Simplemente recordándote con Amor, con tu Amor, Selena…
¿Por qué Selena nos sigues emocionando, nos sigues generando tantos
sentimientos en todos los que te amamos? ¿Por qué cada vez que te
escuchamos cantar una canción o te vemos en un video interpretando como
nadie esos temas sentimos esa emoción del escuchar y deslumbrarnos por
primera vez? ¿Por qué nos sigues generando alegría cada vez que te vemos,
más allá de nuestros humores diarios, de nuestras preocupaciones, de
nuestras ocupaciones? ¿Por qué eres la persona que nos da la
tranquilidad cuando nuestras almas están solas, atormentadas, sin
consuelo, con todo dolor? ¿Qué es lo que nos siguen generando tus
interpretaciones? ¿Qué es lo que buscamos en ti? ¿Por qué te esperamos
aunque tu vuelta siempre suene a quimera? ¿Por qué atesoramos tus cosas
como lo más divino? ¿Por qué cuando te queremos pasas a ser lo más
importante de nuestras vidas? ¿Por qué todo lo demás pasa a segundo
plano? ¿Por qué el dolor no cesa a pesar del paso del tiempo? ¿Por qué
lloramos si todo parece lejano y el tiempo supuestamente cura nuestras
heridas? ¿Por qué nos sentimos tan solos sin ti? ¿Por qué nos sentimos
tan plenos viéndote y contemplándote? ¿Por qué no te podemos reemplazar
y tampoco lo queremos? ¿Por qué buscamos una explicación que nadie nos
dará? ¿Acaso porque sabemos que sólo nos la podías dar tú y por eso te
esperamos? ¿Por qué si tenías todo el Amor y lo dabas sin excepción, y
generabas tanto cariño, estabas sola ese nefasto día? ¿Por qué no te
despediste? ¿Por qué no le pediste ayuda a aquellos que tanto te querían?
¿Por qué nos seguimos haciendo estas preguntas a las que nunca
encontraremos una respuesta que nos satisfaga?
¿Por qué sigues estando tan presente cuando ya nada podemos esperar? ¿Qué
nos genera la necesidad de escuchar una y otra vez aquellas canciones? ¿Por
qué nos emocionas tanto esas imágenes aunque las hayamos visto miles de
veces? ¿Por qué no nos cansamos? ¿Por qué no nos sucede que deseemos
emocionarnos con otras artistas, con otras músicas, con otros temas? ¿Por
qué queremos sólo escucharte a ti, sonreír junto contigo, llorar junto
contigo, soñar junto a ti, compartir cada letra, cada entonación, cada
emoción sólo contigo? ¿Por qué en cada concierto seguimos sólo tu
recorrido en tu andar de uno a otro lado del escenario? ¿Por qué te
seguimos en tus canciones, compartimos tu comunión de Amor y sentimos
cada concierto, cada invitación como algo presente, como algo que nunca
acabó, que se vive en todo momento? ¿Quién no siguió cantando a coro tus
canciones como cuando tú los invitabas a hacerlo en el Far West Rodeo
para interpretar “No debes jugar”? ¿Quién no cantó tímidamente “Ay, ay,
ay”, cuando tú te detuviste en la canción “Como la flor” en Festival
Acapulco luego de cantar “Yo sé perder”, ponerte la mano en el pecho y
mirar de refilón al público esperando esa respuesta? ¿Quién no sintió tu
respirar interpretando “Si una vez” en el Houston Astrodome y se sintió
a su vez sin respirar en ese instante? ¿Quién no se sintió extasiado con
ese final, con esa voz, con ese énfasis, con esa personalidad para
interpretar y llegar a lo más profundo de nuestras almas con semejante
voz y con semejante actuación? ¿Por qué aún nos sigue emocionando
aquello y no se apagó ni se esfumó con el tiempo, con tu ausencia, con
la desazón, con la necesidad de rearmar nuestras vidas aceptando un
mundo sin ti, aceptando una realidad que cuesta entender, aceptar,
asimilar? Creo, Selena, que eres una de las pocas artistas a las que no
se les puede aceptar la ausencia. Con todos los demás, mal que mal se
termina acepando su destino, su abrupto final, su partida inconcebible.
A la larga todos terminan aceptando la realidad y terminan decodificando
el dolor de la ausencia. A la larga todos esbozan una sonrisa y toman lo
supuestamente positivo que les dejó aquel artista, y cada recuerdo se
vive con añoranza y con una sonrisa. Contigo es diferente, Selena. Y no
es que no se pueda recordarte del mismo modo, con alegría y con una
buena sonrisa. Pero siempre será agridulce. Será agridulce por ese
final, ese insólito e inconcebible final. Y porque eras joven, muy joven,
llena de vida, y con mucha energía y sueños que cumplir. Para lo bueno y
para lo malo, tu vida fue única, Selena. Tu vida, tu historia, tus
sacrificios, tus sueños, tu recorrido al éxito y ese final de
incredulidad total. Todo fue único y particular en ti, Selena, y cuando
uno está frente a alguien así es difícil de olvidar. Y la ausencia es
difícil de aceptar…
Siempre uno podrá preguntarse qué era lo que tenías, qué era lo
particular en ti. A veces uno cree que podemos llegar a la plenitud, a
lo más alto de nuestra admiración, a sentirnos colmados en nuestras
almas y plenos en nuestra dicha si estamos ante alguien perfecto. A
veces podemos creer que una artista única e irrepetible es aquella que
tiene la voz perfecta, la actuación perfecta, la figura perfecta, los
movimientos perfectos, los modos perfectos. Nada más incierto. A veces
la figura que nos colma, que nos llega a lo más profundo de nuestros
corazones no es aquella persona perfecta, aquella artista que malamente
uno cree que es la que uno desea y sueña. Definitivamente, no es así. La
artista que nos llega a emocionarnos y extasiarnos es aquella que aparte
de su voz nos entrega el alma en cada canción, nos brinda sus
sentimientos, comparte cada letra de sus canciones, las hace creíbles,
suyas, propias. La verdadera artista no es la mejor técnicamente
hablando. La mejor artista es la que es diferente. Y tú, Selena, eras
diferente, particular, especial. Tú entregabas tu vida en el escenario.
Tú les dabas vida propia a tus canciones a tal punto de hacerlas propias
y particulares. No creo que lo que más nos quede de ti sean las
canciones que interpretabas, pues en definitiva tú habías hecho pocas,
no habías compuesto tantas. Lo que más nos quedan de ti son tus
interpretaciones, tu forma de expresarte, tu forma de comunicarte. Nunca
hacías del mismo modo la misma canción. Siempre le dabas un tinte
diferente, una visión distinta de la misma según el día, según el
contexto, según el escenario, según el público. Siempre me emocionó la
canción “Si una vez” y siempre me resultó mi interpretación preferida la
del Houston Astrodome de febrero de 1995. Pero no sería cierto si dijera
que ésa es la única interpretación de ese tema que me llega al corazón.
De ningún modo. ¿Cómo olvidarme de aquellas interpretaciones del mismo
tema en el programa de televisión “Padrísimo” de febrero de 1995 o en la
emisión televisiva de “Un nuevo día” en noviembre de 1994? ¿Cómo no
sentirme del mismo modo emocionado con las interpretaciones en la Feria
de Monterrey en 1994 o la del mismo año en Odessa, o aquella de Noches
de Carnaval de marzo de 1995? Todas eras interpretaciones increíbles y
tremendamente emocionantes. Ninguna era igual. No eran perfectas, pero
eran únicas, diferentes, increíbles. Llegaban al corazón y eso es lo que
se llevaba la gente. Se llevaba el corazón que les ofrecía tú, Selena,
en cada presentación, en cada concierto. No, Selena. Tú no vas a ser
recordada únicamente por tu música. No, Selena. Tú vas a ser recordada
por todo lo que dejaste en el escenario, en cada aparición pública, en
cada encuentro. Tú vas a ser recordada cada vez que tenías un gesto para
el público, un saludito, un abrazo, un autógrafo, una atención. Tú
dejaste ver al público tu propia vida en el escenario. Y eso fue lo que
todos captamos, consciente o inconscientemente. Tú solías decir que
según como fuera la canción, tú solías poner énfasis en la alegría o en
la tristeza. Pero está claro que a ti no te daba ningún esfuerzo. No
necesitabas estudiarlo ni hacerlo mecánicamente como los artistas
“perfectos”. A ti te salía solo, porque tú, Selena, les cantabas con el
corazón…
Tal vez no podamos olvidarte pues has dejado algo más que tus canciones.
Has dejado más que algunas interpretaciones memorables. Creo que todos
tenemos que admitir, Selena, que nos hemos enamorado de ti, nos
enamoramos de alguien a quien sabemos perfectamente que nos ha colmado
en todo. Tú, Selena, eres la mujer con la que hemos soñado siempre, a la
mujer que siempre esperamos. Y no es una cuestión de sexos, pues todos
se enamoraban de ti por lo que les expresabas. Las mujeres te tomaban
como el ejemplo a seguir. Las niñas querían ser como tú y vestirse como
tú. Los varones se enamoraban perdidamente de ti, sin importar si
tuvieran novia, esposa o pareja. A nadie le molestaba admirarte y
obnubilarse contigo más allá de lo que vivían en sus vidas. Tal vez el
público comprendió que eras parte de sus vidas, como lo puede ser una
hermana, una amiga, una tía, una madre, una novia, una esposa.
Comprendieron que tú tenías tu vida y siempre te la respetaron. En cada
saludo y en cada agradecimiento todos esperaban el momento en el que tú
les dieras el permiso para hacerlo, más allá de que tú te brindabas
siempre. El público siempre entendió lo que eras para ellos y siempre
quiso protegerte, como si de algún modo sintieran premonitoriamente tu
destino. Es como lo que te dijeron en ese pequeño reportaje en el
programa “En vivo”, de Ricardo Rocha, allá por noviembre de 1994. Es
como cuando uno puede ver mientras interpretabas “Como la Flor” en
Festival Acapulco: la gente podía subir al escenario para bailar contigo,
para cantar contigo, para saludarte, para abrazarte, para darte un beso.
Pero en todos los casos lo hacían con sumo respeto y aceptando el límite
que tú les pedías y que ellos mismos se imponían más allá de tu deseo.
Tal vez lo que uno puede ver con el paso del tiempo es que jamás el
peligro podía venir del público, que no era cuestión de defenderse de él,
de tener más cuidado o de tener menos confianza. La gente te adoraba y
deseaba lo mejor para ti. Siempre quedó ello claro, como tan claro quedó
que la amenaza no venía de allí sino de un ámbito bien distinto y,
lamentablemente, más cercano a ti, de ese lugar del cual nunca esperaste
que viniera semejante afrenta, del que nadie de tu familia esperaba
semejante azote del destino…
Tal vez nunca podemos olvidarnos de ti y siempre nos emocionas, Selena,
pues cada parte de ti nos las has entregado a nosotros en tus canciones,
en tus presentaciones, en tus saluditos, en tus sonrisas, en tus
palabras, en tus deseos, en tu forma de dirigirte y expresarte a
nosotros. Tal vez hayas puesto unas semillas a las que tú misma fuiste
germinando en cada uno que te vio no sólo en aquellos años y en aquellos
lugares en los que te presentaste. También supiste desperdigar ese Amor
en todos los que te han visto sea en Estados Unidos, en México, en El
Salvador, en Honduras y en Puerto Rico, entre tantos lugares, en
aquellos dorados años, y también en aquellos que no te vieron nunca,
pero que se deslumbraron al verte, al escucharte, al contemplarte. Es
notable ver los sentimientos que has generado en gente que, como yo, no
te vio en su momento, ni siquiera sabía lo que representabas en aquellas
tierras ni lo que cantabas. Y sin embargo, tu canto, tu carisma, tu voz,
tu historia, tu gracia, tus sentimientos han generado en todos nosotros
y en tanta gente de lejanas tierras lo mismo que los que supieron
apreciarte. Sólo aquellos artistas con tanto Amor pueden generar algo
tan particular que no se circunscribe a aquellos que te hayan visto o te
hayan escuchado en su momento, cuando aún estabas entre nosotros
dándonos aquello que no lo daba nadie, que no lo generaba nadie, que
sólo lo lograban y creaban artistas tan diferentes como tú, Selena…
Tal vez el advertir en cualquier momento de nuestras vidas, en cualquier
instante de vida de este mundo tu propia historia, lo que eras como
artista y como persona, es cuando uno advierte con dolor la magnitud de
lo que se perdió. Y es en ese momento en el que el sentimiento de
desolación se apodera para siempre del mismo modo que el Amor que
sentimos por ti. Así como advertimos que alguien como tú, Selena, es lo
más hermoso que ha generado Dios y esta Tierra, y que alguien como tú
debe ser cuidado y valorado como el tesoro más preciado, es que tu
ausencia nos provoca estupor. Y ese estupor se hace mayor cuando uno ve
ese final, ese final impropio de tu historia y de lo que tú generaste. Y
más dolor y más sinrazón nos da cuando comprendemos y compartimos tu
soledad aquel nefasto 31 de marzo. Y más llanto y más enojo y más
desolación nos genera el saber que aquella persona tenía intenciones
premeditadas de lastimarte en alma y cuerpo … ¿Cómo podía haber alguien
en este bendita Tierra que planificara semejante afrenta? ¿Cómo Dios
permitió esto? ¿Cómo podía haber alguien que no sólo no te quisiera,
aunque afirmara lo contrario, sino que te lastimara así? ¿Cómo esa
persona puede aún dormir cada noche? ¿Cómo puede haber mentes así que
son capaces de quitarles el sueño a personas tan nobles, tan genuinas y
tan honestas como tú, Selena? ¿Cómo podemos olvidarte si aunque
quisiéramos recordarte y aceptar tu ausencia con alegría llevamos esa
espina clavada en el corazón por lo que te han hecho? ¿Cómo olvidarte
con semejante destino? ¿Cómo recordarte sin recordar aquello? ¿Cómo
aceptar esto como si nada? ¿Cómo no sentir cada día al levantarnos que
desearíamos que todo fuera una pesadilla, una horrenda pesadilla de la
cual quisiéramos olvidar ya, esa misma pesadilla que solías tener tú,
como un aviso del destino?
Muchas veces al intercambiar impresiones con gente que te ama a ti,
Selena, noto que le pasa lo mismo que a mí. Sueña contigo, tiene
visiones sobre ti, ruega y desea con que vuelvas algún día, te extraña
horrores y no te reemplaza con nadie. En su interior sabe que siempre
estarán presentes aquellos lindos tiempos como aquel nefasto día. Y no
está mal que se tengan presentes ambos momentos, pues en definitiva
forman parte de tu vida y de tu historia. Lo bueno y lo malo, lo
placentero como lo doloroso deben recordarse, y más aún, en tu caso, lo
más triste hay que tenerlo bien presente, pues si se lo tiene bien en
cuenta sabrá siempre que hasta el fin de nuestros días siempre serán
pocos los esfuerzos que hagamos para recordarte y para que tu obra
siempre esté presente. Que no bastarán las evocaciones, que no bastarán
los festejos de aniversarios ni el recuerdo con alegría. Para
agradecerte como se debe hay que mostrarle al mundo todos los días y en
todo momento lo que eras como artista y como persona. La mejor forma de
tributarte es mostrarte en todos los conciertos, lo que generabas en
cada presentación, lo que despertabas en la gente con tu presencia. Si
algún día logramos eso, si algún día en el recuerdo y en el tributo
estamos a la altura de lo que eras mostrándote como la mejor cantante
latina de la historia, entonces lograremos nuestro cometido. Si acaso
ponemos aunque sea un poco del Amor que tú pusiste en cada
representación, sé que te arrancaremos una sonrisa. Pero si acaso
pusiéramos el mismo empeño, la misma generosidad, la misma solidaridad,
la mejor predisposición que tú a la hora de tributarte, sé que
lograremos que todo el mundo, que todas las generaciones, que todas las
culturas, que todas las razas hagan justicia contigo poniéndote en el
lugar que sólo tú mereces. Es cuestión de poner todo el Amor en el
recuerdo, es poner todos los sentimientos que tú nos generaste. Es poner
todo sin ninguna condición, es dejar de lado el egoísmo, los
personalismos y la necesidad de protagonismo. ¡¡La única protagonista de
tu historia eres tú, Selena, sólo tú!! Si logramos ese objetivo,
acabaremos por cumplir con tu gran fin en la vida, que es recibir Amor,
¡¡que te recuerden toda la vida, cada instante como se debe, con tanto
Amor!!!
Y yo soy y seré uno de aquellos que siempre portará tu nombre bien en
alto, llevando con orgullo tu nombre, tu vida, tu canto, tu arte, tu voz
por siempre y para siempre, simplemente diciéndole a todo el mundo lo
que tú, solo tú, Selena, has grabado con fuego en mi corazón…
Te quiere y te recuerda en este momento en esa hermosa figura y
presentación que brindaste cuando anunciabas que ibas a cantar “Si una
vez” en aquel concierto inolvidable del Houston Astrodome el 26 de
febrero de 1995…
Estoy aún asustada por aquel sueño … No es la primera vez que lo sueño
ni será la última seguramente. Es tan terrible que ni quiero ni hablar
ni recordar. Es tan terrible lo que siento que no lo quiero siquiera
mencionar. Tal vez por eso no tengo registro de lo que he soñado y que
es una pesadilla que he tenido recurrentemente desde muy chica. Nunca lo
pude saber. Tampoco lo quise saber. Es como si todo lo tuviera tan claro
que el solo tomar plena conciencia de ello me haría volver loca. Tengo
miedo. Tengo miedo pues sé que tarde o temprano ese sueño se hará
realidad, se hará presente ante mí y ya no sabré qué hacer. Es sentir mi
destino, es como si en mi interior supiera todo, supiera todo lo que va
a pasar conmigo, qué será de mí. Pero en verdad no soy consciente de lo
que pasará. Y siento miedo de saberlo. ¿Qué es lo que veo tan claro? ¿Qué
es lo tan terrible que me hace asustar tanto? ¿Acaso me pasará algo a mí?
¿Acaso le sucederá algo a mi familia? ¿Me espera una enfermedad? ¿Me
espera un accidente? ¿Acaso se trata de …? No, mejor no lo menciono.
Mejor no saberlo. El solo pensar en ello me hace casi desmayar … Es
curioso. Algo parecido siento cuando despierto de esa pesadilla, de ese
sueño que se hace cada vez más recurrente, más tremendo, más
insoportable. Hace años que me viene una y otra vez ese sueño y nunca se
lo quise contar a ninguna persona. Es que no quiero preocupar a nadie.
Además, si a alguien le confiara este sueño, tendría que empezar a
contar algo de lo que sueño y no quiero recordarlo, no quiero pensar en
ello. Pero ya no lo puedo soportar. Debería al menos permitirme decirme
a mí misma de qué se tratan aquellas imágenes que me asustan, qué es lo
tan tenebroso que me acosa a cada momento, a cada instante. Para colmo
de males, me he levantado antes de tiempo. Tal vez sea eso. Tal vez esté
preocupada, y por ello estoy así y nada tiene que ver con el sueño. Es
que ayer a la noche viví un momento difícil yendo al Days Inn. Por un
momento quería aclarar todo de una vez por todas, pero no lo podía hacer.
Chris estaba esperándome afuera y no lo quería preocupar con mi tardanza.
No quería que se imaginara más de la cuenta, que pensara que había más
de un problema, que no sólo era una cuestión de papeles. No quería que
sus miedos lo llevaran a trasladar su preocupación a mis padres y a mis
hermanos. No es que tuviera miedo de que se enteraran de algo raro, de
algo que yo no quería que supieran. No tengo nada que ocultarles. Pero
siento que esto sólo lo puedo arreglar yo. Si mi padre sigue
interviniendo, esto se hará insostenible. Ella se espantará y me
tironeará para su lado. Y mi padre hará lo mismo para el otro. Yo no
quiero estar en el medio de todo esto. Pero me da culpa alejarme de todo,
dejar que ellos arreglen sus cosas. No puedo. Nunca pude. Todos me
conocen. Yo no puedo ser indiferente a todo. Yo no puedo mostrarme
insensible frente a lo que pasa. Yo no puedo ser feliz si los demás no
están felices…
Son las 5 de la mañana y no puedo dormir. Definitivamente no quiero
dormir, pues si lo hago seguramente volveré a soñar aquello y temo vivir
esas imágenes, que las empiece a ver y sentir. ¡¡Y yo no quiero!! ¡¡Ya
no quiero soñar más aquello!! Tal vez debería quedarme un rato aquí
sentada en la cocina de mi casa y esperar que sea la hora indicada para
ir a verla y arreglar definitivamente las cosas. Mejor que me quede aquí
para no despertar a Chris. No quiero que me acompañe como ayer. No
quiero que se entere de nada. Que cuando despierte me vea aquí habiendo
solucionado todo sin que se haya enterado de nada. Desearía que si no
estoy aquí sepa que estoy en el estudio grabando el disco en inglés o
que estoy con mis padres. Que ni sepa el motivo por el que voy a verla.
Que siga creyendo lo de los papeles y nada más. No quiero que piense que
estoy tratando de que mi padre no se pelee más con ella, ni que la
espante más de la cuenta. Yo quiero persuadirla de que nos podemos ver
sin que se entere mi padre, que a pesar de las diferencias todos podemos
convivir. Que si tiene que estar fuera de nosotros, que no sienta que la
abandonamos a su suerte. Que aun así la podemos ayudar, la podemos
escuchar, la podemos atender. En definitiva, no hay que olvidar que ella
nos ayudó. Ella nos dio la idea de hacer un club de fans. Ella nos ayudó
en cosas que para nosotros era engorroso. Por eso iré a atenderla de sus
dolencias y allí aclararemos las cosas. Le diré que tolere esta
situación un tiempito más aunque tal vez sea para siempre. Yo quiero que
entienda que para tener a los dos yo no los quiero ver más pelear. Que
cada uno acepte su lugar y yo los apoyaré. Yo no quiero estar corriendo
por cada problema en el mundo. ¡¡No quiero estar más en el medio de todo!!
Se lo tengo que decir de una vez. Lo mismo haré con mi padre. Si
realmente me quieren, lo sabrán entender. Y yo sé que me quieren a pesar
de todo…
Otra vez me estremezco por ese sonido del disparo. Retumba en mi
interior. Me sobresalta. Llevo la mano a mi pecho, pego un grito hasta
que veo que no es nada de afuera ni nada de mi casa. Está en mí, en
aquel sueño, en aquella pesadilla que me atormenta desde muy chica.
Siento como si recibiera mensajes del futuro en los que me advierten de
que algo malo sucederá. Es como aquella película que vi hace unos siete
años, de casualidad. Un amigo me había insistido en ver “una de terror”.
Yo no quería saber nada de nada, pero él tanto porfió que al final
accedí. Resultó ser una película que se llamaba “”El príncipe de las
tinieblas”. Yo creía que era una película de Barbra Streisand, pero
evidentemente no lo era. Tenía un título parecido pero esta película era
bien diferente, bien inquietante. Nunca me pude olvidar de ese momento
en los que unos seres del futuro les enviaban mensajes a la gente a
través de los sueños, y de a poquito, cada tanto, aparecía el año en el
que ellos le confirmaban que el mal se apoderaría del mundo. No recuerdo
el año ahora, pero era por esta época. Ahora no puedo discernir si eso
lo vi en la película o si se encontraba en mi sueño. Recuerdo cuando
aparecían esos mensajes que al principio los seres presentes recibían en
sus sueños, e iban procesando esa información en cada sueño: al
principio captaban uno de los números del año y en cada sueño recibían
otro número: así primero recibían el número 1, luego el número 9, más
tarde otro 9, hasta que llegaba el momento en el que faltaba un número.
En un momento todos sabían que era el año 199… y restaba saber el último
número. No recuerdo al final cuál fue el año, y si esto se develaba en
la película o estaba presente en mi sueño o en ambos. ¡¡Vaya a saber por
qué no lo puedo recordar!! Y ahora que lo pienso ... ¡¡Ahora estamos en
1995!! ¿No sería éste el año, no? ¿Era el mal o era otra cosa lo que
aparecía en ese momento? Lo que aparecía, ¿era detrás de un espejo o
detrás de una puerta? Apenas si recuerdo de que alguien decía sentirse
mal y de que alguien corría a ayudarla. Y después un disparo, y después
... ¡¡No!! ¡¡No puedo seguir!! ¡¡Es muy doloroso!! ¡¡Ya no lo quiero
soñar más!! ¡¡Quisiera no tener que vivir más con esta horrible
sensación, con esta horrenda pesadilla!!
Tengo sueño, aún es de noche afuera, pero no me voy a acostar. ¡¡No
soporto más esta situación!! ¡¡Lo tengo que resolver de una vez!! Siento
que ya no puedo disimular más esto que me atormenta. Siento que me
condiciona mi conducta, que me cuesta mantener la alegría frente a cada
cosa que hago, ante cada situación que enfrento. A veces me siento
obligada a tener una sonrisa forzada en la que no puedo disimular mi
nerviosismo, mi angustia. El otro día me hicieron un reportaje aquí
mismo en esta ciudad en un hotel y me sentí fatal. Quería reír y no
podía. Me hacían decir unas palabras que las usarían como créditos para
su programa de televisión y me salía todo mal. Tuve que hacerlo varías
veces hasta que se quedaron satisfechos. ¿Y cómo estar bien cuando veo
que detrás de las cámaras hay gente que se está peleando, cuando recibo
mensajes de ella que me reclama una y otra vez que la vaya a verla pero
sola, como lo ha hecho ayer, como seguramente lo hará hoy? Me siento
cansada, muy cansada y ya no es por las giras. Es por toda esta locura,
por estas peleas, por esta sinrazón. Me sentí mal tener que decirle a
Rock and Roll James en San Antonio que me sentía muy cansada. No debería
estar así pues en definitiva estoy acostumbrada, es mi trabajo y me
gusta. Además, no estaba haciendo más de lo que estaba haciendo en todo
este tiempo. Lo que me cansan son otras cosas, otras cosas que las
quiero solucionar antes de que la situación lo empeore todo aun más. No
quiero vivir nuevamente aquella situación como la que viví con mi padre
para que acepte mi noviazgo con Chris. En aquella oportunidad me casé en
secreto para poder imponer mi voluntad. Pero ahora no se trata de huir.
Ahora no se trata de no hablar y actuar en silencio. Ahora quiero
anticiparme a los hechos para prevenir males mayores. No quiero estar en
el medio de un duelo y de que me disparen por error. Quiero evitar que
se llegue al duelo. No es cuestión de salirse del medio. Tengo que
convencerlos de que depongan sus armas…
Una imagen terrible se me cruza por mi mente y pego un grito de dolor.
Corro hacia el patio para que ni mis gritos ni mi llanto despierten a
Chris. En un instante vi algo de aquella pesadilla, algo de lo que no
quiero ver. Tengo que saber de qué se trata ese misterio, eso que me
duele, que tal vez sea un mensaje premonitorio. No sé ... Sí, veo a dos
personas discutiendo. Una la amenaza con despedirla. La otra con que se
atenga a las consecuencias de esa decisión. Aparezco yo y lo veo todo,
lo veo todo desde una puerta de un viejo hotel, de alguno de los que
hemos parado en los primeros tiempos en los que viajábamos de pueblo en
pueblo en busca de un destino mejor. Al principio no intervengo, espero
que paren de discutir, pero de pronto, alguien levanta un arma y la
amenaza. Al principio, sólo levanta de costado el arma y lo mueve a uno
u otro lado sin apuntar, pero cuando la otra persona trata de disuadirla,
la persona apunta directo a su corazón y le dice que ni se le ocurra
moverse. Aquélla hace un movimiento como para salir de ese lugar, pero
la otra le dice que ni se le ocurra cerrar la puerta, y aprieta el
gatillo sin disparar, pero estando a punto de hacerlo. Yo me horrorizo,
comienzo a gritar … y … ¡¡Oh!! ¡¡No!! Otra vez los gritos. Lo voy a
despertar a Chris. Mejor me voy a la puerta de mi casa. Iría ya a verla
para quitar este peso de encima, pero aún es muy temprano. Quiero tomar
aire puro. Lo necesito … ¡¡Vaya si lo necesito!!
A veces pienso que en estas dos semanas he quedado presa de estos
problemas sin sentido, de estas cosas que no me pertenecen, que no son
de mi incumbencia. Yo sólo quiero ser feliz. ¿Es un pecado acaso querer
ser feliz? Tengo tantas cosas en mente que incluso no sé a qué darle
prioridad. Por un lado, pienso seriamente en tener hijos, pero a su vez
no querría tenerlos ahora. No porque no quiera, sino porque éste es mi
momento y no lo quiero desaprovechar. Como nunca siento que éste es mi
año, éste es el instante que debo aprovechar. El tren pasa sólo una vez
en la vida, a veces ni siquiera pasa, pero en mi caso está pasando y yo
no me quiero quedar cruzada de brazos viendo mis sueños desde afuera.
Muchos podrán decir que puedo esperar, que mis diseños pueden esperar,
que mi disco en inglés puede esperar. ¿Esperar qué? Si durante toda mi
vida esperé este momento para sentirme feliz y dueña de mi destino, de
mi porvenir, de mi dicha. Selena Etc. no es un capricho. Es mi sueño. Es
lo que desee toda mi vida. Yo no quiero llegar a vieja para hacerlo. No
voy a esperar a hacerlo para cuando ya no tenga ni las fuerzas ni las
ganas que tengo hoy. ¡¡Es mi presente, mi color!! Quiero que mis diseños
crezcan con mi carrera musical y vayan de la mano. Me gusta ser famosa,
pero por sobre todo me encanta que me amen. Es lo que quise toda mi vida,
es lo que desee toda mi vida, ¡¡es lo que esperé toda mi vida!! … No ...
Definitivamente quiero hacer esto primero. Que mi carrera musical ayude
a mis diseños. Primero quiero desarrollar todo lo que tengo en mi cabeza
desde hace muchos años. Quiero que mi nombre esté grabado en todo el
mundo, que todo el mundo hable de mí. Cuando haya logrado todo, podré
relajarme un poco, distanciarme del medio y pensar en agrandar la
familia. Hay tiempo. Hay mucho tiempo. Nada debe apartarme del camino.
No puedo olvidarme de que estoy grabando el soñado disco en inglés … ¡¡y
que encima mañana tengo que estar en Los Ángeles para dar un concierto!!
La gente hace meses que me espera allí y yo no los defraudaré. ¡¡Les
daré lo mejor de mí!!
¡¡Ay!! Otra vez esas imágenes, ese horror, esa pesadilla. Es la primera
vez que me pasa que algunas de esas imágenes se me presentan estando
despierta, como destellos que se disparan ante mí haciéndome estremecer,
¡¡haciéndome ver algo que no deseo ver!! ¡¡Tengo miedo, tengo mucho
miedo!!! Veo a esa persona que está por dispararle a la otra. Veo a la
otra que quiere escapar. Por un instante sólo cree que se quedará en la
amenaza, pero un movimiento y un grito lo hacen tomar conciencia del
peligro extremo al que está expuesta. Sabe que tiene que huir lo más
rápido que pueda, que no debe estar un instante más allí. No puedo ver
quiénes son pero las conozco, las vi en algún lado. No. ¡¡No puedo
permitir que ello suceda!! Corro desesperadamente para alertar, para
decir que no dispare, que no lo haga. Pero cuando yo aparezco en escena,
la persona amenazada me reconoce y me dice. “¿Qué haces aquí, Selena? ¡¡Corre,
corre, salva tu vida!!”. No alcanzo a descifrar lo que me dice cuando
veo que la otra persona me mira fijamente, se sonríe y me dice. “Al fin
viniste, Selena…”. ¡¡Ayyyyyy!! ¡¡No. No. No!!! No quiero ver más. ¡¡No
quiero saber más!! ¡¡Tengo que salir de aquí!! No quiero que se
despierte Chris. No quiero que se dé cuenta. No quiero que se den cuenta.
Tengo que irme. Es temprano, pero ya es hora. Es hora de solucionarlo de
una vez. Tal vez haya sido bueno haber visto parte de ese sueño
horrible. Al final, los sueños, sueños son. Tengo que sacarme esta
pesadilla. Tengo que sacarme este dolor. Tengo que ir a solucionar de
una vez por todas esta situación que me atormenta. Es hora de dejarlo
todo en claro. No necesito de ayuda. Será peor si mi papá interviene. Sé
que si le planteo las cosas, ella lo entenderá. Aprendí en la vida que
si uno va de frente sinceramente con la verdad todo lo puede, nada es
imposible. Ésta no será la excepción. Yo sé que podré. Ya no tengo miedo.
Sé que lo puedo enfrentar. Me iré sigilosamente y sin que nadie lo note,
y cuando se quieran acordar me tendrán de vuelta lista para grabar,
lista para viajar, siempre sonriente, siempre esperanzada en que todo se
puede lograr con voluntad y con mucho, mucho Amor…
Salgo a la calle en busca del auto. El aire está raro, espeso. Una
mezcla de frío y humedad estremecen mi piel. El cielo está oscuro,
amenazante. Hoy será un día feo. Intuyo que en la noche lloverá mucho,
pero por alguna razón intuyo que esa lluvia no me afectará, no me tocará.
Cuando estoy por llegar al auto, me doy cuenta de que no traje las
llaves. El miedo y el apuro me hicieron olvidar de ese pequeño detalle.
Encima las llaves las dejé en la habitación. Entro sigilosamente al
cuarto. Voy en busca de las llaves de la cómoda. Cuando las tomo y me
estoy por ir, veo que Chris da vuelta sobre la cama hacia mi lado, abre
los ojos y me apunta con su mano. Me estremezco al pensar que me ha
descubierto. Veo que dice unas palabras, cierra sus ojos y se vuelve a
acostar ... ¡¡Estaba soñando, pobrecito!! Por ahí él también tiene un
mal sueño. Me dio ternura y me acerqué para besarlo, pero desistí de
hacerlo. Tenía miedo de despertarlo y no debía hacerlo. Caminé despacito
y enfilé para la puerta. Cuando salí, me acordé de que debía pasar por
la casa de mis padres a avisarles de que por ahí llegaba un poco más
tarde para grabar. Era temprano, pero seguramente mi padre estaría
despierto. Pronto pensé que era innecesario hacerlo, pues en definitiva
podía ser que llegara sólo un poco más tarde y nadie se daría cuenta.
Además, mi padre sospecharía. No, es peor. Mejor no digo nada. Total en
unas horas me verán y nada notarán. En todo caso los llamo luego y les
digo lo que está pasando. ¿Cuánto tiempo me puedo demorar? No mucho …
¡¡Oh!! Allí está A.B. en el jardín de su casa. ¿Y si le digo a él? ¡¡No,
mejor no!! Está con su hijo. Tal vez se levantó temprano para llevarlo a
algún lado. No, mejor dejar todo así. Mejor no altero nada. Pronto los
veré y les daré mi mejor sonrisa sin que nunca sepan lo que me estuvo
pasando en estas horas. Pronto pasará todo. ¡¡Muy pronto!! Subo al auto
sin mirar más y con mi vista apuntando al Days Inn. Cuando estoy
saliendo veo que un niño me mira con mucha tristeza sin decirme nada.
Cuando volteo la vista para ver qué pasa no lo veo más. Me quedo
intrigada por ese espejismo cuando por la distracción casi embisto a un
hombre que andaba en bicicleta. Freno de golpe pensando que lo había
chocado. Pero para mi asombro, el hombre me sonríe enigmáticamente y
retoma su andar sin despegar su vista de la mía con su andar seguro a
pesar de que iba en sentido contrario…
Llego al Days Inn sin querer pensar más. Pasaron muchas cosas en mi
cabeza y siento que sólo hablando con ella aquí se despejarán mis dudas
y pronto acabará mi dolor. Cuando bajo, un dolor de cabeza tremendo se
apodera de mí y me hace cerrar los ojos. En ese instante de negrura en
mi vista siento un sonido de disparo que me estremece. Abro los ojos
gritando y lo primero que se me aparece en mi vista es aquel niño con
cara de tristeza que me sigue mirando fijo. Intento acercarme pero otra
puntada en la cabeza me hace cerrar los ojos. Cuando los vuelvo a abrir
el niño ya no está. De golpe suena un relámpago y en el medio de la
luminosidad veo a ese hombre en bicicleta que pasa por la calle que no
deja de parar de reírse mientras me mira. Entro en pánico. Quiero correr
y no puedo. Quiero correr a mi casa, pero está lejos. Lo único que está
cerca es la habitación de ella. Mejor voy para allá. Tal vez ella me
tranquilice. En definitiva, estoy aquí para que toda esta pesadilla que
antes era sueño y ahora es realidad se vaya definitivamente. Sé que hoy
será el último día que sufra. Sé que después de este día ya no habrá más
pena ni olvido. Esa frase me suena. ¿Dónde la habré oído? ¿De dónde la
habré sacado? No importa ahora. Lo importante es correr. Correr para
salir de esta lluvia. ¡¡Correr para salir de esta pesadilla!!…
(Ojalá, Selena, que todo esto sea sólo una pesadilla. Ojalá, Selena, que
algún día sepamos que esto que vivimos es sólo la pesadilla que nunca
quisiste contar, y que muy pronto podamos volver a verte para que tu
sueño se haga realidad y para que no haya más pena ni olvido. Ojalá que
esto sólo sea un mal sueño del que pronto, muy pronto, despertarás…)
El otro día leía un artículo sobre Selena en el que puntualizaba que no
había peor cosa que la palabra “hubiera” al hablar de ella, y
efectivamente, cuando uno ve hasta dónde han llegado determinadas
artistas como Shakira, cuando vemos cómo hasta la mismísima Jennifer
López no sólo ha llegado a la fama, sino que la comenzó a transitar
luego de que hiciera la película “Selena” y hasta llegó a hacer lo que
siempre deseó Selena que era hacer su propia línea de ropa, es cuando
uno piensa una y otra vez hasta dónde hubiera llegado Selena, en qué
lugar estaría hoy, qué modelo sería para los demás, qué hubiese hecho y
qué hubiese dejado en el camino, qué familia tendría, cuándo hijos
hubiese tenido, hasta dónde hubiese llegado en su carrera musical, hasta
dónde hubiese desarrollado su pasión por el diseño, qué lugar ocuparía
en el mundo, qué posición hubiese tomado ante los problemas del planeta,
cuánto influiría en este mundo con su presencia en todos los medios,
hasta dónde hubiese llegado su figura que todo lo podía y no tenía
oposición…
Efectivamente, lo más doloroso que nos pasa es darnos cuenta de que todo
lo de Selena es en potencial. Nos quedamos viendo la elaboración de un
proceso y no su culminación. Quedamos viendo esas hermosas imágenes de
una artista que iba logrando sus metas sin ningún tipo de barrera, sin
obstáculo alguno. Una artista que en cuanto empezó a ser famosa en la
región méxico-americana, inició una carrera meteórica en la que nada la
detenía. Su propia fuerza, su propia energía, sus propias ganas de
crecer y de progresar la investían de un poderío difícil de resistir.
Como dijo no hace mucho la mismísima JLo, Selena tenía una fuerza
imparable que se llevaba al mundo por delante. Para Selena, el único
inconveniente era ver cómo se podían sortear los obstáculos que se le
presentaban en el mundo de la música. Una vez logrado eso, nadie se
podía resistir y nadie podía no cobijarla en su seno. En poco tiempo
Selena pasó de ser la Reina del Tex-Mex a ser la Reina de la gente, la
artista más premiada, la que comenzaba a sorprender por su versatilidad,
que logró en tan poco lo que a muchos les hubiese llevado años. En un
año recibió el Grammy, participó como actriz en una telenovela, llenaba
estadios en México y Estados Unidos, participó en una película, giró en
otros países de Centroamérica, se consagró definitivamente en el ámbito
internacional con el disco “Amor Prohibido” y esperaba con ansias su
soñado disco en inglés. Tal vez lo más triste de Selena es que en ese
momento en su mundo estaban bien presentes las palabras “es”, “hace”, “voz”,
“talento”, “fama”, “energía”, “proyectos”, “consagración”, “giras”,
“discos”, “cine”, “televisión”, “actuación”, “estrellato”, “exposición”.
Pero en un minuto todo eso se transformó en lo que “hubiera sido”, en
todo lo que “hubiese llegado a ser y a hacer”. Selena pasó al pasado sin
que ese presente se presentara en su mayor expresión, sin que pudiera
brillar en toda su dimensión, sin ver cómo hubiese reaccionado ante los
distintos avatares que se le presentarían en su carrera al éxito total.
Selena pasó a ser un mito, una leyenda, pero no un presente hermoso de
su vida y una alegría para toda la gente que la amaba. Selena no pudo
hacer todo, se quedó en lo que “hubiera sido” y la gente se quedó
pensando, imaginando y hasta llorando con todo lo que podría haber
llegado a ser Selena en el mundo de la música, de la moda, de la
actuación, en este mundo tan difícil que Selena lo hacía tan hermoso tan
sencillo, tan feliz, tan amado, tan añorado…
El que ama a Selena queda azorado, solo, con esa tristeza en su corazón
que nunca podrá apartarla. “Siempre estará presente la tristeza al
recordarla”, decía A.B. y nada más cierto. Por más que se la recuerde
con alegría, por más que se pretenda olvidar su destino, por más que se
recuerde sólo su música, por más que se pretenda superar todo buscando
no entristecerse al evocarla, siempre tendremos una lágrima que se nos
brotará en algún momento, una mueca de tristeza, impotencia y sinrazón,
un meneo de cabeza, una mirada perdida buscando una explicación, un
ruego de que esto no sea cierto, una necesidad imperiosa de volver el
tiempo atrás para aplacar tanta locura, tanto sinsentido, tanta
insensatez. Porque por más que queramos olvidar todo, por más que nos
encerremos en el Mundo de Selena sin ver lo que pasó aquel nefasto 31 de
marzo, siempre veremos la consagración de una artista en Hollywood, la
gira a todo el mundo de otros, miles de fans y admiradores dedicándole
todo su Amor y todo su cariño, miles de personas en todo el mundo
coreando su nombre, y eso inevitablemente nos hará recordar que Selena
debería ser una de esas artistas que tendría que estar allí y no ser un
“hubiera”, un pasado que alguna vez fue un presente hermoso, un
potencial que perdió sus fuerzas en un instante, una convicción y una
seguridad que no eran tales a la hora de enfrentar un problema que nunca
debió tener esa dimensión y ese final. Tal vez al ver esos artistas nos
preguntemos una y otra vez cómo Selena no está allí, cómo si ella tenía
todo el talento, toda la fama, todo el reconocimiento, toda la
proyección, toda la planificación, se quedó en el camino, termina presa
de algo que pudo haberse evitado, que pudo haberse prevenido. Nos
preguntaremos una y otra vez cómo Selena ya siendo una artista preparada
y con el camino allanado al éxito no pudo resolver esta ecuación tan
simple para algunos, tan difícil para otros. Nos preguntaremos cómo
estando la banda tan preparada para todos los desafíos no pudo llegar a
pegar el último y gran salto a la fama. Nos preguntaremos si acaso en
algún aspecto no estaban tan listos como parecía y que aquel nefasto día
lo puso en evidencia. Nos preguntaremos cómo Selena pagó tan caro
errores que no le pertenecían y que no estaba en sus manos manejar. Nos
preguntaremos si acaso Selena se dio cuenta de todo cuando ya era tarde…
Todos lo que amamos a Selena convivimos con el “hubiera” y nos quedamos
con esa sensación de hacer algo por su recuerdo. En un punto sabemos que
ese “hubiera” estaba a un paso de ser “es”, y con ese espíritu la
recordamos y tratamos de mantener vivo su recuerdo. Vivimos recordando,
hablando, compartiendo, convenciendo, tratando de no dejar a Selena aun
más sola de lo que estuvo aquel día. Conviviremos con la idea y la
seguridad de que una cosa que saliera diferente aquel día aclaraba las
cosas y para bien de Selena. Conviviremos con la idea de que evocamos a
alguien que ya no genera noticias y novedades propias, que debemos
juntar el valor y las ganas para divulgar aquello que hizo y dijo, que
debemos dejar el corazón para recordarla, que debemos mitigar el dolor
que nos genera todo tratando de mostrar lo que Selena era como artista y
como persona, y aun así es muy difícil tratar de llevar adelante todo.
Mostraremos sus fotos, describiremos cada concierto, escribiremos los
sentimientos que genera, diremos que fue una artista única e irrepetible
y nos inundará el dolor de no poder refrendar aquello mostrando lo que
sería Selena ahora. Tendremos que juntar todo el valor y toda la energía
que tenía Selena para poder hacer un recuerdo que esté a la altura de lo
que semejante artsita dejó para toda la gente. Y es allí que se nos
figuran las imágenes de una Selena que necesita que se la recuerde con
Amor y que se sienta admirada todos los días. No hay peor cosa que pase
un día sin hacer algo por ella, pues si ello sucede implicaría revivir
aquel día nefasto. No podemos dejar de olvidar que ese día Selena estaba
sola, no estaba con su gente, no estaba comunicada con los que la amaban
de verdad, no estaba encontrándose con su familia. Y al ver esta triste
realidad de un mundo sin Selena, trataremos de no dejar sola a Selena,
que nunca sienta la sensación de que se ha ido insólitamente de este
mundo y que ya nadie la recuerda. El que ama a Selena siente como un
puñal en el pecho el hecho de que pase el tiempo y que ya no haya tanto
interés en los grandes medios internacionales en recordarla como se debe
y sólo busquen alentar a muchos artistas para que de alguna manera sigan
o emulen el camino de Selena sin tomarla como ejemplo, sólo para
relacionar sus figuras con la de ella, o peor aun, que relacionen sus
vidas con la de Selena para asegurar su fama. Hacer esto es como atentar
contra Selena. El que ama a Selena quiere que se la recuerde a ella,
sólo a ella, y que se le dé un recuerdo digno a su figura…
Tal vez tengamos la tarea más difícil, pero no por ello no grata, que es
recordar a Selena con Amor, y tratando de valorar lo que fue y lo que es,
y no quedarnos con los hubiera o lo que pudo haber sido. Tal vez sería
bueno recordar cómo lo hecho por Selena ha sido la motivación de tanta
gente. Tal vez sería bueno que artistas hoy tan conocidas puedan darles
las gracias a Selena y dedicarle alguna canción, algún recuerdo. Porque
los que amamos a nuestra Selena sabemos que ella vivirá con nuestro
recuerdo, con nuestro Amor, a través de nuestros latidos, de nuestros
sentimientos. En nuestro recuerdo no está solamente que no debemos
dejarnos abatir por los que nos proponen que nos olvidemos, que nos
resignemos, que nos refugiemos en nuestra soledad para evocarla a
Selena, tal cual ella estaba aquel nefasto día. En nuestro recuerdo
siempre primará el sentimiento de que ella volverá, de que ella retomará
el camino perdido, Y que allí estaremos nosotros para esperar ese
momento recordando todo lo que hizo, todo el Amor desparramado, todo el
talento desplegado por doquier. Nos quedará el deber de darle a Selena
el sentimiento de que estará siempre acompañada y de que se la recordará
por todo lo que dejó en este mundo. Nos quedará el sentimiento de dar
sin esperar, de entregar todo el cariño para que ella esté contenta
donde quiera que esté. Nos quedará ese Amor sin medida, esa admiración
sin igual, esa sensación de que estaremos con el Alma al desnudo cuando
hablemos de ella y la evoquemos. Nuestra artista no puede estar aquí
para que nosotros divulguemos sus actividades y lo que va a ser en el
futuro. Están allí sus fotos, sus imágenes, todo lo que dejó, y nosotros
tendremos que evitar que sean sólo “Fotos y Recuerdos”. Tenemos que
darle ese sentimiento que nos da el saber que somos pocos quienes
tuvimos la oportunidad de conocerla y de saber que estábamos ante una
artista única e irrepetible, diferente, dueña de una gran voz y de un
talento impresionante. Tal vez más que nunca sea necesario que la gente
que la ama proponga que no hay que resignarse, que hay que poner en
práctica aquellas palabras de Selena, en las que “lo imposible siempre
es posible”. Tal vez deberíamos no ser mezquinos y pensar sólo en el
bolsillo, las conveniencias y las especulaciones a la hora de mostrarle
al mundo todo lo que hizo Selena no sólo en un estudio de grabación,
sino, fundamentalmente, en vivo, en esos memorables conciertos tanto en
estadios como en estudios de televisión. De nada nos sirve tener la
mejor tajada o salir victorioso de una contienda. Ya nos ha quedado
claro eso viendo lo que terminó pasando con Selena por ello. Sólo nos
sirve recordar a Selena con Amor, esperarla con ansias locas y soñar con
que nada de lo malo haya realmente sucedido…
Siempre recordar y evocar a Selena tendrá un dejo de dolor, porque el
“hubiera” siempre estará. Muchos como yo nos hemos acercado a Selena
justamente por no saber explicar por qué le había pasado todo esto, y
finalmente terminamos cautivados por una artista que dio todo, que nos
sorprendió con su voz, que nos cautivó con su presencia, que nos enamoró
con su actitud, que nos hizo partícipes con sus saluditos, que nos
agradeció por su participación. Siempre sentiremos que nadie fue como
Selena, que nadie tenía esa forma de expresar sus sentimientos, que
nadie tenía esa naturalidad para cantar y expresarse, que nadie tenía
esa facilidad para generar la atención de todos con su sola presencia.
Tal vez sintamos que es hora de seguir recordando a Selena tal cual fue
y tal cual lo quiso transmitir. Tal vez tengamos que despojarnos de todo
para darle un lindo recuerdo. Cuando sentimos el “hubiera” y vemos el
presente de otros artistas, es cuando sentimos que nuestro recuerdo y
evocación a Selena deben ser diarios, y con toda la fuerza y el Amor.
Sólo así la mantendrá viva y su Legado estará intacto. No alcanzan sólo
los aniversarios y las fotos más sentidas emitidas por los que la
recuerdan. Es necesario retener todo lo que hizo, no cerrar todo lo que
tenga que ver con ella y entender que para recordarla hay que hacer algo
por ella todos los días. Y si se logra hacer que el mundo repare en lo
que hacemos, mejor, pues siempre habrá gente con ganas de dar todo para
que Selena sea recordada y admirada por todo lo que hizo. Por eso no me
resigno a la posibilidad de que muchos artistas le hagan un homenaje y
le dediquen su mejor recuerdo. Yo sigo esperando que le digan gracias a
Selena, canten alguna canción de ella y hasta contribuyan a su Legado.
Yo sigo esperando que algún día Selena sea escuchada en todos los países
y en todos los idiomas gracias a su talento y a todo nuestro esfuerzo…
Tal vez si tuviéramos aunque más no sea el esbozo del Amor de nuestra
Selena nos daríamos cuenta de que podemos quitar esa molesta palabra
“hubiera” y podamos hablar de presente, de realidad, de reconocimiento,
de Amor, de cariño. Si somos capaces de tener la constancia, la energía,
el Amor, la destreza y el talento de nuestra Selena, podremos asegurar
que por siempre y para siempre Selena estará presente, y que siempre
estará viva para gracia de su gente … Si pudiéramos llegar a eso, al
menos Selena podrá estar presente a través de su propio y exclusivo
medio y mérito, y con nuestra energía y constancia … A mí me sigue
doliendo cuando hoy artistas latinos tan reconocidos mundialmente giran
por Estados Unidos, por Europa, y se los aclaman y reconocen. Y no es
que me duela porque no se lo merezcan ... No ... Me duele porque ese
camino que ellos transitan lo inició Selena. Selena les abrió el camino
a los latinos cuando nadie tenía la facilidad para ingresar a esos
países, a esos mercados. En aquellos ’80, en aquellos ’90, era
inimaginable que algún latino tuviera el éxito, el reconocimiento y el
efecto masivo en países anglosajones. Era impensado que un latino
tuviera un éxito mundial, que fuera convocado a grandes eventos
artísticos, deportivos, culturales. Hoy eso impensado se hizo realidad
gracias a Selena. Selena inició ese camino cuando las posibilidades eran
nulas y cuando nadie pensaba en el poder de los latinos. Ni siquiera se
pensaba en que alguna vez algún artista tejano podía tener éxito en
México. Selena hizo realidad primero que una mujer arrodillara Texas a
sus pies, que México se enamorara de una tejana, y que Estados Unidos se
fijara y admirara en esa latina, esa latina que hablaba inglés y que
cantaba en español, que primero cantó en español para una vez logrado el
éxito, se preparara a ser admirada en inglés y de allí al enamoramiento
mundial. Esto último nos remite nuevamente, y lamentablemente, al “hubiera”,
pero ese camino hizo posible lo que antes era imposible y que fuera
aprovechado por otros … gracias a Selena. El éxito de ellos es el éxito
de Selena. Hace 16 años entre los 200 más famosos en Estados Unidos
había sólo 2 latinos, uno de ellos era Selena. Hoy hay muchísimos más, y
todo gracias a esta artista única e irrepetible, y por suerte muchos de
ellos lo saben y se lo agradecen todos los días…
Es por todo eso que, a pesar de nuestro dolor, de ese dolor de no poder
ver a Selena transitando el camino que ella misma inició y que lo están
disfrutando otros, podemos transformar ese “hubiera” en algo que “es”,
en ese “es” que no es sólo expresado en el éxito de tantos artistas
latinos, sino en el reconocimiento, en la admiración, en el
enamoramiento, en la sorpresa y en todos los sentimientos que sigue
generando Selena aun hoy y por siempre. Porque lo que ha generado Selena
no es patrimonio de una época, no es el producto de una moda, no es el
fruto de una generación. Lo que genera Selena es consecuencia de su voz,
de su talento, de su carisma, del poder de sus actuaciones en vivo, del
sentimiento que despliega, del Amor que transmite. Y eso no tiene límite
de tiempo, no hay barrera que lo detenga. Ese sentimiento que transmitía
Selena estuvo siempre, estará siempre y permanecerá en el aire que
respiramos aunque ya no estemos aquí nosotros, aunque ya no haya más
nadie para poder contarlo…
Por eso siempre estaré aquí Selena, para que siempre estés presente,
para que veas y sientas que no estamos aquí por lo que hubieras sido
sino por lo que eres a través de tu talento, de tu Amor y de nuestros
corazones que sólo laten por ti…
Cuando llega el día del cumpleaños cada uno hace balances, piensa en lo
que ha hecho el último año y proyecta lo que hará en el siguiente. Pero
sobre todo en los cumpleaños uno pide deseos. Y en esos deseos uno
expone lo que realmente es y lo que realmente quiere. En ese deseo de
que algo se dé o de que algo se cumpla están nuestras ambiciones,
nuestros nobles sentimientos, qué tanto necesitamos para ser felices, si
somos egoístas o altruistas, si pensamos en nosotros o en los demás
cuando pensamos en nuestras prioridades, en aquellas cosas que más nos
gustan y más deseamos que se cumplan. La vida me agarra en estos días
cumpliendo años y escribiendo sobre Selena, acaso porque en aquella
lista de prioridades primero está en dedicarle todas las semanas parte
de mi vida a escribirle a Selena, a darle mi mejor recuerdo, el mayor de
los agradecimientos. Se me dirá que soy esquemático, que soy obsesivo,
que no tiene sentido hacer todo esto. Y para mí hacer esto por Selena es
más importante que mi propio cumpleaños. Yo al menos tengo la
posibilidad que Selena lamentablemente no tiene, que es poder levantarme
y poder gozar de algo tan hermoso como es la vida, con su pro y con su
contra, con lo bueno y con lo malo. Y como sé que eso que Selena tanto
lo merecía no lo puede tener, yo al menos le doy parte de mi vida para
que viva a través de la mía, de mis palabras, de mis recuerdos, de mi
admiración, y con la esperanza de que algún día seremos muchos que con
nuestro Amor la hará volver a pesar de todo, para certificar de que nada
es imposible…
En mi cumpleaños yo sólo deseo lo mejor para Selena. Yo sólo deseo poder
levantarme y verla en todos lados, desparramando su alegría por todo el
mundo, triunfando, sorprendiendo en cada país, en cada cultura. Nada más
quisiera verla feliz haciendo lo que le gusta, disfrutando cada canción
interpretada, mostrando con orgullo sus diseños, siendo el ejemplo de
toda una generación, ser el bálsamo para tanta gente, la esperanza de
tanta otra. Quisiera ver un mundo feliz disfrutando de sus triunfos,
verla feliz recibiendo tanto cariño, ¡¡tanto Amor!! Si hay algo que
desearía que se cumpliera es ver no sólo la gente acercarse a ella por
un autógrafo, o para estar con ella y sacarse una foto. Quisiera ver que
se la toma como un ejemplo y no como un ídolo más del momento que un día
se quiere y el otro se olvida. Quisiera certificar que la gente se
acerca para agradecerle, para darle un abrazo, para dedicarle las
mejores palabras de aliento. Yo quisiera ver hoy a Selena siendo
admirada por todos, que sólo a través de ella prevaleciera el Amor, la
tolerancia, la comprensión. Quisiera ver que el mundo viera quién ha
triunfado y quién es la artista más querida del mundo. Quisiera que en
mi cumpleaños se me hiciera posible ese deseo. Renunciaría a todo lo que
me diera felicidad para verla a Selena con nosotros. Porque verla a ella
con nosotros me daría esa alegría completa, soñada, ampliamente deseada.
Verla a Selena entre nosotros, aunque nunca me pudiera acercar a ella,
sería la mayor de las felicidades. Colmaría todos los otros deseos que
terminan siendo ampliamente banales al lado del que deseo para nuestra
Selena…
Quisiera en mi cumpleaños no tener que ver cosas de Selena y menear una
y otra vez mi cabeza buscando una explicación a tanta locura, a un acto
tan salvaje. Miro el video de “I could fall in love” y me es inevitable
llorar en el último tramo. Es ver el video y recordar cada imagen, cada
canción, cada concierto. Es recorrer con los ojos la figura de Selena y
casi a memoria describir de dónde viene tal foto, a qué corresponde tal
video, tal imagen, tal concierto. Podemos adivinar todo lo que
significan aquellos momentos felices, pero en aquel video llegamos al
último minuto en el que la canción llega a su clímax y en el que Selena
saca su mejor condición de cantante, vemos esos hermosos momentos de
Selena en el concierto del Far West Rodeo 1994, en el de San Antonio
1991, en el de Corpus Christi 1993, en los del Astrodome 1993, 1994 o
1995, o en sus videos tan recordados como el de “No me queda más”, “Bidi
bidi bom bom”, “La llamada”, “Donde quiera que estés”, “Amor prohibido”
y uno no puede evitar llorar. Jamás pude evitar el llanto en ese momento
porque aquello tan lindo se ha ido, aquellos momentos tan hermosos
terminaron abruptamente. Vamos cayendo en la realidad de que es un
típico video homenaje de alguien que ya no está, vamos cayendo en la
realidad de que aquella hermosa canción que Selena está cantando nunca
la pudo hacer en vivo, no tenemos imagen ni ningún video que registre
ese momento, esa grabación. Sabemos que esa melodía es apenas un
muestrario de lo que Selena estaba haciendo, que nunca sabremos cómo
hubiese sido el resultado final de ese disco ni su repercusión real.
Tendremos que conformarnos con las imágenes de la película, con ver a
Jennifer López interpretando su paso fugaz de esos momentos y es
entonces cuando la desolación se apoderará de nosotros. Más de una vez
me he quedado mirando la computadora luego de esas imágenes, deteniendo
mi vista en la nada y tratando de buscar una explicación, algo que me
consuele, algo que me dé una idea medianamente lógica de por qué tenía
que terminar todo así. Más de una vez busqué entender por qué se llegó a
esto, qué pasaba antes de todo esto y no hay nada que me dé una mediana
tranquilidad. Sabré tal vez las condiciones que propiciaron este abrupto
final, entenderé por qué esto no se podía prever, pero aun así no
entenderé como lo sucedido aquel nefasto día no se pudo al menos evitar
siendo que hubo más de una condición para pensar que estando
medianamente atentos pudo haberse evitado…
El otro día observaba con satisfacción alguien que es fan de Shakira que
se enteró de Selena y comenzó a interesarse por ella y por su obra.
Entró al Foro de Selena en Univisión y comenzó a pedir precisiones sobre
qué discos escuchar primero, qué opinábamos de lo que sucedió, qué
lugares visitar relacionados con Selena, cómo adquirir algunas cosas de
ella, y conforme le íbamos diciendo, ella aparecía ya no sólo para
preguntar, sino para acercar videos de Selena que le habían gustado,
imágenes de Selena que le habían impactado y hasta llegó a cambiar su
banner de Shakira por otro de ella y de Selena. Cuando veía eso, no sólo
me dio satisfacción, sino que revisé mi propia llegada a Selena y noté
que, de algún modo, a mí me había pasado algo similar. Y allí entendí
que todos lo que terminamos queriendo a Selena no nos contentamos con
admirarla comprando sus discos o viendo sus videos. Necesitamos algo más
que eso, necesitamos expresarle nuestro cariño, nuestro Amor, nuestra
admiración. Y esta sensación no ha surgido sólo por su trágico final
sino por lo que siempre ha generado Selena. Ya en vida Selena generaba
esas cosas. Se lo habían hecho notar a la misma Selena en el programa
“En vivo”, de Ricardo Rocha, cuando le señalaban que no sólo era una
artista que vendía muchos discos y que era popular por sus conciertos
multitudinarios. También le señalaron que Selena generaba cariño en la
gente. Esa gente necesitaba acercarse a ella para agradecerle, para
hacerle notar lo que le generaba esa artista con su canto, con sus
expresiones, con su talento, con su bondad, con su predisposición, con
su forma de expresarse, con su forma de tratar a la gente. Selena no era
una artista más. Era diferente porque ella no creía que el haber llegado
a la fama era sólo producto de su propio mérito como cantante sino por
el cariño de su público. Sabía que el público la había puesto allí, en
ese lugar privilegiado. Y ella también agradecía como lo hacía el
público. Selena hizo realidad las palabras que muchas veces se
maltratan, pues muchos artistas la usan demagógicamente para ganarse
fácilmente a la gente. Selena no decía “Sin ustedes aquí nosotros no
somos nada” para contentar a su público con palabras bonitas. Selena
ponía en práctica lo que ella decía en teoría. Y el público se lo
agradecía con creces. En un video podía apreciar cómo alguien se
acercaba a Selena para pedirle que saludara a su hija que iba con
timidez atrás. Selena se dio vuelta para saludarla y cuando advirtió que
se refería a su admiradora corrió a saludarla. Cuando la admiradora vio
ese gesto de Selena, no pudo evitar abrazarla con emoción ante semejante
gesto de su ídolo. Selena estaba por subir al escenario para dar un
concierto. Estaba sola, sin guardaespaldas y sin nadie que espantara al
público para que la “dejaran tranquila”. Éstos son los gestos que
provocan el Amor que se le tiene a Selena, cuando uno advierte que
Selena no sólo generaba admiración como artista sino también como
persona…
Tal vez cuando uno advierte esto es cuando uno le cuesta aceptar
semejante cachetazo de la realidad, que no se mitiga con el paso del
tiempo. El odioso paso del tiempo se encarga de erosionar esa figura que
alguna vez fue la realidad alegre y hermosa que tuvo un presente, que se
transforma en ese pasado idílico y tan soñado, y que en algún momento se
convirtió en un sueño que se estaba cumpliendo, que era real. Era un
cuento de Cenicienta con un final feliz y real, pero que alguien se
encargó de privarlo. Una felicidad que se le privó a la gente, y un
sueño que se le quitó a Selena. Tal vez es tan triste, tan doloroso, tan
indignante lo que ha sucedido que cuando uno se apega a Selena, cuando
uno la admira por todo lo que hizo, por todo lo que dejó, es cuando uno
se aferra a todas sus cosas, la escucha una y otra vez, la ve todos los
días, sueña con que algún día ella regresará. Cuando uno ve esos gestos
como la admiradora de Shakira, tal vez advierta que Selena genera eso
cuando uno se la empieza a querer. Selena no genera medias tintas, no se
la admira un poquito, no se le presta un poquito de atención. Se la
admira totalmente, con todo el corazón. Desde luego que su ida de este
mundo potencia todo, pero la admiración que generaba Selena siempre
existió, siempre estuvo. La admiración, el cariño, la fama misma no
vienen de la nada. La ida de este mundo no genera por sí sola ventas
inusitadas de discos ni un Amor que antes era indiferencia. La ida de
este mundo de Selena acaso potenció lo que ya existía, lo que ya estaba
instalado en la gente. Selena era admirada en Texas desde pequeña. Ya
recibía premios en los Tejano Music Awards desde que tenía 16 años y
desde antes ya estaba nominada a dichos premios. Mucha gente ya la
conocía por sus conciertos en cada pueblo, en cada lugar que ella
recorría en su bus. Antes de que se instalara en los grandes medios de
comunicación por sus grandes éxitos, había mucha gente que ya la amaba
desde hacía mucho tiempo. Antes de que muchos se enteraran de ella por
sus discos más afamados, por sus grandes premios como el Grammy, Selena
ya era una artista reconocida. Selena ya tenía una historia antes de que
muchos la descubrieran. Por eso la confusión de muchos al creer que su
partida generó semejante éxito en ventas y la admiración de millones. La
situación fue inversa. Fue precisamente su fama entre el público lo que
provocó el descubrimiento de muchos de lo que significaba Selena para
tanta gente. Tuvo que pasar lo peor para que muchos se dieran cuenta de
que la realidad estaba fuera de lo que decían dichos medios de
comunicación, que la realidad no sólo pasaba por allí y que estaba entre
la gente. Por eso para muchos Selena era la artista del pueblo, la que
surgió entre el público, la que llegó a lo más alto de la forma más
difícil de llegar, y que sólo Selena lo logró con talento y mucho Amor…
Cuando uno descubre a Selena tal vez empiece a advertir luego de verla
varias veces que detrás de la gran cantante había una artista que no
necesitaba de las grandes luces artificiales para llegar a lo más alto.
Tal vez advierta lo que no había notado antes. Que tras ella no había ni
estruendosas luces, ni grandes pantallas que sobredimensionaran sus
shows. Tal vez hasta adviertan que tras Selena no había grandes medios
de comunicación que hablaran todo el día de ella para instalarla entre
el gran público consumidor. Selena era algo real que estaba entre la
gente. No era algo artificial que se presentaba en cualquier lado como
la gran novedad. No había una gran corporación tras ella que la
presentara como la continuadora de tal o cual artista, o que la mostrara
como la gran novedad ignorada hasta entonces para la mayoría de la
gente. No era una artista que con un video instalado en la red ya tenía
millones de admiradores. Selena no era una artista anónima con
admiradores también anónimos. Selena no necesitaba disfrazarse para
llamar la atención, no necesitaba inventar un personaje o reinventarse
para generar que una legión de admiradores la amaran de un día para al
otro. Selena era real. Llamaba la atención siendo tal cual era. Selena
se mostraba en el escenario tal cual era en la vida. Difícilmente en
estos tiempos en los que la realidad se ve a través de las computadoras,
podamos ver y apreciar la dimensión de Selena, todo lo que ella ha
generado por sí sola. Porque todo lo que generaba Selena lo hacía
estando ella presente en carne viva ante su gente. Para captar su
esencia, para advertir y sentir todo su potencial uno debía vivirlo a
través de lo que transmitía en el escenario. Y en el escenario la figura
era ella con su voz, con su risa, con su talento, con su baile, con sus
saluditos, con su presencia, con el contacto con su gente. Selena
llegaba a su punto más alto viéndola en vivo, observando cada una de sus
actuaciones. Ni un disco ni un video ni una grabación podrán captar la
dimensión de Selena en el escenario y con su presencia. Hasta diría que
si en sus conciertos ponían muchas luces, mucha pirotecnia, mucha
artificialidad para sobredimensionar sus actuaciones, todo le hubiese
jugado en contra porque se perdería su espontaneidad, todo lo que ella
hacía naturalmente, y la reacción espontánea de un público feliz con su
presencia y siempre sorprendido por ese plus que les daba Selena en cada
actuación. Por ello, cualquier ingrediente artificial a sus actuaciones
le hubiese quitado su esencia, hubiese empañado la naturalidad con la
que Selena se movía en público y lo que provocaba entre la gente con sus
actuaciones. Estoy seguro de que si hoy estuviera Selena muy diferentes
serían las cosas. Se valorarían otras actitudes, otros gestos, otros
artistas. Habría otros valores, habría otras necesidades. Con Selena la
gente sería feliz y no tendría necesidad de llenar sus vidas con
felicidad artificial. Selena les daría el Amor que necesitaban recibir
de un artista, recibirían la atención y el cariño que muchas veces se
les ha negado. Con Selena no necesitarían de tantos paliativos para
calmar su propia desolación y falta de Amor…
Tal vez por eso se la llora a Selena. Tal vez por eso uno se pone muy
triste al verla en los buenos tiempos que se fueron tan rápido. Cuando
uno ve a Selena al final del video “I could fall in love” en esa escena
tomada del video “No me queda más”, en la que va en una calesita y que
extiende su mano para tomar la sortija es cuando el dolor se hace
grande, inmenso. Dan ganas de extender el brazo para tomar su mano, para
salvarla de su suerte, para compartir con ella todo, para no dejarla
sola, para darle la vida que no tiene, para darle la esperanza que
parece irremediablemente perdida. Cada día todo aquel que ama a Selena
quisiera poder revertir todo, poder darle la posibilidad de hacer
realidad los sueños que ella tenía para sí y para los demás. No es que
sólo querríamos que Selena estuviera aquí para hacernos felices.
Nosotros querríamos que Selena estuviera aquí para que ella fuera feliz
y con su felicidad hacernos feliz a todos nosotros. Los que admiramos a
Selena soñamos con que algún día podamos vivir y sentir la sensación de
que se ha hecho realmente justicia con ella y con su historia. Apenas, y
por momentos, podemos evadirnos de la realidad y sentir que aquello
nunca pasó, pero siempre en el momento menos pensado, en una fracción de
segundo recibimos ese cachetazo, esas imágenes finales que no queremos
ver, que no deseamos que hayan ocurrido, que sean producto de una
pesadilla y nada más, como aquella que siempre contaba Selena que había
experimentado y que nunca la quiso contar por el miedo que le generaba,
acaso como si esa pesadilla fuera el aviso inconsciente que le decía lo
que le iba a pasar, o como un mensaje del futuro enviado por cualquiera
de nosotros a través de “taquiones”, tal como se lo mostrara en la
película “El príncipe de las tinieblas”, de John Carpenter. Siempre en
youtube o en cualquier página web veremos esa imagen de Selena que no
queremos ver y que se presenta siempre aun sin nuestra voluntad. Eso es
lo que querríamos que sucediera: no tapar la realidad, no evitar verla,
sino cambiarla. Poder permitirnos tener un mundo feliz y contento, un
mundo bueno y justo. Un mundo con Selena aquí entre nosotros…
Eso es lo que deseo en mi cumpleaños, que volvamos a tener a Selena
entre nosotros, que podamos permitirnos ser felices con ella en este
mundo, que ella sea feliz con su vida, que pueda permitirse soñar y
cumplir sus sueños por su propia voluntad y energía. Quisiera que el
ejemplo de Selena nunca se pierda, que ella sea el ejemplo para todos,
el camino a seguir, que nuestros esfuerzos sean para que todo lo que
haya hecho no sea en vano, inútil, que ella pueda observar con felicidad
que la gente la ama y la espera, y que nuestro clamor le haga a Selena
pedir a Dios si puede volver con nosotros y Él con su bondad asentir
sabiendo de antemano lo que generaría tal decisión … Simplemente la
felicidad, simplemente la esperanza, simplemente la alegría, simplemente
la algarabía de toda la gente que la ama de verdad y que aún la espera…
Esto lo único que deseo para mi cumpleaños … Que Selena vuelva a estar
con nosotros para que sea feliz con el Amor que sólo ella ha generado…
Lo desea de todo corazón, ese corazón que sólo pertenece a Selena…
Cuando uno experimenta en la vida cosas desagradables, cuando uno es
víctima de gente malvada, manipuladora, que es capaz de hacer daño a
cualquiera, sean amigos, conocidos o extraños, siempre me acuerdo de ti,
Selena, acaso porque tú has sido víctima de gente a la que tú le
confiaste tantas cosas y has recibido la peor de las maldades en un
momento en el que seguramente tú nunca hubieses imaginado que recibirías
semejante castigo…
La vida parece empecinada en recomendarnos en no ser honestos, ni
frontales ni dadivosos. Tal vez la vida no premie a aquel que se muestra
tal cual es. Tal vez la vida nos recomienda que nos manejemos en la vida
como si jugáramos al póker. Parece más importante siempre estudiar al
rival, ver sus habilidades, sus debilidades, sus puntos débiles, y a su
vez mostrar lo menos posible de uno, con el único objetivo de lograr
ganar, de vencer al otro, de dejarlo desnudo, de manipularlo y sin
posibilidades de nada, de no poder reaccionar ante la sorpresa, ante la
derrota, de que sólo actúe de acuerdo a nuestras necesidades…
La vida nos enseña que puede aparecer alguien a quien conocemos en mayor
o menos medida, venir de la nada y endilgarnos cosas que no hicimos ni
dijimos, acusarnos de cosas que no realizamos, manchar en público
nuestra imagen y reputación, e invitarnos a una pelea y a un terreno que
nosotros ni buscamos ni quisimos, y luego colocarse en víctima de lo que
presuntamente hicimos y de lo que podemos hacer como reacción. Y muy
pocas veces podemos darnos cuenta de que lo peor que podemos hacer es
entrar en ese juego macabro que esa persona conoce muy bien y lo maneja
a la perfección. Cierto día en el trabajo veía a una persona que con
total impunidad increpaba a otra acusándola en público de algo que no
había hecho, y aunque esa persona pueda demostrar que no ha hecho nada,
el daño hecho está, y tal vez nunca pueda dar vuelta esa situación tan
desagradable. Podía advertir cómo esa persona se contenía para no entrar
en una contestación violenta producto de la indignación que le generaba,
pero entendí que lo que hacía era lo más conveniente, pues si le
respondía hasta con una agresión verbal, el victimario se convertía en
víctima, y la victima en victimario. También podía entender que aunque
se le retorciera el estómago por lo vivido, lo más conveniente era
callar, ser fuerte pero a la vez ser diplomático en la contestación y
resolver las cosas desde otro lado. La otra vía podía ser su crucifixión.
A veces, para preservarse es mejor actuar así, más cuando uno está en un
ámbito en el que todo no depende de uno…
Y cuando uno ve o experimenta estas cosas, me acuerdo de ti, Selena.
Porque tú fuiste la única víctima de todo esto. Tú pudiste ver y sentir
el peor de los ataques de una forma que ni tú ni tu familia podían
prever que surgiría. Tal vez en un minuto, en un segundo, pudiste ver
cómo lo que estaba oculto salía a la luz y que no tendrías ni tiempo
para salvarte o al menos para recomponer las cosas. Acaso en un segundo
pudiste apreciar cómo es realmente un psicópata, que no hace tan visible
ni evidente su accionar, como muchos creen, que es mucho más inteligente
de lo que uno supone. Las personas como aquella que te quitó todo pueden
estar años sin dar ni medio indicio de sus planes, de sus objetivos, de
lo que realmente quieren hacer con uno y con los demás. Estoy seguro,
Selena, de que ni tú ni tu familia imaginaron que esa persona
innombrable era realmente así, pues ustedes no se manejaban con esos
códigos, de esa manera. Pero los psicópatas son así. Pueden aparentar
ser normales, pueden adoptar en los medios en los que se desenvuelven
una actitud de bajo perfil, estar alertas de todo lo que sucede a su
alrededor, quedar callados por años y sólo hablar por lo bajo ante
determinadas personas que son de su absoluta confianza. Mientras tanto,
van haciéndose amigos de la gente que ellos desean manipular, van
ganándose la confianza de todo y van asegurándose de que todos actúen
tal cual ellos desean. Y si algo se sale del plan, si alguno quiere
apartarse de lo que ellos han construido, primero se asegurarán de “convencerte”,
de que vuelvas a su ámbito, a su cuidado, a su “confianza”, y si no lo
logran, entonces, antes de perderlo definitivamente, antes de que esa
persona se desenvuelva sin ella, allí mostrarán la verdadera cara y no
dudarán en destruir lo que ellos mismos habían construido, porque en
definitiva eso que ellos mismos fueron armando por años ya no lo pueden
manejar, ya no lo pueden seguir manipulando. Y no dudarán en mostrarse
en ese momento fatal como el peor de los enemigos. El paso de ser el
mejor amigo al peor de los enemigos surge para la víctima en un minuto,
cuando ésta ya no puede hacer nada ... En un minuto se da cuenta de lo
que la víctima ha venido planificando por años…
Te sería muy triste, Selena, darte cuenta de que aquella persona que te
quitó todo nunca paró de vanagloriarse de lo conseguido no sin antes
mostrarse cómo la víctima de acoso, de celos y de un plan orquestado por
tu propio padre. Y más triste te pondrías de las cosas que llegó a decir
de ti en todos estos años, en todo este tiempo. Te sentirías recibiendo
una y otra agresión, como si esa persona reviviera una y otra vez lo
hecho aquel nefasto 31 de marzo. Te darías cuenta de que el odio ni
siquiera terminó aquel lluvioso y triste día. Y lo que es peor: ni
siquiera te ha dañado para agredirte específicamente a ti, sino que lo
hizo sólo para desmoronar a tu padre y a toda tu familia. Yo no creo que
si vieras esto hoy podrías perdonarla. Es muy difícil que tú, Selena,
pudieras hacerlo, no sólo por imaginarme que semejante acción sea muy
difícil de perdonar, sino porque es muy difícil no quedarse indignado y
dolorido al ver que nunca esa persona manifestó ni remordimiento, ni
arrepentimiento ni dolor. No podrías tolerar el ver todo lo que ha
construido, hecho y hablado en todos estos años. No podrías tolerar,
Selena, el ver el odio, el rencor, la soberbia, la maldad de esa
persona. Te sentirías viviendo y padeciendo una y otra vez aquel nefasto
día. Te sentirías viviendo ese impacto terrible mil veces y mil veces
más. Te sentirías horrorizada de ver la realidad de los hechos. Te
sentirías muy triste de saber de que tú fuiste la única víctima de
tantos odios, de tantas mezquindades, de tantas vanidades, de tanta
violencia. Te sentirías muy triste enterarte de que los que dijeron que
tanto te querían nunca tuvieron ese sentimiento, de que sólo disfrazaron
su necesidad de poseer, de manipular, de dominar todo bajo la pátina del
“Amor” ... No ... Nunca podrías tolerar ver esto. Esto nunca lo
perdonarías, Selena, a pesar de ser cómo eras, aunque tu corazón
estuviera, como siempre, lleno de Amor…
Pero tal vez la peor enseñanza de lo que nos queda de este juego macabro
es que se nos invite a ser lo que no somos y a castigar a aquellos que
son honestos, humildes, trabajadores, a los que brindan Amor, a los que
les gusta trabajar en equipo, a los que le dan una mano de ayuda al que
está necesitado, al que le abre las puertas de su casa al que está sin
nada. Con el tiempo se nos han enseñado o se nos han intentado decir que
tal vez tú cometiste un error, Selena. A veces hasta gente que te quiere,
por querer defender tu posición, terminan descalificando tu propio
accionar. Y hablan de que tú fuiste a ese motel porque eras “confianzuda”,
porque nunca advertiste peligro en esa persona, porque sólo veías lo
bueno de las personas y jamás lo malo. Hablan de que tú tal vez no te
dabas cuenta de que ya eras muy famosa, de que no tenías idea de lo que
habías generado, de que tu actitud era demasiado humilde. Y más allá de
que tú sí te dabas cuenta de las cosas, de que no eras tan ingenua, de
que sabías distinguir lo bueno de lo malo, de que podías poner reparos a
alguien que no parecía muy confiable, muchos parecen olvidar que no fue
un desconocido quien te quitó todo. El enemigo no estaba entre el
público que te iba a ver en el concierto, no estaba entre la gente que
te iba a saludar y a agradecer, a pedirte un autógrafo o una foto, a
darte un beso o un abrazo. No estaba allí el peligro, el odio, la
sinrazón ... No ... Estaba en tu círculo más íntimo, en ese círculo de
gente al que tú y tu familia habían confiado. El peligro estaba en esa
mujer que primero se acercó a tu padre para armar un club de fans en tu
honor, estaba en esa mujer que se ganó la confianza de tu hermana que la
hizo Dama de Honor en su casamiento, estaba allí al lado tuyo cuando
ibas a inaugurar Selena Etc., estaba aparte en las sombras viendo tus
conciertos, estaba en el estudio de grabación viendo cómo ibas
preparando un disco nuevo. Cuando veo cómo los hombres de seguridad
recorrían con sus vigilantes ojos a cada uno de los asistentes a tus
conciertos, me genera una tristeza enorme, porque ellos tampoco se
dieron cuenta de que el presunto agresor no estaba allí, entre el
público que te amaba y coreaba tu nombre. Estaba más cerca, mucho más
cerca. Acaso sus ojos la hayan visto más de una vez y nunca se
detuvieron en ella ... Como tú y tu familia, nunca podían imaginarse de
que ella te iba a dar el golpe más duro y difícil de imaginar ... Ellos
también fueron sorteados por esa psicópata. Ellos también fueron
manipulados y engañados…
Si hay algo que es impactante para cualquiera es verte a ti, Selena,
grabando y preparando el tema “Ya no”. Es mirar con espanto e
incredulidad cómo estaba ella allí, entre los pocos privilegiados que
podían asistir a ese tipo de grabaciones. Cuesta entender verla sentada
cómodamente mientras tú, tus hermanos y tu esposo escuchaban la
grabación definitiva del tema. Cuesta entender ver a Cris Pérez, una
persona que si había algo que lo caracterizaba era estar casi siempre
silencioso, tanto dentro como fuera del escenario, verlo hablar de un
modo tan verborrágico con aquella mujer. Cuesta creer que todos los
Quintanilla vieran en esa persona como algo confiable. Pero es como
aquella historia que he contado que me sucedió vivir en el trabajo. Los
psicópatas son capaces de ganarse la confianza de todos con su “amabilidad”,
con su perfil bajo, con su actitud tan “servicial” y caritativa. Todos
se sintieron cómodos con esa persona. Seguramente por años esa mujer
logró saber de todos ustedes sin confiarle nunca sus propias vivencias,
su verdadera personalidad, sus verdaderas intenciones. Por años esa
mujer incitó a que todos le contaran sus cosas más personales sin que
nunca ella dijera nada de sí misma. Esa mujer en un momento supo todo
mientras tú, Selena, y toda tu familia no sabían nada de ella. No sólo
te engañó a ti, Selena. También engañó a toda tu familia. Nunca ni tú ni
ellos imaginaron eso ... Que esa mujer era como aquel jugador de póker.
Nunca mostró sus cartas mientras todos ustedes le confiaron sus más
secretas jugadas…
Siempre recordamos aquel nefasto día y nos preguntaremos por qué. Más de
una vez nos hemos dicho cómo no te has dado cuenta, por qué no
sospechaste nada, cómo en ningún momento, salvo en aquel instante fatal,
advertiste que estabas ante semejante monstruo. Pero tal vez nunca
podamos entenderlo no sin antes de reparar cómo eras tú, cuáles eran tus
valores, cómo te manejabas con todos, cómo encarabas las cosas, cómo te
manifestabas en todos los aspectos de la vida. Tal vez nunca se repare
en que tú ibas de frente en la vida, con tu impronta bien en alto, que
no tenías nada que esconder, que a ti te gustaba arreglar tus propios
asuntos. Tal vez haya que entender que tú eras lo suficientemente
honesta y franca en la vida como para enfrentar cualquier problema que
te surgiera mostrando tu verdadera cara, sin ningún tipo de máscara, sin
ningún tipo de disfraz, diciendo las cosas tal cual lo sentías y vivías.
Porque ante todo, Selena, tú eras la misma en el escenario, en tu hogar,
con tu familia, con tu esposo, con tus amigos. Ése ya era parte del
“secreto” de tu éxito. La gente te quería porque percibían, sentían y
vivenciaban que tú, Selena, aparte de ser talentosa, eras sincera,
creíble, amorosa, cálida, llena de nobles sentimientos. Tú no engañabas
a nadie, no necesitabas de ningún artilugio, ni de ningún engaño para
conquistarlos. No necesitabas de ningún efecto especial ni de nada del
otro mundo para impactarlos. Tu sola presencia generaba luz propia y un
halo de esplendor alrededor de tu figura. Más de una vez tu hermano
decía cómo cuando entrabas a un lugar acaparabas toda la atención y las
miradas de todos se posaban en ti. Tú eras franca y natural en todos los
ámbitos y en todos los aspectos de la vida. Y en aquel nefasto día no
hubo excepción. No tenías nada que esconder, no querías que nadie
interfiriera en tu camino a la felicidad y a la fama. Tú eras así, pero
en la vida hay muchas personas que son como aquella asesina. Tú fuiste a
cara limpia y aquella persona te esperó con la máscara de siempre, que
sólo se la quitó para echar por tierra tantos años de lucha y de tantos
logros hechos a base de honestidad y de mucho trabajo honrado…
Más de una vez la gente abordó tu historia imaginándose que si esto te
había sucedido era porque alguna situación “secreta” se estaba dando.
Siempre este tipo de situaciones insólitas, de las que tú fuiste víctima,
Selena, genera toda clase de especulaciones. Es más que lógico que uno
imagine muchas historias. Es muy difícil de entender esa extraña
ecuación: una mujer tan joven en pleno éxito recibiendo un disparo de
bala calibre 38 años en un motel de manos de la presidenta del club de
fans y gerente de sus tiendas de ropa. Uno cree que tiene que haber una
gran historia “secreta” detrás de todo esto. Siempre aparecerá aquel
periodista que, so pretexto de investigar lo sucedido, saque a relucir
lo peor de las miserias, ventilando la vida privada de la gente, dando
crédito a la peor de las mentiras. Y se harán eco de las insólitas
historias de esa mujer, por más que diga cosas que no expliquen nada y
ensucien todo. Nadie de estas personas quiere saber la verdad: sólo
quiere lo peor de las historias, los relatos que venden más y que
generan más dinero logrado de la manera más ruin. Y lo paradójico del
destino y de la vida es que la explicación es más simple y menos
apetecible para ser vendida. Lo que te pasó a ti, Selena, es que has
sido víctima de una psicópata, de una persona que manipuló a toda una
familia para dominarla y para hacerla actuar en función de sus
necesidades y de sus ambiciones, y que cuando vio que perdía la
posibilidad de poder vivir a través de ti, cuando vio que perdía en su
partida con tu padre, cuando todos le hicieron ver que le habían
descubierto el juego y que la estaban apartando, preparó su maquiavélico
plan para que nadie saliera ganancioso en esta disputa, para que tu
padre y toda tu familia padeciera las consecuencias de su “derrota”.
Cuando vio que no podía seguir manipulando y haciendo que todos los
tuyos actuaran en función de sus necesidades, planificó su última gran
jugada. Fue tan simple como horroroso. Tan simple como triste y difícil
de explicar. Tan duro como doloroso. Es muy duro ver que esa persona tan
aparentemente simple, buena y servicial se convirtiera en el mayor de
los verdugos. Es inconcebible que ese supuesto amor que tenía sólo fuera
posesión, desesperación, manipulación…
Tal vez, Selena, tú fuiste víctima por haber sido tan franca, tan
transparente, tan sincera. Muchos de lo que han contado tu historia
acaso nos terminen convenciendo de que al final ser auténtico, honesto y
franco no sirve. Que ser tal cual es trae desgracias. Que al final los
que son posesivos, maquiavélicos y que van en la vida con una máscara en
su rostro logran lo que se proponen. Tal vez más que decir eso deberían
decir que en la vida se puede ser eso y a su vez estar atentos contra
esa gente que nos ofrecen su amistad y su confianza. Que a veces hay que
tratar de otro modo a esa gente sin perder los valores más preciados,
porque en definitiva lo que más habría que reparar es que si uno en la
vida advierte que alguien nos ha defraudado no hay que manejarse con sus
propios códigos, sino teniendo muy en cuenta el de los otros. Tal vez el
error que toda tu familia, Selena, ha cometido es haberle dicho a esa
mujer lo que le podían hacer, haberle hecho notar que desconfiaban de
ella y que la querían apartar. Tal vez el error haya sido en seguir
viendo a esa persona cuando le habían manifestado su desconfianza y
decepción. Si ya uno no confía más y lo hace notar, no se puede seguir
tratando a esa persona. Aunque nunca se pueda imaginar que esa persona
sea tan malvada como para matar, se debió haber pensado que podían
recibir alguna respuesta violenta. El error de tu padre, Selena, es
imaginarse que él todo lo podía, que todo lo podía solucionar con su
mano firme. Los hechos le demostraron que cualquier persona herida y
despechada puede hacer mucho daño, y si es psicópata y malvada, más. No
es que se la haya subestimado. Tal vez fue mucho peor: tu padre pensó
que con poner las cosas en su lugar, como siempre lo había hecho,
bastaba. Y no fue así…
Cuando vi aquella escena en el trabajo, pensé en ti, Selena y me
pregunté si en definitiva vale la pena en la vida siendo como uno es, o
mejor no para no recibir tanta maldad de tanta gente, si vale la pena
seguir viviendo siendo honesto, auténtico, veraz, sabiendo que siempre
habrá gente odiosa, malvada y rencorosa que querrá apartarte del camino
para seguir luciendo en la mediocridad y en el estiércol … Si vale la
pena vivir con la frente en alto aunque nos peguen más de un cachetazo,
aunque nos blasfemen, nos ataquen, nos ensucien, nos pisoteen ... Si
vale la pena vivir como lo has hecho tú, Selena ... Y con sólo ver lo
que has generado en la vida, no dudo en decir que vale la pena. No dudo
de que aquello que te hizo tan querida constituye el mejor ejemplo en la
vida. No dudo de querer ser como tú, Selena, aunque siempre seamos
víctimas, aunque la miseria se nos presente con sus caras de odio,
rencor e insatisfacción. Por eso cuando veo y padezco esas cosas, pienso
en ti, Selena, y me guío por lo que tú has logrado. Prefiero ser como tú
y llegar a ser valorado en la vida que ser un mediocre en ella siendo
protagonista por un instante con la maldad, con la peor muestra de la
falsedad humana y sus múltiples caretas…
Por eso, cuando veo semejante maldad, pienso en tu bondad y, como todos
las semanas, te escribo a ti para declararte toda mi admiración, para
que sepas que siempre estarás acompañada dándote todo el Amor que sólo
tú pudiste manifestar en toda su expresión … Para que sepas que tú sola
eres la protagonista de tu propia historia…
Simplemente, te ofrece todo mi corazón que late por ti…
En la vida siempre estamos buscando la felicidad. Podemos estar toda
nuestra existencia estando tras aquello que tanto anhelamos y no
encontrarlo jamás … Podemos vivir buscando sólo una cosa, el motivo que
nos dé la felicidad y no encontrarlo nunca. Y cuando llega el momento de
partir de este mundo tener como última imagen aquel ser que nos hubiese
dado la felicidad total presentándose de la manera más vívida, como si
siempre lo hubiésemos tenido a nuestro alcance, como si siempre hubiese
estado al lado nuestro. Muchas veces transitamos por esta vida haciendo
cosas, planificando otras, armando una vida que acaso nos dé un
paliativo a tanta soledad, a tanta sinrazón, a tantos interrogantes sin
respuesta. Toda nuestra vida está en la búsqueda de algo, de ese algo
que nos colme la vida, que sea la razón de nuestra vida aquí, la
respuesta a tantos interrogantes, la felicidad que nos haga vivir a
pleno nuestra vida.
Yo crecí y viví en el ámbito del rock. Y allí siempre se vive la vida
con mucha insatisfacción e incertidumbre. Las letras, la música y el
espíritu es expresar la bronca, lo que no nos gusta, el querer cambiar
todo, la búsqueda de un destino mejor, el rebelarse contra lo
establecido. Allí también podemos ver que los músicos pueden estar toda
una vida cantando su desencanto por este mundo, la frustración ante una
sociedad que no los contiene y que no los alberga. Pero tal vez en el
ámbito del rock, como en todos los ámbitos en los que se desenvuelve el
ser humano, lo único que se busca es Amor. Alguna vez John Lennon cantó
“All you need is love”, y esa canción y esa frase recorrieron el mundo
como una verdad tan simple y tan cierta como que muchas veces no damos
cuenta de que de eso se trata la vida. Y que eso es lo que queremos y
buscamos … Pero en el ámbito del rock, por su propio espíritu, puede
verse, pero no siempre apreciarse, valorarse y aceptarse, a aquel músico
que encontró lo que tanto buscaba … Ese Amor que le dé paz, tranquilidad,
y romance con la vida, con la naturaleza y con la sociedad. Entonces,
ese músico hace otras músicas, elabora otras letras, su semblante
cambia, ya no ve todo mal, y se lo ve feliz y optimista. Buena parte del
ambiente de rock rechaza a aquellas personas, pues ven a alguien que los
ha abandonado, que ha perdido el espíritu rebelde. Ya no rompe guitarras,
ya no es agresivo, ya no da saltos y se arroja ante su gente para ser
tomado por ella. Ese ambiente se siente traicionado y, por ende,
abandona y desprecia a ese músico … Y el único pecado que ese músico ha
cometido es sólo ser feliz, ser feliz con alguien, haber encontrado un
sentido a la vida, un bálsamo a tanto dolor. Encontró en definitiva lo
que todos estamos buscando, lo que todos queremos para nosotros mismos.
Es un hombre feliz, un hombre que encontró el Amor…
A mí también me pasaba lo mismo … hasta que descubrí a Selena. Yo
también venía del rock sin ser músico, pero sí seguidor de su música. Y
sin haber abandonado esa música y sin haber dejado de escucharla, hoy
soy como aquel músico de rock que ha encontrado lo que tanto buscaba. Lo
encontré cuando puede apreciar a Selena entrando en ese carruaje que la
depositaba al escenario en el Houston Astrodome el 26 de febrero de
1995. Lo encontré cuando pude verla actuar en ese famoso Medley de los
años ’70 y quedarme anodadado con su voz, con su carisma, con su
personalidad, con su autoridad en el escenario. Lo encontré viendo a
Selena interpretar “Si una vez” y dejarme con la “piel de gallina”.
Sentí la misma sensación que sintieron todos, me sorprendí como se
sorprendieron tantos. La vi y no la pude dejar de mirar desde que empezó
hasta que terminó cada canción. Recorrí cada uno de sus movimientos, me
emocioné con cada una de sus sonrisas, me deleité con cada paso de su
baile, me quedé extasiado y pleno con cada movimiento a uno u otro lado
del escenario. En unos minutos descubrí que estaba ante lo que tanto
buscaba. En unos minutos descubrí a alguien que podía más que lo que
habían hecho por mí miles y miles de artistas en sus discos y en sus
conciertos. En unos minutos todo lo que vi y escuché por años pasó a un
segundo plano. A partir de ese momento Selena fue y es el centro de mi
atención y la razón de mi vida. Cuando la vi empecé a darme cuenta de
que estaba ante una artista en serio, de verdad, que no era un invento
de ningún medio ni de nadie. Que era una realidad y que buena parte de
su éxito se basaba en ser ella misma en el escenario. Uno podía no
conocerla o haberla seguido desde que era muy pequeña. Uno podía ser
admirador o apenas dar cuenta de ella ... No importaba ... Era verla y
era descubrir lo que una artista era capaz de hacer, de cantar y de
generar. Era verla y quedar encantado con ella y con la vida. Era verla
y enamorarse de ella para siempre. Era verla y querer acercarse a ella
para abrazarla. Era verla y sólo acercarse a ella para darle las gracias.
Selena no generaba sólo admiración. Selena generaba Amor. Y todos los
que la sabemos apreciar no sólo nos gusta cómo canta Selena. También nos
gusta cómo era ella. Y es verla en el escenario y saber que artista y
persona eran lo mismo. No se podían escindir. Se la apreciaba y se la
quería. Se la quería escuchar pero también se le quería expresar el Amor
y el aprecio ante una persona que era tan linda … no sólo físicamente …
Selena era también un Alma linda. Por eso generaba eso que sólo ella
podía despertar en la gente. Todos supimos apreciar algo que pocas
artistas tenían, que era Amor, Amor al canto, Amor a la creatividad,
Amor a la vida, Amor al público, Amor a su familia, Amor a su esposo,
Amor a la banda, Amor a todo lo que la rodeaba. Y cuando una artista es
eso, además de ser honesta, sincera, sencilla, humilde y tan talentosa,
no se la olvida jamás, acaso porque nunca habrá nadie que despierte lo
que ha generado Selena…
Las cosas de la vida … Selena ha llegado a mí por su triste final y
siempre me intrigó por qué pasó aquello. Llegué tarde a la fiesta y
siempre me pregunto por qué no la descubrí antes, por qué Dios y el
destino me la pusieron frente a mí cuando ya nada podía hacer, cuando ya
no la podía ver, cuando ya no la podía apreciar en vivo con mis propios
ojos. Siempre me sentí como aquellas personas que llegan tarde a algo
preguntando lo que ha sucedido, diciendo una y otra vez “¿Pero qué ha
sucedido con Selena? ¿Por que? ¿Por qué?”. Más de una vez me dije por
qué no reparé en ella allá por 1994 cuando vi al pasar el video “Bidi
bidi bom bom” en la pantalla de televisión en “mute”, ya que esperaba
ver otro programa, y sin saber que era ella y sin imaginarme ante qué
artista me encontraba. Más de una vez me dije qué hubiese pasado si ese
nefasto 31 de marzo nunca hubiese existido y si yo llegara a este año
sin saber nada de ella, o si la hubiese oído nombrar sin dar cuenta de
lo que Selena hacía. Más de una vez me dije, ante esta circunstancia
hipotética y en la que nunca hubiese reparado en ella, si al verla
aunque sea en un tema en un concierto que hubiese ofrecido en Buenos
Aires me hubiese generado lo que me ha provocado después en otras
circunstancias, en otros tristes momentos ... Juro que al principio
hubiese pensado en lo lógico: tal vez no, porque yo hubiese seguido en
lo mío y hubiese prejuzgado a su música y hasta la hubiese subestimado
ante su presencia en mi país diciendo “¿Pero quien es esa tal Selena?”,
con la soberbia e ignorancia de los que se creen que saben todo, de los
que creen que escuchan “la mejor música”, que vieron a “los mejores
artistas”, que están en un “nivel superior”, “que ya vieron todo”, y que
nada puede sorprenderlos … Después, al recapacitar lo que más me ha
impactado de Selena, me doy cuenta de que seguro me hubiese generado lo
mismo si la historia hubiese sido distinta, si hubiese podido verla en
Argentina, máxime si hubiese podido escuchar su repertorio en inglés. Me
hubiese impactado de la misma manera, me hubiese quedado con la boca
abierta de la misma manera ante semejante artista … y seguramente
hubiese despertado el mayor de los celos de toda mi familia al ver que
hubiese ido corriendo a sacar las entradas a todos sus conciertos para
apreciarla, para sentirla, para que me cautive, para verla en su
plenitud y feliz de todo lo que ha generado en mi país y en el mundo…
Sí, tal vez sea como aquellos músicos de rock que han logrado la
felicidad plena … pero tarde … Porque nunca pude decirle a Selena lo que
me ha provocado. Tal vez, eso sí, pueda darle mis mejores palabras, que
no sé si son las mejores ni si están bien escritas, pero que expresan
todos los días lo que ella me ha generado y me sigue generando hoy en
día. Querría no tener que exponerme como lo hago desde hace un tiempo
largo ya para poder decir a los cuatro vientos lo tanto que la quiero.
Querría no tener que estar en un primer plano para evocarla. Quisiera no
tener que escribir todo esto, porque si ésa fuera la realidad, entonces
eso significaría que Selena estaría aquí destilando y desparramando
todos sus sentimientos en un escenario, mostrando toda su felicidad
expresada en su rostro. Nos contagiaría con su risa, nos cautivaría con
su personalidad, nos haría suyos en un instante. No querría estar en el
plano en el que estoy ahora, pues siempre fui alguien de perfil bajo que
le gusta expresar a la distancia el aprecio que le genera un artista. Yo
soy de los que nunca quiere acercarse a alguien a quien admira por miedo
a molestar, para no invadir su mundo, para no ser yo el protagonista de
algo que es de exclusividad del artista … ¡¡Pero qué no daría por
decirle a Selena lo que siento por ella!! Tal vez siempre fui así con
todos pues nadie de ellos me ha dado las cosas que me ha ofrecido
Selena. Y entonces tengo la alegría, pero a la vez la tristeza, pues
todo eso que me dejó Selena en mi Alma y en mi corazón no se lo puedo
decir, no se lo puedo transmitir … Apenas se lo puedo decir a la
distancia espacio-temporal, y sin saber si ella puede escuchar y ver
todo lo que le escribo y expreso. Pero esa distancia que he tenido con
todos los artistas a los que he apreciado, no la podría tener con
Selena. Con ella haría la excepción, pues simplemente Selena era
distinta, totalmente distinta a todo y a todos. Daría mi vida para poder
abrazarla y decirle lo que ha hecho de mí. Le diría que se cuide, que
nunca deje de ser como es y que sabe que siempre tendrá el Amor de esa
gente que la quiere tanto. Le diría que es la mejor y que se crea que lo
es, y que lo que ha provocado en la gente no lo va a generar nadie. Le
diría de dónde vengo y qué ha sido de mi vida desde que la conocí. Le
diría tantas cosas, tantas cosas como las que le he escrito y que jamás
me cansaré de escribir. El que ama a Selena sabe a lo que me refiero,
pues basta con verla para entender lo que significa esta artista en el
escenario y el vacío que genera su ausencia…
Ya no hay más en mí ni insatisfacción ni desencanto por este mundo.
Selena genera milagros hasta en su ausencia. Me ha convertido en mejor
persona, en un ser más tolerante y más comprensivo a todo y con todos.
Nunca podré llegar a ser como ella y nunca podré decírselo personalmente.
Pero el sentimiento que me genera al verla, la sensación que deja en mi
corazón cuando la veo cantar, cuando la veo hablar, cuando la veo
expresar cada canción y cada tema me convierte en alguien que ya no
puede ver mal la vida. Ni siquiera su absurda partida de este mundo me
hace volver hostil ni que reniegue de este mundo ni de esta vida … Es
cierto que Selena no está, que este mundo sería bien diferente con ella,
que seríamos más felices, comprensivos y tolerantes con ella aquí, pero
también sé que ella es producto de esta tierra, de esta naturaleza, de
este mundo, de Dios mismo. Ella generó el mejor de los sentimientos a
tanta gente. Selena dejó su impronta en cada uno de los que la supo
apreciar. Si acaso Selena pudiera ver cómo aún hoy la gente sigue
cantando sus canciones, cómo los que son niños hoy y que nunca la vieron
cantan sus canciones, si viera cuánta gente de todo el mundo la tributa
y le deja el mejor de los recuerdos, seguro que se emocionaría, y se
sentiría orgullosa y emocionada. Pero, por sobre todas las cosas, Selena
se sentiría plena de ver cómo la gente de todo el mundo supo captar todo
lo que ella les ha transmitido y que no lo ha podido expresar nadie,
pues nadie tiene el Amor, la naturalidad, el talento, el carisma, la voz
y la personalidad de Selena. Selena era distinta, distinta a todo,
distinta de otros artistas, distinta de otros músicos, distinta de su
entorno, distinta de todo lo que alguien haya visto jamás. Por eso todos
la quieren sólo a ella y la hacen suya. Selena supo transmitir su propia
vida a través de sus canciones y de sus conciertos, y eso quedará por
siempre en los corazones y hasta en la vida de cada uno que la recuerda
cantando cada una de sus canciones, escuchando sus discos, guardando o
exhibiendo sus fotos, admirándola cada día y cada noche como si
estuviera entre nosotros. Es que Selena nunca se ha ido porque sigue
estando presente en toda la gente que la recuerda con Amor y la siente
como propia…
Puede que mucha gente aquí en mi tierra me vea como una persona rara,
como en el ambiente del rock se mira a aquel músico de su género que se
deviene en un ser feliz pues ha encontrado al Amor de su vida, la razón
de su felicidad. Tal vez muchos no entiendan por qué hago esto por
Selena. Tal vez aquí en mi país no entiendan que exhiba esas fotos de
ella, tal vez algunos no sepan de Selena y simplemente la conozcan a
través de la película que protagonizara e hiciera famosa a Jennifer
López. Tal vez mucha gente no comprenda mi admiración por ella, tal vez
no se explique qué tenía Selena que no tuvieran otras. Tal vez muchos no
entiendan por qué no escucho la misma música con la misma asiduidad que
hacía antes, y que desde hace ya unos cuantos años sólo escuche y vea
cotidianamente a Selena. Tal vez aquellos que no me comprenden hoy
empezarían a entender si acaso pudieran verla, si acaso se tomaran la
molestia de lo que era aquella mujer, si apreciaran su voz y su talento,
si captaran su esencia en cada actuación, si supieran cómo llegó a ser
alguien en la historia de la música, si vieran cuánto de la vida de
Selena hay allí en cada canción. La vida es muy injusta. Siempre nos
quedamos con la última imagen o con lo último que se nos presenta, que
no es siempre lo mejor. Muchos lamentablemente se quedan con lo que ha
sucedido, con aquello que no pudo ser, con una vida que se truncó, con
una artista con un talento ilimitado que no pudo mostrar todo lo que
podía dar. Muchas veces nos quedamos con eso y damos vuelta la cara
cuando ya eso deja de ser una novedad, o pasa a ser algo que ya no
despierte interés. Y pocos de los que no entienden reparan en lo más
importante que nos ha dejado de Selena: un Legado de Amor, de música, de
sentimiento, de pasión, que es incontable e inimaginable. Si todos
dieran cuenta de ello, entenderían lo que yo siento por Selena. Si
dieran cuenta de ello, ellos también sentirían lo mismo que siento yo.
Mientras tanto, yo seguiré siendo como aquel músico de rock feliz, que
tal vez no sea el rebelde de antes, que ya no reniega de este mundo, que
ya no quiere destilar odio ni rencor. Tal vez porque se ha convertido en
una persona feliz, feliz pues ha encontrado el Amor, la felicidad que
muchos buscan y que no la encuentran en toda su vida. Tal vez hoy sea
feliz porque llevo a Selena en mi corazón. Tal vez sea para siempre
feliz, porque Selena siempre vivirá en mí mientras yo esté aquí. Y
seguro que estaré feliz, pues aunque deje este mundo algún día, a donde
vaya yo Selena se irá conmigo también…
Sólo te doy las gracias, Selena … Te doy las gracias por haberme hecho
tan feliz no sólo por tu música sino por tu Amor, expresado en cada una
de tus interpretaciones, en cada uno de tus conciertos, en cada pedacito
de Alma que nos dejaste impregnado en nuestros corazones cada vez que
nos cantabas, que nos hablabas, que nos expresabas tus más puros
sentimientos…
Simplemente te quiere, te extraña, te espera, te recuerda…
¡¡Es hora de levantarse!! ¡¡Es día de concierto!! ¡¡Quiero estar
preparada ya!! ¡¡No hay tiempo que perder!! Se me dirá que tardo mucho
en prepararme, que soy obsesiva con todo … Pero nadie podrá decir que no
soy profesional, que no respeto al público, que no tengo en cuenta a la
gente que trabaja conmigo, a la que posibilita que todo salga bien, a
que todo esté en orden, a que todo suene a la perfección … Ante todo,
somos un equipo de trabajo, y si falla uno fallamos todos … Por eso, si
yo no cumplo con mi parte, de nada servirá el esfuerzo de los demás …
Debido a eso es que me gusta cumplir, ser la primera en todo, ser un
ejemplo para los demás, ser la fuerza para que todos puedan hacer lo
posible para que todo salga bien. Hace sólo unas semanas, cuando di
aquel concierto del Houston Astrodome, no dejé nada librado al azar:
visité temprano el estadio, ensayé, desde muy temprano tenía elegido el
vestido, recibí a la prensa, a los fans, y hasta me permití pasar por
los pasillos del Rodeo para saludar a los que iban a asistir al
concierto y sacarme fotos con ellos … Me gusta tener ese contacto con la
gente. Sé que ellos me quieren y yo les debo todo. También me gusta dar
más de lo que se me solicita. No me limito sólo a hacer lo que me piden.
No quiero sólo tomar el micrófono y cantar con buena voz las canciones.
Yo quiero expresarles mis sentimientos, lo que soy realmente. No quiero
ser sólo una buena obediente del mandato familiar. Yo quiero darles más,
siempre algo más, y sorprenderlos. Eso es lo quiero ser, ser creativa,
ingeniosa, carismática. Quiero tener la fuerza y el talento suficientes
como para encandilar al público cada día…
Y no sé por dónde empezar. ¡¡Tengo un montón de cosas en la cabeza!!
Está, por ejemplo, un disco en inglés en marcha, aunque muchas veces
demorado por diferentes motivos. El último fue por el concierto del
Astrodome. Allí me permití hacer un popurrí de canciones de los ’70 para
que el público comenzara a acostumbrarse a que les cante en inglés, ¡¡y
vaya si tuve éxito!! ¡¡Al público le encantó!! … También tengo
innumerables conciertos programados por todo el mundo y un disco en
español para la comunidad latina. Es curioso: a los gringos los
sorprenderé cantando en inglés y preguntándose cómo lo aprendí tan
rápido ... Es cierto que mi carrera al éxito se dio de un modo extraño y
atípico, pero se dio así pues nadie supo con cuál de los idiomas tendría
éxito. Y aun lográndolo nunca abandonamos la idea de lograr el éxito en
inglés… Era un sueño de todos, una obsesión de mi padre que pronto se
hizo carne en nosotros, pues una vez que le tomamos el gusto a la música,
cuando ya no fue un peso enorme que nos quitaba horas de sueño y de
juegos, todos soñamos con trascender a través de la música que nos
gustaba. Yo soñaba con ser como Donna Summer o como Gloria Gaynor,
quería ser una cantante versátil que llegara a la cima de los artistas
en Estados Unidos, pero aprendí la lección de mi padre. Él me hizo ver
que es duro y variable el camino para llegar al objetivo final, que a
veces hay que pasar por duras experiencias y hasta por derrotas para
llegar a lo máximo, que a veces uno no hace lo que le gusta, no canta
todo lo que uno quiere, que uno se debe a su público y a veces hay que
buscar que ese público lo acepte a uno para después aprobar todo lo que
uno quiere hacer. Pronto entendí que no es fácil en el mundo de la
música ser mujer de origen latino y tan humilde. Todo se hizo para mí
cuesta arriba, tuve que aprender el español para cantar en los dos
idiomas para ver en dónde vendría el éxito para seguir ese camino que
nos llevara a la fama. Mi padre me contó su experiencia y siempre se
culpó por no saber canciones en español. Él siempre me dijo que en su
época no era aceptado en los clubes para cantar en inglés por ser de
origen mexicano y nunca pudo ser aprobado en los bailes mexicanos por no
saber cantar en español. Por eso mi padre siempre me enseñó a que
primero debía saber cantar todo, y saber las canciones y preferencias de
cada pueblo, de cada ciudad. Él me decía que había pueblos a los que les
gustaba el acordeón, a otros las rancheras, a otros los temas en inglés.
Y por ello había que estar preparado para todo, para poder complacer a
los demás. Por eso todos nos hicimos tan versátiles y supimos tocar en
cada pueblo lo que les gustaba y con el mejor profesionalismo. Mi padre
tenía razón aunque también tuvo que aceptar nuestras sugerencias para
que no sonáramos ni anticuados ni atemporales. También le hicimos ver
que debíamos incluir las cosas que nos gustaban para que todos fuéramos
felices…
Miro al cielo y por momentos tengo temor, mucho temor. Tal vez eso
explique que me sobresalte en las noches por una pesadilla recurrente de
la que nunca puedo recordar. Tal vez lo que más me preocupe es saber que
en breve la vida para ninguno de nosotros será la misma. Yo sé que este
disco en inglés me pondrá en exposición al gran público de Estados
Unidos y de Europa misma. Yo sé que mi éxito estruendoso el año pasado
en México me ha abierto las puertas a toda América latina. Aún hoy no
puedo saber el impacto que he dejado en países como El Salvador,
Honduras y Puerto Rico. Por ahí escuché que en países como Colombia y
Venezuela me adoran. Sé que tengo programadas giras en Bolivia, Paraguay
y Argentina. ¡¡Hasta me cuesta saber cuán lejos están esos países!! Por
eso tengo miedo …Porque siempre nos movimos por Texas, hemos ido a
varios Estados de los Estados Unidos, y últimamente México y sobre todo
Monterrey son lugares que ya son parte de nuestras vidas … Pero ir tan
lejos, viajar tanto tiempo y estar lejos de mi país por meses me da
temor. No es que no lo quiera, no es que no lo desee, pero me genera
incertidumbre. Creo que en eso no estamos tan preparados. En lo musical
estamos en el mejor momento. El disco “Amor Prohibido” es la mejor
muestra de lo que hemos sido en estos años y hasta dónde podemos llegar.
Como pocas veces siento que nos movemos como una gran banda, que se
conoce bien y sabe a dónde quiere ir, pero el disco en inglés, que aún
no sé cómo se llamará, nos ha puesto en una disyuntiva, y en un camino y
en un lugar en los cuales no todo está en nuestras manos. Ya me costó en
el último año tener que explicar, sobre todo en México, que el hecho de
presentarme en los conciertos y en los discos como “Selena” y no como
“Selena y Los Dinos” no significaba una separación ni mucho menos. Se
entiende que por el “crossover” y por nuestra expansión en el negocio de
la música es más fácil movernos por las ciudades y por el mundo con mi
nombre, pero también es cierto que esa decisión es por la inminencia de
la aparición del disco en inglés. Ese disco lo estoy haciendo sola, sin
Los Dinos. Lo estoy haciendo con otros productores, con otros músicos,
con otros artistas. Y si todo sale bien tal vez salga de gira sola o con
otros artistas. Tal vez otros cantantes me inviten sólo a mí para
participar en sus discos y en sus conciertos. Eso me genera temor.
Recuerdo cuando veía hace unos días mi nombre escrito enormemente en el
Houston Astrodome. Yo me sentía orgullosa y feliz por verlo, pero por
otro pensaba en los muchachos, en mis hermanos, en mi esposo. ¿Podremos
seguir como estamos o ellos seguirán su propio camino? ¿O seré yo sola
la que siga su camino? Por eso tengo un poco de miedo. No sé si mi padre
se ha dado cuenta de que no todo lo tiene controlado. No estoy segura de
si todos estamos preparados para esto más allá de nuestras ganas.
Siempre mi padre ha dicho que lo suyo es el negocio de la música, pero
eso implica dedicarse a muchas cosas relacionadas con ella que no sé si
las tiene tan en cuenta…
A propósito de ello, una de las cosas que me perturban es ver los
problemas que tiene mi padre con ella. Las peleas y los distanciamientos
me han puesto en el medio de una situación que no deseo, que no la
quiero enfrentar en este momento … Pensar que fue mi padre quien la
conoció primero y le dio la posibilidad de que fundara un club de fans
que yo no tenía. Es raro todo … Alguna vez tuve que escuchar que algunos
decían que mi padre sólo buscaba de mí y de mis hermanos dinero y fama,
y que nos explotaba hasta lo último para lograrlo. Ciertamente los que
dicen eso no conocen verdaderamente a mi padre y por ello me molestan
mucho esos maliciosos comentarios. Pero supongamos que eso hubiese sido
cierto … ¿Cómo no se le ocurrió a él fundar un club de fans? ¿Cómo no
pensó él que el merchandising es importantísimo hasta para promocionar a
una banda, siendo que mi padre conoce bien el mundo de la música? ¿Cómo
una mujer que casi no sabía nada de nosotros, que apenas supo que
existíamos por “Baila esta cumbia” y que nos había visto por primera vez
en el concierto de San Antonio hace casi 4 años se dio cuenta de que nos
faltaba ese destalle de vender fotos, remeras y demás cosas que
cualquier fan de nosotros quiere tener? ¿Acaso alguien que es enfermera
y que no sabe nada del negocio de la música pudo percatarse de algo que
nunca advirtió mi padre? Sé que él no está actualizado en muchas cosas,
por ahí esto se le escapó, pero como fuere, esto prueba que si mi padre
fuese un explotador, un hombre que sólo piensa en el dinero, nunca se le
hubiese pasado esta circunstancia. En realidad, mi padre sólo ha buscado
seguir con la música, algo que tuvo que interrumpir para traer un plato
de comida a la mesa de nuestra casa y para mantener a mi familia. Mi
padre sólo ha buscado cumplir su sueño a través de nosotros, y lograr
con ello que nosotros tuviésemos un camino para llegar al éxito en este
país que recibió con Amor a mis padres y que lo sentimos nuestro… Pero
me preocupan estas peleas que tiene ahora con ella, porque lo conozco.
Cuando él toma una determinación no da marcha atrás. Él se siente muy
seguro de que apartándola de nuestro camino, muchas cosas se
solucionarán. Pero no se da cuenta de que yo no puedo seguir su camino
en esto. A veces, en su obsesión por la música, no se da cuenta de que
ella está también en mi negocio de la moda, de mis boutiques, y de que
eso nos liga a ella igual, más allá de sus decisiones. Yo no puedo
seguir su camino, pues mi relación con ella es otra, como la de todas
las personas que se han relacionado con ella … Creo que a veces mi padre
minimiza mi propio sueño, piensa que tal vez no es lo mismo mi sueño que
su sueño. Tal vez tenga temor de mis decisiones, pues cree que me
dedicaré a la moda más que a la música … Tal vez ... Tal vez él debería
darse cuenta de que los sueños de ambos son importantes, por lo que él
debería poner el mismo empeño en mi sueño del mismo modo que yo lo he
puesto en todos estos años por el suyo…
Sí, definitivamente esto me tiene preocupada. Lo noté camino a la
escuela de los Spurs cuando fui a visitarlos y a darles un concierto. Lo
noté aun más cuando el presentador Rock and Roll James me hizo esa
entrevista apenas bajé del auto camino al concierto. Recuerdo que él me
preguntaba y yo no me podía concentrar. Quería salir con alguna salida
ingeniosa, pero me costaba. Incluso me preguntó por cortesía por mis
diseños y no supe contestarle precisamente. Pero lo que más me preocupó
es el haber sido tan contundente al contestarle que estaba muy cansada.
Se lo dije más de una vez. Es cierto que el ir a Miami, a Chicago y a
San Antonio en pocos días cansa a cualquiera, pero yo ya estoy
acostumbrada a esos trotes. No debería sentirme así y mucho menos en
estos momentos en los que me tengo que preparar a que mi vida va a ser
por mucho tiempo así. Además, nunca me sentí cansada. Entonces, ¿por qué
me siento así? Tal vez estos problemas me están agotando la paciencia.
Tal vez sepa que tengo otros problemas más importantes que sobrellevar y
esto me lo está interrumpiendo. Siento que no son mis problemas, pero
que me ocupan mi pensamiento y mi accionar mucho más de la cuenta. Esto
no debería pasar. No me puedo permitir olvidarme de mis diseños. Esto no
me puede retrasar mi disco en inglés tan soñado. No debería esto hacer
que me canse de las giras. ¡¡Esto no debería pasarme!! Tal vez esto sea
una alarma. Tal vez esto sea una señal que me indique que yo debo
replantear mi propio camino, que yo tenga que tomar las riendas de mi
propio destino. Sí, eso también me preocupa ... Temo que en un futuro
tenga más de un conflicto si no dejo las cosas claras. Tengo que actuar
más para mí y no pensar tanto en los demás. Tal vez tenga que hablar con
ella. Aunque algo me dice que a esta altura eso no es lo más conveniente.
Lo lógico es aclarar las cosas con ella y dejar bien en claro lo que
quiero para mí, pero no sé si eso sea bueno. Ella es un tanto complicada,
y ya se las ingeniará para hacerme sentir culpable y dudar. Tendría que
tomar una decisión sin darle tantas explicaciones. Lo mismo con mi
padre. Debería dejar en claro que hay cosas que no pienso negociar, de
que Selena Etc. es tan importante como mi carrera musical y de que eso
no implicará que abandone la música. Debería hacer más que decir.
Debería ser más egoísta. No debería dar tantas explicaciones. Pero yo
soy así. Encima me siento en el medio de dos fuegos, como en aquellas
viejas películas de cowboys en las que uno intenta interceder en un
duelo a muerte. Uno sabe que corre el riesgo de recibir un disparo por
intervenir, pero uno no puede ver morir a uno de ellos o a los dos sin
hacer nada por evitarlo…
Y es que soy así. Soy Selena, con todo que ello implica. Yo estoy
acostumbrada a los retos. Cuando me retan, yo nunca me quedo atrás.
Siempre enfrento la situación. Nunca la eludo. Hasta ahora siempre me ha
ido bien. Cuando hace casi tres años parecía imposible que pudiera tener
una relación con Chris, lo pude superar. Está bien. Tuve que casarme
para ello, pero logré lo que me proponía. Tal vez no haya sido de la
mejor manera. Tal vez hubiese sido mejor tener un mayor período de
noviazgo. Tal vez tuve que adelantar los tiempos. Pero siempre pensé que
se podían negociar las cosas. Para lograr los grandes objetivos hay que
dejar muchas cosas en el camino ... Y estoy en un momento en el que
siento que estoy ante nuevos desafíos, muchos de ellos desconocidos para
mí, ¡¡pero sé que los voy a superar!! Son demasiadas cosas que están
delante de mí para ser conocidas, explotadas, gozadas. Siento que tengo
todo, pero a su vez no he logrado nada. Es una extraña y a la vez una
hermosa sensación. Porque a esta altura de mi vida siento cosas muy
hermosas como el cariño de la gente, la fama, la realización personal
como cantante y como diseñadora, ser la cara visible de muchas marcas
comerciales que confían en mí desde hace mucho tiempo, ser la figura
para grandes obras benéficas, el ejemplo a seguir para muchas
generaciones, la mujer que puede encabezar campañas contra el maltrato
de las mujeres, ser muy querida por los medios y periodistas que me
entrevistan. Estoy viendo y sintiendo todo esto, pero a su vez sé que
sólo tengo 23 años y tengo un largo camino por recorrer. Tengo muchos
lugares que visitar, tengo mucha gente que espera de mí. Todo lo que
hecho desde los 8 años fue para llegar a esto y veo los frutos de tanto
esfuerzo. Aun hoy puedo recordar mis primeras canciones, la primera vez
que tomé el micrófono y me puse a cantar, el fastidio de mi hermana por
tocar la batería, la cara de incertidumbre de mi hermano que ya era un
adolescente y que se sentía muy mayor tocando el bajo al lado mío. Pero
ahora viene un esfuerzo mayor y un nuevo desafío, que será aun más
difícil de lograr. Todo será más complicado en un terreno inexplorado
para nosotros. Es como empezar de nuevo, como nacer otra vez. Eso da
vértigo y mucho, mucho miedo. Sé que vengo utilizando mucho esa palabra,
pero es inevitable no tenerla presente una y otra vez. Da miedo el paso
que estamos dando. Da miedo saber que estamos a un paso de que el mundo
entero nos abra las puertas. Da miedo cuál será la reacción de todos
cuando salga mi disco en inglés. Da miedo explorar tierras que uno no
conoce y que son tan, tan distintas. Da miedo el sólo pensar ver que mi
nombre figure en todo el mundo por mis actuaciones y por mis diseños. Da
miedo ver que todo el mundo hable de uno. Da miedo ver casi todos los
días en todo el mundo estadios enteros coreando el nombre de Selena,
como ha sucedido en el Houston Astrodome. Me preguntaré ante el miedo si
valió la pena tanto esfuerzo y si valió la pena llegar a esto. Y cuando
tenga que contestarme esa pregunta, miraré para adelante, observaré ese
telón rojo que está cerrado, sonreiré gozosamente y avanzaré totalmente
segura, con la total certeza de abrir ese telón que me cubre de lo
desconocido para dejarlo a un lado y enfrentar a lo que viene con toda
mi alegría, con toda mi energía y con todo mi Amor, como lo hice siempre.
Y sé que lo lograré. De eso no tengo dudas. Nada me detendrá en ese
camino. Todo lo logré con honestidad y convencimiento. Este paso no será
distinto. Será igual, aunque haya muchos obstáculos, muchos desafíos.
Pero ya se sabe que a mí los retos me gustan. ¡¡Allá voy, mundo!! Yo soy
Selena, yo quiero que me conozcan, yo quiero que me quieran, yo quiero
que mi nombre quede marcado a fuego en cada uno de todos los habitantes
de esta Tierra. ¡¡Yo quiero estar en cada uno de sus corazones!!
(Yo sólo espero que corras ese telón, Selena … Del otro lado estamos
esperándote, deseando que aquel sueño por el que tanto luchaste se haga
realidad … Mientras tanto, estaremos aquí recordándote, esperándote,
extrañándote, ocupando tu lugar hasta que vengas tú a ocuparlo y a
agradecernos por estar todo este tiempo cuidando tu espacio en tu
ausencia y para demostrar que con personas como tú todo es posible.)
Si supieras, Selena, lo tanto que te queremos, lo tanto que te
extrañamos, lo que estaríamos dispuestos a hacer para que seas feliz,
estoy seguro de que volverías. Aunque fuera imposible, tu propio Amor
haría convencer a Dios y haría posible el sueño de todos, tu propio
sueño, aquel sueño de ver cómo vives tu propia vida, esa vida única e
irrepetible construida con tu propio corazón que vive a través de
nuestros latidos…
“¡¡No, señor Quintanilla!! ¡¡No abra ese cajón!! ¡¡No lo haga!! ¡¡No
haga nada de lo que se tenga que arrepentir después!! Deje que crean que
es todo una mentira. ¡¡Deje que crean que ella no está allí!! ¡¡Tal vez
sea lo mejor!! ¡¡Tal vez hasta sería bueno que al final creyeran y se
convencieran de que todo fue una mentira, de que todo fue un error, de
que todo fue una gran equivocación!!”
El padre de Selena me miró un largo rato sin comprender qué hacía yo
allí … Estaba shockeado, impactado. No salía del estupor, del dolor y de
la impotencia frente a lo sucedido. Era una imagen que no se condecía
con la que siempre había dado, con la que siempre se mostró públicamente.
Tuve suerte de agarrarlo a tiempo solo para poder convencerlo de que no
lo hiciera y para prepararlo para lo que le iba a proponer. Lo notaba en
la soledad desnudo, vacío, tratando de sacar fuerzas de las que no tenía,
tratando de mantener un ánimo que no le podía dar la pérdida de una hija
que estaba tan cerca de lograr todo, de cumplir sus sueños, de lograr
sus anhelos personales y familiares. Sobre todo, era un padre destruido
por la partida de una hija, tan simple y tan duro como eso ... En un
minuto ese hombre comprendió que no bastaban su convencimiento, su
tenacidad ni su disciplina para mantener el orden de todo. En un minuto
entendió que lo peor puede venir de cualquier lado y que puede atacar al
que menos se piensa, al que más a uno le duele, al que jamás querría que
se dañara. Ese hombre podía esperar que mucha gente lo quisiera dañar,
pero ni aun sabiendo qué o quienes querrían dañarlo, podía suponer que
lo harían arrebatándole a una de sus hijas, a una de sus creaciones, a
su hija que lo quería tanto y que había dado todo de sí para cumplir su
sueño, para verlo feliz, para llegar a revertir tantos años de angustias
y de sinsabores. El padre de Selena estaba tan quebrado en la soledad
que ni siquiera atinó a llamar a nadie cuando arremetí con mi ruego. Tal
vez en esa soledad esperaba que alguien pudiera sacarlo de esa pesadilla,
de esa imagen que tenía que enfrentar ese tristísimo 3 de abril de 1995,
en el que tenía que salir a consolar a su esposa con aire aplomado y de
tranquilidad impostada, de tener que enfrentar a toda la prensa, a toda
la gente que se le acercaba y a todos los familiares buscando una
explicación ... Tener que tomar aire para enfrentar toda esa situación
viendo la fría realidad de su hija tan cerca era un mazazo del cual aún
sentía un inmenso dolor del cual no podía reaccionar…
“Creame que lo entiendo, señor Quintanilla. Creame que sé por qué lo
quiere hacer. Sé que quiere abrir ese cajón no tanto por la gente que no
cree que su hija esté allí, no para mostrarle al mundo que efectivamente
eso ha ocurrido y que allí está la prueba de que usted no miente. Yo sé,
señor Quintanilla, que en lo más profundo de su ser usted tampoco cree
lo que ha pasado. Yo sé que usted quiere creer que no pasó. Yo sé que
usted querría abrir ese cajón y verlo vacío. Sería una quimera, pero, ¿acaso
no querría ver que nada de lo que pasó realmente sucedió? ¿No le
gustaría pensar que esos rumores son ciertos? ¿No daría todo por ver que
por ahí su hija está realmente viva y que todo esto fue una pesadilla,
una tonta pesadilla de la cual recién se despiertan?”
El padre de Selena, para mi sorpresa, rompió en llanto y me abrazó.
Comenzó a decirme que no podía más con su dolor, que querría no pasar
por esto, que se sentía culpable por no haber imaginado que el
enfrentamiento con la asesina lo iba a llevar a esto. Me dijo que
efectivamente quería abrir ese cajón porque quería ver si no se equivocó,
que en realidad era otra persona la que está allí, que no hay nada, y
que querría más que nadie poder decir que eran ciertos los rumores y de
que todo fue un fatal error. Y que si efectivamente era su hija la que
estaba allí, ya no importaba. “Que la vean”, me dijo, con mezcla de
bronca, llanto e impotencia. “Total, ¿qué puede importar si la ven o no
si efectivamente está sin vida?” … Me daba pena darme cuenta de que él
no tenía esa fortaleza de la que se ufanaba tanto. La asesina le había
asestado el golpe más duro que él podía soportar y permitir mostrar a
alguien, pero en la soledad, y ante un desconocido que le pedía algo que
él tampoco quería hacer para no certificar la triste realidad, no pudo
evitar quebrarse, y admitir su dolor y su derrota. En un punto había
llegado en el momento justo, justo para pedirle algo que de ninguna
manera me hubiese permitido decir en otro momento, en otra circunstancia,
en otro lugar. Era el momento de proponerle un milagro, un milagro de fe,
un milagro que cambiaría la realidad de las cosas en este desdichado
mundo…
“Yo sé, Señor Quintanilla, que no quiere abrir ese cajón. Yo tampoco
quiero verlo, al menos verlo así. Yo le propongo algo y sólo le pido que
me dé esa oportunidad. ¿Quiere pensar que estos tres días fueron una
pesadilla? ¿Quisiera poder evitar tener que decir que no es cierto lo
que se rumorea y usted ofrecerle la mejor prueba de ello? ¿Quiere evitar
exponer a su hija a una imagen de la cual se arrepentirá de por vida? ¿Querría
poder decirles que se dio un milagro y de que en realidad su hija está
herida pero está bien? ¿Que todo fue un error, un hermoso error que les
devolvió el alma al cuerpo y la vida a Selena? ¿Quiere no sentirse
culpable para siempre? ¿Quiere ver a su hija feliz? Si es así, déjeme
aquí a solas con ella. Usted vaya por unos minutos a ver a los suyos,
dígale palabras alentadoras, dígale que tal vez Dios los puso a prueba
para saber la importancia de las cosas, de lo que realmente es valioso
para todos ustedes. Dígales que usted aún espera alguna señal de él, una
señal que le dé sentido a todo esto”.
El padre de Selena me miró e increíblemente se quedó un largo rato
mirando hacia el suelo pensando. Creí que al decirle eso iba a despertar
al Quintanilla de siempre y que llamaría a Seguridad, o él personalmente
me iba a sacar del lugar. Pero su ánimo y la soledad lo pusieron
reflexivo y pensativo. Definitivamente, no había aún reaccionado. No
podía ni quería aceptar la realidad. El abrir ese cajón lo pondría en
esa realidad y ya sus esperanzas de que nada fuera cierto se cerrarían
para siempre. Levantó la vista, me miró largamente, miró el cajón y
luego se dirigió a mí para decirme: “En 10 minutos tengo que volver a
habilitar el lugar para que la gente empiece a despedirla. Ése es el
tiempo del que tú dispones. Cuando vuelva yo aquí, no podré hacer nada
por ti si te vuelvo a ver. Tú sabrás lo que quieres hacer. Por tu mirar,
sé que harás algo bueno por mi hija. Lo intuyo, lo presiento. Te daré
ese tiempo para creer que todo esto que sucedió no ha pasado”.
Tragué saliva y asentí con mi cabeza. Él se dirigió hacia la puerta y
sólo se volvió para decirme. “Ojalá que cuando vuelva tenga la noticia
de que mi hija sigue viva en algún lado. Espero que en 10 minutos pueda
decirle eso a mi familia, a la gente, a la prensa, a todo el mundo. ¿Tú
crees que tengo esperanza de que eso pueda llegarlo a decir … en 10
minutos?”. Yo lo miré y le dije que si él tenía fe, si le ponía mucha
fuerza a creer que Selena estaba viva, y que estaba convencido de que es
así y que de ninguna manera se ha ido, es muy posible que sea así. “Pero
eso sí -lo sentencié-: prométame que si la vuelve a ver la protegerá
como se debe y la dejará soñar con sus propios sueños, y que la ayudará
para que todo lo que se proponga sea posible. ¡¡Prométame que usted
también la ayudará a cumplir sus sueños!!”. Él se acercó a mí, tomó mis
brazos con sus manos fuertemente y me dijo que haría lo que sea para ver
a su hija de nuevo con él y con su familia. Me lo dijo con esas lágrimas,
con esa desesperación, con esa tristeza que es imposible poder definirlo
con palabras, con esa expresión que sólo viviéndola se puede entender su
verdadera dimensión. Yo le dije que se marchara, que no me quitara más
tiempo, ya que quería que no me volviera a ver cuando regresara…
El padre de Selena me miró, se sonrió, me dio una palmada a mis espaldas
y se fue, y antes de cerrar la puerta me volvió a decir “¡10 minutos!” y
se marchó definitivamente. Ahora estaba solo con ese cajón, con algo que
nunca hubiese querido enfrentar pero lo tenía que hacer … por Selena,
sólo por Selena. Sólo mi fe y la incredulidad de su partida, y la no
aceptación de dejarnos tan solos podían revertir este dolor. Cuando pude
dejar de pensar en mi temor y de moverme por darle una nueva oportunidad
a Selena, me acerqué al cajón dispuesto a hacer lo que iba a realizar el
padre de Selena un instante antes para convencerse él mismo de lo que
había pasado. Ahora era yo el que lo hacía para todo lo contrario: para
convencerme de que esa realidad que estaba allí pronto no iba a ser
cierta y de que el mundo se enteraría de que todo fue un error sin
importarle del por qué de ese equívoco, pues la noticia era otra: la
noticia era que Selena estaba viva, estaba viva por la fuerza, el deseo
y la voluntad de todos…
Cuando me decidí, me acerqué y abrí el cajón … No quería hacerlo, me
parecía truculento y hasta ultrajante tener que realizar ese acto, pero
lo tenía que hacer. Tiempo atrás, el solo hecho de imaginarme la escena
me hubiese puesto la piel de gallina, me hubiese corrido un frío helado
en todo mi cuerpo y me hubiese paralizado para siempre. Sólo me dio
valor el hecho de que si lo hacía, Selena se despertaría. Sabía que
tenía que pasar por todas estas pruebas, por todos estos sinsabores.
Nada era fácil, todo era doloroso, pero sólo podía hacer algo en ese
momento, pues lo hecho no se podía modificar. Sólo podía hacerlo con los
hechos consumados, y sumido en una profunda fe y con la noble intención
de darle vida a Selena aun a costa de la mía. Pero para eso tenía que
mirarla … Cuando lo hice, rompí en llantos por un largo rato, lloré por
todos estos años de dolor por su ausencia. En un punto me alivió el
hecho de ahorrarle la experiencia a su padre. Él hubiese sentido lo
mismo sin poder hacer nada. En cambio, yo sabía que podía hacer algo.
Verla allí con esa expresión seria, adusta, tan impropia de Selena, que
no se condecía con su vida, con su historia, con su alegría, con sus
ganas y con su Amor, era desolador. El verla así era certificar su
incredulidad por lo sucedido, el absurdo de ver y de sentir lo peor en
un instante, sin poder reaccionar, sin poder decir ni hacer nada. No
podía verla así, no quería verla así, no quería que todos se llevaran de
ella esa penosa imagen, no quería que la vieran derrotada en manos de la
maldad, de la mediocridad, de la mentira, de la falsedad y de la
injusticia. No quería que el mundo se la llevara así. Alguien le tenía
que devolver esa vida, alguien le tenía que dar esa energía para que
pudiera darle esa nueva oportunidad, esa nueva posibilidad de ser feliz
y de dar felicidad a la gente…
Tenía temor, mucho temor. Sabía a lo que me exponía y sabía lo que
estaba sacrificando, pero no podía seguir admitiendo que esa mujer de 23
años se fuera sin otra oportunidad, no podía admitir que una mujer con
todo por hacer y con tantas ganas de hacer algo por su vida y por los
demás se fuera por un acto absurdo e inadmisible. No podía admitir que
ella no tuviera la oportunidad de vivir como la tuve yo. No podía
admitir que el mundo se perdiera de verla. No podía admitir que el mundo
no la conociera o se olvidara de ella por el absurdo paso del tiempo …
¡No! Yo tenía la energía que ella no tenía. Yo tenía las ganas que ella
no tenía. Yo tenía la vida que ella no tenía. Yo tenía una fe que ella
la fue perdiendo en su camino desesperado al lobby del Days Inn … Con
ese valor y con esas ganas la miré y le dije: “Selena. Escúchame.
Escúchame bien. Pronto despertarás. En un principio, no recordarás qué
pasó y por qué. Sólo te sentirás con un pequeño dolor en la espalda y te
encontrarás en el hospital en observación. A medida que pase el tiempo
te llegarán las noticias y empezarás a recordar de a poco lo sucedido.
Te preguntarás cómo te sucedió eso y cómo te salvaste cuando todos te
daban por perdida. No pienses en eso. Ni siquiera pienses en esa mujer
ni en lo que digan ella y sus familiares. Piensa en lo que pudiste
perder y que lo recuperaste. Piensa en tu felicidad. Piensa en todo lo
que quieres realizar. Piensa que tú estás primero a la hora de ser feliz.
No te sientas obligada a ser tantas cosas por los demás. ¡¡Ya has hecho
demasiado!! Piensa en los que realmente te aman. Piensa en la gente que
se te acercará a ti con lágrimas en los ojos y que por unos días lloró
sin consuelo. Piensa que ellos sólo te escucharán a ti y te creerán a ti.
Sólo les bastará que les hables como siempre, que les digas todo con la
sinceridad y con la naturalidad de siempre. Si tú actúas como siempre,
ellos no te defraudarán, te amarán más que nunca y te cuidarán más que
siempre. Nunca sientas miedo de ellos. Pero eso sí: cuídate, cuídate
bien de todos los que te rodean, porque muchos se querrán aprovechar de
tu fama, de tu bondad y de tu sinceridad. Antes que nada, diles a tu
padre, a tu esposo y a tu familia qué quieres y qué es lo que realmente
deseas. Te aseguro que ellos lo entenderán y lo aceptarán. Sabrán que
para seguir felices, y no tener ni contratiempos ni desgracias
inadmisibles, todos se tienen que escuchar y todos tienen que luchar
juntos para ser felices cumpliendo sus sueños. Tu padre comprenderá que
es tan importante para ti cantar como dedicarte a tus diseños, y por
ello programará tus conciertos y tus actividades como cantante en
función de tus labores en Selena Etc. Rodéate de la gente que te lleve
por el camino que deseas. Hay mucha gente que quiere cantar contigo,
pues ve en ti un futuro sin barreras. Hay mucha gente que quiere lo
mejor para ti y que te ayudará en todo lo que emprendas. No sigas a
aquella gente que con cualquier excusa te frena en tus objetivos, te
aparta de tu felicidad, pretende que los atiendas para que no sigas tu
camino sabiendo que a la larga tendrás que dejarlos para poder crecer.
Deja que ellos busquen su camino a la felicidad y que no te usen a ti
para paliar su mediocridad y por no saber qué hacer con sus vidas.
¡¡Vive tú, Selena, verás que si les demuestras que estás bien con tu
vida, ellos lo terminarán aceptando y te lo agradecerán!!”.
Cuando terminé de decir eso, tomé sus manos y la miré con ternura. Sabía
que era lo último que le iba a transmitir. Sentí a la vez una hermosa
sensación al tocarla pues podía sentir su Amor en mis manos. Sentía una
gran felicidad al ver que esa mujer iba a seguir viviendo, que semejante
bondad en un ser humano no se había marchado. También sabía que después
de ello pronto despertaría. Cuando alcancé a ver que ella abría sus ojos
y se despertaba como en un largo sueño, sentí que mi cabeza daba vueltas
rápidamente y me desmayé. Por un largo rato estuve inconsciente. Cuando
logré recuperar el conocimiento, sentía un gran dolor en la espalda y
una gran debilidad. No sabía lo que estaba pasando. Sentía como si me
estuvieran trasladando en un auto o en una ambulancia. Quise levantarme
pero no pude. No tenía fuerzas y sentía que algo o alguien me sujetaba
con cuidado. También sentí que alguien me decía que me quedara tranquilo.
El ruido de una gran sirena acaparaba todos mis sentidos. Esbocé una
sonrisa. Sentía que había logrado mi objetivo. No importaba lo que
estaba pasando conmigo. Sí me importaba lo que le pasaba a Selena. Mi
propia obsesión hizo que quisiera escuchar lo único que deseaba oír
antes de sumirme en un largo sueño. Cuando creí que nada podría
certificarlo, alguien le dice al conductor del vehículo: “¡¡Prende la
radio, por favor!! ¡¡Acaban de decir que Selena está bien, que no se ha
ido. Que está herida, pero bien!!”. Escucho el sonido de la radio y al
padre de Selena diciendo: “Agradezco a Dios este milagro. Era como
muchos decían. Fue un error. Un increíble y maravilloso error. Ya lo
explicarán mejor las autoridades. ¡¡Pero lo más importante es poder
decirles y certificarles que Selena está bien y viva!! ¡¡Todavía no
puedo salir de la emoción!! Ojalá pudiera agradecer y a abrazar a quien
me dio esa voz de aliento cuando ya nada tenía para decir ni para
ofrecer. Créanme que hace tres días cuando anuncié aquello sentí que yo
también había muerto … Hasta desee que me dispararan a mí también …Sólo
le quiero decir a aquella persona que me dio esa esperanza, donde quiera
que esté, que Selena está bien, que pronto estará con todos nosotros ¡¡y
que la cuidaré mucho para que sea feliz con su vida!!”. Se me estaban
cerrando los ojos, estaba muy débil, pero no importaba. Eso no era lo
importante. Corrían varias lágrimas por mi mejilla y sonreía de
felicidad. ¡¡Selena estaba viva. Selena estaba bien. Selena estaba feliz!!
Su padre lo había comprendido e iba a cumplir lo prometido. Valió la
pena el esfuerzo. Valió la pena el sacrificio. El mundo será otro. No
importaba si yo lo iba a ver. Lo importante era que Selena sí lo iba a
poder ver…
Más tarde, cuando volví a abrí los ojos, estaba todo oscuro. No se oía
nada ni se veía nada. Pero no quise averiguar más. Quería llevarme esa
última hermosa sensación y no la de todos los días, la de vivir un nuevo
sueño y de romper en llantos ante la dura realidad. Estaba seguro,
quería estar seguro de que todo había cambiado y de que Selena era una
mujer feliz aunque yo no estuviera allí para contarlo…
(Sólo espero que todo lo que desee toda mi vida se haga realidad. Que no
haya más sueños ni pesadillas. Que no haya más pena ni olvido. Sólo
espero que sólo haya una realidad, un mundo con Selena, una vida con
Selena. Espero que haya valido la pena haber dejado todo para que así
sea, para alegría de Selena, para alegría de un mundo necesitado de su
Amor.)
Selena: vives y vivirás por siempre y para siempre en mi corazón…