fugazmente le mostraba a
Verónica cuando le decía lo que le pasaba, cuando le pedía su opinión,
cuando le pedía que le dijera o le escribiera algo … Pero Sebastián no
sabía qué hacer … Sentía un irrefrenable deseo de encararla y de decirle
todo lo que sentía, pero tenía tanto temor que optaba por el silencio y
la observación. Pero a la larga eso no hacía más que dilatar las cosas y
llevarlas a un permanente equívoco … Sebastián siempre sintió que su
vida había sido un error, una farsa, una burla. Siempre tendía a
conformarse con lo que tenía y a resignarse por lo que no lograba. Y aun
cuando sentía que la mayoría de las cosas las había hecho mal, no se
arrepentía de nada, pues pensaba que aunque tuviera la oportunidad de
volver a vivirlas, volvería a hacer lo mismo, precisamente porque él y
el contexto eran los mismos … Salvo una vez …Sebastián siempre se
arrepintió de haber rechazado y no haberle dado una nueva oportunidad a
Fabiana, un gran Amor suyo en el pasado. De eso se arrepintió porque ni
en ese contexto él estaba convencido de lo que hacía. Él la amaba pero
le ganó el rencor y el ser inflexible e impiadoso. Pero ya en ese
momento su corazón le decía lo contrario, pero él no quiso oírlo y lo
pagó muy caro. Cuando Sebastián admitió su error ya era tarde, muy
tarde. Nunca más vio a Fabiana y nunca se perdonó haberla dejado ir
cuando él sólo quería abrazarla y decirle que la quería mucho a pesar de
todo…
Cuando Sebastián fue indagando sobre la vida de Selena se
entristeció más por su suerte. Si había algo que uno captaba de ella no
sólo cuando cantaba sino cuando hablaba en una entrevista, o cuando se
expresaba en cualquier ámbito, era que Selena era una mujer
tremendamente encantadora. Había tenido una niñez y una adolescencia muy
duras y difíciles. Tuvo que privarse de muchas cosas para poder vivir de
lo más básico. Tuvo que postergar muchos sueños y sentimientos para
primero poder comer y para después ser alguien en la vida. Siempre quiso
ser diseñadora y era muy emprendedora. Tenía muchas ideas, muchos
objetivos y, sobre todo, muchas ganas de vivir. Tal vez por ello Selena
era como era en el escenario … tan pasional, tan sentimental, que dejaba
todo sin quedarse nada para sí, entregándose al público como lo hacía
con todas las cosas que más apreciaba ... Selena siempre daba algo más
de lo que esperaban de ella. Nunca quiso ni mentir ni engañar a nadie.
Así como era en el escenario, así era en la vida. Selena estaba
convencida de que siendo tal cual se era en todos los aspectos de la
vida, todo se podía lograr. Para Selena nada era imposible, estaba en
uno obtener lo que se quería ... Y eso no era un simple eslogan para
convencer a alguien de lo que no era ... Era la filosofía de Selena.
Ella siempre tenía miles de ideas en la cabeza, y no paraba hasta verlas
expresadas y hechas realidad. Y no podía concebir no jugarse en la vida
por lo que le dictaba su corazón, por lo que más quería y apreciaba. En
cada acto de la vida de Selena, en cada actuación, en cada concierto, en
cada manifestación pública y privada, estaban puestos su corazón, su
mente y su Alma. En cada acto de Selena estaba su historia ... Eso
explicaba su accionar diario ... Eso explicaba su accionar en el
escenario …Eso explicaba su éxito. Selena sabía lo que eran las
privaciones. Ella sabía lo que significaba el tener una oportunidad en
la vida, sólo una, y hacer lo posible para no desaprovecharla. Cuando
tuvo que ponerse por primera vez frente a un público con un micrófono
que era más grande que ella, dio su voz y su Alma. Cuando tuvo que dar
todo para ganarse el sentimiento de su público, lo hizo. Cuando tuvo que
jugarse literalmente la vida, su vida artística y personal, para tener
su gran Amor a su lado, no dudó en enfrentarse con su padre y, agotadas
todas las posibilidades, casarse en secreto. Selena no dudaba. Selena no
se podía permitir dudar. Si lo hacía, sabía que lo podía pagar caro, muy
caro. Y esa oportunidad que dejaba pasar tal vez no la obtendría jamás.
Por eso Selena vivía la vida intensamente, como si cada día fuera el
último, como si cada error que pudiera cometer, cada día sin expresar
todo su potencial, todo sus sentimientos, todas sus ganas de hacer,
hacer y de hacer, podría significar desaprovechar un día del cual uno se
lamentaría por siempre, porque ese día, simplemente ese día, tal vez
nunca volvería y ya nada podría ser lo mismo … Sebastián siempre se
preguntaba por qué se había apresurado en poner su propia boutique en el
mejor momento de su carrera y en el que había que poner toda la energía
en su carrera como cantante para dar ese último paso, ese paso
fundamental para llegar al estrellato mundial, a ese nombre y a ese
lugar indiscutible que le daría el éxito de su futuro disco en inglés, y
para poder realizar con holgura todo lo que deseaba. Sebastián se
preguntaba por qué Selena no hacía como los otros artistas, que dejaban
esos menesteres para el final de sus carreras, cuando el éxito y todo lo
que habían pensado hacer lo habían logrado, cuando llegara la inevitable
etapa de la vuelta o de la indiferencia, del paso a las generaciones más
jóvenes, de dedicarse más a sus tareas hogareñas y a otros menesteres.
Sebastián se preguntaba por qué Selena no esperó a ese momento para
hacer sus diseños y para trabajar en el negocio de la moda. Pero a poco
de saberlo y estudiarlo, Sebastián sabía que para Selena el dedicarse al
negocio de la moda no era sólo un pasatiempo para realizar en los
tiempos libres, una actividad para cuando no se tuviera nada que hacer
…Para Selena el diseño era su pasión, su vocación, parte de su vida, su
identidad, su color. Por eso no dudó. Apenas tuvo la fama y el dinero
disponible puso manos a la obra para invertir en ese negocio y para
echarlo a andar no sólo en Corpus Christi, sino en San Antonio,
Monterrey y México DF ... Sebastián sabía que para Selena el tiempo era
oro y que había que aprovecharlo al máximo. Hasta con su accionar
parecía como si siempre supiera el poco tiempo que tendría para vivir,
para gozar y para crear … Alguna vez Sebastián le escuchó decir a Selena
en el programa “Furia musical”, conducido por Verónica Castro, cuando
ésta le preguntó sobre su relación matrimonial y su deseo de tener
hijos, que eso lo dejaría para más adelante, para cuando pudiera echar a
andar todo lo que tenía en mente, que era mucho y que deseaba poder
verlo realizado en el menor tiempo posible ... Verónica Castro se
asombraba de ver que una mujer le dijera que desde que se levantaba
hasta que se dormía, cuando no tenía que grabar o dar un concierto, ella
se dedicaba a trabajar y a no parar ni un segundo en cada objetivo
diario. Si no hacía algo se disponía a aprender alguna cosa. Era un Alma
curiosa que quería aprovechar todo lo que le ofrecía este mundo para
vivirlo, experimentarlo, gozarlo … Chris siempre recordaba que Selena
quería aprender aunque se equivocara y que siempre iba por más en la
vida, como lo hacía en cada concierto. Una vez quiso aprender a andar en
moto como lo hacía él. Chris sentía temor y le dio las instrucciones
básicas para ir moderadamente por el perímetro de un garaje, pero en
cuanto Selena empezó a manejarse en él no paró hasta ir por las calles y
hasta en las autopistas, y aunque en algunos tramos tenía temor, eso no
le impedía seguir y seguir ... Chris siempre recordaba que cuando a
Selena se le cruzaba algo por la cabeza no paraba hasta conseguirlo. A
ella no se le podía decir que no, porque a alguien como Selena no se le
podía negar nada…
Había terminado un fin de semana y Sebastián estaba
angustiado y algo alarmado. Desde hacía un tiempo se sentía como en un
“loop” con Verónica. Se sentía insatisfecho con su rol de observar y
sólo sentir sin poder hacer otra cosa. Y sentía que Verónica se había
puesto a la defensiva, como si temiera por lo que él pudiera hacer, o
quizá por lo que no estaba haciendo, o tal vez porque los dos no estaban
actuando espontáneamente. Una vez ella había propuesto hacer en la
empresa un pequeño festejo por el cumpleaños de un compañero de trabajo,
algo que simbolizara la buena onda entre todos y se lo había dicho a
Sebastián. También propuso traer algo para comer y así compartir el
momento. Pero cuando llegó el día y habiendo Sebastián pensado mucho en
qué hacer sobre el tema, optó por casi no participar. Se limitó a
quedarse sentado, hablar con sus compañeros más cercanos y no comer
nada. Luego de ese momento Verónica casi no le habló en los días
sucesivos. Sebastián pensó que podía estar molesta por su actitud, pero
él pensaba que no podía ser su comportamiento algo tan importante en su
vida como para que estuviera pendiente de lo que hiciera o no. Pero
después de eso Sebastián creyó que estaban empezando con ella un juego,
un juego incompleto, que no llegaba a nada, que no le depararía ninguna
satisfacción. No estaban siendo sinceros, no estaban siendo como
siempre. Sentía que se hablaban y se evitaban a la vez, pero la verdad,
la verdad de los sentimientos, se expresaba cuando cada uno estaba en su
trabajo y él se la quedaba mirando, y ella cada tanto se daba cuenta y
lo observaba ... Sebastián se sentía mal, porque ellos se conocían. Se
sentía un tonto contemplándola a escondidas como si fuera alguien
desconocido, alguien con quien nunca habló … Sebastián sentía que no
había salida y que Verónica jamás lo entendería … Un día entró al
trabajo y se cansó de los saludos fríos, distantes, con recelo y con
miedo … miedo a vaya a saber qué … Optó por hacer algo que Sebastián
siempre creía que era una medida concreta sin que trajera mayores
consecuencias que las obvias, pero que al final terminaba siendo algo
mucho más problemático para él … Siempre el efecto terminaba siendo
explosivo …Optó por estar sentado en su silla recostado de su lado
izquierdo de modo tal de no tener nunca a Verónica en su vista. No
quería mirarla, pero también quería que se diera cuenta de que la había
apartado de su mirada, de su interés, de su objetivo … Él no quería
pensar más en ella. No quería sentir nada por Verónica, no quería
ilusionarse. Sebastián optó por abandonar esa idea de la médica de la
serie que la había impactado … Nunca lograría nada con decirle lo que
sentía … Antes que eso, nunca se animaría … Sebastián optó por hacer lo
que hizo durante toda su vida … conformarse con el “empate”. Se
conformaba con no perder, aunque no ganara nada concreto con ello. Se
conformaba con no lastimarse más aunque siguiera herido e insatisfecho …
Ese día Sebastián se sintió contento con no ver a Verónica. Creyó que
con no verla no existía, creyó que con agacharse o adoptar posiciones
ridículas en el trabajo para no verla lograría borrarla de su mente …
Cada tanto y aunque no le deseara se le aparecía en el ángulo de su
vista y no quería sentir nada … Sebastián pensó que con esta decisión,
como tantas otras veces, nadie saldría lastimado y todo volvería a ser
“normal”, porque para él nada había salido de su cauce lógico. Pero casi
al final del día, cuando Verónica se estaba por ir, la realidad se le
presentó en la cara de Sebastián. Él sabía a qué hora se iría ella y
quiso subir la apuesta en eso de no quererla ver más, de negar su
presencia y de lo que sentía por ella. Dos minutos antes se paró de
golpe y se fue al baño … No quería darle el gusto de que se fuera sin
despedirse de él para contestarle a su actitud negadora … Sebastián no
pensó que se estaba engañando, que con eso no hacía más que confirmar
que seguía pensando en ella … Se quedó diez minutos y salió del baño con
la seguridad de que, como siempre, Verónica ya se había retirado … Pero
para su asombro, notó que ella aún estaba, y que a poco de ubicarse en
su sitio de trabajo, ella se incorporó y se fue raudamente … Sebastián
no quiso creerlo, pero así eran las cosas ... Ella se dio cuenta de su
juego, y cuando tenía todo preparado para irse a la misma hora de
siempre, se quedó hasta que Sebastián saliera para luego hacer el gesto
de devolverle la gentileza de lo que había hecho no sólo en ese momento
sino en lo sucedido durante todo el día … Sebastián vio una señal …
Podía tener sentido que ella se quedara un poquito más en el trabajo por
alguna razón … Pero sabía que eso no había sido azaroso …Y no era un
buen augurio ... Él notó que ya no eran ellos los mismos, que estaban
sacando lo peor de sí para nada …Sebastián notó que estaban jugando y,
lo peor, que estaban jugando con fuego. Él siguió ese día y durante todo
el fin de semana con preocupación. Algo debía hacer, ¿pero qué? Esa
pregunta lo atormentó el fin de semana, y de la respuesta y de la acción
de la respuesta dependía el futuro de él, de los dos, o de quién sabe
quién más. Sebastián sintió con temor que esto no podía seguir así, pero
no sabía cómo debía continuar … o sí…
Muchas veces Sebastián se preguntó por qué Selena hizo lo
que hizo ese fatídico 31 de marzo de 1995 … Esa actitud de Selena
parecía tan distinta de todo, tan distante del accionar habitual de ella
... Hasta el día no la acompañaba … Un día feo, gris, con promesa de una
fuerte tormenta, con amenazas de un final … Selena tenía todo, todo para
ganar. Era admirada y amada. Era una artista consagrada y querida. No
tenía enemigos, no hacía de la polémica y de la pelea su modo de
triunfar en la vida. Selena era le reina que se paseaba elegantemente
por ese sendero que la llevaba a las puertas de la fama, del éxito en
inglés en los Estados Unidos, su triunfo en toda Latinoamérica, el
reconocimiento en toda Europa y Oriente. Selena tenía los objetivos
claros. Su éxito se basó en su talento y en su encanto. Trazó su camino
y al poco tiempo todas las barreras que le podían impedir su camino al
éxito se habían derrumbado. Entonces, ¿por qué ese final, por qué ese
desvío del camino a la habitación 158 del motel Days Inn? ¿Por qué esa
mujer pasó a ser lo más importante del día para Selena? ¿Por qué correr
una larga carrera de saltos con vallas sin inconveniente para tropezar
en el último tramo, ese último tramo en primer lugar y sin vallas? ¿Por
qué Selena se fue esa mañana sin tener contacto casi con su esposo, con
su familia, con nadie, salvo con esa mujer, con esa mujer que la estaba
llamando y convocando a base de mentiras y de alarmas infundadas?
Sebastián no dudaba de que, a pesar de todo el éxito, de todo el
talento, de todo el Amor de la gente, de un futuro tan promisorio, no se
había actuado a la altura de las circunstancias, de la historia y de lo
que estaba sintiendo Selena en ese momento … Selena dejó por un instante
de pensar en el disco en inglés que estaba grabando, dejó de pensar en
el concierto que daría al otro día en Los Ángeles, dejó de pensar en su
proyecto con la boutique “Selena Etc.”, dejó de pensar en su proyecto de
familia propia, dejó de pensar en su propia familia, y se dejó de llevar
por el juego de esa mujer que resultó ser una psicópata, una mala mujer
que se aprovechó de la sinceridad, de la benevolencia, de la franqueza y
del Alma bondadosa de Selena. También se aprovechó del sentido de
responsabilidad de Selena, que quería tener todas las cuentas al día y
que necesitaba de esa pérfida unos papeles, unos documentos que esa
psicópata los usó para llevarla a su guarida con el fin de asestarle el
peor golpe, producto de la más fría e inescrupulosa planificación …
Selena dejó de pensar en ella misma y en su felicidad por prestarse a
ese juego, a ese juego del que también quedó atrapada toda su familia,
que nunca intuyó todo lo que había detrás de esa persona y que nunca se
alarmó por los caminos que utilizó para monitorear a Selena, incluso el
último hecho aquel nefasto 31 de marzo … Y por más que los años pasaran
y todos dieran sus explicaciones, el fan, el admirador, el que quería a
Selena de todo corazón no podía comprender cómo se había llegado a esto,
cómo existió ese 31 de marzo, por qué no se pudo evitar la tragedia si
ya se sabían los problemas que esa pérfida estaba generando, cómo no
pensaron que era un real peligro y no sólo un gran problema que se podía
solucionar como tantos otros, como tantos que tuvo Selena y toda su
familia, y que pudieron sortear a pesar de tantas dificultades, a pesar
de todo ese dificultoso camino para llegar a la cima en forma honesta,
responsable, y a base de puro talento y Amor … La gente nunca pudo
comprender cómo Selena tuvo ese final tan impropio de su historia, tan
impropio de lo que había generado. Un dolor que nunca va a terminar
porque nunca habrá una explicación que calme sus Almas, esas Almas tan
vacías desde que Selena los dejó huérfanos en este mundo cruel…
Cuando Sebastián volvió de ese fin de semana, se preocupó
aún más. Entró al trabajo imaginando con lo que se iba a encontrar y lo
corroboró rápidamente … Cuando saludó a Verónica, ésta apenas le dijo
“hola” sin levantar la vista y dándole un beso de costado, sin mirarlo.
Sebastián terminó de saludar al resto y se quedó sin ganas de decir algo
gracioso, como solía hacer con todos para descomprimir cada día nuevo de
trabajo que empezaba. Se sentó y no sabía qué hacer. Se sentía triste.
Estaba atrapado en ese juego sin ganadores, con todos perdedores y él
más que nunca. Iba a esconderse como el otro día, pero supo que ni valía
la pena hacerlo. Nada cambiaría las cosas y nadie lo notaría para ese
entonces. Miró una de las fotos de Selena y en la nota que la
acompañaba, en la que se exaltaba lo buena, talentosa y creativa que
era, y que tal vez aquello que más podía reprochársele por su absurdo
final era su mayor virtud: haber sido buena, sincera, emprendedora, no
haber especulado, haber sido humilde, responsable, valiente, inquieta.
Sebastián pensó que admiraba a Selena pero no seguía ninguno de sus
pasos, ninguna de sus acciones, ninguna de sus enseñanzas. ¿De qué valía
hablar tan bien de Selena si después uno actuaba de manera contraria a
ella? ¿Qué homenaje diario se hacía de su vida así? Sebastián se hacía
esas preguntas e inmediatamente vio hacia un costado que Verónica se iba
por un ratito afuera. Sebastián dudó, pensó, tendió a quedarse, miró la
foto de Selena, y se incorporó y corrió para afuera. No sabía dónde iría
Verónica, pero tenía que encontrarla. Ése era el momento. No lo podía
desaprovechar. Mientras corría pensaba en todos los desafíos que tuvo
Selena, muchos de ellos no elegidos por ella, y que aún así los había
encarado del mejor modo, con total profesionalismo, con éxito y siempre
con una sonrisa. Y cuando había logrado la fama, fue por más en busca de
sus propios sueños para así sentirse plena y feliz, gozando cada
instante de su vida, aprovechando cada minuto que Dios le había
concedido … Sebastián se sintió muy pequeño al lado de Selena, máxime
porque él a los 23 años no había hecho literalmente nada al lado de lo
que había logrado Selena en la más absoluta de las privaciones,
privaciones que Sebastián nunca tuvo … Él salió de la empresa y vio que
Verónica estaba en la esquina cruzando la calle. Sebastián corrió rápido
hacia ella y más aún cuando vio que el semáforo se iba a poner en rojo.
Corrió con una velocidad increíble, tan increíble que por el gran envión
tuvo a los pocos segundos a Verónica frente a sí, ya que ella del susto
que le dio el ruido de su corrida se había detenido y dado vuelta para
ver qué pasaba … “Pero Sebastián, ¿qué haces aquí, por qué vienes
corriendo de ese modo?”, llegó a preguntarle Verónica … “Vero ... No me
preguntes. No quiero que me digas nada. Sólo te ruego que me escuches
... Que me des 5, tan sólo 5 minutos de tu tiempo, de tu vida … No
espero tu aprobación. Piensa lo que quieras, siente lo que te plazca ...
Pero … Verónica … Te quiero, me gustas mucho, muchísimo. Desde el primer
día, desde el momento en el que te conocí. No soporto más esta angustia.
No puedo reprimir más este sentimiento. No espero que me comprendas. No
espero que me digas nada ... Lo sabré entender ... Sé piadosa conmigo si
te parezco patético. Y disculpa mi tonta actitud de estos días … Pero …
Eres el Amor de mi vida … Eres lo más lindo que he conocido ... No puedo
dejar de pensar en ti. No quiero dejar de pensar en ti. Y aunque cada
uno siga la vida por su lado, quiero que sepas que hasta el día que me
muera, y más, tú vas a ser mi Amor … ¡¡aunque sea imposible!!”.
Sebastián se detuvo y respiró hondo. Luego miró a Verónica que lo
observaba en silencio y fijo. Creía saber lo que esa mirada significaba
… Sebastián bajó la vista y le dijo: “Disculpa. Es todo lo que quería
decirte…”. Y cuando estaba por darse vuelta e irse, Verónica lo abrazó
fuertemente, se rió y lloró al mismo tiempo, y le dijo. “¡¡Yo también te
quiero, tonto!! Eso era lo que quería que me dijeras. Y aunque a la
larga yo también te lo hubiese dicho, quería que salieras de una vez por
todas de tu cascarón, de tu comodidad de estar a resguardo en tu mundo
para jugarte por mí … ¡¡Y lo hiciste!! ¡¡Te amo!!”. Verónica le dio un
largo beso y Sebastián también se rió y lloró mientras la abrazaba y
besaba ... Estaba en el paraíso y no quería salirse nunca más de él. No
sabía cómo seguiría la historia, pero nada malo podría ocurrirle. Tenía
a Selena no sólo en su Alma y en su corazón, sino en su actitud. Ahora
podía estar tranquilo. La estaba homenajeando como se debía ... No sólo
con conmemoraciones, no sólo con agradecimientos, no sólo con verla o
escucharla. La estaba homenajeando siendo como ella, aprendiendo de los
aciertos y también de los errores. Si quería que Selena estuviera
siempre presente, debía ser un poco como ella y seguir sus pasos.
Sebastián se sentía pleno, inmenso, feliz ... Sintió a lo lejos una
carcajada, una risotada que seguro sería de Selena ... Y él estaba allí
abrazado a su Amor, a su nuevo Amor, al Amor de su vida ... Ya nada
sería lo mismo para él. Todo sería distinto, todo sería mejor ...
Sebastián tomó de la mano a Verónica y se fueron caminando sin rumbo
fijo pero alegres y felices, por ese camino que da la felicidad de
seguir sus sentimientos, ese camino que le enseñó Selena para seguir
viviendo para siempre con una sonrisa, con un Alma plena y dichosa…
(Siempre diré que este mundo sería distinto si Selena
estuviera entre nosotros … Pero algo se puede hacer por esta humanidad …
Ser como Selena, actuar como Selena, sentir como Selena … El mundo sería
mejor, sin duda … Tendría otro espíritu, otros valores …Sé que es
difícil ... Las presiones, las culpas, las negaciones nos confunden
permanentemente. Pero si nos liberamos de todo ello y sólo actuamos con
lo que dicen nuestros corazones, todos nos sentiríamos mucho mejor
aunque no lográramos todo en la vida … Ya con ser uno mismo sin
máscaras, sin lados ocultos, siendo sinceros con nuestro accionar y con
nuestras intenciones, sin miedo, nos sentiríamos mucho más felices y
para nada frustrados … Construiríamos el mundo que Selena siempre soñó,
mantendríamos sus sueños hechos realidad, la conservaríamos viva con la
expresión de sus más puros sentimientos, con la alegría de vivir que
manifestó cada día, con el valor de aprovechar la vida hasta lo máximo,
dando Amor, sólo Amor, ese Amor que sólo Selena podía dar en toda su
dimensión…)
Selena: siempre estarás presente en cada acto de mi vida…
Ariel se sentía agotado, cansado, sin esperanza. Había perdido las
fuerzas de las que se vanagloriaba antes. Él siempre se sentía con
ganas, él siempre sentía que podía con todos y con todo. Pero habían
pasado los años … y ahora se sentía viejo. Aquellas palabras de Selena
que siempre lo empujaban para seguir adelante (“The impossible is always
possible”) ahora le sonaban tan lejanas como su partida absurda. Con el
tiempo fue aceptando su pérdida, y ahora que veía que su propia muerte
estaba tan cercana y tan visible en su propio horizonte, empezaba a
entender que ella jamás volvería, que nunca podría reiniciar su camino a
la fama, que su nombre quedaría asociado al mito, a la leyenda, a la
estatua, a la historia, que otras tomarían su camino a la gloria, que
otras se llevarían los premios y los aplausos que ella hubiese recibido
con total justicia. Ariel ya ni sentía tristeza ni alegría. Se sentía
entregado, resignado, desesperanzado. Aunque tuviera su vida, aunque
tuviera su familia, aunque tuviera tantas cosas de las cuales pudiera
depositar su Amor, esperanza y alegría, jamás podría ser enteramente
feliz sin sentir que Selena estaba en este mundo. Él era un gran
admirador de Selena. La fue a ver infinidad de veces por todo Texas.
Hasta fue a verla a fines del año 1994 a Monterrey cuando Selena era un
furor y lucía tan bella con ese hermoso vestido azul en el concierto del
Far West Rodeo… Nunca podría imaginarse que aquel concierto sería el
anteúltimo propio de Selena, fuera de los festivales y de los conciertos
compartidos con otros artistas … Hasta se permitió no ir al Houston
Astrodome aquel 26 de febrero de 1995 porque estaba ocupado en un
trabajo “muy importante” que no podía postergar con el argumento de
“total, Selena hará miles de Astrodome más…” … El 31 de marzo le hizo
ver que nada es seguro en este mundo ni siquiera para Selena y que jamás
hay que dejar de hacer lo que a uno le gusta para otro día, pues ese
otro día … tal vez nunca exista … Ariel escuchó las noticias y no quiso
creerlo, no lo aceptaba, no quería ni pensar que aquello pudiera ser
cierto. Se aferró a su última esperanza de que le dijeran del otro lado
de la pantalla que había sido una alarma, una falsa alarma, un absurdo,
algo imposible de aceptar. Cuando la realidad se palpaba en las caras de
los conductores, en los rostros compungidos propios y extraños, en el
griterío de dolor de los fans y en el llanto de sus padres y de sus
hermanos, Ariel se retiró en silencio hacia las calles y caminó y caminó
sin parar. Miraba el cielo, miraba cada nube densa que se movía con
rapidez y furia desatando la peor de las lluvias sobre el lugar y luego
miraba adelante sin mirar con la cara empapada por las gotas de lluvia
esperando que esa bendita tormenta terminase, que pronto saliera el sol
y que Selena se encontrara en su camino con la mayor de las sonrisas
presta a darle el mayor de los abrazos y para decirle que ya no se
preocupara por ella, que ella estaba muy bien, muy bien con su vida, con
su familia, con su carrera, con su pasión ... Cuando Ariel se quiso
acordar se encontró con que ya no llovía, pero era de noche y delante de
él había un río … Había caminado kilómetros y kilómetros por una
carretera y si no murió arrollado por algún vehículo o camión fue porque
todo Texas había quedado paralizado por la absurda partida de Selena.
Tiempo después Ariel sabría que muchas personas deambulaban solas por
las calles y rutas como él sin saber a dónde ir y que muchos que sí
sabían sólo deseaban ir a Corpus Christi para despedirse de Selena …
Ariel bajó en el medio de la oscuridad hasta llegar a las orillas del
río y se sentó al borde de él sólo para escuchar el sonido del agua
correr y contentarse con ese sonido que lo asociaba a vida, a la
esperanza, a la paz ... Pero pronto supo que ese sonido, esa paz, ese
contento no podría sentirlo Selena ni él podría compartirlo con ella …
Cuando Ariel tomó conciencia por un instante de que el destino de Selena
era irreversible rompió en llantos y estuvo así por muchas horas, toda
la noche y hasta ya entrada la mañana … Sólo reaccionó cuando ese sol
tardío del 1 de abril lo enceguecía y lo ponía en la otra realidad de
que debía seguir a pesar de todo .... Seguir, seguir vacío, seguir sin
Selena, seguir como si nada hubiera pasado o como si alguna vez ya nada
sentiría por lo que había pasado aquel maldito 31 de marzo. Ariel
emprendió la vuelta a su casa como pudo. Se sentía atontado, abrumado,
somnoliento, aturdido, como si hubiese vuelto de una noche de pura
resaca, y con el dolor y la soledad de una noche perdida por el alcohol
y el hastío por este mundo tan absurdo, tan violento, tan injusto ... En
el medio de su vuelta a casa pudo ver la movilización de la gente, los
llantos, los cánticos, las caravanas de autos con inscripciones de
Selena tratando de mantener vivo algo que ya no lo era, tratando de
ocupar el lugar que nunca tuvieron ni quisieron ocupar a la espera de un
nuevo concierto de Selena que ya no habría jamás … Ariel sentía que así
de famosa hubiese sido en poco tiempo Selena y que en todo caso eso era
una muestra de lo que podría haber pasado pronto … Selena llenando
estadios en todo el mundo y cada tanto, cuando pudiera volver a Texas y
a su amado Corpus Christi, y diera un concierto allí, todo Texas se
movilizaría para ir a verla o sólo para darle la bienvenida y ofrecerle
todo su cariño. La partida anticipada de Selena sólo había hecho
adelantar los tiempos. Y todo lo que inevitablemente sucedería en uno,
dos años como mucho, se expresaba ahora, con Selena ausente. El furor de
todo un país sólo manifestaba ese momento de Selena, ese momento en el
que ella se estaba asomando al mundo cuando ya era una celebridad en
México, Estados Unidos, Centroamérica y parte de Sudamérica … Sólo
faltaba un poquito más, sólo un poquito más, y todo aquello que se
palpaba en la calle, en los corazones de la gente, y en el Amor y en el
Alma de Selena sería realidad … Ariel llegó a su casa y vio el dolor
máximo en las expresiones de sus padres y de sus hermanos. Lo miraron
con tristeza y muchos se abrazaron a él como si en todo momento hubiesen
sabido a dónde había ido y estado, y cómo había vuelto. Estaba encendida
la televisión y su familia miraba hipnotizada aquellas imágenes tan
espectacularmente absurdas que expresaban la peor realidad. Los medios
habían acompañado una movilización de gente que colmaba sus
expectativas, y más de una vez los cronistas enviados a Corpus Christi
se sentían sorprendidos y trataban de encontrar una explicación a una
movilización que superaba ampliamente su entendimiento del fenómeno
Selena, aun cuando muchos de ellos la conocían muy bien. Todos, propios
y extraños, se sentían estupefactos y sobrepasados. Había que enfrentar
una situación que nadie esperaba ni por asomo afrontar, y había que
aceptarla y acomodarse lo más rápido posible. Ariel miró cómo en Los
Ángeles la gente, que esperaba ver ese mismo día a Selena dar su
siguiente concierto personal luego del Houston Astrodome, iba igual al
lugar para hacer de ello un lugar de reunión y de recogimiento para
recordar a Selena y ofrendar una misa en su memoria. Ariel pudo
comprobar cómo en todo Estados Unidos el admirador de Selena seguía
ocupando su lugar en los conciertos para ver a Selena sin que pudiera
haber un concierto y sin que Selena pudiera aparecer otra vez … Pronto
Ariel sabría que con el correr del tiempo la gente seguiría ocupando
esos lugares para afrontar la pérdida de Selena y para contribuir a su
recuerdo como una forma de seguir teniéndola presente, como si nunca se
hubiese ido y a la espera de que volviera a estar presente otra vez …
Seguir teniéndola presente, hacer como si nunca se hubiese ido,
esperarla a que vuelva alguna vez. Ése fue el camino que eligió la
gente. Ése fue el camino que eligió Ariel. Era una forma de seguir
adelante, era una forma de aceptar la realidad. Era la única manera de
seguir en un mundo sin Selena … Un mundo que no la volvería a tener otra
vez…
Ariel no quiso pensar más en lo que sintió aquel nefasto
día y sólo siguió su camino aferrándose a la vida y a la esperanza,
aferrándose a lo que aún quedaba de Selena: su música, sus discos, sus
fotos, sus conciertos, sus souvenirs, lo que sea que le permitiera
tenerla presente. Pero Ariel jamás aceptaría su partida. Aquel 1995 lo
soportó tomando lo que había dejado Selena y a la expectativa de lo que
dejaban las consecuencias de su partida. Ariel fue uno de los tantos que
hizo una larga vigilia en la puerta de la disquería el día previo a la
salida del disco “Dreaming of you”, y uno de los primeros en correr y
tomarlo. Lo escuchó miles de veces y se emocionaba pero no lloraba. No
se lo permitía luego de aquella noche del 31 de marzo. Hacerlo implicaba
aceptarlo y él no quería ni pensarlo. Sólo se dedicaba a escucharla, a
comprar todos sus discos, todas las revistas, publicaciones y todo lo
que tuviera que ver con ella. Cuando había escuchado miles de veces
todos los discos de Selena y su ausencia se le hacía cada vez más
presente, vino el juicio a la pérfida de la asesina y Ariel se instaló
en Houston sólo para pedir justicia, y justicia para él como para todo
el mundo era que a esa psicópata la encerraran para siempre. Y si no
fuera por sus creencias religiosas y por su propia moral, hubiese
querido la pena de muerte. Ariel no podía tolerar que esa mala mujer
estuviera viva y Selena no. Era absurdo, muy absurdo todo ... Cuando
llegó la sentencia sólo gritó de alivio pero se sintió muy triste cuando
pudo saber que nada de ello la traería a Selena, y cuando pronto la
algarabía de la gente, los cánticos a favor de Selena y los insultos
para la asesina no hacían más que representar un espectáculo que
ocultaba la mayor de las tristezas y un dolor difícil de ocultar. Para
Ariel no dejaba de ser patética toda esa sensación posterior a la
sentencia. Se preguntaba si acaso podía estar alegre, si sentía ganas de
cantar o de proferirle las peores palabras a esa pérfida. Nada de eso
cambiaría las cosas. Nada de eso traería a Selena. Ariel sintió un gran
vacío, un profundo dolor. Pero no podía darse por vencido. Quería
convencerse de que algún día las cosas cambiarían, de que aquello que
estaba viviendo desaparecería por completo. A partir de allí Ariel se
dedicó al recuerdo activo de Selena pero con la secreta esperanza de que
él podría hacer algo, de que podría cambiarse el destino de Selena.
Ariel pensaba y deseaba si alguna vez podría volver el tiempo atrás y
podría cambiar ese destino de profundo dolor. Con el tiempo Ariel pensó
qué haría si tuviera la oportunidad y cómo salvaría a Selena. Sólo así
podría superar el dolor del paso del tiempo, ese paso del tiempo del que
tomó conciencia cuando se cumplió un año de la partida de Selena y más
tarde cuando se estrenó la película de Selena, que paradógicamente llevó
al éxito mundial de Jennifer López y la inició a una carrera que
seguramente hubiese hecho Selena si hubiese tenido la oportunidad … Más
de una vez Ariel se preguntó por qué pasó todo ello y por qué eso le
pasó a su Selena. Pero él no quería detenerse en ello. Él quería seguir
adelante, pensando y rogando que aquello imposible pronto fuera posible.
Se aferraba a todo lo que cada tanto salía de Selena. Vivía pensando en
ella y hablando siempre de ella, destacando y gritando a los cuatro
vientos que nadie sería como Selena, que ella era distinta,
incomparable, única, irrepetible ... Pero cada tanto él dejaba de lado
esa exaltación y expresaba ese dolor, esa pena que le devolvía con más
avidez ese maldito paso del tiempo … Veía la fama de JLo, veía a otros
artistas, veía la alegría de ellos y de sus fans … Y como contraste veía
la tristeza y melancolía de él y de cualquier admirador de Selena, y
ella cada vez más acotada, más circunscripta a Corpus Christi y lejos,
lejos de todo, lejos de la gente, lejos de los lugares que solía
frecuentar. Ariel seguía pero sus fuerzas flaqueaban y ya tenía cada vez
menos motivos para sentir alguna esperanza. Cuando se le hizo aquel
homenaje a los 10 años en Houston fue la primera vez que entró en una
profunda depresión. El ver a Selena en una pantalla cantando en el
Houston Astrodome “Como la Flor” mientras un enorme coro de niños la
acompañaba desde el escenario le produjo un enorme dolor. Era curioso.
La pantalla en la que se emitían aquellas imágenes de Selena era enorme,
más enorme que cualquier cosa que hubiera allí, animada o inanimada. Sin
embargo, Ariel podría haber jurado que Selena lucía lejana, muy lejana,
en una pantalla pequeñísima. Y no era así … Pero era así, al menos para
Ariel. Era la primera vez que él la veía tan chiquita, tan distante de
él. Fue la primera vez que deseó con toda el Alma volver el tiempo atrás
para revertir tan triste imagen, tan triste destino de Selena…
Después de aquella noche, a Ariel se le hizo muy difícil
soportar un día sin Selena. Él estaba muy contento de compartir su vida
con su esposa y con su hijo. Pero no podía concebir que el mundo pudiera
seguir girando sin Selena. No lo podía aceptar. No lo podía entender. A
Olga, su esposa, la conoció en uno de los tantos homenajes que se le
hicieron a Selena y siempre compartieron ese sentimiento por ella. Si
bien recibió con mucha alegría la llegada de su hijo Jonathan, él
deseaba tener una niña a la que pudiera ponerle el nombre de Selena. Así
también lo quería su esposa, pero ella era mayor que él y si bien no
estaba mal de salud, no estaba tan plena en forma física para tener otro
hijo. Y más aún se resignó a esa posibilidad cuando ante la consulta a
varios médicos, todos le recomendaron que desistiera de tal idea. Ariel
lo aceptó. Nunca forzaría a su esposa a algo que pusiera en riesgo su
vida, pero eso no ocultaba su frustración por no tener otro hijo y si
resultaba ser una niña, ponerle Selena. Era una manera de perpetuar su
nombre, de mantener vivo su recuerdo … Pero no había manera de hacerlo
posible … Ariel fue acostumbrándose a la dura realidad hasta que llegó
ese día, ese bendito día en el que ya no tuvo más fuerzas y ya no tenía
más ganas de seguir así, de sentir ese vacío, de ese mundo sin salida,
entre otras cosas, porque ya no estaba Selena … Se acostó casi
desplomándose en el sillón del living de su casa, y en la soledad de la
noche y sin que nadie lo viera rompió a llorar, volvió a sentir ese
dolor y esa frustración de aquella negra y lluviosa noche del 31 de
marzo de 1995 … Sentía el dolor de la ausencia de Selena. También el
dolor de la cercanía de su propia muerte y de no poder hacer nada … nada
por revertir su propio destino y nada por devolverle la vida a Selena.
Nunca quiso siquiera pensar en la palabra “muerte” a la hora de hablar
de Selena, pero esa noche se rendía a ella como se rendía a su propia
suerte. Le dolían los huesos y sentía que el cuerpo le pesaba. Ya no
podía contentarse con pensar que todo era posible, que todo podía
lograrse si uno se lo proponía. Por primera vez Ariel pensó en el
sinsentido de esas palabras, siendo que quien las profirió no pudo
cumplir ni la mitad de todo lo que había soñado y planificado para su
propia vida … A Ariel se le dibujaba en su mente esa horrorosa imagen de
la derrota, de la resignación y de lo inevitable del destino de Selena.
Ariel lloraba por saber que al fin y al cabo pocos en la práctica
tomarían el ejemplo de Selena pues para la mayoría ese camino llevó a la
peor de las tragedias para su mentora. Y para un mundo exitista que sólo
valora a los que ganan, a los que son “campeones”, no hay lugar para las
buenas personas y para la mejor de las intenciones … En este mundo
exitista, pensaba Ariel, los “buenos gestos” sólo se expresan en “obras
de caridad y en esporádicos conciertos gratuitos como actitudes
políticamente correctas”, pero después, en ese mundo que sigue andando,
se hace una carnicería para seguir “ganando”, para seguir en ese mundo
tan despiadado que le privó todo a Selena. Ariel sintió por primera vez
que no podría seguir con ese dolor tan parecido al que sintió aquel 31
de marzo, y que no podría caminar y caminar sin rumbo para asimilarlo
todo y buscar un rumbo a su vida en un mundo sin Selena. Y allí volvió a
decirse, esta vez con la voz bien alta, que daría lo que sea para que
Selena estuviera con él y con todo el mundo. Luego siguió llorando por
un buen tiempo hasta que se quedó inestablemente dormido … Al rato
sintió que alguien lo zamarreaba y entre sueños un hombre le decía:
“¿Hasta dónde llegarías para traer a Selena a este mundo? ¿Cuál es tu
límite? ¿Dejarías todo por ella? ¡¡Contéstame!!”. Ariel se sentía
perturbado por esas preguntas hasta que abrió los ojos y casi se muere
de un síncope al ver que un hombre lo miraba fijo a los ojos para volver
a decirle: “¿Y? ¿Cuál es tu respuesta? ¿Estás dispuesto a dejar todo por
Selena? ¿Arriesgarías tu propia suerte y la de este mundo por volver a
Selena con nosotros? ¡¡Vamos!! ¿Qué esperas para contestarme?”.
Ariel no salía de su estado de shock. Quería preguntarle
quién era y por qué estaba aquí, pero antes de que se lo pudiera
preguntar, el hombre misterioso se le adelantó para decirle: “No me
preguntes quién soy … No vale la pena decirlo … Digamos que estoy aquí
porque tú me convocaste … ¿Sabes? Durante años no quise prestarte
atención, como a tantos otros. Siempre pensé que era penoso lo que había
sucedido con Selena … e injusto … pero que tal vez era mejor que las
cosas sucedieran así y no que lo peor pudiera pasar después … Pero tanto
quieres que Selena cambie su destino, tanto dices que darías lo que sea
por Selena que bueno, vine a corroborar qué tanto darías por Selena …
de tantas cosas que te desprenderías, que tan altruista eres, que poco
egoísta resultaste ser … Por lo pronto, hagamos una cosa … Sé que tienes
mucho material sobre Selena … Ponte a prueba … Y antes que nada, te
repito la pregunta: ¿Quieres que Selena vuelva a estar en este mundo? Te
adelanto que no te voy a hacer firmar nada, no te voy a ofrecer un pacto
o que me des el Alma como pago por cumplimiento de un deseo … No. Es
más, ni siquiera tendrás que viajar en el tiempo ni tendrás que hacer
nada … Sólo tienes que decirme si estás dispuesto a dar lo que sea por
Selena, si estás dispuesto a desprenderte de todo, si te animas a
arriesgarte a lo que sea por tenerla en este mundo con vida. Si me dices
que sí, yo sólo haré un chasquido de dedos y tu deseo será cumplido. Eso
sí, si eso ocurre imagínate que desde 1995 hasta aquí Selena ha vivido y
le han pasado muchas cosas a nivel profesional y personal. Son 17, 17
largos años … muchos años en los que pasaron muchas, muchas cosas. Te
imaginarás que no sólo habrá cambiado la vida de Selena, de Chris y de
toda la Familia Quintanilla, sino la de todo el mundo, incluso la tuya.
¿Has oído hablar del cuento de Ray Bradbury en el que un hombre viaja en
el tiempo y accidentalmente pisa una mariposa y vuelve a su mundo? Pues
bien, puedes encontrarte con tu decisión con ese mismo panorama o con
algo tal vez mucho mejor … ¿Qué me dices? ¿Te arriesgas?”. Ariel se
sentía acorralado y como si cada palabra de ese señor fuese el ruido
ensordecedor de una ametralladora que no paraba de disparar. Ariel
miraba a su alrededor y pensaba en su familia, si acaso estaban
escuchando todo o si bien dormían plácidamente en sus habitaciones, pero
se sentía intimidado por la presencia de ese hombre que perturbaba su
falsa calma y lo inquietaba a tomar una decisión por Selena … “No te
preocupes. Nadie nos escucha. Sólo tú. Y para descomprimir la situación
y darte un pequeño recreíto antes de que decidas por Selena, te voy a
poner a prueba. Como te decía antes, sé que tienes abundante material
sobre Selena. Deshácete de él y entrégamelo. Digamos que lo tomo como un
pequeño premio a mis servicios…”, le dijo el señor. “¿Pero para qué lo
quieres? Todo lo que poseo sobre Selena es muy importante para mí. Es
todo lo que tengo sobre ella ... No puedo. No puedo dártelo ... Me
quedaré vacío y más solo que nunca…”, le dijo Ariel con cara de
desesperación. “¿Pero qué es más importante para ti? ¿Tener todo sobre
Selena o tenerla a Selena en este mundo? ¿Acaso no la quieres viva?
¿Acaso no quieres que intente cumplir todos sus sueños y proyectos? Si
es así, ¿para qué quieres lo que Selena ha hecho? ¡¡La tendrás a ella
que es mucho más importante!!”, le dijo el hombre casi retándolo. Ariel
tomó conciencia de lo dicho, se paró y fue en busca de las enormes cajas
en las que él guardaba con mucho celo discos, cds, dvds, libros,
revistas y muchísimas cosas relacionadas con Selena. Las tomó con
cuidado, las llevó despaciosamente hasta donde estaba el señor, y antes
de dárselas puso su mano sobre la boca y luego extendió su mano a cada
caja a modo de beso de Amor, de beso de despedida de Selena. El hombre
se rió con un pequeño rictus de ternura por el gesto de Ariel y tomó las
cajas. Miró su contenido a modo de cotejo de lo que había en su interior
y dio un gesto de aprobación. “Pues bien. Está todo en orden. Veo que
quieres mucho a Selena y que me das una pauta de que estás dispuesto a
dar mucho por ella … Pero ahora necesito que te decidas. Sólo me tienes
que decir que deseas que Selena esté aquí en este mundo, que no ha
pasado nada aquel nefasto 31 de marzo de 1995 y que quieres ver qué pasa
con Selena hoy, qué pasa en este mundo, qué pasa contigo ahora que ella
está entre nosotros. Pero no quiero ser deshonesto contigo. Sólo quiero
recalcarte mi advertencia. Tal vez con tu decisión el mundo sea muy, muy
distinto, puede ser que sea para bien, puede ser que sea para mal. Y
créeme que yo no lo sé. Yo estaba convencido de que lo sucedido fue por
algo y que era el mal menor, aunque Selena fuera la absurda víctima de
semejante salvajada … Yo estaba convencido de que tal vez el mundo
podría ser más cruel con Selena si ella seguía su camino a la gloria y a
la fama. Estaba convencido de que Selena sufriría a niveles
inimaginables si todo seguía el curso normal de las cosas … Como te
decía, si estaba convencido de que Selena podía ser víctima a la corta o
a la larga, era mejor que fuera en ese momento y no después. Después,
después … ¿quién sabe si a Selena la querrían como en esa época? Te
resultará irónico, Ariel. Pero yo tampoco quise arriesgar, tampoco quise
ver qué podía pasar si decidía … si Selena no sufría nada ese feo día, y
seguía su camino y decidía su destino … Yo no quise impedir nada, ni
quise cambiar su destino … Pero como te veo decidido a ti, te cedo mi
lugar y espero que decidas por mí … Te soy sincero y te lo recalco. Todo
puede cambiar, no sólo la vida de Selena sino la tuya. Habrá que ver si
tú tienes con este otro destino la misma vida que la que tienes ahora,
pero al menos podrás contentarte con que tienes a Selena … ¿Qué me
dices? ¿Qué decides? … ¡¡Ah!! Te advierto … Sólo tienes 5 minutos para
decidirlo … Al cabo de ese tiempo ya nada podrás hacer y Selena jamás
podrá volver a este mundo ... Te juro que no es para presionarte … Así
son las reglas, amigo, y créeme que no las pongo sólo yo … Te espero … Y
te repito: sólo tienes … ahora 4 minutos con treinta segundos…”. Ariel
lo miraba perplejo y comenzó a transpirar. Se levantó y fue hacia una
ventana para abrirla y tomar aire. Se sentía ahogado, agobiado por el
calor y muerto de miedo. ¿Qué hacer? ¿Qué decidir? Más bien que quería
que Selena volviera. ¿Pero si resultaba que no era lo que él se
imaginaba? ¿Y si había logrado la fama pero ésta la había cambiado y la
había hecho engreída y egoísta? ¿Podría eso ocurrir? ¿Y si es como le
insinuó el señor y le pasó algo más terrible después? Selena aún no era
conocida en todo el mundo allá por 1995. Ella era ya una Reina en
Estados Unidos y México. Era ya muy admirada en Centroamérica y en
algunos países de Sudamérica, pero ¿qué pudo haber pasado en su primera
gira por Sudamérica, Europa, Oriente y todo el mundo? ¿Selena se habría
adaptado a otros recibimientos, a otros públicos? ¿Habría asimilado
alguna mala repercusión o no tan buena performance? Ariel temblaba
porque si se decidía por traerla a Selena tal vez podría sufrir aún más
… Y él … ¿qué sería de él? ¿Tendría la misma familia, las mismas
relaciones, los mismos amigos, el mismo ritmo de vida? ¿Y si perdía
todo? ¿Y si se quedaba solo en la vida, lejos, bien lejos de Selena, que
quién sabe en dónde andaría y cómo le iría? Ariel empezó a pensar que
tal vez era mejor dejar las cosas como están, que tal vez era mejor no
alterar el orden de las cosas. El mundo no es perfecto, se decía, muchas
cosas terribles en este mundo suceden cada día y tal vez lo de Selena
era una desgracia más, una locura más en este mundo despiadado y cruel.
Ariel respiró tranquilo, cerró la ventana del living de su casa y se dio
vuelta camino a su encuentro con el señor, que lo miraba fijo y lo
intimidaba señalando en lo alto su dedo índice de la mano derecha … “Un
minuto, Ariel, un minuto tienes … Al cabo de él todo habrá terminado y
todo seguirá igual … Bueno, algo no. Ya no tendrás que sufrir por
Selena. Te habrás dado cuenta de que era lo mejor que le podía pasar,
que tuviste la oportunidad de salvarla y preferiste no hacerlo, tal vez
por el bien de este mundo y de su armonía…”. Ariel comenzó a transpirar
de nuevo. Los segundos pasaban y quiso convencerse de que era lo mejor
para él, para Selena, para todos, para todo el mundo. Él no quería
perder todo, no quería alterar el mundo. Podía ser mejor, pero ¿a qué
precio? ¿Y si se quedaba sin nada? “…¡¡Treinta segundos, Ariel!”, le
recordaba el señor. “Pero no, no puedo dejar a Selena. Ella tenía mucho
por hacer, sólo tenía 23 años ... Ella casi no pudo tener vida propia y
ahora que lo estaba logrando esa pérfida le quitó todo… No la puedo
dejar sin tener una chance más…”, se repetía Ariel … “Diez segundos,
Ariel...”, lo exasperaba el señor. “Selena se merece vivir lo que yo
viví. Yo no soy nada al lado de ella. Yo no hice ni la mitad de lo que
ella hizo en tan poco tiempo, y ella quería más, mucho más. Tenía tanto
Amor para dar que…”, sentía Ariel … “¡¡Tiempo, Ariel!!”, lo intimidó el
Señor … “¡¡Sí, sí, por favor, te lo ruego!! ¡¡Tráela a Selena con
nosotros. Tráela a este mundo y que sea lo que el Señor quiera pero con
Selena viva, con Selena viviendo lo que tenga que vivir!!”, le dijo
Ariel arrodillándose a los pies del señor a modo de ruego desesperado.
El señor sólo se sonrió, hizo un fuerte chasquido a sus dedos y le dijo:
“¡¡Trato hecho!!” y desapareció ante sus propios ojos. Ariel se
desvaneció de la impresión y tardó varios minutos en reaccionar. Cuando
pudo levantarse pegó un grito de susto mayúsculo. Tomó conciencia del
trato y ahora tenía que corroborar qué era lo que estaba pasando. Miró a
su alrededor y notó que era la misma casa pero con distinta disposición,
con distintos adornos. Parecía ser más grande, pero no quiso mirar más.
Buscó algo que le permitiera ver cómo estaba el mundo y fue en busca de
lo primero que encontrara para que lo fuera enterando de lo que estaba
pasando. En el camino lo detuvo un fuerte sol que lo encegueció. Se
apartó de él yendo rápidamente hacia un costado y vio que había un
televisor. Tomó el control remoto y muy cuidadosamente fue pasando por
los canales. Temía el peor de los horrores y sólo deseaba que todo
estuviera bien con Selena. ¿Pero cómo enterarse? De pronto se detuvo en
un canal de noticias texano en el que estaban cubriendo una nota en la
que se veían miles y miles de fans que gritaban por Selena. Y el titular
del noticiario decía: “Selena de vuelta en casa”. Al rato el conductor
anunciaba la vuelta de Selena después de una gira exitosísima por toda
América y Europa, y que sólo se detuvo porque Selena necesitaba volver a
Corpus Christi al que extrañaba tanto ... De pronto vio a Selena y no
pudo contener el llanto. Se le veía más grande pero con la sonrisa de
siempre que la hacía tan pero tan encantadora. La vio con un niño en
brazos y uno en cada mano. Eran sus hijos ... Y la escuchaba decir sobre
lo contenta que estaba, de lo agradecida que estaba con su público y de
la necesidad de dar un concierto en su ciudad natal, y otros en San
Antonio, Houston y otras ciudades texanas en agradecimiento a su gente
que siempre la quiso y que le expresó su Amor en todos esos años.
También dijo que no pararía hasta tener sus 5 hijos prometidos y para
eso hizo aparecer en cámara a Chris para decirle “¿No es así, mi Amor?”
y echar una de sus clásicas carcajadas. Luego se fue no sin antes
abrazarse con cada uno de sus fans, y darle sus besos y autógrafos
prometidos. Ariel lloró y agradeció el ofrecimiento de ese señor y de
tener la valentía de haber pensado sólo en Selena a la hora de decidir
sobre lo que era mejor para todos … No podía ser más feliz viendo a
Selena viva y tan, tan feliz … “Pero mi Amor, ¿qué haces ya levantado?
¡¡Tienes que descansar bien!! ¿Has olvidado que vamos a ir a ver todos
juntos a Selena? Espero que…”. Ariel se sobresaltó pero en cuanto supo
qué pasaba no esperó que su esposa terminara. Se abalanzó sobre ella y
su hijo, y los abrazó y besó por largo rato. Ariel había temido perder
su destino por su decisión, pero allí estaban, como premio a su decisión
de vida. Olga le pidió a Jonathan que trajera los tiques que habían
comprado para el concierto de Selena y cuando estuvo a solas con Ariel
le dijo: “Tengo que darte una noticia. Y viendo lo cariñoso que estás
esta mañana, creo que es el momento más indicado. Es que…” y se le quedó
mirando fijo a su esposo con aire de suma ternura. Ariel al principio no
comprendió, pero luego abrió bien sus ojos y le dijo: “No, no puede ser.
¿No me digas que…?”. “Sí, mi Amor, tendremos una niña. No quise decirte
nada hasta estar segura de que todo estuviera bien, y no sólo lo está
sino que hasta me adelantaron el sexo … ¿No es un milagro? No sé qué
está pasando en este mundo pero es como si Dios hubiese venido a la
Tierra y todo está iluminado de su luz…”, le dijo Olga mientras le daba
un dulce beso en la mejilla. Ariel pensó en el señor que le dio esa
oportunidad y comprendió todo lo que estaba pasando. Quizá sin saberlo
su esposa había dado en la tecla …”Supongo que ya tenemos el nombre para
nuestra hija, ¿verdad?”, le dijo pícaramente. “¡¡Claro que sí!! ¡¡Le
pondremos Olga, como yo!!”, le dijo su esposa y se le quedó mirando
fijo. Ariel la miró consternado como tratando de buscar una explicación
a esa rareza de su esposa. Ella no pudo contener la risa: “¡¡Pero qué
tonto, eres!! ¡¡Claro que le pondremos Selena!! ¿Qué creías? Ella nos
unió y a ella le debemos todo. ¿Acaso no es así?”. Ariel se abrazó con
su esposa y ambos se fueron en busca de su hijo. Era hora de que él
supiera de la buena nueva. Era hora de que supiera que un mundo era
posible fruto del Amor de Selena que se corporizaría con el nacimiento
de su hermanita. Ariel nunca se sintió tan feliz. ¡¡Era tan fácil la
elección!! ¿Qué duda había? Apostó al Amor de Selena y sólo estaba
recibiendo Amor. Apostó a la vida de Selena y un mundo mejor era una
realidad. A veces, por no decir siempre, es mejor arriesgar y no
conformarse con lo que hay. A veces es mejor jugarse en la vida por los
sentimientos y no resignarse. A veces hay que apostar al Amor y no a la
conveniencia que nos da la realidad. Así lo comprendió Ariel y sólo
sentía alegría. Ahora que estaba Selena de nuevo en el mundo, él y toda
la humanidad no podían sentir más que dicha y felicidad. Ahora sí Ariel
podría vivir y hasta esperar la muerte tranquilo ... Selena había podido
vivir su vida y él no podía sentirse más que feliz por ello…
(Espero tener esa oportunidad alguna vez y tener la
valentía de decidir sin dudar, sin dudar de lo que puede pasar … Decidir
sólo pensando en Selena, en su Amor, en sus ganas, en su valentía, en
sus ganas de vivir … Las cosas pueden ser muy distintas pero siempre
serán mejores … Con el Amor y la presencia de Selena el mundo no puede
estar de otro modo que no sea de la mejor manera…)
Dios, Dios mío, sólo te pido una oportunidad, esa única
posibilidad de traer a Selena a este mundo. Señor, dale una nueva
oportunidad al Amor, dale una nueva oportunidad a la paz … Trae a
Selena, y te juro y te perjuro que seremos la humanidad que tanto has
soñado y por la que tanto has luchado…
Selena: sólo puedo decirte que te quiero mucho y daría mi
vida por verte feliz…
“¡¡Ay!!”, llegó a exclamar Selena y yo me sobresalté. No
hacía mucho me había levantado y la vi allí revolviendo ropa en la
recámara. Pero eso no hizo que dejara de dormir plácidamente. Ahora ese
grito me alarmó de veras. En un momento lo había entendido todo. Ayer,
30 de marzo, mi padre se había instalado en nuestra casa para pasar unos
días con nosotros. Se ve que Selena se había olvidado de que mi padre en
esa fea mañana estaba allí y justo cuando se estaba por ir lo vio salir
de la habitación de huéspedes. Selena una vez que salió del estado de
pánico y entendió lo que pasaba comenzó a soltar una de sus clásicas
carcajadas. Mi padre no paraba de pedir disculpas por haber ocasionado
con su presencia un terrible momento. Yo estaba por levantarme pero
Selena me detuvo y me dijo: “¡¡No es necesario que te levantes, Chris!!
Yo ya me iba. Sigue durmiendo. O en todo caso … ¡¡trata de calmar a tu
padre!!” y se siguió riendo con ganas mientras se iba de la casa. Yo le
di un beso en el aire como toda despedida mientras le decía a mi padre
que hiciera lo que tenía que hacer que pronto saldríamos a hacer las
compras para la cena de esa noche, que consistiría en ala de tiburón, mi
plato preferido, que lo cocinaría mi propia esposa. Me di vuelta como
para disfrutar mis últimos minutos de sueño antes de comenzar otro día.
Pensé que podía durar mucho más ya que el mal tiempo y la posibilidad de
que lloviera pronto me harían abrazar a la cama y no levantarme nunca
más. “Nunca más”, pensé y eso me estremeció. Abrí un ojo y pronto se me
abrieron los dos en tono de total alarma. Recordé a dónde iba Selena.
Recordé también lo que habíamos vivido ayer. Por un instante volví a
darme vuelta a la cama tratando de convencerme de que nada malo podría
ocurrir. Como mucho, un mal momento, sólo una discusión más producto de
una nueva mentira de esa mujer. Pensé que volvería a repetirse la misma
escena de ayer, cuando acompañé a Selena al Days Inn ante una nueva
convocatoria para entregarle esos benditos papeles que le requería
Selena y siempre con la condición de que fuera a solas. Pero lo de ayer
ya me había molestado. Era tarde y no iba a permitir que Selena tuviera
que volver sola e irritada por una nueva mentira de esa mujer. También
tenía miedo. ¿Pero miedo a qué? ¿Qué podía temer? ¿De que a Selena le
pudiera pasar algo por el camino? ¿De que algo le pudiera hacer esa
mujer? ¿Pero qué le haría? ¿Esa mujer que ayer vi en la cama del hotel
llorando mientras Selena la observaba con los brazos cruzados era motivo
de que yo temiera? No. No podía ser. Sin embargo, quise seguir
durmiendo, pero no pude. Algo me tenía mal, pero no sabía qué. Repasé
una y otra vez lo sucedido el día anterior, y aunque no sentía motivo
para preocuparme, había algo que no me gustaba. Ya no se trataba de que
me estaba hartando de las mentiras de esa mujer. Pensé si no había algo
más, si no había otros motivos detrás de querer ver a toda costa a
Selena a solas. Hasta hoy no dejaba de pensar lo mismo que me decía
Selena: que estaría más tranquila diciendo sus mentiras a solas con ella
y que Selena le siguiera la corriente que estar delante de mí o de
cualquiera de los Quintanilla a sabiendas de que ninguno de nosotros le
permitiríamos que nos siguiera demorando con la entrega de los papeles
con tan absurdas excusas. Hasta ese momento concedí seguirle el juego
porque lo peor que podía pasar era que esa mujer nunca le entregaría los
papeles y que nosotros la tuviésemos que despedir … Pero ahora, ahora
tenía otros temores, pero algo me bloqueaba, algo me impedía saber la
magnitud de mi temor. Cuando lo pensé bien, recordé que el día anterior
a última hora cuando Selena y yo nos disponíamos a dormir … Recordé que
nos despedimos como todas las noches, diciéndonos “Te amo” y hablando un
ratito de nuestros planes, de nuestros proyectos. Pero también recuerdo
que ese lindo momento fue interrumpido por un nuevo llamado de Saldívar.
Otra vez quería verla a solas. Selena quería ir, porque en nuestra
visita de ayer, ella le entregó unos papeles, pero no todos lo que
Selena quería, por lo que ella quería volver, pero yo le hice ver que no
tenía sentido insistir, que Saldívar seguiría con sus mentiras. Selena
me entendió resignadamente y no insistió pero ese llamado volvió a
encenderle las alarmas y su ansiedad por terminar con todo ese asunto
cuanto antes. Y el asunto para Selena era esos benditos papeles. Selena
era terca, terca como su padre. Selena tenía sus objetivos pero también
sus métodos y no se salía de ese libreto. Ella sabía desde hacía un
tiempo que el tema con Saldívar estaba terminado. Primero se lo hizo ver
Martín Gómez, el diseñador de “Selena Etc.”, que le habló de los malos
tratos de Saldívar no sólo con él sino con todas las personas que tenían
contacto directo con Selena. Luego se lo hicieron ver los fans, que
primero se quejaban de las promesas sin cumplir de Saldívar como
presidenta del club de fans ante las oficinas de “Selena Etc.” y a
través del correo del club de fans, pero ante la falta de respuesta de
Saldívar como responsable de ambas áreas, que por otra parte se las
había ingeniado para que ninguna queja la supiera más personas que ella
misma, se quejaron a q-productions, y allí se enteró el padre de Selena.
Él la recriminó públicamente ante la familia en una reunión organizada
por él y en la que participaron Suzette y la mismísima Selena, luego de
la cual le prohibió todo acceso a Saldívar en lo que tenía que ver con
sus negocios. Pero no lo hizo lo mismo en el área de “Selena Etc.”, el
negocio de Selena. Eso lo manejaría Selena y ella no quería echarla. Un
poco porque aún quería creer que esa mujer no era tan mala como parecía,
o al menos que no era tan mentirosa. Aparte, Selena quería manejar “el
tema Saldívar” a su modo. Ella pensaba que era mejor tenerla registrada
para así asegurarse de que todo lo que eventualmente le había robado
sería devuelto. Con echarla, pensaba, no lograría nada. Por otro lado,
Selena creía que lo peor que podía pasar era darle la seguridad a
Saldívar de que la echarían. ¿Cómo podrían solucionar el problema si
nosotros le dábamos la seguridad de que ella ya no tenía futuro ni en
“Selena Etc.”, ni en el club de fans ni en ningún otro lado? Yo siempre
pensé que no tenía sentido plantear el problema así, que era mejor dejar
todo en manos de un abogado y que él se encargara de solucionar todos
estos inconvenientes … Al fin y al cabo, todo esto no hacía más que
ocupar más tiempo en problemas de los que no tenía ningún sentido seguir
ocupándonos. Estuvimos en los últimos dos años ocupadísimos con la
enorme cantidad de compromisos que adquirió Selena producto de su
meteórico ascenso en su carrera como cantante. ¿Tenía sentido
preocuparnos ahora, justo ahora, por una pobre mujer insignificante
cuando teníamos tanto por hacer? Estábamos en un momento justo, en el
que estábamos a punto de lograr lo máximo. Selena estaba preparando un
disco en inglés, y si le iba bien, su carrera a la fama mundial sería un
hecho. Nosotros estábamos por mudarnos a nuestra nueva morada que sería
el comienzo de la consumación de nuestros proyectos. ¿Tenía sentido
demorarnos por la locura de una mujer que parecía no tener límite en sus
insistencias? Pero ahora que lo pensaba … Esa mujer, esa mujer había
estado en todos lados, estaba en todos nuestros asuntos, donde quiera
que fuéramos estaba ella. Recién ahora caía en la cuenta de que tenía el
control de muchas cosas, de muchos asuntos importantes que tenían que
ver con Selena. ¿Saldívar aceptaría así porque sí que fuera despedida
aunque tuviésemos las mejores tácticas para deshacernos de ella? ¿Y qué
haría si no aceptaba su derrota? ¿Hasta dónde podría llegar? Me levanté
de la cama abrumado. Estaba más que preocupado. Hasta ese momento
pensaba que esa mujer sólo quería estirar la agonía, que buscaría en la
compasión de Selena y en la imagen de lástima que desplegaba una nueva
oportunidad, una forma de seguir en nuestras vidas a como sea …¿Pero era
así? ¿Era tan así? Hasta ese momento había visto a Saldívar como una
simple mujer que durante mucho tiempo se le había tenido confianza
porque era servicial, bondadosa y hasta inofensiva con Selena. Y ahora
que todos pretendíamos alejarnos de ella no dejábamos de creer en esa
imagen que teníamos de ella … ¿Pero era esa la imagen real de Saldívar?
¿Era ella una pobre mujer que no sabía cómo retener a Selena luego de un
error o era algo peor, mucho peor que eso? Ella venía acumulando poder
desde hacía un largo tiempo. Saldívar había llegado a tener el control
de muchas cosas sobre Selena y de Selena misma. Hasta diría que había
llegado a tener el control de toda la familia Quintanilla. Aún puedo
recordar la recriminación de Suzette cuando hacía poquito su padre puso
en evidencia a Saldívar de todo … Claro, Suzette llegó a ponerla como
dama de honor en su casamiento, además de invitarla a Selena en la misma
condición … ¿Esa mujer aceptaría quedarse sin nada después de haberlo
tenido todo, o casi todo, de Selena? … Caminaba por mi casa con mucha
angustia. No sabía qué hacer. Pensé en llamar a Selena pero no me
parecía oportuno … Además, ¿qué le podría decir? Que tenga cuidado de
esa mujer porque no sé lo que haría … Selena se reiría y me diría que no
me preocupara … Como me dijo cuando se despidió hoy … Le dije a mi padre
que me acompañara a comprar de una vez por todas lo necesario para la
cena de esta noche. Tenía que despejar mi mente de una bendita vez…
Salimos con mi padre y traté de hablar de cualquier otra
cosa, pero fue inútil. Yo estaba angustiado y mi padre me preguntaba por
los proyectos que tenía con Selena. Para tratar de olvidarme un poco de
todo, le dije que estábamos por mudarnos, que Selena me hablaba de tener
cinco hijos en el futuro, que eso me hacía reír un poco, que tendríamos
que compaginar nuestro deseo personal con el profesional, ya que este
año era muy importante para Selena pues debía terminar el disco en
inglés, ir a numerosos programas a promoverlo, luego hacer giras por
todo Estados Unidos y en toda América Latina para seguir promoviendo
nuestros éxitos en español, y lo que haríamos en el futuro … De pronto
se me vino la mente el arma … Sí, el arma que había comprado Saldívar y
que se lo había mostrado a Selena … Casi por instinto pegué un volantazo
al auto y volví a dirigirme a mi casa. Mi padre me gritaba pero yo no le
entendía ni atendía. No es que buscaba algo en mi casa, pero era el
único lugar al que se me ocurría ir … Tal vez buscaba algo, tal vez fui
a cerciorarme de si en el contestador del teléfono de nuestro hogar
había algún mensaje, algún aviso de algo … O tal vez quería cerciorarme
de que no había nada … Rogaba que no hubiera nada, como rogaba que
Selena no hubiese ido a ese bendito lugar de ayer … El arma … ¡¡Claro,
el arma!! ¿Cómo no lo pensé antes? Querría no tenerlo todo claro, porque
si era así … estaba en manos de Dios … ¡¡Sí, ahora lo entendía todo!!
¡¡Esa mujer es una psicópata!! ¡¡Esa mujer quiere matar a Selena!! Me
mordía por no gritar a los cuatro vientos lo que sentía y pensaba, pero
aun en mi desesperación no quería alarmar a mi padre … Esa mujer compró
el arma para matar a Selena y bien pudo haberlo hecho hace dos semanas,
una, ayer, ¡¡hoy mismo!! Claro, ¡¡ahora lo entiendo!! Cuando el padre de
Selena la amenazó con denunciarla a la policía, ella pensó en que se
quedaba sin nada y allí empezó con sus excusas de ver a Selena a solas.
Sí, Selena me lo había contado. ¡¡Me lo contó todo!! Fue el 15 de marzo.
Fue en una de sus tantas convocatorias para darle los papeles que
“aclararían todo” lo referente a su situación con nosotros. Fue allí
cuando le dijo, para generar lástima, que tal vez lo mejor sería
renunciar para no provocar más problemas, y cuando Selena la tranquilizó
diciéndole que todos la querían mucho y que no quería que se fuera, allí
se puso tan contenta que dejó su imagen de lástima para pasar a la
euforia y al desprejuicio. Debió haberse sentido lo suficientemente
impune como para sentir que ya nada ni nadie podría con ella y como para
darle un pequeña pista a Selena. Por eso le dijo si quería ver lo que
tenía en el bolso y ante la respuesta afirmativa de Selena, esa mujer le
mostró el arma. Es como si le hubiese dicho: “¿Ahora entiendes? Si me
hubieses dicho que me ibas a despedir yo no hubiese dudado en matarte.
Esto te esperaba a ti. ¿Qué creías? ¿Qué te podías deshacer de mí tan
fácilmente? ¡¡Estás avisada para la próxima vez!!”. Sí, esa mujer es una
psicópata. Es peor, mucho peor de lo que imaginábamos. Allí le dio una
pista, típica de un psicótico, a sabiendas de que Selena no iba a darse
cuenta del significado en el acto, pero una pista lo suficientemente
clara para esa mujer, esa muestra de placer que sólo estos locos lo
entienden. Me viene a la mente lo que hizo el asesino de John Lennon. Él
no se contentaba con lo que iba a hacer en la noche del crimen. No podía
matar a Lennon no sin antes hacer algo que le permitiera a Lennon
pensar, aunque sea por un segundo, si esa persona que le apuntaba con el
arma no la había visto antes, no la había visto y no le había prestado
mucha atención. Por eso fue a la mañana a esperarlo en la puerta del
Dakota para pedirle un autógrafo y que se lo firmara en su último álbum.
¿Qué mejor que pedirle un autógrafo para luego esperarlo esa misma noche
en el mismo lugar para matarlo no sin antes anunciarse, no sin antes
darle una oportunidad para que Lennon se acordara de él? ¡¡Sí, claro!!
Esa mujer está haciendo lo mismo, ¡¡exactamente lo mismo!! Y puede que
lo esté haciendo ahora, en este mismo momento, como pudo haberlo hecho
hace dos semanas, ¡¡como pudo haberlo hecho ayer!! … Llegué a toda
velocidad a mi casa. Ni presté atención a los gritos de mi padre. Me
abalancé al contestador. Se me paralizó el corazón cuando vi que había
un mensaje allí. Con todo el terror apreté el botón y quedé a merced de
lo peor que pudiera escuchar. Pero para mi desconcierto y a la vez
alivio vi que era el mensaje de un amigo mío que trataba de ubicarme. Me
pregunté por qué no me había llamado al celular y allí advertí que no lo
tenía. Eso me inquietó más pero de pronto sonó el teléfono. Al atender
fue como recibir el llamado de Dios. ¡¡Era Selena!! Me dijo que estaba
en mi camioneta, porque para variar no había encontrado las llaves de su
auto, y al llevarse mi camioneta, también se llevó mi celular. Iba a
preguntarle dónde estaba y con quién tratando de mantenerme en la mayor
de las calmas. “Estoy aquí con ella. Vengo del hospital y por suerte no
le encontraron nada…”, me dijo, para decirme luego en tono mucho más
bajo: “Ya comprobé la última de sus mentiras. La dejo en el hotel y me
vuelvo a casa…”. Yo entré en pánico. Estaba seguro, casi convencido, de
que esa mujer lo haría apenas pisaran el hotel, y aunque quisiera yo no
llegaría. Pensé en cualquier excusa que la desviara o la detuviera en el
camino. De nada serviría explicarle mis temores y certezas. Ella no lo
creería. Para Selena todo estaba resuelto y ya nada la detendría en su
objetivo. No tenía forma de explicarle por celular y menos estando ella
cerca que era Saldívar la que tenía todo resuelto y que nadie impediría
lo que tenía decidido hacer unas cuantas semanas atrás. Gritar, alertar,
implorar de nada serviría, estando el peligro tan cerca y a un disparo.
En un segundo se me pasaron todas las imágenes, todo lo que sobrevendría
después si se daba lo que esa perversa quería. Pensé en la bata que dejó
Selena en la bañera, en las cuentas que habíamos dejado pendientes del
día anterior, imaginé un nuevo mensaje en el contestador, esta vez de
algún familiar, por caso de una tía, que me avisaba de que debía
concurrir de inmediato al hospital porque algo le había ocurrido a
Selena, pensé en nuestro tercer aniversario a cumplirse en sólo dos días
hecho añicos, pensé en el escenario en el que mañana nos presentaríamos
en Los Ángeles para dar nuestro siguiente concierto devenido en un
santuario en el que se le harían ofrendas y recuerdos a Selena, pensé en
el campo que compramos con Selena abandonado ante la ausencia de ella,
pensé en lo que sería mi vida sin mi esposa, sin ninguna motivación para
querer seguir a pesar de todo. Me sentí caminando en una cornisa en la
que, ante cualquier tropiezo, cualquier error, me llevaría al horror. Y
tenía a Selena, o la voz de Selena, en la palma de mi mano … y a la
asesina, o eventual asesina, al lado, a unos escasos metros del objetivo
… “Oye, Selena … ¡¡No sabes lo que me pasó!! No encontré la aleta de
tiburón para la cena de esta noche. ¿Se te ocurre otro lugar en el que
se la pueda comprar?”. Selena comenzó a reír con ganas. “¿De veras es lo
que me dices? No puedo creer que te haya pasado esto. Mira. Acabo de
pasar por un lugar en el que podría comprarlo, ¿pero qué te parece
si…?”, me dijo. “Mira, Selena … ¿Por qué no vas tú? Es que yo estoy con
mi padre y pensábamos ir a visitar a uno de nuestros parientes que está
a una hora de aquí … Disculpa que te pida esto. ¿Tú estás lejos del Days
Inn?”, le dije casi susurrando. “¡¡No!! Estoy sólo a quince calles …
Está bien, por ser tú cuando vuelva del motel paso y te la compro. No
tardaré…”. Entré en la más absoluta desesperación. Sabía que si seguía
camino, era el fin. No podía alarmarla, pero en cierto modo tenía que
hacerlo. Me sentía como la protagonista de la película “La niebla”, de
John Carpenter. Me contenía para no gritar, pero casi no lo podía
evitar. “Selena. Sigue conduciendo como si nada. No digas nada. No
comentes nada. Sólo di que te detendrás en la pescadería y ni le des
tiempo a que haga nada. Ella no devolvió el arma aunque se lo pediste y
no sé qué hará con ella. Sólo detente y por nada del mundo vayas al Days
Inn. Dime que lo has comprendido y espera a que vaya por allí”, le dije
con desesperada calma. “Está bien, comprendido”, dijo Selena con una voz
que disimulaba el temor y cortó. En cuanto cortamos la comunicación,
salí corriendo al auto y fui en búsqueda de Selena. Ni me fijé en mi
padre ni reparé en lo que estaba haciendo. Yo estaba presa del pánico
pero decidido a lo que tenía que hacer. Fui violando todas las reglas de
tránsito en busca de la calle que iba del hospital al Days Inn. Con
desesperación llegué al lugar sin saber con qué podría encontrarme.
Tenía terror de que la asesina se hubiese avivado de todo y hubiese
disparado o al menos amenazado a Selena. También tenía miedo por la
actitud de Selena. Yo le había adelantado algo de lo que podría suceder
…Estacioné lo más disimuladamente posible y me dirigí a la pescadería.
Me fui acercando lo más alejado del centro de la puerta para que no me
vieran desde adentro. Cuando por fin entré, para mi desesperación no vi
a Selena ni a esa mujer en el lugar. Busqué entre la gente que estaba en
el comercio y no las podía ubicar. Corrí hasta la puerta en busca de la
camioneta en la que iba Selena y no la encontraba. Preso de la
desesperación comencé a gritar por ella y nadie me contestaba. Estaba
por tomar mi auto para ir al Days Inn cuando vi que un vehículo a toda
velocidad pasó tan cerca de mí que casi me pisa. Estaba por insultar
cuando vi que era Selena ... Se ve que me quiso dar una señal de extrema
advertencia al no poder pedirme auxilio a los gritos. Decidí ir al motel
por un camino alternativo para llegar antes. Avancé lo más rápido que
pude hasta que llegué al lugar y a la habitación que tan bien conocía
desde ayer. Seguía con la agitación y con el terror de que las cosas
sucedieran antes de que yo pudiera hacer algo. Al poco tiempo de estar
allí escuché acercar a dos personas que discutían pero una de ellas
trataba por todos los medios que no se las escuchara, pues la otra lo
hacía con toda la intención de que lo notaran. Selena había encontrado
por primera vez en la sobreactuación su forma de supervivencia ... La
pérfida buscaba evitar el escándalo hasta que llegaran a la habitación y
así cumplir con su cometido … Cuando estaban por ingresar yo me adelanté
y dirigiéndome a Selena le dije: “¿Pero qué pasa aquí, Selena? ¿Otra vez
aquí como ayer? Te busqué en la pescadería. Como no te vi, supuse que
estabas aquí”. “¿Con qué tú eras, eh? Debí suponer que todo era una
trampa. ¡¡Vamos!! ¡¡Entra a la habitación!! ¡¡Aclararemos las cosas de
una buena vez!!”, me dijo la pérfida blandiendo su arma. Yo miré a
Selena y su cara de ruego me hizo saber que la salvé por un pelito pero
ahora estábamos por sucumbir los dos en poco tiempo ... Sólo me
consolaba del momento que si pasaba lo peor, al menos nos iríamos los
dos juntos … Simulé que acataba su orden y esperé el momento en el que
pensé que podría hacer algo … sin lastimar a Selena … Cuando pasé detrás
de Selena entrando a la habitación giré temerariamente y manotee el arma
de la mujer y cayó. Cuando estaba por tomarla ella se me adelantó y la
pateó, tras lo cual fue en busca de ella para acabar todo de una vez.
Miré desde el suelo a Selena y sólo corrí a abrazarla. Era lo único que
me quedaba. Que pasara sobre mi cadáver antes de que la tocara. Selena
se abalanzó sobre mí, me dio un beso y me dijo: “¡¡Te amo, Chris!!”.
“¡¡Yo también, Selena!! ¡¡Que el Señor se apiade de nosotros!!”, le dije
mientras buscaba una última salvación antes de que la asesina viniera a
por nosotros. Cuando ella tomó el arma y estaba dispuesta a entrar a la
habitación a cumplir con su cometido, apareció mi padre, ¡¡sí mi
padre!!, al grito de “¡¡Tú no vas a ningún lado, mala mujer!!”. Estaba
por gritarle que se apartara de allí cuando de pronto vi que detrás de
él estaba el padre de Selena y la policía. La pérfida abrió sus manos en
señal de ruego pero la policía no tuvo ningún miramiento. La esposaron
de inmediato y se la llevaron. Yo estaba sin habla con Selena abrazada a
mí y llorando. Mi padre se acercó y me dijo: “Tú te fuiste sin decirme
nada. Sabía que algo no andaba bien y fui en busca de Abraham y le conté
lo que pasaba. El resto es historia conocida…”. Abracé a mi padre con
fuerza y agradecí que el Señor lo pusiera justo en mi casa el día
anterior. El padre de Selena se abrazó con su hija y lloró como nunca lo
había hecho y le prometió que no la expondría jamás a semejante
situación si él tomaba la decisión de despedir a alguien cercano a ella
... Había algo que aprendí ese día. Las cosas suceden por algo. Nada es
casualidad. Aprendí que no sólo había que dar cuenta de las señales de
alarma sino que debía actuarse en consecuencia y rápidamente, sin
esperar otras señales más claras, pues si no se lamentaría para siempre
no haber hecho lo que correspondía. También aprendí que había que estar
a la altura de las circunstancias. Que si Selena ya era una estrella y
una promesa mundial no tenía que exponerse a ciertos problemas generados
por psicópatas que encima conocíamos. Bastante teníamos con los
desconocidos como para que nos dejáramos madrugar por los que ya
conocíamos bien…
Cuando pudimos recuperarnos de lo peor, le pregunté a
Selena: “¿Quieres ser una estrella?”. Me contestó afirmativamente. Le
volví a preguntar: “¿Quieres ser una famosa diseñadora?” Me dijo que
claro que sí. Y por fin le pregunté: “¿Quieres ser feliz?”. “¡¡Por
supuesto!!”, me contestó. “¿Entonces qué esperas?. Sólo mira para
adelante en la vida y déjate acompañar por los que quieren lo mejor para
ti. No sigas jamás a esa gente que sólo pide y nada te da más que
problemas. ¿Me lo prometes?”. Selena se abalanzó sobre mí y me exclamó:
“¡¡Claro que te lo prometo!!!”, sin dejarme de darme miles de besos.
Fuimos a nuestra casa sin dejar de estar abrazados. Cuando entramos sólo
le dije: “Fijate en el baño. Te has olvidado de guardar la bata. Ya es
hora de hacerlo. ¡¡Y prepárate que tenemos que cenar con mi padre y que
mañana tenemos que dar nuestro mejor concierto!!”. Selena se fue
cantando al baño mientras yo miraba hacia afuera. Todo parecía haber
cambiado de golpe. El día lucía de pronto despejado y con el sol a
pleno. Eso también era otra señal. Una señal de que íbamos por buen
camino. Una señal de que sería feliz por siempre y para siempre con
Selena, siempre con Selena…
(Te acompaño en el sentimiento, Chris. Cada una de las
palabras que expresas en tu libro es el sentir de todos los corazones
rotos por la ausencia de Selena. Ojalá nunca hubieses tenido que
escribir ese libro como yo de escribir sobre Selena aun a riesgo de no
conocerla jamás. Porque si así hubiesen sido las cosas, Selena estaría
viva, feliz, sonriente y con los sueños cumplidos al lado tuyo, Chris. Y
eso, sólo eso era lo más importante. Yo también hubiese dado lo que sea
por cambiar ese triste final. Yo aún no pierdo las esperanzas, como tú
tampoco, Chris. Yo sigo esperando el día en el que me levante y vea a
Selena con su sonrisa de felicidad por todo lo hecho y por lo bueno por
hacer…)
Yo no pierdo las esperanzas, Selena. Por eso estoy aquí…
Te quiere con toda el Alma, por siempre y para siempre…
Algo
bueno deja ese bendito paso del tiempo, Selena…
Muchas veces he pensado que el paso del tiempo es algo lo
suficientemente devastador como para ser superado, máxime si muchas
cosas han quedado en el camino, si tantos sueños se quedaron sin
cumplir. Siempre sostuve que el paso del tiempo va borrando poquito a
poquito todo lo que se fue construyendo hasta no dejar más que apenas
unas pocas huellas que algunos atentos o afortunados advierten. Siempre
estuve convencido de que el paso del tiempo fue el enemigo más temido
que ha tenido Selena en todos estos años de ausencia. Quizá el saber de
su historia y de lo que quedó de ella tras su absurda partida me hizo
temer que nos quedaríamos con esos viejos discursos y relatos que nos
dirían que alguna vez hubo una tal Selena que alegró a tanta gente, y
que fue una artista extraordinaria y mejor persona ... Porque al
principio el tener tan cerca, tan vívido el recuerdo de Selena hace que
todo se vea como algo presente, algo que sigue allí vivo, muy vivo, en
el Alma de la gente y de toda una generación que creció y vivió con
ella. Pero después, justamente después … el paso del tiempo nos obliga a
seguir, a seguir a pesar de todo, a vivir esperanzados con otros sueños,
con otras personas. Nuestro propio instinto de supervivencia y nuestros
deseos de vivir a pesar de todo, y de no pensar que hay algo que nos
llevará para siempre de este mundo, nos lleva a transitar el camino y a
tener a Selena como se pueda, con fotos, con recuerdos, con sus discos,
con su mensaje de vida. Pero el paso del tiempo nos puede poner en una
de sus trampas, que es congelar la imagen, transformar al ser humano que
nos hizo despertar las mayores de las pasiones y los más nobles
sentimientos en el frío de los monumentos, de los homenajes en las
fechas importantes, de esas palabras repetidas que de tan repetidas le
quitan lo más lindo que nos ha dejado Selena, que no fue sólo su Legado
musical sino su bella persona, ese ser lleno de vida, lleno de
proyectos, lleno de ganas, ganas de crecer, ganas de innovar, ganas de
hacer algo por uno y por los demás todos los días. En lo personal, la
peor sensación del paso del tiempo es ver cuando las personas actúan en
el recuerdo de quien fuere como si nada hubiese cambiado, como si se
pudiera actuar en la vida imaginando que Selena hoy haría esas cosas por
las que más se recuerda, por la que se la homenajea … Nada más errado …
Sé que es una sensación estrictamente personal, pero me genera mucha
tristeza cuando en algún homenaje a Selena ver expresiones de gente
cantando o bailando sea en Corpus Christi, sea en San Antonio, sea en
donde fuere, aquellas canciones de Selena. También me da mucha tristeza
esos discursos de homenaje con lo que Selena hizo, con lo que Selena
fue. Siento como ver una estatua de Selena. Puede ser muy linda, puede
ser la mejor expresión de lo que era Selena como artista, pero esa
estatua como esos homenajes se van deteriorando por ese bendito paso del
tiempo, ese bendito paso del tiempo que erosiona todo y le quita vida a
lo que toca. Sólo la presencia de Selena podría impedir ese efecto
devastador, pero no sólo por su presencia sino por todo lo que ella
generaba. Tal vez por eso me genera tanta tristeza los homenajes y los
recuerdos sobre Selena. Porque le falta esa energía, esa energía que
sólo Selena podía dar, como su Amor…
Creo también que aquello horroroso que se le ha hecho a
Selena condicionó sobre cómo recordar a Selena. Porque la vida es tan,
tan injusta, que no sólo se llevó de este mundo a una mujer tan joven
que sólo generaba alegría a su alrededor sino que se la llevó de la peor
manera: lastimándola en un contexto en el que inevitablemente se
generarían dudas y conjeturas. Los que saldrían a defender la imagen de
Selena tendrían que construir un relato, una versión de los hechos que
resaltarían la figura de Selena en la que no habría ni manchas ni dudas,
pues si así se exhibiera alimentaría más la incertidumbre de aquellos
que noblemente se preguntaban por qué había sucedido aquello, como las
habladurías de aquellos que maliciosamente querrían ver un lado sórdido
en la vida de Selena que le llevó a su trágico final. Y ese panorama
sólo hizo que por mucho tiempo se pensara que había dos formas de ver
las cosas sobre Selena: o se creía en el padre de Selena o no. Tan
simple como eso. Siempre diré que bien hizo el padre de Selena en
apresurarse en difundir su visión de las cosas, porque las reacciones
contra él por lo ocurrido, una vez pasado el mayor de los dolores, no se
harían esperar, y no hay peor cosa que la visión de uno surja como
contestación a una severa acusación, en vez de ser la primera versión de
los hechos. “El que pega primero, pega dos veces”, se suele decir, y eso
fue una virtud del padre de Selena. Porque si el Señor Quintanilla
hubiese dado su punto de vista luego de escuchar las barbaridades de la
asesina o luego de la publicación del libro de María Celeste Arrarás,
hoy él estaría ciertamente en desventaja, aunque estuviera más cerca de
la verdad y del cariño de la gente que todos aquellos que se quisieron
aprovechar de la suerte de Selena no sólo para ganar mucho dinero, sino
para instalar dudas y para dejar una imagen de Selena que distaba
enormemente de ser la verídica. Aún recuerdo el final de libro de
Arrarás y me pregunto qué dirá ella misma de lo que escribió sobre sus
conjeturas sobre lo que le ocurrió a Selena, ahora que pasó tanto
tiempo, ese bendito tiempo … Ella debería dar tantas o más explicaciones
que tantos otros que tienen que ver con la vida y con el final de
Selena…
Durante mucho tiempo la gente se acostumbró a esas dos
visiones sobre Selena, aunque una de ellas fue enormemente mayoritaria,
fundamentalmente porque Selena era tremendamente popular y querida. Creo
que muchos de nosotros nos quedamos con esa imagen de Selena que se
plasmó en la película sobre su vida que paradógicamente hizo famosa a
Jennifer López, una artista que ya tenía su popularidad, pero que aun
así no alcanzaba las adhesiones que tenía Selena. El paso del tiempo
también borra esas realidades como el hecho de que evidentemente Selena
hubiese hecho el camino que JLo terminó realizando. También es muy
cierto que a Jennifer López la película le hizo ver que ella debía
pensar y estudiar cada decisión, cada paso que haría en su vida para no
cometer los mismos errores de Selena, e imitar aquello que tan bien
hacía Selena. Y seguramente al decir uno esto, más de una persona
pensará en la carrera musical de Jennifer López. Y en realidad no me
refiero sólo a eso. También me refiero a la otra faceta de Selena, la
más creativa, la que más tenía que ver con ella, que era la de ser
diseñadora y creadora de sus propios productos, de su propia marca. Si
uno observa detenidamente la carrera de JLo verá que ella hizo no sólo
el mismo recorrido musical que hubiese hecho Selena, sino que lanzó su
propia línea de ropa, de diseños, de perfumes. Ella hizo de su nombre
una marca, de ser Jennifer López a ser simplemente JLo. Ella supo
construir su carrera no sólo con el éxito de la película “Selena” sino
con haber aprendido lo bueno y lo malo de lo vivenciado por Selena y su
familia. Una película que Gregory Navas, director y guionista de le
película, trató de que no fuera sólo la corporización de una visión de
Selena, que se resumiera en la exaltación del “mito” y de la “leyenda”,
sino de insertar imágenes que permitieran “colar” entre la historia
contada en función del relato del padre de Selena otras imágenes que
permitieran apreciar aun más lo que Selena era como persona. Ya el mismo
Señor Quintanilla, en el programa de Cristina Saralegui, al año de la
partida de Selena, admitió que Gregory Navas lo persuadió a que en la
película debía mencionar lo que le había pasado a Selena, que debía
darles un mensaje a aquellos admiradores que se preguntaban por qué
había sucedido aquello. Y el director de la película no se contentó sólo
con convencerlo de ello y con seguir disciplinadamente el relato
familiar. Por eso nunca me pareció casual que allá por 1997 Gregory
Navas, entre escena y escena de la película, nos mostrara cómo se sentía
Selena en plena adolescencia viendo a una pareja besarse mientras ella
iba del concierto al autobús y del autobús al concierto sin tener casi
tiempo para estar sola con sus sentimientos más profundos, y que una vez
pasada esa sensación y ante la aparición de una cámara manejada por
Suzette actuara como si nada sucediera, como si todo fuera felicidad en
su vida, como si no pasara nada en particular por su Alma. Tampoco me
pareció casual que luego de que relatara la disputa entre Selena y su
padre por Chris, ella, con la excusa de aceptar un reto (al que nunca se
negaba), se lanzara desde una altura enorme en ese juego peligroso de
”bungee jumping”, con todo el riesgo que corrió por haberlo hecho (y que
mucho tiempo después Chris admitiera en su libro que fue tan real como
que salió lastimada de semejante “chiste”). Y en lo personal no me
pareció nada azaroso que al final de la película pusiera dos imágenes
pegadas, una al lado de la otra, que graficaban un hecho que se estaba
dando por aquel nefasto marzo de 1995. Una, el padre de Selena
felicitándola, luego de escucharla grabar “I could fall in love”. E
inmediatamente después, la escena en la que la asesina le regala el
bendito anillo a Selena como premio por sus éxitos y por la grabación de
su disco en inglés. Todas estas escenas marcaban la necesidad, aunque
sea como muestrarios en cuentagotas, de poner no sólo la imagen de la
cantante exitosa, de la artista excepcional, sino del ser humano, de la
mujer que soñaba, que dudaba, que lloraba, que reía, que sentía … Porque
por sobre todas las cosas Selena era una mujer con profundos
sentimientos, y una visión de la vida y de las cosas que su propio
destino no le permitió poder expresar en su real dimensión. Cuando pudo
expresarlo, no tuvo tanto tiempo. Sólo se vieron bosquejos de sus
objetivos, y de lo que quería para sí y para los demás. Y aun así tantas
eran sus ganas de hacer, de expresar, de vivir, que dejó muchas más
cosas que el tiempo y le vida le permitieron … El paso del tiempo fue
mostrando lo que esas dos “visiones” de Selena impidieron verla en su
real dimensión … Lo que era Selena: una chica, una simple mujer que
tenía una vida por vivir y que mientras tuvo oportunidad de hacerlo lo
hizo intensamente. Pero para 1997 la perdida y el dolor, como la
malicia, las ambiciones y los intereses, estaban tan presentes como para
permitirse explorar sobre este aspecto tan esencial en Selena como su
propio Legado artístico y musical … Por eso no fue casual que en ese
1997 salieran a la luz la película sobre Selena y el libro de Arrarás.
Una sostenida por el relato de la Familia Quintanilla. El otro, por la
visión y el relato de la asesina. Dos visiones, dos intereses que
reflejaban un momento, un sentir, una época … Pero no todo. Había algo
que faltaba y que se corporizaba en la figura de Selena. Ella, que fue
la única víctima, la principal protagonista de la historia y
paradógicamente, la gran ausente, no estaba, y con ella no estaban sus
sentimientos, sus sueños, su palabra. No estaba su versión de lo que
ocurrió aquel nefasto y lluvioso 31 de marzo de 1995, no estaba lo que
sentía sobre lo que se decía de ella, no estaba su sonrisa, no estaba su
voz, no estaba su encanto. Todos hablaban de ella, pero no estaba Selena
para decir lo que pensaba y sentía en ese momento. Esa sensación, que
estuvo en el ambiente durante tantos años, fue tapada por visiones, por
comentarios, por análisis de especialistas, por el juicio a la asesina,
por los comentarios insultantes y psicóticos de la asesina, por las
dudas y las certezas. Lo principal, lo más valioso, que era Selena,
estaba ausente, escondido, sin nadie que lo representara. En el juicio a
la asesina, el abogado defensor se permitió preguntar qué se suponía que
haría si Selena misma apareciera por unas de las puertas del Tribunal.
El Fiscal, como buen tino, le contestó con total lógica que si Selena
apareciera por esa eventual puerta, entonces ese juicio no existiría. Yo
más bien diría que más de uno se hubiese paralizado si Selena hubiese
aparecido por esa puerta, no tanto por el susto que se pegarían muchos
sino por el temor de lo que podría decir Selena, ese mismo temor y
cobardía que la hicieron partir de este mundo…
Durante muchos años todo el que ha admirado a Selena
convivió con estos dos mundos, más allá de que se compartiera o no con
ellos, más allá de que algunos de esos mundos realmente lo representara
…Con total lógica me atrevo a decir que uno que realmente quiere a
Selena está más cerca de una de esas visiones que de la otra, pero el
hecho de suscribir más a uno de esos mundos de ninguna manera implica
aceptar ciegamente esa visión … Siempre quedaron dudas, siempre quedaron
preguntas sin respuestas … Y por supuesto esas respuestas nunca
estuvieron en el otro mundo … El paso del tiempo lo ha marcado una y
otra vez, y se encargó de demostrar que las dudas de uno de los mundos
nunca fueron subsanadas ni con la resolución del juicio, ni con ciertas
certezas, ni con la confirmación de que no había ninguna duda sobre la
integridad de Selena, ni con la concreción de que lo que decían la
asesina y su familia eran mentiras, absolutas mentiras, mentiras que
llevaron al equívoco de la Familia Quintanilla y a la pérdida de Selena.
Siempre estarán presentes las preguntas “¿Por qué? ¿Para qué? ¿Cómo no
se dieron cuenta? ¿Por qué ese día? ¿Por qué la asesina compró el arma,
la devolvió y la volvió a comprar? ¿Por qué la familia la convocó para
pedirle explicaciones, luego la pensaban echar y luego decidió dejarla
trabajando con ellos? ¿Cómo no pensaron que algo la asesina iba a hacer
algo si estaba la posibilidad cierta de ser echada luego de ser acusada?
¿Qué pasó entre el 10 y 28 de marzo? ¿Qué pasó para que la asesina
tomara de nuevo el arma? ¿Qué pasó el día anterior al nefasto día? ¿Por
qué Selena se fue a verla? ¿Por qué nadie se preocupó al no estar en su
casa ni en el estudio ni en un lugar conocido? ¿Acaso la esperaban esa
mañana en el estudio para grabar? ¿Por qué se insistió tanto en que
nadie se alarmó porque Selena “siempre llegaba tarde”, pero nadie se
preocupó porque ella no llamó a nadie y ella siempre cumplía
puntualmente con sus compromisos? Éstas y tantas otras preguntas
estuvieron siempre presentes luego de que el mundo paró de llorar por
Selena y buscó una explicación, una mínima explicación que le permitiera
entender algo, algo que le permitiera pensar que fue inevitable esa
desgracia, y no que fue algo que se pudo haber evitado y que por ceguera
o impericia no se pudo evitar. El paso del tiempo, ese bendito paso del
tiempo, se encargó de mantener esas preguntas aun cuando esos dos mundos
quisieran con sus versiones dejar verdades reveladas sin ningún margen
para dudar de nada … Y mientras el profundo dolor y la negación de
aceptar que algo así podía pasarle a Selena mantuvo en vida esas dos
visiones, el paso del tiempo fue quitándole todo sentido a que, para
hablar de Selena, sólo se podía opinar, con diferencia de matices, en
uno u otro sentido. Ya para el 2007 que uno siguiera viendo expresiones
en favor de uno u otro “bando” sonaban anacrónicas, sin sentido, que
todavía se escucharan o leyeran cosas del estilo “dejen en paz a Selena”
como una manera de criticar a la Familia Quintanilla o con la excusa de
criticar los recuerdos a su legado sonaban ya anacrónicos, como también
sonaba atemporal que para recordar como se debía a Selena había que
aceptar con los ojos cerrados cada afirmación y opinión de la Familia
Quintanilla ante cualquier duda que hubiera. Nada más que claro que la
única persona autorizada para hablar de Selena era ella misma, pero
Selena no está desde 1995 … Por eso creo que todos, con el paso del
tiempo, se dieron cuenta de que la mejor forma de recordar a Selena,
desde lo más hermoso hasta lo más desgraciado, no era precisamente
dejándola “descansar en paz”. Eso sólo si ella hubiese elegido ese
destino. Y todos sabemos que no lo fue. Tampoco para recordarla hay que
atenerse sólo a lo que ha dicho su propia familia. También se puede uno
apoyar en aquella gente que tanto la quiso. Más bien que ellos son la
opinión más autorizada para hablar de Selena, pero no es la única. Hay
mucha gente con tantas ganas de decir, con tantas ganas de recordar a
Selena como era y con Amor, como ella quería, y tratando de encontrar
respuestas a tantas preguntas que quedaron flotando desde el 31 de marzo
de 1995 … El paso del tiempo … ese bendito paso del tiempo … que se
encargó de que muchas “verdades” fueran relativizadas al poco tiempo,
cuando se hizo el juicio a la asesina, y cuando se fueron desmoronando
tantas declaraciones que parecían decir mucho y terminaban no diciendo
nada … Nada es casual en la vida … Hace muy poquito el padre de Selena
prometió que sacaría un dvd en coproducción con la Disney para explicar
lo que sucedió aquel nefasto día …Una promesa que atiende el clamor
popular de tantos años, de tanta gente que aún ama a Selena y que la
quiere tanto …Una promesa que demuestra que no se dijo todo lo que
sucedió aquel día … Sólo espero que no se lo haya hecho por preservar la
figura de Selena en aquellos tiempos, ya que revelar algunas cosas, por
mínimas que fueran, en aquel contexto hubiese despertado toda clase de
especulaciones y de miserias, y que hoy, con el paso del tiempo, no
genera más que tranquilidad para todos por saber que no se pudo evitar
la tragedia, y que con ello realmente Selena puede estar descansando en
paz aunque nunca con la felicidad que mereció tener después de tantos
sacrificios y privaciones…
Siempre pensé que el paso del tiempo era negativo y más
aún en el recuerdo de Selena. Había empezado a resignarme a que iba a
ser muy difícil poder preservar la figura de Selena intentando explicar
más y rescatar a Selena como persona, como una mujer de carne y hueso
que tenía planes, certezas, contradicciones, dudas, alegrías, enojos …
Me da placer ver no sólo que sale más material de Selena, aun sabiendo
que me parece increíble que no se pueda ver nada, absolutamente nada,
del concierto del Astrodome 1994 por egoísmo de los dueños de los
derechos de emisión de dicho concierto. Pero el hecho de ver que de
parte de la Familia Quintanilla haya planes de realizar cds, dvds y toda
clase de actividades que hacen al Legado y al recuerdo de nuestra Selena
es altamente gratificante para mí … Pero en los últimos tiempos estoy
contento por algo, algo que va más allá que ver tributos a Selena. Me
pone contento de escuchar voces, voces de gente que recuerda a Selena
como persona, gente que busca una explicación a lo que ha sucedido
tratando de dar su interpretación genuina y sincera de las cosas, y de
contribuir así al recuerdo de Selena. Alguna vez escuché decir al padre
de Selena que él no autorizaba a la mayoría de los libros publicados
sobre Selena porque muchos de sus autores ni siquiera se acercaron a
ellos para preguntarles sobre Selena. Entiendo su posición, pero no la
comparto, pues se pueden hacer buenos libros sobre alguien sin tener que
hacer entrevistas directas sobre algunos protagonistas de la historia
como se hacen malos libros habiendo tenido contactos concretos con los
que han tenido que ver con la historia. Uno sabe que el padre de Selena
le ha dado entrevistas a María Celeste Arrarás. ¿Eso significa que el de
ella fue un buen libro y fiel representación de lo que pasó con Selena y
una respetuosa exposición de su figura? … Más allá de la respuesta a esa
pregunta, estoy convencido de que hay que escuchar a todos y respetar a
cada uno. Hay que saber escuchar la opinión de todos y sacar sus propias
conclusiones. Yo estoy viviendo un momento particular y muy triste en mi
país en el que constantemente se fomenta la descalificación y hasta el
insulto para quienes no piensan igual que el que emite una opinión …
¿Tiene sentido vivir las cosas de esa modo, entender sólo las cosas con
una visión, con una palabra, con una manera de ver la vida sin tocar una
coma la opinión del que se cree más autorizado para emitirla? ¿Tiene
sentido vivir con un relato, con un pensamiento único los
acontecimientos que tienen más de una pregunta, más de un
cuestionamiento, más de una interpretación? Definitivamente no. Por eso
me ha generado una gran sorpresa la aparición de los libros de Cristina
Castrellón y de Chris Pérez, pues en ambos casos no esperaba mayormente
nada novedoso. Y me generó una gran impresión. Y no porque coincida con
el pensamiento de sus autores, sino porque han planteado sus libros
desde un lugar tan esperado por cualquier fan de Selena: que hablen de
ella como persona, que hablen de sus sueños, de lo que sentía, de lo que
esperaba para sí y para los demás. También aprendí a no ser prejuicioso
con el pensamiento y con la creencia de los demás. Digamos que eso ya lo
aprendí con Selena, ya que mis gustos musicales hasta conocerla distaban
mucho de lo que ella cantaba, pero luego lo aprendí con estos libros.
Realmente el libro de Castrellón ni lo pensaba leer. El sólo ver el
título hacía que lo rechazara … ¿Para qué voy a leer algo de alguien que
me dice que escuchó a Selena mandar mensajes desde el Más Allá si ni
siquiera soy creyente? Es más, desearía ser creyente sólo pensando y
deseando que Selena esté en algún lugar. El sólo pensar que eso no es
así me da terror … por ella, sólo por ella … Pero después de casualidad
vi el prólogo y pensé que el libro podía ser interesante porque esos
“mensajes” sólo cubrían un tercio del libro … El otro tercio … es más
que apreciable. Sé que es un libro polémico. Sé que a muchos de mis
amigos no les gustó … Yo tuve la suerte que lo leí sin prejuicios y con
ello rescaté muchas cosas. Era la primera vez que leía algo de Selena
desde un lado netamente personal, que me hablaba de Selena no sólo por
lo que hacía en el escenario sino por lo que hacía cotidianamente, que
me hablaba de sus dudas, de sus deseos de independizarse, de hacer más
cosas con sus deseos personales, como agrandar su familia, como
dedicarse a la moda. También valoré su curiosa interpretación sobre los
dichos posteriores al nefasto día de la asesina, del doctor Martínez y
de su empleado. No sólo echó por tierra sus argumentos con una visión
más que aceptable de la realidad que vivía Selena en aquellos últimos
meses sino que me di cuenta de que en muchos temas sobre Selena di por
sentadas ciertas interpretaciones y dichos que al menos debí
cuestionarlos y no darlos por hechos. Y lo más increíble aun es que mi
visión de este tema hasta leer el libro de Castrellón no provenía ni de
la familia Quintanilla ni de nadie cercano a ella. ¡¡Hasta allí di por
cierto lo dicho en el libro de Arrarás!! Y si bien no doy como verdad
revelada lo dicho por Cristina, él sólo leer su interpretación me obligó
a pensar, lo cual no es poco. Y creo que en pocos libros como en
declaraciones diversas se ha puesto énfasis en el carácter premeditado
del accionar de la asesina como de los motivos por los cuales lo hizo.
Eso sí, lo de los mensajes … quiero creer que utilizó ese recurso para
decir determinadas cosas sin represalias judiciales … Aun así, pienso
que es poco serio … Sólo lo puedo tomar así si lo veo como la necesidad
de opinar de ciertas cosas, como el cierre de Selena Etc. por parte del
padre de Selena … Pero fuera de eso, y a pesar de muchísimas
diferencias, me sentí identificado con esa “tercera posición”, una
expresión ni que implique avalar los insultantes argumentos de la
asesina para criticar al padre de Selena, ni que signifique avalar la
posición de la Familia Quintanilla sin “tocar una coma” a su relato …
Eso me hizo pensar que el paso del tiempo me estaba dando una buena
señal … Que la distancia en espacio y sobre todo de tiempo sobre la vida
y final de Selena permitía ver las cosas de otro modo, más cercanas a la
verdad y sobre todo a Selena. Y más lejos de esos dos mundos que
respondieron a una época pero que ya suena anacrónico en este siglo
XXI...
Y sorpresivamente grata fue mi impresión sobre el libro
de Chris Pérez. Es increíble, pero no tenía tampoco expectativa en la
lectura de su libro. Es más: tardé mucho en ordenar por Internet la
compra de su visión sobre lo vivido con Selena. Y si lo hice fue más
porque fue el novio, el compañero y finalmente el esposo de Selena. Y
también porque en la revista “People en Español” leí el adelanto de su
libro y noté que decía cosas que presagiaban que no sería un libro más
que no aportaría nada nuevo … Allí di cuenta también que me ganaron mis
prejuicios. Pensé que su relato no se iba a apartar mucho de la opinión
y visión general de la Familia Quintanilla. Pero debí haber pensado que
Chris es de aquellas personas que son el prototipo de las personalidades
calladas y reservadas. No parece decir mucho por afuera pero puertas
adentro y en su hábitat natural muestra lo que es, y defiende bien sus
pensamientos y sus convicciones. Y a la hora de expresar por primera vez
y abiertamente lo que vivió con Selena, no se guardó nada. Debí pensar
que una persona que tuvo que enfrentarse con una personalidad tan fuerte
como la del padre de Selena para defender su Amor no podía ser alguien
sin fortaleza, y sin ideas y sentimientos tan poderosos. ¡¡Y pensar que
en el libro de Arrarás se lo ha descalificado tanto, se lo ha
despreciado tanto, se lo ha manchado en su buen nombre y honor con
calificativos que ni el peor de los machistas varones hubiese hecho!! No
llegué a terminar el libro. Estoy por la mitad y hasta pensaba en
retrasar mis escritos sobre Selena para terminarlo, pero viendo la
agradable sorpresa que me está generando leerlo, me hizo ir a la
computadora y expresar esto que venía conteniendo desde hacía un tiempo.
Temo que al final del libro lloraré tanto como otras veces, pues el
libro de Chris, como pocos, rescata a Selena como persona, describe sus
sentimientos, las cosas que pasaban por su mente y su corazón, las
peleas con su padre para ganarse un lugar, el estrés que le generaba
estar ante tanta presión cuando empezó a ser famosa, la necesidad que
tenía por jugar, por divertirse, por estar un poco despegada del mundo
de la música para ser ella, ella misma. Rescato la descripción que hizo
Chris imaginándose que detrás de lo que Selena mostraba cada día, siendo
un volcán que se devoraba todo, estaba esa Selena silenciosa y reflexiva
que se permitía mirar sola en la ventana del bus que la llevaría a otro
concierto para pensar y soñar, pensar en lo que quería para sí y para
los demás. Y una de las cosas que más me impactó, y que sé que responde
más a la verdadera imagen de Selena que la que se dio siempre, es cuando
describe lo que vivió un día en el que un fan, viendo que Selena estaba
en un lugar público comiendo, le tiró sobre la mesa un papel y con el
imperativo de “¡¡Fírmala!!”, la obligaba en ese mismo momento a firmar
un autógrafo. Según Chris, Selena la miró a esa persona y le contestó
amable pero firmemente que se lo iba a firmar en su debido momento,
cuando ella tuviera tiempo para hacerlo y no cuando se le ocurriera y
pidiéndoselo de mala manera. Si uno recuerda, fue precisamente eso lo
que le dijo Selena a Cristina Saralegui en aquella entrevista que le
hiciera a mediados de 1994: ella nunca se negaba a firmar autógrafos y
si estaba ocupada con su familia pedía amablemente que la esperaran un
poquitito para hacerlo. Selena, según Chris, tuvo un enfrentamiento con
su padre por ese episodio de la fan maleducada … Es que Selena distaba
mucho de la imagen de ingenua y confianzuda que siempre se le endilgó
para explicar lo del nefasto día. Cada vez que recuerdo lo que dijo José
Behar el día que se anunció ante Selena para ofrecerle un contrato para
la Emi entendí que Selena era buena pero no tonta, encantadora pero con
carácter firme, bondadosa pero defensora de la justicia y de la verdad.
Selena siempre se mostró en el escenario como era en la vida. Y en el
escenario mostraba actitud, personalidad, carisma, encanto. Por eso
rescato ese recuerdo de Chris. Pues él se propuso recordar a Selena no
sólo por lo que era como artista, sino por lo que era como persona, algo
tan o más encantador … Algo que responde más a estos tiempos, que
demandan rescatar a la Selena persona, a la Selena fuera de las cámaras
y de los escenarios, una Selena que nos acerque más al porqué de lo
sucedido, algo que nos aleje del bronce, del mito, de la leyenda, algo
que nos retenga a Selena en nuestros corazones y mantenga su Legado para
siempre … ¿Y qué mejor que rescatarla sintiéndose en su cuerpo, en su
piel, en sentir sus tristezas como gozar de sus alegrías, de participar
de cada acto de su vida como algo propio, de sentir sus dudas, de
participar de sus miedos, de compartir su bronca ante una injusticia?
Por eso me pone contento leer su libro, pero a la vez me pone triste,
porque ya sé cuál será su final que, como ya dije, será más triste que
lo vivenciado en otras oportunidades, pues aquí su relato sale de lo más
profundo de sus sentimientos, y de lo más profundo y del corazón mismo
de Selena. Un corazón que latía con tanta fuerza, un corazón que salía
de su propio cuerpo movido por tantas ganas de hacer, con tantas ganas
de crear, con tantas ganas de ver realizados tantos sueños postergados
por tantos, tantos años y que recién se le estaban empezando a cumplir
cuando ocurrió lo que ocurrió… Chris lo dice en su libro cuando se
refería a su primera presentación de Selena en Monterrey en 1992. Fueron
tantas las vivencias en esa primera gira que sintió que no estaban aún
preparados para semejante situación. Tal vez esa sensación haya sido una
constante en la carrera meteórica al estrellato de Selena que explique
lo sucedido aquel nefasto día…
Quisiera en lo sucesivo ver que los recuerdos sobre
Selena sean de este tono, con mucho sentimiento, con total sinceridad,
sin intereses creados, sin guardarse nada … Ya han pasado 17 años de la
partida de Selena. Increíblemente no falta mucho para que la asesina
pida que la dejen en libertad condicional … sólo 13 años. Quisiera que
para mucho antes que eso toda la obra de Selena esté a disposición de la
gente, que todo lo que ocurrió aquel nefasto día se sepa en su totalidad
de una buena vez. Que lo que no se tiene que saber pues responde a la
vida estrictamente privada de Selena se mantenga de ese modo, pero todo
lo que Selena dejó en el corazón de su gente y todo lo que explique en
su dimensión lo que significaba Selena y por qué tuvo ese cruel destino
se sepa de una vez. Será doloroso. Lloraremos una vez más, como tantas
otras veces, pero quedaremos satisfechos de haber hecho algo más por el
Legado de Selena y mucha justicia por lo que era como persona. No diré
que con eso podremos sí decir que Selena ahora descansa en paz, pero sí
diré que con todos nuestros corazones haremos que ella sonría de una vez
sintiéndose siempre querida y nunca, nunca sola…
Selena: Yo sólo quiero lo mejor para ti. Yo sólo quiero
ser un digno instrumento de tu recuerdo…
Ignacio estaba bien contento en el inicio de aquel mes de
marzo de 1995. Había presenciado por primera vez un concierto de Selena
y quedó fascinado con ella. Hasta allí era un admirador más, pero desde
ese momento pasó a ser su artista exclusiva, el motivo del cual hablar,
la mujer a la que le declararía Amor eterno. Y como pasaba siempre
cuando uno adoptaba a Selena como su artista favorita, inmediatamente
comenzaba a coleccionar sus cosas, comprar todos sus discos, tener todo
aquello que estuviera relacionado con ella. Ni había pasado dos días de
aquel concierto de Selena cuando Mabel, una prima suya que vivía en
Monterrey, le había conseguido algo de lo más preciado para él. Le trajo
en una de sus visitas de sus familiares a Houston, Texas, un casete con
las imágenes del programa “Siempre en Domingo”, de Raúl Velasco. Y no
era que se lo prestaba. Se lo regalaba pues había hecho una copia
especialmente para él. Ignacio se lo agradeció eternamente pues sólo
había podido ver algunas imágenes de aquella presentación. Recordaba que
Raúl Velasco venía de México DF para Monterrey con el fin de presentar a
Selena allí. Y cuando llegó el momento de anunciarla hizo una pausa para
que el público coreara su nombre y la llamara. Para su sorpresa el
público le dijo a los gritos “¡¡’Selina’!!”. El esperaba que dijeran
“¡¡’Selena’!!”, por lo que hizo una pequeña pausa para anunciar su
presentación y comenzar la fiesta. “Claro, se ve que Raúl no sabe que en
Monterrey no la llaman como en México DF, Selena con ‘e’, sino con ‘i’.
Así se pronuncia en inglés y ellos están lo suficientemente cerca de los
Estados Unidos como para estar acostumbrados a llamarla a Selena como
realmente se pronuncia”, decía Ignacio, riéndose de la situación. El
sólo había visto la interpretación de “Si una vez” y se quedó extasiado
de la locura de la gente coreando el tema y siguiendo a Selena en todo.
Y más aún estaba fascinado Ignacio por lo linda que estaba Selena, con
su atuendo rojo y su pelo largo, suelto y con flequillo. Si había algo
que le encantaba a Ignacio de Selena era su gracia, su carisma, su
talento increíble. Eso lo tenía hipnotizado. Él sentía que tal vez podía
haber cantantes mejores, artistas que podían actuar, cantar o bailar
mejor …pero nadie podía ser como Selena … Ella tenía todo, ella tenía
algo que le faltaba a los demás. Ignacio podía enumerar todos sus
atributos: voz, talento, carisma, gracia, personalidad, presencia, pero
no podía poner en palabras aquello que la distinguía del resto, lo que
la hacía tan distinta … “Es que Selena nos quiere, no sólo nos divierte.
No sólo actúa para nosotros, no sólo lo hace para vivir, para triunfar,
para trascender. Selena quiere a cada uno que la escucha, los atiende,
los oye, los entiende. A Selena yo le creo cuando me canta, yo no dudo
que ella siente lo que expresa. Yo le creo que está contenta cuando me
lo canta. Yo le creo cuando está expresando su tristeza. Selena es
creíble. Selena es sincera. Selena es la misma en el escenario como
fuera de él. Selena no le miente a nadie y eso lo sabemos todos”, le
decía Ignacio a Mabel, su prima, cuando le preguntó por la actuación de
Selena en el Houston Astrodome. “Si vieras, Mabel … Yo te conté que sólo
vi del programa ‘Siempre en Domingo’ la interpretación de ‘Si una vez’.
Si hay algo que me gusta de esa interpretación es que Selena siempre lo
hace distinto, siempre le agrega algo en cada actuación, a pesar de que
tenga una rutina sobre cómo interpretarlo en cada concierto … Bueno, si
vieras lo que fue el otro día en el Astrodome …. Yo pocas veces vi algo
así. De pronto se detuvieron ella y toda la banda, y Selena se quedó
estática apoyando su dedo índice en su cabeza. Te juro, te recontrajuro
que llegamos a escuchar su respiración .... Después todos nos pusimos a
gritar como desaforados. Selena salió de esa posición y comenzó a
caminar de un lado a otro del escenario. Y nos miraba. Nos miraba a
todos sin decir palabra. Se me puso la piel de gallina. Nunca vi a una
mujer manejando el escenario ante tanta gente que estaba enloquecida … Y
si crees que todo terminó allí te equivocas. El final de la canción fue
una demostración de lo que es Selena como cantante … ¡¡Simplemente
extraordinaria!! Te prometo que te acercaré un video del concierto
cuando lo vuelvan a pasar por televisión. Verás que no exagero para
nada”, le siguió comentando Ignacio a Mabel. Habían decidido ver el
video juntos, pero surgió un imprevisto y Mabel se tuvo que ir con sus
padres a ver a unos parientes que justo habían pasado por el hotel en el
que estaban alojados para verlos. Mabel le dijo que la esperara para
verlos juntos. Ignacio se lo prometió, pero al cabo de una hora decidió
ver ese video. Estaba impaciente por ver a Selena y no quería esperar
más. Y si luego viniera su prima, le diría que aún no lo vio y haría
como si lo viera por primera vez … Empezó a ver el concierto y justo la
primera parte era la que él había visto. Pero eso era lo que menos
importaba … El hecho de ver a Selena le daba una satisfacción enorme.
Ignacio estaba seguro de que llegaría lejos, muy lejos. Estaba seguro de
que pronto estaría en las tapas de las principales revistas del mundo y
que ofrecería recitales multitudinarios en todos los continentes. No
tenía ninguna duda, sobre todo luego de ver ese inicio del concierto del
Houston Astrodome con Selena interpretando un Meddley de los años ’70.
Selena podía cantar en más de un idioma. Selena podía interpretar
cualquier canción, cualquier ritmo … ¿Quién la podría detener? Y encima
el público la amaba. Tenía todo, todo a su favor y estaba lejos en su
mejor momento. Ignacio comenzó a ver a Selena interpretar el tema “Amor
prohibido” y veía todo lo que movilizaba, todo lo que generaba, en todo
lo que la rodeaba hasta que hubo algo que lo paralizó. Vio que frente al
escenario y delante del público en el que se movilizaban fotógrafos y
personal de seguridad a alguien correr todo agazapado en busca de una
mejor posición … “¡¡Hey!! Pero ése soy yo. ¿Pero qué hago yo allí? ¡¡No
puede ser!! ¡¡Yo no estuve allí”, decía Ignacio todo desconcertado, casi
gritando … “Y sin embargo … Y sin embargo … ¡¡esa persona soy yo!!,
seguía afirmando Ignacio sin poder entender lo que estaba pasando. No
podía seguir viendo el concierto. Se había desconcentrado. Y se había
obsesionado. ¿Qué hacía él allí? No tenía duda de que era él. Pero tenía
que buscarle alguna explicación a lo sucedido. Por ello decidió detener
el casete y volver a pasar despacito ese momento para sacarse esa duda.
Cuando volvió a pasarlo y volvió a ver ese momento se conmocionó aún
más. ¡¡Era él, sin duda era él!! ¡¡Pero no podía ser!! No cabía en su
cabeza ninguna confusión. Su contextura, su altura, su cabello, su
aspecto general coincidían plenamente con él. Ignacio decidió más que
sacarse una duda, comprobar que no podía ser él, que no debía ser él.
Decidió ir a la casa de un amigo para ver ese momento pero en versión
más ampliada. Su amigo Pedro tenía un reproductor mucho más sofisticado
que le permitía no sólo avanzar cuadro por cuadro las imágenes sino
detenerse en algún instante cualquiera y ampliarlo varias veces. Pedro
recibió a su amigo sorprendido por su premura por ver algo en ese video.
“¿Qué? ¿No me digas que te gusta Selena?”, le dijo socarronamente Pedro,
que era un fan furioso de la banda Pantera. Ignacio sin dejar de mirar
el casete que avanzaba a toda velocidad hasta llegar a ese momento le
dijo: “¿Acaso tú la has visto? Seguro que si la hubieses visto no me
harías esa pregunta tonta y menos con ese tonito…”. Pedro se quedó
callado. Veía que lo de su amigo iba en serio y optó por respetar lo que
estaba observando. Ignacio, una vez llegado a ese momento, avanzó
lentamente con el video y fue ampliando cada cuadro. Respiró aliviado
cuando observó que en realidad no era él, que era una persona
llamativamente muy parecida a él, pero que no lo era definitivamente.
Aun así, le dijo a su amigo Pedro que mirara bien y le dijera qué
opinaba al respecto. Pedro fue muy tajante al decirle que ni por asomo
era él, que si bien era parecido estaba más que claro que no podía
serlo. "Eso lo dices porque tienes el mejor reproductor de casetes de la
ciudad. Si tuvieras uno como el mío, no pensarías lo mismo…”, le dijo
Ignacio. Estaba por retirar el casete ya más tranquilo pues había sido
una falsa alarma hasta que Pedro le dijo. “¿Pero sabes? Algo me llama la
atención. No sépor el andar, porque lleva una carga demasiado pesada para
ser un fotógrafo y porque llego a ver un papel suelto por allí, pienso
que debe ser un loco, un intruso o algo así…”. Por alguna razón Ignacio
le estremeció esa observación. Sintió un fuerte dolor en el estómago e
Ignacio se tomó de él. “¿Te sientes bien? ¿Quieres que te traiga algo?
¿He dicho algo inconveniente?”, le dijo Pedro todo preocupado. “¡¡No,
nada, nada!! No te preocupes, amigo. Tráeme un poco de agua y una
aspirina. Es que viví un día tenso hoy”, le contestó Ignacio. Pedro fue
en busca de lo pedido y cuando Ignacio se cercioró de que su amigo se
había ido del lugar, se acercó sigilosamente al reproductor, retrocedió
el casete y volvió a pasar ese momento. Lo siguió cuadro por cuadro, con
la imagen bien ampliada para ver si encontraba algo raro, si
efectivamente su amigo tenía razón. Ignacio veía que el muchacho en
cuestión llevaba una mochila o algo así y un papel en la mano. Eso le
llamó la atención.
Tenía que ver qué decía ese papel pero eso le llevaría más
tiempo e Ignacio lo quería ver solo, sin la presencia de su amigo …
“¡¡Hey, Pedro!! ¿No tendrías un poco de pastel de manzana? Te reirías si
te digo que me agarró hambre. ¡¡Creo que necesito descansar!!”, le dijo
Ignacio casi gritando a Pedro. “¡¡No te preocupes, amigo!! ¡¡Muchos
estamos así!! Ya te lo traigo ... ¡¡Espérame sólo unos minutos!!”, le
contestó su amigo. “¡¡Tómate el tiempo que quieras!! Yo estoy aquí
jugando con las imágenes ampliadas”, le dijo Ignacio y su amigo echó a
reír. Enseguida Ignacio, con toda la presión del tiempo, avanzó un
poquito la imagen hasta encontrar el instante en el que el papel que
sostenía el muchacho se pudiera ver bien. Una vez que encontró el ángulo
exacto en el que se podía ver lo mejor que se podía ese instante, lo
empezó a ampliar. Lo amplío, lo amplió hasta que empezó a ver unas
letras. Ignacio no las podía ver bien, pero parecía más bien un recorte
de diario o de una revista … “¡¡Ya voy para allá, Ignacio!! ¿Te sientes
bien? ¿Quieres que te traiga café también?”, gritó Pedro. Ignacio se
estremeció pues creyó que su amigo ya estaba al lado suyo pero por
suerte estaba aún en la cocina. ¡¡“Sí, sí, amigo, tráeme también!! ¡¡No
sabes cómo te lo agradezco!! ¡¡Te debo más de una!!”, le dijo Ignacio
dándole las gracias por motivos bien distintos a los que expresaban sus
palabras. Ignacio siguió ampliando desesperadamente la imagen y no había
duda de que se trataba de un recorte de diario, y que se alcanzaba a ver
la palabra “Selena” … Ignacio pensó que se trataría de alguna noticia
relacionada con algún concierto o de algún reportaje hecho a Selena y
que tal vez querría que se lo firmara a manera de autógrafo. Estaba por
desistir hasta que un nuevo grito de su amigo, esta vez para decirle que
ya venía con todo lo preparado mientras ingresaba al living en el que
estaba Ignacio, le hizoestremecer a Ignacio quien sin querer tocó el reproductor y
amplió un poco más la imagen hasta que pudo ver algo que casi lo desmaya
allí mismo … “Selena … Una muerte absurda … Un inexplicable asesinato”.
Ignacio sintió que le daba vueltas la cabeza pero antes de que su amigo
se acercara puso la pantalla en imagen normal y se dejó caer. Su amigo
dejó todo en el piso y trató de cachetear a Ignacio para que
reaccionara. Éste había perdido por un instante el conocimiento pero aun
así pasaban por su mente imágenes terribles y varias preguntas. ¿Quién
era ese hombre? ¿Cómo tenía un diario que tenía como título algo
terrible pero que no había sucedido? ¿Pero qué estaba pasando? ¿Qué
podía suceder? Ignacio hacía esfuerzos denodados para abrir los ojos y
poner manos a la obra. En su cabeza trataba de establecer el momento en
el que se había desarrollado el concierto. Él sabía que había sido unos
5 meses atrás aproximadamente. ¿Dónde estaría ese hombre? ¿Cómo
encontrarlo? Pero antes debía averiguar algo más importante, algo que
hasta que no hallara a ese hombre debía saber todos los días. Tenía que
averiguar dónde estaba Selena, si ella estaba bien, si no le había
pasado algo malo. En ese instante Ignacio abrió los ojos y vio la cara
de desesperación de su amigo Pedro. Ignacio se levantó como pudo y una
vez repuesto se sintió mejor, mucho mejor. “¿Pero qué te pasa amigo?
¿Cómo es que te desmayaste? ¿No deberías hacerte ver por un doctor?”.
“No, no, amigo, no te preocupes. Fue sólo un devaneo. Ya te dije que
vengo muy estresado con la visita de mis tíos ... ¿Ves? Ya estoy mejor.
Tráeme ese café que pronto me verás salir de aquí sin ningún problema”,
lo tranquilizó Ignacio. Ignacio bebió su café y hasta comió pastel sin
problema. Su amigo lo miraba en silencio y él también estaba callado.
Pensaba en todo lo que tenía que hacer sin saber si tenía mucho o nada
de tiempo. Tomó su casete, saludó a su amigo y le dijo que no se
preocupara que todo iba bien, que todo seguía muy bien, a pesar de sus
mentiras…
Ignacio comenzó una carrera desenfrenada en busca de esa
persona tan parecida a él pero que no lo era definitivamente. ¿Pero cómo
empezar? ¿Cómo seguir? No quería que su amigo lo acompañara aunque
pudiera ser de gran ayuda. No quería que pensara que estaba loco o algo
así. Aprovechó que su prima estaba aún allí y le pidió si podía
contactarlo con gente que pudiera darle alguna data de la transmisión de
ese programa. Tenía que saber quiénes habían estado acreditados para
cubrir el evento, sobre todo reporteros gráficos, pero Ignacio iba a
querer saber hasta el último técnico que había trabajado en la emisión
de aquel programa de “Siempre en Domingo”. Alguien podía darle
información, alguien podía acercarlo a esa persona. Ignacio estaba
desesperado pues no sabía por dónde empezar y seguir, pues aunque
organizara todo y fuera averiguando paso por paso lo que estaba
ocurriendo, no sabía si aquello que tenía esa persona en la mano no
podría ocurrir en ese mismo momento, si ocurriría al otro día, si aún
faltaba algo más. Ignacio pensó que esa persona llevaba un mensaje de
alarma que quería enseñárselo a alguien, hasta incluso a la mismísima
Selena, pero ya habían pasado más de 5 meses de aquello. Y no había
pasado nada, absolutamente nada … ¿Y si ya les había avisado y logró
impedir aquello? ¡¡Sí, claro!! ¡¡Tal vez fue eso lo que pasó!!
Seguramente esa persona ya les avisó y salvaron la situación sin que se
llegara al escándalo, a que ese hecho terrible llegara a consumarse …
Ignacio se quedaba tranquilo durante 5 minutos, pero enseguida se
replanteaba todo y se preguntaba si tal vez el peligro no había
desaparecido, si tal vez esa persona sólo tenía oportunidad de avisarle
en ese momento a Selena sin importar cuánto podía faltar. Tal vez esa
persona no sabía la fecha … Sólo la intuía … Ignacio no se iba a quedar
tranquilo. Cada media hora, cuando tomaba consciencia de la situación,
le agarraba una puntada en el estómago y le sobrevenía la angustia.
Temía que de pronto las cadenas televisivas cortaran sus respectivas
transmisiones y dieran esa temible noticia … Una y otra vez se
preguntaba si realmente eso le podría pasar a Selena. A Ignacio le
parecía absurdo que le pudiera suceder algo semejante. Alguien tan
adorable como ella daba Amor y sólo podía recibir Amor. ¿Cómo asimilar
un asesinato? ¿Cómo entender semejante daño a su persona? Hubo una noche
en la que Ignacio no podía dormir, y entre sueños y su mirada de
angustia al techo desde su cama se imaginaba el sonido de un disparo, el
griterío de la gente, las ruidosas e insoportables alarmas de las
sirenas y las radios dando esa terrible noticia. Ignacio se levantó de
inmediato, no podía seguir ni durmiendo ni con esa angustia. Fue a
visitar él mismo a sus parientes en el hotel y habló con Mabel. Le pidió
que convenciera a sus parientes para que los llevara a Monterrey porque
tenía que averiguar algo, tenía que localizar a alguien. Ignacio temía
que por allí Selena fuera a Monterrey sea pública o privadamente y se
encontrara con el horror. Como su prima quería saber el motivo de su
desesperación por ir a Monterrey, él buscó darle explicaciones poco
convincentes como para salir del paso … Como no lo logró, le dijo: “¿En
el hotel tienen un buen reproductor de casetes de video? Como su prima
le dijo que sí, entonces Ignacio le dijo: “Entonces reproduce este
casete que me has dado y allí te explicaré lo que me angustia tanto …
Eso sí. Esto queda entre tú y yo, y a cambio espero que tú me ayudes…”.
Su prima lo miró con preocupación y aceptó su propuesta. Cuando vio la
realidad que le mostraban esas imágenes pegó un grito y sólo decía qué
iban a hacer, cómo deberían impedir aquello, qué dirección tomar.
Ignacio sólo tuvo consuelo en que podía compartir su angustia y que tal
vez podía ayudarla en su desesperación. Pero Mabel fue más lejos y le
dijo: “¡¡No, Ignacio!!! Tú te tienes que quedar aquí. No sabes cómo va
a surgir ni cuándo. ¿Y si sucede todo aquí? ¿Y si es en Corpus Christi?
Mira. Supongo que tú quieres averiguar si acaso esa persona está en
Monterrey o al menos saber sus datos para localizarlo … Déjamelo a mí.
Yo trataré de saber todo de aquella transmisión. En cuanto vaya sabiendo
todo, yo te iré avisando. Tú averigua por otro lado. Fíjate si acaso tu
amigo te puede ayudar. Ya sé que no le has dicho nada. ¡¡Pero no tiene
sentido eso!! ¡¡Hoy necesitamos de la ayuda de todos!! Yo que tú le
planteo el tema y ve si te puede ayudar. Y más que pensar en Monterrey
tal vez tengas que ir a Corpus Christi. Selena vive allí más allá de que
a cada rato se tenga que ir. Habrá que averiguar qué conciertos tendrá
en el futuro. No hay que descartar que pueda suceder en alguno de ellos.
Selena ya es importante, es famosa y está en boca de todos … Por eso,
Ignacio, tú averigua por aquí y yo en Monterrey. A medida que tengamos
más información, nos la pasaremos y sabremos qué hacer. ¡¡Hay que
moverse rápido y pronto!! ¿Lo harás? ¿Qué te parece?”. Ignacio asintió
en silencio pero ahora que podía compartir su angustia y su impotencia
por hacer algo para impedir lo que se le quería hacer a Selena, no pudo
evitar en romper en llanto. Mabel se acercó a él y lo abrazó
efusivamente … “¡¡Vamos, primo!! ¡¡Ánimo!! Yo sé que es difícil todo
pero sé que si nos movemos rápido lo vamos a lograr. Es cuestión de
proponérselo y tener mucha, mucha fe … ¡¡Vamos!! ¡¡Prométemelo que lo
harás!! Yo ya inventaré algo para que mis padres emprendan su vuelta a
Monterrey mañana. Y te puedo asegurar que lo lograré … En cuanto esté
allí me moveré tan rápido como pueda. Te tendré al tanto y tú a mí, pero
ya mismo contáctate con tu amigo. ¡¡Él nos puede ayudar!! ¿Lo harás?
Prométemelo. ¡¡Se trata de Selena!!! Recuérdalo. Todo esto lo hacemos
por ella, ¡¡nada más!!”. Esas palabras convencieron a Ignacio. Estaba en
juego Selena. Ya no había marcha atrás. Su prima en Monterrey. Él en
Houston … por ahora … Ignacio se quedó un largo rato abrazado a su prima
hasta que supo que había llegado el momento, el momento de salvar a
Selena…
Ignacio volvió a la casa de Pedro. Éste, cuando lo vio,
sonrió socarronamente y lo invitó a entrar. “¿Vienes a hablarme del
video, ¿no?”, le preguntó. Ignacio estaba por ensayar alguna
explicación, pero Pedro lo detuvo y le dijo: “¡¡No!! No me expliques
nada. Te entiendo que no me hayas querido explicar lo que te había
angustiado tanto. Yo hubiese reaccionado del mismo modo si me hubiese
pasado lo mismo”, le dijo. Ignacio lo miraba sin entender … “Es que yo
tengo mis contactos también. No conseguí todo el programa pero sí ese
momento en el que yo te señalé que había algo raro … No vi nada más,
pero vi un detalle, sólo un detalle más …La mochila, el tipo de ropa …
No hay nada de ese estilo ni aquí ni en ningún lugar del mundo. Me llamó
la atención la mochila … Tenía un diseño y una capacidad que no la vi en
ninguna parte … Traté de ver si en algún lugar del país se vendía. Hasta
llamé a gente del exterior para ver si ellos tenían algo así … No lo
tienen. La verdad no sé cómo lo consiguió … ¿Ya sabes de quién se trata?
Tal vez si lo supiéramos muchas de nuestras preguntas tendrían rápida
respuesta…”, le dijo misteriosamente Pedro. “¿Pero cómo no me llamaste
para darme este dato? ¿Es que no te das cuenta?…”, intentó decirle
Ignacio. “Perdona, amigo … ¿Acaso tú fuiste sincero conmigo? ¿Acaso me
dijiste lo que te angustiaba tanto, lo que viste a solas cuando te
preparaba algo para reanimarte? … Deja, no me contestes …Te entiendo …
Hace muy poquito averigüé esto. Podría haberte llamado para pedirte el
casete y ver qué más podría averiguar. Podría haberte dado este dato,
pero no sabía si luego de irte de aquí querías saber de este tema … De
hecho, no sé qué es lo que piensas y lo que quieres hacer ... Por eso no
te llamé”, le dijo Pedro. “¡¡Está bien, está bien, Pedro!! No te dije
nada pues pensaba que me tomarías por loco si te dijera lo que pasaba
por mi cabeza. Todo me parecía tan surrealista que no lo quería siquiera
pensar yo … Pero ahora con lo que me dices … ¿Es alguien del futuro que
está por aquí tratando de evitar algo tan terrible que ni me imagino
cómo sucederá?”, le preguntó Ignacio entre preocupado y desesperanzado.
“Puede ser eso, puede ser un extraterrestre, puede ser nuestra
imaginación, puede ser nuestra obsesión, puede ser nuestro deseo por ver
algo excitante que nos cubra nuestras vidas, puede ser nuestro deseo que
a Selena le vaya bien y nunca le pase esto … ¡¡Todo puede ser!! La
verdad es que no sé qué pensar. Sólo si logran localizar a esta persona
se podrá tener una respuesta … ¿Te acuerdas cómo empezó todo esto? Con
que creías que eras tú el que corría por aquel estudio … ¿Me entiendes
lo que te quiero decir? No sé si tiene sentido ir más allá con todo
esto. No creo que halles ninguna respuesta. No creo que encuentres a esa
persona, si es que existe”, le dijo Pedro, con cierto aire de autoridad
… “Veo que no me entiendes, Pedro … ¿No te das cuenta de que se trata de
Selena, de la vida misma de Selena que está en juego? ¿Cómo no voy a
hacer nada después de ver aquello. Lo hablé con mi prima que me facilitó
el casete y piensa exactamente lo mismo. Se ve que no tienes el mismo
sentimiento que nosotros sobre Selena … ¿Qué pensarías si supieras que
están por asesinar al cantante de Pantera en pleno concierto en manos de
un lunático? ¿Acaso te pondrías a cuestionar sobre el origen de la
información? ¿Acaso desistirías de hacer algo que te da una idea de lo
que va a pasar sólo porque no sabes cómo y a quién buscar? ¡¡No, amigo!!
Yo aún no puedo creer lo que está pasando. Me resulta inentendible que
pueda pasarle esto a Selena, pero no puedo quedarme con los brazos
cruzados. ¿Y si sucede? ¿Y si realmente pasa? ¿Cómo crees que me quedaré
si algo le hacen a Selena teniendo aunque sea una mínima chance de
evitarlo? Si fuera alguien del futuro que tiene una oportunidad, sólo
una oportunidad para salvar a Selena, ¿qué crees que haría? Iría allí
mismo, sin importarme las consecuencias, sin importarme si algo mío
pierdo por hacerlo…”, le dijo enfáticamente Ignacio. “¿Y si tal vez esa
persona sea uno de ellos que tuvo esa oportunidad? ¿Y si es esa persona
alguien del futuro que está jugando su ficha, su única ficha para salvar
a Selena? Pero presumo que él está como nosotros … Sabe el final pero no
sabe cómo evitarlo. Tendría que decir cosas que lo pondrían en riesgo
como persona … Lo tomarían como loco, nadie le prestaría atención y si
lo hacen es tal vez para mandarlo preso. Sólo que si sabe bien la fecha,
a medida que se acerque a ella hará cualquier cosa para evitarlo, aun a
riesgo de su exposición pública. Tal vez haya que esperar a que él haga
algo de ese tipo, o que lo podamos encontrar antes….”, le dijo Pedro.
“Es lo que estamos haciendo, Pedro. Mi prima está averiguando en
Monterrey. Fue ella de hecho quien me convenció de verte a ti para que
me ayudes, ¡¡y menos mal que lo hizo!! Yo también pienso que hay que
tratar de localizarlo, ¿pero mientras qué? En cualquier momento alguien
atacará a Selena y puede ser hoy mismo. ¿Cómo podremos hacer?”, se
desesperó Ignacio. “Por el principio, amigo … Y no es chiste … No te
queda otra. Sólo te puedo aconsejar que empieces por lo más lógico.
Averigua las fechas en las que se presentará Selena y fíjate si puedes
hacer algo allí. Lo primero que pensaría es que la pueden atacar en
alguna de esas presentaciones…”, le sugirió Pedro. Ignacio no estaba muy
convencido. A la hora de pensar en un eventual ataque, él pensó en otros
lugares antes de algún eventual concierto. Pero le dio la razón, no sin
antes permitirse una humorada. “Se ve que te quedó en tu cabeza la
posibilidad de un ataque al cantante de Pantera en el escenario. Pero no
te preocupes. Eso no sucederá. ¡¡Es más probable que lo haga él a sus
fans!!”. Pedro se rió de aquella ocurrencia pero interrumpió la risa con
algo que Ignacio no esperaba. “¿Sabes? Tienes toda la razón. Selena es
una gran artista. Al ver el casete no me quedó alternativa de
observarla. Te confieso que no esperaba nada especial de ella. No me
refiero a su música, sino a ella misma. Pensé que era alguien más con un
par de éxitos y alocados fans. Nada más … Pero me sorprendió … Me
sorprendió gratamente. Es una artista digna de verse. Creo que más de un
fan de Pantera se quedaría embobado con ella si la ve actuar o si le
ofrece algún saludito en el escenario. Ella es especial, reconozco que
lo es…”, le confesó Pedro … “Es diferente, Pedro, ella es diferente. Tan
diferente que no tengo ninguna duda de que cambiaría a este bendito
mundo. Mira. Muchas veces vivimos frustrados por muchas cosas y como no
le encontramos salida lo exteriorizamos con bronca, con rencor, con
maldad, y si lo queremos hacer de buena fe, lo canalizamos gritando,
peleando, luchando o cantando rock n’ roll. ¿No lo crees? ¿No crees que
si fuéramos felices no necesitaríamos exteriorizar tanta desilusión,
tanto desamor? ¿Sabes que creo? Que si muchos de los fans de Pantera
como de muchas bandas de rock escucharan y sobre todo vieran a Selena
actuar abandonarían todo por ella y serían más felices, tendrían un buen
motivo para levantarse cada día con una sonrisa, y no tendrían tanta
frustración que exteriorizar … Mira si no a Chris, su esposo. Él es
amante del rock, es fan de los Guns N’ Roses y le encanta tocar como
Slash. Y ahí lo tienes. Al lado de Selena. Y no creas que no puede hacer
lo suyo por ello. Él sigue teniendo su banda aparte … Aun así ya se dio
el lujo de hacer lo suyo con Selena. Si no me crees, escucha el tema ‘Ya
no’ … Aunque conociendo tus gustos musicales, me dirás que eso no es
rock, que es música ‘vendida al sistema’… Pero te puedo asegurar que
Selena es lo suficientemente versátil como conmover a cualquiera”, le
dijo Ignacio iluminándose sus ojos al hablar de Selena y olvidando por
un instante su angustia. “¡¡Y te creo, amigo, te creo!! Ya te dije que
vi a Selena … Eso sí … ¡¡Para mí los Guns N’ Roses sí se vendieron al
sistema!!”, le dijo Pedro y se echó a reír con ganas. Y antes de
aclararle que sólo era un chiste, le dijo: “Sabes que cuentas conmigo en
todo lo que necesites. Y más si puedo ayudarte para tu felicidad de
vivir contento con Selena en tu corazón”. Los amigos se abrazaron
efusivamente. Ignacio, al borde del llanto, sólo le dijo: “¿Ves lo que
genera Selena? Que todos nos riamos y nos sintamos bien … ¡¡Todo esto es
lo que crea Selena y esto es lo que quiero que no se pierda!!”. Ignacio
se fue de la casa de Pedro con una sonrisa, pero sabiendo que para
mantener esa sonrisa tendría que luchar mucho, correr más y, sobre todo,
agudizar mucho, mucho el ingenio…
Ignacio miró el calendario y ya era 8 de marzo cuando
tuvo oportunidad de ver a Selena en el programa “Padrísimo”. En tiempo
récord había averiguado dónde se presentaría Selena … Se le había pasado
su presentación en el Festival “Noches de Carnaval”, pero sabía que
estuvo allí y no hubo más que comentarios elogiosos para su
presentación. Sabía que se presentaría en Chicago, en San Antonio y en
Miami. Iba a ser muy difícil ir a esos lugares, pero contaba con que
Mabel podría ir a algunos y él a otros. La emisión del programa
realmente lo emocionó. Selena había participado de un programa especial
en el que hacía de presentadora, además de interpretar sus principales
éxitos. La conductora, Raquelín González, se había ido a Los Ángeles y
la había invitado públicamente a que Selena se hiciera cargo de todo.
Selena estaba encantadora como siempre, y tan linda con su atuendo azul
y su pelo suelto y largo. A veces se le hacía raro a Ignacio entender
cómo Selena se presentaba en programas así después de semejante
presentación en el Houston Astrodome, pero conociendo a Selena nada
debía sorprenderla. Sin duda que a Selena le importaba cantar para miles
y miles de personas, pero si cantaba para 5 se desenvolvería con el
mismo profesionalismo de siempre. Eso lo había aprendido de muy pequeña
cuando sabía que iba a tener que hacer mucho más que cantar para lograr
ser querida por la gente A Ignacio le alegraba y le aliviaba verla a
Selena tan feliz haciendo ese programa, por lo que se preguntaba cómo
podía pasarle algo. Ignacio miraba y miraba, y buscaba en el televisor
que alguien le dijera dónde estaba el problema, que podría generar de
negativo Selena para recibir semejante cachetazo del destino. Por un
momento se sobresaltó de sólo pensar si el problema podría estar
adentro, en vez de afuera, pero pronto lo desechó por lógica: si no
había motivos para imaginarse que alguien de afuera podría hacerle daño,
menos de adentro. Ignacio miraba a Selena y, aun sabiendo que no todo lo
que se ve realmente es, no podía entender que a alguien como Selena le
podría tocar un destino tan trágico. Sería igualmente dramático, pero si
fuera un accidente, otra sería la cuestión. Pero el sólo pensar, el sólo
imaginar a una Selena herida por alguien le provocaba una sensación de
impotencia, dolor, desesperación. Ignacio veía a Selena y sentía la
misma sensación de siempre. El encanto de Selena te atraía, pero su
canto no era el canto de las sirenas que lo llevaban al abismo. Su canto
lo llevaba a una felicidad total, a una sensación placentera de la que
nunca quería salir. Selena podía conmoverlo con “No me queda más”, podía
alegrarlo con “Bidi bidi bom bom”. Selena lo hacía pasar por todas las
sensaciones y él se sentía feliz, enteramente feliz. No podía imaginarse
su vida sin ella, no podía imaginarse un mundo sin Selena. Al final del
programa volvió la angustia. Como si el destino se encargara siempre de
dejar señales, Selena, una vez que finalizó su show salió corriendo a
los gritos pidiendo que la banda la siguiera. Llegaron a una gran
pantalla en la que estaba Raquelín González que la estaba esperando.
Ella lo felicitó mientras Selena le explicó lo agradecida que estaba de
estar allí y de decirle que dentro de todo no lo había hecho nada mal su
rol de presentadora. Raquelín le dijo que no sólo no lo había hecho nada
mal sino que contaba que lo haría pronto de nuevo pues esperaba que ésa
no fuera la última vez que se presentara en el programa … Última vez …
Última vez … ¿Y si lo fuera? Y si ya no se presentaría más no sólo en
“Padrísimo” sino en la vida … Ya salían los títulos del final del
programa cuando Ignacio estaba sumergido en la más absoluta de las
tristezas. En ese momento sonó el teléfono de su casa e Ignacio se
sobresaltó. Temía que había llegado el día de la horrenda noticia, pero
se resistía a creerlo y con fundamento. Apenas habían pasado unos
minutos del final de “Padrísimo” y el programa se había transmitido en
vivo … Cuando levantó el auricular vio que se trataba de Mabel. Ella
estaba muy nerviosa e impotente. “Creeme, Ignacio, que no hay ni rastros
de esa persona. Averigüe todo, pregunté todo, investigué hasta el último
detalle …¡¡Y nada!! Fui al canal de televisión. Tuve que ir al fondo del
asunto para convencerlos. Pasaron la parte del programa que les pedí y
se quedaron desconcertados, pero no sabían qué decirme. Les resultaba
inquietante los movimientos de esa persona, pero no sólo no sabían quién
era, sino que no recordaban haberlo visto. Ni siquiera lo tenían
registrado y eso sí les llamó la atención, pues ellos tenían un cupo
limitado para entrar y tenían que acreditar a los que autorizaban a
ingresar. Les pedí, les rogué, que hicieran memoria, que hicieran un
esfuerzo por recordar … Para mi angustia, ellos hicieron todo lo
posible, hasta recordaban cada momento, cada situación, pero no tenía ni
idea quién era esa persona sospechosa. Pensé Ignacio que iba a ser más
fácil, pensé que lo podría localizar enseguida a pesar de las
dificultades, pero no, no hay forma. Me siento frustrada y no sé qué
hacer. Ayúdame. ¿Se te ocurre algo? Yo estoy por tirar la toalla…”.
Ignacio trató de levantarle el ánimo. No se le podía caer Mabel justo en
ese momento … “Mira, Mabel … Te hice caso y fui a ver a mi amigo Pedro.
Sé que te resultará raro, que creerás que enloquecí o algo así, pero
entenderás que no. Pedro estuvo averiguando por su cuenta y notó que la
ropa y, sobre todo, la mochila de ese muchacho no se corresponden con
nuestra época. Es de mejor calidad pero no se consiguen en el mundo.
Saca tus propias conclusiones … O es un marciano … o viene del futuro …
Es evidente que algo sabe, por el motivo que sea, pero sabe. ¡¡No te
desanimes, Mabel!! Tiene que estar en algún lugar. Si lo encontramos sé
que salvaremos a Selena. Ya ni preguntes a los lugares que pensábamos
que podría pasar. ¡¡Sigue tu intuición y encuéntralo!! Sé que está por
esta zona. Sé que puede estar en Monterrey, en San Antonio, en Corpus
Christi, ¡¡en algún lugar, bendita sea!! … Seguro, seguro que irá alguna
de las futuras presentaciones de Selena. Nos tenemos que repartir los
conciertos y cada uno ir al que pueda. Sólo así podremos hallarlo y
saber de qué se trata todo esto…”. “Mira, Ignacio, veamos qué podemos
hacer, pero se me ocurre también que debemos llamar a q-productions, a
los lugares en los que se van a hacer los conciertos y a cualquier
periódico para plantear nuestros temores. Me temo que aunque vayamos a
esos conciertos no podremos hacer nada. Será difícil acceder a Selena,
si lo logramos tendremos que ser medidos para que nos crea. ¿Pues qué le
diremos cuando nos reciba con una sonrisa? ¿Qué van a atentar contra
ella porque alguien del futuro lo está diciendo y le quiere avisar? Yo
creo que se nos está haciendo muy difícil. Si ese hombre viene del
futuro y no lo logró es porque a él mismo se le hace difícil y tampoco
tiene ni la confianza ni los argumentos convincentes para llegar a ella.
¡¡Aparte los lugares de los conciertos son muy lejanos!! ¿Cómo vamos a
hacer? ¿Cómo nos repartiremos?”, decía una Mabel desesperada pero cuyos
argumentos eran más que convincentes. Ignacio no quería dejarse llevar
por la resignación. Algo le decía que debía insistir con su idea aunque
tomando en cuenta lo que le decía Mabel … “Mira, Mabel. En principio
hagamos así. Yo me ocupo de ir a San Antonio y Chicago. Fijate si
después puedes ir a Miami. Pero lo que ahora más me importa es que sigas
buscando a ese hombre o al menos averigua si alguien lo vio. Para mí la
clave está allí”, le dijo. Mabel asintió y prometió llamarlo en cuanto
supiera algo. Ignacio se quedó pensando un largo rato. Pensó que más que
ir “detrás del perro” había que buscar estar cuando “el perro pasara”.
Había que pensar y estar atentos. Más que nunca Ignacio pensó que todo
dependía de ellos para salvar a Selena…
Al otro día Ignacio recibió un llamado urgente de Pedro.
“¡¡Ven, Ignacio, que tengo algo que puede interesarte y mucho!!”.
Ignacio salió corriendo para la casa de su amigo y se encontró con una
revelación sin explicación aún para él. “Estuve averiguando los diarios
y revistas que cubrieron el concierto de Selena en ‘Siempre en Domingo’
y les mandé una carta solicitando que me enviaran una foto de alguien
con las características de este fotógrafo. No tenía muchas esperanzas,
pero ¿qué crees que pasó? Que una revista me envió una foto del
muchacho. Fíjate por ti mismo. ¿Ves algo que te llame la atención?”, le
dijo Pedro y le acercó la foto. Para su sorpresa, era la misma persona a
la que buscaban, con la particularidad de que estaba parado en un rincón
leyendo un papelito y con una lapicera en la mano parecía que algo iba a
escribir, anotar, acotar. “Supongo que ya te fijaste lo que dice en el
papel, ¿verdad?”, le pregunto Ignacio. “Sí, pero es mejor que lo leas
tú. Yo no llego a entender lo poco que se ve”, le contestó Pedro, quien
puso la foto en una proyectora y la amplió todo lo que pudo para que
Ignacio lo pudiera observar con detenimiento. Ignacio miró bien al
muchacho y notó que observaba un papelito en el que había un listado de
cosas a las que se aprestaba la persona a tachar o agregar algo. Y en
esa lista sólo podía ver que atrás se veía claramente la palabra “Corpus
Christi”. “¿Qué crees que significa? ¿Qué podrían decir las palabras que
agrega o tacha?”, le preguntó Pedro. “No sé. No sé. Parece ser una lista
de ciudades o de conciertos. Pero puede ser cualquier cosa. Quizá este
trazando un itinerario hasta algún punto y tacha lo que ya vio o
averiguó…”, acotó Ignacio. “Entonces, tal vez esté allí tachando el
nombre del programa de Raúl Velasco…”, le dijo Pedro. “O Monterrey, o
programa de TV. ¿Quién sabe? Sólo tenemos un nombre. Tenemos que deducir
lo que dice allí o los pasos de esta persona con lo que dice el
papelito”, le contestó Ignacio y se quedó pensando. ¿Qué podría ser
aquello?, se decía. Pero él cada vez más se convencía de que había que
esperar, que en vez de buscar a este hombre en forma desesperada, se
debía dar los pasos para que él viniera a él. Pensaba que nada lograría
con acercarse a Selena, salvo que hiciera un escándalo o se peleara con
media humanidad. Sabía que jugaba con fuego y la gente no estaba
dispuesta a aceptar determinadas realidades. Ignacio le agradeció
semejante ayuda de su amigo y se fue pues tenía que prepararse para ir a
Chicago y a San Antonio para ver con qué se encontraría y si acaso
podría hacer algo. Para Ignacio ya era terrible tener que ir cada día
por la calle y no saber qué podría suceder y si se tendría tiempo para
evitarlo. Hubo un momento en el que llamó a la productora del padre de
Selena para advertirles pero en ese acto dio cuenta de lo alocado que
estaba todo, que costaba hacer que le gente dejara de estar en su mundo
para atender el propio. Ni siquiera pudo hablar de un eventual atentado
pues eso ni en chiste lo tomarían en serio. Lo que sí hizo Ignacio fue
mandar cartas a los diarios y a los medios de la ciudad para advertirles
que algo le podría pasar a Selena pero para su desesperación no lo
tomaban en serio. “Al final habrá que esperar que a Selena le pase lo
que le tiene que pasar y por ahí sí me llamen pero para saber cómo lo
‘adiviné’ … No saben que uno está advirtiendo por lo que le espera a
Selena y no por el mundo de hoy que cada vez se quiere menos”, pensaba.
Fue muy feo para Ignacio pasar por esa experiencia. No podía disfrutar
del concierto, vivía mirando a su alrededor para ver si pasaba algo, si
podía intercambiar palabras con alguien de peso para llegar a Selena y
decirle todo aunque recibiera una reprimenda. Sólo hubo un momento, un
instante, en el que alguien pasó por un rayo delante de suyo y no pudo
advertir quién era, y le fue imposible llegar a Selena. El gentío era
infernal, había toda clase de gente que la esperaba a Selena para darle
su mayor muestra de afecto y de reconocimiento. Pero en cada instante a
Ignacio le sobresaltaba la idea de que alguno casi de la nada atacara a
Selena y sería el fin ante sus propios ojos. Fueron muy frustrantes esos
días de San Antonio y de Chicago para Ignacio, porque se daba cuenta de
que por ese camino jamás lograría nada. Ya de regreso vio que tenía
varios mensajes en su contestador. Eran todos de Mabel, que con tono
desesperado le decía que la llamara a un número de un hotel en Miami.
Cuando Ignacio por fin pudo localizarla, una Mabel desesperada le dijo:
“¡¡Lo vi, lo vi!! Fue a la salida del festival calle 8. Pasó delante de
mí y lo reconocí al instante. Al final tenías razón con tu primera
impresión. ¡¡Es muy parecido a ti!! ¡¡Demasiado, diría!! Traté de
detenerlo. Le expliqué a los gritos lo del video, lo del programa
‘Siempre en Domingo’, lo del recorte del diario, pero eso más lo alejó.
Me decía: ‘No puedo hablar contigo. No lo debo hacer. Tengo que pasar lo
más inadvertido posible. Si me sigues lo arruinarás. Salvo que aparezca
… O yo mismo lo pueda evitar. ¡¡Déjame ya o lo echarás todo a perder!!
¡¡Y se fue, Ignacio, se fue!! Lo tuve ahí cerquita y no logré nada.
¡¡Qué frustración!! Es inútil, primo … Habrá que resignarse y aceptar la
realidad de lo que vendrá … Esto es como buscar una aguja en un pajar.
Yo ya no sé qué hacer y a Selena la…”. Ignacio la interrumpió en ese
mismo momento: “Mabel, tranquila … Tú me has ayudado mucho más de lo que
te imaginas …. ¿Quieres ayudar a Selena? ¿Quieres salvarla? Ve para
Corpus Christi. Lo que tenga que pasar, o lo que no, será allí. Mira. El
otro día Pedro consiguió una foto de esa persona en el programa de Raúl
Velasco. ¿Y qué crees que estaba haciendo? Estaba haciendo unas
anotaciones en un papel en el que tenía un listado de nombres. Ampliamos
la foto y sólo distinguimos el nombre de una ciudad: Corpus Christi. ¿Y
sabes en qué ubicación estaba? En la última. Al parecer, es el último de
una gira o algo así. Mira, Mabel. Creo haber visto a esa persona en
Chicago. Pero pasó tan rápido que no lo pude ver y seguir, como tú. Como
sea, es evidente que esta persona sabe de los movimientos de Selena y
los va siguiendo uno por uno. Algo está buscando que suceda o está
desesperado por impedir otras, pero en su itinerario figura Corpus
Christi. Estuve averiguando. Selena está grabando un disco en inglés y
seguramente estará grabándolo en estos días hasta su próxima
presentación en concierto. En estos días estará entre Nashville y Corpus
Christi grabando, sobre todo en el primero, y luego se presentará el 1
de abril en … Los Ángeles … Dime Mabel, ¿cómo es que no figura Los
Ángeles en ese papel, en ese itinerario? Mabel. Creo que lo entiendes.
Ni vale la pena ir a Nashville. Debemos ir a Corpus Christi. Debemos ir
pues esto no pasa del 31 de marzo…”. Mabel se quedó en silencio y sólo
le dijo que iría para allá de inmediato. Ignacio se preparó y se fue
para Corpus Christi sabiendo que lo que fuera a pasar sería allí, pero
no teniendo idea de cómo sería el ataque y por quién. Pensó en lo
efímero que era todo y que en la vida no había que cometer errores que
uno lo pagaría hasta con su sangre. Todavía quería saber qué error
estaba cometiendo Selena para que le pase eso … Cada vez más pensaba en
que todo esto no tenía nada que ver con el “afuera”, con gente que
descarga su frustración en ídolos con quienes se creen sus dueños. Esto
era un problema interno, doméstico, que había tomado ribetes
insospechados. Pero no era el momento para pensar en eso. Había que
pensar en cómo se tenía que salvar a Selena y de quién o quiénes. Ahora
debía Ignacio enfrentarse cara a cara con quienes querían hacerle lo
peor a nuestra Selena…
Se encontró con Mabel. Estuvieron casi una semana en
Corpus Christi moviéndose desorientados, sin saber qué hacer. Ignacio se
sentía como el policía de la película “Halloween”: mientras él se movía
por un lado los acontecimientos pasaban en el otro extremo de la ciudad
o directamente en otra ciudad. Las veces que fueron a buscar a Selena
nunca la encontraban pues estaba en Nashville, y cuando estaba en la
ciudad, ellos estaban, pero en otro sector. A medida que pasaban los
días pasó a ser importante si Selena estaba bien antes de enterarse de
lo peor. Ignacio y Mabel fueron a q-productions y preguntaron cuándo
estaría Selena por allí. Pero en la recepción sólo le dijeron que no
tenían fechas fijas en las que Selena estaría en Corpus Christi … salvo
el 31 de marzo. Ese día Selena pasaría luego de que su padre y su
hermano estarían para supervisar y grabar más tomas del próximo disco.
La desesperación les hacía pensar si debían ir directamente a la casa de
Selena o a la de sus padres, pero el remedio sería peor que la
enfermedad. No tenían ni argumentos ni modo de ser atendidos con
seriedad … aunque tuvieran razón y motivos. Cada día se las ingeniaban
para saber si Selena estaba o no en la ciudad y si estaba allí que
estuviera bien … Ellos se encargarían de estar cerca y de esperar a que
ese muchacho apareciera o impidiera lo peor. Pero llegó el 31 de marzo
... Ignacio sabía que si no había sucedido nada, ése sería el último
día. Mabel le sugirió que llamara a q-productions para confirmar si
estaban allí. Ignacio llamó y le confirmaron que estaban todos en la
ciudad y al menos el padre de Selena en los estudios mismos. Ignacio sin
saber ya qué hacer pero sabiendo que debía hacer algo decidió ir a
q-productions. Haría su último intento desesperado por abalanzarse sobre
Selena e impedirle que se mueva hasta el otro día hasta que de pronto
sonó el teléfono de la habitación pequeña en la que estaban alojados los
primos. Ignacio atendió y para su sorpresa era Pedro: “¡¡Huy!! ¡¡Por fin
los localicé!! Ya llamé a todos los hoteles de la ciudad. ¡¡Creí que no
los encontraría nunca!! Tengo un dato más. ¿Recuerdas la primera foto
que vimos, la del titular del diario? Bueno, yo advertí una pequeña
manchita amarilla que se veía en el extremo de la foto del titular que
casi no se ve. Fui a casa de un amigo en San Antonio que te aseguro que
tiene un reproductor mucho mejor que el mío y lo amplié y allí lo pude
ver. Se ven dos palabras ‘Days Inn’. ¿No es del motel que está allí en
Corpus Christi? No sé si tendrá que ver con esto, pero me pareció
importante decírselos antes de que me dejen solo aquí para siempre”,
dijo y espero respuesta. Ignacio abrió bien los ojos, sólo atinó a decir
“Gracias, después te llamó” y salió con Mabel a las corridas. Ya no
quedaban dudas sobre dónde ocurriría todo … o no. No sabía qué haría,
pero ya para ese entonces sólo se le ocurría abalanzarse sobre Selena e
impedir que le hagan daño … Llegaron a la puerta del motel e iban a
ingresar al lobby para tratar de averiguar sobre el paradero de Selena.
De pronto Mabel e Ignacio sintieron un fuerte viento sobre sus espaldas
y vieron que el muchacho iba para el interior del motel en el que están
las habitaciones. Ignacio le hizo un gesto enérgico a Mabel para que se
quedara en el lobby mientras él salía corriendo en busca del muchacho.
En cuanto pegó el primer grito el hombre se detuvo abruptamente y giró
hacia Ignacio. Ambos se quedaron helados al verse. Ignacio pudo
comprobar que esa persona podía ser su hermano mellizo. Era casi igual.
Antes de que él sacara alguna conclusión del momento, el muchacho se
adelantó: “No preguntes, no preguntes nada. Ellos sólo me dejaron hablar
contigo si se presentaba la oportunidad, si no podía impedir que Selena
llegara hasta aquí. No me preguntes quién soy. Hice todo lo que hice
para salvarla … o para que tú la salves. Nada es casualidad en la vida.
Hay veces en la vida que no hay que hacerse preguntas, sólo hay que
actuar. Hay veces en la vida que no hay que averiguar pues eso es lo
peor … En tan sólo unos minutos vendrá Selena y la presidenta de su club
de fans. La mujer se aloja aquí y se la llevó de paseo con la excusa de
que se siente mal. Es todo mentira. Sólo quiere una coartada. ¿Sabes a
qué me estoy refiriendo? Si no lo impides acá, entonces el titular que
tengo aquí se hará realidad … No me preguntes por qué … El mundo es muy
complejo. El universo es muy complejo … Y nosotros somos parte de él …Si
quieres que Selena siga con vida, ya sabes lo que tienes que hacer…”.
Ignacio estaba por decirle quién era él aunque con miedo empezaba a
sospechar que lo sabía hasta que vio a Selena con esa mujer. Ignacio
volteó la cabeza para preguntarle al muchacho qué hacer pero ya no había
nadie allí. Miró para adelante, miró para los costados, no sabía qué
hacer y si pasaba unos minutos más, ya no habría más nada que hacer …
Ignacio se sintió entre la cuerda y la pared, e hizo lo primero que
sintió. “¡¡Selena!! ¡¡Selena!! ¡¡No lo puedo creer!! ¡¡Déjame que le
cuente a mi madre que te vi!!” y mientras Selena le sonreía toda
contrariada, Ignacio la abrazó y le agradeció, la siguió abrazando y le
siguió agradeciendo hasta que pudo correrla unos metros de la asesina.
“¡¡Selena!! ¡¡Sal de aquí!! Esa mujer te va a matar!! Yo sé todo. Ni se
te ocurra devolverle el anillo. No la escuches. ¡¡Sal de aquí ya
mismo!!”. Ignacio se lo dijo todo al oído y Selena estaba por pedirle
explicaciones hasta que se quedó muda cuando Ignacio le dijo lo del
anillo y lo del asesinato. Pero cuando notó que Selena vio que la mujer
se acercaba e intentaba no dar cuenta de la advertencia, Ignacio vio ese
recorte del diario que llevaba el muchacho en el piso, lo levantó de un
manotazo y le dijo a los gritos sin ya importarle si la mujer la
escuchaba: “Compruébalo por ti misma, Selena. ¡¡Si entras allí serás
noticia pero no por lo que quieres sino por lo que esta bruja quiere!!”.
Selena tomó el recorte y no podía creerlo. Miro a Ignacio, miro a la
mujer con gesto de “¿Cómo pudiste siquiera pensarlo?” hasta que la mujer
sacó el arma de su cartera, pero en cuanto lo hizo, alguien de atrás de
ella le susurró: “Ni se te ocurra”. Era Mabel, con un par de policías
detrás. La mujer amagó entregarse pero enderezó el arma y le apuntó a
Mabel. Selena con agilidad increíble se abalanzó sobre ella y la empujó
para adelante y antes de caer la tomaron los policías, quienes la
apresaron de inmediato. Selena cayó al suelo y comenzó a llorar sin
consuelo. Ignacio fue hacia ella y la abrazó largamente. Sintió como si
estuviera abrazando a una niña de 8 años y le dijo: “Selena. Cuídate,
cuídate mucho. ¿Me lo prometes? Tu vida es lo más importante. Piensa en
ti y en tu felicidad. Todos seremos felices si tú eres feliz. ¿Quieres
vernos felices o vernos llorar? Pues bien. Sigue tu camino sin mirar
atrás. Sigue tu camino con lo que te dice tu corazón. Y nunca hagas lo
que no te gusta y menos favores que te dan dolores de cabeza, pues a
veces es más que ello … Lo has comprobado hoy, ¿verdad, Selena? Sé tú,
Selena, no lo que te piden los demás que hagas. Eso fue en otra época.
Ya no es hoy esa realidad. Tú eres importante por ti misma. Ya no le
tienes que demostrar nada a nadie. ¡¡Es tiempo que vivas y que disfrutes
de tu vida!!…”. Selena lo abrazó y le agradeció profundamente esas
palabras que siempre quiso escuchar de alguien. Estuvieron largos
minutos allí. Ignacio pudo sentir lo que es saber que hay una persona
detrás de una figura y que a veces hay que cuidar eso antes que la
imagen a riesgo de perder todo por optar por ese último camino. En ese
momento apareció Mabel. Todos tenían que ir a declarar por lo sucedido.
Ignacio le preguntó cómo fue que llegó con los policías. “El muchacho me
lo dijo. Me advirtió lo que pasaría y me pidió que los llamara cuanto
antes. Eso hice pero en cuanto colgué ya no lo vi más. Pero insisto:
¡¡qué perecido a ti es!!”. Ese comentario hizo reír a Selena
acompañándolo con un gesto de asentimiento, y todos rieron al fin.
Ignacio se quedó pensando en el muchacho. Sabía que no volvería. Ya
había cumplido con su sueño. Igual, lo más importante era tenerla allí a
su lado a Selena. Ignacio sabía que pronto sería feliz cuando Selena
volviera a hablar, volviera a cantar, volviera a ser ella misma. Ignacio
sabía que Selena haría historia por su único y merecido esfuerzo y
talento…
(¿Hasta dónde llegaríamos para salvar a Selena? ¿Cuál
sería nuestro límite? Para mí no hay ninguno. Detesto la resignación. Me
resisto a pensar que éste es el destino de Selena. Yo sé que su historia
tiene otro final. Y no sólo depende de ella. ¡¡Claro que no!! Depende de
nosotros. Si nosotros la sabemos cuidar, yo sé que pronto, yo sé que muy
pronto Selena volverá a estar entre nosotros…)
Selena: tú le diste una razón a mi vida. Por eso te debo
todo…
Selena salió de esa habitación con un profundo dolor en
el pecho y sin saber qué había pasado. Tampoco quiso saberlo. Apenas
salió de ese lugar que olía a desodorante de ambiente y lucía mal
arreglado, sintió un impacto que sólo la impulsó a salir adelante, a
salir como pueda, a buscar una explicación que la hiciera entender lo
que había pasado. Corrió por impulso, corrió fugándose de algo que no
entendía y que buscaba en esa corrida un recoveco, un escondite, un
refugio que le permitiera pensar, pensar, entender, salir de ese dolor,
ese dolor que ya le tocaba la espalda, un fuego que le carcomía el
cuerpo, que se apoderaba de su Alma. Selena corría en dirección al lobby
del motel, pero corría más para tener más tiempo para pensar en otra
cosa, en pensar en las cosas lindas que había logrado, en buscar a su
familia, en busca de su esposo. Selena corría y no quería tocarse su
pecho ni nada de su cuerpo. Sentía un frío espantoso que le daba una
idea de algo que no debía pensar, que no quería pensar. En un momento se
preguntó por el anillo que llevaba en la mano y pensó en arrojarlo a
cualquier lado, al piso, como solía hacer cuando se le caía un arete en
el medio de un concierto. Hasta en el medio de la fiebre que sentía en
todo su cuerpo, pensó en volver sobre sus pasos para devolvérselo y
tirárselo en la cara a esa mujer, pero allí recordó lo que había
sucedido apenas unos instantes antes y corrió más rápido aún. Fueron
unos segundos interminables que parecían horas. Selena se dio cuenta de
que el tiempo es tan, tan relativo, que eso que para cualquiera era sólo
unos segundos para ella era una eternidad. Selena se preguntó si acaso
eso que estaba viviendo y padeciendo no era también relativo … ¿Acaso lo
estaba soñando? ¿Acaso fue un accidente lo sucedido o esa pérfida
ejecutó lo que hizo con planificación y alevosía? Selena quiso pensar,
se le nublaba la vista, sentía que perdía el conocimiento, pero ella
hacía todo lo posible para no caer, para no dejarse vencer, para no
permitir que le ganen en esta partida. Selena pensó si había caído en
una trampa y recién se estaba dando cuenta de eso en ese mismo momento,
cuando todo parecía tarde, irremediablemente tarde. Selena hizo un
repaso rápido por lo sucedido en ese día y solo recordaba la cara
dormida de su esposo mientras ella se iba sin avisarle en busca del
encuentro con esa psicópata, su marcha presurosa al lugar tratando de
ver si podía hacer algo, si podía acaso solucionar las diferencias entre
su padre y esa mujer. Selena se había conmovido por los mensajes de
ayuda de esa pérfida y no pudo dejar de sentirse culpable: “A ver si
todavía lo que me dice es cierto y yo la dejo abandonada a su suerte”,
pensó Selena mientras iba presurosa en su auto a su destino de muerte.
Selena no sospechó de nada, como tampoco lo sospechaba su propia
familia. Sentía pena porque la había acompañado durante mucho tiempo,
pero también sabía que la relación no daba para más. Ahora todos sentían
desconfianza e incluso su propia familia y ella misma no se animaban a
echarla por miedo al escándalo, por miedo a lo que ella pudiera decir.
Su familia pensaba que aún se podía tener a esa mujer adentro
limitándola en su accionar pero haciéndole sentir que estaba dentro de
la organización … Mientras Selena corría se lamentaba por no haber
pensado más en ella, por no haber sido más egoísta, por ser menos
solidaria y dejar que los problemas de los demás lo solucionaran ellos y
no ella sola. Selena corría y sentía que algo que parecía ser una o
varias lágrimas le recorrían los ojos, la cara, el cuerpo y caían sobre
el piso tras su paso. Selena pensó que estaba perdiendo todo, todo, por
ser buena, por ser componedora, por ser honesta, por ser humilde, por
pensar más en el bien de los demás que en el bien propio. Selena se
maldijo por haber sido así. Ahora estaba sola y desamparada, sola y sin
nadie que la ayudara, sola con su Alma y su corazón. Selena pensó como
nunca que uno no es nada en este mundo, nada. Que así como se tiene todo
mañana se te quita y ya no lo tienes. Selena tomó consciencia de lo tan
cerca que estaba de la gloria y qué tan lejos quedaba todo … Hasta allí
en su fuero más íntimo se sentía la mejor, la Reina, la princesa que se
paseaba por el mundo que se le rendía a los pies y ella sonreía de
placer y a la vez de agradecimiento … ¿Y ahora? ¿Ahora qué quedaba de
aquello que parecía tan lejano, tan gris, tan lluvioso, tan nublado, tan
triste? Selena buscaba una explicación, algo que le permitiera entender,
algo que le permitiera vivir, algo que le permitiera seguir soñando,
seguir con esperanza, seguir con alegría. Pero cada vez le costaba más,
como le costaba llegar al bendito lobby del motel. Apenas podía recordar
el silencio de la pérfida, la negativa a ser revisada, su desconcierto
por esa actitud que se contradecía con el deseo desesperado por ir al
hospital para ser atendida. Selena podía recordar a la enfermera, esa
mujer que tal vez se daba cuenta del desconcierto de ella misma por lo
sucedido y que le quería decir algo, algo que por allí a Selena le podía
dar una idea de lo que estaba realmente pasando … Selena estaba
arrepentida de no haberla escuchado, de no permitirle hablar por miedo a
que esa psicópata la escuchara. Y si Selena tenía miedo de esa mujer,
¿por qué siguió a su lado? Si ya no confiaba, ¿por qué no pensó en lo
que podía hacer luego de haberla engañado con el viejo truco de ir al
hospital? … “Claro -pensó Selena-, ella me llevó engañada a ese lugar,
ella nunca quiso ser revisada, ella sólo quería que fuera sola para
realizar lo que me acaba de hacer”. Selena se tomó el pecho y se
horrorizó sin mirar. Sabía lo que eso significaba. Ya no quiso pensar en
lo que había pasado. Tampoco en lo que estaba sucediendo. Sólo quería
pensar en lindas cosas, lindos recuerdos, hermosas sensaciones. Quería
dormirse o tirarse allí mismo para descansar un poquito, aunque sea sólo
por un instante. Pero no, Selena sabía que si caía allí no se levantaría
más, que no lo podía permitir, que no lo debía permitir. Selena sabía
que sólo un milagro y su propio ímpetu la habían sacado de ese lugar y
de ese ataque artero, pero no se pudo salvar del todo. Lo sabía, y sabía
que algo estaba mal, muy mal a pesar de todo su esfuerzo y su energía
inagotable. Se lo hacía notar su cuerpo, todo dolorido y mojado, muy
mojado, por el sudor, quizá, o por otra cosa que ni quería saber ni
imaginar. Selena sólo tenía un objetivo, un solo y modesto objetivo ….
Llegar a la puerta, llegar a esa bendita puerta que la llevaba al lobby
del motel. Si llegaba, pediría ayuda y ella se salvaría … seguro que se
salvaría. Ahora estaba sola, agotada y con mucho frío, tanto frío como
dolor … dolor en el cuerpo, dolor en el Alma. Selena se sentía sola, tan
sola como nunca lo había estado en este mundo, sola sin su familia, sin
su esposo, sin su gente. Pero allí estaba la puerta. Ella la empujaría
con su último esfuerzo y del otro lado estarían todos para socorrerla …
Ellos no la dejarían caer, ellos la salvarían, ellos no la dejarían irse
de este mundo de una manera tan triste y tan absurda … Selena se aferró
a su anillo como si allí mismo estuviera su vida y que de ella dependía
que no se le cayera para seguir viviendo … Y mientras que con una fuerza
increíble e inusitada se aferraba a ese anillo, apretaba bien sus ojos
para retener esas bellas imágenes, esos bonitos recuerdos, esos momentos
en los que todo era ilusión e inocencia. Selena no creía en la maldad.
Ella se había desenvuelto en la vida con rectitud y honestidad. Selena
no era confianzuda, pero creía en la palabra de la gente, en sus buenas
acciones e intenciones. Sí. Selena tenía esperanza, sabía que una vez
traspuesta esa puerta todo volvería a la normalidad y volvería a ser
feliz. Selena siguió corriendo, cerró sus ojos y se rindió a sus
recuerdos, a esas lindas imágenes que la permitían seguir estando viva.
Selena cerró sus ojos con la seguridad de que cuando los abriera de
nuevo ella volvería a sonreír…
Selena salió por esa puerta y encontró un mundo de gente
que gritaba, gritaba y gritaba. Selena había esperado mucho ese momento.
Y tanto lo esperó que nada lo dejó librado al azar. Como tantas otras
veces, como durante toda su vida, Selena había llegado temprano al
inmenso Astrodome de Houston, Texas, para dar su mejor concierto, o al
menos el concierto del que todos hablarían por años, por décadas, por
siglos. Selena sabía que tenía un desafío, de esos desafíos que a ella
le gustaba poder sortear. Era la tercera vez que se presentaba allí.
Desde 1993 en el último fin de semana de febrero Selena celebraba un
ritual con sus fans y ya para ese entonces pintaba para ser cada vez más
mítico y más apoteótico. Muchos ajenos se preguntaban cómo una mujer
como Selena había logrado lo que nadie, que era romper el récord de
asistencia de público desde su primera presentación. Pero para el que
conocía a Selena desde siempre nada era sorpresivo. Selena desde hacía
un buen tiempo era una realidad. Ya no era esa niña simpática que
encantaba con su dulce voz, ya no era esa adolescente que se constituía
en una promesa … Selena era una mujer, una estrella, una diva, pero una
diva del pueblo, una mujer como cualquiera de su público que estaba allí
para entretenerlos, como lo supo y aprendió desde que tenía 8 años. Y el
que conocía bien a Selena sabía que iría por más, por mucho más. Por eso
a nadie sorprendió que esa noche del 26 de febrero de 1995 Selena
rompiera el récord de asistencia en el Houston Astrodome, que tenía ella
misma en su anterior presentación del 27 de febrero de 1994, y que ésta
a su vez rompiera el récord de su performance del 28 de febrero de 1993.
Selena podía dar una imagen de mujer descuidada, desprolija, un tanto
atolondrada y con una mala e injusta fama de que llegaba a todos lados
tarde … Pero Selena no era así, para nada era así. Y encima esa noche
era muy especial, más especial que en la anterior vez, en la que
adelantó algunos temas de su disco “Amor prohibido”, y más especial que
la primera vez que se presentó, en la que pudo comprobar lo tanto que la
querían … Ahora Selena tenía un disco en inglés en preparación y próximo
a salir … Selena pensó en arrancar con unos diez minutos de un middley
de los años ’70 que le permitiera mostrarse al público de una manera
que debía ser más común en el futuro … mostrarse como una artista
internacional cantando en inglés. Iba a ser una pequeña muestra, pero
una muestra que iba a ser cada vez más frecuente y de mayor duración.
Era el comienzo de una nueva etapa en la que Selena apuntaba a un camino
mucho más ambicioso y en el cual ya se sentía en condiciones de poder
afrontarlo … Selena sentía que los “gringos” la esperaban expectantes,
que más allá vendrían Europa, América latina, China, todo Oriente. Y
Selena no tenía límite y sentía que lo podía lograr como esa noche.
Cuando le comunicaron sobre el récord de asistencia al público sintió
una gran satisfacción, porque en definitiva todos esos logros eran
producto de años de esfuerzo y de dedicación. Y esa noche no sería la
excepción. Porque Selena no se dormía en los laureles. Porque Selena
sentía que en todos los conciertos tenía que ratificar aquello que había
logrado. Así, Selena fue temprano al estadio para ensayar cada tema,
cada baile, cada paso. También eligió cuidadosamente su vestimenta.
Estaba en duda entre dos vestidos, pero al final se decidió por uno
morado que había sido diseñado en función de una de sus tantas ideas.
Selena tuvo tiempo hasta de atender a toda la prensa, a los fans, de
saludar a los que se acercaban al estadio para presenciar el concierto.
Porque Selena era así de simple, así de responsable, así de profesional.
Pero lo que tal vez pocos sabían era de la importancia que tenía para
ella ese concierto. Selena tenía siempre ese temor a no ser querida, a
ser rechazada, a dar un paso en falso. Y así como en la primera vez que
pisó el Astrodome estaba con un gran temor al fracaso, ahora volvía a
tener ese temor ante tamaño desafío. Durante un largo tiempo estuvo
sola, absolutamente sola, en su camarín mirándose al espejo,
arreglándose una y otra vez el vestido, retocándose una y otra vez su
peinado. Estaba por salir al escenario con el pelo atado y con un
rodete. De hecho así estuvo durante buena parte del día, pero le pareció
que esa noche luciría menos sexy, por lo que optó por usar el pelo
suelto y con flequillo. Aun así se retocaba el pelo y sobre todo el
flequillo por miedo a que el viento de afuera se lo hiciera volar. El
pelo atado lo luciría al otro mes, en los festivales y conciertos de
marzo. Ahora quería lucir así, porque así se sentía más linda … Una vez
que se sintió cómoda con cómo lucía, se miró al espejo y se juramentó
que daría el concierto de su vida, que haría una actuación de la que
nadie olvidaría. “¡¡Vamos, Selena!! Tú puedes. Tú eres la mejor. ¡¡Es a
ti a quien todos quieren!! Demuéstrales que vas por más, por mucho más,
y que los sorprenderás otra vez. ¡¡Vamos, Selena, que estás cerca, muy
cerca de la gloria!! No tienes que tener miedo, no tienes nada que
temer. A ti te costó todo, tuviste que sacrificar muchas cosas para
llegar, tuviste que dejar más de una cosa a un lado. Tal vez no haya
sido el camino que hubieses elegido, tal vez si fuera por ti te hubieses
dedicado a otra cosa, pero ahora sabes que todo lo puedes lograr. Nadie
te va a impedir lograr lo que quieres. Sólo sigue así, Selena, sólo
sigue siendo tú misma y nadie te detendrá. Allá afuera la gente te
quiere. Sólo dale lo que te piden y mucho más. ¡¡Si todo sigue así, tú
serás la N° 1 en todo el mundo y todos sabrán de quién se trata cuando
se invoque tu nombre!!”, se repetía y alentaba Selena una y otra vez.
Cuando llegó el momento de trasponer esa puerta, Selena sintió que las
cartas estaban echadas. Salió con un frío que le recorría toda la
espalda, que pronto se disipó cuando sintió el calor de su gente. Selena
poco recordaría de lo que sucedió esa noche. Sólo recordaba el
nerviosismo del inicio, lo libre y alocada que se sintió al cantar “La
carcacha”, la increíble interpretación de “Si una vez”, en la que se
permitió darle una “vuelta de rosca” a algo que ya tenía estudiado de
antemano, que era detenerse en un momento ella y toda la banda para
provocar la locura de la gente, pero cuando Selena sintió tamaña
expresión de afecto, sorpresa, exaltación y alegría, se permitió
prolongar el silencio, paseándose una y otra vez en el escenario con
sólo dirigirse al público con un gesto cómplice. También recordaba el
final del concierto interpretando “Como la Flor”, en el que ella le
sonrió a la cámara y mandó su clásico saludo a su gente a través de
ella, el goce de sentir que había hecho un gran concierto mientras
interpretaba ese último tema, su sonrisa de satisfacción, de ternura y
de incredulidad ante tamaña expresión de afecto de su público y esa
despedida interminable del concierto en un auto que la llevaba camino al
camarín. Selena sólo pensaba en su niñez mientras saludaba a cada uno de
los asistentes al concierto. Siempre había soñado con ese momento y
sentía que lo había logrado. Selena no quería irse del estadio. Sentía
una rarísima sensación de que nunca más viviría algo semejante, como si
fuera debut y despedida, como si aquello fuera el final de todo un ciclo
de tanto trabajo, talento y dedicación. Selena estaba tan emocionada que
cuando bajó del auto y un grupo de custodios se la llevaban al camarín,
en un momento se soltó de ellos para asomarse por sobre su cabeza y
seguir saludando. Selena no quiso irse esa noche sin dejar de saludar a
nadie, sin dejar a nadie insatisfecho con su increíble actuación…
Selena salió rumbo al escenario sin poder dejar de
expresar toda su emoción. Nunca se imaginó que le sucedería semejante
cosa … “¡¡Un Grammy, un Grammy, un Grammy de verdad!!”, se dijo. Camino
a recibir el premio pensó en todas las chanzas que había hecho respecto
de sus posibilidades de ganarlo. Se cansó de decir que ella no lo
lograría, que sólo iría a sacarse fotos con los artistas consagrados,
con los artistas “de verdad”, pero en su fuero más íntimo sabía que todo
era posible, que lo podía ganar, que tenía altas chances. Selena había
pensado cuando un año antes había obtenido su primer galardón en Premios
Lo Nuestro y en lo realmente emocionada que estaba. Y no era para menos.
Ese premio era el primero internacional por fuera de los premios de los
Tejano Music Awards. Ése sí la había marcado a Selena pues allí daba
cuenta de que ya no era sólo la artista tejana con éxito y galardones.
Ahora era toda una artista internacional reconocida. Por eso no pudo
dejar de expresar tantas emociones, tanto llanto, tanta alegría. En
aquella oportunidad Selena supo que había dado un importante paso en su
carrera, que se le abrían más puertas, más posibilidades, podía
ilusionarse con ser la mejor artista del mundo. Pero ahora con el Grammy
… Selena comenzó a tomar conciencia de sus posibilidades, que ya ella y
su banda no eran los mismos que iban de pueblo en pueblo en un bus en
busca de un futuro mejor. Ahora Selena estaría más expuesta, tendría más
responsabilidades. En aquella oportunidad Selena sentía la emoción de
una niña que había logrado ese primer paso que lleva a la fama. Ahora
Selena sentía que estaba en la fama. Subió lentamente los escalones
pensando en cómo comenzó todo, en qué momento la historia comenzó a
cambiar para tener esta instancia, este premio. Pensó que nada era
casual. Podría pensar que al fin y al cabo recibía el premio por su
disco “Live” del año anterior y si ese disco salió fue porque a su padre
le pareció una buena idea registrar su concierto en vivo en el Memorial
Coliseum de Corpus Christi y José Behar, presidente de la Emi Latin,
como todo proyecto de Selena, lo apoyó de inmediato. Selena sabía que
para su padre el hecho de que ella tocara en la ciudad que la vio crecer
cantando siendo tan famosa y popular luego de tantas penurias y
sacrificios era un acontecimiento familiar muy importante que debía
quedar registrado. Y así se hizo y así Selena lo sintió, a tal punto que
en el medio del concierto Selena saludó y agradeció a sus padres que
estaban presenciando aquel momento … En aquel 1993 Selena vivía todo
como lo vivía su familia, como una niña contenta y emocionada porque se
le iba dando todo lo que había soñado y con la incredulidad de que
aquello fuera realmente cierto. Selena sabía de su talento como de la
capacidad de todos para llegar al éxito. Si había algo que Selena sabía
muy bien era el trabajo de equipo de todos los que la rodeaban, de lo
solidario que siempre fueron, de lo excelentes personas que eran. Pero
Selena aún no lo podía creer, como en aquel momento en el que se tomó la
cara y se puso la mano en el pecho cuando recibió el galardón a la mejor
cantante méxico-americana en la edición 1993 de Premios Lo Nuestro. Era
no poder creerlo pero saber que lo tenían merecido, que tenían todo para
lograrlo y que habían hecho un gran esfuerzo para llegar a ese objetivo.
Eran momentos para gozar y no pensar en qué les depararía el destino, en
pensar en el paso a seguir … Selena sólo siguió trabajando en sus
proyectos como si nada hubiese sucedido, como si ella o la banda apenas
hubiesen logrado algún reconocimiento y nada más. Por eso para ella y
para toda su familia nada de lo que les estaba ocurriendo les iba a
cambiar la vida. Selena siguió yendo en el bus a los conciertos, los
planes eran los mismos, los objetivos seguían intactos. El padre de
Selena podía ser muy duro con sus hijos recalcándole que todavía no
habían logrado nada, que lo obtenido hasta allí apenas le permitían
seguir luchando y soñando con total convencimiento. Selena a veces le
hería tanta exigencia sin hacer hincapié en lo logrado, pero sabía que
su padre tenía razón y por eso lo entendía. Selena aún pensaba en su
proyecto de modista y para eso necesitaba ser más famosa aún. Eso le
permitía no sólo obtener más dinero para solventar su proyecto, sino de
hacerse un nombre que fuera tomado en cuenta en todo el mundo. Selena
sentía que debía dar un pasito más … Y ese pasito sintió que lo había
dado cuando recibió el Grammy. Selena estaba conmocionada por el premio.
A la hora de agradecer alteró el orden de las personas nombradas y hasta
omitió otras … Se podía decir que Selena estaba tan nerviosa que se
obnubiló. Pero no … No era lo que realmente le pasaba … La obnubilación
la sintió un año antes … Ahora Selena sentía que las cosas habían
cambiado, que este premio implicaba otras cosas y que había que estar a
la altura de las circunstancias para afrontarlas … Le gustara o no, ella
era ya una estrella que estaría más que nunca a la vista de todos, en
boca de todos. Selena no le huía ni a la fama ni a los fans. Podía ser
muy tímida, podía no saber cómo encarar ciertas cosas, pero Selena
sentía que debía hacerlo todo en ese momento, que no había que esperar
para llevar adelante todo lo que tenía en su cabeza. Mientras su padre
presionaba y lograba que la disquera Emi le prometiera sacar de una vez
por todas el disco en inglés tan soñado y en el que algunas canciones ya
se habían hecho, Selena presionaba para inaugurar sus primeras boutiques
en San Antonio y Corpus Christi para luego hacer lo mismo en Monterrey y
México DF … Selena sintió allí mismo que una nueva etapa se iniciaba en
sus vidas, que aunque no estuvieran acostumbrados debían encarar las
vidas artística y personal de otro modo, que no tenía sentido seguir
yendo al ritmo de un bus cuando las circunstancias la hacían ir en avión
... Selena ante el público agradeció a José Behar y a su familia, pero
no nombró ni a su esposo ni a su madre. Y no es que no los quisiera
nombrar. ¡¡Claro que no!! Sólo que su mente iba más allá, mucho más allá
… Si hasta pensó en que debería cambiarle las funciones a su presidenta
del club de fans … Le parecía que debía ser ella misma la que debía
hacerlo o alguien de su edad o alguien que la conociera bien. Pensó en
hasta su madre y su hermana … pero pronto lo desechó … Esa mujer le
resultaba muy servicial y fiel. No tenía sentido herirla … Dejó esas
cosas para más adelante … Selena pensaba en su futuro y todas esas
nimiedades podían esperar …. Selena emprendió la vuelta del recibimiento
del premio y ya estaban su sonrisa y su ironía preparadas para afrontar
las preguntas de los periodistas … El show debía continuar y ella estaba
dispuesta a seguir el juego … Pero por dentro Selena pensaba en lo
orgullosa que estaba de sí misma. Había logrado tanto en tan poco tiempo
… Había logrado un Grammy, algo tan difícil para un latino en esa época
… Selena sabía lo que vendría inmediatamente después ... Las
repercusiones de semejante galardón, su segunda presentación en el
Houston Astrodome, la salida del disco “Amor prohibido”, del cual todos
imaginaban que sería un éxito total y que le daría a Selena el gran
salto que ella tanto necesitaba … No hacía mucho que había logrado sus
primeros N° 1 y ahora esta realidad, esta hermosa y divina realidad.
Selena pensó que era hora de asumir que se jugaba en las grandes ligas y
que estaba en ellos aprovechar ese momento y no desperdiciarlo …
Desaprovecharlo podría ser fatal para todos, pero sobre todo para ella.
Selena sabía lo que significaba ser la cara visible del grupo y el
sostén de la suerte de su familia … Selena respiró hondo y miró al piso
para después sacar su mejor sonrisa y sus primeras palabras en cuanto
aparecieron los primeros periodistas a entrevistarla. Allí Selena volvió
a ser la misma de siempre, la misma artista humilde y agradecida que no
podía creer lo que estaba sucediendo, que sólo se permitía aceptar con
satisfacción lo que el Señor le había dado … Pero Selena sabía que no
era así … Si ella logró todo eso era por su temperamento y por el
convencimiento de que no había nada imposible, que todo se podía lograr.
Selena sabía que lo logrado era producto de saber de su situación
apremiante y de lo que implicaría cualquier traspié …Cuando todos se
marcharon y ella terminó de hacer una sesión de fotos para los
organizadores del Grammy, Selena se permitió llorar, expresar en esas
lágrimas su verdadero sentimiento, lo que había vivido en toda su niñez
y adolescencia. Selena se permitió ratificar su juramento de que no
pararía hasta que todo el mundo supiera quién era ella y la recordaran
con Amor. Hasta había pensado plantearle a su padre o al mismo José
Behar de tentar suerte en conciertos en Sudamérica, que sabía que la
conocían, y que sería bueno hacerse ver y conocer para provocar el gran
impacto como lo había logrado en México. Pero pronto lo olvidó y dejó
que los demás decidieran sin hacer valer lo que quería para sí … Un
error del que Selena se arrepentiría casi con desesperación más tarde,
ese día lluvioso y nefasto en el que ella dejó de cantar y de sonreír…
Selena salió con mucho miedo a ese inmenso escenario de
Monterrey. Por un momento pensó que tal vez su padre tenía razón al
mostrarse reacio de ir por estas tierras sin sentir que Selena estuviera
preparada para enfrentar un público nuevo, un mundo nuevo, una tierra
nueva con distintas necesidades, pero la realidad de Selena, una vez
más, pasaba por encima de cualquier explicación o argumento “razonable”
que se le ocurriera a cualquiera que estuviera a su alrededor. Oscar
Flores, representante de muchos artistas mexicanos, lo había convencido
al señor Quintanilla de que Selena se presentara en Monterrey. Él sabía
del impresionante éxito de Selena con el tema “Baila esta cumbia”. Allí
mismo lo llamó al señor Quintanilla y le explicó sobre lo que generaba
su hija por sus tierras. El padre de Selena le agradeció el
ofrecimiento, pero le pareció muy arriesgado y prematuro presentarse
allí. Era consciente de que Selena hablaba muy mal el español, que eso
los mexicanos no se lo perdonarían, y que para revertir eso ellos debían
saber todo 10 veces mejor que los demás, que ellos debían demostrar que
lo podían hacer haciendo las cosas muchísimo mejor que el resto … En
realidad, el padre de Selena seguía pensando en que el éxito vendría de
la performance de Selena en los Estados Unidos, cantando en español para
el público latino, y sobre todo cantando en inglés para los “gringos” …
Era la gran apuesta del Señor Quintanilla, quien pensaba que si lo
lograba de ese modo, el éxito y la fama de Selena romperían toda barrera
que se le interpusiera en el camino. Oscar Flores le quería hacer ver
que Selena era muy apreciada y querida en Monterrey, que sería bueno
probar suerte allí, que en el peor de los casos no le pasaría nada …
Pero el mismo éxito de Selena se encargaría de que el pedido de Oscar
Flores se hiciera realidad. En 1992 en Estados Unidos había salido el
álbum “Entre a mi mundo”, que generó que Selena tuviera sus primeros
dos N° 1. Por aquellas épocas no salía en los otros países el mismo
disco que en Estados Unidos: o salía un álbum distinto con otros temas o
salía otro disco en formato maxi simple con dos temas. En Estados Unidos
el éxito del álbum generó su primer N° 1, que fue el tema “Como la
Flor”, pero en Monterrey el éxito de “Baila esta cumbia” provocó que
rápidamente Selena lograra su primer N° 1 allí con “La carcacha”. Tan
arrollador fue el éxito que Emi decidió sacar el primer video de Selena
con el tema “La carcacha”, en el que lo filmarían en la mismísima
Monterrey. Decidieron hacerlo en desmedro de “Como la Flor”, pues
pensaban que “La carcacha” le abriría más fácilmente el mercado
latinoamericano y eso no debía ser desaprovechado. Y mientras tanto
Selena iba a Monterrey para presentarse en un gran festival en el que
asistirían más de 100.000 personas para ver a sus artistas favoritos.
Selena tenía temor en esas nuevas tierras por su limitadísimo español y
porque no sabía cómo desenvolverse en esas nuevas tierras que
supuestamente no la conocían tanto. Pero hasta la mismísima Selena tuvo
que sucumbir ante la realidad que le mostraba que ella era mucho más
conocida de lo que todos imaginaban y que el Amor que ella desplegaba
por todos los lugares que pasaba era correspondido por un público que
sólo le exteriorizaba su admiración y respeto. Hasta Monterrey y más
allá llegaban los ecos de lo que Selena generaba en cada presentación en
los Estados Unidos, y también llegaba su música que era tan o más
apreciada que en todo Texas. Por eso Selena se quedó tremendamente
impactada con el recibimiento del público una vez que ella apareció en
el festival. Selena estaba impactada además pues no estaba acostumbrada
a los escenarios mexicanos en los que el público estaba en el campo y
muy cerca del escenario, a diferencia de los de Estados Unidos, en los
que mientras Selena se ubicaba en el centro del campo en el que estaba
el escenario, el público se ubicaba en las tribunas que estaban más
lejos del escenario, por lo que la mismísima Selena, más de una vez,
tenía que acercarse a ellos para darles aunque más no sea un saludito y
hacer que el público sintiera la satisfacción de que la vieron de cerca
y que incluso la pudieron tocar … A Selena sin duda le gustaba tener al
público bien cerca para poder seducirlo e impactarlo mucho más
fácilmente, y sentir más de cerca su Amor y su cariño … Pero en aquella
tarde de Monterrey Selena hasta se asustó por ese gentío impresionante
que coreaba su nombre sin parar. Selena sintió como nunca retumbar su
cuerpo y sentir un gran estremecimiento al ver hasta en el horizonte
mismo un reguero de gente que saltaba, gritaba y bailaba, y que buena
parte de él presionaba para que ella cantara de una bendita vez. Para
Selena era una gran satisfacción que ese público la apreciara tanto pero
a su vez le generaba culpa por no corresponderles hablando como se debe
el español. Y aun cuando se juramentó y cumplió con su palabra de
hablarlo correctamente, ella sentía la satisfacción de haber roto una
barrera que parecía infranqueable para una artista tejana, como lo era
ella. Sintió que a ella la querían y no a cómo hablaba. Selena demostró
con su talento y con su presencia que todas esas “dificultades” no eran
más que excusas que usaban muchos para no prestar atención a
determinados artistas. Y esas excusas con Selena no corrían … Selena se
impacientó y hasta se preocupó de lo que estaba pasando. Estaba cantando
un artista … La próxima sería ella. Pero eso a la gente no le importaba.
Comenzó a corear su nombre para que entrara de una vez. Selena dudó.
Sabía que no debía quebrar las reglas impuestas, y eso estaba bien, pero
no podía dejar de oír y de sentir lo que expresaba la gente. Y eso para
Selena era fundamental aunque fuere una manifestación en su contra.
Selena miró a su alrededor y vio caras de profunda preocupación. Y de la
preocupación se pasó al miedo cuando algunos, por la impaciencia e
insatisfacción, comenzaron a arrojar latas de cerveza en muestras de
repudio. Una vez más Selena sintió que ella estaba allí sola para salvar
la situación, para cambiar el humor de la gente, para dejar de lado sus
propios sentimientos para satisfacer los de los otros, como lo aprendió
desde muy chica. Selena tomó valor y se puso a cantar con su banda ante
la algarabía de la gente, pero eso le trajo un nuevo problema: el
presentador del evento, Jesús Soltero, la increpó duramente haciéndole
notar que lo que estaba haciendo no correspondía, que debía esperar su
turno para cantar. Selena le quería hacer ver que más que los
formalismos estaba la voz de la gente, y si a esa voz no se la atendía
los problemas se hacían interminables con consecuencias inimaginables.
Al final Selena pudo seguir cantando … gracias a la gente y fue un
furor. Selena demostró allí que podía con todos y con todos, que su sola
presencia, su voz, su talento, su sonrisa y su carisma lograban encantar
y encandilar tanto a 5 como a 100.000 personas. Selena supo esa tarde
que todo dependía de ella, que nadie podría con su increíble
personalidad. Lo que le había hecho Jesús Soltero la había indignado,
pero podía entenderlo y hasta le dio cierta gracia que él intentara
impedir algo que ya tenía decidido hacer. ¿Cómo podía saber él que
incluso ese mismo año Selena había decidido casarse en secreto más allá
de la voluntad de su padre? Después de aquel incidente, Jesús Soltero se
disculpó ante Selena y hasta la invitó no sólo varias veces a su
programa de televisión, “Órale primo”, sino que se constituyó en la voz
de presentación de sus conciertos en Monterrey … Selena se había
convertido para México en la “artista del pueblo”. Es que Selena siempre
lo había sido, sólo que algunos lo descubrían en esos momentos, en esa
época en la que Selena tenía admiradores y ganaba premios por doquier
desde que tenía 15 años, una época en la que Selena comenzaba a
demostrar que un mundo, una vida y un ejemplo de trabajo, honestidad y
tesón eran posibles frente al facilismo y la mediocridad reinantes…
Selena salió de un concierto en San Antonio para recibir
a sus admiradores y firmales toda clase de autógrafos hasta que vio que
un hombre muy apuesto y formal se le acercó para pedir hablar con ella.
Selena desconfió de él. Pensaba que era un aprovechador o algo así. Por
eso hizo como que no lo vio y siguió firmando como si nada hubiese
pasado. El señor se acercó cuidadosamente y se presentó como José Behar,
presidente de la Emi Latin. Selena lo miró de arriba a abajo, miró a sus
fans y dijo “sí, claro”, lo que provocó la risotada generalizada y la
consternación de José Behar. Selena siguió firmando autógrafos y cada
tanto miraba de reojo a esa persona que seguía insistiendo con su cara
de ruego que lo atendiera. Le inquietó el hecho de que él se mantuviera
con respeto a distancia y sin insistir. Cuando finalmente el hombre se
marchó, ella respiró aliviada pero con curiosidad por ese hombre que en
realidad no parecía mala persona. Al rato, cuando Selena había atendido
a todo el mundo y ya se dirigía a su camarín, fue increpada por su
propio padre. “¿Pero qué has hecho, m’hija? ¿No te has dado cuenta? Ese
hombre hablaba en serio. ¡¡Era el presidente de la Emi Latin en persona
y vino a contratarte!!”. Selena se quedó muda. Pensó que había echado a
perder la única oportunidad de ser contratada por una disquera
importante … “Mira, Selena, menos mal que el señor Behar está fascinado
por ti. Me vino a ver para decir que era en serio el presidente de Emi y
me rogó que no te regañara, que sólo aceptaras una reunión con todos
mañana. Así que te has salvado “por un pelito”. ¡¡Sólo te pido que
mañana te comportes y no lo eches a perder en serio!!”, le insistió su
padre. Selena asintió en silencio, un poco por culpa, otro poco porque
ahora sí podía sentir que era una buena artista. No es que no lo
sintiera, pero ella necesitaba de la aceptación de los demás. Ya tenía a
su público tejano que la admiraba y quería, pero le faltaba que alguien
importante le hiciera sentir que era una buena cantante. Y ahora venía
este señor que se desvivía por contratarla en serio … Selena pensó:
“Entonces debo ser buena en serio” y quiso dormirse con esa sonrisa que
da sentirse plenamente satisfecha. Pero no pudo dormir de la emoción.
Apenas salía de la adolescencia y los ’90 se asomaban con buenas
perspectivas … Al otro día fue al encuentro de su familia y de José
Behar. Era temprano, y se veía demacrada y terrible. Se arregló lo mejor
que pudo y fue al encuentro de José Behar y su familia con miedo a
generar una mala impresión, pero apenas llegó el presidente de Emi Latin
se acercó a Selena y le dijo: “Antes que nada te pido disculpas por mi
irrupción ayer. Tenías toda la razón para desconfiar. Es que no hallé
otra forma de acercarme. Por suerte estaba tu padre y escuchó mis
ruegos. Pero eso ya pasó… Quiero que sepas que eres una gran artista,
única para mí, y sólo quiero ayudarte a que puedas cumplir tus deseos y
los de tu familia…”. Selena se rió de satisfacción, pero no pudo con su
genio y le dijo: “¡¡Es que no tenía forma de creer que tú pudieras ser
presidente de una disquera!!”, y se echó a reír a carcajadas. El señor
Quintanilla la miró con alarma y casi furioso, pero enseguida se
tranquilizó cuando vio que José Behar se rió con ella con ganas dándole
toda la razón a su observación. Selena firmó ese día el contrato y se
sintió eternamente agradecida por ese hombre que le dejó hacer a ella, a
su padre y a la banda todo lo que ellos querían, que luchó porque
tuvieran todas las comodidades del mundo y hasta se peleó con sus
superiores de la Emi Central para darles la oportunidad de sacar un
disco enteramente en inglés. La irrupción de José Behar en la vida de
los Quintanilla cambió las perspectivas de Selena, quien vio que el
camino al éxito estaba más allanado. Sólo había que trabajar más y más,
y aprovechar el momento. Pero también ese hecho los condicionó para
otras decisiones. Luego de lo ocurrido con José Behar, toda la Familia
Quintanilla se reunió para hablar sobre lo ocurrido y para llegar a la
conclusión de que se podía ser desconfiado pero también aprender a
escuchar antes que juzgar a los demás por las apariencias, pues siempre
podría venir alguien con buenas ideas que le podrían cambiar sus vidas …
A veces la vida es mucho más compleja de lo que parece, en el que no hay
determinismos ni fórmulas que nos lleven al éxito o al fracaso … Años
después, luego de otro gran concierto de Selena en San Antonio, alguien
se acercó al señor Quintanilla para ofrecerse como presidenta del club
de fans de Selena. Le hizo observar que siendo lo popular que era
Selena, le llamaba la atención que no comercializara su figura vendiendo
fotos, souvenirs, remeras …. Al señor Quintanilla le llamó la atención
que una simple enfermera tuviera un criterio de marketing que ni él ni
otros ligados al negocio de la música tenían. No confiaba tanto, como
era propio de su naturaleza, pero con el antecedente de José Behar,
decidió darle una oportunidad. Eso sí, le tendría bajo supervisión y
vigilancia hasta que diera muestras de eficiencia y honestidad. La mujer
cumplió acabadamente con las perspectivas de los Quintanilla, encima
impresionó mejor aún porque tenía un perfil muy bajo y pronto formó
parte del “círculo íntimo” de la familia … Tarde, muy tarde, toda la
Familia Quintanilla comprobó que no todo lo que reluce es oro, como
tampoco que hay que confiar en todo el mundo para progresar y que cierta
gente puede ocultar su verdadera cara durante toda su vida ... Los
Quintanilla supieron muy tarde que esa mujer no era como José Behar. Él
quería lo mejor para Selena. Ella quería a Selena para sí. Cuando le
hicieron notar que eso no sería posible, esa infame mujer ya estaba lo
suficientemente instalada en la familia como para cometer la mayor de
las atrocidades por osar ellos y Selena no cumplir con sus propios
deseos. Los Quintanilla vivirían en carne propia lo que es realmente un
psicópata, cómo es un lobo disfrazado de cordero. Pronto se darían
cuenta cómo alguien en un minuto puede destrozar el trabajo honesto de
años y años…
Selena salió al escenario toda sonriente y emocionada.
¿Quién lo iba a decir? Tenía sólo 16 años y lograba su primer Tejano
Music Award. No era usual que alguien como ella lo ganara a su edad,
aunque con Selena todo era diferente. Ya había sido nominada el año
anterior. Pero ahora vinieron los premios y seguirían por 8 años
consecutivos y más podrían haber sido si no fuera por aquello … Selena
no tenía idea de lo que estaba gestando. Todavía no podía pensar si lo
que estaba haciendo la haría catapultar a la fama, si haría historia, si
sería recordada con el tiempo. Cuando se permitía soñar con lo que
podría ser en el futuro, en esas noches silenciosas y oscuras en un bus
en las que sólo se veían algunas luces de casas o de lugares al paso, o
se escuchaba el sonido del Big Bertha, en un momento en el que Selena se
permitía estar sola, bien sola, sola con su Alma, sola con su cuerpo,
Selena soñaba con ser diseñadora, con hacer hermosos vestidos que
llevaran su nombre como marca y que fueran lucidos en todo el mundo. Eso
era lo que quería y por eso en sus extensas tardes libres en las que no
tenía que estudiar, se ponía a diseñar y a hacer bosquejos de modelos de
todo tipo. A Selena le encantaba crear, innovar, impactar, gustar,
sorprender. Y si hubiese sido por ella toda esa energía y creación lo
hubiese volcado en el modelaje, pero la vida y las circunstancias en las
que ella misma no estaba exenta, la habían puesto en ese lugar, en un
desafío que de ninguna manera Selena lo iba a eludir. A Selena le
encantaban los desafíos. Siempre aceptaba los retos, le encantaba
competir. Y ahora que tenía que demostrar que era la mejor cantante y
que podía llegar lejos, bien lejos, iba a hacer lo indecible para
lograrlo. Pero nunca perdió el eje de sus objetivos, de sus sueños, de
sus planes. Imaginó que dando todo de sí no sólo demostraría que se
podía y confirmaría lo que pensaba su padre de que ella tenía un talento
innato para cantar, sino que con su fama podría llevar a cabo su pasión
por la moda. Ya se imaginaba poniendo una boutique, una cadena de
negocios que llevara su nombre y que podría explotarlo con su fama como
cantante. Y también pensaba Selena que si la fama le venía pronto,
enseguida pondría manos en la masa en su objetivo de ser modista. Selena
no se imaginaba haciendo estas cosas ya siendo grande y una cantante
casi retirada. En realidad Selena no se imaginaba una mujer grande. Por
una extraña razón no se lo podía imaginar. Podía imaginarse casada,
pensaba en la posibilidad de tener hijos pero no se podía imaginar
siendo una adulta y menos aún una abuela o una mujer mayor. Como fuere,
tampoco Selena quería esperar. Si lograba el estrellato no dudaría en
poner su boutique. Ni siquiera esperaría la fama mundial. Arriesgaría
apenas lograra trascendencia fuera del ámbito de Texas. No la corría
nadie, pero Selena era así. También por una extraña razón Selena no
quería ser una cantante en retirada para dedicarse a su pasión, porque
para Selena el modelaje no era un pasatiempo, una ocupación para cuando
no tuviera más nada que hacer. Es que Selena no vivía pensando que no
tenía nada que hacer. Selena siempre tenía inquietudes, energía, ganas
de hacer, ganas de hablar, ganas de dejar varias huellas en este mundo,
ganas de ser recordada, ganas de poder plasmar en hechos todo lo que
pasaba por su cabeza. Selena era de esas pocas personas que no se
conformaba con lo que tenía, que siempre iba por más, por mucho más.
Sólo así se entendía su “apuro”, más allá de que más de uno podía pensar
que Selena sabía de su destino y de que no tenía mucho tiempo. Lo cierto
es que Selena vivía todo así, con todas las ganas, nerviosismo y
vertiginosidad que los disimulaba bien con sus risotadas y con su
supuesto aire relajado en cada chiste. Pero Selena cada vez que se reía
expresaba lo nerviosa que estaba, sus deseos de triunfar, su frustración
si fracasaba, sus deseos de trascender y de ser querida. Y para Selena
la humorada, la chanza, el chiste eran su forma de expresar el momento
que vivía, y lo que realmente sentía y pensaba sobre todo … Selena lucía
muy distinta en aquellos 16 años, muy distinta de cómo luciría después.
Lucía un vestido largo y cerrado, tenía el pelo más bien cortito y con
rulos. Pero con esa o con otra imagen más conocida y popular, Selena
generaba lo mismo: Amor, cariño, ternura, alegría, pasión … Selena
sintió que se mareaba cuando recibió ese premio. No tenía idea de lo que
vendría después. Sólo se limitó a gozar del momento y a expresar la
alegría con ironía y humor: “Agradezco a Los Dinos pues sin ellos yo no
soy nada. Si ellos ganan, yo gano. Y si ellos pierden … ¡¡yo no los
conozco!!”. Selena se retiró de inmediato sin esperar la reacción de la
gente y menos quiso mirar a su padre. Apenas alcanzó a mirar a A.B. que
la observaba mezcla de fastidio y resignación. Sabía que su hermana no
podía con su genio y eso la hacía encantadora. Por eso finalmente le
sonrió. Su padre iba a retarla, pero viendo lo contenta que estaba
Selena y lo orgulloso que se sentía, sólo la abrazó y le dijo que la
quería mucho. Nunca le dijo lo que sentía por lo que dijo. Y bien que lo
hizo … Igualmente, Selena lo sabía y tampoco le preguntó nada. A veces
es mejor optar por el silencio aunque uno no esté acostumbrado. A veces
hay que dejar pasar ciertas cosas para saber valorar lo bueno de cada
uno y de cada cosa… Selena se fue recordando aquella vez que fue a
Matamorros e interpretó “La bamba”. Ella no sabía hablar el español y el
público apenas la conocía. Aun así dio su mejor concierto y su máxima
interpretación. Hasta invitó a su hermano a bailar para llamar la
atención y A.B. aceptó, aunque enseguida se despegó de Selena porque le
daba una gran vergüenza bailar con su hermana. Selena recordó ese hecho
y vaya a saber por qué lo asoció con el premio. Y se fue con la
satisfacción de que iba por el camino correcto. Alguna vez se iba a dar
y alguien de afuera notaría lo que ellos mismos y los demás veían. Ellos
eran una gran banda que hacía un gran trabajo en equipo y tenían
talento. Luego de ese premio, Selena comenzó a pensar seriamente que el
objetivo no estaba tan lejos, que el horizonte comenzaba a asomarse y
ella sólo debía seguir por el camino hacia él…
Selena salió furiosa de su habitación. ¿Cómo le hacían
esto a ella? Con sus 6 añitos a cuestas podía sentir que la estaban
desplazando de la atención de la casa. Se sentía que ya no era la
“baby”, que su padre no le prestaba la misma atención de siempre. Y todo
por culpa del bajo, de ese maldito bajo que el señor Quintanilla le
compró al hermano de Selena, A.B. Ahora resultaba que su padre vivía
con A.B. enseñándole a tocar. Selena tenía no sólo la intuición de niña
sino la intuición de mujer. Sabía que su padre se sentía contento en su
vuelta a la música a través del bajo de su hermano. Su hermana Suzette y
su madre trataban de calmarla, de que no se enojara, de que aceptara con
resignación y alegría lo que estaba sucediendo. ¿Resignación? Esa
palabra no existía en el vocabulario de Selena. Durante una semana
Selena se encerró por horas en su habitación sin decir una palabra y sin
permitir que nadie entrara. Al principio, todos creían que se encerraba
para llorar, para leer o para mascullar su bronca … Nada más alejado de
todo eso … Selena había tomado un libro viejo de canciones de su padre y
cada día las ensayaba sigilosamente hasta aprenderlas a la perfección.
Selena quería sorprender a su padre demostrándole que ella podía hacer
cosas más importantes y trascedentes que la de tocar un simple bajo, y
de acaparar más la atención haciendo y demostrando cosas sin la ayuda de
nadie. Cuando estuvo bien segura de que había aprendido correctamente
las canciones, esperó el momento justo. Siempre que su padre le enseñaba
a su hermano, ella estaba encerrada en su habitación. Pero esta vez lo
sorprendió en la puerta de la habitación de A.B. “Padre, acompáñame a mi
habitación que te tengo que enseñar algo…”. Su padre estaba contento de
que su hija estuviera fuera de su encierro y más animada. Imaginaba que
le querría mostrar un dibujo o algo de su creación para que él se
sintiera gustoso, lo aceptara y la hiciera sentir importante. En el
trayecto hacia la habitación, notó que Selena tenía su viejo libro de
canciones. Le preguntó qué hacía con él … “Es parte de la sorpresa que
te tengo preparada. ¡¡Ya verás!!”, le dijo Selena. Una vez en la
habitación Selena hizo sentar a su padre y le indicó que abriera el
libro en una determinada página. Cuando lo hizo le pidió que le dijera
qué canción había allí. Cuando su padre le contestó, Selena comenzó a
cantar. Su padre se quedó impresionado. Su hija cantaba bien de verdad y
sin que nadie la hubiese mandado a ningún lugar de enseñanza de canto.
No podía salir de su asombro hasta que Selena se detuvo y le dijo que
eligiera al azar otra canción. Cuando su padre lo hizo y el indicó el
tema elegido, Selena comenzó a cantarlo. Selena creía que sólo estaba
cautivando a su padre por saber las canciones y que con ello volvería a
ser el centro de la familia, lugar que sintió que lo había perdido
gracias a A.B. y su bajo. Pero no: Selena generó algo más que eso, algo
que sería una constante en su vida, tan corta como bella y hermosa. Su
padre advirtió el talento de su hija y pasaron muchas imágenes por su
cabeza. Sintió que había llegado el momento de regresar al mundo de la
música, sólo que lo haría a través de su hija … Cuando Selena terminó,
él la abrazó largamente, le agradeció tamaña interpretación y le dio un
gran beso. Luego se fue raudamente a ver a su esposa. Selena se sentía
halagada pero no entendía nada, absolutamente nada ... Pronto entendería
todo. El ir y venir de instrumentos musicales, la obligación de ella y
de sus hermanos de ensayar como una banda tocando temas que ellos no
conocían ni les gustaba les dio una idea de lo que le indicaba el
destino, un destino al que involuntariamente ella contribuyó. Cuando vio
que su padre llamó a la banda “Selena y Los Dinos”, supo que no tendría
escapatoria a semejante responsabilidad. Su hermano A.B. se quejaba del
material que cantaba. Su hermana Suzette se quejaba de su lugar no
querido en la batería ... Selena no se quejaba. Tenía motivos pero optó
por no hacerlo. “¿Tú querías protagonismo? ¿Tú querías exclusividad?
¡¡Ahí lo tienes!! ¡¡Aprovéchalo!! ¡¡Tú lo buscaste!! ¡¡Tómalo y no te
quejes!!”, bien podría haberle dicho su padre. Pero Selena aceptó el
desafío. No era el destino buscado, pero no lo iba a desaprovechar.
Tenía un reto y no lo iba a perder. Tenía una responsabilidad y no la
iba a sortear. Selena se juramentó que lo lograría, que pondría contento
a su padre, y ella sería feliz, famosa, triunfante como cantante y
dedicándose a la moda. ¿Qué más podía pedir? La vida estaba para vivirla
y para lograr todos los sueños que uno se había propuesto. Selena sabía
que había sorprendido a su familia desde que nació y sólo vivió para
ratificar que para ella nada era imposible, que todo se podía lograr y
que siempre se debía luchar para lograr lo que uno realmente quiere,
aunque pasen muchos años, aunque se deban sortear muchos obstáculos,
aunque se tenga que sacrificar muchas cosas, aunque se pasen muchos
sinsabores para disfrutar el sabor de la victoria final…
Selena salió de las entrañas de su madre y provocaría la
primera sorpresa para la familia. No era varón, como todos esperaban.
Era una niña, una hermosa niña, que ya gritaba fuertemente, como un modo
único e irrepetible de hacerse oír y respetar como tal. Su padre estaba
desesperado. Sólo tenía pensado un nombre, Marc Anthony, y no se le
había ocurrido un nombre de mujer como alternativa. Tanto él como su
esposa hicieron saber a todo el hospital sobre su problema hasta que
alguien que pasaba por el mismo problema les dio una solución. Una mujer
a la que esperaba una niña pero que tuvo un varón le sugirió al padre de
Selena el nombre que ella había escogido … Selena. El señor Quintanilla
se quedó pensando. Nunca había oído escuchar ese nombre, pero le
agradaba. Luego fue a una biblioteca para conocer su significado. Allí
se enteró de que Selena
provenía de la diosa Selene de lamitología
griega. Era la diosa Luna,hermana
de Helios, el dios Sol, y sus características eran que es alegre,
simpática y afectuosa, que tiene una gran voluntad cuandose
propone algo, y que es seductora y cariñosa. Cuando el señor Quintanilla
volvió al sanatorio y vio a su hija recién nacida en brazos de su
esposa, no dudó. “Me sugirieron que le pongamos Selena. A mí me gusta.
¿A ti qué te parece?”. Su esposa dudó, pero cuando el señor Quintanilla
le dio el significado y vio a su hija, lo aceptó de inmediato. “Sí,
pongámosle Selena. Ella parece muy simpática y cariñosa…”. El señor
Quintanilla se sonrió y más aún cuando escuchó aturdido a su hija llorar
… “Y yo no dudo de que triunfará en la vida. ¡¡Ya veo que cuando se
propone algo, sin duda lo logra!!”, dijo y se marchó al registro civil
para anotar a su hija no sin antes besar a sus princesas. El padre de
Selena se fue contento. Él sabía que con ella todo iba a ser distinto.
Lo podía ver, lo podía sentir. Aunque quisiera por igual a cada
integrante de su familia, él sabía que Selena le iba a dar más de una
satisfacción … “Sí, Selena ... Es un nombre destinado al éxito, un
nombre destinado a ser recordado. Yo sé que el mundo sabrá de ella. No
sé por qué. Lo intuí al verla, lo intuí por las sorpresas que ya nos ha
dado. Yo sé que Selena me dará felicidad y yo se lo contaré a todo el
mundo”, se dijo el señor Quintanilla al marcharse sin saber que muchas
de esas cosas se cumplirían mas nunca podría saber todo lo que el
destino le tenían preparado para él y para su familia, sobre todo para
Selena, sobre todo para ella que nació para llenar de Amor y de luz a un
mundo que la esperaba con tantas ansias, a un mundo que seguía queriendo
creer con gente que diera todo de sí para ser de ésta una humanidad
mejor…
(La vida puede ser hermosa. La vida puede ser cruel. La
vida puede depararnos sorpresas. La vida puede pasar inadvertida ante
nuestras narices. Nada es casualidad en la vida. Nosotros somos los
forjadores de nuestro destino. Lo peor que nos puede pasar es
transcurrir por la vida y no haber hecho lo que más queríamos hacer, no
haber intentado al menos cumplir con nuestros sueños … Tal vez
lamentemos que Selena haya estado tan poco tiempo en este mundo, pero es
peor vivir 100 años y sentirse frustrado por no haber hecho nada, que
vivir poco tiempo en forma intensa, buscando siempre cumplir los sueños
propios y de los demás, intentando, siempre intentando, tener un motivo
por el cual vivir cada día hasta lo máximo, hacer todo lo posible por
ser feliz y hacer feliz a los demás … Así era Selena. Yo sé que aun en
el dolor, si ella ve lo que hizo en tan poco tiempo se tiene que sentir
muy orgullosa, más satisfecha que alguien que vivió sin hacer nada o con
el rencor y la frustración por no haberlo siquiera intentado, por no ser
feliz en cada acto de sus vidas. Selena sí lo hizo y por eso fue feliz y
le sacó más de una sonrisa a la gente que la ha rodeado. Por eso a
Selena la querían tanto. Era, además de una buena artista, una mejor
persona. Selena era distinta y por eso se la extraña tanto…)
Selena … En cada recuerdo está presente mi corazón, este
corazón que sólo a ti pertenece…
Eduardo quedó shockeado aquella tarde del 31 de marzo en
la que se enteró de lo que había pasado con Selena, pero no lo quiso
demostrar ante nadie. Era su característica. Por eso, cuando ya no pudo
más, les dijo a su esposa y a sus hijas que volvería en un ratito y se
fue a su habitación. Encerró con llave la puerta y para asegurarse bien
de que no lo oyeran, se dirigió al balcón y se encerró allí para poder
llorar tranquilo sin que nadie, absolutamente nadie lo pudiera oír.
Lloró con fuerzas, con ganas. Su dolor se potenciaba al oír los otros
llantos de las otras casas. Todo era tremendo. Su ciudad, San Antonio,
estaba paralizada, incrédula y dolorida por semejante noticia. Y Eduardo
estaba allí, solo, como siempre estaba en estos casos, desahogando su
dolor sin poder ni querer demostrárselo a nadie, como si el mostrarse
tal cual era le produjera algún problema, como si decir o expresar lo
que sentía fuera motivo de chanza, burla, señalamiento, vergüenza. Hasta
ese momento Eduardo consoló como pudo a sus hijas, incluso a su esposa
mientras miraba la televisión y no podía comprender cómo había sucedido
todo, cómo le podía suceder esto a Selena. Él la admiraba pero nunca lo
quiso demostrar abiertamente. Se recostaba en el fanatismo de sus hijas
y en el seguimiento de su esposa. Él … Él decía que era una buena
cantante y nada más. Pero nadie le creía. Se sabía que admiraba mucho a
Selena. Pero hacía comentarios graciosos o intrascendentes como modo de
comunicarse con su familia, pues le costaba mucho expresar sus
sentimientos, sus verdaderos pensamientos y sentires. Pero lo que le
había sucedido a Selena lo agarró en un momento trascendental de su
vida. Ya había pasado los 50 años y comenzaba a sentir que todos sus
sueños, toda su alegría de vivir, todas sus esperanzas se iban apagando.
Como nunca le había pasado, comenzaba a pensar seguido en la muerte y en
la vejez, y que eso apagaba sus deseos de cambiar, de hacer otras cosas,
de vivir a su manera, como casi nunca lo había hecho. El crecimiento de
sus hijas le iba dando una idea del paso del tiempo. Ya tenían 17
Daniela y 15 Graciela. Eran unas niñas cuando se hicieron admiradoras de
Selena unos 7 años atrás. Crecieron con ella, vivieron con ella, soñaron
con ella, se vestían como ella. Y Eduardo, que por entonces pasaba los
40 años, sentía que había revivido con Selena. Por ella se había unido
más a su familia, con Selena se permitió soñar, pensar que aún todo era
posible, que podía tener fuerza infinitas para luchar hasta el final …
Con Selena Eduardo sintió que el tiempo se había congelado y que podía
ser hasta inmortal. Así como Selena cumplía sus sueños y hacía real todo
lo que había pensado para ella, Eduardo pensaba que no había límite para
sentir que no había imposibles, que todo podía ser real. Pero ahora,
ahora Eduardo sintió que nada tenía sentido, que el mundo era el peor de
los calificativos que ni él mismo podía reproducir. Ya nada podía
esperar de él ni de nadie. Por eso se escondió en el balcón para que
nadie viera lo que le estaba pasando. Por primera vez sintió que estaba
tirando la toalla, que nada podía hacer, que nada lo podía hacer feliz.
Sí, allí estaba su familia, allí estaba el fruto de lo que él había
construido con tanto esfuerzo, con tantas dificultades. Él estaría para
ayudar a sus hijas y a su esposa. ¿Pero quién lo ayudaría a él? ¿Cómo
podrían ayudarlo si siempre le costó decir lo que realmente sentía de
las cosas, lo que soñaba, lo que aspiraba para él, lo que lo motivaba en
la vida? Eduardo siempre había postergado sus cosas, siempre lo dejó
para más adelante o en realidad siempre se ilusionaba y gozaba soñando
en lo que podría llegar a ser si realmente hacía lo que realmente
sentía, pero siempre se recostó en las pequeñas alegrías que podría
tener cada día, consuelos apenas que le permitían seguir viviendo con
una sonrisa y soñando, soñando con que todo cambiaría y podría ser
realmente feliz. Cuando apareció Selena en su vida a través de sus
hijas, sintió que sus sueños se potenciaban más. Decididamente Selena
representaba los sueños de la gente, las expectativas de todos, la
alegría de tantos. Eduardo se limitó a sentir el placer de acompañar a
sus hijas y a su esposa en la asistencia de los conciertos a Selena, a
comprarles a Daniela y a Graciela toda clase de souvenirs y de
presentes, de estar con ellas compartiendo sus alegrías cantando a viva
voz sus canciones mientras escuchaba sus discos que él les compraba
apenas salían a la venta. A Eduardo le encantaba compartir ese placer de
comprarle cosas a su familia. Era su mejor manera de exteriorizar sus
sentimientos y él Amor que les tenía, ya que le costaba poner en
palabras ese sentimiento. Pero la que mejor le había sacado una
radiografía era la mismísima Selena. Cierta vez había ido con sus hijas
y esposa a la edición 11 de los Tejano Music Awards. Selena lucía
preciosísima con su vestido y su pelo largo y con flequillo. Comenzaba a
ser ya una mujer que apuntaba bien, bien alto. Había emocionado con una
increíble interpretación de un tema en inglés, “Where did the feeling
go?”, y todas quisieron esperarla a la salida para saludarla y pedirle
un autógrafo. Eduardo las acompañó, pero se mantenía a distancia.
Siempre se jactaba de que a los artistas había que admirarlos sin
molestarlos, sin pedirles cosas pues pensaba que ellos no tienen
obligación de dar, que la exteriorización de su admiración debía hacerse
mientras estaban actuando pero no fuera del escenario. Por eso estaba
allí, parado contra un poste mientras sus hijas acompañadas por su
esposa se agolpaban a la salida del escenario para esperar a Selena.
Había pasado mucho tiempo y Selena no salía. Muchos desistieron de
esperar, no por fastidio ni mucho menos, sino porque creían que Selena
sería demorada por los periodistas y por las autoridades del evento, y
tardaría muchísimo para liberarse y atender a sus fans. Eduardo les
hacía chanzas de todo tipo: “No sé por qué siguen esperando … ¡¡Ah!! Me
olvidé de contarles … Me dijeron que Selena salió por la salida opuesta
hace una hora…”. Sus hijas lo miraban con resignación y fastidio a la
vez. Sabían que no era en serio lo que les decía, pero ya estaban
acostumbradas. Su padre exteriorizaba su alegría así, con pequeños
chistes que podían caer bien o mal, pero ellas preferían que se
mantuviera así, que por lo menos no lo hacía con mala intención, que
verlo fastidioso en serio, que ahí sí era de temer … Y no les faltaba
razón. Cuando Eduardo se enojaba, allí exteriorizaba con crudeza todo su
enojo y frustración, todo lo que él había acumulado por días, meses,
años … y podía ser duro y despiadado … Mejor que estuviera así, pues al
menos se sabía que no estaba enojado, hasta se podía decir que estaba
gustoso de esperar. Y es que era así. En su fuero más íntimo, él quería
ver a Selena, y si por allí se daban las cosas de una manera especial le
diría todo lo que él sentía, todo lo que él esperaba para ella, o de él
mismo, que eran en realidad la misma cosa … “¿No vieron que hace un
ratito pasó un helicóptero? ¿No lo vieron? Pues les informo. Ese
helicóptero la vino a buscar a Selena. Tiene que ir a un concierto en
Nueva York mañana. Me lo acaba de informar A.B. que pasó hace 5 minutos
por aquí … ¿No les conté?”, seguía insistiendo Eduardo. No podía con su
genio. Podían ser chistes malos o buenos. Podía ocurrírsele cosas
absurdas o ingeniosas, pero lo bueno de ello era que Eduardo tenía un
poder de imaginación que pasaba el límite de lo insospechado. Con el
tiempo Eduardo se dio cuenta de que si se hubiese dedicado a ello sería
más feliz y hasta hubiese ganado dinero y vivido de estas pequeñas
actuaciones, pero nunca lo supo porque no lo intentó ni se animó … Y ya
era tarde para empezar con esta ocupación … Estaba por decir alguna que
otra ridiculez más que pondría al borde del ataque de nervios a sus
hijas hasta que de pronto apareció A.B. “¡¡No se preocupen ni se
desesperen más!! Mi hermana me acaba de decir que saldrá en cinco
minutos. ¡¡Ya los atenderá!!”. Las fanáticas comenzaron a gritar por
Selena y A.B. les hizo un gesto de calma con la mejor de su sonrisa.
Daniela con aire de sorna le dijo a su padre: “¿Pero no es que se había
ido Selena en helicóptero camino a Nueva York?”. Estaba Eduardo pensando
en algo producto de su imaginación para contestarle eso hasta que de
pronto en el medio del alboroto A.B. saluda a Eduardo con un “hola” en
el medio de que contenía a los fans y de que firmaba algunos autógrafos.
Toda su familia se quedó sorprendida de la situación, aun cuando estaban
todos acostumbrados a que a él le pasaran estas cosas, que mientras
todos se desvivían porque los famosos le prestaran atención, esos mismos
famosos lo saludaran a Eduardo sin conocerlo y sin que él saludara ni se
acercara … “Es que no entiendes, Daniela. Es como yo te dije y la
aparición de A.B. lo certifica. Ella ya se fue. Él me lo dijo hace un
rato. Ahora está desviando la atención hasta donde pueda y venga otro a
dar otra información …¡¡Por eso me saludó!!”, le dijo Eduardo con una
sonrisa y con aire pícaro para exasperación de su hija … En el medio de
todo ello se escuchó un griterío infernal. Había aparecido Selena y el
caos era total. Todos se abalanzaron sobre ella y tuvo que contenerlos
el mismísimo A.B. para tranquilizarlos y ordenarlos prometiéndole que
todos tendrían su autógrafo. Selena saludó a sus fans uno por uno y
empezó a firmar autógrafos a todos los que se lo pedían. Eduardo se
desvivía por estar allí en el medio de todos los fans. Sentía un impulso
terrible por hacerlo, pero se contenía … una vez más se contenía ... Si
alguien se diera cuenta y lo llevara a la rastra para acercarse a Selena
… Él se resistiría supuestamente pero no impediría que lo llevasen a
ella … Sólo faltaba que alguien se diera cuenta … Sólo faltaba que
alguien supiera lo que realmente deseaba, pero nadie lo sabía. Todos
“sabían” que él quería estar lejos, bien lejos de todo, bien lejos de
los artistas, bien lejos de lo que quería, bien lejos de sus
sentimientos. En el medio del alboroto, Selena levantó la vista y lo
miró a Eduardo. Él se quedó petrificado pero no dio señales de vida.
Hasta se permitió mirar para cualquier lado, enfocando su vista en la
gente que le pedía autógrafos. Cada tanto miraba de pasada para
certificar que había sido casual todo, que no podía ser cierto. Alberto
temía ser descubierto y que fuera la mismísima Selena quien se encargara
de ponerlo en evidencia. Para colmo de males, sus hijas estaban entre
los últimos lugares de espera y como si fuera una jugarreta del destino,
cada vez que Selena parecía que les iba a firmar a ellas iba para otro
lado y firmaba autógrafos a otros fans. Pasó el tiempo e iba quedando
menos gente esperando. Las hijas de Eduardo estaban contentas a pesar de
la espera y expectantes … Mónica, su esposa, en un momento se acercó y
le dijo que si quería podía irse si estaba cansado de esperar, que ella
se encargaría de sus hijas. Eduardo la tranquilizó diciendo que no había
problema, que podía esperar todo el tiempo que fuera necesario … En ese
momento vio que Selena levantó su vista hacia él y se sonrió. Lo hizo de
una manera como si lo conociera de toda la vida, como si supiera quién
era y cómo vivía y sentía la vida, como si supiera lo que realmente
representaba ella para él … Pasó un tiempito más y sin que para Eduardo
fuera una casualidad, Selena terminó firmando autógrafos a sus hijas
casi en último lugar. Se deshizo de disculpas por la tardanza, pero a
cambio no sólo le firmó todo lo que quisieron sino que mandó a A.B. a
que le trajera unas remeras y unas fotos de regalo. Hasta sucedió que en
el medio de la situación a Selena se le cayera uno de los aretes.
Eduardo sabía que cuando a Selena le pasaba eso tomaba el otro y lo
arrojaba al piso. Selena sorprendió a todos diciendo: “Un momentito. Un
momentito. ¡¡Esperen!! El que encuentre primero mi arete tendrá un
premio … ¡¡A jugar!!”. Mis hijas se abalanzaron sobre él y lo tomó
Graciela. Daniela quería quitárselo, pero Selena la detuvo. “¡¡No,
Daniela!! ¡¡No lo hagas!! Tu hermanita lo ganó en buena ley … Es de
ella. Pero mira … ¿Quieres ganar el otro arete? ¡¡Tengo un juego para
ti!!”. Daniela, totalmente entusiasmada, le dijo: “¡¡Claro, claro que lo
quiero!! ¿Qué es lo que tengo que hacer?”. Selena la miró pícaramente y,
mirando a Alberto, lo señaló y le dijo: “Dime, Daniela, se que has
venido con tu madre, pero la persona que está allí contra un poste, ¿es
tu padre?”. “¡¡Sí!!”, le dijo Daniela en cuanto corroboró el lugar que
le señalaba Selena. “Pues bien, convéncelo de venir hacia mí que le
tengo una sorpresita. Si lo logras, ¡¡el arete es tuyo!!”. Daniela miró
a Selena, miró a su madre y dijo: “Pero Selena, él no va a querer venir.
Lo conozco. No le gustan estas cosas…”. Selena se agachó, tomó de los
hombros a Daniela mientras miraba a Mónica y le guiñaba un ojo: “Tú
pídeselo. Dile que lo llamo yo y que lo haga por ti. Yo sé que lo
hará…”. Daniela se dio vuelta y miró a su madre quien asintió con una
sonrisa el pedido de Selena. Daniela corrió a ver a su padre y en
cuanto llegó a él, le imploró: “¡¡Por favor, padre!! Selena me dará un
arete suyo sólo si vienes a verla. Tiene algo para ti. Graciela tiene su
arete. ¡¡Yo quiero el mío!! ¡¡Por favor, padre, hazlo por mí!! ¡¡Lo está
pidiendo Selena!! ¡¡Ven conmigo!!”, le dijo su hija mientras extendía su
mano. Eduardo miró hacia donde estaba Selena y notó que lo estaba
mirando fijo con una gran sonrisa ... Con Selena no se iba a negar …
Tomó la mano de su hija y fue hacia donde estaba ella. No quiso mirar a
Selena hasta que la tuvo frente a sí … “Pero mira que eres difícil, ¿eh?
… ¿Cómo te llamas?”, le dijo una sonriente Selena. “Eduardo…”, le dijo
apenas, sintiéndose totalmente avergonzado. “Veo que eres calladito, al
menos conmigo. ¡¡Mira que yo no le hago mal a nadie!! ¡¡No te voy a
comer!!”, le dijo Selena a las carcajadas. “Mira, tengo algo para ti,
¿pero puedo decirte algo a solas? Quiero que lo sepas tú, sólo tú … ¿Lo
aceptas?”. Eduardo la miró con aire sorprendido y sólo atinó a decirle:
¿Pero mis hijas, pero mi esposa? ¿Acaso querrán…?”. Selena lo
interrumpió y se dirigió a Mónica y a sus hijas: “¡¡Hey!! Tengo un juego
para Eduardo. Tiene que venir con mi padre a buscar su regalo y si él lo
encuentra A.B. les dará lo que tiene en su bolsa a ustedes. ¿Aceptan?”.
Todos dijeron que sí al unísono y a los gritos. Eduardo miró a su esposa
esperando un gesto de desaprobación, pero lejos de eso ella le dijo.
“¿No me digas que no vas a ir? ¡¡Hazlo al menos por nosotras!!”. Selena
echó a reír a carcajadas mientras le hacía señas a su padre y a su
hermano. “No se preocupen. No lo voy a secuestrar. Lo voy a traer bien
prontito. Bueno, eso en realidad depende de él”, y se lo llevó de la
mano a las risotadas, todo un sello de Selena. Eduardo hizo un gesto
típico de un pollo mojado mientras saludaba tímidamente a su familia, y
ellos lo despedían con felicidad y riéndose con ganas. Antes de que se
fueran, Selena tomó el arete que le quedaba y se lo dio a Daniela:
“Tómalo. ¡¡Es tuyo!! ¡¡Te lo ganaste!!” y le dio mil abrazos y mil
besotes. Luego se fue con Eduardo y su padre a las apuradas y en
silencio. Cuando se alejaron de todos, Selena le hizo señas a su padre y
se quedaron solos. Allí Selena lo miró a los ojos y le dijo: “¿Sabes?.
Me imaginé que tú venías con ellas. No sé por qué, pero lo presentía, y
no pude dejar de pensar que tú querías estar para decirme algo, pero no
te animabas. No te digo que lo hagas aquí. Sólo te pido que no te
frustres, que hagas lo que te dice tu corazón. Intuyo que eres una buena
persona, con nobles pensamientos y sentimientos. No te lo reprimas. Sé
tú, tú mismo. ¿Quieres saber por qué he logrado algo de éxito? Siendo yo
misma, no mintiéndole a nadie, siendo sincera. Es verdad. Yo lo hice por
necesidad. Tal vez no lo hubiese hecho por mí misma. Pero ahora que lo
viví, te lo puedo decir. La experiencia me ha hecho saber distinguir a
las personas, no sé si a todas, pero me doy cuenta de lo que significan
algunas expresiones, algunos gestos. Y sé que tú tienes lindos
sentimientos, nobles pensamientos. Sólo exteriorízalos. No te quedes
atragantado sin decir lo que piensas y sientes. Si lo haces te valorarán
más de lo que te imaginas. Todos tenemos que sentirnos orgullosos de lo
que somos desde el lugar que sea. ¿Me prometes que lo harás, aunque sea
por mí?”. Eduardo quedó impresionado por lo que le había dicho Selena.
No se imaginó jamás que le iba a decirse semejante cosa. Nadie, de
hecho, se lo había dicho. Estaba shockeado pero feliz a la vez. Al menos
alguien, y ese alguien era una persona que él admiraba, lo entendía,
sabía que pensaba, qué sentía. Eduardo le prometió que así lo haría, que
se lo prometía y Selena se lo agradeció con un dulce beso en la frente.
“Bueno, ¡¡ahora vamos!! No quiero que piensen que te estuve torturando
por un premio ... ¡¡Ah, espera!! … No, mejor adelántate y ve con los
tuyos … Debo darte el regalo … Diles que ya ganaste, que yo descubrí lo
que tú pensabas y que fui a darte los premios por tu participación y por
ser honesto ... ¡¡Hey, daddy!! ¡¡Please!! Acompáñalo y diles lo que
acabo de decirle a Eduardo … ¡¡Ya estoy con ustedes!!”. El padre de
Selena se sonrió y se lo llevó a Eduardo con su mano apoyándolo en su
hombro. Él se sintió protegido pero no pudo evitar preguntarle. “¿Selena
es siempre así? ¿Tan vertiginosa?”. El padre de Selena se rió esta vez
con ganas y le dijo: “Selena es así, así de especial. Ya me acostumbré a
seguir sus ritmos y locuras. Pero creo que si no estuviera con ese ritmo
alocado me sentiría desamparado. Selena es tan distinta, tan distinta a
todo … Eso la hace especial y nos hace especial a todos. Sin duda ella
marca la diferencia, pero mejor no sigo hablando a ver si me escuchan
mis otros hijos y me malinterpretan … ¿Pero me entiende? Selena es la
alegría de nosotros, de tanta gente, de tantos corazones … Sin ella nada
sería igual … Usted lo pudo comprobar. Selena es la estrella pero hoy
usted es el homenajeado y Selena misma se encarga de hacerlo sentir así
… ¿Cuántos artistas vio que fueran así en la vida? Seguro que nadie.
Ella suele decir que sin el público ella no sería nadie … Posiblemente
eso sea cierto pero no menos cierto es que sin Selena nosotros tampoco
seríamos nada … ¿Me entiende, Eduardo? Yo no sé qué haríamos sin Selena
… Ella me cambió la vida, cambió la vida de mi familia. Ahora cambió la
vida de todo el mundo, incluso la suya…”, dijo verborrágicamente el
padre de Selena. Eduardo asintió en silencio. Le llamó la atención esa
actitud del señor Quintanilla … No parecía ser así, pero evidentemente
estaba emocionado por lo que generaba su hija y por lo tanto que la
quería. Tiempo después Eduardo se acordaría de él ante tamaña pérdida.
Eduardo siguió caminando hasta que volvió a ver a su familia. Sus hijas
estaban muy contentas. Ni necesitó el padre de Selena decirle a A.B. que
les diera lo prometido si su padre “ganaba” con el juego de Selena. A.B.
les había dado todo lo que tenía a mano a sus hijas: “Es que las niñas
la adoran y son muy simpáticas. Me ablandaron. No me pude resistir.
¿Hice mal?”. El señor Quintanilla pasó su mano por sobre la cabeza de su
hijo y le sonrió a modo de asentimiento. Mónica se acercó curiosa a su
esposo y le dijo: “¡¡Ey, Eduardo!! ¿Al final ganaste el juego? ¿En qué
consistió?”. Eduardo la miró con aire mezcla de alegría y de tristeza a
la vez y le dijo: “No gané. Ella ganó, pero me dio el premio igual por
ser honesto. Se ve que valora mucho esas cosas. Pero ella lo hizo todo …
Simplemente acertó en lo que estaba pensando…” … “Es que mi hija es así.
Valora a la gente sincera. Además, está en todo y no se le escapa nada”,
interrumpió el padre de Selena apoyando la declaración de Eduardo… Nada
más espontánea y oportuna su intervención … De pronto apareció Selena
con una caja y un papelito … “¡¡Aquí vine con el premio!! Supongo
Eduardo que te gustaría saber que lo que has ganado es una prenda para
tu esposa, ¿no?” y le guiñó un ojo. Eduardo asintió y Selena se acercó a
Mónica. “Mira, es una pollera que no he usado y sé que a ti te irá bien.
Soy buena con las medidas. ¡¡Ya lo corroborarás!! En un futuro pondré mi
propia tienda de ropa y te podré regalar un vestido diseñado por mí
misma … Pero esta pollera es muy linda, y sé que te gustará y te irá
bien. ¿Qué dices?”. Selena abrió la caja, le mostró a Mónica la pollera
y luego la sacó para medirla a ojo y certificar que le iría
perfectamente. Mónica no sabía cómo agradecerle. “¡¡Ay, Selena!! ¡¡No sé
cómo agradecerte tan lindos regalos!! Has tenido tan lindos detalles con
todos … Aún no entiendo por qué nos regalas tan lindas cosas…”, le dijo
emocionada. “No tienes nada que agradecerme. Yo le debo todo a mi
público. Sin ustedes, ¿qué podría yo hacer? Igualmente, en este caso,
agradécele a tu esposo. Él tiene mucho para hacer y decir. Yo sé que las
quiere mucho, a pesar de que se esconda detrás de un poste”, dijo Selena
y comenzó a reírse con ganas. Y por eso mismo, él no se lleva ninguno de
estos regalos. Eso sí, yo le doy este papelito, que por allí le va a
servir en el futuro … Al menos eso espero…” y le dio el consabido papel.
Era un autógrafo. Eduardo lo miro y entendió muy bien lo que decía allí:
“Think about yourself. You are the most
important thing. If you’re alright, everyone else is, too. You’ll see
they’ll thank you… Nothing is impossible if you want to do it. I hope I
was right about what you keep inside your heart. Love.
Selena. February 1991”. Eduardo asintió sin dejar de mirar el autógrafo,
pero no pudo evitar escuchar a Selena que le preguntaba: “¿Me lo
prometes?”. “Sí, claro que sí”, le dijo Eduardo y la abrazó casi al
borde del llanto. “Entonces, ¡¡te espero en el futuro para ver si has
cumplido con tu palabra!!”, le dijo Selena y lo despidió con un beso.
Luego se dirigió a su esposa y a sus hijas para despedirse. Eduardo tuvo
que pedirle a los gritos que la dejaran de una vez en paz a Selena, pero
ella le dijo que esperara y Selena misma se encargó de despedirse sin
necesidad de obligarlas a nada … Cuando ya se iban Mónica no pudo con su
curiosidad y le pidió a su esposo el autógrafo que le dio Selena. Cuando
le preguntó de qué hablaron o qué es lo que Selena “había acertado”, él
sólo le dijo: “Simplemente acertó en lo que yo quería para mí. Es como
si me conociera de toda la vida. Ahora debería cumplir para no
defraudarla, para no defraudarlas, para no defraudarme…”
Eduardo salió de la habitación y no sabía qué hacer.
Estaba tan triste como todos y quería abrazar a sus hijas y a su esposa
y ponerse a llorar él también sin consuelo. Se sentía infeliz, muy
feliz. Se sintió viejo y desamparado. En todo este tiempo nada había
hecho por él y por ende no había cumplido con su palabra a Selena.
Siguió soñando, aguantando, mascullando su frustración e inacción en
silencio. Y buscó reemplazar su impericia depositando todas sus
esperanzas en Selena. Si a ella le iba bien, a él también. Si ella
triunfaba, él también. En el futuro procuró no cruzarse con ella, aun
cuando fue a varios conciertos más, porque sabría que nada podría
decirle cuando Selena le preguntara qué hizo por él y supiera que no
tendría respuestas para ello. Y sabía que Selena no se olvidaría, que lo
reconocería en cualquier lugar, en cualquier circunstancia. Él estaba
aliviado de que no tenía ni su número de teléfono ni su dirección. Así
Selena no lo demandaría. Ahora se sentía culpable y pensó en lo
inevitable en estos casos. Pensó en si hubiese cumplido con su palabra y
hubiese ido a ver a Selena para demostrarle lo mejor que estaba. Pensó
en si hubiese ido aun sin cumplir para decirle eso y esperar la
reprimenda. En estos casos uno se cree omnipotente y se convence de que
uno podría haber cambiado la historia con alguna intervención a tiempo …
pero es inevitable, inevitable pensarlo de ese modo, y más tratándose de
Selena, y si no se conocía a Selena, más aún, tratándose de una artista
tan joven y tan talentosa en su mejor momento …Eduardo buscó en un cajón
que tenía bien guardado aquel autógrafo de Selena y se permitió leerlo
nuevamente, acaso porque deseaba y quería fervientemente que no dijera
lo que decía, que fuera más exagerada su memoria que la realidad. Pero
lo volvió a leer y se sintió un infeliz. Volvió al balcón y lloró con
fuerza, con todas las ganas y gritó al cielo: “¿Por qué, Dios? ¿Por qué
te la llevaste? ¿Por qué no me llevaste a mí que no hice nada,
absolutamente nada? ¿Por qué te la llevaste si Selena si estaba
cumpliendo tu deseo, era una fiel servidora de tu palabra haciendo las
cosas en forma tan honesta y responsable? ¿Por qué le hiciste eso? ¿Por
qué no me llevaste a mí que soy un inservible?”. Eduardo pasó del dolor
a la bronca, de la frustración a la furia. Entró a su habitación con el
autógrafo en la mano, que se estaba mojando con sus manos llenas de
lágrimas, de sus lágrimas. Preso de la angustia, de la frustración y de
la ira, tiró el autógrafo al piso y estaba dispuesto a tomarlo de nuevo
para romperlo, hacerlo añicos y tirarlo por la ventana. La presencia de
ese autógrafo era la certificación de la ausencia de Selena como de su
falta de palabras y de agallas. Fue hacia él pero se paralizó con el
sonido de un fuerte relámpago. Esa lluvia persistente que cubría casi
todo Texas era la personificación del inmenso dolor de aquel día, era el
desconsuelo de todo un Estado que había perdido a su hija más querida
mientras quedaban otros hijos que no merecían tal representación.
Eduardo estuvo un largo rato inmovilizado y pensó que ese autógrafo era
de las pocas cosas que le habían quedado de Selena, que no alcanzaba ni
por asomo a suplirla pero al menos le servía para aferrarse a él, pues
era como abrazar a Selena para que no se le vaya nunca más, para que no
le borre nunca de su memoria, de sus sentimientos, de su corazón …
Eduardo tomó cuidadosamente el autógrafo y se lo guardó. Ahora había que
aguantar, había que superar la situación de alguna manera. No había que
pensar, no había que reflexionar, no había que buscar un por qué. Sólo
había que aguantar, soportar el dolor como fuera, como podía. Prendió la
radio y vio que en casi todas las estaciones pasaban la música de
Selena. Subió el volumen y se dirigió al comedor en el que estaban sus
hijas llorando siendo consoladas por su esposa que también lloraba. En
ese momento estaban pasando en una de las radios el tema “No me queda
más”. El puso la radio sobre la mesa y espero el momento para cantar a
la par de Selena: “No me queda más, que aguantar bien mi derrota y
brindarte felicidad…”. Su familia lo siguió en su cántico, y así
estuvieron por horas y horas. Eduardo había encontrado una fórmula para
no pensar, para fugar para adelante, para procesar tanto dolor. Eduardo
y su familia comenzaron a hacer lo que muchos más hicieron por mucho
tiempo. Cantar, cantar y cantar una y otra vez los temas de Selena,
comprar los discos que le faltaban, esperar que saliera material nuevo.
Durante unos cuantos meses Eduardo llevó la situación como si nada
hubiese pasado, como si todo fuera un sueño, una horrible pesadilla de
la que pronto despertaría. Eduardo quiso creer que Selena algún día
volvería, que todos se aclararía y que él volvería a ser feliz. Durante
meses sólo cantó, quiso creer que Selena sólo fue a buscar a esa mala
mujer como una guerrera que fue a pedirle explicaciones por su accionar
y que recibiría una respuesta que era imposible de comprender. No.
Selena no se había ido, creía o quería creer. Selena volvería con su
disco en inglés, ese disco tan soñado, promocionado, esperado. Eduardo
quería ver y escuchar a los Quintanilla para que le diera una
explicación, sólo una explicación que le permitiera entender cómo ella
no estaba en este mundo y él sí lo estaba. Eduardo fugó para adelante,
como lo había hecho siempre, como lo único que sabía hacer. Selena ya no
estaba para demandárselo, pero él debía hacer algo para no caer aun más
en la densa realidad de su vida, de la densa realidad de un Mundo, de
una vida sin Selena, de una humanidad sin su Amor…
Alberto nunca pudo ser el mismo después de todo ello.
Trató de consolarse siguiendo las actividades que seguían al recuerdo de
Selena y de hecho fue lo que lo sostuvo en aquel entonces. Como tantos
otros se preguntaba por qué, por qué aquello y todo lo que surgía era
tan claro como difuso. Miraba informes, programas especiales y todo lo
relacionado con Selena tanto en los recordatorios como en el triste
“caso policial” en el que en muchos aspectos se había reducido el
recuerdo de Selena. Lloraba cada vez que veía a Selena, se impactaba
cuando empezaban a surgir los primeros informes. Pero para él como para
tantos no estaba nada resuelto. Las informaciones y los relatos que
surgían denotaban que muchas cosas no quedaban claras, que algo faltaba
en el relato. Vio un informe de Telemundo en el que mostraba a Selena
yendo a las corridas al motel “Days Inn” en busca de aclarar los pleitos
en el plano económico, que tenía una fuerte discusión con esa infame y
que luego de eso vendría el disparo fatal. Podía ver cómo otros buscaban
el lado “malicioso” y “amarillista” del caso, en el que personificaban
en Selena el problema planteando, insinuando que por allí tenía una
situación íntima, personal que la había llevado a ese inaudito final.
Pero Eduardo no estaba preparado para soportar eso. Los que podían
insinuar que Selena tenía una vida oculta, a escondidas de su familia,
era ignorar lo que era ella realmente. Él, que la vio, lo podía
certificar explícitamente, y así con él tantos otros. Empezó a asquearse
de la situación y sentía que más que aclararse las cosas, se hacían cada
vez más turbias. La familia hablaba de que la asesina los venía robando
y ellos la habían descubierto, y después pasó lo que pasó, un poco por
la confrontación, otro poco por la ingenuidad de Selena …. Pero mucho
faltaba para que algo se aclarase. Por lo pronto, Eduardo se
entusiasmaba, o quería entusiasmarse, con el nuevo material de Selena
que saldría en julio. Él se había refugiado más y más en sus hijas, que
aún estaba golpeadas y les costaba volver a sonreír. Para ellas Selena
era su ejemplo, su modelo a seguir siendo certificado aquella vez que la
tuvieron tan cerca. Daniela y Graciela cantaban como Selena, se vestían
como Selena, bailaban como Selena. Para ellas Selena era la encarnación
de que un mundo era posible, de que un latino podía triunfar como tal en
Estados Unidos … Pero después del 31 de marzo … Selena siguió siendo el
ejemplo, la meta, el modelo a seguir pero ahora era un ser distante,
frío, ausente, melancólico, como una gran estatua que representa tanto
sentimiento como tanta ausencia. Las hijas de Eduardo ya no se vestían
como Selena, ya no bailaban, ya no cantaban. Les dolía hacerlo pues
recordaban todo y no podían dejar de llorar, y por más que recordaran
sólo lo bueno, sus encuentros con Selena, sus regalos, sus risas, su
bondad, justamente por ese recuerdo de inmediato les golpeaba la
“realidad” y contra ello no se podía … Daniela y Graciela se aferraban
en silencio a todo lo que tenían de Selena y buscaban tener más cosas de
ella donde quiera que estuvieren. Sólo así se sentían felices, era la
única manera de tenerla siempre presente con el paso del tiempo y con el
acostumbramiento de su ausencia ... Como el autógrafo de Eduardo, aunque
allí estuviera el pedido de Selena que él por miedo no cumplió, por
miedo a sí mismo …Fue tal la locura de ellos y de todo el mundo por
tener algo de Selena que cuando salió el disco póstumo en inglés de
Selena todos fueron en busca de él. Mónica miraba atónita cómo su esposo
y sus hijas se aprestaban la noche anterior de la salida del disco a
hacer la cola en una de las más importantes cadenas de venta de discos
para comprarlo en cuanto abrieran la tienda. Mónica estaba triste pero
estaba dispuesta a olvidarse, incluso buscaría un motivo, una excusa
para que nadie siga con dolor toda su vida y para pensar en el mundo que
tenían por delante. Pero el resto de su familia no lo pensaba ni lo
quería y eso le preocupaba. Eduardo y sus hijas pasaron las de Caín para
conseguir el disco: soportar horas la espera, hacer vigilias para que
nadie se les adelante y entrar a las corridas en cuanto abrieran las
puertas. Todo era una locura. La cantidad de gente ávida por tener ese
disco de Selena demostraba la popularidad y lo querida que era Selena,
pero también mostraba la locura en la que estaban todos inmersos.
Eduardo llegó a tomar uno casi quitándole a otro que llegaba a él. Al
poco tiempo se había agotado todo, y mucho tiempo y muchas ediciones
tuvieron que pasar para que todos tuvieran el disco “Dreaming of you”.
Contentos los tres volvieron a sus casas con el disco de Selena en mano,
y en cuanto lo fueron escuchando no pudieron dejar de llorar, pues
podían ver en esa edición en qué condiciones se fue Selena, grabando
hermosísimos temas en inglés que serían un éxito seguro, mechado con
viejos temas de Selena con nuevos arreglos para completar el disco. Nada
más claro que ver en “Dreaming of you” lo que era y lo que pudo haber
sido Selena, lo que generó y lo que podría lograr. Poco tiempo le duró
la sonrisa a Eduardo. Se le había ido Selena y él nada pudo hacer para
salvarla, no hizo lo que le pidió para que ella se quedara tranquila. ¿Y
si era él el culpable de todo? ¿Y si todo eso sucedió porque él no le
dio un motivo para que Selena estuviera contenta? Eduardo sólo espero en
el juicio a la asesina un alivio, un motivo para poder seguir viviendo …
Justicia, justicia para esa bella mujer y persona que era Selena…
El juicio a la asesina de Selena sacó lo peor de Eduardo
y diría lo peor de la condición humana. Él, sus hijas, todo el mundo
sólo querían justicia, sólo querían ver a esa mujer en la cárcel. Otros
iban más lejos y pedían la pena de muerte. Eduardo no quería eso, pero
se puso a pensar en lo insólito de las leyes … En el Estado de Texas
existía la pena de muerte, pero no le correspondía a la asesina. En su
caso puntual para que existiera esa posibilidad esa mujer debería haber
matado a más de una persona, o tener antecedentes, o haber asesinado a
alguien que se erigiera en autoridad guardiana del Estado. Eduardo se
preguntaba si el sólo hecho de tener la mente tan fría para asesinar,
salir a hacer el segundo disparo y desistir de hacerlo porque sabía que
era irremediable el final no era un motivo más que suficiente como para
darle la pena máxima. No podía entender que por no haber matado a un
policía o por no haber matado a una segunda persona zafaba de la
situación. Eduardo estaba lleno de odio y de rencor. Canalizaba su
impericia en pedirle lo peor para esa mujer, y no era para menos. Pensó
más de una vez que esa mujer había planificado todo, absolutamente todo.
El juicio permitió saber más cosas del caso y allí se enteró de algo que
él ignoraba y le inquietaba: que Selena acompañó a la asesina al
hospital ese nefasto 31 de marzo, pues ésta decía que habían intentado
violarla, y cuando volvieron luego del lugar sin querer esa pérfida que
la atendieran vino la discusión y la tragedia. Eduardo estaba seguro de
que esa mujer sabía todo y lo había planificado. Sabía del proceder de
los médicos, sabía de cómo se manejaban las leyes texanas. Eduardo no
pudo dejar de pensar que la asesina venía pensando en su detestable acto
desde hacía mucho tiempo y que no dejó nada librado al azar. Y aun así
no contó con que Selena, una vez más, la sorprendería al irse del lugar
en vez de quedarse arrodillada a sus pies, y que entonces tuviera que
optar por un plan “B”, y que ese plan no le alcanzara para ser declarada
inocente. Eduardo estaba inquieto y nervioso. Cada cosa que sabía del
caso lo atormentaba más y más. Pensó en esa corrida de Selena, pensó en
ese anillo que mantuvo aferrado hasta el final. Pensó y sintió su
angustia, y sintió toda su lucha para evitar que se le apagara el mundo.
Y así como estaba seguro por el accionar de la asesina que ésta lo había
planificado fríamente todo, también estaba convencido de que el anillo
tenía un significado especial, muy emocional. Recordó aquella escena de
los aretes y se imaginó a Selena haciendo lo contrario, porque esta vez,
y por primera y única vez, ella sentía que se iba, que se iba de este
mundo. Aferrarse, aferrarse a ese anillo … Era como él aferrándose a su
autógrafo. Selena se estaba aferrando a la vida, como él. Selena quería
vivir, Selena quería escapar y pensar que todo era una burda pesadilla …
Desear que así lo fuera …Eduardo miraba la televisión, escuchaba la
radio, leía los diarios … Buscaba alivio y lograba todo lo contrario …
No paraba de llorar, no paraba de angustiarse, no paraba de desear cada
día cuando se levantaba que nada fuera cierto, que Selena alguna vez
aparecería en la pantalla de verdad, y no sus fotos, sus antiguos
conciertos, sus consabidos reportajes … No … Quería que todo terminase
de una vez y al mismo tiempo que no terminara nunca … Fue muchas veces
con sus hijas a hacer vigilia en esas dos semanas que duró juicio en
Houston para hacerle ver a los jueces, a los periodistas, a todo el
mundo que todos estaban allí por una cosa, sólo por una cosa. Y si la
pena máxima era la prisión perpetua, que así fuera. Pero no menos …
Pero lo que más lo movilizaba era ver el desfile de tanta gente que
hablaba de Selena con tanto desconocimiento, con tanta impunidad. Allí,
específicamente allí, es cuando notaba la ausencia de Selena. Sabía que
con Selena no vería esas escenas absurdas de gente peleándose, de gente
acusándose, de gente con la osadía de poner en duda la honestidad de
Selena. Todo el juicio asqueó a Eduardo. Se había transformado en un
show mediático que dejaba pingües ganancias a muchos, ponía en primer
plano a gente que de otro modo nunca lo estaría, convertía en estrellas
a periodistas, jueces y analistas. Triste, todo era triste, pues la
figura principal de esta historia, la que había generado todo esto no
estaba presente, era la única ausente de esta historia tan linda en un
principio y tan terrible al final con Selena como la única víctima.
Eduardo quería estar allí, pues necesitaba demostrarle a todos que los
que realmente querían a Selena, los que realmente la conocían, los que
sabían lo que era y representaba estaban allí afuera, lejos de las
cámaras, lejos del “lugar de los hechos”. Ellos estaban afuera, las 24
horas del día haciendo vigilia esperando un solo resultado, una única
sentencia que les diera aunque sea un mísero consuelo ante semejante
pérdida. Eduardo se sentía como Selena en aquel trayecto fatídico por el
Days Inn. Se aferraba al resultado del juicio como Selena de aquel
anillo, pero a Selena se le terminó cayendo, y él no sabía si podía
sostenerse luego de semejante culpa, después de esa terrible ausencia.
Eduardo esperaba que algún día viniera una señal de Selena que lo sacara
de semejante martirio e irremediable destino. Cuando llegó el día y
escuchó el resultado, se quedó mudo y estático en el medio de que sus
hijas lo abrazaban y besaban, y de que era empujado y aturdido por una
horda de fans que gritaba, cantaba, bailaba. Eduardo esperaba eso, pero
ya se le iba un motivo más para luchar. Otra etapa de su vida con Selena
-o sin ella, en realidad- se iba. ¿Qué podía esperar después? Eduardo le
dijo a su esposa que se quedara con sus hijas y que se fueran a casa,
que él se iría a caminar por allí solo. Mónica lo miró compungida y casi
resignada. Sabía de lo que estaba hablando y cada vez estaba más
preocupada, pero lo dejó ir. Eduardo caminó sin rumbo fijo, caminó,
caminó y caminó. Nunca supo por dónde fue, sólo recuerda que vio
edificios, carreteras, muchos árboles y el desierto mismo. No podía
expresar nada. No sentía nada. Tal vez allí se dio cuenta verdaderamente
de lo que había pasado aquel 31 de marzo. Eduardo cayó en la cuenta de
que Selena no vendría más. Eduardo caminó hasta no poder más y recién
allí emprendió el regreso a casa hasta que notó que se había perdido.
Tuvo que preguntar dónde estaba y cómo regresar a su casa. Ya en un bus
de regreso a su hogar pudo ver cómo San Antonio y todo Texas seguían
festejando el veredicto del Gran Jurado. Cuando se bajó del ómnibus y
antes de entrar a su casa, Eduardo notó que comenzaba a llover. Miró el
cielo y lloró un largo tiempo. Ese día era tan perecido a aquel nefasto
31 de marzo … Para él ese día era verdaderamente el 31 de marzo. Entró a
su casa y vio que lo esperaba su familia muy preocupada, aunque notó en
la mirada de su esposa que ella esperaba que sucediera algo así. Las
abrazó y les dijo que no volvería a suceder aquello. De hecho no volvió
a llorar. Para Eduardo era el comienzo de una gran agonía, de una agonía
de la cual él sentía que no saldría jamás, un Eduardo que sólo era
sostenido por una quimera, del mismo modo que Selena sostenía su anillo
para aferrarse a la vida. Daniela le dijo que ya estaban haciendo el
casting para la película sobre Selena que se estrenaría pronto … Eduardo
sintió que aún tenía ese imaginario anillo que sostuvo a Selena en esa
larga corrida con su absurdo final…
En otras circunstancias seguramente sus hijas hubieran
ido al casting, pero ellas no tenían ganas, como él. Entendía que tantas
niñas de la edad de sus hijas se mostraran como Selena, se vistieran
como Selena, quisieran trascender como Selena, quisieran llegar al
triunfo como Selena … Pero ni para él ni para sus hijas eso tenía
sentido sin Selena. Querían demasiado a Selena como para querer
representarla a ella o ver a otras intentando triunfar a través de ella.
El ver esa realidad lo ponía en la certeza del paso del tiempo, de un
mundo sin Selena … Un día por curiosidad fue a ver uno de esos castings
que se estaba haciendo en su ciudad. Al principio quedó sumamente
shockeado … Ver a tanta gente tan bien caracterizada, tan parecida, tan
igual a su Selena le producía un impacto muy fuerte. Pero acaso al ver a
tantas adolescentes queriendo parecerse a Selena le dio la pauta de lo
que significaba en aquel momento para un latino en Estados Unidos
llegar, triunfar, hacer real el “gran sueño americano” … Y tal vez con
esa certeza pudo comprender la magnitud de la fama de Selena que para
muchos no era comprensible. Selena trascendía a su talento, a su éxito,
a su fama. Selena era esa hermanita que les decía que no había que
conformarse como máxima meta lograr tener un empleo y nada más … Selena
les decía que podían permitirse hacer posible sus sueños … Que sólo
había que proponérselo y trabajar duro para ello con honestidad,
talento, verdad, sinceridad … Eduardo comprendió lo que significaba
Selena para tanta gente y sobre todo para una generación … Pero él no
podía alegrarse de todo ello sin sentir que Selena estaba presente para
disfrutarlo. Eduardo recordaba que ese día el sol le pegaba fuerte, y se
maldecía y se entristecía al pensar que Selena no estaba viendo el mismo
sol que él veía y sentía … Pensaba que al fin y al cabo esas niñas
podrían representar a Selena, pero no querrían parecerse del todo a
ella, pues sabían el final que tuvo. Bien ellas podrían cuestionarse si
ese modelo de los Quintanilla no podrían generarle otros problemas o que
chocaran con los mismos … De hecho Eduardo lo pudo comprobar con la
trascendencia que tomó Jennifer López en cuanto se le dio el papel de
Selena en la película. Era obvio que los dueños de la Warner presionaran
para que le dieran el papel a una actriz y cantante que aunque por ese
entonces no era tan conocida, sí lo era más que todas las que se
presentaban en los castings. Era un motivo más de atracción pero que
indicaba la ignorancia de los ejecutivos de lo que significaba Selena
para tanta gente. De todos modos, pronto lo comprobaron cuando sacaron
una ganancia impresionante por el éxito de la película, del mismo modo
que le sucedió a la gente de People cuando agotó dos ediciones de una
publicación hecha en homenaje a Selena y que derivó en la creación de la
revista “People en español”, del mismo modo que se impresionaron los
directivos de la Emi cuando vieron tamaña locura por comprar el disco
“Dreaming of you” y que le dio no sólo una ganancia impresionante sino
la certeza de que debieron apoyarla desde antes con ese disco en inglés
ya que seguramente hubiese sorprendido gratamente a más de uno … Pero ya
era tarde, muy tarde para corroborarlo. Pero la que más comprendió lo
que estaba pasando fue la mismísima Jennifer López. Todavía no era JLo,
pero comenzó a serlo no sólo con el éxito de la película sino cuando fue
proyectando su futuro a partir de estudiar el libreto de la película y
de ponerse en la piel de Selena para comprender lo que sentía, lo que
soñaba, lo que imaginaba para sí. Eduardo tuvo oportunidad de leer un
reportaje a ella y de verla en una entrevista por la televisión con
motivo del estreno de la película. Le llamó la atención que ella
manifestara que era hora de que Hollywood se fijara en el mundo latino.
Le resultó bastante curioso que dijera, en esa época en la que no era
tan famosa, que un día estaba en Europa y que llamó a su madre toda
angustiada pues no sabía qué hacer, y que recibió como toda respuesta
que se las arreglara sola. “Tanto luchaste por llegar a tener un lugar
en el mundo del espectáculo que ahora me vienes con estos berrinches. Ya
sabes lo que tienes que hacer”, dijo Jennifer que le dijo su madre … No
podía evitar Eduardo pensar que eso era imposible que a Selena le
pasara, y que Jennifer López lo sabía. Por eso hizo esa declaración …
Ella aprendió mucho de Selena para llevar adelante sus sueños, tuvo en
cuenta lo bueno pero también lo no tan bueno de su vida. Cuando la vio
antes del estreno de la película, no podía dejar de asociarla a Selena:
hablaba muy mal el español, se reía en todo momento y daba la sensación
de tenerlo todo muy claro, tan claro como que en el futuro diagramó su
carrera de cantante como lo tenía pensado el padre de Selena para su
hija, que consistía en hacerse una gran cantante internacional con
proyección en el mercado anglosajón en todo Estados Unidos y Europa,
sacar su propia línea de ropa y cosmética, trascender con su persona y
no bajo la sombra de Selena, pero a la vez no renegar de por qué llegó a
la cima, de cuáles fueron sus orígenes … Eduardo se apenó pues veía que
JLo completó el camino hecho por Selena y fue ella quien mostró que era
posible lograr el “sueño americano” con las ideas, el trabajo y la
visión de Selena que las sintetizaba afirmando que nada era imposible,
que todo se podía lograr … No pensaba ir a ver la película. Le parecía
que era revivir aquella linda historia con un final tan doloroso como
inaceptable para él, pero sus hijas lo convencieron. “Ven con nosotras,
padre. Selena se pondría contenta si supiera que no la hemos abandonado,
que aún la seguimos recordando y extrañando”, le dijo Daniela. Eduardo
fue y quedó muy mal. Lloró cada momento, cada escena. Era revivir lo que
él aún no podía cicatrizar ni admitir. Y así como por esas épocas leía a
un periodista mexicano que decía que nada sería lo mismo en el recuerdo
de Selena luego de la película pues en ella se dejaba la imagen de
Selena como el mito y la leyenda, para dejar lugar a una simple mujer
con sus sueños, con sus aciertos, con sus errores, con sus ambiciones,
con sus ingenuidades, a Eduardo le parecía que nada podía ser lo mismo
si alguien le ponía en imágenes la vida de Selena con su inaudito final.
Eduardo sabía que ya no podría esperar a Selena, que sólo le quedaba
esperar vivir un mundo sin ella. Se venía para Eduardo el peor de los
dolores que es aceptar la realidad y seguir viviendo a pesar de todo.
Pero eso a Eduardo no le gustaba ni lo deseaba. Decidió que algo debía
hacer, que algo tendría que realizar para que este dolor de estar sin
Selena fuera asimilable, para que fuera posible pensar que podría
cumplirle aquella promesa que él no cumplió por su impericia y porque
pensó que tendría mucho, mucho tiempo para hacerlo. Eduardo se lamentó
después de lo que le sucedió a Selena de dejar todo para mañana, “pues
mañana es otro día”. Grave pensamiento y actitud que si él no lo hubiese
tenido, tal vez Selena estaría en este mundo triunfante y feliz, sobre
todo, feliz…
Cierto día Eduardo se levantó en la mañana y sintió esa
sensación tan temida … la del vacío. Ahora no tenía razones para desviar
su dolor, ahora tendría que vivir en un mundo sin Selena, con su culpa a
cuestas de lo que no pudo hacer, aunque sea por ella. Llegó ese día en
el que debía dar cuenta de que ya no vendría, de que todo estaba
perdido, de que Selena ya no estaría para alegrarlo. Llegó ese día en el
que el paso del tiempo se haría lo suficientemente presente como para
convertir a Selena en fotos y recuerdos, fotos maravillosas de un
recuerdo cada vez más lejano. Ya no había canciones nuevas, ya no había
juicios ni controversias, ya no había ni películas ni series que
despertaran un nuevo interés o expectativa. Ya no habría novedades de
Selena. Era la primera vez que Eduardo y tantos otros comenzaban a vivir
de sus recuerdos, era la primera vez que sentía que nacían niños o
tantas niñas llamadas Selena que no podrían afirmar haber visto a
Selena, o incluso niños muy pequeños que dirían no recordar haberla
visto. Eduardo pensaba que a partir de allí Selena podría sostenerse con
los homenajes que le harían los que la han sabido querer y ya no con
todo lo que pudo haber hecho …Eduardo sintió que ya no podía fugar para
adelante, que ahora debería afrontar la realidad. Pero esa realidad era
inadmisible para Eduardo. Él no lo podría resistir. Esa realidad de
admitir lo que el mundo y esa pérfida le hicieron a Selena. Era
demasiado para él. Eduardo se sentía un miserable pues él también le
había fallado a Selena. Fue entonces cuando decidió marcharse de su
casa. No tenía un destino concreto. Sólo se iba … huía una vez más ...
Esperó que se fueran todos a dormir. Para asegurarse de que todos lo
habían hecho y para no generar sospechas, se quedó un largo rato sentado
en un sillón mirando fijo la chimenea. Pensaba en todo y en nada. Sentía
que no podía seguir así, que era tal vez injusto que él no pudiera
atender como correspondía a su familia, pero también sentía que debían
entender sus sentimientos hacia Selena, y su desolación por su ausencia
y por su culpa. Cuando sintió que ya no podía esperar más, se incorporó
y se dirigió rápidamente hacia la puerta. Quería irse cuanto antes,
quería saber qué haría una vez afuera y no dispuesto a mirar atrás.
Cuando giró levemente la puerta oyó que alguien le decía: “Prométeme que
antes de tomar cualquier decisión me dirás lo que piensas y sientes.
Prométeme que me dirás lo que sientes para que yo confíe en ti y porque
tú confías en mí”. Eduardo se paralizó por esas palabras y por la voz
que las emitía. Se dio vuelta y era su hija Daniela que le extendía su
mano con su expresión de pena y con lágrimas que le cubrían toda su
cara. “Confía en mí, padre. Confía en nosotras. ¡¡Somos tu familia!!
Dime lo que te sucede. Déjame ayudarte. ¡¡Déjate ayudar!!”. Eduardo
miraba a su hija y podía ver a Selena tras ella rogándole lo mismo.
Eduardo revivía aquel pedido de Selena que tanto lo atormentaba por no
haberlo cumplido … Se abalanzó sobre su hija Daniela, la abrazó y lloró
junto con ella un largo, largo tiempo … “¡¡Es que yo la quería, hija!!
Yo la quería mucho y nunca se lo pude decir. Ni aun cuando me dio esa
oportunidad. Apenas le prometí que trataría de hacer y decir lo que
sentía, y no se lo pude cumplir … ¿Recuerdas el juego que hizo Selena
para que tú ganaras su arete? Pues bien, cuando me llevó con su padre a
su camarín me dijo algo muy parecido a lo que me dices y me hizo
prometer que algo haría al respecto. Yo nunca hice nada y ya sabes lo
que le pasó a Selena … ¡¡Ahora sé que nunca podré cumplir con mi
palabra!!”. Eduardo siguió llorando mientras su hija le acariciaba la
cabeza sin dejar de llorar. “¿Pero quién te dijo que no podrás cumplir
con tu palabra ante Selena, padre? Ella está en algún lugar, ¿sabes? Yo
lo sé muy bien. Ella está en algún lugar y nos observa qué hacemos por
ella, qué hacemos por su recuerdo. Yo sé muy bien que Selena espera que
la sigamos queriendo, que la recordemos siempre con Amor, como ella
quería. Sé que se apenaría si nos olvidásemos de ella, como también que
no le cumplamos con nuestra palabra. ¡¡Yo sé que nos está viendo padre!!
¡¡Aprovecha este momento!! ¡¡Aprovecha para cumplir con tu palabra!!
¡¡Empieza a ser tal cual eres, empieza hoy a cambiar!! Si lo haces
habrás cumplido con Selena y nos pondrás contenta a todas nosotras,
padre … Yo te quiero mucho. Yo ya no quiero verte más triste. Yo no
quiero seguir mi vida sin sonreír. ¿Crees que así le hacemos un favor a
Selena? ¡¡Vamos, padre!! Ya le estás cumpliendo lo prometido a Selena.
Sólo prométemelo a mí que harás lo que le dijiste a Selena. Yo sé muy
bien que ella nos está viendo y escuchando, y se pondrá muy contenta si
me dices que sí”. Eduardo se quedó abrazada a su hija un buen rato hasta
que dejó de llorar, se apartó de ella y le dijo: “Te lo prometo, hija.
Siempre te diré lo que siento y haré todo lo posible para que todas se
sientan bien. Siempre estaré con ustedes ... Me tendrás a tu lado y
¡¡sabrás que siempre contarás conmigo!!”. Su hija se sonrió y durante un
buen rato permanecieron juntos con una sonrisa …. Nada mejor que
compartir los sentimientos aquellos que dicen quererse ... Al otro día
Eduardo juntó a su familia y les dijo todo lo que sentía y pretendía
para sí y para los demás. A partir de allí su vida cambió. Decidió
dedicarse a la veterinaria, que tanto le gustaba, y una vez que se
recibió y pudo obtener un puesto en una asociación de cuidado de los
animales y del medio ambiente, abandonó su antiguo trabajo. Antes que
ello, fundó junto con sus hijas un club de fans de Selena en el que
periódicamente se reunían admiradores de ella de todo el mundo y
compartían todo tipo de material relacionado con Selena, y tenían largas
charlas para recordarla y promover toda clase de eventos que promovieran
su recuerdo con el fin de que no olvidasen nunca todo lo que Selena hizo
con su obra musical y personal. Hasta logró reavivar en el Estado de
Texas el Programa de Vuelta de los Niños al Colegio y la Campaña para
Erradicar la Violencia contra la Mujer, con el apoyo de todas las
autoridades y hasta de la mismísima Familia Quintanilla, quien no había
olvidado aquella noche de los Tejano Music Awards y de lo que el padre
de Selena le comentó sobre su hija a Eduardo … Él recordó lo que le dijo
a su hija Daniela, miró al cielo y le sonrió con la seguridad de que
Selena estaba allí, contenta con que nadie se había olvidado de ella y
con Eduardo que estaba tan feliz siendo él mismo cumpliendo con su
palabra…
Era un día muy soleado. Eduardo se levantó y se sintió
muy feliz. Había logrado el día anterior que todos los que tenían
derechos sobre discos, conciertos, reportajes y cualquier evento
relacionado con Selena lo cedieran durante todo un mes de abril en
aniversario de un nuevo cumpleaños de Selena y hasta obtuvo la promesa
de que serían publicados en algún formato para que sean vendidos y con
ello difundir toda la obra de Selena, tal como lo quería Eduardo. Fue
allí cuando decidió ausentarse buena parte del día sin decirle nada a su
familia más que debía ir a operar a un animal muy enfermo. Tomó su auto
y se dirigió a Corpus Christi. En su bolsillo llevaba el autógrafo que
le había dado Selena. Fue hasta el Gravesite en el que ella descansaba.
Estuvo un largo rato sin animarse a entrar. Cuando pudo pensar que
Selena se impacientaría esperando, avanzó hacia el lugar y se arrodilló.
No quería mirar mucho para no quebrarse una vez más. Pero recordó que
siempre era mejor exteriorizar sus sentimientos, máxime cuando sentía
que podía estar ante Selena con la satisfacción de haber cumplido con su
palabra. Lloró un largo rato en silencio hasta que recobró sus fuerzas y
mirando el frío cemento con su figura le dijo: “Siento mucho haber
tardado tanto tiempo en cumplir con mi palabra. Es que tuve … problemas.
Tú me entiendes, Selena. Pero más vale tarde que nunca. Aquí tienes tu
autógrafo. Ya no tiene sentido que lo tenga yo. Quiero que lo tengas tú
con la satisfacción de que no te fallé y de que hago todos los días lo
posible para que no se te olvide con cada acto de mi vida…”. Eduardo
tomó su autógrafo y lo puso al costado del gravesite junto con la
infinidad de notas que les dejan los fans de Selena como muestras de
cariño para que alguien luego se los lleve y sean leídos por la Familia
Quintanilla. Pero por alguna razón el autógrafo se caía y no había forma
de ponerlo. Busco otros lugares y no había caso. Cuando quiso sólo
apoyarlo en el gravesite y un viento suave lo depositó fuera de él
entendió el mensaje. Eduardo se sonrió y le dijo a Selena. “¡¡Ya
entendí, Selena!! Quieres que lo conserve yo. ¿Sabes qué? Mejor lo dono
a la Familia Quintanilla. Tu padre se acuerda de mí y valorará tu
pedido, y sabrá él también que cumplí con mi palabra y contigo…”.
Eduardo puso su mano en su boca, le dio un beso y luego apoyó su mano en
la cara de Selena que adornaba el gravesite. “Y te prometo que vendré
más seguido, Selena. ¡¡Así sabrás que siempre estaré contigo y que jamás
te dejaré sola!!”. Eduardo se incorporó y se fue alejando del lugar no
sin dejar de mirar el gravesite y de saludar con su mano a Selena del
mismo modo que se despide uno de una persona y no deja de saludar hasta
que ya no la ve más … por ese momento. Eduardo pensaba dejar en el Museo
de Selena su autógrafo y luego ir a San Antonio para seguir con sus
actividades. Había mucho por hacer … y había mucho por cumplir. Eduardo
quería volver al siguiente mes con buenas nuevas a Selena … Y sabía que
lo lograría…
(El que quiere a Selena nunca se olvida de ella y nunca
deja de llorarla. Pero como siempre digo, nada mejor a la hora de
homenajearla y de recordarla que ser como ella, de ser como Selena en
cada acto de nuestras vidas … Y ella nunca se dio por vencida, ella
siempre se rio a pesar de todo, ella siempre luchó por lo que creía y
por lo que amaba … Siempre será difícil asimilar su partida, pero peor
es resignarse ante la realidad, pensar que no se puede hacer nada … Yo
estoy convencido de que Selena está en algún lugar que pronto voy a
encontrar … Mientras tanto la recuerdo con Amor, como ella quería, como
ella quiere…)
Siempre estando presente para recordarte con cariño, sin
resignación, con tanto Amor…