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Sergio's Journal
 

English Translation click here    
  Sergio Ernesto Rodríguez
Buenos Aires, Argentina  Date: June 20th, 2011
 
 
 

Aquel día en el que te conocí, Selena…

 
 


La recuerdo y aún me cuesta creerlo. La miro y sigo sin entender. La partida de Selena nos cambió a todos. A muchos se les notará menos, a otros más. Entre estos últimos estoy yo. Yo ya no pude ser el mismo desde que ese absurdo que le sucedió se hizo realidad en nosotros. Me costó poder asumir una vida sin ella, un día sin ella, una fiesta, un acontecimiento, un festival, un concierto sin ella. Es que yo era periodista y hacía poquito que había empezado a ejercer la profesión. Aún recuerdo cuando me dijeron del diario en el que trabajaba que debía ir a cubrir la edición N° 15 de los Tejano Music Awards y traerles una entrevista con ella. Obviamente que yo ya sabía quién era Selena, lo que representaba para tanta gente, el ascenso a pasos más que agigantados en su carrera musical. Pero yo seguía otra música por un lado y no me dedicaba en general a espectáculos en los medios en los que trabajaba. Es que justo la persona de la Sección Espectáculos que debía cubrir esa fiesta a celebrar en San Antonio se había enfermado y todos los que podían reemplazarlo estaban asignados a otros menesteres. Así que me llamaron a mí y me plantearon el asunto. “Pero yo no conozco tanto a Selena ni me dedico a hacer estas coberturas. ¿Les parece que puedo ser el indicado?”. Todos me dijeron que sí, pero sus explicaciones no me conformaron para nada. Siempre creí que se querían sacar el “problema” de encima, pues si bien todos querían a Selena nadie quería viajar a San Antonio para una entrega de premios. “Total -decían todos- Selena vendrá pronto a Monterrey. Allí la veremos tal como nos gusta, ¡¡en concierto!!”. Selena era amada aquí en Monterrey desde hacía unos años, pero en 1994 Selena se había convertido en un huracán difícil de poder parar. Fui a ver a Roberto, el periodista que debía haber ido a esa entrega de premios. El pobre estaba muy maltrecho por el cuadro virósico que lo postró en la cama. Pero estaba peor de lo que pensaba al advertir que parte de su gran lamento era que no podía ir a ver a Selena. “Ya verás, Santiago -me dijo con una sonrisa que sólo se le dibujaba si hablaba de ella, si se hablaba de ella-. Te encandilarás con su presencia, te rendirás a tus pies. No será necesario que tú vayas hacia ella. Selena irá por ti antes de que le llegues a hablar. Ella te meterá en su mundo y si entras no querrás salir más de él. Si te gusta cómo actúa te terminará ganando cuando estés frente a ella. Selena es una gran artista pero mejor persona. Ya verás que es como te digo. Lo notarás en cuanto la veas. Selena es distinta, distinta a todas. No importa si seguías su música. No importa si no te gustaba, o si te molestaba que se le pasara muy seguido por la radio o por la televisión. En cuanto la veas actuar, en cuanto la tengas frente a ti en una entrevista tu forma de ver las cosas, tu concepción de la vida, tu mirada frente a todo cambiará. Creeme, Santiago. Yo no seguía a Selena. Un día hace dos años la fui a ver al primer Gran Rodeo en el Houston Astrodome y quedé impresionado, y cuando la entrevisté no la dejé más. No sabes lo que lamento no poder ir a ver a Selena en ‘La quinceañera’. Pero bueno. Las cosas no surgen por sí solas. El destino quiere que la conozcas tú también. Aprovéchala. Ella no te defraudará. Da mucho más de lo que esperas, de lo que imaginas. Si por mí fuera iría en silla de ruedas, pero los médicos fueron muy estrictos conmigo. Así que aprovecharé este parate para verla nuevamente en el Houston Astrodome en un mes”. Me costaba creer que pudiera hablar de Selena así un tipo que tenía gustos tan diferentes de los que normalmente gustaban de su música, pero era más que obvio que estaba encandilado por Selena. Me pregunté si era bueno para mí que él me hablara tanto y tan bien de Selena. Sentí que me condicionaba un poco. Podía pensar que exageraba y por lo tanto plantear las cosas de modo distinto del que él lo había tomado. Podía seguir a pie juntillas sus palabras y sólo dedicarme a alabarla y a hacer un reportaje más que complaciente. Me había propuesto hacerme el malo y empecé a buscar en reportajes y en diferentes notas qué había de polémico en Selena, qué declaración de más había hecho, si había hablado despectivamente de otro artista y si alardeaba de sus triunfos … Para mi asombro no encontré nada, absolutamente nada de ese estilo. Descubrí que Selena no buscaba polémicas, no hacía del escándalo su forma de hacerse conocer y ni siquiera incentivándola a que dijera algo picante, ella nunca se prestaba al juego y siempre se apartaba de ello; no buscaba que nada irritante saliera de su boca. Como hallazgo en aquel momento, tiempos en los que Internet estaba lejos de nuestro alcance, pude ver parte de un reportaje que le hiciera Don Francisco en su programa “Sábado gigante”. En él cuando Don Francisco le pregunta por su participación en la película “Don Juan de Marco”, él le agrega a modo de broma “Qué gordo está Marlon Brando, ¿no?”. Selena se sonroja y trata de no decir nada, pero como Don Francisco insistió, Selena dijo que ella no podía decir nada al respecto. Tal vez otra artista, para quedar bien con el presentador o con el público, le hubiese seguido el juego, pero Selena no quiso, pues sabía y hacía saber cuál era el límite, cuál era la barrera que ella no quería pasar. En otra oportunidad, Jesús Soltero le comentó la diferencia que había entre el público de Estados Unidos y de México, y convenía en que mientras el primero era menos fogoso y más callado, el mexicano cantaba y gritaba más, por lo que era más participativo en los conciertos. Selena en principio le dio la razón, pues en definitiva era más que obvio que Selena disfrutaba más de los conciertos mexicanos, en los que tenía al público muy cerca de ella y con ganas de seguir su canto y su baile, que los norteamericanos, en los que muchas veces se veía de lejos los conciertos y se participaba en menor forma. Pero enseguida Selena le aclaró que los dos públicos eran efectivamente diferentes pero cada uno era valioso a su manera, pues en definitiva los estadios mexicanos y norteamericanos estaban dispuestos en forma diferente y eso condicionaba el comportamiento de cada uno de ellos. Creí al ver ese video que tal vez Selena sólo hacía una declaración de circunstancias para no quedar mal con nadie, pero en verdad lo decía con propiedad: los lugares en los que cantaba Selena en Estados Unidos eran campos de rodeo y allí el público sólo era admitido en las tribunas, y éstas en general estaban lejos del escenario. En cambio en México, Selena cantaba en estadios de fútbol y allí se admitía a la gente en el campo, por lo que la gente estaba casi encima de ella. Pero más allá de todo Selena jamás iba a hablar mal de nadie, pues así había sido educada y así era en verdad. Si Selena iba a ser exitosa lo lograría por su canto y por sus actuaciones, no por las polémicas y por declaraciones fuera de lugar…

Había hecho los llamados correspondientes para tener todas las acreditaciones, alojamiento, vuelos, móviles para trasladarse y todo lo necesario para presenciar los Tejano Music Awards, y de allí ubicar a Selena para al menos tener alguna palabra de ella. Como todo periodista de oficio sabía perfectamente que en cuanto cubriera el acontecimiento no iba a alcanzar con que contara el Festival, la entrega de premios, todo lo que había logrado Selena y lo que se había cantado allí. Yo tenía que volver con las palabras de Selena, debía volver a la Redacción con el grabador y que allí se escuchara inequívocamente la voz de Selena. “Ni se te ocurra volver sin el testimonio de Selena. Para eso te mandamos. Todo lo demás que puedas contar será de relleno. Para contar sólo eso te puedes quedar aquí y averiguar todo por teléfono”, me sentenció mi jefe. Es difícil ser periodista. Te piden que te metas en cualquier lugar, en cualquier circunstancia, en cualquier momento con tal de que logres la nota. Y a veces uno cree que hay lugares en los que no hay que meterse, situaciones en las que no hay que involucrarse, vidas privadas que no deben ser violentadas, pero en infinidad de oportunidades hay que hacer tripas corazón y lograr la bendita nota, pero siempre teniendo en cuenta que hay que ser como Selena y no permitir ciertas cosas. No es que haya que ser, se debe ser … Una vez que logré todo, me avoqué en el tiempo que tenía antes de viajar a San Antonio a seguir averiguando sobre Selena. Quería tener toda la información disponible para saber preguntarle lo apropiado, no ser tan poco profesional como para preguntarle cosas obvias o que demostraran que no sabía bien cómo había llegado al lugar en el que estaba, qué clase de artista era y su verdadera importancia. Leí todas las notas que se le habían hecho, pero busqué tener a mi disposición imágenes de ella, verla cómo actuaba, cómo se comportaba en el escenario y fuera de él, pero también quería saber qué tan popular Selena era. Yo tenía la impresión errónea de que Selena no era tan popular, que había tenido notoriedad en el último año por sus grandes y constantes apariciones en los medios, y por los importantes y cada vez más seguidos galardones que obtenía. Pero hubo algo que me inquietó y que me daba la verdadera magnitud de Selena. Alguien me facilitó la grabación de Selena en el programa “En vivo”, de Ricardo Rocha. La persona que me lo acercó me dijo: “Mira qué bien actuaba Selena y mira qué guapa lucía”. Yo lo vi y más allá de certificar que era cierto lo que me había dicho esa persona, lo que más me llamó la atención era lo que le habían dicho los presentadores del programa en un pequeño reportaje que se le hiciera en el medio del show. Allí pude saber que Selena estaba entre las 200 personalidades más famosas de los Estados Unidos en una lista que incluía latinos, anglosajones y toda clase de artistas. También supe que Selena estaba preparando un disco en inglés, en lo que iba a ser su proyecto más importante del año 1995. También me enteré que preparaba una gira sudamericana que incluía Argentina, Paraguay y Bolivia. Y allí pude saber cuál era el gran secreto del éxito de Selena: Selena no sólo era considerada una gran artista sino una gran persona, tanto para el público como para los mismos artistas. Me llamó la atención que le señalaran que el público no sólo le gustaba Selena y la admiraba, sino que necesitaban que se sintiera bien en los lugares en los que estaba, que estaba en ellos la necesidad de protegerla, de cuidarla, de hacerla sentir acompañada, de no dejarla nunca sola pero no para molestarla sino para darle todo su cariño. Allí me di cuenta de que si bien para mucha gente y para los grandes medios de comunicación Selena era conocida desde hacía un par de años, para mucha gente, sobre todo en Estados Unidos, Selena era conocida desde hacía muchos, muchos años. Lo pude comprobar quedándome impresionado por los premios de Selena en los Tejano Music Awards. Ella recibía premios desde que tenía 16 años y ya antes de esos galardones había sido varias veces nominada. Allí di cuenta de que Selena desde muy pequeña iba en un bus de pueblo en pueblo dando conciertos, dando alegría a gente que no recibía a nadie conocido pues nadie iba a visitarlos. Conforme iba sabiendo más cosas de Selena más entendía la magnitud de su éxito. Allí entendía no sólo el afecto y el cariño de la gente sino que era mucho más popular de lo que creía. Allí entendí que la realidad no sólo es la que mostramos nosotros en los medios sino lo que se ve afuera en la calle, en cada pueblo, en cada ciudad. Viendo esta realidad encontraba la respuesta a la pregunta recurrente acerca de cómo alguien como Selena que durante mucho tiempo no supo hablar el español era tan apreciada como artista. Una respuesta que era confirmada ampliamente cuando uno veía cantar y actuar a Selena en el escenario. Verdaderamente al verla me costaba encontrar a una artista que pusiera tanta pasión, tanto sentimiento a sus interpretaciones. Selena podía no saber hablar bien el español pero emocionaba con su canto en forma tremendamente superior a muchos artistas que hablan ese idioma a la perfección. Con Selena uno podía confirmar que había otro idioma, un idioma universal, ese idioma del Amor que sólo pocos podían interpretarlo, y Selena era uno de ellos…Y no había nada, ningún lugar, ningún momento, ninguna circunstancia en la que alguien se quejara de Selena o de que alguien hablara mal de ella. Ricardo Rocha ponderaba que había poca gente que podía decir con propiedad que era querida por sus propios colegas y que nadie de ellos reportara algo contra ella, y Selena era de esos pocos que entraba en esa galería de privilegiados. Con todo esto que averigüé por mi cuenta de Selena fue para mí suficiente. Estaba ante una enorme artista, muy popular y una gran persona. Pero ahora tenía que certificarlo yo. Y yo, como desconfiado, cabeza dura, y con mis ganas de siempre de llevar siempre la contra a todo me decidí a ir a San Antonio, a certificar si Selena era tan buena como decían, a ver si Selena podía convencerme en su preciada entrega de premios tejana…

Llegué a San Antonio bien sobre la hora del inicio de los Tejano Music Awards. Llegué al hotel sólo para registrarme y dejar mis cosas. De inmediato me fui al lugar en el que se desarrollaría la ceremonia. Una vez allí sólo me dediqué no sólo a mirar la entrega de premios y a la actuación de los artistas sino a ver a la gente, a los invitados, a sus reacciones, a sus comentarios. Siempre consideré importante mi mirada de las cosas, no sólo contentarme con ver más de cerca lo que ya se veía por televisión. Y cada vez que subía un artista para recibir los premios inmediatamente me ponía a mirar lo que pasaba alrededor y con ello darme una mejor apreciación de las cosas. Hasta un cierto punto todo se desarrollaba con cierta normalidad. No dejaba de ser para mí una simple entrega de premios con sus altas y bajas, con sus mejores momentos, con sus instantes intrascendentes, hasta que algo cambio. Lo noté en el aire, en la gente, en los invitados, hasta en el tono de los presentadores. Tardé en darme cuenta qué estaba pasando hasta que vi que alguna gente se acercaba, que mucha gente se paraba y aplaudía, y a lo lejos una multitud que coreaba su nombre. Había aparecido Selena … Quedé impresionado. Sentí como si todo hubiese oscurecido de golpe y sólo quedara una luz azul que de lejos proyectaba y seguía su andar. Selena apuraba su marcha en busca de su lugar sin dejar de sonreír y sin dejar de saludar a todos. Detrás venía su padre que la custodiaba de cualquiera que se le pudiera acercar perturbando su paso y el de toda la banda. Casi me quedo sin aire. Es que tenerla tan cerca, verla y sentir lo que generaba no sólo en la gente sino en mí es difícil de poderlo describir. Si tuviera que limitarme a decir cómo lucía era muy curioso. Yo que la tenía siempre con el pelo suelto, largo, lacio y con flequillo, o con su variante sin flequillo, o con el pelo atado y con rodete, o con su sorprendente peinado voluptuoso y enrulado que se hiciera famoso en sus conciertos en la Feria de Monterrey, esta vez estaba con un raro peinado nuevo. Lo tenía de una manera que parecía como si lo tuviera cortito pero unos buclecitos sueltos denotaban que no era así. Pero ese aire que daba su peinado más el hermosísimo vestido morado que la acompañaba le daba un aire angelical que no olvidaré jamás. Pude apreciar allí la personalidad que tenía esa mujer, lo avasallante que era con su andar, con su porte, con su mirada, con su sonrisa. Era literalmente imposible no mirarla, era imposible no seguirla con su paso por los pasillos. Estando cerca de Selena yo podía certificar que ella tenía un ángel, algo mágico, hechizante que hacía que uno inmediatamente le tomara cariño. Me acordé de Roberto y me dieron ganas de encontrar un teléfono a mano para decirle que tenía razón, que tenía mucha razón en lo que me había dicho. Selena era distinta, era una mujer especial, tocada por la varita mágica que le marcaba un destino de princesa, de Reina, de artista consagrada y querida mundialmente. Desde que ella apareció me olvidé de los premios, de la fiesta, de la ceremonia. Para mí todo eso tenía sentido si estaba Selena. Ni siquiera me importaba que estaba allí para buscar entrevistarla o sacar algún testimonio de ella. “De última le diré a mi jefe que tengo mis impresiones sobre ella, que le puedo contar lo que hizo, lo que generó con su presencia, cómo lucía, cómo era el festival con ella y sin ella. Eso era lo más importante. Y si no le servía que me echara, no me importaba. El solo verla colmó todas mis expectativas. El sólo saber que en el mundo hay una mujer así me era suficiente para ser feliz toda la vida”, pensé mientras la veía sonreír, recibir tímidamente sus premios, angustiarse insólitamente pues uno de sus premios por error fue dado a otra artista y cuando ésta se enteró se puso muy mal y con ella Selena, quien no quiso recibir dicho premio. Era demasiado, demasiado para mí. Sentí que mi vida no iba a ser la misma viendo y presenciando un festival con semejante artista. Había que verlo para creerlo, había que sentirlo para apreciarlo. Pensé que estaba todo dicho, pues sabía que no iba a poder acercarme a ella. Había dentro y fuera del recinto un mundanal de periodistas queriendo sacarle una respuesta y ella estaba bien custodiada. Pero de pronto pude comprobar que Roberto una vez más tenía razón…

Yo no podía dejar de mirarla. Tenía una gracia, un carisma, una personalidad que generaba una áurea tras su figura. Quisiera o no, ella era el centro de la atención de todos. Yo me sentía doblemente presionado. Por un lado, quería acercarme a título personal. Quería decirle lo que sentía por ella, lo que ella me generaba, cómo había llegado hasta aquí, cómo el destino me llevó a su encuentro. Para mí era necesario, inevitable decirle el cambio que generó en mí, que una vez que uno la admiraba era inevitable quererla y mucho, que quería desde lo más profundo de mi corazón que le fuera bien, que llegara a ser la gran estrella internacional que se había propuesto ser, pero por sobre todo quería decirle que fuera feliz, que mantuviera esa sonrisa, esas ganas de vivir que transmitía en cada acto de su vida, en un cada instante de su existencia. Pero por otro me asistía la presión de mi jefe en el que él quería que le diera la nota, el reportaje, el testimonio. Por un lado, sólo quería acercarse la persona. Y por otro, debía acercarse el profesional, el periodista. Y para colmo de males, mi tremenda timidez agigantaba mi inmovilización. Me sentía petrificado. No sabía qué hacer. Bueno, en realidad, sí sabía qué hacer, pero no me animaba. Temía quedar mal parado con ella, recibir una negativa si le pedía una nota, no caerle bien si me acercaba para decirle una palabra, temía defraudar, molestar, perturbar. Por un instante había perdido la noción de lo que era realmente Selena. Por un momento pensé que era todo lo contrario de lo que ella realmente era y que yo lo sabía perfectamente. Casi estaba por desistir de hacer cualquier intento, mandar todo al cuerno y renunciar a mi trabajo, cuando veo que Selena comienza a mirarme y a sonreír. Pensé que estaba riéndose de algo que sucedía tras de mí, en el escenario o entre el público presente, o que quería saludar a alguien que había llegado por allí. Pero no. De pronto veo que Selena hace un gesto de que esperen en la mesa en la que estaba y acelera el paso hacia donde estaba yo. Yo no sabía cómo reaccionar. Me debatía entre desear que fuera yo al que buscaba o mejor no para evitar tener que enfrentar la situación con el riesgo de que pudiera defraudarla. Hasta que Selena llega hacia mí, me saluda, me da un beso en la mejilla y me dice: “¡¡Hey!! ¿Cómo estás? ¿Estabas buscándome? ¿Te conozco de algún lado? ¿Quieres hablar conmigo? No sé. Por ahí me equivoco, pero me dio curiosidad. ¿Es la primera vez que vienes aquí? Dime, por favor”. Yo temblaba como una hoja. Tenía razón Roberto. Si por mí fuera hubiera estado un siglo en animarme a decirle una palabra, y ella se acercaba como si me conociera de toda la vida. “Bueno, Selena. Antes que nada un gusto de conocerte. Yo soy Santiago. Vengo de Monterrey. Soy periodista especializado en actualidad y política. Lo que sucede es que el periodista de espectáculos se enfermó y entonces me mandaron a mí…”, sólo dije casi susurrando. “¡¡Oh!! ¿Qué? ¿Roberto está enfermo? ¿Pero está bien? Dime luego dónde está, así lo llamo”, me dijo con preocupación. Yo no podía creer lo que estaba viviendo. Sentía como si las estrellas fuéramos nosotros, los periodistas, y no ella. No podía creer que ella se acordara de Roberto sin que yo se lo mencionara. No podía creer la humildad, la espontaneidad y el don de gente de una artista como Selena. Por mucho menos varios artistas ni te dirigen la palabra y le tienes que rogar para que te den una nota. Con Selena parecía que dependía de mí para que se cumpliera lo que quisiera. Era increíble, pero real. ¡¡Era posible que gente como Selena todavía existiera en este planeta!! “No te preocupes, Selena. Ya te acercaré todos los datos sobre Roberto, pero déjame decirte…”, traté de explicarle. “¡¡Ey!! Entonces tú no conoces ni a mi familia ni a mi banda. Ven, acércate a mi mesa. Allí podremos hablar más tranquilos y de paso te los presento”, me dijo con una sonrisa. Yo sonreí de agradecimiento, pero en mi interior sentía por Selena mucho más que eso. Esa mujer era sencillamente increíble. Es como si me hubiese leído la mente con sólo mirarme y sólo facilitaba mis cosas sin decirle nada. Llegamos a la mesa y Selena me presentó a todos. Cuando les comunicó lo que sucedía con Roberto, A.B. se ofreció a llamarlo en ese mismo momento con la promesa de que Selena lo haría luego. Yo le pasé todos los datos y se los entregué. A.B. tomó el papel y partió presuroso junto con Chris en busca de un teléfono para llamarlo. Selena le dijo que le manifestara su deseo de que se mejore pronto y luego me miró y me dijo: “Bueno, aquí estoy Santiago. ¿Qué quieres saber de mí?”. “Pero Selena. ¿Acaso no te molesto ahora? Estamos en plena ceremonia de premiación. ¿Y si te llaman para recibir un premio?”, traté de llamarla a la reflexión. “¿Y quién dice que recibiré otro premio?”, dijo Selena y echó a reír a carcajadas. “No, no, Santiago. ¡¡Es broma!! Discúlpame, pero no lo puedo evitar. En realidad, las ternas que siguen son de rubros en los que no estoy nominada, por lo que no hay problema, por ahora. De última, si me toca, me esperas y seguimos hablando…”. Realmente, no podía creer lo que estaba viviendo. Era tal mi emoción que no podía siquiera tener la mente tan despejada como para preguntarle lo más claramente posible. Sentía que de nada me había servido haber leído y visto tantas cosas de ella, pues ahora por mis nervios y por la tremenda personalidad y bondad de Selena no se me ocurría nada, no podía preguntarle nada. Opté por decirle lo otro que quería transmitirle y que me era más fácil expresárselo pues era lo que sentía en toda su dimensión en ese momento… “Mira Selena. Yo no sé si te das cuenta de lo que generas, de lo que eres y de lo que puedes llegar a ser. Pero yo que vengo de un mundo diferente en el que tú sólo eras para mí alguien muy querido por tanta gente, debo confesar que tienes un ángel y un magnetismo muy especial. Te estuve observando en estos días en conciertos y en reportajes para poder tener la mejor y mayor información posible de ti para saber qué decirte, qué preguntarte. Y más allá de que todo eso me sirvió para saber quién eras y qué representabas en toda su dimensión, nada de ello alcanza para explicar lo que significas hasta que se te ve, se te conoce en persona, puede ver lo que generas con tu presencia, la admiración que provocas en cuanto se te ve. Te puedo asegurar que en estos días comencé a apreciarte y a admirarte. Pero ahora que te veo y, fundamentalmente, te comienzo a conocer, sólo puedo decirte que le agradezco a Dios haberte conocido…”. Selena se sonrojó con mi comentario, pero no pudo evitar romper el clima que le generaba nervios y del que no podía salir con tranquilidad y control de la situación … “Bueno, más que a Dios, ¡¡debes agradecerle a Roberto!! ¡¡Uy!! ¡¡Perdona, perdona!! Es un chiste, sólo estoy bromeando … Bueno, gracias, muchas gracias. Es que no sé cómo reaccionar con estas cosas que me dices. Sólo deseo que todo lo que está a mi alrededor y a mi alcance esté feliz y sólo sonría. Me gustaría poder con lo que hago hacer feliz a toda la gente…”. Para que Selena no se sintiera incómoda con aquellos sentimientos que le costaba expresar y manifestar, le dije si tenía algún problema con que le hiciera el reportaje formal que me pedía mi jefe y le mostré el bendito grabador. Selena se sonrió y me dijo: “Claro que no hay problema. En definitiva, ése es tu trabajo y lo respeto muchísimo. Sé lo que es ir a pedir cosas que necesitas mucho, y tienes que esperar más de la cuenta y la enorme voluntad y generosidad de los demás. Así que tú pregunta lo que quieras que yo te responderé. Eso sí. Sólo te pido un favor. Recuerda siempre eso que tú me has dicho. No te pido que lo escribas para tu diario o que lo hagas público. Sólo te pido que lo guardes para ti, pues para mí eso es lo más valioso. Eso es lo más importante que desearía que se recuerde de mí por parte de las personas que me han conocido en todo este tiempo…

Cuando le hice el reportaje formal, traté de que no fueran las mismas preguntas de siempre para que se viera obligada a contestar siempre lo mismo. Le pregunté por sus sueños, por lo que quería para su vida, qué quería lograr, qué mensaje le quería dejar al mundo. Me sorprendí cuando me dijo que ella sentía que éste era su tiempo y éste era su momento, que había luchado mucho para estar en el lugar en el que estaba pero que tenía que seguir porque quién sabe si tendría una segunda oportunidad. Me confesó que deseaba fervorosamente ampliar su familia, tener su nueva casa, estar en quince años feliz con su esposo y con sus hijos habiendo logrado todas las metas propuestas, pero que ahora tenía que focalizar todo en su carrera y en lograr paso a paso lo planificado. “Hoy no me puedo permitir en pensar en tener niños o en retirarme a mi nueva casa a contemplar el sol. Yo lo querría hacer. ¿Quién no lo quiere? Pero antes tengo que asegurarme mi futuro. Para que yo pueda soñar con aquello tengo que ser la mejor cantante internacional y mejor diseñadora. Cuando el camino a esos objetivos esté allanado, empezaré a pensar en cosechar los frutos de mi esfuerzo. Si toda mi niñez y toda mi adolescencia me privé de tantas cosas para lograr ser alguien, ¿cómo me voy a detener ahora, en este momento en el que lo que tanto soñamos lo tenemos a un paso, a un solo paso que implica hacer un esfuerzo más, sólo un esfuerzo más?”. Y luego me dijo algo que recordaré por siempre más que nada por el dolor que implica todo lo dicho: “Estamos en 1995. El futuro llegó. Éste es el año más importante para mí y para el grupo. Me gustaría, desearía, rogaría que todo el mundo me recuerde a partir de lo que me suceda este año. Me gustaría que éste sea el año en el que el mundo entero sepa quién es, qué significa y lo que representa para todos Selena y Los Dinos” ... La vorágine de la entrega de premios más la requisitoria de todos los medios para que Selena diera su testimonio impidieron continuar una charla que hubiese durado muchas horas. Nos despedimos a las apuradas, me manifestó su pesar por tener que terminar la entrevista pero me prometió que habría una nueva oportunidad para charlar … “¡¡Pero esta vez con Roberto!!”, me dijo una incorregible, simpática y hermosa Selena. “¡¡No, no, es broma, es nuevamente broma, Santiago!! Un placer hablar contigo. Me gustaría algún día tener una charla de este tipo con más tiempo. ¿Y sabes qué? Si algún día lo podemos hacer tal vez podamos pensar en un libro. ¿Qué te parece?”, me preguntó Selena. “Me parece genial”, le dije entusiasmado. “¡¡Pues trato hecho!!”, exclamó Selena extendiendo su mano a modo de pacto inquebrantable. Luego se retiró no sin antes dándome uno de sus clásicos saludos de despedida con su boca grande dibujando un “bye, bye” como despedida. Y a pesar de esa despedida, y como si el destino quisiera dejar en mí un único e imborrable recuerdo de Selena, a la salida del evento, cuando la ceremonia había terminado y había galardonado una vez más a Selena como la mejor artista del año, y estaban todos esperando el saludo y las palabras de Selena, tuve un nuevo encuentro con ella. Yo no esperaba nada más. No quería arruinar tan grato momento con Selena forzando un nuevo saludo en el medio del griterío de los fans, de los pedidos de autógrafos, de las preguntas de miles de periodistas, de las declaraciones de circunstancias. Me quedé en un costadito contemplando la particular figura angelical de Selena con ese peinado, con ese vestido. Sentía que nada borraría ni esa imagen ni ese momento … El destino se encargó de que fuera tristemente así. Pero en un momento Selena fue desviando su camino para saludar a tal o cual persona y para responder a todas las preguntas. Y de pronto me la encontré en el camino. “¡¡Hey!! ¡¡De nuevo tú!! ¡¡Tanto tiempo!!”, gritó con entusiasmo Selena. De pronto recordé algo de circunstancia que quería preguntarle y que Selena querría responder: “Dime Selena. ¿Qué tienes para decirle a la gente de Monterrey?”. “Que los quiero mucho y que los veré muy pronto. Y dales este beso de mi parte”. Y Selena me estampó otro beso en la mejilla. Selena se fue dándome otros saluditos con la promesa de un nuevo encuentro ... Nunca más sucedió … Sólo me quedó de ella el ruido y el estremecimiento de mi piel al recibir ese beso. Aún hoy lo puedo sentir como si cada mañana cuando me despierto Selena me recibiera con ese beso, una y otra vez…

A veces pienso qué loca y absurda es la vida. A veces me pregunto para qué estamos aquí, quién nos puso en este planeta, un mundo que apenas es un punto insignificante en este universo que ni siquiera sabemos qué es y en qué consiste. A veces me pregunto si realmente hay un Dios o si somos apenas una especie más que habita este planeta y que algún día desaparecerá. Muchas veces me pregunto si somos conscientes del valor de cada minuto de nuestras vidas, si tenemos que pasar por experiencias extremas para saber lo que ello significa. O en realidad aunque vivamos esas experiencias de nada servirá pues a veces para mantener la cordura es mejor evadirse de la realidad y vivir como se puede, siendo feliz con lo que se tiene y soportando la soledad de nuestro ser de la forma más decorosa posible. ¿Hasta qué punto cada uno de nosotros soportaría vivir cada día siendo conscientes de que somos un punto insignificante en este universo, que en un minuto nuestras vidas se pueden transformar en tragedias, que vemos cuál es el destino final de nuestros cuerpos cuando ya no tienen vida, qué sería de nosotros si tenemos la certeza de que nada nos esperará cuando ya no seamos más que un recuerdo para algunos en este bendito mundo? Cuando recibí la noticia aquel nefasto 31 de marzo me maldije no haberla visto a Selena antes, no haberla buscado, no haber hablado aunque sea por teléfono con ella, no haberla visto en el Houston Astrodome un mes antes, no haberla visto en los festivales en los que participó en marzo. Claro, yo pensaba que había tiempo para verla, qué habría miles de conciertos, miles de encuentros, miles de entrevistas. Yo di por sentadas muchas cosas. Pensé que yo era el dueño de mi destino y que Selena lo era del suyo. Yo ya había decidido abandonar la Sección Política y Actualidad para dedicarme a Espectáculos … sólo por Selena, sólo por estar cerca de ella. Pero quise hacerlo de a poco, quise que hubiera un período de transición entre una etapa y la otra. Hice como hizo Selena. Hacer algo ahora para poder disfrutarlo después, quién sabe cuándo, quién sabe dónde. No pensé que todo podía cambiar en un minuto, sólo en un minuto. No estamos preparados para estas cosas. Y probablemente nunca lo estemos. Cuando Selena se nos fue … Cuando Selena se me fue no salí de mi casa por mucho tiempo. Lloré sin parar, tiré miles de cosas por la ventana, rogaba a Dios que no fuera cierto, que me borrara del planeta a mí pero no a ella .... Pero la realidad me golpeaba sin piedad cada día, cada instante. Roberto me vino a buscar a mi casa, preocupado porque desde ese día yo no atendía el timbre de mi casa ni los teléfonos. Había pasado un mes. Trató de persuadirme, trató de convencerme, Trató de que viera el lado positivo de las cosas, trató de convencerme de que Selena estaría feliz en el cielo … En el cielo, ¿qué cielo? Selena estaba feliz aquí. Ella no quería ir allí y menos a los 23, casi 24 años. No. Nadie podía saber qué sentiría Selena si es que uno puede evadirse de la realidad e imaginarse que está en algún lado. Yo sí podía decir qué era lo que sentía, qué era lo que esperaba de esta vida y de este mundo. Selena creyó que con trabajo, con talento, con dedicación, con honestidad, con sacrificio, con la verdad y con humildad todo era posible … El mundo y una psicópata se encargaron de decirle a este mundo que eso no era posible, que era más fácil lograr lo que se quiere siendo una mala persona, falsa, mentirosa, hipócrita, manipuladora. Y aunque muchos, incluido yo, no lo pensemos ni lo creamos, la mayoría actúa como si aquello fuera la verdad revelada…

Por eso abandoné el periodismo, abandoné todo, me marché bien lejos. Me fui a vivir a las montañas, bien lejos del mundo, de la civilización, de la barbarie, de la locura, de la mentira, de la insensatez, de una humanidad que era capaz de sacarnos a Selena de nuestras manos, que era capaz de quitarle la felicidad a tanta gente con la misma crueldad que una persona puede tener para quitarle el juguete más preciado de un niño y no devolvérselo nunca más. Y no sólo no devolvérselo, sino inventar que se perdió, que se lo robaron, decir que en realidad fue el mismo niño quien lo perdió ... Jamás superé la partida de Selena. Cuando sentí que había conseguido la felicidad, cuando pensé que había un futuro promisorio, cuando pensé que un mundo hermoso se hacía realidad, todo se esfumó como pompas de jabón. Hoy vivo en una pequeña casa y me mantengo con lo que obtengo de lo que me ofrece la naturaleza, nada más. No tengo contacto con nadie, No quiero saber más nada de esta humanidad y de este mundo. Sólo quiero que me dejen tranquilo, que no me molesten, que sólo se acerquen a mí si me devuelven a Selena. Mientras tanto, por las noches recorro el cielo con mi vista y me fijo en cada estrella. La busco desesperadamente, espero alguna señal de ella. Quiero pensar que está allí observándonos, esperando y deseando que nadie se olvide de ella, pues si algún día eso sucede, ella se nos irá irremediablemente. Yo creo en eso … Quiero creer en eso. Es la única manera de seguir vivo, de seguir creyendo. Nada es lo mismo sin Selena. Yo sólo espero que algún día Dios, el mundo, la humanidad, lo que sea, hagan algo por el sueño de ella, por la felicidad de los que la supieron querer. Yo sólo quiero que alguien se apiade de los sueños de una mujer tan joven, tan talentosa, tan emprendedora, tan honesta. Yo sólo quiero que la vida, mi vida tenga un sentido con su felicidad…

(Sobran las palabras, sobran los comentarios. Cuando leo el testimonio de Santiago me pongo a llorar irremediablemente. Lloro por lo que le pasa a él que es lo mismo que lo que me pasa a mí. Lloro porque Selena no está. Lloro porque lo que ella representa se lo llevo ese viento de furia y de maldad. Y lloro porque jamás, jamás podré ser feliz si no está Selena. Sólo ver feliz a Selena devolverá la sonrisa a mi rostro…)

Yo sólo te escribo, Selena, para que sigas viva en mi corazón. Yo sólo te recuerdo, Selena, para poder seguir sintiéndome vivo esperanzado con que tú vuelvas a mí…

Te quiere con toda el Alma…

 


 

 
English Translation click here    
  Sergio Ernesto Rodríguez
Buenos Aires, Argentina  Date: June 12th, 2011
 
 
 

Aquel hermoso vestido azul, Selena…

 
 


¡¡Qué momento, qué noche tan hermosa aquí en Monterrey!! Ya se acaba el año. ¡¡Siento que pasó como un rayo!! ¡¡Cuántos momentos, cuántos instantes!! Empecé con un Grammy y lo termino aquí en el Far West Rodeo totalmente repleto y con un público que me grita a viva voz. ¡¡Qué año inolvidable!! ¡¡Quién lo iba a decir!! Para mí esta serie de conciertos no es uno más, tiene para mí un significado muy especial. No sé. Lo siento así, lo vivo así. Estoy con un ánimo espectacular. Por primera vez siento que soy la mejor, que no me para nadie, que he llegado a tocar el cielo con las manos. ¿Quién podrá detenerme ahora? ¿Quién osará hacerlo? ¿Quién podrá quitarme todo lo que logré después de tantos años de sacrificios? Este año 1994 fue el año que tanto deseamos y soñamos mi familia y yo. Al principio tenía mucha ilusión de que podría ser un año con grandes avances pero no tanto. Habíamos arrasado una vez más con los Premios Tejano Music Awards, pero ya estábamos acostumbrados a ganarlos, pero también era cierto que no nos creíamos lo que lográbamos, no nos creíamos más grandes artistas por lograr cada premio. ¡¡Al contrario!! Para nosotros cada premio era un motivo más para superarse. Si yo lograba el premio a la mejor cantante femenina tenía que redoblar los esfuerzos para lograr ganar el premio nuevamente al año siguiente. Lo mismo hacía A.B. Lo mismo hacíamos todos. Y si por esas cosas nos olvidábamos de ese “detalle”, mi padre se encargaría de recordarlo. Siempre fuimos un buen equipo de trabajo. Nadie se ha puesto por encima de ello. Todos tiramos para el mismo lado, pues sabíamos que si lográbamos los objetivos lo gozaríamos todos. Teníamos un gran sueño y un trabajo que realizar. Todos sabíamos lo que había que hacer, y a pesar de que para todos la figura era yo, la gente venía a verme a mí y hasta la disquera se le había ocurrido cambiar el nombre de la banda, pasándolo de “Selena y Los Dinos” a simplemente “Selena”, todos estábamos contentos y felices. Todos nos conocíamos, y todos estábamos consustanciados a la causa, incluso los más nuevos ¡¡y uno de ellos era mi esposo!! Creo que tenemos el grupo ideal pues la familia maneja todo y nadie extraño vendría a aprovecharse de nuestra inocencia y de nuestra fama. Y los pocos que no son de nuestra familia son gente en quien confiamos mucho, les dimos todo y recibimos a cambio cariño y amistad. ¿Qué más puedo pedir? .., Bueno, ¡¡ganar todo!! Nada, no dije nada, es broma, como lo que hice el otro día dejando mi pitón debajo de la cama sin que mi esposo lo supiera … Qué locura … ¡¡y qué risa!! A veces Chris me tiene una enorme paciencia, somos tan diferentes y a la vez muy parecidos. Creo que él tiene la serenidad que yo no tengo, la capacidad de estar horas sin hablar por horas mientras yo le cuento todo un parlamento en pocos minutos. Creo sentirme que estoy en el paraíso ¡¡y no quiero irme de allí!! Así me sentí cuando gané el Grammy. No lo podía creer. Simplemente no lo podía creer ni imaginar. Si aun con el segundo Astrodome lleno allá por febrero me costaba creer la popularidad que tenía aquí en Estados Unidos y en México, ¿qué podía pensar si ganaba un Grammy? Fui a New York para pasear y disfrutar de la fiesta. Para mí era demasiado estar en ese lugar. Muchos artistas conocidos y un montón de gente persiguiéndome para que cumpla con la “reglas de protocolo”. Veía gente que ni me miraba y otros no latinos que cuando les decía quién era, manifestaban conocerme y hasta sabían de nombre algunas de mis canciones. Eso me dio una pauta de que yo era más que una simple cantante latina. Todos sabían que hablaba inglés y que me preparaba para el mercado anglosajón pues ya muchos hablaban de mí sobre todo después del Grammy, de mi participación en la película “Don Juan De Marco” y de la telenovela “Dos mujeres, un camino”. Por un lado, noté que ya lo latino no era tan indiferente para todos en Estados Unidos, y encima yo me preparaba para conquistarlos a ellos. Sentí que estaba a mitad de camino y que me faltaba un pasito, sólo un pasito para convertirme para los latinos en su Reina y para los demás en una gran artista internacional. Ya lo certifiqué el mes pasado paradógicamente no en Estados Unidos, sino en México, más precisamente en Monterrey y más concretamente en el Programa “En vivo”, de Ricardo Rocha. Allí en un minirreportaje que se me hiciera en el medio del concierto en vivo que realicé me anoticiaron de que estaba entre los 200 artistas más famosos en los Estados Unidos, según encuesta hecha a gente de todos los idiomas, de todas las etnias. Y resaltaban cómo el público no sólo me admiraba sino que me quería, que me quería cuidar, que quería verme bien. Es notable todo esto. De ser una artista desconocida a todo esto. Todo me ha salido bien. Encima sacamos a la venta el disco “Amor prohibido” y fue un éxito en ventas, y esas ventas lograron esta locura en Monterrey que ya me adoptó como su Reina. ¡¡Dios mío!! ¡¡Cuántas sensaciones hermosas!! Es sólo dar un pequeño paso más. Otro pasito más. Afuera la gente literalmente explota. Pronto tengo que salir. De pronto siento un pequeño dolor en el estómago, pero son los nervios. Quiero no pensar en ello, pero cada tanto viene esa pesadilla terrible de la que no quiero hablar y mis miedos. Sé que en cuanto salga de aquí me olvidaré de todo y ofreceré mi mejor show… A veces siento que necesito ayuda, necesito a alguien que me dé ese empujoncito, que me ayude a lograr dar ese pequeño pasito para completar el camino a la gloria. Espero que ese alguien escuche mis ruegos y me ayude pronto. Necesito que ese alguien sepa que yo, Selena, necesito de su ayuda para que todo no se me escurra entre las manos. Espero que todo salga bien…

***

¡¡Psst, psst, aquí!!, me dice un señor escondido detrás de unos carteles de una obra en construcción. Casi no percibí su presencia. Iba casi corriendo camino al trabajo pues ya llegaba tarde, por lo que nada ni nadie podía interferir mi corrida alocada hacia mi objetivo diario. Encima iba escuchando la radio que me hablaba de los males diarios por los que amanecíamos y atravesaríamos todo el día en nuestro bendito país. Pero no pude evitar detenerme. Primero lo que me llamó la atención fue la expresión de ese hombre. Había en él una mirada de alguien que me estaba llamando por algo bueno o por algo que me podía servir. Incluso pensé que había perdido algo en el camino y por eso me llamaba. Luego me intrigó el hecho de que estuviera en impermeable en la entrada de ese edificio en construcción. No es que el lugar estuviera cerrado. No es que no hubiera nadie. Es más. Al lado de él pasaban los obreros llevando en sus carretillas el material que servía para seguir construyendo. Eso sí, el día estaba feo y una fina llovizna acariciaba los cuerpos de todos los que andaban por allí. Dentro de lo perturbador de la situación, al menos entendía lo del impermeable del buen señor. “Vamos, no temas. Aunque parezca raro o peligroso, no tengo raras intenciones. Sólo tengo una pregunta para hacerte”. Me acerqué sin entender. Traté de ensayar un último intento para evitar acercarme con un buen motivo: “Es que llego tarde al trabajo y me van a descontar el día…”. “Selena. Tú admiras a Selena. ¿Te gustaría verla?”. “¿Qué? ¿Cómo? ¿Cómo sabes que me gusta Selena? Espera. Espera. ¿Estamos hablando de lo mismo? ¿Te estás refiriendo a Selena o a Selena Gómez?”. El señor se rió, me hizo un gesto con la mano juntando los dedos, me miró como diciendo “Vamos, ¿de qué me hablas?” y luego más seriamente me dijo: “En este mundo cuando se habla de Selena se habla de una sola persona. ¿Acaso no crees tú lo mismo?”. Yo lo miré con satisfacción, me reí y me justifiqué diciéndole que al decirme si quería ver a Selena lamentablemente no lo podría hacer aunque quisiera. Sí a Selena Gómez… “¿Qué te parece viajar en el tiempo para verla? ¿Cuál sería el concierto en el que la querrías ver? Seguro que querrás verla en el Houston Astrodome, ¿no? ¡¡Qué bella lucía allí y que impresionante concierto dio esa noche!!…”, me dijo el señor pasando al fondo del asunto sin escuchar lo que le decía. “¿Pero quién eres tú? No me has dicho quién eres. ¿Cómo sabes que me gusta Selena, que pretendes a cambio? Aparte, si puedo ir a ver a Selena, no me voy a contentar con verla. Voy a querer evitar lo que le pasó”, le dije sumiéndome en una profunda desesperación y tristeza ... “Mira, allí, hay un bar. Tomemos un café y hablemos de todo esto. ¿Aún tienes las fotos de Selena en tu mochila que las llevas todos los días, no?”. Yo lo miré con suficiencia, abrí la mochila, tomé mi bolsita de nylon en las que guardo un montón de fotos de Selena que llevo todos los días de casa al trabajo y del trabajo a casa, y se las mostré. “Debí suponerlo”, me dijo el señor sonriendo mientras entrábamos al bar….

“Antes que nada te digo que si puedo ir atrás en el tiempo y ver a Selena en concierto, prefiero ver a Selena en el Far West Rodeo de diciembre de 1994. Es un concierto que se conoce por partes y querría verlo completo. Además, me gustaría estar con toda esa gente que colmaba el lugar. Quisiera corear el tema “No debes jugar” con todos ellos y bajo la batuta de Selena, quisiera verla actuar con su canto, con sus movimientos, con su voz, quisiera verla a Selena en su plenitud…”. “Sí, tienes razón, es un bellísimo concierto que bien merecería que todos lo vieran completo. Pero hay varios conciertos de esa actuación de Selena en el Far West Rodeo. ¿Cuál elegirías?”. “¡¡La que está vestida de azul!!”; le dije con firmeza y casi a los gritos. “Reconozco que en el que lució vestida de rojo también estaba espectacular, pero en el que te digo hay una interacción tremenda entre ella y el público, y en todos los conciertos de Monterrey lo bueno es que Selena tenía el público bien cerquita, a diferencia de lo que sucedía en Estados Unidos. Allí se podía apreciar mejor el carisma y el talento de Selena. Encima, ésa sería su última aparición en Monterrey. Viéndola allí, ¿quién podía imaginar lo que sobrevendría después? No hay caso. Por más que uno quiera aferrarse a los lindos recuerdos, siempre lo malo estará atormentándonos…”, le dije meneando la cabeza. “Así son las cosas, muchacho. Sé que a ti no te gustan que te hablan de imponderables, de imposibles y del destino, pero sé lo que quieres a Selena y que darías todo por ella. Debo confesar que es muy conmovedor que te sacrifiques tanto por alguien que ya no está entre nosotros. Por eso al menos quiero darte la oportunidad de que la veas. Es lo menos y es lo más que te puedo ofrecer. Porque desde ya que no puedes decirle nada que implique que Selena intuya lo que va a pasar. Si tienes la oportunidad, no le puedes hablar ni de lo que sucederá ni de nada que haga cambiar el curso de las cosas. Sabes que por allí, por querer hacer un bien harás algo peor. Pero quiero que aceptes esta invitación. Quiero que tengas oportunidad de verla. Tanto le has escrito, tantos recuerdos sin haberla vista salvo en videos que al menos mereces esta oportunidad. Además, por allí lo que veas te sirva para tus próximos escritos…”. “Sí, tal vez tengas razón”, le dije sin mucha convicción, ya que para mí escribirle es sólo exteriorizar mi admiración pero también mi angustia por lo sucedido a Selena, y mi sueño imposible de que ella algún día vuelva o de que alguien  me certifique alguna vez que todo esto es sólo producto de una tonta y absurda pesadilla. Nada de lo que yo vea cambiará el panorama. El verla me hará ponerme contento pero por un tiempito, tal vez pueda tener más conocimiento de ella, podré sentir en toda su dimensión lo que es un concierto suyo, pero eso sólo hará que pueda acaso escribir sobre ella con más detalle. Y no es que eso no sea para mí suficiente, pero es como cuando pienso en lo que yo realmente querría hacer por Selena. A mí sólo me interesaría ir a verla para no sólo mirarla, sino para abrazarla, para agradecerle  … y para buscar la manera de que no suceda lo que sucedió. ¿Acaso este señor que sabe tanto de mí no imagina que lo intentaré aunque sea de un modo elegante y sin escándalos. Estaba por decírselo pero él llamativamente me interrumpió en mis pensamientos extendiendo unos boletos. “Toma. Éstas son las entradas para ver a Selena en el Far West Rodeo y es del concierto en el que está vestida de azul. Por lo demás no te preocupes. Te sorprenderás tal vez de cómo viajarás en el tiempo. Cuando llegues a Monterrey habrá alguien que te esperará para llevarte. Está todo arreglado y planificado. Verás a Selena y podrás sentir lo que es ella en vivo en toda su dimensión. Podrás ver a alguien a quien que ya le has dedicado parte de tu vida y lo harás hasta tu muerte, sin duda … Ya sabes lo que no puedes hacer y sería bueno que no lo intentes. Procura que ese día sea inolvidable para ti. De la vuelta yo me ocupo. Luego te digo. Entonces, ¿qué me dices? ¿Aceptas o no?...

***

¿Estará bien que me ponga esta vez boustiers y pantalón azules? Quiero cambiar. En el otro concierto me puse el conjunto de color rojo. Me quedaba muy bien, hice un buen concierto, pero quiero lucir con otro color. No sé por qué, pero intuyo que a muchos les gustará y con el tiempo recordarán este concierto y para bien. Estoy muy nerviosa. Sí, ya sé que lo dije antes. Además, siempre estoy nerviosa antes de los conciertos. Pero esta vez mis nervios son diferentes. Son nervios de expectativa, son nervios de crecimiento, son nervios de estar cambiando de etapa en mi vida. Porque sé que haré un magnífico concierto. Lo intuyo, lo percibo. Esa gente que me está esperando allí me motiva y mucho. Nunca lo diré públicamente pero me gustan más los conciertos en México que en Estados Unidos, pues en la República Mexicana tengo al público bien cerca y eso me permite interactuar más, jugar más, desplegar con más soltura mi voz, mi canto, mi baile. En mis tierras, si canto en estadios, casi siempre tengo al público en las tribunas y por lo tanto lejos. Muchas veces trato de salir del escenario para acercarme pero a veces no puedo. Disfruto más en los lugares pequeños en los que irremediablemente tengo al público casi encima de mí o ya en los festivales abiertos en los que el público disfruta del espectáculo estando en el campo y teniendo la oportunidad de observarme desde cualquier lugar. Tampoco diré públicamente que el público en México me resulta más atractivo pues exterioriza más, grita más, participa más. Es cierto que por allí es bueno que se participe menos y se escuche más, como ocurre en Estados Unidos, pero lo bueno en los conciertos en vivo es que se vive más los temas, se siente, se puede percibir lo que le gusta más al público y lo que uno representa para ellos. Me estoy dando cuenta de que hablo mucho del público … Supongo que ante la inminencia de este concierto en el que tendré mucha gente tan cerca me hace pensar mucho en ese detalle, pero también pienso en ello pues medito sobre mi futuro y sé que conviviré mucho con estos escenarios en diferentes tierras. Me han dicho que en muchos países de Sudamérica se viven los conciertos así, y según el país la gente participa mucho, y le gusta cantar y bailar. Muchas veces cuando escucho estos comentarios y cuando sé que se vendrán muchos conciertos en Centroamérica y Sudamérica me pregunto qué será de mí en esas tierras, cómo me recibirán, cuánto me conocen, qué esperan de mí, qué referencia tienen de la música texana, cómo querrán verme, como la cantante latina con su hits en español muy exitosos o bien en mi nueva faceta de cantante de habla inglesa que tanto se pondera mundialmente. Me pregunto si me verán como una más y me pedirán lo mismo que a todas, o bien si se quedarán impactados por lo que les doy. Espero sorprenderlos como lo hice por aquí. Tengo a mi favor mi esperanza y mi optimismo. Estoy en un momento en el que todo se me da, todo se me cumple y todos mis sueños se hacen realidad. Ya no sólo me destaco como cantante. También me destaco como diseñadora. Nunca había estado en una posición así. Siempre corrí, corrí y corrí en busca de objetivos y de lograr algún sueño. Siempre tuve que vivir arriba de un bus esperando que la suerte alguna vez cambie. Esta vez las cosas empiezan a ser diferentes. Ya puedo vivir mi vida musical estando cada vez más tiempo en un lugar fijo que arriba de un bus. Por primera vez pienso que hay que ver cómo se puede mantener lo logrado, en vez de pensar en cuándo lograré algo en el negocio de la música. Lo ocurrido este año me cambió la perspectiva. Antes iba ascendiendo pero no pensaba en ver cómo mantenía al público pendiente de mí. Hacía lo que debía hacer y le ponía mucho de mí, mucho de mi pasión, mucho de mi espíritu para que la gente estuviera expectante de lo que hacía. Ahora sé que el público me ha adoptado como su artista preferida. Ahora sé que soy una estrella. Antes era una promesa en ascenso. Ahora soy una realidad. Diría que este concierto será la ratificación de lo que pienso y siento, y de todo lo que he logrado y madurado. El año que viene será determinante para mí y para el grupo. No se tratará sólo de mantener lo logrado, pues aunque quisiera no podría. Se vendrá un año en el que no sólo saldré de Estados Unidos para ir a México y ocasionalmente para Centroamérica. Ahora tendré giras más largas y más lejanas. Y si por fin sale el disco en inglés tal tenga que ver cómo compatibilizo las giras por toda América latina con las giras por todo Estados Unidos con mi nuevo disco. No me sale decir en este caso que no sé qué hacer, pues sí sé qué hacer. Soñamos, peleamos y nos sacrificamos mucho para tener una oportunidad. Sólo una. Y aquí estamos. Sólo tendremos problemas para ordenarnos un poco. Nada más. Es una etapa nueva. Un mundo nuevo nos espera, pero eso me excita y me incentiva más. Recuerdo cuando en el programa “En vivo”, de Ricardo Rocha, se quedaron asombrados cuando les dije que haría un disco en inglés, y me preguntaron si no tenía miedo de apuntar al mercado anglosajón y a un público tan distinto. Y recuerdo que les dije que seguro tenía miedo pero también tenía en claro que había que arriesgar en la vida, que debía probar ese camino para saber si lo podía lograr o no, si lo quería lograr o no, hasta dónde podría llegar. Ahora que lo pienso, el miedo tiene sus cosas negativas, paralizantes, pero también positivas y movilizantes. El miedo no me hace conformar, no me hace detener sino acelerar. Me hace vivir las cosas con más ganas, con más pasión. La vida es una y hay que aprovecharla. Tal vez sea una verdad de Perogrullo pero bien cierta y que yo lo aprendí en la práctica, en la vida. Por eso tengo tantos proyectos y busco lograrlos sin perder tiempo. No me dormiré en los laureles. Yo no quiero ser una más que se conforma con poco. Yo soy Selena y quiero que me recuerden así, con ese nombre y por lo que soy y represento ...¡¡Uyy!! ¡¡Ya es hora de salir a cantar!! Ya me tengo que  ir. Allí está el público coreando mi nombre y yo con todas mis ganas de darle todo mi potencial. Les daré mucho más de lo que se imaginan, como siempre. Les daré lo mejor para que me quieran siempre, me recuerden siempre ¡¡y no se olviden nunca de mí!! Y definitivamente, ¡¡este conjunto en azul es más lindo que el rojo!!

***

“Sí, acepto”, le dije finalmente. “Aunque te aclaro que difícilmente cambie de opinión por ir a verla. Sabes que el verla me da placer pero a la vez mucha tristeza. Sabes que todo que hago es por ella y por su recuerdo. Y sabes que querré hacer algo, darle un indicio, algo del que tenga que pensar…”. “Mira”, me interrumpió el señor, “yo estaré por allí. Tú no me verás, pero yo sí. Primero, habrá que ver si puedes acercarte. Piensa que no es nada fácil. Y segundo, yo no saldré a evitar lo que intentes hacer. Yo creo que tú sabes que decir determinadas cosas antes de tiempo pueden generar peores consecuencias que los acontecimientos ya pasados. Tú mismo sabes cuál es el límite. No tengo que decírtelo. La misma mirada de Selena te lo dirá…”. “¿Pero entonces para qué quieres que vaya? ¿Qué sentido tiene? ¿Sabes lo que significa ir a ver a Selena y luego marcharte con la seguridad de lo que pasará en meses? ¿Sabes lo que significa para mí ver a Selena en un momento en el que está por conquistar un mundo que se lo priva a través de una psicópata? ¿Acaso no sabes que si por mi fuera cambiaría mi vida por la suya para que ella tenga la oportunidad de vivir lo que este injusto y malvado mundo le impidió?”, le pregunté con desesperación sin darme cuenta de que el señor aprovechaba ese instante para llevarme a un auto y partir a un rumbo desconocido. Cuando lo advertí, le dije que cuándo me dirá quién es y cuándo viajaremos en el tiempo. “Ya lo estamos haciendo”, me dijo mientras manejaba con gran concentración por una autopista primero, por una ruta después. “Sólo mantente callado y atento. Y observa, pues en breve estarás en Monterrey … en diciembre de 1994 … ¿Estás preparado?”. Yo le hice un gesto afirmativo con la cabeza y seguí el trayecto en ruta en silencio. Estaba nervioso. Tenía un nudo en el estómago. Esta providencia me hacía pensar hasta qué punto no era un llamado, un pedido de Selena y que yo iba a ese encuentro. Hasta qué punto este señor que me llevaba no estaba cumpliendo otro sueño, otro anhelo. No sé bien por qué pero sentía que estaba yendo por el deseo de alguien, por el ruego de alguien. Se me repetía una y otra vez la palabra “pesadilla” y eso me sobresaltaba. Miré al señor que estaba concentrado y ya no quise preguntarle quién era, de dónde venía, qué quería realmente. Intuía que saberlo sería aun peor …”Agárrate bien fuerte que allí vamos”, me dijo el señor mientras subía el auto a gran velocidad por la ruta de un modo abrupto. Yo no atiné a decirle nada, tenía mucho temor pero no desconfianza. La velocidad del auto era increíble y casi me quedé sin habla cuando advertí que abajo no había suelo y sentía como si estuviéramos volando. Podía ver las ruedas como flotando en la nada misma. Por un instante recordé la escena de la película In the mouth of madness”, de John Carpenter, en la que unas personas buscaban a un autor de libros exitoso que se había fugado a un pueblo que según todos ya no existía más, pero que ellos lo habían localizarlo cambiando de dimensión yendo por una ruta camino a dicho pueblo. También recordé que la película era de 1995, que el final era desolador y que nada era casualidad en la vida. De pronto me sobresalté por el ruido del auto producto de algún desnivel, ataque o mala maniobra. El auto se detuvo de pronto y vi que estábamos en una calle pequeña en una gran ciudad. Y el señor ya no estaba. Cuando estaba por llamarlo, se me acerca otro hombre que me dice: “¡¡Bienvenido a Monterrey!! ¡¡Ya vamos!! ¡¡Selena está por ofrecer un nuevo concierto!!

***

No sé cuánto llevamos de concierto, pero lo estoy disfrutando. Debe ser por eso que he perdido la noción del tiempo. Pocas veces me he sentido tan plena como tan linda. Las mujeres sabemos cuándo nos sentimos hermosas y avasallantes. Éste es uno de esos momentos. No sólo canto y bailo las canciones. Las vivo plenamente. Algo corre por mi cuerpo. Algo pasa en mi piel. Si tuviera que representar aparte las poses que hago, mi manera de cantar hoy, mi manera de expresarme ante el público, creo que no sabría hacerlo, pues esta vez es distinto de todo. Sólo me dejo llevar por lo que vivo, por lo que siento. Me siento bien, segura de mí misma. Sé qué quiero y a dónde voy. Estoy en lo más alto y lo disfruto. Y no es que sólo sienta que estoy en lo más alto por la venta de los discos, por la cantidad de asistentes al concierto, porque ahora me conocen más en la televisión, porque soy reconocida masivamente por los grandes medios de comunicación, por la gran prensa. No. No es eso. Estoy en lo más alto pues siento que he logrado mi propio estilo, que he impuesto mi propia personalidad en el escenario. Así como me siento plenamente mujer y no sólo una chiquilla que canta y es una promesa, también me siento una cantante única a la que todos admiran, a la que todos quieren imitar. No lo digo por vanidad. No lo digo por soberbia. ¡¡Al contrario!! Soy más vulnerable de lo que se cree. Pero siento una seguridad, una plenitud y un goce de ser como soy como nunca lo había sentido antes. Me siento orgullosa de ser como soy. Me gusta estar en este lugar. Me gusta ser Selena con todo lo que significa para mí, para mi familia, para mi esposo, para mis fans. Soy la mejor. Me siento la mejor. Es una sensación hermosa e indescriptible. Pero que se entienda. No me siento más que nadie. No soy de las que va por las calles mirando por arriba a las personas pensando que tiene derecho a hacer cualquier cosa. No se trata de eso. Se trata de sentirse bien con una misma, de gozar de hacer lo que a uno le gusta, de expresarse con honestidad tal cual es, de sentirse admirada y respetada. Mientras muevo mi cuerpo a uno y otro lado sólo siento placer. Y creo que cuando uno transmite eso, el público lo capta y acompaña ese disfrute. Si llegué a arengar a la gente a cantar conmigo la canción “No debes jugar” cuan si fuera una estrella de rock es porque ya siento que puedo hacer lo que quiero y generar sólo alegría en la gente. Disfruto del escenario, disfruto del público. Aquí en el escenario yo me olvido de quién soy y cómo llegué aquí. Sólo me limito a hacer lo que haría en cualquier lugar. Sólo me limito a ser Selena. Y me da mucha alegría y satisfacción que la gente me quiera tal cual soy. ¡¡Espero que me quieran siempre, no defraudarlos nunca y que no me dejen nunca sola!!

***

¡¡Dios mío!! ¡¡Qué artista!! ¡¡Qué mujer!! ¡¡Nunca vi semejante artista!! Selena es distinta, distinta a todas. Su manera de cantar, su manera de expresarse, su manera de bailar, su eterna risa, su mano en el pecho, su sentimiento puro para cantar. ¡¡Y está tan bella con su pelo bien largo y con flequillo!! Los grandes artistas se ven cuando están en un escenario y Selena definitivamente lo es. Selena hace distinto todo. A veces parece que lo que hace lo podría hacer cualquiera. Uno podría decir que cualquier artista podría saludar como lo hace Selena, cualquier cantante podría tener su voz, su carisma, su actuación. Pero no. Selena es todo eso y mucho más. Ella le da un toque distinto pues se las ingenia para mostrar todo de sí, sus sentimientos, su forma de ver y de sentir las cosas, sus estados de ánimo, sus proyectos, sus sueños, sus pensamientos, lo que quiere para sí y para el público. Ella no canta la misma canción del mismo modo. Como mucho podrá tener dos o tres cosas iguales en cada concierto, como su forma de mover sus manos en el inicio de “Como la Flor”, su forma de sonreír y de mirar a Don Shelton en “El chico del apartamento 512”, su forma de increpar a sus ex novios en “¿Qué creías?”, su manera de mirar al público en “Si una vez”, pero lo demás … Lo demás es como le surge en ese momento y cada momento es bien diferente. Ahora que puedo ver el concierto completo y ver a Selena tan de cerca puedo apreciar lo tremenda que era como artista, cómo podía hacer de cada canción mil canciones, cómo podía tener al público en una sola mano. Selena es distinta … era distinta. Nunca veré a alguien como ella, simplemente porque como ella no habrá nadie. A Selena le cabe muy bien esa parte de “Qué creías?” en la que cantaba “¿Qué creías? ¿Que como yo había muchas?”. Me dan tantas ganas de decirle que no, que como ella no hay muchas, no hay una, ni dos, sólo está ella. ¡¡Qué artista increíble!! ¡¡Qué mujer admirable!! Qué manera de cantar, qué manera de ser grande siendo tan sólo ella misma, una cantante honesta y tremendamente talentosa. Me da gracia y a la vez tristeza ver a las artistas que se han consagrado después de ella, pues por más buenas que fueren, si ella estuviera, todas quedarían relegadas a un segundísimo plano. Pues la gente es sabia: pueden gustarle muchas pero sólo se admira a muy pocas, y querer … diría que a una sola. Y es ver a Selena y a la gente, y es ver cómo ésta admira y quiere a Selena. Lo que genera esta mujer es único porque ella es única. No. No quiero que se vaya. No. No puedo soportar estar viviendo y viendo a una mujer dando su mejor concierto, gozando con lo que está haciendo sabiendo que en poco más de 3 meses todo se terminará de la forma más abrupta, del modo más insólito. No. No lo voy a poder soportar … Después de ver este concierto y de participar de algo tan hermoso como formar parte del coro que coreaba el tema “No debes jugar” arengado y dirigido por Selena misma, no puedo no decirle algo, no dejarle algo marcado en su mente, en su corazón. Allí comenzó a cantar “Fotos y recuerdos”. Me voy a abrir paso entre la gente. Voy a llegar hasta el escenario. Algo le tengo que decir. Yo estoy seguro de que hay algo que desearía escuchar. Espero poder decirle aunque sea algo que signifique que cambie la historia, esa dolorosa historia…

***

No sé por qué pero en algún momento me vienen esos miedos, esas pesadillas, esos sueños de los que nunca quise hablar, esa sensación que nunca querría sentir… ¿Por qué me pasará eso? ¿A qué realmente le temo? Lo pienso y me lo digo en el medio de este concierto en el que me siento que he llegado al lugar tan soñado y que puedo ir muchísimo más lejos si me lo propongo. ¿Y no será que hay algo que no estamos haciendo bien? ¿Será por eso que le tengo tanto miedo a quedarme sola? ¿Qué significará realmente para mí quedarme sola? ¿Hay algo que se me escapa, hay algo que no haré bien, hay algo del cual no estoy atenta? Pero bueno, Selena, no pienses en eso. Cada vez que hay una pausa entre canción y canción me vienen estos miedos, estas preguntas. Será por eso que trato de cantar las canciones sin pausa y cuando las hay trato de cantar lo que sea, lo que me surja … ¡¡Y pensar que así nació “Bidi bidi bom bom”!! Debería estar más atenta y pensar que es mejor no paralizarse por el miedo y hacer cosas más productivas … Sí, eso haré. Voy a aprovechar, ahora que estoy cantando “Fotos y recuerdos” para saludar a la gente. Algo me dice que éste es otro buen momento para hacerlo…

***

No sé cómo no me ha matado el público. Si lo intentara en mi país ya me hubiesen pulverizado. Pero se ve que aquí se respetan más entre todos, pues sólo me basta con decir “Permiso” para seguir avanzando al escenario. Tengo que llegar, tengo que llegar antes de que termine la canción. Ya estoy, estoy bien cerca de ella. Justo está cerca del lugar en el que estoy. Está saludando. ¡¡Ahí me vio!! Extiendo desesperadamente mi mano: “Aquí, aquí, Selena. Como tú no hay muchas, no hay nadie. ¡¡Eres única!! ¡¡Cuídate, cuídate por favor!! ¡¡Te lo ruego!! ¡¡No estás sola!! Está toda esta gente que te quiere mucho y que daría todo por ti” y por un instante apreté su mano para que sólo sintiera lo que me pasaba, y luego me la quedé mirando con ruego…

***

¡¡Cómo está el público!! ¡¡Es hermoso sentirse tan querida!! Estaré un ratito más saludando a todo aquel que me alce su mano mientras me canta o me dice cosas hermosas. ¡¡Uy!! Allí viene alguien corriendo desesperadamente. Creo que me dice algo … Hay algo en su mirada … Que soy única, que me cuide, que no estoy sola ... ¡¡Ahora entiendo, entiendo todo!! Sé que significan esos miedos, esas pesadillas. Gracias, gra… ¡¡Uy, ya no está ese chico!! ¿Dónde se habrá ido?

***

La marea de gente me llevó lejos de Selena. Estaba triste porque hubiese querido que ese instante en el que le tomé el brazo no se fuera nunca. Y estaba ansioso por saber si ella pudo captar algo. Seguí el concierto hasta el final pero con la misma tristeza con la que veo algún video lindo, con la misma tristeza de saber que Selena no está entre nosotros…

***

Espera un ratito, padre. Ya atenderé a todos, pero déjame ir un ratito con A.B. a buscar a alguien. Son sólo 5 minutos y tienen que ser ahora. ¿Vamos A.B.?…

***

“¿Y cómo la pasaste?”, me dijo el señor, quien se me apareció de golpe a la salida. “Ella es simplemente estupenda, pero no hay caso, siempre terminaré triste”, le contesté. ¿Crees que Selena escuchó lo que le dijiste?”, me preguntó ante la sorpresa de mi parte…

***

“Sí, yo lo escuché y por eso vengo a agradecérselo”, se me anticipó alguien en la respuesta a la pregunta del señor. Miro y era Selena que me mira y se echa a reír. ¡¡Era ella, era Selena!! Yo la miré y la abracé antes de que me viera llorar. Estuve un largo rato así mientras Selena me decía “No llores, no llores, no hay motivo para llorar. Creeme que entendí todo y no te preocupes. ¡¡Sé que nunca estaré sola!!” y me dio un enorme beso. Yo la miré con ganas de decirle todo, miré al señor con gesto de desesperación para que no diga más nada y a A.B. luchando solo contra los fans para que esperaran un ratito para que Selena los saludara mientras le hacía señas desesperadas a ella y a su padre que estaba por allí. “Me tengo que ir, pero guárdate esto. Sé que lo apreciarás. Ábrelo cuando ya no me veas. Cuídate muchísimo y sé que nos veremos muy pronto”. “¡¡Así lo espero, Selena!! ¡¡Así lo espero!!” y la abracé bien fuerte. Quería que en ese abrazo estuvieran expresadas todas aquellas cosas que no podía decir, y que ella las sintiera. Cuando nos separamos Selena me miró con ternura y me dijo: “Despreocúpate. Sé lo que me quisiste decir y lo más lindo es que me lo hayas dicho ahora. Tal vez más tarde no lo hubiese podido escuchar” y se fue dándome besitos en el aire y saluditos con su mano mientras se la llevaba A.B. quien también me saludó de lejos…

***

“¡¡Abre lo que te dejó Selena!!” me dijo el señor. Cuando abro el paquete me encuentro con que era el boustier azul que llevó esa noche con una notita: “You liked the blue boustier better than the red one too? I hope so! And if there aren't many like me ... it's because you made me feel unique! Love. Selena. 1994”. Leí y releí la nota mientras seguía llorando sin parar. Al rato sólo pude decir, meneando la cabeza: “Espero que haya servido de algo…”. “Servirá, servirá”, me dijo el señor. “¿Por qué?”, le pregunté. “Tengamos fe. Yo también quiero que cambien las cosas y por eso pensé que alguien que quiere tanto y tanto a Selena por allí podría hacer que Selena cambie su destino. ¿No crees que es una buena idea?”. Yo lo miré, me sonreí pues también entendí todo esa noche y le di un fuerte abrazo. “Pues tengamos fe, entonces”, le dije y nos fuimos riendo con la esperanza de que tal vez a la vuelta del pasado el presente sea bien diferente con un mundo más lindo y más esperanzado, un mundo lleno de Amor, con un mundo lleno del Amor de Selena…

(Se dice que lo último que se pierde es la esperanza. Y yo sigo teniendo la esperanza de que algún día Selena vuelva a estar entre nosotros. Este mundo no puede ser tan malvado, tan tonto, tan injusto. Este mundo se dará cuenta alguna vez de que sólo podrá seguir viviendo con el Amor de Selena, que sólo con ella habrá esperanza de un mundo mejor.)

Yo te sigo queriendo, Selena, esperando. No me resignaré nunca y aunque nunca pueda verte, al menos trataré con mi recuerdo de que se te recuerde siempre y de que no te sientas nunca sola…

Te lo desea con mucho Amor, con tanto Amor…


 

 
English Translation click here    
  Sergio Ernesto Rodríguez
Buenos Aires, Argentina  Date: June 6th, 2011
 
 
 

Tan chiquita pero picosa … ¿Recuerdas, Selena?

 
 


Recuerdo aquella noche … ¡¡Cómo olvidarla!! Tal vez para muchos esa noche sea recordada como una de las tantas presentaciones lindas de Selena, de una Selena que empezaba a despuntar internacionalmente, en la que Texas comenzaba a quedarle chica, de una Texas que comenzaba a tratarla como una Reina. Hoy, habiendo ya pasados los 20 años de edad -más precisamente 26, teniendo ya más años de los que tenía Selena cuando partió-, cuando revivo aquel concierto en el que participé, me emociona ver a esa artista que no podía creer lo que estaba viviendo y que le hacía ser una cantante tan humilde y tan apegada a su gente. Una artista que aún pedía disculpas a una reportera si no le quedaba bien el sombrero que llevaba puesto y que hacía que no luciera como debía, según ella, ante las cámaras. Una artista que aún tenía temores y que no los podía disimular, porque se sentía responsable ante su público y, sobre todo, ante su familia. Una cantante que apenas llevaba unos meses de casada y que llevaba su vida a todo vértigo y haciendo todo al mismo tiempo. Pues al poco tiempo de casarse vino el rotundo éxito de “Como la Flor” y de “La carcacha”, y eso la puso en exposición fuerte en México, sobre todo en Monterrey, y de allí las giras a uno y otro país, a una y otra ciudad. Selena grabaría su primer video en Monterrey con “La carcacha” debido al suceso que había provocado Selena allí y sobre todo porque en Monterrey Selena fue una explosión con ese tema, no sólo con “Como la Flor”. El destino, como tantas cosas que provocó en Selena, hizo que paradógicamente Selena nunca llegara a hacer un video de “Como la Flor”, un tema que no fue sólo el primer número 1 de Selena, sino el primer gran tema que nos llegó a todos los latinos por igual, sean de Estados Unidos, de México o de cualquier país de Latinoamérica. Ése fue un tema que nos llegó al corazón de todos y nos dejaron tan bonitos recuerdos, como los que yo tengo de aquella noche de “Estamos en Tejas”. Esa noche en la que fui protagonista sin querer serlo y que recibí como premio más de un hermoso abrazo de Selena y el mote de “¡¡tan chiquita pero picosa!!”. Yo estaba allí en el escenario sin querer estar en el centro de él. Me contentaba con estar al costado del escenario esperando mi momento para cantarle a Selena. Yo sólo quería agradecerle a Selena y darle mi cariño a través de cantarle como se debe aquella canción, su canción. Yo sólo recuerdo, más allá de las imágenes que se vean hoy día, que estaba callada a la espera de mi turno. Tal vez, a diferencia de las otras chicas que habían sido escogidas para hacer de Selena por un ratito cantando “Como la Flor”, estaba callada pues quería estar lo más concentrada posible como para no olvidarme la letra, tratando de que la gente, el griterío, la necesidad de figurar de tanta gente no me hicieran desviar de mi intención de dejarle mi mejor impresión a Selena. Es cierto que era muy, muy pequeña, y que posiblemente no iba a ser muy tenida en cuenta mi representación. De hecho, cada vez que veo el video, en toda la etapa de selección de las cuatro chicas que subimos al escenario y hasta el momento de comenzar a cantar yo casi no fui filmada. Todo estaba más bien centrado en las otras chicas que eran ya todas adolescentes. La única pequeña era yo y por suerte el destino hizo que a mí me tocara en último lugar. Desde mi razonamiento más puro y más sentimental, en el que yo lo único que quería era darle mi mejor interpretación a Selena, yo quería sorprenderla, dejarla con la boca abierta con mi mejor entonación, sabiendo bien la letra y no perder la concentración. En definitiva, quería ser y actuar como Selena. Yo aún siendo pequeña no buscaba allí en el escenario divertirme, copar el escenario y hacer reír a la gente. De ninguna manera hubiese permitido a mi padre, por más pequeña que fuera, que me llevara allí para cantar mal, desafinar o no saber bien la letra. Eso hubiese sido para mí querer ser yo protagonista sin pensar que eso no le gustaría a Selena, por más que ella jamás lo haría notar a cualquiera de las participantes, pues para ella lo más importante era su público y que éste fuera feliz. Pero yo sabía, con esa intuición, ese pensamiento y ese sentimiento en grado puro que tenemos los niños, en el que la mentira y la falsedad no son moneda corriente, en el que pensamos que es normal decir y pensar lo que realmente uno siente, que a Selena le gustaría que aprovecháramos bien el momento, que utilizáramos esa oportunidad única para expresar nuestro talento, nuestro homenaje, nuestro agradecimiento. Yo vi cómo en un momento Selena, un poco en broma, un poco en serio, le decía a una de las chicas que era un momento en el que ellas debían sentirse una “¡¡big star!!”. Yo sabía que con Selena las cosas eran distintas pues ella era bien, bien distinta a todas. Selena no era de esas artistas superficiales, no era producto de un invento, ni la creación de nadie. Selena estaba allí gracias a nosotros pero también gracias a su talento, gracias a su don de gente. Con el tiempo supe que Selena había empezado a cantar desde muy pequeña, a la edad que yo tenía en el momento de cantar “Como la Flor” en el concierto de “Estamos en Tejas” de 1992. Para ella siempre fue un desafío cantar. Ya en el escenario ella siempre supo que no podría tomarlo a la ligera, como un pasatiempo, como un “hobby”. Selena tuvo que cantar para mantener a toda una familia que esperaba todo de ella. Es curioso. En aquel momento, con mis 7 añitos, yo no lo sabía. No me hubiese imaginado ver a Selena cantando desde muy niña. Pero mi intuición de pequeña y de mujer me hizo ver que esa representación debía ser un verdadero homenaje y agradecimiento a Selena. El tiempo me hizo ver que yo veía y sentía, en todo lo que tuviera que ver con nuestra Selena, más de la cuenta, más de lo que yo hubiese imaginado y querido pensar en ese momento…

¡¡Ay, si hubiese sabido todo, si me hubiese dejado llevar por mi intuición y por lo que para mí significaba estar allí arriba en el escenario!! … No sé, no sé, pero verdaderamente estaba allí arriba en el escenario como si tuviera 30 años, edad que ni siquiera tengo en la actualidad, y no 7, como los que tenía en aquel entonces …Yo recuerdo que quería darle mi mejor homenaje a Selena, incluso tenía muy presente la palabra “agradecimiento”, “homenaje”, “tributo”. En un punto yo tenía la sensación de que le estábamos agradeciendo a alguien que recién empezaba a ser una verdadera sensación a pesar de que hacía ya un tiempo largo que cantaba y que en Texas ya era figura de al menos 6 años atrás. Era homenajearla como si fuera una artista consagrada de extensa trayectoria que está de vuelta o como si ya supiéramos lo que fuera a pasar, como si intuyéramos algo terrible sin saber qué era lo tan malo que pudiera suceder y en qué consistía. Si lo hubiese sabido, si al menos todo lo que sentía pudiese haberlo visto ante mis ojos, representado en mi mente, visualizado en alguna imagen, otra hubiese sido mi actitud y mi reacción. Todavía puedo sentir el abrazo de Selena, puedo sentir sus latidos, puedo escuchar su risa, puedo sentir su emoción, puedo sentirla eternamente agradecida al abrazarme otra vez ... Si por un instante se me hubiese representado allí mismo la escena de lo que sucedería poco menos de 3 años después, no la hubiese soltado nunca, me hubiese aferrado a ella y le hubiese dicho todo, todo. Si se lo tenía que decir en el escenario, lo hubiese hecho. Si hubiese podido hacer que me llevara al camarín con la excusa de que me diera un autógrafo o cualquier otra cosa, hubiese esperado a ese momento y decirle todo sin escatimar ninguna lágrima, sin reprimirme mis gritos y mis dolores. Porque, como todo lo que sucede con Selena, cada recuerdo, por más lindo que sea, nos lleva a ese instante de horror, a ese día nefasto, a esa angustia que no nos la quitaremos más. Pues aquel día supe lo que era la muerte, supe lo que era la pérdida, supe lo que es perder a un ser querido, supe sin quererlo nunca lo que es ser grande de golpe, perder mi niñez, mi inocencia, mi alegría. Cuando viví aquel momento, cuando recibí la noticia, cuando supe que jamás volvería a ver a Selena me pelee con la vida, me pelee con Dios, me pelee con la gente, aprendí a odiar, a odiar a esa detestable mujer que le quitó la alegría a Selena y nos quitó los sueños a todos nosotros. Yo viví ese terrible instante en el que, ante la pérdida y en la necesidad de aferrarme a algo para no morir en el llanto, no vivir en la tristeza, a abrazarme aunque más no sea a un instante de alegría de recuerdo a nuestra Selena, me acordé de aquellos abrazos de Selena, de aquella alegría de Selena, de aquella emoción de Selena, recordé una vez más aquellas palabras (“¡¡Les dije que era una niña picosa!!”), recordé que me dejó cantar un poquito más “Como la Flor”, y maldije no haberme aferrado a Selena para no soltarla nunca más, no permitirle que le hagan daño, no dejarla que se entristezca, seguirle cantando para que esté alegre, hacer todo lo posible para que tenga la mejor visión de nosotros, para que siga viviendo, para que siga creciendo, para que sea muy feliz. No hay peor sensación que la impotencia, la impotencia de lo injusto, la impotencia de lo irremediable, la impotencia frente al horror … A Selena … ¿Cómo le podía pasar esto a Selena? ¿Quién podía imaginarlo? Cada vez que veo algo de Selena, pero sobre todo cada vez que veo algo relacionado con ese concierto, no puedo dejar de llorar, pues cuando la veo cantar, la veo hablar en un reportaje, la veo ser en cada instante de esa noche, siento que Selena  nunca deja de ser ella misma. No hace mucho veía un reportaje que le había hecho un periodista de la zona apenas terminado un show. Muchas veces pasaba, y eso era algo que no me gustaba, que cuando la reporteaba un varón, éste se extendía hasta el hartazgo con sus elogios hacia ella al quedar tan obnubilado por su belleza y por lo impactante de su presencia. Se me dirá que me molestaba si los varones quedaban obnubilados y enamorados de Selena apenas la veían. Para nada, ¡¡no me molestaba para nada!! Lo que pasa es que no me gustaba ni me gusta cuando ponen en primer lugar la belleza física de Selena, no porque no la tuviera ni que pensara que no fuera digna de destacar. Pero resaltar sólo eso o muy enfáticamente esa virtud era vulgarizar lo que realmente representaba Selena y a ella misma eso la incomodaba mucho y no le agradaba demasiado. Pero ella era tan encantadora que igual soportaba con una sonrisa estas situaciones tan comunes en un mundo muy machista aún. Pues el que admira realmente y en toda su dimensión a nuestra Selena sabe que lo que más impactaba e incluso enamoraba a Selena era su presencia, su figura, su voz, su interpretación, su carisma, su risa, su actitud, su trato con la gente. No era sólo su belleza física. Si Selena hubiese sido sólo eso, no sería muy distinta de tantas otras artistas. No hubiese sido una artista destacada. Sólo sería una más, que para destacarse y tener cierta notoriedad tendría que echar mano a lo que hacen muchas artistas de hoy, que es disfrazarse para llamar la atención, fotografiarse con alguien muy conocido y promocionarse un romance, pegar con un hit o vestirse seductoramente para gustar sólo por su belleza. Si Selena hubiese sido sólo eso, no sería Selena, sería una más, no sería distinta. Selena no tenía que demostrar que era una gran artista: simplemente lo era. Pero Selena tenía eso, que era distinta, y aún recuerdo cómo tomó con una paciencia infinita que un reportero estuviera un largo tiempo hablando él sin hacerle una pregunta. Encima hablaba al mundo hispano con un español aun más precario que Selena. Cada vez que veo ese video me da vergüenza ajena, pues veo la impaciencia de Selena para que le pregunte algo y él sólo hablaba de lo grandioso del show, que no estaba mal decirlo, pero ya que tenía a la protagonista exclusiva de todo ello había que aprovecharla, ¡¡y él no lo hacía!! ¡¡Uy, Dios!! ¡¡Cómo desee ahorcarlo!! Más de una vez le dije a través de la pantalla: “¡¡Pues pregúntale algo de una vez!!”. Yo estoy segura de que Selena pensaba lo mismo, pero allí estaba, sonriente como siempre y acostumbrada a soportar estas cuestiones con su mejor predisposición, aunque evidenciando cierto nerviosismo en sus movimientos. Fue tan absurdo todo que después de casi dos minutos de monólogo del entrevistador mechado con alguna acotación de Selena, cuando le llegó a preguntar algo, Selena no pudo evitar reírse mirando a su padre que estaba detrás del camarógrafo. Así era Selena, así fue su historia y por eso se la extraña tanto, sobre todo en estos tiempos en los que nadie es ni por asomo parecida a ella, y en los que si Selena estuviera todo sería muy, muy distinto. Pero bueno, parece que el mundo eligió este camino y estos protagonistas de hoy, y aquí estamos…

Ya en aquel momento podía observar a aquellas adolescentes y sentía que para ellas Selena era su modelo a seguir. Selena era para ellas esa amiga, esa hermana, esa madre que todo soñamos tener alguna vez. Recuerdo que una de ellas la tomaba a Selena como la artista del momento pero también como su confidente, como su amiga a la que le podía confiar todo. Incluso recuerdo que alcanzó a decirle al oído a Selena que si podía cantar a dúo con ella y eso mismo motivó que Selena le preguntara al público sobre si debía hacerlo o no, a lo que todos aprobaron efusivamente. Yo también sentía que muchas estaban allí porque Selena representaba para ellas una hermana, una hermana a la que encima le iba muy bien. Otra de las participantes, que tenía un nombre rarísimo, lo que hizo que Selena se lo preguntara mil veces antes de comprenderlo, la tomaba definitivamente como su amiga, pero como su amiga de mayor edad a la que admiraba y a la que se le quería parecer en todo. Y la otra participante era apenas una niña de unos 13 años que quería cantar y sobresalir frente a su ídolo a quien tenía tan cerca. Cantaba con fuerza, gritaba mucho pero le ponía ganas. Cuando Selena pidió un fuerte aplauso para ella, sintió como si la niña hubiera quedado defraudada por no poder cantar más. Selena llegó a decirle si estaba enfadada. Ella le dijo que no, pero Selena, que no podía con su genio ni con sus nervios, hizo una charada imitando a la niña que supuestamente le decía con fastidio que estaba bien pero que le pedía a los gritos que se fuera del escenario, pegándole incluso una patada en el trasero. Definitivamente esas niñas habían tomado ese momento de representar a Selena, de ser una “big star”, como un divertimento, una alegría que compartía con su ídolo, con su amiga, con su hermana, con su confidente. Les daba la posibilidad de estar cantando en público y de estar ante tanta gente siendo el centro de la escena. Pero Selena no sólo se quedaba compartiendo la alegría sino señalándole lo importante que era tener una oportunidad y de aprovecharla al máximo. Con el tiempo me di cuenta de que tras esa convocatoria Selena les daba una oportunidad y quería darles su mejor consejo que era su vida misma. Seguramente, Selena, al vernos a nosotras, seguro pensaría en complacer a todas pero también sentía que debía hacer algo por todas las que participábamos. Ella como nadie sabía lo difícil que era llegar al éxito, pero no quería contarlo ella todo, pues entendía que cada uno debía vivir su experiencia. También quería que la gente lo aprendiera y lo entendiera. Para Selena era mejor que todos acabaran por entender lo importante que era valerse por sí mismo y dar lo mejor de cada uno. Para Selena era muy importante estar bien predispuesta y dar lo mejor de sí, pues aunque supiera que era un juego, que era un divertimento, que era sólo un momento para darse el gusto de cantar con ella, aun así Selena quería darnos a entender que por allí si daban lo mejor encontrarían un camino a seguir, un modo de vivir, una vocación que por allí no sabía que tenían. Selena quería que sus admiradores no la adoraran como un Dios o como fanáticos enceguecidos, sino que tomaran su ejemplo para que ellos tomaran su camino. Así lo aprendió ella, así se lo enseñó su familia y así quería transmitírselo a los demás. Siempre imaginé que Selena hubiese sido una madre estricta, no severa, pero sí exigente. Le hubiese dado libertad para hacer lo que quisieran a sus hijos pero hubiese exigido buenas calificaciones, mejor conducta y ser un buen ejemplo. Selena aprendió de su familia que había que seguir una línea de conducta y ser un ejemplo en todos los aspectos de la vida. Y yo con mis 7 añitos podía darme cuenta de lo que pensaba y sentía Selena. Ahora venía por mí, pero yo no me sentía nerviosa. ¡¡Para nada!! Estaba esperando mi oportunidad, y acaso sabiendo a la perfección qué era lo que más le agradaba a Selena, sólo permanecía callada, bien vestida para la ocasión y esperando mi oportunidad para sorprender a Selena. Esta vez sería yo y no ella la que generaría sorpresa y asombro. Quería ver si Selena podía sentirse orgullosa de tener admiradores así, que siguieran su ejemplo como artista y como persona…

Cuando Selena vino hacia mí nunca dejé de mirar al piso y de contestarle todo lo que me preguntaba Selena. Cada tanto giraba mi cabeza para contemplarla mientras me abrazaba y preguntaba. Sentía una gran emoción,  pero no me lo permitía exteriorizar en toda su dimensión. Estaba concentrada en mi canto, en darle mi mejor interpretación de “Como la Flor”. Recuerdo que le dije que me llamaba Sara y que no estaba para nada nerviosa. De allí me vino el mote de “tan chiquita pero picosa”. Creo que Selena se dio cuenta por mi actitud que lo que iba a hacer era serio. O tal vez pensó que si lo hecho por las otras chicas no cumplió con lo que ella esperaba, yo sí lo haría. Esa niña tan bajita que era yo cumpliría sus expectativas. Cuando comenzó a sonar la música, yo la seguí un poco a las apuradas pues me costó seguir el ritmo. Pero enseguida encontré el registro exacto de la música y sólo me dejé llevar por la letra rogando que no me olvidara de nada. Selena fue retirando cuidadosamente el micrófono para dejármelo a mí y no dejó de hacer toda clase de gestos de aprobación a la gente. Mientras cantaba, no podía dejar de sentir esa hermosa sensación de haber sorprendido a Selena, de que se quedara ella estática gozando del canto de una nena de 7 años que sólo quería homenajearla como se debe, como hay que hacerle a Selena, que es con tanto Amor. Pero no sólo Amor en el canto, sino en la vida, pues para mí Selena era un ejemplo como artista y como persona. Cuando terminé, Selena no dejó de elogiarme y de pedir un fuerte aplauso a todo el público. Me abrazó fuertemente y me felicitó. Jamás olvidaré ese momento: es el mejor abrazo y beso que recibí en mi vida. No me lo daba cualquiera. No me lo daba alguien que le daba lo mismo lo que cantaba uno u otro, o quién estuviera allí. Me lo daba alguien que era el sentimiento, la pasión hecha canto. Fue un gran reconocimiento, que ni acabó allí, pues por agradecimiento, y porque Selena sentía un no sé qué si sólo me dejaba un minuto para cantar, me volvió a dar el micrófono para que siguiera cantando “Como la Flor” y yo, sin necesidad de que alguien me dijera nada, seguí cantando para la felicidad de la gente y para el orgullo de Selena. Sólo allí me sentí en el centro de la escena, me sentí una “big star”, porque Selena me había felicitado, porque Selena me dio un lugar y un reconocimiento que no había tenido nunca… Cuando acabé con el segundo estribillo Selena me volvió a felicitar toda emocionada. Yo lucía como fría, como si sólo me hubiese importado estar allí para cumplir y listo … pero no fue así. Estaba petrificada por la emoción. Fue el momento más lindo de mi vida y sólo lo podría entender yo … y también Selena. Yo había hecho lo posible para dar mi mejor interpretación para dejarla a Selena con cara de asombro  y de satisfacción. Yo me había propuesto aprenderme no sólo la letra sino la música de todas las canciones de Selena. Yo había ensayado esa canción siguiendo el ejemplo de ella. Tuve constancia, puse no sólo mi voz sino mi cariño a Selena. Para sorprender a Selena lo primero que me propuse es ser como ella en todos los aspectos. Ella lo entendería…

Hoy a 16 años de lo absurdo me arrepiento una y otra vez de no haber sido más cálida con ella, de no haber pensado que tal vez no la vería nunca más. Luego de ese nefasto día aprendí a que tenía que darle más valor a las cosas, a ser más agradecida, a dejarme querer, a mirar, a compartir sentimientos. Siempre creí que, por estar callada y mostrar mis gustos personales a cuentagotas, todos me entenderían, pero no siempre es así … Nunca es totalmente así. El estar callada todo el tiempo no es sinónimo de portarse bien. El estar callado es ocultar los sentimientos, que nunca se saben a la vista de todos y de uno mismo cuáles son. Si no, miren a esa mujer perversa que le quitó los sueños a Selena. Pienso que aquel día del concierto hice lo que no estaba habituada a hacer y seguramente el áurea de Selena fue determinante para que fuera así. Porque antes y después de aquel maravilloso día, siempre postergué mis cosas. Siempre dejé las cosas para después, para otro día, para cuando estuviéremos en una mejor situación económica o en un mejor estado anímico. Siempre pensé que los demás debían venir hacia mí y no yo a ellos. Después de aquel nefasto día entendí que había algo fundamental que yo no había hecho en homenaje a Selena, aun cuando había creído que sí lo había hecho, por lo menos aquel hermoso día. Me di cuenta de que no me desenvolvía como ella, que no exteriorizaba mis sentimientos, que no reía a viva voz si lo sentía, que no lloraba si así lo necesitaba. Selena no se podía permitir las cosas para después, Selena no se dormía en los laureles del éxito, Selena no se conformaba con lo que le daba la vida. Selena siempre iba por más, siempre tenía un sueño que cumplir, siempre tenía algo que ofrecer, no se sentía más que nadie, ella sentía que antes que esperar que el público le agradeciera algo, era ella quien tenía que agradecerles a ellos. Yo no sé qué hubiese sucedido si Selena hubiese conquistado el mundo y en su trayecto debía dejarnos por un largo tiempo. La verdad que no lo sé. Pero lo que sí sé es que Selena jamás dejaría de ser ella, que no podría evitar ser ella misma en el escenario, que se dirigiría al público del mismo modo que lo haría si se encontrara con cualquiera del público en la calle. Yo lo puedo decir porque la vi, lo viví en el escenario, lo pude sentir. En la vida uno siente quién es bueno, quién es malo, quién es auténtico, quién es falso. Y si uno es niño, en el que la vida, el tiempo y las experiencias no lo contaminan aún, uno advierte más acabadamente eso. Y uno podía admirar a Selena, podía gustarle sus canciones, podía sentirle mucho cariño, pero cuando uno la conocía, cuando uno advertía qué encantadora era como persona, qué artista versátil era, que predisposición tenía, qué humidad pero a la vez qué Amor propio tenía para superarse, para destacarse, para proponer nuevas ideas, nuevos ejemplos, nuevas propuestas, uno sentía que era única, que difícilmente podría haber alguien así en el mundo. Lo más notable de Selena era su empuje, sus ganas de vivir, de dar, de Amar y de ser amada. Siempre se destacó de ella su humildad, pero eso era sólo parte de su personalidad que no refleja toda la dimensión de su persona. Pues no es pecado decir que alguien es ambicioso, si se hace con nobles armas. Y Selena era ambiciosa, quería ser la mayor cantante internacional, quería conquistar al mundo, quería que sus diseños fueran requeridos, reconocidos y comprados en todo el mundo. Selena deseaba que su nombre fuera coreado en todo el mundo, en todos los escenarios, en todos los estadios. Pero nunca llegaría a esa meta mintiendo, defraudando a la gente, estafando, engañando. Selena no era de esa clase de personas. Selena no podía mentir, no sabía mentir, no podía estafar a la gente dando una imagen equivocada de ella. Para Selena eso era tan importante como triunfar. Aún recuerdo cómo decía en un reportaje que ella no podría actuar en una película, en una telenovela, en una ficción, interpretando a un personaje que tuviera características bien diferentes de las de ella. Por eso dudo de qué sería de Selena hoy, pues debía enfrentar muchas cosas que no podía tolerar, aun cuando tuviera el suficiente talento como para ser admirada por todo el mundo. Selena era una excelente artista y a la vez una muy buena persona. Una mujer sincera y auténtica, que no engañaba a nadie. Además, cuando dudo de qué hubiese sucedido con ella, es porque no puedo dejar de pensar qué le sucedió cuando debió enfrentar a la primera persona que era una psicópata, mentirosa, manipuladora, una persona que era capaz de hacer cualquier cosa para lograr lo que se proponía, una persona bien distinta de Selena. A veces pienso que Selena era muy buena para este mundo acostumbrado a lo malo, a lo perverso, a la mentira, la superficialidad, a la falsedad, un mundo que no le dio una oportunidad a Selena para que ella certificara que un mundo distinto era posible, que un ser humano podía ser mejor, que una humanidad se podía proponer mejorar siendo talentosa, sincera, auténtica, trabajadora, luchadora. Eso es lo que me hace llorar. Que Selena no tuvo la oportunidad que tuvieron tantos otros…

Y aquí estoy, extrañando ese momento, pero sobre todo extrañando a Selena. Todavía no puedo dejar de sentir impotencia que viva en un mundo que no se maneje con los parámetros con los que se manejaba Selena. Un mundo habitado por personas que en vez de mirar qué hacen por sus vidas sólo se fijan en las de los demás para criticarlas, para evitar que sean ellos mismos, para que no triunfen con sus esfuerzos y siendo ellos mismos. Parece que es más fácil ser falso, mentiroso, cruel, estafador, mediocre y calumniador que honesto, bueno, trabajador, auténtico, humilde, talentoso. Es notable ver cómo cotidianamente muchas personas están más preocupadas en ver la “paja en el ojo ajeno” que la “viga en el propio” ... Si todos fuéramos conscientes de que es más fácil ser no sólo una buena persona y honesta sino ser uno mismo tal cual es en todos los aspectos de la vida … ¡¡Si supiéramos qué fácil es!! Tal vez si muchos de ellos descubrieran a Selena, o si se preocuparan por saber quién era ella si no la conocían, se darían cuenta de lo que estoy diciendo ahora. Yo puedo decirlo porque la conocía y porque llegué a compartir con ella un momento bellísimo, inolvidable, que lo llevaré por siempre en mi corazón. Pero llevarla en mi corazón no significa que sólo lo diga y luego me dedique a hacer otra cosa. Pues si hago eso entonces no me queda nada de ella, de su Amor y de su espíritu. Además, como nos pasa a muchos de los que no sólo conocimos a Selena, sino que llegamos a compartir algo de ella, no puedo dejar de sentir la sensación de que tal vez podría haber hecho algo por ella, de que tal vez debí haber advertido algo, de que por allí podría haber evitado lo sucedido aquel día nefasto. Selena tenía tanto Amor, tantas ganas de hacer y de vivir que eso alarga aun más nuestra pena y nuestra impotencia, impotencia que se transforma en enojo y odio cuando escucho a esa nefasta persona que le quitó sus sueños. Yo no sé cómo hay gente y cadenas televisivas que le siguen dando espacio a esa clase de gente. ¡¡Qué quieren ver de ella, qué se supone que buscan de ella si ya todo está más que claro!! Yo creo que la gente que tiene que cumplir una pena por un crimen del que jamás se arrepintió debería cumplir su condena sin tener posibilidad de hablar más, pues ya utilizó todas las posibilidades de hacerlo. Pero eso ya no importa. Sí importa no olvidarse de lo que sucedió y si decimos amar a Selena hacer lo posible para recordarla todos los días, demostrando con nuestros actos que ella siempre está presente y no sólo en los días conmemorativos. Yo seguí mi vida con esa herida abierta desde los 10 años, pero traté de sobreponerme tratando de ser una buena persona buscando dar lo mejor de mí y para los demás … en homenaje a nuestra Selena. Hoy soy médica y psicóloga. Trabajo en hospitales tratando a niños que tienen crueles enfermedades brindando no sólo mis conocimientos científicos para recuperarlos sino dándoles Amor, que es lo que más necesitan. Siempre les inculco que nada es imposible, que todo se puede lograr. Y les traigo música y videos de Selena. No busco sólo que la admiren, sino que también la conozcan. Quiero que sepan que para superar los peores momentos no sólo hay que esperar algo de los demás. También tienen que aportar su mejor predisposición, su esfuerzo y su optimismo. Y allí tienen a Selena para que se den cuenta que se puede. Pero también les enseño lo que le pasó. No les muestro parte de la historia. Les muestro todo y les digo que si algo debemos aprender de ese nefasto día es que por más buenas personas que seamos, por más que no dañemos a nadie, por más que nos dediquemos sólo a mejorar nuestras vidas, siempre habrá gente “de la otra”, y que a esa gente no hay que ignorarla o subestimarla, sino tenerla en cuenta para nunca entrar en su juego, para no caer en sus trampas, para que no le pasen lo que finalmente le pasó a Selena. Y también me recibí de psicóloga para poder perfeccionar mi labor de médica y para comprender más a la mente humana. En un futuro estudiaré abogacía para contribuir a la justicia y para que cada uno tenga lo que se lo merece, tanto en lo bueno como en lo malo. No me detendré. Siempre haré más y más cosas que me gusten y me apasionen. Cosas que me definan no sólo como profesional sino como persona. Tal vez si hubiese sido por mí misma, no hubiese hecho nada, me hubiese costado mucho más. Tal vez hubiese dudado de mi vocación, tal vez me hubiese dejado influenciar por lo que me hubiesen dicho los demás. Pero todo cambió cuando conocí a Selena, todo cambió cuando la vi y aprecié, y fundamentalmente todo en mí se definió cuando Selena nos dejó. Siento que algo le debo a Selena, que no le pude agradecer como es debido todo lo que hizo por mí. Pero mientras la espero, mientras sueño con que me encontraré con ella, mientras despierto cada día imaginando y deseando que ella esté en algún lugar feliz y observándonos cada tanto, yo sigo trabajando, viviendo, sonriendo, añorando, aportando lo mejor de mí siguiendo el ejemplo de Selena, destacando su obra, destacando su don de gente. Cada persona deja su huella, deja su impronta. Selena dejó una fuerte huella en mi corazón. Y en agradecimiento yo haré todo lo posible para que a ella se la recuerde siempre con Amor y para que nunca más se sienta sola, para que nunca viva lo que vivió aquel nefasto día…

Porque siempre seré en la vida aquella niña “tan chiquita pero picosa”…

(Yo también siento y pienso como Sara. Yo no la conocí en su momento pero cuando tuve la enorme fortuna de saber quién era Selena no pude olvidarla jamás. Yo también me siento en deuda por todo lo que me ofreció, por todo lo que me brindó. Yo también la tengo en el corazón. Yo también sueño con que cambiará el cruel pasado y el destino. Yo también procuro ser mejor persona para dar mi mejor homenaje a Selena que es tratar de ser como ella en todos los aspectos de la vida.)

Y hasta el día que me muera tú vas a ser mi Amor, Selena…


 

 
English Translation click here    
  Sergio Ernesto Rodríguez
Buenos Aires, Argentina  Date: May 26th, 2011
 
 
 

Yo sólo pido que no me dejen nunca sola…

 
 


¿Qué hago yo aquí? Estoy temblando de miedo. No sé qué hacer. Veo a ese público que me mira, que está esperando vaya a saber qué de mí. Es terrible estar aquí. Por primera vez siento temor de que la gente me rechace, de que no me quiera, de que sienta desilusión por lo que les vaya a ofrecer. Sé que no estoy sola. Están en mis hermanos en esta aventura y mis padres apoyándonos. También es un alivio que estemos por actuar en el restaurante de mi padre y que el público lo sepa. Claro que eso no es garantía de nada. Así como los comensales pueden quejarse de una comida o de un platillo mal preparado, o de un servicio mal atendido, pueden quejarse de nosotros. ¡¡Oh!! ¡¡Es terrible esto!! Me siento como si fuera parte del menú, la sugerencia de la casa, la recomendación del chef, ¡¡y con el temor de que al público no le guste!! Siento que no saldrá nada de mi boca, que mi voz se ha acallado por completo. Miro a un costado a mi hermano A.B. Él me mira conteniendo sus ganas de decirme “Mira en lo que nos metiste” con aire de fastidio, o tomándoselo con aire de sorna diciéndome: “¡¡Eso te pasa por tener celos de mí!!”. Y en cualquier caso él tenía razón y valoraba el hecho de que no me lo echara en cara frente al público. En todos estos días, mientras ensayábamos para dar nuestros primeros conciertos en público, me lo dijo una y otra vez, de mil modos diferentes, de mil modos distintos, pero ahora sabía que estábamos en el mismo barco, en la misma empresa, formando parte de lo mismo, que dependía de nosotros salir de esta situación. A.B. no sólo contenía su terror, su fastidio, su incertidumbre, sino que me daba ánimos con su mirada, y con sus indicaciones sobre cómo y con qué empezar. Por un instante nos olvidamos de que queríamos estar en cualquier lado menos aquí y que tal vez después de ver el resultado de nuestra primera performance en público, nuestro padre desistiría. Pero en nuestro fuero más íntimo sabíamos que nuestro padre nos insistiría con seguir a pesar de cualquier inconveniente, a pesar de cualquier circunstancia. ¡¡Maldigo haberme puesto tan celosa de A.B.!! Pero es que no lo pude evitar. No podía soportar que mi padre le diera más importancia a él y a su bajo que a mí. Sé que está mal, sé que él es mi hermano y que mi padre me quiere, pero bueno, también es cierto que los hermanos se pelean y se celan. Yo vivo jugando y a la vez peleándome con Suzette y con A.B. Eso es normal. Es normal jugar, agredirse tirándose con almohadas, poniéndole al otro un chicle en el pelo, escondiéndole cosas, pegarle una palmada y darse a la fuga. No digo que esté bien, pero es normal. Tampoco está bien escondernos todos en un garaje luego de hacer una travesura por miedo a que nuestro padre nos regañara. Tan mal estaba que yo una vez me asomé mientras él nos buscaba en son de paz y lo único que logré es que fuéramos fuertemente castigados. Yo siempre fui así. Hacía travesuras y después creía que podía siempre enmendar la situación … Y no siempre se logra eso. No siempre …

Ahora me doy cuenta de que no todo depende de uno para solucionar las cosas. Ni tampoco ningún plan te garantiza que te salgas con la tuya y menos medir las consecuencias. Nunca imaginé que por aprenderme unas canciones viejas de las que solía entonar mi padre o que solía ensayar con su guitarra tendría esta respuesta. Yo sólo temía que mi padre no me quisiera más. ¡¡Eso era todo!! Pensé que ese bajo que le había regalado a mi hermano A.B. sería mi perdición. Sentí que ya no sería su linda Selena, la nena de la casa, la baby, la niña que con su sonrisa todo lo podía, a todos convencía, a todos agradaba. Por primera vez sentí que perdía la confianza en mí misma. Las risas y los aplausos que lograba A.B. ante cada acierto en su instrumento me hacían sentir que ya no llamaba la atención, que a nadie importaba, que las cosas ya no serían lo mismo. Podría haberme quedado llorando en un rincón. Podría haberme lamentado por mi suerte … Desde ya que lo hice y mucho pero siempre a escondidas y sin que nunca se diera cuenta nadie, absolutamente nadie. Siempre disimulé mis reales sentimientos, sobre todo los de dolor. Por alguna razón no quería mostrarme débil, no quería mostrarme que me podían ver derrotada. Cuando interiormente superé el mal momento, me avoqué a “reconquistar” a mi padre, a lograr que se volviera a fijar primero en mí. Durante un tiempo busqué y desempolvé unos viejos libros de canciones que mi padre tenía bien guardado en su cuarto y me las aprendí. No sé cómo hice tan rápido. No sé cómo me las ingenié para no sólo aprender bien la letra sino también la melodía. Pero lo hice. Si hay algo que aprendí por mí misma es no darme por vencida nunca, ni aún vencida. En todos los ámbitos de mi vida he sido siempre así. Aun con mi corta edad, bastaba para que me dijeran “Hey, Selena, te desafío a que no me ganas en el juego de beisbol”, o me retaran a algún juego, o me pusieran a prueba en cualquier circustancia, para que yo encarara el reto y no parara hasta lograrlo. Muy pocas veces he perdido. ¡¡Hey!! ¿Perdí alguna vez? … Sí, es una broma, una de mis clásicas bromas … Es un chiste. Estoy jugando Pero sí es cierto que no iba a permitir estar en costado viendo cómo me dejaban a un lado y yo sin hacer nada. Pensé y estaba confiada en que mi padre se fijaría en mi canto y le gustaría lo que estaba haciendo … al menos por un tiempo. No pensaba en que podía durarle para siempre su idilio para conmigo, para con mi forma de cantar … Pero tampoco supuse que iba a generar lo que generó. Recuerdo que a propósito dejé el libro de canciones en una de las mesas que había en el garaje en el que mi padre solía cantar sus canciones, esas canciones que solía entonar con su grupo Los Dinos. Yo sabía que él extrañaba esos tiempos y que muchas veces se refugiaba allí para al menos sentir un consuelo ante la frustración de haber dejado el negocio de la música para ser un simple empleado de una compañía petrolera, ocupación que la podía hacer sin problemas y con total eficiencia, pero que la detestaba por ser aburrida y sin que pudiera desarrollar allí su creatividad. Yo todo lo sabía a pesar de ser muy pequeña, pues todo lo observaba, todo lo miraba y quiero mucho a mi padre. Esperé a que le llamara la atención que estuviera ese libro allí y preguntara quién lo dejó en aquella mesa. Cuando eso ocurrió, yo me apresuré a decirle que había sido yo. Le expliqué que lo estuve mirando y de paso que me había aprendido las canciones que se incluían allí. Y tal como yo lo había imaginado, mi padre se rió y me dijo que era imposible que yo supiera esas canciones. Yo lo miré desafiante y le dije: “¿Que no me las sé? ¿Estás seguro? ¿Quieres retarme? ¡¡Te apuesto 10 dólares a que sí las sé!!”. Mi padre se asombró de mi seguridad sin dejar de sonreírse, pero valoró que defendiera mi posición y que lo desafiara. “¡¡Pues bien!!”, me dijo mi padre poniéndose un poco más serio y extendiendo su mano. “Te doy 10 dólares si te sabes las canciones de este libro. Yo escojo cualquier canción y tú al menos me cantas el comienzo. ¿Trato hecho, Selena?”. “¡¡Trato hecho!!”, exclamé yo estrechando su mano. Sentía satisfacción de saber que lo iba a sorprender. Sabía que mi padre no tenía idea de cómo cantaba. Tampoco pensé si eso podía importarle. La apuesta aquí era por si sabía esas canciones que él las conocía a la perfección y que las llegó a cantar con su grupo en vivo … “¿Estás lista, Selena?”, me dijo mi padre mientras tomaba su guitarra. “¡Lista!”, le dije yo contenta, orgullosa y satisfecha de haber logrado ser de nuevo el centro de atención de mi padre. Por fin no lo veía a él de lejos, sonriendo de satisfacción viendo cómo aprendía a tocar el bajo mi hermano. Tuve la seguridad de que todo dependía de mí para que los ojos de mi padre se apoyaran siempre en mi persona. Estaba segura de que lo sorprendería. Estaba segura de que de allí en más mi padre querría escuchar cómo sabía sus canciones. Estaba segura, convencida … Nunca supuse que lo sorprendería tanto. Nunca supuse que mi vida, su vida, la vida de todos nosotros cambiaría para siempre, sin saber aun hoy si ese cambio será para bien o si nos llevará a la ruina…

Ahora que lo pienso, mientras nos preparamos para dar nuestro primer concierto, veo cuáles fueron las reales consecuencias de semejante apuesta, de semejante expectativa, de semejante jugada para llamar la atención de mi padre, para que yo siguiera siendo su baby. Todavía puedo recordar los gestos de asombro de mi padre. Ya no se trataba de que supiera las canciones. Ahora lo que estaba en juego era mi talento para cantar. Mi padre trataba de disimular su asombro y satisfacción por mi forma de cantar, de entonar, de saber bien las canciones. Prefería seguir con el juego y me desafiaba y mucho … “¡¡Vamos, Selena!! ¿A que no sabes la canción “We belong together”?  ¿A que no sabes “Over the rainbow”? Y mientras ganaba mi reto cantando una y otra canción, mi padre iba dejando de desafiarme y sólo me dejaba cantar. Ya no disimulaba más su satisfacción y su orgullo, pero notaba en la expresión de su cara que había algo más, que veía en mí algo que yo no podía apreciar del todo pero lo intuía. Yo también me sentía extraña. Porque al cantar frente a él, noté que me había desinhibido y ya no lo hacía sólo para ganarle la apuesta. Podía haberle dicho: “¡¡Ahí lo tienes!!! Te he vencido. ¡¡Las sé todas!! ¡¡Dame mi dinero!!” y haberme ido de allí saltando de felicidad. Pero no lo hice. Seguí cantando y cantando hasta que mi padre dejó de tocar la guitarra, sonrió de una manera que nunca lo vi hacer en mi vida, toco mi cabecita, sacó su billetera, me dio los 10 dólares y sólo me dijo: “¡¡Te felicito!! Me has vencido justamente. Tienes bien merecido ese dinero”. Y me dejó ir. Yo me fui corriendo al parque a jugar con la seguridad de que mi padre me tendría en el centro de su atención. Por eso no le comenté nada a nadie sobre lo sucedido. No quería que nadie supiera lo que había hecho. Total, tarde o temprano se iban a enterar, cuando tal vez mi padre me hiciera cantar delante de mi familia mientras A.B. tocaba el bajo. Tal vez, pues no descartaba que mi padre sólo quería que por el momento sólo le cantara a él para hacerle compañía en aquellas tardes en las que quería recordar aquellos viejos tiempos, aquellos tiempos en los que él era feliz con su banda, con su música, haciendo lo que él siempre quiso hacer, lo que más le gustaba, lo que siempre deseó ser en la vida. Nunca supuse que aquel viejo sueño que él siempre tuvo, y que estaba dormido y condenado a quedar encerrado en aquel viejo garaje, despertara con todos los bríos y con todas las ganas de retomarlo, esta vez conmigo. No me imaginé que su sueño iba a continuar con mi presencia y cantando. Y mientras yo suponía que mi canto acaso fuera una compañía que lo podía hacer vivir y recordar con alegría aquellos viejos tiempos, una felicidad que compensaba la frustración de no poder seguir haciendo lo que más le gustaba, mi padre pensaba en ir mucho más lejos. Él no se iba a limitar a que ese sueño se quedara en un garaje. Él vio en mí que podía continuar su viejo sueño. Tal vez su tiempo había pasado, es cierto, pero los sueños nunca mueren. Y esos sueños se los iba a cumplir yo, y a través de mí, de mis hermanos, de mi madre, de toda la familia. Lo que para todos era un sueño terminado, para mi padre era un sueño apenas dormido por un tiempo y despierto ahora, bien despierto para hacerlo concretar…

Miro atrás y veo a mi hermana con un aire medio angustiada, medio alarmada, medio enojada, con tanto miedo como todos nosotros. Pero yo entendía lo que le pasaba. Ella se sentía totalmente ajena a todo esto. Sentía que estaba allí porque tenía que ocupar un lugar, como parte de la familia que es. Pero su situación no era la mía, pues el grupo fue formado para mí. Hasta el nombre lo decía todo: “Selena y Los Dinos”. Mi hermano tocaba el bajo y mal que mal podía seguir aprendiendo tocando en el grupo … ¿Pero Suzette? Ella no quería tocar la batería. Si hubiese sido por ella no hubiese hecho nada más que mirar. Tenía que aceptar el rol como mi madre, sólo que mi madre acompañaba a mi padre pues era la esposa, pero mi hermana sentía con lógica que no era ésa su obligación, y quería tener su vida normal como A.B. y como yo, con la diferencia de que ella quería estar totalmente alejada de la música. Recuerdo que un día de ensayo en el que mi padre nos había filmado para que se viera cómo tocábamos, Suzette ni miraba a la cámara. Estaba de costado mirando para abajo. Ni siquiera cambió de posición con una ocurrencia mía, diciéndole a mi padre cuándo íbamos a comenzar a cantar en vez de seguir hablando. Todavía puedo sentir su risa y ver de refilón cómo mantenía su mirada para abajo recostada sobre su izquierda … Ahora la veía y me sonreía. No estaba para nada convencida pero aceptó el mandato familiar. Ella sabía que cumpliendo lo que se le pedía a la larga podría tener su vida normal como tanto lo anhelaba. Yo entendí esa expresión y ese sentimiento, pues compartía con ella y con A.B. esa necesidad de hacer las cosas bien para a la larga poder cumplir nuestros sueños personales. Yo no me imaginaba estar aquí. Hasta que se me dio por cantar soñaba con ser diseñadora y en mis juegos solitarios estaba el hacer pequeños dibujos de vestidos que se me ocurrían, que me gustaban. Aunque yo quería sólo jugar como cualquier niña, me gustaba cantar y mostrarme como tal. Sentía, a diferencia de mi hermana, que quería destacarme en algo fuera de lo común, que tenía más inquietudes que sólo tener una vida normal como cualquiera. Por eso pensé que el cantar acaso me permitiría ser famosa y con la fama poder ser una gran diseñadora con inquietudes. Suena una quimera, ¡¡pero quién sabe!! ... En vez de tomar todo esto como una simple locura de mi padre y sentirnos frustrados por no poder hacer nuestra vida normal, preferimos seguir el sueño de mi padre para que, una vez  cumplido, pudiéramos hacer posibles los nuestros. ¿Pelear con nuestro padre? … ¡¡Imposible!! Él ya estaba determinado a seguir esto cueste lo que costare y caiga quien cayere. Ahora que lo pienso, creo que yo soy muy parecida a él. Yo también cuando me propongo hacer algo no me detengo hasta lograrlo. ¿Acaso no estamos aquí porque me propuse llamar la atención de mi padre? ¡¡Y vaya si lo logré!! Pero todo el trajín que padecimos hasta llegar aquí no fue fácil de abordar. De jugar a estar encerrados en una habitación tratando de parecer una banda de vaya a saber qué no fue nada fácil. Ver a nuestro padre enceguecido yendo de un lugar a otro con instrumentos para que tuviéramos todos los elementos que nos permitiera tocar, con nuestra madre detrás tratando de recapacitara en lo que hacía, no fue algo fácil de entender para nosotros. Creo que desde ese momento mis hermanos y yo crecimos de golpe. Es como si hubiesen pasado como rayo unos 10 años y ahora nosotros razonáramos de pronto como adultos. Desde ese momento mis hermanos y yo nos hicimos más confidentes que nunca, pues más allá del apoyo familiar y las indicaciones de mi padre, los que estábamos en el escenario dando la cara éramos nosotros. Dependía puramente de lo que hiciéramos en el escenario para seguir adelante. Con quien más me involucré en este sentimiento fue con A.B. Él y yo sentimos que no bastaba con simplemente cantar bien unas viejas canciones. Que debíamos encantar a la gente con nuestras actuaciones y con nuestras composiciones. Que a la larga había que hacer mucho más si queríamos llegar muy lejos. Desde ese momento nos hicimos más unidos que nunca y mucho más comprensivos uno del otro…

¡¡Cómo me costaba entender a mi padre sobre el sentido de cantar en español!! ¿Para qué? ¿Por qué? Si yo no quiero ser una cantante hispana. Yo quiero ser como Gloria Gaynor, como Donna Summer, como esas artistas norteamericanas que brillan no sólo con su voz sino con su presencia. A mí me gusta la música disco, el rock, el country, cantar en inglés, ¡¡pues yo hablo inglés, no español!! Sé de mis ascendientes, pero yo no me crié con eso. ¡¡Ni siquiera mis padres me lo inculcaron!! Claro, luego mi padre habló de su vida, de todo lo que tuvo que sufrir, de la discriminación, del error de sólo cantar en inglés y al no saber canciones en español perderse la oportunidad de cantar en tantos locales de la comunidad mexicana en Corpus Christi. “¿Por qué crees que puse un restaurante de comida mexicana, Selena?”, me decía mi padre. Para gente como nosotros, gente mexicana que hace tiempo vive aquí y que extraña su música, quiere seguir viviéndola, quiere bailar, no quiere perder su tierra aunque ahora viva aquí y hable más inglés que español. ¡¡Ojalá me hubiera dado cuenta yo de eso!! Si hubiese sido así, cantaría en español desde joven. Ése fue mi error, mi Selena. Debí haber tenido un plan B. Debí haber apostado a las dos músicas, a la de mis orígenes, a la de mis ancestros, y también a la que adopté al vivir aquí. Por eso a la larga tuve que abandonar todo, muy a mi pesar y además porque ya éramos muchos en la familia como para esperar tanto tiempo la oportunidad que tanto deseaba que llegara. Pero contigo es diferente, Selena. Tú eres pequeña, tú tienes tiempo, tienes un largo trecho para recorrer. Es por ello que les pido paciencia a ti y a tus hermanos, le pido un ratito de cada día para que toquen, para que practiquen. Y a ti te pido un esfuerzo más, pues tú tienes el talento especial, tú tienes ese algo distinto que no lo posee nadie. Creeme, Selena, que aun siendo tan pequeña, te puedo asegurar que nadie es ni será como tú. Ya me creerás cuando crezcas. Ya verás cómo la gente te querrá, como todos cantarán tus canciones, ya verás que estas palabras y elogios que te prodigo te lo dirán otros. ¡¡Ya verás cómo se enamorarán de ti!! Tú tienes voz, talento y una gracia increíble. ¿Pero sabes qué, Selena? No alcanza con eso. Muchos no te prestarán atención pues eres muy pequeña. Otros te discriminarán por ser latina y mexicana. Y creeme que no quiero que vivas mi experiencia. No quiero que te preguntes por qué a una persona la atienden para cantar y no a ti. Por eso impáctalos con tu canto y te lo pido encarecidamente … Canta en español, aprende aunque más no sea en forma fonética cada canción. Yo te ayudaré. No importa si al principio no entiendes bien de qué se trata. Ni siquiera interesa si no lo hablas bien o directamente no lo hablas. Interesa, eso sí, que los impactes cuando lo cantes. Conmuévelos. Pon tu mano en el pecho, cuando llegues a una palabra que sepas lo que significa pon tu cara expresando lo que significa para ti. ¿Ya sabes lo que significa la palabra “Desprecio”, no, Selena? Pues bien, cuando cantes y llegues a esa palabra enséñale a la gente lo que sientes en ese momento. Sé que te los ganarás. Y recuerda. Siempre sé amable con la gente que te está escuchando. Y aprende y grábalo en tu mente y en tu corazón: sin ellos no lograrás nada, sin ellos Selena y Los Dinos no existirán. Salúdalos, hazle saber que los conoces y les cantas a ellos, salúdalos personalmente y sonríeles. Pregúntales cómo les va en sus vidas, que hicieron ese día, que harán mañana. Ellos seguro se enternecerán y con el tiempo lo tomarán como un gesto que te enaltece. Piensa en que si los conquistas a ellos conquistarás el mundo. Y yo confío en ti. ¡¡Estoy seguro de que lo lograrás!! Pero te lo pido. Haz ese esfuerzo. Aprende bien el español. Es nuestra gran carta. Tal vez tengamos que hacer más de una vuelta para llegar a nuestro gran objetivo. Tal vez te destaques primero como artista en español y luego recién en inglés. ¿Quién sabe? Ya veremos … Lo importante es que tú debes esforzarte y yo me encargaré del resto. ¿Alguna pregunta, Selena? ¿Algo que me quieras decir?”.

Yo le dije que no con la cabeza y mi padre se fue a seguir preparando los equipos para el concierto. Siempre en esos momentos de mucha presión para mí y de incertidumbre, mi madre se acercaba y me preguntaba qué pasaba o qué necesitaba. Pero esta vez me sugirió algo: “¿Por qué no bailas? ¿Quieres que te enseñe a bailar la cumbia?”. Fue un gran consejo de mi madre. El aprender a bailar esa nueva música me sirvió mucho para distenderme, para distraerme, para divertirme mientras trabajaba, para reírme mientras hacía algo que desconocía y que nunca hubiese imaginado que iba a hacer … ¿Cantar en español, bailar “La lavadora”? Nunca lo hubiese imaginado. Me sentía tan rara, tan exótica. Pero enseguida me adapté. Nadie ni nada me iban a decir que fuera imposible hacerlo. Y si bien todas estas cosas las hacíamos por el sueño de mi padre, yo sentía que cada día estaba en juego mi orgullo, mi Amor propio, mi tozudez. Tomé esas palabras de mi padre y el optimismo de mi madre para trazarme un plan. Buscaría encantar al público poniendo sentimientos, toda mi pasión, mi alegría, mi tristeza, mi desazón, mi optimismo. Buscaría cantar a la perfección y a sorprender al público con mis expresiones. Pero los impactaría también con mi baile, con mi gracia. Incorporaría todas las cosas que hacía cotidianamente para ponerlas en el escenario. Si a veces hacía reír en los ensayos, hacía bromas o salía con algo ingenioso, ¿por qué no lo haría allí mientras tocaba con mi banda? Empecé a pensar que siendo yo misma podía lograrlo y que luego con el tiempo podría incorporar otras cosas. En el futuro pienso en cambiar vestuarios con mis ideas y mis proyectos. Me encanta diseñar y me gustaría poder hacer mis propios vestidos y diseñar la ropa de mi banda. Eso lo haré en el futuro. No es que no me agrade lo que me pongo, pero me gustaría ponerme otras cosas. Igual, como ahora no hay dinero, no podré innovar mucho, pero cuando sea famosa yo armaré mi propio vestuario y el de la banda. ¡¡EEyy!! Muchas veces hablo como si todo estuviera escrito. Y me falta todavía. Lo que pasa es que siento que no puedo esperar más, que me salgo de la vaina. Quiero lograr todo, así puedo vivir tranquila en el futuro. Quisiera poder vivir en paz como no lo pude hacer en muchísimo tiempo…

Sé que aún soy muy pequeña y cualquiera que me ve o cualquiera que me escucha puede sorprenderse de lo que digo. Pero a esas personas les diría que en este tiempo he crecido mucho. Sé que mi vida no será normal nunca. Nuestro destino está marcado. Porque a la larga todos viviremos de la música, y si nos va mal, que Dios nos ayude. Pero  no debemos recurrir a Dios por estas cosas. Nosotros somos los que debemos encausar nuestro futuro. Las dificultades deben ser superadas sin pensar que nunca podrán ser solucionadas. Sé que no cursaré mis estudios regularmente. Sé que viviré más arriba en el Big Bertha que en una casa. Pero nuestro destino ya está sellado. Se determinó en el momento en el que mi padre decidió armar una banda de música con nosotros … Pero ahora que lo pienso bien, ¡¡yo forjé mi destino y el de mi familia!! Ese destino lo forjé en el momento en el que, por los celos a mi hermano, decidí aprender unas canciones viejas y encantar así a mi padre. Tengo que admitirlo: he sido yo. Y la vida me ha enseñado a que uno tiene que hacerse cargo de lo que se dice y de lo que se hace. Tendré que asumir que estoy aquí por algo, que yo he forjado mi propio destino. Desde ya que no se trata de esconderse y mirar para atrás. Se trata de poner lo mejor de sí para que el público me acepte. Y para que ellos me acepten tendré que deslumbrarlos con mi sentimiento, con mi pasión, con mis alegrías y con mis tristezas. Tendré que apelar a lo que vivo, a lo que me pasa, a lo que siento. Seré en el escenario como soy en la vida. Y con el tiempo el que me sepa apreciar sabrá que no sólo mi voz y no sólo mi canto estarán allí. ¡¡De ninguna manera!! Estarán presentes allí mi vida, mi historia, lo que me pasa, lo que más quiero. Tal vez no sepa hablar bien el español y por ello tenga que recurrir a cantar de memoria las canciones de ese idioma para manejarme correctamente en el escenario, o bien tenga que leer las letras escritas en un papel. Pero yo les pondré a cada canción mi propio sentimiento, mi propia Alma, todo mi sentir. Tal vez con ello los convenza de que con poner el corazón y todo el Amor en cada canción podré impactar al público aun más que si supiera el español a la perfección. Es que no se trata de saber el idioma, no se trata de saber todo. Se trata, eso sí, de que la gente me crea, me crea cada palabra, cada estrofa, cada gesto, cada entonación. Si algún día logro eso, sabré que el público estará de rodillas a mis pies. Mientras tanto, hay que tratar de buscar el camino. Ahora estoy frente al público y sé que todo depende de mí. No me voy a quedar esperando a ver cómo reaccionan. Yo seré la que los irá a buscar para alegrarlos, para conmoverlos, para ofrecerles todo mi Amor, para acusarlos de algo que me han hecho, para hacerlos reír con una historia divertida. Yo seré la dueña del escenario mientras esté allí. Yo los haré cantar, los haré bailar, yo haré que vistan mi ropa y que les guste todo lo que yo hago. Sé que a la larga me envidiarán, pero yo me las ingeniaré para que sólo me quieran y acepten mi destino. Lograré que tomen mi destino como propio y que deseen que me vaya bien, pues mi triunfo será su triunfo. Lograré que se identifiquen conmigo y se sientan representados. Sabrán que si me alejo de estas tierras, siempre volveré. Saben que en mí hay buenas intenciones y que siempre les daré lo mejor de mí tanto dentro como fuera del  escenario. Tal vez logre poco ... o no. Mi idea es poder ser como las grandes artistas, como Gloria Gaynor y como tantas otras que brillan con su estilo y personalidad. Pero lo que más quiero en la vida es que me quieran. Yo llegué aquí por necesidad. Pero lo que ahora necesito es tener a todos que invoquen mi nombre y que me den afecto. Si logro eso, sabré que conquisté el mundo. Sé que no me puede ir mal. Si bien por necesidad tuve que interactuar con otra gente, yo confío en lo que está a alrededor mío, en mi familia, en mi gente. Sé que sin ellos no podría seguir. Sé que con ellos lograré todo lo que me proponga…

Ya está por comenzar el concierto y me sigo preguntando qué hago yo aquí. Pero ahora que estoy con este micrófono que es más grande que mi mano frente a este público siento que ya no tengo más dudas. Uno también construye su destino. Nada es casualidad. Todo surge por algo. Después de lo que me sucedió tengo muy en claro que uno tiene que hacer lo que le parece bueno o justo. Ahora encararé el concierto con el mismo espíritu, con el mismo ímpetu, con las mismas ganas que siempre, teniendo en claro el objetivo noble que me lleva aquí. Sé que cada cosa que emprenda, por más pequeña que sea, tiene que ser con esa idea. Si hay algo que deseo es llegar a cumplir mis sueños siendo tal cual soy, sin esconder nada, pero tampoco sin necesidad de mentir, de dar una imagen falsa de mí, sin tener que engañar ni decepcionar a la gente. Siempre desee que la gente me quiera. A veces, detrás de una carcajada, detrás de una conversación, detrás de una actitud, estoy pidiendo a gritos que me amen, pero que me amen tal cual soy. Y yo soy así: humilde, espontánea, natural, una persona que también tiene sus enojos y sus fastidios, pero que nunca estafará a nadie ni engañará a nadie. Quisiera poder, a través de mi canto, transmitirles a todos que pueden contar conmigo, que sólo quiero transmitirles felicidad, que quiero compartir con todos nuestros sentimientos, nuestros sueños, nuestras esperanzas. Quisiera que sepan que yo les doy todo, todo mi cariño, todos mis sentimientos, todo mi Amor. Sólo espero a cambio que si ven que lo mío es verdadero y creíble, que todos puedan devolverme esa entrega dándome también su Amor, su cariño, su bondad. Quisiera que sepan, sin necesidad de que se los diga, que necesito como el agua que me protejan, que me den sus muestras de Amor, que me quieran. Me gustaría que entre todos formemos una comunión de Amor, una comunión en el que sintamos ese afecto sólo con vernos, sin necesidad de expresarlo con grandes manifestaciones, sólo sentirlo. Para mí lo más importante no es sólo llenar un estadio, llenar un local, que un concierto mío esté colmado de gente. Yo sueño con que algún día entre a un escenario lleno de gente que quiera expresarme todo su cariño, que quieran compartir conmigo sus anhelos, sus ganas de vivir, sus ganas de hacer, sus ganas de ir siempre por más. Quisiera ser no sólo una artista consagrada sino una persona querida por lo que es, por haberlo intentado todo con nobles métodos y que su ejemplo sirva para que todos seamos mejores personas sabiendo que todo es posible si uno se lo propone, que todo es posible si uno lo quiere, que todo se puede lograr si se quiere ser más que una persona que hace lo que se debe. A veces cuando veo que grandes artistas llenan estadios gigantescos como el del Houston Astrodome, me imagino allí. Sueño con que algún día llegaré y si alguna vez ello sucede que sea porque les di lo mejor de mí para lograrlo. Que ese concierto sea uno más pero a la vez único. Uno más porque sueño con brindarles mi mejor voz y mi mejor actuación como siempre, sea en un gran estadio o en un local pequeño. Y único porque deseo que si algún día llego a estar en ese gran rodeo, que el concierto sea recordado por siempre, no sólo por la cantidad de personas asistentes, sino por la calidad del concierto y por nuestra entrega. Quisiera que si llego a dar alguna vez un concierto en el Houston Astrodome todos seamos felices porque estamos juntos otra vez compartiendo nuestras vidas, nuestros sueños, nuestras expectativas. Quisiera que un concierto mío allí sea la ratificación de que un mundo de Amor es posible, de que con trabajo, dignidad, verdad, constancia, dedicación y audacia también se puede llegar al objetivo, se puede volar bien alto, se puede lograr el cariño de todos sólo sintiendo, sólo cantando, sólo siendo como uno es, nada más y nada menos que eso. Espero que algún día todo eso lo pueda lograr…

Ya  está por comenzar el concierto. Ya veo las señas de A.B, ya veo las expectativas de mi padre. No sé por qué pero se me dio por pensar que lo que más sueño en la vida es que sepan que todos pueden contar conmigo. Que siempre estaré allí, que siempre me tendrán a mí para contribuir a mejorar las cosas. A veces pienso por qué siento la necesidad de estar allí buscando que todo esté bien, de moverme a uno y otro lado cada vez que se me requiera, de hacer todo lo posible para que aquello que sea digno de cumplirse o realizarse se cumpla. Tal vez me mueva con el mismo espíritu con el que llegué a esta instancia. Tal vez en lo sucesivo siempre encare las cosas de ese modo para lograr todo lo que quiera. Pero tal vez lo que deba aprender en la vida es que a veces las cosas no resultan siempre bien, que tal vez haya que esperar un buen momento aquello que uno quiere hacer sea del momento o sea de algo que uno viene pensando de un tiempo largo. No es que eso me haga dudar sobre lo que debo hacer en lo sucesivo. Pero no siempre sabemos lo que nos puede deparar el destino, lo que nos podemos encontrar a la vuelta de la esquina. Está muy bueno ir siempre en la vida con el espíritu de que podemos arrasar con todo, pero también tenemos que saber que hay de todo en la vida, tanto en el mundo exterior como en el ámbito en el que nos movemos. Siento que a veces el impulso lo tenemos que usar en el momento justo, que un impulso hecho a destiempo puede costarnos mucho, mucho más de lo que pensamos. ¡¡Quién sabe qué hubiese pasado si esta idea de cantarle a mi padre esas canciones las hubiese hecho en un momento inadecuado!! Cada día construimos nuestro destino. Movernos en la vida con tanta pasión puede darnos grandes frutos como también grandes pérdidas. Espero que una persona tan impulsiva como yo sepa manejar mis movimientos, mis expectativas, mis deseos. No sé por qué pienso en esto y por qué justo me viene a la mente esa pesadilla que soñé el otro día pero no quiero ni recordarla. Creo que me tendré que acostumbrar a que ese mal sueño me acompañe toda la vida… ¡¡Espero que mis actitudes me la hagan olvidar muy pronto!!

Llegó el momento, ya se escucha la música. A.B. me mira con confianza pero a la vez con nerviosismo y expectativa. Yo miro al público y pienso qué voy a hacer. Pero desisto rápido de la idea y sólo me propongo conquistarlos con mi voz, con mi sonrisa, con mi carisma, con mi talento, con mi humildad, con mi convencimiento, con mis saludos. Sé que lo haré. Me mueve la necesidad de mi familia, me mueven mis sueños, me llevan mis deseos de ser alguien en la vida. Sólo espero que la gente se acuerde de mí y que me quieran siempre … Me quieran no sólo por ser una buena cantante, una buena artista, sino por ser una buena persona. Espero que todos me lo puedan valorar, pero para ello sé que tendré que dar todo de mí. Allí voy, allí voy para que el mundo sepa de quién se habla y cómo cuando se habla de mí, cuando se habla de Selena, simplemente de Selena…

Si llego a ser famosa, me gustaría poder ayudar a los niños. Me gustaría tener una fundación o la posibilidad de ir a los colegios para ayudarlos. Tal vez me gustaría que no tengan que pasar por las privaciones que tuve que padecer yo y, por ello, me encantaría tenderles una mano. Pero mi modo de ayudar sería poder darles mejores formas para acceder a lo que quieran ser. Pues si llego a esa instancia es porque lo que hice sirvió y tuvo un buen fin. Quisiera poder ayudarlos con mi ejemplo y darles un mensaje positivo en sus vidas, diciéndole que todo es posible si uno se lo propone. Que ejerciten sus mentes, que imaginen, que se esfuercen, que se dediquen, que procuren ser mejores que una misma. Que en todo caso tomen mi ejemplo para tomar lo que les parece bueno y desechar lo que les parece malo, pero que hagan, que piensen, que se diviertan, ¡¡que sean ellos mismos!! Quisiera poder tener esa fundación para que tengan menos dificultades que yo, pero también para que sepan que el futuro depende de ellos, que ellos pueden hacer de éste un mundo mejor. Espero poder llegar a ese momento. Si lo logro, mucho de lo que pude concretar no habrá sido en vano, tuvo su razón, tuvo su sentido. Ése es uno de mis tantos sueños, unos sueños de niña, pero que serán una realidad cuando yo sea grande y sea famosa. Una realidad como que me llamo Selena … Una realidad como que ya comienza mi concierto …¡¡Que así sea!!

(Ojalá que todo lo que has soñado para ti y para este mundo se haya cumplido, Selena … Sé que te han quedado muchas cosas por hacer, sé que no has podido cumplir muchos sueños. Pero dejaste tu huella, dejaste tu marca, dejaste tu ejemplo. Sé que muchas de las cosas que lograste las pensaste e imaginaste desde pequeña … Tal vez te hayas ido de este mundo con la incertidumbre de si te seguirían recordando, si tu ejemplo acaso pudo ser seguido por alguien … No te preocupes, Selena, tú dejaste todo en la vida de mucha gente, tú dejaste todo tu Amor que está grabado en cada uno de sus corazones que hoy sólo laten por ti…)

Y no te preocupes, Selena. Aquí está alguien que siempre ratificará con su recuerdo, agradecimiento y tributo que nunca estarás sola, que siempre estarás acompañada, que siempre serás querida, que siempre tendrás protección y que siempre tendrás el Amor que pediste desde lo más profundo de tu Alma y de tu corazón…

Simplemente te recuerda con Amor, con tu Amor…

 

 


 

 
English Translation click here    
  Sergio Ernesto Rodríguez
Buenos Aires, Argentina  Date: May 19th, 2011
 
 
 

Todo de mí, todo de nosotros, Selena…

 
 


Me pregunto, Selena, qué me duele de ti, por qué lloro, por qué me emociono, por qué no lo puedo aceptar, por qué no lo puedo entender. Sé me dirá que soy un loco, se me dirá qué sentido tiene todo esto, hasta tú misma me podrás decir que no llore más por ti, que estás bien donde te encuentras y que ya nos encontraremos pronto. ¿Pero sabes qué, Selena? Yo tengo que hallar una respuesta, yo tengo que buscar una razón, un motivo. Yo tengo que explicarme, explicarte, decirle al mundo por qué siento lo que siento por ti, por qué lloro, por qué me pasa contigo lo que no me pasa con nadie. Yo tengo que decir que no puedo aceptar que no estés aquí, viviendo tu vida, viviendo tus sueños. Tal vez antes cuando vi por primera vez la película que se te hiciera en tu recuerdo yo sólo buscaba una explicación a ese absurdo hecho perpetrado en ese nefasto día, pero nada me afectaba por lo que pasaba en la historia más que la emoción lógica de ver el triste final de una historia linda, fantástica, de novela. Tiempo después, con más información sobre ti podía reconocerte en cada concierto, podía emocionarme con cada tema, podía compartir lo que significó tu vida como artista y como persona. Pero ya después es ver esas escenas y sólo llorar, pero el llanto no se debe a una cuestión egoísta. No lloro porque acaso no puedas ofrecerme más canciones, más conciertos, más cosas mágicas que me hagan emocionar. Cuando te veo a ti en la película yo no lloro por mí, lloro por ti, Selena. Lloro cuando te veo de niña y puedo saber lo que sentías, tu Alma pequeña que sólo quería jugar, ser feliz y hacer feliz a los demás, soñando con ser diseñadora. Lloro cuando describes lo que sientes en el escenario y lo que la gente espera de ti. Lloro cuando lloras, lloro cuando ríes. Te siento parte de mí, cada sentimiento que expresas es un sentimiento mío. Yo no puedo despegarme de lo que eras no sólo como cantante sino como un simple ser humano, como mujer, como una Almita llena de ideas y de inquietudes, como una mujer que se proponía conquistar al mundo sólo con mostrarse tal cual era, sin doble cara, sin engaños, sin escándalos, sin trampas, sin juego sucio. Nadie como tú, Selena, había hecho tantos sacrificios para lograr ser alguien importante en la música, en el diseño, en la vida. Tal vez lo que siempre me pregunte, Selena, es cómo alguien como tú no está aquí, cómo alguien que tuvo que renunciar a muchas cosas, y que muchas de esas renuncias no fueron por voluntad propia sino por aceptación de decisiones de los demás, no tuvo la oportunidad de vivir todo aquello postergado como premio al éxito obtenido con tanto esfuerzo y con tanto talento. Tal vez nunca me explique que se te haya quitado todo en el momento en el que eras libre de verdad para hacer lo que más querías, a sabiendas de que nada de lo que tú hicieras iba a perjudicar a nadie ni a herir a nadie. Tal vez me pregunte toda la vida para qué se te expuso a semejante prueba, a semejante vida para que te la arrebaten en el mejor momento, en ese momento en el que podías decidir, en el momento en el que los demás se acercaban a ti en vez de que tú te tuvieras que acercar a los demás. ¿A qué mente sádica se le ocurrió armar tu vida de esta manera, Selena? ¿Cuál era el fin, cuál era el propósito? ¿Quién fue a visitarte luego de lo que te sucedió para decirte el nuevo premio obtenido luego de tu último sacrificio? ¿Quién osó dar la cara para que aceptaras de buen grado ese paraíso, ese premio difícil de rechazar, como compensación a dejar este mundo tan joven, cuando estabas a punto de llegar a la cima mundial, cuando tenías tanto para dar, cuando tenías tanto para vivir? Yo estoy seguro, Selena, de que si hubiese estado en tus manos, nunca hubieses aceptado este destino, que ningún paraíso, ningún bronce, ningún homenaje con todos los honores suplirá el placer de vivir, de cantar, de diseñar, de sentirse amada, de recibir el cariño de la gente, de recibir el sol de la mañana, de reír y de hacer feliz a los demás, de ser alguien más que está feliz en este mundo. Yo sé que hubieses querido vivir, arriesgar, acertar, errar, ganar, perder, recuperar el terreno perdido, lograr el éxito en todo el mundo y vivirlo, que ver desde afuera cómo se te homenajea, cómo hablan de ti, cómo te describen como un mito, como una leyenda. Estoy seguro de que preferirías que te escucharan reír y que te vean con cara de felicidad en vez de que sólo se te escuche por un disco, que se te vea en un video y que se te dé cariño a través de la visión de una estatua, de una foto, de una visita al museo o al gravesite, de algo que pertenezca a ti … Estoy seguro de que es así porque siento lo que sientes, y siento tu sentir como persona, como esa artista que además de cantar, siente, y que ese sentir se expresaba en todos los aspectos de la vida, tanto en el escenario como fuera de él…

Tal vez ya no se trata sólo de que me pueda emocionar por un concierto, por una canción. Yo me emociono por ti, yo me alegro por ti, yo sufro por ti. Tal vez el paso del tiempo se encargue de que esas canciones vayan quedando lejanas, vayan siendo reemplazadas por otras … Tal vez, porque también es cierto que esas canciones sólo tienen vida si sólo son interpretadas por ti, Selena. Pero lo que no podrá nunca el paso del tiempo es borrar todos los sentimientos que dejaste, todos los sentimientos que generaste. De los grandes amores nunca se olvidan. De los grandes artistas tampoco. Se podrá ir olvidando tal vez de las voces que van sonando extrañas y ajenas para las nuevas generaciones. Pero lo que no se puede olvidar es de aquella persona que dejó su vida y sus sentimientos en cada representación, en cada interpretación, en cada actuación. De esas personas no se pueden olvidar. Las personas que dejan una huellita en el corazón de la gente viven para siempre. Y eso es lo que dejaste tú, Selena. Pero tu magia es tan grande que ese mismo sentimiento lo generaste hasta en la gente que no te vio nunca, la que te conoció después de aquel nefasto día, la que te descubrió con la tragedia. Pues tú, Selena, tenías sentimientos, un gran corazón, antes que tener una gran voz. Gran parte del secreto de tu éxito radicaba allí, Selena. Tú les cantaste a todos con el corazón, y ése es un idioma que entienden todos. Por eso derribaste tantas barreras, desmitificaste realidades que parecían imposibles de modificar. Lo que para los demás era imposible de lograr, para ti era natural y sencillo. Lo que para otras cantantes era lograrlo sólo con una buena difusión y publicidad intensiva, para ti era sólo tu presencia. Selena, tú eras única. Eres única e irrepetible. Y no es que para ensalzar tu figura haya que negar el talento de los demás. Muchas veces por querer mantener a alguien que queremos en un primer plano muchos piensan que hay que negar el talento de los demás, o pensar que todos los demás son mediocres o menores que el artista a quien queremos. Pero contigo es diferente, Selena. No se trata sólo de destacar tu talento y de negar el del otro. No se trata de compararte con otro artista y decir que eras la mejor. No se trata de hacer comparaciones. Sólo se trata de decir que eras diferente, simplemente diferente. Tú eras una artista natural, no eras el invento de nadie. Tú eras en el escenario como eras en la vida. Tú habías surgido bien de abajo sin más ayuda ni más carta de presentación que el mostrarte con tu figura y tu voz en un escenario. Tú eras nuestra. Todos nos identificamos contigo. Tú impactaste al texano, al mexicano, al latino, a todo el mundo hispano, al amante de la cumbia, de la ranchera, del rock, del pop, de toda la música. Por algo todos te destacaron, todos tuvieron sólo elogios para ti. Todos llegaron a advertir lo que eras como cantante y como artista. Lo más notable en ti es que no importa qué música uno escucha o qué música a uno le gusta. Lo más importante era verte a ti y ya no importar lo que se está escuchando. Lo más notable era que después de que te vieran a ti y de quedar atrapados en tu mundo, los ojos de todos te seguían a ti, los oídos escuchaban sólo tu música, todos se conmovían sólo con tu interpretación. Contigo aprendieron, aprendimos, que tú eras lo más importante, que bastabas tú para sentir el Alma, el corazón, y el sentirse plenos y dichosos. Luego de conocerte a ti y de sentirte, nada podía ser más valioso ni más importante. Nadie como tú podía tener tanta magia ni tanto Amor como para obtener hasta lo imposible de lograr para cualquier artista, por más talentoso que fuera. Dios tenía que demostrar su existencia y lo demostró mostrando a alguien tan encantador como tú aunque nunca podamos entender por qué te llevó tan pronto y de ese modo. Nunca entenderé por qué lo divino no se puede demostrar y mostrar del modo más hermoso, sin vidas tan cortas y sin tragedias como final…

Por eso, Selena, yo no puedo dejarte, porque aún me duele el Alma, aún me duele el corazón, aún me duele lo que te ha sucedido. Yo no puedo verte y saber que te has ido de la forma más absurda. Yo no puedo dejar de pensar que aquellos sueños que tenías, aquello que tanto anhelabas, te lo hayan quitado. Yo no puedo concebir que ya los lugares en los que has pasado y has deslumbrado se hayan acostumbrado a tu ausencia, a admirar a otros artistas, a otras cantantes. Sé que suena hasta razonable, pero detesto escuchar o leer a gente que dice que lo que antes le dolía lo terminó aceptando sin remedio, pues la realidad es ésa. Yo no quiero aceptar eso, Selena, aunque eso sea cierto. Yo quiero que, a pesar de todo, la gente se siga deslumbrando si te ve, si en algún pueblo ven a alguien parecida a ti o te ven a ti en algún especial de televisión. Yo quiero que todos sigan sintiendo como aquellos muchachos que aparecen en la película y ven a la tal “Salinas”. Yo quiero que haya gente que a pesar de todo sigan queriendo dar todo por ti, Selena. Sé que antes podía ser más fácil pues tú estabas presente, tu sola presencia podía generar esos hechos. Sé que todo hoy se hace más difícil, fundamentalmente, porque tú ya no estás. Pues esa escena acaso refleja como nadie la magnitud de tu éxito y cómo lo habías logrado. Todo el pueblo, toda la gente que por ahí ni tenían televisión sabían quién eras tú, pues tú, Selena, ibas a ellos antes de que ellos fueran por ti. Por eso el significado de esa escena. Podían no saber bien tu nombre, podían no haberte visto nunca en un concierto o en la televisión, pero todos sabían quién eras y qué significabas, lo que representabas para ellos, para sus familiares, para sus novias, para sus hermanos, para sus padres. Porque tú, Selena, eras la auténtica artista del pueblo, la Reina indiscutible, la cantante que los representaba en cuerpo y Alma. Yo sé que todo es más difícil con el paso del tiempo y sin tu presencia, Selena. Y ni qué hablar en las lejanas tierras en las que vivo, en las que no llegaron a conocerte y que apenas llegaron a saber de ti masivamente por tu tragedia. No sabes lo difícil y lo penoso es tener que sostener tu recuerdo en ese contexto, pues llegó a haber fans de ti en su momento y que hubiesen sido más que felices si se hubiese hecho realidad tu anuncio de que vendrías por esta lejana Sudamérica. Para los que te amamos, Selena, nos resulta muy triste y muy penoso tener que explicar, tener que contestar a tantos por qué, tener que hablar de ti con temas de los que nunca querríamos hablar. Pero la vida nos pone a retos difíciles de comprender. Y los que te amamos te tendremos que recordar por lo que fuiste y por lo que pudiste haber sido. Tendremos que aceptar bien nuestra derrota sin verla como una caída sino como un desafío, como una lucha a brazo partido contra el paso del tiempo, contra la tecnología, y por la superficialidad del éxito inmediato y efímero. Y aun sabiendo que es una lucha ya perdida de antemano, lo exitoso radica en que podamos retrasar el mayor tiempo que se pueda esta densa realidad, una triste realidad de un mundo sin ti, Selena, de un mundo que perdió definitivamente el rumbo desde que ya no estás entre nosotros…

Todo por ti, Selena. Todo sea por ti, como se dice en la película. ¿Y qué sería dar todo por ti, Selena? Yo creo que dar todo por ti hoy ya no es guardar algo de ti. No es tener una foto tuya, tus discos, tus videos, visitarte, sacarte fotos en la estatua, visitar el gravesite, ver el museo. Ya no es eso dar todo por ti. Eso lo puede hacer cualquiera si está a su alcance. Dar todo por ti es no renunciar a tu recuerdo, no olvidar lo que eras, no olvidar lo que representabas para la gente, recordarle al mundo lo que fuiste, lo que llegaste a hacer en tan sólo 23, casi 24 años, tu historia, tu vida, tus sueños, tus ganas de vivir. Dar todo por ti es vivir y sentir las cosas como tú las sentías, no dar nada por imposible, soñar y hacer posibles los sueños, que hay un mundo posible con tu vida y con tu ejemplo. Tú marcaste el camino, Selena, y ya sabemos que tú no lo pudiste terminar o, mejor dicho, hubo alguien que te lo impidió. Lo más duro y lo más difícil es recordarle al mundo que tú iniciaste ese camino tan difícil de lograr en aquellos ’90 que era que el mundo hispano, el mundo latino, estuviera presente en todo el mundo. El recorrido que te propusiste hacer para llegar a la cima parecía una quimera, una locura, una condena al fracaso. Tú lo hiciste posible y le hiciste más fácil las cosas a otros artistas que quién sabe si se hubiesen arriesgado a apostar por ese camino. Sé que tú, Selena, te pondrías contenta por la suerte del resto de los artistas que han llegado a la fama, a pesar de que seguro se te escaparía una lágrima por no estar allí. Yo no puedo estar contento por el éxito de los demás … Es que no puedo ser tan bueno como tú, Selena. Yo quisiera que tú estuvieras en ese lugar. Yo querría ver a todas las jóvenes no sólo sabiendo quién eres tú sino queriendo ser como tú. Querría verte hoy marcando el camino en lo musical y la tendencia en el diseño. Querría que el ejemplo de tu vida fuera un sueño hecho realidad y no sólo un sueño que la realidad se encarga de hacer añicos. Me gustaría ver a un mundo contigo, Selena, contigo feliz con tu vida, feliz con tu esposo, feliz con tu familia, feliz con tus hijos, feliz, simplemente feliz. Por eso quiero que me entienda el mundo, Selena, por qué te escribo, por qué te recuerdo, por qué me empecino en luchar contra los molinos de viento. Porque a pesar de todo yo no renuncio a que algún día podré verte feliz. Yo quiero creer que todo lo que vivo es en realidad un mal sueño, una pesadilla de la que pronto despertaré y veré la realidad, una realidad que hoy no es tal pero espero que pronto lo sea, realidad que deseo cada vez que escribo, cada vez que te recuerdo, Selena…

Muchas veces me descubro hablando de ti y paso por esos sentimientos de deslumbramiento, de admiración, pero también de impotencia y de desazón. Al principio en mi hogar no era de buen grado que dedicara tiempo de mi vida para recordarte. A mi esposa le daba un poco de celos que te admirara de esa manera. Pensaba, no sin razón, por cierto, al conocerme bastante, que sólo me avocaba a ti por la novedad, porque por allí era una de esas tantas manías que tenía y que me duraba un tiempito. Pronto comenzó a entender que contigo las cosas eran diferentes, bien diferentes, que realmente sentía de verdad lo que expresaba sobre ti. A la larga comprendió que no se trataba de una competencia, de que no eras tú una rival. Y también entendió que lo que a mí me pasaba no era una manía pasajera, como tantas otras ... Pronto entendió que tú significabas mucho para mí, que te admiraba, que te quería como se quiere a un familiar, a un entrañable amigo, a alguien que significa mucho para nosotros, pues estuvo no sólo en las buenas sino en las malas, que nos dio una mano cuando necesitábamos ayuda, que nos hizo compañía cuando estábamos muy solos. Pronto entendió que tú, Selena, estabas más allá de todo, que te sentía mía, que sentía lo que me trasmitías y expresabas en cada tonada, en cada canción. Empezó a entender que yo era como aquellos varones que te iban a ver deslumbrados por tu presencia y por tus canciones, y que sus esposas no se sentían celosas por ti, pues también ellas eran admiradoras de ti, y si no lo eran sabían lo que significabas para todos. Recuerdo que al principio yo le decía a mi esposa: “Pídeme lo que quieras, pero nunca me pidas que no haga algo por Selena, que no le escriba, que no contribuya a su recuerdo. ¡Eso es muy importante para mí y jamás renunciaré a ello!”. Entiéndeme, Selena, que mi experiencia no es la misma de las personas que te admiraban en México y en Estados Unidos, tampoco responde a la misma época en la que tú estabas en tu mejor momento. Ya sabes que soy de tierras lejanas y que ya estamos en el año 2011 … Sí, 2011 ... Pero por suerte mi esposa comprendió que recordarte era muy importante para mí, pues me hacía feliz, porque tú, Selena, me habías convertido en mejor persona, porque yo al tributarte había logrado un lugar en el mundo. Entendió que tú eres parte de mí, formas parte de mis sentimientos, de mi vida, de mi Alma, de mi corazón. Sabe que cuando hablo de ti hablo de alguien a quien admiro y que respeto. Sabe que te escribo de corazón y que quiero dar lo mejor para que tú estés mejor. Sabe que tú no estás y eso me afecta. Ella entendió como lo entendieron las esposas de aquellos varones que te iban a ver. Yo sé que si tú estuvieras entre nosotros y vinieras a la Argentina a dar un concierto, ella me compraría la entrada y hasta haría lo indecible para que pudiera verte y te pudiera dar el mayor de los abrazos, y tú me dieras el más lindo autógrafo. Como lo hizo aquella mujer en la previa de tu hermoso e inolvidable concierto en el Houston Astrodome el 26 de febrero de 1995, en la que participó de un concurso en el programa “Onda max” para ganarse una entrada para dicho concierto. Pero lo curioso es que esa entrada no era para ella; en realidad, era para su esposo, porque era muy admirador de ti, Selena. Esa mujer sabía que su esposo era feliz contigo, y como lo quería, deseaba que fuera a verte y tener la oportunidad de conocerte. Y por suerte, y por esas cosas del destino, ella ganó la entrada; en realidad, la ganó su esposo . Cuando llegó el gran día, tú lo recibiste, aceptaste con agrado sus regalos y le firmaste un pañuelo, un pañuelo que lo tiene aún como la mayor reliquia, como el mayor regalo. Gracias a su esposa, él no sólo tuvo la oportunidad de verte sino de tener algo de ti. Supongo que ella haría lo indecible por hacer posible que tú vuelvas para que su esposo sea nuevamente enteramente feliz…

Cuando se tiene a ti en el Alma, Selena, siempre habrá un motivo para evocarte, una razón para expresar lo que uno siente por ti, la necesidad de decir que tú formas parte de nuestras vidas y de nuestros corazones. Cuando uno entra a tu mundo, comienza a admirarte, capta tu esencia, entiende lo que representas, no sólo te admira, sino que se te quiere, y tu ausencia es un sentimiento triste que jamás se olvidará, del mismo modo que no se olvida ni se deja de sentir lo que tú has sabido interpretar a través de tus canciones y de tus palabras. Es imposible no sentir lo que tú sientes y has sentido. Es imposible no sentir tus logros, tus interpretaciones, tus sentimientos. Uno no puede dejar de emocionarse cada paso logrado, cada éxito obtenido, cada hecho que te provocaba la mayor emoción. Yo no puedo dejar de emocionarme cuando tú conquistaste Monterrey. No puedo dejar de reírme y de llorar de emoción cómo te esforzabas para hablar bien el español allá por 1992 cuando lo hablabas tan precariamente, pero que suplías esa carencia con tu carisma, con tus ganas de dar lo mejor, con tu honestidad, con tus ganas de ser querida, con tu respeto al público. Y no sólo eso, pues tal vez otros, sabiendo que igual lograban el éxito, no se hubiesen esmerado por mejorar el manejo del idioma … No fue tu caso. Tú quisiste mejorarlo y lo hablabas con naturalidad a los dos años. Y ésos son los detalles que el público valoraba aparte del talento y de la buena música. A la gente le gusta que se la respete y que la hagan sentir importante en el lugar que le toca. Y eso lo hiciste tú, Selena, como nadie, como muy pocos. Por eso todos no sólo te admiraban sino que te querían mucho, te respetaban y necesitaban cuidarte. Son esas cosas de las cuales uno no se puede olvidar y que han hecho que todos nos identificábamos contigo, Selena, y con tu suerte. Es imposible no emocionarte contigo cuando no sólo arrasaste con los Premios Lo Nuestro en 1993, sino cuando recibiste el premio a la mejor cantante regional méxico-americana. Esas manos en la cara, ese gesto de emoción, ese meneo de la cara sin poder creer lo sucedido, el abrazo con tu hermano, el abrazo con Pete Astudillo, el recibimiento del premio, el abrazo casi accidental y risueño con Paulina Rubio, son parte de nuestra emoción y de nuestros sentimientos. El que te quiere y el que te admira sabe lo que eso significa, sabe lo que representa. Siempre al verte con un logro más nos es inevitable pensar en esa niña que alguna vez tuvo un micrófono en la mano y un sueño, un sueño que haría realidad a pesar de tantas privaciones, a pesar de tantos sueños postergados, a pesar de no tener una vida de niña y adolescente normal. Una vida de una niña que se había propuesto con honestidad, estudio, sacrificio, trabajo, esmero y mucho talento llegar a lo máximo y siempre ir por más dando lo mejor a la gente. Nadie mejor que tú, Selena, sabía lo que quería el público, pues lo que querían ellos, lo que soñaban ellos, lo que deseaban ellos, también lo querías tú…

Tal vez lo que siempre lamentemos, lo que siempre nos haga llorar, es que no hayas podido tener ese mínimo momento en tu vida para relajarte después de tantos años de sacrificio y poder dedicarte a terminar tu proyecto de la casa propia, entregarte a la felicidad de tu matrimonio, hacer de Chris un hombre feliz con lo que tiene y hacerlo sentir importante con tu Amor, cariño y comprensión. Tal vez es lo que más lamentemos en ti, pues es lo que manifestaste siempre en tu vida y siempre lo dejaste en claro en cada reportaje, en cada declaración…Tu propio Amor, cariño y comprensión hacían que tú cambiaras todo lo que estaba a tu alrededor. Si tú imaginabas que podías tener un amplio campo con una gran variedad de animales sin importar si eran compatibles o no, ¿qué te detendría en tu intención de sacar el lado más bueno y el más humano de las personas que estaban a tu alrededor? Chris era un hombre muy tímido al cual le costaba expresarse, y ese inexpresión y sus miedos le hicieron andar errado en la vida y pensando que jamás podría ser querido ni sentirse importante. Pero contigo, Selena, contigo sintió la importancia que tenía, su lado bueno, su lado positivo. Tú hiciste de él un hombre seguro y contenido como tal vez nunca lo había sentido, ni nunca lo sintió luego de ti ni lo sentirá. La mayor elocuencia de tu ausencia es lo perdido que se ha sentido Chris en todo este tiempo, volviendo a las relaciones equivocadas y a las inseguridades. Como todos en la vida, y como todos los que estuvieron al lado de ti, nada fue lo mismo sin ti, Selena. Aunque se quisiera, aunque se intentara, el significado de tu ausencia se nota hasta en el detalle más ínfimo de las actitudes y reacciones de tu familia, en la reacción de tu gente y en la incomprensión de otra gente que no se podía explicar que tú fueras tan famosa y, sobre todo, tan querida. Era tan grande tu presencia, eran tan poderosos tus sueños, eran tan grandes tu Amor y tu cariño, que tu andar en la vida no podía pasar nunca inadvertido. Tu presencia acaparaba todo, te hacías dueña del lugar en el que estabas y todos se convertían en espectadores, como en el escenario. Siempre A.B. recuerda lo que sucedía cuando ambos entraban en un lugar. Él podía sentir cómo todos se quedaban subyugados por tu presencia, cómo todos los ojos se depositaban en ti y seguían tu recorrido. Todos acaso podían sentir lo que significabas con tu sonrisa, con tu saludo, con tu actitud. Difícilmente podían olvidarse de ti, muy poco probablemente podían creer que podían estar allí sin seguir lo que hacías. Porque si los demás no se acercaban, eras tú quien se acercaba para conversar, para preguntar qué era de sus vidas, que soñaban, qué pensaban de lo que les pasaba, qué esperaban del futuro. No importaba lo que hacías, no importaba si eras la principal figura texana, una artista increíble o simplemente alguien que estaba por allí ocasionalmente. Importaba lo que transmitías y lo que eras realmente. Y tu propia actitud, tu humildad, tu bonomía hacían sonreír a todos y les dabas alegría, tal cual lo hacías en un concierto. Hacías lo mismo tanto dentro como fuera en el escenario, en una fiesta, en tu casa, en el bus que te llevaba a un concierto. Tú reflejabas tus ansias, tus sueños, tus proyectos en cada acto de tu vida, en cada cosa que emprendías. Tú les sabías transmitir lo que querías, que era lo mismo que querían ellos. Por eso te querían tanto, Selena … Porque tú eras como ellos, soñabas como ellos, tenías ganas como ellos de ser alguien en la vida de modo honesto y de la forma más respetuosa, buena y digna posible. Pero tú supiste transmitirlo en todos los aspectos de tu vida, y supiste tener la bondad y la capacidad suficientes como para hacer de todos mejores personas, con buenas intenciones y nobles fines para lograr cada cosa que se propusieran. Les enseñaste que siempre se podía más, que no había que conformarse con hacer lo políticamente correcto o lo estrictamente necesario. Podías contentarte con ser una correcta cantante, pero tú te esmeraste por ser una artista completa que además de cantar, supiera bailar, tener presencia en el escenario mostrándose de un modo particular, y no sólo vestirse de un modo original, sino de tener la capacidad y las ganas de diseñar sus propios vestidos. Hiciste de ti una cantante, y una figura y un modelo a seguir. Todos a la hora de homenajearte tratando de representarte saben cómo vestirse, cómo maquillarse, cómo bailar, cómo presentarse. Creaste un estilo único, propio, inconfundible. En todos los aspectos se te puede reconocer. No hay forma de no saber lo que significabas. Se te reconoce no sólo por lo que dejaste materialmente sino en las huellas que dejaste en los corazones de la gente que te supo amar, Selena…

El saber que tenías tantos sueños, tantos proyectos, tantas ideas y que todo haya quedado truncado por una mediocre mujer que no tenía nada que ofrecer más que ser una persona que sólo tenía la ambición de, a través de la manipulación, sacar ventaja de la situación de buena fe de tu parte y de tu familia, da mucha pena, pues si hay algo que te distingue, Selena, era que tú estabas, como artista y ser humano, varios escalones por encima del resto. El no contentarte con lo obtenido, el deseo de ir siempre por más, el pensar en el qué hacer en el día de mañana en vez de contentarse con lo logrado al momento en el que estabas viviendo te da una dimensión de persona que pocas se encuentran en el mundo. Tú sabías que tenías el suficiente talento como para lograr lo que te propusieras. Tal vez al principio tus limitaciones económicas te impedían concretar todo lo que soñabas. Pero cuando el éxito te dio posibilidades, no las desaprovechaste. Nunca quisiste perder el tiempo. Cada día para ti era una posibilidad de concretar los sueños. Jamás quisiste dormirte en las mieles del éxito. Tú tenías muchas cosas en la cabeza, muchos proyectos, muchas ideas, y cada día había que aprovecharlo hasta lo máximo, para posibilitar que esos sueños estuvieran cerca de concretarse. Por eso me es inevitable imaginarte de niña y verte cómo te juramentabas que en cuanto llegaras a  la fama harías todo lo que en ese momento no podías hacer. Fue un cúmulo de sueños que en un principio sólo podías cumplir a cuentagotas. Fue un tiempo en el que sólo podías dar todo para cumplir el sueño de tu padre para que, una vez logrado, pudieras llegar a hacer aquello que tanto soñabas mientras estabas sola en la noche mirando las estrellas o viendo pasar tu vida en la ventanilla del Big Bertha camino a algún concierto. Tal vez para muchos les cueste entender cómo a los 22 años ya te proponías hacer realidad tu sueño de diseñadora creando “Selena Etc.”, en vez de buscar primero lo fama mundial. Los que tal vez no te conocen bien no lo puedan entender, pero lo que te conocen, los que sabemos no sólo tu trayectoria sino lo que pasaba por tu cuerpo, por tu Alma y por tu piel, sabemos lo que buscabas cada día, cada noche, qué sentías ante cada sueño cumplido, cada latido de tu corazón. Los que sentimos lo que tú sientes entendemos por qué hacías tantas cosas sin querer perder un minuto, sin perder un instante, acaso como si intuyeras que no tenías tanto tiempo para perderlo en nimiedades. Tal vez en lo más profundo de tu corazón sabías de tu destino, pero eso no te hizo paralizar sino acelerar, acaso porque tenías la pequeña esperanza de que con tu Amor y sensibilidad podías revertir lo que parecía inexorable en tu hermosa y sufrida vida…

Tal vez eso que soñabas e intuías de tu destino, Selena, sea un buen motivo para recordarte, pero recordarte como se debe que es dando todo por ti, como aquellos cholos. Tal vez haya que recordarte sintiendo ese deslumbramiento que generabas cada vez que aparecías, cada vez que te acercabas. Tal vez haya que sentirte siempre dentro, pensar que, a pesar de que sabías lo que te depararía el destino, tú esperarías que tu voluntad, tu amor, y el cariño y el reconocimiento de la gente lograrían impedir ese cruel destino. Muchas veces me imaginé viajando en el tiempo, encontrarme contigo para evitar esa locura, y advertir en tu mirada, en tu expresión, que sabías lo que iba a pasar, pero a su vez esperabas que alguien se diera cuenta para que ese final no sucediera. No puedo evitar pensar que tú, Selena, estabas pidiendo a gritos ayuda, ayuda para salir de algo del cual por sí sola no podías salir … No lo puedo dejar de pensar … Y ese nefasto 31 de marzo es una fiel prueba de ello. Tal vez ya no podamos hacer nada en ese punto, pues hasta ahora no hay forma de viajar en el tiempo … Pero todavía se puede hacer algo … Todavía podemos no dejarte sola, Selena, todavía podemos con nuestro recuerdo acompañarte y hacerte sentir que te seguimos queriendo y protegiendo. Si te hacemos sentir, Selena, que eres todo para nosotros, que seguimos emocionándonos contigo y que somos capaces de dar todo por ti, seguramente algo habremos salvado, que es que no borren nunca las huellitas que nos has dejado. El hacerte sentir que nos sigues emocionando como si te viéramos en cuerpo presente la primera vez es la mejor forma de que te sigas sintiendo acompañada, halagada y siempre presente. Tú, Selena, necesitas que se te siga queriendo. Siempre tuviste temor a quedarte sola. Y la gente nunca te falló. Si ellos hubiesen estado presentes ese triste día, otra hubiese sido la historia … Pero la gente no sabía dónde estabas ese día … Aún se lo preguntan …Pero esa misma gente es la que te hará emocionar cada día con su recuerdo, con su tributo, con su homenaje. Entre todos sabremos darte aquello que tú ofrecías como nadie, que era Amor, y si acaso hoy lo sabemos dar es que ofrecemos esos destellos de cariño que se nos pegaron en nuestras Almas y que los diste tú con cada presentación, con cada acto de Amor que sólo tú podías dar … Si somos capaces de dar todo de nosotros, que es tu Amor mismo, yo sé que siempre estarás presente, yo sé que siempre estarás acompañada, yo sé que siempre serás feliz…

¡¡Y sé que así será, Selena!!

Te ofrece todo de sí todos los días para que tú, Selena, recibas lo que te mereces, que es Amor, y para que nunca, nunca, te sientas sola…

 


 

 
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  Sergio Ernesto Rodríguez
Buenos Aires, Argentina  Date: May 12th, 2011
 
 
 

Yo siempre estoy con ustedes…

 
 


Ante todo, les pido disculpas y les aseguro que estoy muy bien. Les pido disculpas por lo que pasó, por haberlos hecho llorar, por no poder darles una explicación. Yo que siempre les agradecí que sin ustedes yo no soy nada, que siempre ponderé lo cálidos que han sido conmigo, los gestos que tuvieron siempre conmigo, el hecho de que no sólo compraran mis discos si no que me dieran tantas muestras de afecto, lamento haberlos hecho sufrir tanto. Con el tiempo siempre me arrepentí de no haberles pedido ayuda, de no haber expuesto públicamente mi problema. Con el tiempo pensé que era mucho mejor haber recurrido a ustedes que quedarme en silencio, soportando una situación que me era cada vez más difícil, y del que para salir dependía de personas y de situaciones de las que difícilmente podría encontrarse una solución. También es cierto que yo no podría nunca imaginarme que las cosas iban a llegar a ese punto. Si hubiese tenido alguna sospecha, algún indicio, nunca hubiese ido a ese lugar. Fui con la convicción de que se podía llegar a un acuerdo, de que la sangre no llegaría al río, de que ella podría llegar a un acuerdo amistoso con mi padre ... Error ... Un grave error que cometí y del que me llevé la peor parte. Si lo hubiese sabido, si hubiese tenido la mínima sospecha … Pero no había modo de sospechar … Ella nos engaño a todos, nos metió en su mundo de locura, posesión y fantasía. Supo ocultar bien sus sentimientos, ambiciones y proyectos. Nos enredó en un mundo de carencias, de pocos sentimientos, de odio y de rencor. Nosotros Los Quintanilla no somos así. Vamos de frente en la vida y en todos los proyectos en los que nos hemos abocado. Crecimos determinados a que siempre podíamos y que todo se podía lograr con sólo proponerse lograr el objetivo. El gran error es haber pensado que todos pensaban y actuaban como nosotros. Toda la Familia vivió momentos difíciles, vivimos situaciones de las cuales no sabíamos qué podía pasar … Y siempre salimos adelante porque pudimos mantener nuestras ideas para salir, y porque nos enfrentamos con situaciones y con gente que aún siendo difíciles respetaban nuestra forma de ver las cosas. Pensamos tanto en ese afuera tan difícil, en ese mundo complicado al que había que tener mucha entereza para enfrentar, que no pensamos en que en ese mundo cotidiano en el que nos suceden cosas normales de cada día, nada supuestamente significativas y de las cuales no podíamos imaginar que podría venir algo malo y el cual podríamos sufrir mucho, podría venir el mayor peligro, la peor traición, el peor engaño. Fue como dice el dicho: “Que no nos tape el árbol…”. Y nos tapó el árbol, finalmente … Miramos tanto el bosque, miramos tanto el horizonte, nos cuidamos tanto de lo que venía de lejos que ni reparamos en el árbol, en lo que nos pasaba cerca, en la gente que nos frecuentaba ... Es curioso ... Nos organizamos en el mundo de la música siendo una empresa familiar pues, como dije en más de un reportaje, no quería que fuésemos víctimas de gente a la cual no conocíamos ni confiábamos tanto. Y al final nos pasó igual, de la mano de una persona a la que conocíamos desde hacía años y a la que le confiamos todo: el manejo del club de fans, el manejo de los negocios de mi salón y boutique “Selena Etc.” y tantas otras cosas. Le confiamos todo mientras ella no nos confió nunca nada. ¡¡Qué tontos e ingenuos fuimos!! Nunca se nos pasó por la cabeza que podría tener un plan tan siniestro ... Yo fui al motel pensando en que podía limar las asperezas, llegar a un acuerdo entre ella y mi padre. Pensé que era un gesto de buena voluntad ir. Yo ya no confiaba mucho en ella, pero pensé que algo podía hacer por tantos años de conocernos, por tantos años de compartir cosas. Sólo lo hice por eso. Mi padre estaba preocupado por si ella podía hacer un escándalo público si se la despedía. Por eso desistió de hacerlo en cuanto supo que ella podía hacerlo si se era duro con el trato que le podía dar en ese entonces. Allí tal vez debimos haber evitado tener un contacto con ella, debimos habernos manejado de otro modo. Pero no lo hicimos. Mi padre pensó que si se le dejaba dentro de la organización las cosas podían controlarse mejor. Yo pensé que podía aún convencerla … Quedé en el medio de un fuego cruzado y yo quedé lastimada, muy lastimada ... Lastimaron mi confianza, lastimaron mi buena fe, me lastimaron y me sacaron de este mundo ... Si hubiese sido mezquina, no me hubiese acercado nunca y hubiese dejado que el problema lo arreglaran ellos. Pero no pude hacerlo. Siempre pensé que todo lo podía, que nada era imposible de solucionar. Y si bien eso no está mal pensarlo y sostenerlo con las acciones diarias, aquí terminó siendo un error fatal. No tuve esa pizca de desconfianza, esa pizca de especulación. No tuve esa pizca de egoísmo, de pensar en lo mío, de dejar a un lado los problemas de los demás. Ese día como en tantos otros debí pensar en mí nada más. Debí darle prioridad a mi vida y a mis problemas. Pero no lo hice. Estaba tan acostumbrada a solucionar los problemas de los demás, que en esa oportunidad no hice la excepción. No pensé que esa mujer no era de mi familia y por ende no seguía mis ideas, mis convicciones y mi forma de ver las cosas. Y cuando lo pude ver, ya era muy tarde, demasiado tarde…

Yo sólo quiero decirles que estoy presente aunque no lo pueda manifestar físicamente … Pero estoy, siempre estoy … Créanme que es así. Me gustaría poder tocarlos, abrazarlos, sonreírles, agradecerles, darles más de un motivo para que sigan sonriendo, para que sus vidas sigan marchando llenas de alegría … Yo estoy bien … En serio … Estoy bien … Créanme que vivo en un lugar del cual ustedes querrían estar … Si supieran dónde estoy ya no sufrirían más por mí … Yo sé que querrían que esté con ustedes … Tal vez algún día, un día … Pero tengan por seguro que estoy presente, que soy feliz y que sé qué hacen, cómo viven … y cómo me extrañan … Sé que muchos de ustedes me recuerdan, que escuchan mis discos, que ven mis videos, que compran muchas cosas que tienen que ver conmigo … Sé que hasta gastan más de la cuenta para tener algo mío … Siento que hagan tantos sacrificios por mí. Sé que tratarán de calmarme diciendo que ese mismo sacrificio lo harían si estuviera presente, si hiciera un concierto en cualquier lado, si saliera un nuevo disco mío … Lo sé porque lo vi, porque lo viví, porque sentí muchísimo el Amor de todos ustedes. Creo que lo que más me ha emocionado en todo este tiempo es poder haber recibido de ustedes la emoción por mi forma de interpretar, por mi forma de llegarles al corazón. No hay nada más hermoso para un artista que la gente se emocione por cada interpretación, por cada canción cantada. A veces no es sólo el aplauso, la ovación, el griterío de todo el público lo que más impacta al artista. A veces lo que realmente a uno lo satisface es poder cantar una canción y notar que la gente nos mira con atención, sólo sigue nuestro andar en el escenario y nos escucha, sólo nos escucha y expresa cada uno a su manera aquello que expresamos. Ése es el mayor elogio que uno puede recibir. Ése es el mayor aplauso que un artista recibe. Yo muchas veces dije que yo sólo ponía felicidad en mis expresiones en una canción alegre, y ponía desazón en una canción triste. Pero eso que yo decía con total simpleza es lo más difícil de poder lograr. Yo ponía toda mi pasión en el escenario. Era muy consciente de que allí con el público enfrente yo daba muchísimo más de lo que podía expresar en un disco. Es que allí arriba yo era libre, libre para actuar, libre para hacer. Me desinhibía totalmente, era yo misma en su forma más pura. Muchas veces … ahora que tengo tiempo … medité qué era lo que me pasaba en el escenario, y por qué eso generaba y provocaba tal impacto en el público presente. Y lo único que se me ocurre decirles es que yo ponía mi vida. Era yo a cara descubierta. Mi vida y mi historia estaban en cada actuación. Tal vez ahora les pueda confesar que buena parte de las cosas que más les gustaban de mí las aprendí desde muy pequeña, cuando no tenía ni idea de cómo pararme en el escenario, con el terror mayúsculo que tiene un artista a punto de cantar con un público que nos mira y espera qué les vas a ofrecer, un público tan heterogéneo en el que unos pueden no esperar nada de ti, otros que sólo esperan que les cantes una linda canción, y otros que aplaudirán lo que sea pues eres pequeña y no tienen por qué esperar nada brillante de ti. Al principio, en la necesidad de encantar al público con mi talento y luego por necesidad extrema, cuando toda mi familia dependía del éxito del grupo para poder comer y vivir, yo saqué a la luz todo, absolutamente todo. Allí aprendí que no me bastaba con cantar bonito, con entonarles aceptablemente una canción. A la larga iba a ser grande y no me iban a tener ni la paciencia ni la conmiseración hacia mi persona si no les cantaba como una gran artista, como alguien que se distinguía del resto. Mi padre siempre me dijo que fuera agradecida del público, de cada aplauso, de cada muestra de afecto. Por eso incorporé en mis presentaciones mis saluditos personales, mis sonrisas a cada gesto bonito hacia mí, mis saludos al público estrechando mi mano uno por uno a cada asistente a mis conciertos. A eso yo le agregué mis sentimientos, mi forma de ver las cosas, mi forma de sentirlas. Yo quería ser una artista diferente. Mi padre se hubiese contentado con que cantara bien. Él pensaba que con eso bastaba para llegar a ser alguien en el mundo de la música. Yo no pensaba así. Yo no creía que bastaba con eso. Yo más que nadie sabía que con eso no los impactaría. Yo era la que estaba en el escenario. Nadie como yo puede decir lo que se siente tener 8 años con un micrófono que era más grande que mi propia mano y tener a mucha gente mirándote sólo a ti. Yo mejor que nadie puede decir lo que es alegrarse cuando sabes lo que es arrancarle una emoción a la gente y cuando no logras nada en ellos, cuando se mantienen indiferentes, cuando les da lo mismo que les cantes o no. Cuando noté ello me di cuenta de que no bastaba con cantar, que no alcanzaba con ser una más que cantaba bien. Tenía que atraerlos con más cosas, tenía que lograr que todos me miraran, que todos sintieran la necesidad de no perder un minuto de su atención para ver lo que yo hacía. Aprendí a que además de cantar debía bailar. Que además de bailar debía vestirme bien. Sabía que debía impactar desde el primer instante, que en cuanto hiciera mi aparición en el escenario no despegaran sus ojos de mí. Pero eso me llevó tiempo, experimentar, probar, ver cuál era la reacción de la gente, qué les gustaba más de mí, qué era lo que les provocaba indiferencia. Por allí les resultará curioso, pero un concierto que fue muy importante para mí fue cuando teniendo sólo 16 años fui a Tamaulipas, México, en el marco de una de las presentaciones mías en el Show de Johnny Canales. Yo era aún poco conocida allí, no provocaba una locura con mis presentaciones. Por esas épocas empezaba a ser reconocida en Texas, ya recibía nominaciones en los Tejano Music Awards, mi música ya sonaba mucho en las radios, comenzaban a saber quién era, pero recién empezaba. Todavía no diseñaba mi ropa y mi cuerpo no estaba del todo desarrollado. Todavía consensuaba con mi familia cómo aparecía y de qué modo, cómo me vestía yo, cómo se vestía el grupo. Pero allí en el escenario ante un público tan numeroso que sólo veía a una niña en el escenario tuve que sacar todo de mí para generar atención. Y más allá del resultado obtenido, yo entendí que había que hacer todo para agradarlos, que no había que guardarse nada, que no había que sentir ninguna vergüenza para llamar la atención. Cuando estaba interpretando “La bamba” sentí que todo funcionaba a la perfección. La banda había hecho una versión muy buena e innovadora de ese tema, yo no sentí ningún pudor en arengar al público a que cantara y bailara conmigo, y hasta invité a mi propio hermano A.B. a que lo hiciera conmigo. Él, como todo hermano, no quería saber nada con bailar con su hermana, pero entendió el juego y lo hizo. Eso sí, sólo por un ratito. Pero allí entendí que ése era el camino, ésa era la forma. Si seguíamos por ese rumbo, las cosas funcionarían de maravillas. Allí entendí que el destino estaba en nosotros y que si lo comprendíamos íbamos a cambiar la historia, y no sólo ser un grupo más que pasaba por tierras texanas y mexicanas…

Creo que sólo así me atreví a hacer cosas que nunca me hubiese atrevido a hacerlas en otro momento. Cuando recuerdo cómo zamarreaba a “mis ex novios” interpretando el tema “¿Qué creías?” me pongo a reír y me pongo colorada de vergüenza. ¿Cómo me atreví a hacer esas cosas? Creo que en una situación normal nunca lo hubiese hecho. Pero en el escenario ... En el escenario era otra cosa … Se jugaban otras cosas. Hubo una linda actuación mía en Odessa, Texas, en 1994, que no fue tan conocida, y en la que protagonicé creo mi actuación más zafada y más impresionante de ese tema. Sé que me dejé llevar por la timidez del muchacho, y porque sabía perfectamente por sus expresiones que me apreciaba y respetaba. Porque en ese tipo de temas uno va midiendo a la persona del público invitada, y según sus reacciones y cómo toma cada actitud, cada encare, cada toque con la mano, cada provocación con la mirada y con la voz, uno sabe hasta dónde puede llegar. Y se ve que sentí que podía llegar lejos. En un momento determinado, cuando noté que el muchacho se emocionaba tanto por mi interpretación, no atinaba a hacer nada y se me quedaba mirando fijo, lo agarré con tanta fuerza de la camisa que fue como tomar con fuerza un papel, hacerlo un bollo y luego arrojarlo lejos. Eso hice con el muchacho. Él no entendía nada ante un público, sobre todo el femenino, que festejaba ese desprecio mío en la interpretación. Yo sólo estaba actuando. Fue una interpretación perfecta. Porque yo me permití ser tal cual en el escenario sin inhibiciones, el público y sobre todo mi partenaire entendieron que era sólo era una actuación y un show, y que había que gozarlo como tal, y yo me sentía linda como nunca, una gran artista y halagada. ¿Qué más podía pedir? Y sentí que todo eso fue producto de mi mérito, de mi esfuerzo y de mi dedicación. Cuando recuerdo cómo estaba vestida, puedo notar cómo había evolucionado y cómo había desarrollado mi propio estilo, mi propia personalidad. Muchos lo asocian con mis famosos boustiers, pero no fue sólo eso. Y hacerlo no me fue tampoco nada fácil, pues mi padre al principio no quería saber nada con esa forma de presentarme. Cuando vio que el público lo aceptaba de puro agrado y con respeto, allí dio vía libre a esa forma de expresarme. Pero yo igual iba a seguir luchando por imponer mi estilo y mi personalidad. Pues yo también soy muy testaruda. Cuando sé que yo estoy en juego, peleo por mí y por los míos hasta el final. Así hice el 2 de abril de 1992 cuando decidí casarme en secreto con Chris. Sabía que era la única forma de que mi padre entendiera que era serio lo que sentía por él y que no iba a parar hasta casarme con él, y si debía adelantar la fecha y renunciar a un noviazgo más largo, lo haría sin duda ... Pero también lo hice aquel 31 de marzo … No siempre los impulsos llevan a buen destino, lamentablemente… La pasión nos lleva a eso: puedes lograr todo pero puedes quedarte sin nada…

A veces noto que muchos reparan en Jennifer López y sienten pena porque tal vez yo podría haber desarrollado una carrera similar o aun mejor que la de ella. Piensan que ella finalmente tomó mi lugar, que ese éxito y ese reconocimiento mundial debieron haber sido para mí … También sé que muchos de ustedes la respetan mucho porque interpretó la película que hicieran en mi recuerdo de una manera muy respetuosa y muy cuidada. Que nunca quiso ponerse por encima de mí en ese homenaje y que respetó lo que significaba yo para tanta gente. Y que luego de ello siempre fue muy agradecida por lo que Dios le ofreció y que sin mí tal vez no hubiese llegado a ser lo que es hoy ... Yo creo que ella hubiese llegado al lugar en el que está de todos modos y seguramente si no fuera por lo que me ocurrió las dos hubiésemos triunfado en el mundo aunque hubiese sido todo muy diferente, claro está. Yo supongo que JLo sabía lo que yo significaba y lo que era mi potencial aun antes de lo que sucedió conmigo, y creo que por eso se ofreció a interpretar mi papel. Y creo que fue tan respetuosa de mí que siempre trató de seguir su carrera artística sin vivir de mi figura ni aprovecharse sólo de la repercusión de la película, pero sin despreciarme ni olvidarse de lo que yo significaba ni de su propio origen. Y estoy segura de que también ella aprendió la lección que yo seguramente no aprendí, más que nada pues yo no tuve la referencia que sí tuvo ella. Por eso hoy no estamos juntas ... Seguramente Jennifer López era consciente de que no tenía la popularidad en Estados Unidos que tenía yo. Yo recién lo supe cuando en el programa “En vivo”, de Ricardo Rocha, en noviembre de 1994, me lo confirmaron. Allí me anoticiaron de que estaba entre las doscientas personalidades más famosas en Estados Unidos, y que en esa lista que incluía a todas las lenguas y a todas las culturas de Estados Unidos, había sólo dos latinos, Luis Miguel y yo. Yo no pude o no supe capitalizar esa situación. JLo sí lo hizo después. Pero convengamos que ella pudo saber de mi vida, de mis triunfos y de mis derrotas para saber llevar su camino. Ella aprendió la lección. Ella supo lo que había que tomar de mí y lo que no. No sólo interpretó la película. También supo qué era lo mejor que tenía para saber capitalizarlo y desarrollarlo en el futuro. Ella vio lo que yo no pude ver. Del mismo modo que en aquel momento yo no sabía que habría en el futuro muchísimos más latinos entre los más famosos de los Estados Unidos, tampoco imaginé lo que me iba a pasar. Una pena … Estábamos haciendo tan bien las cosas ... Habíamos evolucionado tanto y habíamos llegado a la cima con armas tan honestas y tan francas que uno realmente lamenta que todo haya caído en saco roto. Tal vez lo que más se lamente es que habíamos sido un modelo de vida para muchos, y al mundo le habíamos dejado un claro mensaje de que con trabajo y con honestidad, con ir al frente en la vida con la verdad, se podía llegar lejos, muy lejos. Que aun viniendo tan de abajo, de la pobreza, de las carencias más absolutas se podía revertir la situación y lograrse todo. Todo era posible con transparencia y honestidad … Al final sucedió lo que ya sabemos. Lo más triste es que muchos pensaran que para llegar a la cima no hay que mostrar todas las cartas, no hay que ir tan frente en la vida, que no siempre se puede decir lo que se siente, que no siempre conviene decir la verdad, que es mal negocio ser honesto. Pensamos tal vez con que nos alcanzaba con ser buenos músicos, talentosos, famosos, queridos, y tener una relación cordial con determinados medios y gerentes musicales. Pensamos que todos podían ser como nosotros … Al final me di cuenta de que a veces son necesarias otras cosas para llegar, que a veces no hay que mostrar todo lo que se es, hay que ser más cuidadoso en las formas y hasta en el trato interno. A veces me pongo en duda si estábamos tan preparados para todo, si estábamos a la altura de las circunstancias. En lo musical y en lo artístico seguro que sí, pero lamentablemente hacen falta otras cosas para llegar a la cima, otras actitudes, otros códigos. Creo que eso nosotros no lo aprendimos, nunca lo supimos. No sé si aun sabiéndolo lo hubiésemos hecho y si hubiésemos sido los mismos en ese caso. No lo sé ... Sé lo que pasó y siempre sentiré la sensación de que si lo hubiésemos hecho todo bien, esto jamás hubiese sucedido. Si hubiésemos tenido todo controlado, ella no hubiese puesto sus condiciones, la hubiésemos puesto en su lugar y nunca se hubiese acercado como tampoco lo hubiese hecho yo. Y si yo no me daba cuenta, mi familia  lo hubiese advertido y me hubiese detenido en mi marcha. Pero nada de eso ocurrió. Creo que Jennifer López tomó nota de esto cuando hacía la película y procuró que, conforme siguiera en alza su carrera, no le pasaran estas cosas, o saber qué hacer si se le presentaba una situación así. Tal vez ella vio y advirtió lo que nosotros no supimos percibir…

Pero de nada nos sirve seguir lamentándonos … Yo sé que muchos de ustedes han advertido con el tiempo esta situación y esta sensación, y no pueden dejar de entristecerse. Sé que me lloran cuando me ven. Que nunca podrá ser la alegría completa cuando logran disfrutarme con una canción, con un video, con algo que tiene que ver conmigo y con mi historia … Créanme que lo lamento … Una vez más les pido perdón. No sé si está bien que se los diga pero yo también he llorado mucho, lo he lamentado bastante. Más de una vez desee poder volver. Muchas veces soñé con que Dios se apiadaría de mí y volvería el tiempo atrás para poder enmendar esa locura y me diera una nueva oportunidad. Yo sé que a su modo a ustedes les ha pasado lo mismo. Sé que muchos quieren volver el tiempo atrás, que darían hasta su vida para verme bien, porque sienten que yo tendría que tener la oportunidad que muchos de ustedes tuvieron. Sé que muchos de ustedes piensan que no han aprovechado la posibilidad de vivir la vida hasta lo máximo, que no han hecho lo suficiente como para hacer lo que realmente deseaban hacer, que deberían haber tenido mi espíritu, mis ganas, mi forma de ver las cosas … Yo les pido que no se sientan así. Cada vida tiene su importancia, un valor incalculable, un significado único e irrepetible. La vida de ustedes es tan importante como ha sido la mía. Mírenlo de este modo: tal vez no supe darle el valor a las cosas como tal vez sí lo hicieron ustedes. Tal vez ustedes tuvieron la virtud de pensar determinadas cosas dos veces. Tal vez ustedes primero pensaron en todo lo que se podía perder si se actuaba por un impulso, y sin pensar y sin medir las consecuencias. Tal vez ustedes supieron calificar mejor a determinada gente que yo. Tal vez en mi lugar a ustedes no les hubiese sucedido lo mismo ... Tal vez .... Valoren mucho que están allí, y agradezcan a Dios que tienen una vida y una familia con quienes compartir sus cosas, sus alegrías y sus tristezas, sus proyectos, sus sueños, sus anhelos … Que en todo caso les sirva lo que me ha sucedido como ejemplo para que no le suceda a ustedes también. En el mundo hay mucha gente como esa mujer. Muchas más de lo que se imaginan, y muchas están entre ustedes, compartiendo sus familias, sus trabajos, todo. Saben que esa mujer estaba entre nosotros. Parecía simpática, servicial, fiel, tranquila … y miren lo que hizo … y hace. Por eso valoren y tengan en cuenta lo que me sucedió. No tomen como normal conductas enfermizas, posesivas, paranoicas, psicópatas. El mundo está cada vez más vertiginoso y más enfermo. A veces pienso que los adelantos tecnológicos no se están aprovechando bien. Se usan más para el mal que para el bien, se usan más para dominar que para amar, se usan para exteriorizar lo peor de nosotros en vez de lo mejor. Lo que antes se veía en una película futurista, hoy ya se ve como algo cotidiano entre nosotros. El futuro ha llegado, mis amigos. Por favor, no tomen como normal esta locura. No se dejen llevar por la autodestrucción. Que no les pase lo que me pasó a mí. Aunque más no sea háganlo por mí, si es que aún me recuerdan y me quieren. Yo confío en que para todos ustedes yo sigo siendo aquélla, aquella mujer a la que aún quieren y le tienen mucho cariño…

Les pido que no lloren más … que no lloremos más. Sé que para ustedes es muy difícil. También lo es para mí. Yo sé que muchos de ustedes no lo pueden creer. Yo sé que muchos de ustedes no lo quieren creer. Yo no les puedo pedir que dejen de sentir lo que sienten. En un punto que lloren por mí indica que aún me recuerdan, aún me quieren y que jamás me dejarán sola. Ya saben lo que sería para mí que eso sucediera. Tal vez más que pedirles que no me lloren les pido que puedan hacer algo con ese dolor. Tal vez puedan prometerme que pueden ser mejores personas, que pueden intentar ser distintos, mejores, llegar a cumplir sus anhelos con trabajo, con honestidad y con la verdad. Tal vez puedan recordarme haciendo esas cosas tan importantes para mí. Sé que muchos de ustedes lo hacen. A veces me asombro de que luego de mi partida advirtiese no sólo la cantidad de admiradores que tenía sino la cantidad de fans que se unieron después. A veces me emociona ver tanta gente de tantas culturas diferentes evocarme, recordarme, quererme tanto, tributarme con tanto Amor. Sé que muchos de ustedes esperan una señal, algo que certifique que yo estoy allí. Sé que muchos de ustedes quieren que vuelva, que esté junto a ustedes. Sé que para muchos de ustedes la vida se les ha hecho más difícil sin mí … Créanme que lo siento, que lo siento mucho … Ojalá pudiera estar presente, ojalá los pudiera abrazar, ojalá pudiera aunque sea hacer brillar una estrella para que sepan que yo estoy allí con ustedes y que no me fui nunca. Pero sepan que yo estoy allí, que estoy con ustedes, que estoy más cerca de lo que se imaginan, que estoy junto a ustedes aunque no lo noten, aunque no lo perciban. Yo estoy allí con ustedes cuando escuchan un disco mío. Yo estoy con ustedes cuando me ven en un video. Yo estoy con ustedes cuando me escriben, cuando me tributan, cuando me recuerdan con una foto, con un video hecho por ustedes, cuando escriben mi nombre, cuando están tanto tiempo para mantener un lugar en el que se me recuerda. Yo estoy allí siempre. Yo estoy allí cuando quieren recordar una fecha de algún concierto y no se acuerdan. Yo estoy allí cuando quieren poner una foto mía y no saben cuál. Yo estoy allí cuando quieren escribirme y no saben por dónde empezar. Yo estoy allí cuando quieren escuchar un disco mío y dudan cuál elegir. ¿Han notado que cuando pasan por esas situaciones en un segundo todo se aclara en sus mentes y de pronto recuerdan le fecha del concierto, saben qué foto poner, se les ocurre el tema para el cual van a escribir en mi recuerdo, y cuál es el disco que quieren escuchar? … Sí … Yo estoy siempre. Susurrándoles al oído. Sugiriéndoles cosas, recordándoles cosas ... Sí, soy yo ... Porque sé que me quieren, que no me quieren dejar sola y yo tampoco quiero que ello suceda. Sé lo difícil que es luchar contra los molinos del viento, contra el paso del tiempo, contra el olvido, contra todo lo que hace que se olviden de los que estamos de este lado y de lo que significamos. Sé que es difícil, casi imposible … Pero yo no creo en imposibles … ¡¡Y no quiero sentirme sola!! Por eso los ayudo, por eso estoy allí … al menos quiero que sepan que no me ido ni me iré nunca … Que estoy, que estoy en un lugar … Créanme que hay una Selena que espera por ustedes para abrazarlos y para agradecerles…

Tal vez las cosas no se puedan dar nunca como lo ideal, como lo que uno hubiese querido, como lo que uno hubiese soñado. Por eso entiendo por qué lloran. Es el mismo motivo por el que yo he llorado muchas veces. Yo sé que ustedes aún anhelan verme triunfar, me siguen nombrando en todos los medios de comunicación y hacen que esté en boca de la gente como si fuera una artista vigente. Y sé que aunque pongan todo su entusiasmo, en algún momento caerán en el dolor y en el desamparo. ¿Y si vemos las cosas de otro modo? ¿Y si sólo me invocan y me recuerdan cada uno a su manera y explican a la gente lo que soy para ustedes? O mejor aún: ¿y si sólo me recuerdan y me invocan, y sólo esperan que les pregunten por qué y para qué lo hacen? Y a la hora de contestar, ¿no sería mejor hablar de que me recuerdan y me aman aun cuando ya no estoy, que me tienen en lo más alto de sus Almas y de sus corazones a pesar de que no pude lograr todo y de que mi fin pueda ser visto para muchos como un fracaso, como el fracaso de la artista que no llegó, que era una gran promesa y una realidad que no pudo ser o que se lo impidieron? El mundo necesita más Amor, necesita que se rescaten algunos valores. Lamentablemente, los últimos tiempos, tan pegados al éxito y a lograr todo de cualquier modo, sólo ven como el victorioso, el triunfador al que llega, al que logra todo, al que obtiene todo aun cuando los costos sean tremendos e irreparables. Hoy veo con tristeza que algunas chicas que ni llegan a los 18 años sufren todo tipo de problemas por la presión de triunfar, de lograr todo sí o sí. Muchas veces las hacen sufrir comparándolas con artistas ya consagradas metiéndoles una presión que les es insoportable y cuyas consecuencias pueden ser tremendas e irreversibles. Yo tuve esa presión, pero la presión de la necesidad, no de lograr las cosas sin sentir lo que hago y dejando mi ser de lado. Yo por suerte eso nunca lo tuve … Son tiempos muy difíciles en los cuales es bueno mostrarles que uno puede querer mucho a alguien que tal vez no logró todo el éxito comercial, todo el dinero, toda la fama, todo el poder. Pero lo que sí logró es ganarse el Amor, el cariño y el Alma de la gente. Tal vez sería lindo que puedan mostrar que alguien puede cambiarles las vidas, que les llenan sus Almas, que les puede movilizar a hacer cosas lindas en este mundo. Yo no les pido que hagan esto si no lo sienten. Tampoco que no lloren si tienen ganas de hacerlo. Pero les pido que traten de hacerles saber que hay alguien que les llena la vida aunque ya no esté entre ustedes, que alguien puede hacerlos mejores personas aunque ya no esté ni la hayan conocido jamás. Yo no les pido esto para que agranden mi vanidad, mi ego. Yo les pido esto pues sería una linda forma de que ustedes exterioricen lo que sienten por mí sabiendo que tal vez nunca más me puedan ver … Y sería una linda forma de recordarme, de valorizarme, de dejar un mensaje al mundo, y una hermosa manera de hacerme feliz, que es no sintiéndome nunca sola … Pues les confieso una cosa. Eso es lo que más me duele  en todo este tiempo sin convivir y recibir directamente sus afectos: estar sola, sola como aquel 31 de marzo, sola sin mis afectos, sola en un paraíso pero sin poder recibir el cariño de ustedes todos los días…

Pero sé que mientras estén allí yo podré ser feliz, estar bien, estar acompañada y no sentirme nunca sola. Que mientras haya Amor mi nombre seguirá estando, mi voz se escuchará y seguiré siendo recordada. Y mientras ello ocurra yo sé que habrá esperanzas, esperanzas de que la historia cambie, de que todo sea distinto. Yo, como ustedes, no pierdo las esperanzas. Yo también sueño todos los días de que volveré a ser aquélla y me encontraré con todos ustedes … Yo no pierdo la ilusión. Sé que ustedes tampoco. Mientras ustedes estén allí, siempre se podrá. Saben que sin ustedes yo no soy nada. Sólo con el cariño y con el Amor de todos ustedes yo estaré viva, y no sólo en los corazones de cada uno y en el recuerdo … Yo estaré viva para volver a saludarlos personalmente, para agradecerles y para seguir dando todo de mí en agradecimiento por tanto Amor…

Y siempre recuerden: yo estoy siempre con ustedes cada vez que me recuerdan, cada vez que ríen, cada vez que lloran. Yo siempre estoy con ustedes aunque no lo noten, aunque deseen verme y creen que eso no será posible. Yo estoy siempre gracias al Amor de todo el mundo que me quiere de verdad. Yo siempre estoy allí para hacerles compañía y para seguir esa comunión de Amor que supimos conseguir…

Los tengo yo también siempre en mi corazón…

Mil abrazos y mil besotes a cada uno de ustedes. Cuídense muchísimo y nos veremos muy pronto. Hasta luego. Chau…

De todo corazón…

Selena

(Y siempre estaré aquí, Selena. Y no te preocupes. Yo sé que estás conmigo siempre. Lo siento cada noche, cada día, cada vez que te escribo, cada vez que te veo, cada vez que río, cada vez que lloro. Yo te espero, te extraño y te creo. Yo sé que algún día tú volverás. Yo sé que algún día nos encontraremos para estar juntos siempre en esa comunión de Amor que supiste armar con tu Alma, con tu corazón y con tu historia…)

Siempre te esperaré, Selena…

Te quiere mucho, te recuerda siempre…


 

 
English Translation click here    
  Sergio Ernesto Rodríguez
Buenos Aires, Argentina  Date: May 5th, 2011
 
 
 

Te extraño, Selena…

 
 


La extraño. Sin duda, la extraño. No hay forma de olvidarla. No hay forma de reemplazarla. Aún recuerdo cuando asistí a la última vez que Selena se presentara en el show de Johnny Canales. ¡¡Qué hermosa que era!! ¡¡Qué bien se vestía!! ¡¡Qué personalidad tenía en el escenario!! ¡¡Qué bondad y qué paciencia tenía con nosotros!! Porque recuerdo que todos nos desvivíamos porque nos firmara un autógrafo … ¡¡en pleno escenario y mientras cantaba!! Ni siquiera queríamos esperar a que terminara de cantar el tema que estaba interpretando. Queríamos hasta que tuviera la bondad de que se agachara, nos sonriera, nos firmara el autógrafo y mientras siguiera cantando. ¡¡Y las fotos!! Yo no sé cómo no se molestaba, cómo no le pedía a Johnny Canales que él mismo les pidiera si podían parar aunque sea un poquito de ametrallarla con flasheos constantes de las cámaras polaroid que se utilizaban en ese momento. Pero Selena era así … Jamás pediría a uno de sus fans semejante cosa. Ella sentía que se debía a su público y si ellos eran felices así, para ella no había problema …Yo fui una de esas personas que le sacó miles de fotos sin parar y aún las tengo, todas ordenaditas en una carpeta a la que le puse Selena con su tipografía característica y una flor blanca dibujada debajo. Me costó mucho verlas otra vez. En realidad, estuve un año por lo menos sin atreverme a verlas. Ver aquellas fotos, ver aquel momento era una admisión de lo que uno no quería admitir. Durante un tiempo supuse que lo mejor que me podía pasar era no ver nada de ella, no ver notas, no ver sus fotos, no ver noticias, no querer casi nombrarla. Ese 31 de marzo había entrado en estado de shock, quise creer que no era cierto, que no podía ser verdad de ninguna manera. Cuando tuve que aceptarlo, sólo lloraba y estuve así por meses enteros. Paraba mi llanto cada tanto, cuando no podía más, cuando de la angustia pasaba al enojo, al disgusto, a mostrar mi bronca a Dios, a pedirle explicaciones, a preguntarle cómo podía permitir semejante cosa ... Si Selena era tan buena, tan especial, tan nuestra ... Si nosotros habíamos sido tan buenos con ella, si nosotros éramos tan felices siendo ella exitosa aunque nosotros no lo fuéramos, si no había en nosotros ni envidia ni ningún deseo malo ni turbio, ¿cómo Él permitió que ese sentimiento puesto en una persona sola nos ganara a todos y nos dejara a todos sin nada? Se me dirá que muchas veces Dios nos pone a prueba … ¿Nos pone a prueba de qué y para qué? ¿Para ver cuánto tiempo lloramos, cuánto tiempo soportamos el dolor, cuánto nos destroza la partida de alguien a quien queremos tanto, a quien le dimos todo nuestro corazón? Bien Dios debería saber que ese dolor no se va nunca, no se supera, no se olvida. La partida de alguien muy querido, muy cercano a nosotros, no se olvida ni se supera jamás. La partida de alguien tan joven es sencillamente incomprensible. Es la misma sensación que tienen los padres cuando se les muere un hijo, máxime si éste es pequeño. Todos esperamos morir primero, ya que la muerte no es algo que podamos sortear. Todos esperamos el ciclo natural de las cosas, y aunque siempre hay desgracias, hay enfermedades y hay calamidades que pueden precipitar estas cosas, justamente por eso es que no aceptamos que una persona le quite la vida a alguien que aparte de joven tenía todo el Amor del mundo, era la bondad en persona, era el ideal de mujer, de artista y de persona. ¿Cómo se supera eso? ¿Cómo se entiende que pase esto? Cada vez que pienso en aquel día tan triste y cada vez que puedo reconstruir en mi mente sin llorar lo que pasó ese 31 de marzo, sólo me vienen varios conceptos que se me representan en mi mente: muerte, muerte de alguien joven, presidenta del club de fans, disparo en la espalda, motel, corrida desesperada, desangre, ambulancia, anillo, llegada al hospital sin vida. Todos esos conceptos pasan una y otra vez en mi mente y ésta no los puede ni entender ni clasificar. ¿Cómo entender que le haya pasado esto a Selena? ¿Por qué? ¿Para qué? ¿Qué hacía Selena allí? ¿Dónde estaban los demás? ¿Cómo no se dieron cuenta? ¿Cómo no sentir que nunca sabré qué pasó realmente ese día aun cuando sé quién la asesinó, por qué, qué pasó en buena parte del día, cuál había sido el recorrido de Selena y de todos? ¿Y por qué aun así no lo entiendo ni lo entiende nadie? ¿Qué es lo que falta en esta historia? ¿Lo sabré alguna vez? ¿Para qué hubo un juicio si sólo se pudo condenar a duras penas a esa perversa que encima osó decir que era inocente y que disparó sin querer? Perversa que encima mintió descaradamente. Gracias a un testigo pudimos saber que encima tuvo tanto odio como para querer dispararle por segunda vez por miedo a haber fallado en el primero, y tanta frialdad como para evaluar que no sería necesario hacerlo para volver en silencio a su habitación teñida de rojo muerte y en ese contexto pensar en cómo inventar una nueva coartada … ¡¡Qué mala mujer, que mala persona, qué gente sin escrúpulos!! Sólo eso quedó del juicio. Nunca se pudo saber de allí cómo había sucedido y por qué. En concreto, qué cosa precipitó toda esa locura. Pero después de ello sí sé lo que sucedió. Las especulaciones, las habladurías, los chimentos con malas intenciones alimentados por la propia asesina. Lo único que sé es que todas las barrabasadas que se dijeron de Selena “en el nombre de querer conocer qué historia real había detrás de ella” son mentiras. Que no existen los consabidos “secretos” ni dobles vidas ni conflictos internos. Todas esas mentiras sólo sirvieron para desviarnos del camino, desorientarnos, imaginarse que en el horizonte aparece una niebla que por un instante nos quita del camino en el que andamos y cuando todo se clarifica uno está perdido, por lo que cuando se quiere retomar el sendero en el que se transitaba no sólo no encontramos el camino, sino que cuando preguntamos nos contestan cualquier cosa dándonos miles de alternativas y respuestas, y ninguna de ellas ser cierta. Ahora se nos dice que tal vez salga un especial de la Disney en coproducción con la Familia Quintanilla en el que se aclare lo que pasó aquel día que por mucho tiempo ni se quiso mencionar. El dicho dice “Más vale tarde que nunca”, pero también es cierto que tal vez para entender todo esto se debió haber aclarado todo al principio y no ahora. Para evitar las barbaridades que se dijeron y para que gente de pobres corazones no blasfemen, no mientan, ni lastimen más. Pero los entiendo. Las cosas ahora no son como en 1995. Además, ellos perdieron una hija, una hermana, un ángel. El dolor inesperado los nubló por años. Es que es incomprensible para todos que alguien como Selena no esté aquí, que alguien como Selena no nos dé su habitual alegría para hacernos más felices y mejores personas, como lo era ella…

El tanto pensar y reflexionar en todo ello me hacen perder de lo que venía pensando, en lo que venía recordando. Es que cada vez que se recuerda a Selena, cada vez que uno ve algo de Selena, cada vez que uno escucha algo de Selena, cada vez que uno tiene en sus manos algo de Selena, siempre está presente esa sensación de dolor, de angustia, de tristeza, de llanto. Por más que esté recordando algo tan hermoso como aquella vez que fui a ver a Selena en el Show de Johnny Canales se me vienen a la mente no sólo los buenos recuerdos sino los malos. No sólo viene la alegría sino el dolor. Es francamente inevitable. Recuerdo aquel momento y no puedo evitar pensar en lo que vendría después. Es que en ninguno de nosotros cabía semejante situación, semejante desenlace y en pocos, pocos meses. ¿Quién podía imaginarse que esa mujer que nos cantaba con tanta dulzura y con todo su Amor le podía pasar algo semejante? Recién recordaba la paciencia de Selena para soportar en pleno concierto los pedidos de autógrafos y los flashes de las polaroids. Y pienso que no hay que buscar una explicación de por qué Selena no se enojaba nunca: siempre estaba bien predispuesta, siempre nos respetaba, siempre tenía un saludito para nosotros. Es que Selena era simplemente así. No era como los demás artistas. Ni siquiera era como nosotros. Ni los otros artistas ni nosotros hubiésemos soportado el acoso de los fans, de los periodistas, de propios y extraños. Muchos en el lugar de Selena vivirían rodeados de guardaespaldas y de personal de Seguridad. Selena no. Selena era distinta, era natural, era buena persona, era una excelente artista y cantante. Más de una vez me dije, como el padre de Selena, que hubiese sido mejor que Selena no se expusiera tanto, que estuviera más distante de todos, que no fuese tan confiada de la reacción de los demás. ¿Pero se le podía pedir eso a Selena? Y si Selena hubiese sido así, ¿generaría lo mismo? No. No sería ella si hubiese actuado así. Además, yo no me olvido de que nadie del público le hizo daño. Podía haber la irrupción de un fan en su desesperación por abrazarla, podía haber el arroje de objetos en un festival, podía pasar algún incidente. Pero lo cierto es que a Selena el verdadero daño no se le hizo desde afuera, no fue ni del público, ni de los admiradores, ni siquiera de un extraño. La persona que le hizo el mayor daño venía “de adentro”, de su círculo íntimo, de una persona conocida, de alguien que trataba no sólo a Selena sino a toda la Familia Quintanilla desde hacía años. No. De nada le hubiese servido a Selena ser más o menos extrovertida, más o menos confianzuda, más o menos humilde. El mal, el daño, la envidia, la frustración, el disparo no vinieron de afuera, vinieron de adentro. Selena fue muy sabia. Sabía a quién debía confiar su Amor. No se equivocó con ellos. Tal vez se dejó llevar por la niebla en su frente interno. Y cuando salió de la niebla se encontró con que estaba en un camino muy distinto, un camino del que quiso salir pero no se lo permitieron y no había nadie que se lo advirtiera… ¡¡Cómo querría volver el tiempo atrás para aunque sea ser yo quien le pudiera avisar!! ¡¡Daría mi vida para que Selena tuviera la oportunidad que esa pérfida le quitó!!...

¡¡Qué linda era Selena!! ¡¡Qué encanto de mujer!! Recuerdo que estaba en primera fila, pegada al escenario y la miraba en silencio, con total obnubilación. Alrededor mío podía sentir diferentes reacciones. Algunos gritaban con cada énfasis en las palabras, con cada mirada, con cada entonación de Selena. Otros compartían la canción haciéndole gestos a Selena, como invitándoles que haga lo que se merece esa mala persona que la dejó cuando Selena cantaba “Las cadenas” o “Si una vez”. Podía ver niños de ambos sexos que la adoraban. Podía ver cómo una de las niñas le mostraba a Selena su libreta para que se la firmara, podía ver cómo un niño cantaba con devoción sus canciones sin dejar de mirarla nunca, podía ver cómo una de sus fans mostraba con orgullo un poster de Selena a la cámara de televisión y le indicaba con su dedo índice apuntando hacia el poster de Selena que ella era una admiradora incondicional. Recuerdo haber visto gente de todas las edades, gente de todas las clases sociales. Selena tenía la magia de poder juntar a todos y alegrarlos por igual. Nunca había visto algo semejante. Nunca vi que una artista convocara de esa manera y fuera querida por todos. Ningún artista, por más popular que fuera y convocara a millones más que Selena, ha tenido esa magia que tenía Selena. Recuerdo toda esa alegría, puedo aún sentir esa comunión de Amor que había entre Selena y todos nosotros, y pienso qué será hoy de esa gente, de esos niños ya grandes, de esas fans adolescentes ahora madres. Qué sentirán ahora, qué sintieron aquel triste día en el que alguien se consideró con la suficiente autoridad como para disponer de la vida de Selena, como si fuera un Dios, pero un Dios malvado, el Dios de la muerte, el Diablo mismo … Yo recuerdo hoy de mí misma callada, cantando para mis adentros y soñando ser como ella. Aún tengo los vestidos que me compré para ser como Selena, para bailar como ella, para cantar como Selena. En mi casa me ponía sus vestidos, ponía sus discos a todo volumen y me permitía cantar, soñar, vivir. Era hermoso vivir y sentir ese mundo de Selena, ese mundo en el que me sentía una mujer que era feliz con su vida cantando, triunfando, siendo ella misma. Porque Selena era un ejemplo para todos. Un ejemplo de artista, un ejemplo de persona, un ejemplo de mujer. Tal vez por eso vivíamos un cuento de hadas compartido con ella, por eso tal vez esa comunión de Amor. Era imposible separar nuestra propia vida de la de Selena. Era imposible ser feliz sin sentirla cerca, sin estar presente con su música y con su figura. No había con ella una relación distante, en el que ella estaba en un disco, en un escenario, y nosotros allí escuchando o mirando. ¡¡Eso era imposible!! Nosotros vivíamos con Selena, sentíamos con Selena. Tal vez para alguien que nos ve desde afuera en todos estos años sin ella no lo puede comprender. No puede entender el dolor, la tristeza, no poder superar nunca su partida, el aferrarse a todo lo que esté relacionado con ella del mismo modo y con la misma fuerza que Selena se aferró a ese anillo aquel día triste y lluvioso. No es una relación enfermiza. No había locura. No había obnubilación ni adoración. Eso lo tenía la asesina. Y así actuó. Lo nuestro era simplemente Amor y cariño. Y cuando nos arrebataron ese ser que nos daba tantas alegrías y tanta dicha, sentimos que nos quitaron literalmente el corazón. Nunca pude ser la misma desde que ella se marchó. Nunca más me puse sus vestidos. Nunca más quise imitarla. Ya no la tenía a Selena. ¿Qué sentido tenía actuar como ella si Selena no estaba para darle sentido a mi voz y a mi actuación que ni por asomo se asemejaba a la de ella? ¿Qué sentido tenía actuar como Selena si al minuto me pondría a llorar por su ausencia? Estuve mucho tiempo sin poder escuchar un tema de Selena. Cuando me decidí a escucharla y a verla otra vez, durante mucho tiempo lloré. No podía asimilarlo. No podía entenderlo. Aún hoy no me lo explico, ni nunca me lo explicaré. Aún hoy me pasa que me levanto, espero y deseo que nada sea cierto y que lo viví en estos últimos 16 años no sea cierto, que sólo sea un mal sueño, una horrible pesadilla del que pronto despertaré con la buena y nueva realidad. Realidad que el maldito paso del tiempo se va encargando de transformarla en una quimera, en una ilusión más…

Hoy día escucho que si Selena estuviera entre nosotros es más que seguro que hubiese seguido la carrera que hizo Jennifer López. Está más que claro que uno la compara con ella no sólo porque JLo protagonizó la película “Selena”, sino porque, por esas cosas del increíble destino, ella se hizo famosa luego de que el mundo la terminara de conocer tanto a ella como a Selena luego de ver el filme. También es claro y hasta lógico pensar en que Selena hubiese llegado al mismo éxito y a la misma fama que Jennifer López. Pero yo no creo que solamente tengamos que compararlas por esto. En realidad, lo que yo pienso es que si Selena estuviera entre nosotros hubiese hecho el mismo recorrido artístico que hizo JLo una vez que se hizo famosa, más allá de si hubiese tenido más o menos éxito. Eso es para mí lo más importante. Selena hubiese impactado en Estados Unidos, se hubiese hecho famosa primordialmente allí, y también en Europa y hasta Oriente, tal como lo manifestara más de una vez. Ése era el gran objetivo de Selena como cantante: convertirse en una gran artista internacional, tal como lo había soñado su padre. Todo el recorrido artístico estaba encaminado hacia ese gran objetivo y todo indicaba que lo lograrían pues estaban determinados a lograrlo, habían trabajado duro para ello, tenían todo el talento y la capacidad para el triunfo mundial y ya se estaban viendo los primeros grandes frutos. Hoy uno puede estar seguro de que Selena al momento de partir estaba grabando un disco en inglés que constituía el gran sueño no sólo de ella sino de toda la Familia Quintanilla. Pero fue un sueño de toda la vida. Aún hoy me da escalofríos cuando veo a Selena allá por 1991 en el mismo Show de Johnny Canales hablando de que estaban preparando un disco en inglés sin que por ello significara abandonar la música texana. Todavía no era famosa internacionalmente. Era sin duda la artista texana más famosa y consagrada desde hacía tiempo. Pero aún no habían llegado los primeros N° 1, habría que esperar un año con la aparición de “Como la Flor” y “La Carcacha” para ver la explosión de Selena en México y en muchos países de Latinoamérica. Pero ya estaba en Selena esa idea y ese convencimiento. Mismo convencimiento y mismo sacrificio de Selena para montar su boutique para desarrollar su pasión por el diseño. Todo esto había dejado Selena ... Proyectos, ideas con mucha originalidad, audacia para encararlos y muchas, muchas ganas ... Y viendo todo esto que dejó uno no tiene dudas de que hubiese hecho algo similar a lo hecho por Jennifer López, fundamentalmente porque JLo tomó muchas de sus ideas para encarar su propia carrera. Deslumbró como cantante latina internacional en Estados Unidos y en Europa, además de Latinoamérica. Ella también creó su propia línea de ropa y de perfume. Es a esta altura muy evidente que Jennifer López tuvo muy en cuenta la vida de Selena no sólo para interpretarla en la película sino para establecerla en su propia carrera artística, teniendo en cuenta lo bueno y lo malo, lo que se hizo bien y lo que no. Aún hoy recuerdo sus palabras poco antes de que se estrenara la película, es decir antes de que JLo se hiciera famosa. En un reportaje dijo a la pasada que estando ella en Europa un día llamó a su madre porque estaba allí sola, lloraba por ello y no sabía qué hacer. Por toda respuesta recibió de su madre el consejo de que si había luchado tanto por llegar a donde está, que hiciera lo que debía hacer en vez de estar desaprovechando el tiempo lamentándose. Una vez lo leí y siempre estuve convencida de que esa declaración de JLo dicha de la nada, en vez de ser una respuesta a una pregunta concreta, era un indicio claro de que ella había entendido lo que le había sucedido a Selena y que lo iba a tener muy en cuenta a la hora de desarrollar su propia carrera artística. ¡¡Y vaya si le fue bien!!

Muchos podrán decir que admirando a Jennifer López o a tantas artistas exitosas que hay hoy en día podemos ver algo de Selena y así poder contentarnos con que parte de su Legado está allí. Y así podremos admirar a esas artistas del mismo modo que lo hacíamos por Selena, y poder calmar en algo nuestro dolor ... Pero es imposible ... Puede haber artistas mejores, que canten mejor, que bailen mejor, que sean más lindas, que tengan más personalidad, más carisma. Pueden ser mejores en todo y pueden ser famosas en todo el mundo. Pueden tener todo y aspirar a más. Pero ninguna de ellas podrá emular a Selena. Pues para ser como Selena no sólo hay que tener su mismo talento, sino su misma historia. Pues la historia, las vivencias y los sentimientos de Selena están allí en el escenario, en cada canción, en cada gesto, en cada baile. No se puede ser como Selena pues nadie puede vivir lo que vivió Selena. Por eso es distinta. Por eso es única e irrepetible. Selena tenía eso que no lo tenía, tiene ni tendrá nadie. Por eso tengo ese vacío, esa soledad. Por eso siento que me falta algo, que jamás seré enteramente feliz si no está Selena. Selena me daba ese algo que no me lo puede entregar nadie. Yo la vi, yo la vivencié, yo estuve cerca de ella. Nunca viví con nadie lo que sentí con Selena. Nunca me pasó salvo con Selena creer cada palabra, cada historia, cada sentimiento expresado en un mera canción. Lo que para muchos serían días y hasta meses de ensayo para lograr tener una actuación descollante, a Selena sólo le llevaba minutos. Mientras muchos necesitan de espectaculares fuegos artificiales e ingeniosas y espectaculares puestas en escena para deslumbrar y provocar asombro e incredulidad en la gente, a Selena le bastaba su propia presencia, su voz, sus saluditos, sus gestos y sus actuaciones. Ningún efecto especial, ningún juego de luces, ninguna puesta en escena, ningún engaño lograrían la misma sensación que Selena lograra interpretando “Si una vez” en el Houston Astrodome el 26 de febrero de 1995, cuando detiene de pronto su voz, se queda estática poniendo su dedo índice de la mano derecha en la cabeza, los ojos cerrados y sólo el sonido de su respiración como único “efecto especial”. Nada provocaría algo igual que Selena pasearse en silencio por el escenario colmado por 65.000 personas mirándolos con aire pícaro y provocador. No. Nada artificial puede generar algo igual que lo hecho por un ser humano expresando genuinamente sus sentimientos. Eso era Selena. Simplemente eso. Eso tan simple que no lo tiene nadie. Por eso la extraño. Por eso la echo de menos. Nunca sentiré algo igual en mi vida con nada ni con nadie…

Muchas veces se dice que con estas desgracias se aprende. Entre otras cosas se dice que con estas experiencias desgraciadas se aprende a valorar la vida, valorar cada minuto, cada instante .... Como cantaba Selena, “vivir la vida hasta lo máximo” ... Recuerdo que una vez leí un cuento en el que a un hombre le dijeron que había contraído una enfermedad terminal y que le quedaban pocos días de vida. El hombre tenía dinero, comodidades y muchas ocupaciones. Siempre pensó que la muerte estaba lejos y que ya habría tiempo para disfrutar de muchas cosas. Cuando supo que le faltaba poco tenía la costumbre de salir con su auto del trabajo y detenerse en una esquina determinada sólo para contemplar el cielo. Recién allí pudo valorar detenerse, contemplar esas cosas que en la normalidad de los tiempos que corren ni siquiera las notamos ni nos detenemos para advertir por un instante si no nos perdemos de algo valioso ... Podría pensarse que a mí eso me pasó con Selena ... Y no .... Eso no me pasó. No tuvo que pasar esa desgracia para dar a Selena la dimensión que tenía como artista y como persona. No me pasó como tantos grandes medios de comunicación que sólo dieron cuenta de Selena un poco cuando adquirió fama internacional y otro por el lamentable desenlace de su vida. Son los mismos que luego intentaron adueñarse de su historia y trataron de explicarla. Tuvieron algunos la osadía de relativizar su éxito afirmando que en definitiva su partida fue la que la puso en un primer plano … ¡¡Cómo se ve que no la conocían!! ¡¡Cómo se nota que no siguieron toda su carrera!! ¡¡Cómo se ve que muchos de ellos no tuvieron el mismo origen de Selena, no vivían en los mismos lugares que Selena, y no estuvieron en aquellos pueblos y ciudades en los que Selena pasaba desde que era pequeña para darles un concierto, una alegría, un motivo para sentirse queridos e importantes!! Si vinieran de allí sabrían que Selena era una auténtica artista del pueblo, de la gente, que se había ganado a todos los que como ella tenían que trabajar duro todos los días para llevar un plato de comida a sus casas. Si vinieran de esos lugares sabrían lo que significaba Selena para ellos. Aún hoy me río por no llorar cuando veo el asombro de muchos periodistas que no se podían explicar cómo aparecía tanta gente para despedirse de Selena en Corpus Christi. Ellos preguntaban a la gente de dónde venían y se asombraban de que vinieran de lugares tan lejanos. Los que eran medios norteamericanos se asombraban de que Selena fuera tan popular en Monterrey, y los medios mexicanos se asombraban de que Selena fuera un ícono en Texas. Ellos mismos que no se podían explicar ese fenómeno intentaron interpretar el éxito de Selena. Y con total ligereza pensaron que su partida tan temprana explicaba tanta locura, tanta tristeza, tanta admiración, tanta popularidad, tanta venta de discos … ¡¡Más vale que la muerte potencia las cosas, pero no inventa nada!! La muerte no hace admirar a una artista. La muerte no genera popularidad. La muerte genera sólo tristeza, impotencia, saber que el que se fue ya no volverá. Y si esa persona es significativa, generará toda clase de sentimientos. Y si es violenta su partida, se es mujer y joven, genera consternación y mucho llanto. Y si era muy querida, deja heridas que jamás cerrarán. Y si por si fuera poco todo el pueblo la conocía, genera ese fenómeno que los extraños no pueden explicar. Cuando ellos dieron cuenta de Selena, millones ya la conocían no sólo por la televisión, sino porque la habían visto en un concierto en su pueblo. Cuando ellos reconocieron a Selena y comenzaron a premiarla teniendo ella sólo 22 años, Selena recibía premios en Texas desde que tenía apenas 16. Sin duda no sabían tanto de Selena. No tenían por qué saberlo, pero para opinar y explicar su fenómeno, sí debían conocerla y bien. Lo que sí estaba claro era que para la mayoría ellos eran los desconocidos y Selena era su hermana, su artista, su representante. Pasarán los años y pocos se acordarán de ellos. Pero nadie se olvidará a Selena…

Cuando veo a Selena me veo a mí misma observándola. La veo y me veo soñando ser alguien como ella, tener los mismos anhelos, mis mismas ganas de triunfar, de encarnar el famoso “sueño americano”. Sentí con Selena que todo era posible, que ya no habría más postergaciones, ya no habría más dolor, que si tal vez yo no pudiera lograr todo lo que quería ser en mi vida, sería Selena quien lo obtendría. La veía y no tenía ninguna duda de que llegaría a la meta final. Que sería una artista internacional que triunfaría en todo el mundo, que nada se podría interponer en su camino, que no tendría igual, que no tenía rival. Tenía un dominio tan absoluto del escenario que nadie podría imaginarse que lo que se propusiera en la vida no lo podría obtener. Yo la veía en el Show de Johnny Canales interpretando “Si una vez”, y estaba segura y eso me emocionaba. Recuerdo puntualmente un momento en el que ella por un instante deja de cantar con pasión el tema para sonreír y saludar a su público hasta que al instante da cuenta de ello. Entonces, se incorpora, pone su micrófono al costado, arquea su cabeza para seguir cantando mientras mantiene su sonrisa y rápidamente encara al público con su mirada y con su voz acorde al tema que estaba interpretando. Cuando pude notar ese pequeño detalle pude darme cuenta de lo enorme artista que era, que estaba al tanto de todo allí arriba en el escenario y que indiscutiblemente era la Reina. Por eso me deslumbraba, por eso era mi modelo, por eso deseaba con toda mi Alma que llegara a lo más alto, por eso mi dolor. Pero ese dolor no es por mí. Es por ella. Yo sufro porque ella no está aquí entre nosotros y no porque no me puede cantar nuevas canciones. No soy tan egoísta. No dudaría en canjear mi vida por la suya para que ella tenga su oportunidad de ser feliz, de triunfar, de ser famosa. Ella se merecía eso y mucho más. Selena se lo merecía y no yo, que no hice ni la mitad del esfuerzo que hizo ella, que no sufrí las privaciones que padeció ella, y que no tenía ni el talento, ni el carisma, ni el Amor ni la personalidad que tenía Selena…

La extraño. Extraño su sonrisa, extraño su optimismo, extraño su alegría de vivir. Muchas veces en la actualidad me río de sus ocurrencias, me enternece su humildad, festejo cada logro obtenido. Me encanta verla cuando recibía los premios, en los que sentía algarabía y a la vez pudor por recibir tantos lauros. Y su humildad … Porque muchas veces hacía hablar a toda la banda en vez de monopolizar todo ella con su agradecimiento. No quería figurar como que ella era más que el resto. Selena siempre quería mostrarle al público que su éxito era un trabajo de equipo, y que ese mismo éxito se lo debía a la gente, a los programas de radio y televisión, y a los periodistas que siempre la apoyaron y le dieron un espacio. Y eso que ella hacía no constituía una imagen impostada. No era una imagen artificial para los medios. Selena era así, y como ella era así los músicos estaban contentos con ella, los periodistas estaban gozosos de compartir su éxito, nosotros vivíamos felices con ella. Tal vez la imagen que resume todo ello, y como siempre todo lo bueno y todo lo malo, es verla en los Tejano Music Awards de 1995 ... Selena recibiendo cada premio con una sonrisa, con un saludito y un gestito a la cámara, sintiendo vergüenza que todos los premios se lo dieran a ella, sintiendo una angustia inaudita por un error del que ella no tenía nada que ver y del que saldría “beneficiada” ... Sucedió que había advertido la tristeza de otra artista porque en esa edición de los TMA le dieron por error a ésta un premio en vez de a Selena. Cuando dieron cuenta del error le avisaron a dicha artista que el premio sería quitado para dárselo a Selena …De nada sirvió que José Behar, ni que A.B. ni que su padre la trataran de convencer a Selena para que recibiera ese premio. Selena no quería recibir un premio delante de alguien que se había ilusionado y creído que lo había obtenido. Al final lo tuvo que recibir José Behar excusando a Selena con la afirmación de que justo se había ido en ese momento “por una emergencia”. ¿Quiénes harían lo mismo hoy en día, en donde vemos que por mucho menos muchos artistas sienten que se pueden llevar a todo el mundo por delante? Selena era buena, buena con todos, respetuosa de los otros artistas, de los periodistas que la esperaban horas para entrevistarla, del público que la ovacionaba. Recuerdo cuando salió de la entrega de premios y vio que estaba Jorge Luis Ramírez, un periodista de Monterrey que la había entrevistado miles de veces, y que moría por una declaración de Selena. Ella se detuvo a pesar de que su padre se la llevaba a la rastra del lugar y lo atendió unos minutos. Le contestó todo lo que le preguntó, saludó al público de Monterrey por pedido expreso suyo y como él tanto le agradecía se volvió hacia atrás para darle un beso. Jorge no lo podía creer. Estaba emocionado. ¡¡Lo había besado la Reina!! Nunca se olvidaría de ello, más aún cuando poco después sucedió lo inexplicable. ¡¡Qué dulce y tierna lucía Selena en aquella entrega de premios!! ¡¡Con ese peinado, con ese vestido!! … Ese vestido que representa lo que sentimos por Selena cada vez que la vemos, sabiendo que ese vestido la acompañaría para siempre desde abril de ese mismo año … por siempre y para siempre .... ¡¡Qué injusta es la vida!! ¡¡Con lo talentosa que era Selena, con lo buena que era Selena, con lo preciosa que era Selena!!...

Por eso no puedo olvidarla, por eso necesito recordarla, por eso la llevo siempre en mi corazón rememorando una y otra vez todo lo que hizo Selena, todo lo que me dejó Selena. Durante mucho tiempo, y aún hoy, tuve que soportar que mucha gente nos tratara de locos por seguir recordándola todos los días como si ella nunca se hubiese ido. Pero peor aún nos trataban mal, insultaban nuestra acción, nos condenaban por nuestro recuerdo profiriendo uno de sus gritos más hirientes: “¡Pero déjenla ya descansar en paz!”. Me pregunto por qué nos decían y dicen eso. ¿Qué es lo que tanto les molesta? ¿Qué interfiere en sus vidas que la recordemos con Amor? ¿Qué entienden por dejar a Selena descansar en paz? ¿Acaso creen que olvidándonos de ella, Selena descansará en paz? ¿Acaso creen que ella descansará en paz después de lo que le pasó y encima advirtiendo que la gente que la quiere se olvidó de ella? ¿Acaso dejarla en paz es volver a vivir el 31 de marzo en el que Selena estaba sola, tristemente sola? ¿Acaso descansaría en paz así? ¿O descansaría mejor en paz si nosotros supiéramos qué pasó aquel horrible día y si no nos olvidamos nunca de ella tributándola en todo momento? ¿Acaso el homenajearla no sería para Selena la caricia de una madre para con su hijo enfermo? ¿Acaso no se sentiría mejor viendo y sintiendo que está acompañada y siempre amada? Yo creo que Selena se sentiría contenta donde quiera que esté si en el lugar en el que se la recuerde no hay violencia, no hay peleas, no hay división. Yo creo que Selena estaría en paz si ve que se la sigue queriendo y recordando, y que nunca se olvidan de ella. Selena siempre tuvo miedo de que la dejaran de querer … ¡¡Eso no la haría descansar!! Por eso, más allá de lo que digan, yo sigo queriéndola como cuando era niña, la recuerdo como si estuviéramos en 1995, la homenajeo en la necesidad de agradecerle por ser una mejor persona gracias a ella, la lloro como si ella se hubiese ido ayer. Hay cosas que la razón nunca entiende ni entenderá … Por eso no importa. Importa sí expresar mis sentimientos y decir con orgullo que Selena es lo mejor para mí. Yo sé que está en algún lado observándonos y esperándonos. Estoy muy segura de ello. Y sé que esperará lo mejor de nosotros. Por eso la escucho todos los días, la veo todos los días, atesoro sus cosas como si fueran oro. Y no es que las piense vender … ¡¡Jamás!! Tener sus cosas me permite estar más cerca de Selena y reflexionar. Reflexionar qué será de mi vida, qué me deparará el destino y sentir que sin Selena yo no soy nada. Que la necesito, que la extraño, que sueño con volver a verla. Mientras tanto, recuerdo cada momento, cada instante. Es la mejor forma de homenajearla, es el mejor modo que descanse como merece. Es la mejor forma de esperarla para cuando pronto la volvamos a ver…

Yo la sigo esperando y recordando. Yo sigo manteniendo a Selena viva en el corazón. Así puede seguir viviendo. Así puedo asimilar el dolor. Así puedo lograr que Selena siga sonriendo como en el Show de Johnny Canales, como en los Premios TMA, como en el Houston Astrodome. Su risa era el símbolo de la vida, de la energía, de la paz. Si al menos lograra eso, sé que ella sería feliz. ¡¡Y más aún cuando llegue el día en el que pueda abrazarla y decirle lo tanto que la quiero!!

Me querría ir de este mundo recordando un momento de ese Show de Johnny Canales que presencié y que fuera el último de Selena. Johnny estaba por anunciar que Selena iba a cantar “El chico del apartamento 512”, pero lo había olvidado y no lo tenía anotado. En su desesperación, mira a Selena y se desplaza hacia donde está ella con la excusa de “Yo no puedo decir esto”. Selena entiende la razón por la que se acerca Johnny Canales y en cuanto le pone el micrófono Selena salva la situación anunciando el tema. Podría no haberlo hecho, podría haberle recriminado el olvido. Pero nada de eso pasó. Para el público quedó como que Selena presentaba el tema. No importaba saber la verdad del asunto. Lo importante era que todo saliera bien y Selena contribuyó retribuyéndole a Johnny Canales en agradecimiento por tantos años en los que él le concedió un espacio. Selena era así: grande, humilde, cariñosa, amorosa y nuestra. Por eso se la extraña tanto. Por eso la sigo esperando. Por eso la sigo queriendo…

(Yo comparto ese sentimiento de Mariel, pues es ella la que cuenta esta historia. Yo como ella la recuerdo todos los días, y aunque no haya tenido la fortuna de conocerla personalmente y de disfrutarla en su momento, Selena conquistó mi corazón por ser una artista talentosa y una gran persona, como lo dijo Mariel. Es que es tan grande el Amor y la obra de Selena que trasciende el espacio y el tiempo. Basta conocerla y apreciarla para ofrecerle el corazón y la vida en agradecimiento por todo lo que hizo Selena en 23, casi 24 años…)

Yo sólo vengo a ofrecerte mi corazón, Selena, todos los días, toda la vida…

Te quiere con toda el Alma…



 

 
English Translation click here    
  Sergio Ernesto Rodríguez
Buenos Aires, Argentina  Date: April 27h, 2011
 
 
 

Yo me voy, Selena…

 
 


Y no aguanté más. No lo soporté. Pensé que podría. Pensé que el paso del tiempo podría calmar el dolor de la pérdida. Pensé acaso que mis nuevas relaciones, mis nuevas amistades, mis nuevos amores, mis nuevas alegrías, el quehacer cotidiano, el sentir la vida cada día me harían olvidarla. Pero no podía … No podía olvidar a Selena. Muchas veces me pregunté: ¿cómo podían los demás? ¿Cómo podían vivir después de haberla visto? ¿Cómo podían seguir sus vidas habiendo estado tan cerca, tan cerca de ella? Yo que la había visto, que había asistido a ese hermoso concierto de uno de los tantos que Selena dio en la Feria de Monterrey en 1994, no podía olvidarla. Jamás pude. Siempre sentí que me habían sacado algo, algo tan vital en mí como el corazón ... No ... Ella era tan joven ... ¡¡Tenía tanto para hacer!! Era verla y verme a mí misma. Sentí como si me hubiesen disparado a mí. Sentí que a mí me habían quitado la vida. Pero peor aún. Esa perversa había hecho que encima tuviera que vivir con ese dolor, con verla a Selena sin vida, sin nada más que ofrecer. Esa perversa no sólo hizo que me quitara la alegría para siempre. Esa malvada hizo que viera una imagen que nunca había querido ver de Selena. Me hizo ver su derrota, mi derrota. Instaló la palabra “muerte” en mi vida. Me quitó todo. Y no contenta con eso, se la pasó en todos estos años riéndose de nosotros, riéndose de los que esperaban de ella una respuesta sensata, razonable, con sentido. Esa perversa me hizo ser desconfiada, vengativa, amarga, esquiva, introvertida. Yo no era así. ¡¡Para nada!! Y todo eso bueno que fui fue gracias a Selena. Ella me hizo vivir mi niñez y mi primera adolescencia con alegría y con esperanza. Selena me transmitía las ganas de vivir, de progresar. Selena me hizo sentir que todo se podía lograr, que todo era posible si uno se lo proponía. Y no es que se me quedó grabada esa sensación porque Selena lo decía cada tanto y después quedaron inmortalizadas esas palabras en cada recuerdo que se le ha hecho cada año, en cada recuerdo en estos insoportables 16 años sin ella. No. Me quedaron grabadas por su actitud, por su ejemplo, por su sonrisa, por su trato, por su amabilidad. Yo no sólo era admiradora de Selena. Yo la quería. La quería mucho. Era mi hermana. Esa hermana que nunca tuve y que hubiese querido tener. La hermana a la que yo podía confiar mis sueños, mis miedos, mi esperanza. Yo no me sentía una fan, no por lo menos en el sentido que se conoce y se piensa que es una fanática. Yo no me volvía loca en el sentido literal del término por cada aparición de ella. Yo no gritaba ante cada canción sin siquiera escucharla. Yo sentía que no había que tener tal o cual actitud para ser una buena admiradora de Selena, y por ende, no me sentía con autoridad como para recriminarle algo a alguien que era fan de Selena, o para decir qué se debía hacer y qué no. Yo sólo sentía un Amor, un cariño muy especial por ella, como no lo había sentido con alguien, como no lo voy a sentir por nadie. Porque Selena es de aquellas pocas personas que uno quiere en la vida y que no siempre uno tiene la posibilidad de conocerla. No es el típico sentimiento hacia algún familiar o hacia alguien que uno conoce por otros a través de las relaciones que uno establece en la vida y con las mayores afinidades que uno logra conseguir que no necesariamente son las ideales o a las que uno aspira. Con Selena había logrado lo que muchas personas no lo logran nunca en sus vidas, que es querer a alguien con el tiempo, después de conocerla de algo muy distinto de los ámbitos de los que uno frecuenta, de los que uno se mueve. No hay nada más hermoso en la vida que vivenciar cómo alguien “desde cero” empieza a querer a otro hasta sentir que es lo más importante de su vida. Eso había sentido por Selena. Sabría que podría ser feliz, podría conocer al hombre de mi vida, casarme, tener hijos, ser exitosa en lo que emprendiera en la vida, viajar, conocer gente, tener amigos entrañables, muchos buenos conocidos estando Selena allí como ejemplo, como guía, viéndola triunfar, viéndola crecer, viendo que alguien como ella desde un lugar tan humilde, tan de abajo, tan desde el más absoluto anonimato, lograba ser querida y admirada por todos. Sabía que con ella sería feliz para siempre. Desde aquel nefasto 31 de marzo, desde aquel día en el que la pérfida logró lo que quería, sé que ya no seré feliz enteramente nunca, y que siempre me perseguirá esa pesadilla, esa misma pesadilla que alguna vez Selena llegó a admitir que la perseguía cada tanto en las noches y que nunca quería saber de qué se trataba. Tal vez hubiese sido mejor que Selena averiguara de qué se trataba esa pesadilla. Tal vez se hubiese salvado … Tal vez … Pero como todo lo que tiene que ver con Selena en estos tiempos, en estos últimos tristes 16 años, siempre nos quedaremos con la sensación de lo que hubiese sido todo si Selena estuviera aquí, de lo que hubiese pasado si Selena no se hubiese encontrado con esa malvada… Nunca lo sabremos, y eso me atormenta y me hace llorar todos los días, todos los días desde aquel 31 de marzo que querría borrar del calendario mundial para siempre…

¡Ya no lo soporto más! Me voy. Me voy a una isla desierta. Me voy a soportar el dolor sola, bien sola. Selena se nos fue con esa pesadilla que nunca se animó a contar. Y es como si esa pesadilla la hubiese transmitido cuando se nos estaba por ir, cuando ella sentía que ese horrible sueño se hacía realidad, cuando sabía que nada se podía hacer más que sufrir, llorar por el destino cuando era palpable, sufrir la agonía, esperar el milagro, rogar que eso que vivía era en definitiva parte de la pesadilla, pesadilla de la que despertaría y, al comprobarlo, volvería a sonreír, y jurarse y perjurarse que se cuidaría más y no confiaría más, que no se dejaría llevar por el deseo y por el egoísmo de los demás. Que pensaría más en ella y que pondría sus deseos e inquietudes por encima de todos y de todo. Que pondría a ella y a la familia que había formado como su prioridad, y que no se dejaría llevar por los tiempos y prioridades que establecen los demás. Que haría pesar el Amor y el cariño incondicional de la gente para presionar y exigir que saliera de una vez por todas el disco en inglés y para que se abrieran las sucursales de “Selena Etc.” en México DF y en Monterrey. Que haría lo indecible para hacerse ver y conocer en América latina y en todo el mundo para dejar su marca y su sello en cada lugar que pisara. Y que una vez que fuera logrando todo, decidir agrandar su familia, tener sus hijos y disfrutar a pleno su vida lograda con merecimiento y a base de tantos sacrificios y privaciones. Que no importaba el orden en el que hiciera cada cosa, que no interesaba el orden de las prioridades. El tiempo lo diría ... Lo importante era lograrlo todo y lograrlo cuanto antes. Se había esperado tanto tiempo, habían pasado tantos años de incertidumbre y de no saber qué iba a ser de ellos ahora que eran famosos, queridos y que todo el mundo esperaba algo de ellos, que Selena ahora no iba a esperar, no iba a esperar qué sería de su destino, que sería de su vida. Yo estaba segura de que ella se durmió esperando a hacer todo esto una vez que saliera de esa pesadilla, ahora que sabía de qué se trataba esa horrible sueño, qué cara visible tenía y cómo había que desistir de ella. Siempre sentí que esa pesadilla ella la transmitió, la transmitió a todas las personas que la amaban y que estuvieran con ganas de escucharla. Yo estaba segura porque muy poco antes de que esa pesadilla se consumara yo tuve otra pesadilla terrible. Soñé que algo le pasaba a Selena, que le iba a pasar algo horrible y que había que hacer algo cuanto antes. Recuerdo haber despertado y cuando pensé que sólo podía ser un tonto sueño, una simple tonta alarma sin sentido, recordé aquella película de terror llamada “El príncipe de las tinieblas”, de un tal John Carpenter. Esa película me había impactado cuando la vi. El argumento de ese filme trataba de gente del futuro que mandaba mensajes a través de los sueños de las personas para que hicieran algo, para que salvaran al mundo del caos, para que la maldad no se apoderara de la humanidad. Y cada vez que transmitían ese mensaje, la gente vivía esa pesadilla y despertaba sin saber nunca si lo que se había vivido era un mal sueño o si era realidad aquello, pero siempre les quedaban grabados algunos datos nuevos cada vez que volvían a vivir aquel horror. Al final uno de ellos logra saber lo que era y la película terminaba sin saber si lo lograría evitar o no. En cuanto tomé conciencia de ello, corrí y traté de llamar a Corpus Christi, avisarle a la Familia Quintanilla, a algún periódico, a Lidia Salazar, a Blanca Martínez, a alguien que la conociera y la pudiera contactar. Pero mis padres me detuvieron y no me dejaron hacer nada. Poco tiempo después me enteré de la tragedia y no pude soportar llorar por meses enteros. De nada sirvió que me trataran de convencer. De nada sirvió que trataran de consolarme diciéndome que aunque pudiera llamar a alguien ya sería tarde, pues me tomarían por loca y nadie me creería. Desde el mismo momento en el que fui consciente de mi pesadilla, de que Selena tenía la suya y del desenlace de su vida, no pude evitar sentirme culpable, mal por no haber podido hacer nada, mal por no haber podido evitarlo, desear con toda el Alma volver a tener esas pesadillas pues al menos podrían ser otras señales del futuro en las que me indicarían que habría una posibilidad, de que aún habría esperanzas. Si en la película se hablaba de que a través de “taquiones” se podía viajar en el tiempo, o al menos se podía mandar mensajes con gente del pasado o del futuro, ¿por qué no podía pasarme eso a mí con Selena? Me aferré a esa posibilidad, a esa quimera. Era mi talismán, mi esperanza, mi última oportunidad para no sucumbir en el dolor, para no sentir que nada tenía sentido, que ya no valía la pena vivir. ¿Qué sentido podía tener la vida sin Selena? ¿Qué sentido tenía la vida si no está ella para vivirla? ¿De qué me vale vivir sabiendo que hay un mundo tan malvado y tan injusto que la priva a Selena de todo? ¿Qué manera tiene Dios de premiar a alguien que hizo todo a base de talento, trabajo, honestidad, humildad, con buenos pensamientos, con buenas intenciones? ¿Cómo puedo vivir sabiendo que el mensaje de este mundo es que no hay que ser derecho en la vida, que no conviene decir la verdad, que no hay que mostrarse tal cual uno es verdaderamente, que no hay que decir lo que uno verdaderamente piensa y siente, pues a veces se ganan más enemigos de lo que uno se imagina y te dañan de una manera que uno nunca imaginaría? ¿De qué me sirve vivir si el mensaje es que la vida hay que vivirla como una partida de póker, estar mintiendo, no mostrar lo que realmente uno tiene, apostar a base de mentiras y engaños, jugar con la inocencia e ingenuidad de la gente, ganar de la forma más vil, más engañosa, más estrafalaria y más oscura? ¿De qué me sirve vivir si yo quiero ser como Selena y todos los días me certifican de que ése no es el camino, de que el camino es otro, mucho más engañoso, mucho más turbio, con mucha basura que esconder debajo de la alfombra? ¿De qué me sirve de que desde pequeña me digan que sea como Selena para que con el tiempo y por lo bajo, como la letra chica de un contrato, me digan que no, que la realidad del mundo es otra y tiene otra cara, que no es la de Selena? ¿De qué me sirve que lea libros, siga ejemplos de vida, aplauda la obra de tal o cual persona para que después me digan “Eso sí: si quieres triunfar, no puedes ser como ellos, debes ser como estos otros” y me muestren a gente a quien públicamente jamás dirían que son precisamente un ejemplo para la humanidad? Ya no puedo seguir con esa mentira. Ya no puedo seguir aquí en este mundo conformándose con la resignación, con el paso del tiempo y que cada tanto recuerden que hubo una tal Selena que si hoy viviera, sería como JLo, Shakira o quién sabe qué … ¿Y qué me importa saber lo que sería ahora, conformarme con el premio consuelo y vivir el presente admirando a otra artista en lugar de Selena? … Yo quiero a Selena aquí. ¡¡Yo quiero a Selena en este mundo, Dios, si quieres que vuelva a creer en algo o en alguien alguna vez!!

¡¡Yo me voy!! ¡Ya no puedo engañarme más! Ya no puedo consolarme con nada más. Intenté todo. Adopté mi nombre al de ella. Yo me llamo María Elisa. Pasé a llamarme MariSelena. A los que no me conocían me hacía llamar de ese modo. Y a los que ya me conocían los obligué a que me llamaran por ese nombre, si no, no los atendería. Me aferré a los discos de Selena, a sus fotos, a cuanto recorte había de ella, a cuanta revista o libro saliera de ella. Desistía de publicaciones que hablaran de esa pérfida mujer o de las que ponían en duda el buen nombre y honor de Selena a base de mentiras y de calumnias de gente que ni la conocía … No hay peor cosa que te calumnien y que esas personas, si se pueden llamar así, salgan por allí con sus caras de nada y de lástima a decir sus verdades cuando ellos bien saben que todo, todo es mentira … Las  veces que tuve que padecer eso en el trabajo. Las veces que me pelee en la vida por esas cosas tan indignas en el ser humano … Con el tiempo me di cuenta de que eso es moneda corriente en la humanidad y que eso explica por qué andamos del modo en el que andamos. Si somos así hasta en cada acto de nuestras vidas cotidianas, ¿por qué las cosas serían diferentes en los asuntos más trascendentes que forman parte de la humanidad? Cuando veo que hay terremotos, huracanes, tsunamis, gente que muere de forma absurda, de un modo que bien se podría evitar, ¿qué me sorprende? ¿Acaso el obrar del hombre es ajeno a estos hechos? Muchas veces me pregunté si acaso los mayas y tantas civilizaciones no vieron con mucha anticipación lo que estamos viviendo y sintiendo ahora. ¿Acaso no estamos empezando a olfatear nuestra propia extinción? Nosotros no somos inmortales. Nosotros no tenemos todo controlado. Un meteorito acabó con los dinosaurios. ¿Estaremos nosotros exentos de algo similar? ¿Qué hemos hecho para ser de éste un mundo mejor tratando de preservarse en vez de destruirse? ¿Qué hizo para enseñar con hechos que era posible un mundo mejor? ¿Qué hizo la humanidad para permitir que una mujer llena de Amor y de vida como Selena se nos fuera y dejara a su asesina como una mujer digna de vivir en este planeta? ¿Qué mensaje les dejamos a nuestros hijos y a las generaciones posteriores? No …No hemos aprendido nada…

No hemos aprendido nunca. Yo también me quise evadir. Yo también creí que podía hacer algo mejor, aunque sea para el recuerdo de Selena. Me costó mucho tiempo animarme y meterme en Foros y en innumerables sitios que nos ha brindado en los últimos años Internet para recordar a Selena. Lamentablemente esto casi no existía cuando se nos fue Selena. Una pena. Otra gran pena. Si tal vez en aquel momento fueran las cosas como lo son ahora, tal vez el recuerdo de Selena sería distinto. Tal vez sería mejor … Otra vez el “tal vez” … Lo cierto es que me refugié allí con la gran esperanza, con la última esperanza de que podría sobrellevar las cosas del mejor modo, que podría compartir mi pena con otros fans de Selena, que podría hallar en esos lugares el mismo dolor que tenía, mi misma esperanza, compartir mis sueños, también mis pesadillas. Pensé que todos los que estaban allí querían a Selena como yo. Otra desilusión. Una gran desilusión. Por un momento me olvidé de que la pérfida que le quitó los sueños a Selena también decía que la quería, que la admiraba, que la amaba y que nunca quiso hacerle daño. Lo sigue diciendo ahora aun cuando desde la cárcel misma sigue disparando dardos, no sólo balas, contra Selena, contra la Familia Quintanilla, diciendo barbaridades sobre las intimidades de Selena. Ya es una barbaridad decir algo sobre la vida privada e íntima de la gente. ¿Pero encima decirlas sin que la otra persona pueda defenderse y desmentir esas palabras? ¿Y encima saber que esa otra persona no las pueda decir pues ella misma le quitó la posibilidad de decirlas porque la mató? Sí, la mató, y en forma planificada, como lo dice un libro de reciente aparición, que refleja muy bien lo que yo siento por lo que le ha sucedido a nuestra Selena. Si esto pasó con alguien tan cercano a Selena, ¿por qué creería que las cosas serían diferentes con los que dicen ser muy fanáticos de Selena? Por supuesto que encontré de todo, como en la vida: gente buena, más o menos, gente medio trastocada, gente de dudosas intenciones, gente muy tierna. Encima, para mi sorpresa, me encontré con gente de tierras muy lejanas que la querían de verdad y ni siquiera la habían visto en persona, ese hermoso placer que tuve yo … Pero también me encontré con gente “de la otra”, con gente que te encanta con lo que saben de Selena, con lo que tienen de Selena, con sus demostraciones de cuánto la quieren y todo lo que hacen por ella. Luego caes en la cuenta de que son como la asesina. Una vez que les das tu confianza, que les brindas tu apoyo y compartes tus sentimientos en la creencia de que ellos sienten lo mismo por ti, empiezan a manipularte, empiezan a decirte qué es lo bueno y qué es lo malo como la verdad revelada. Empiezan a señalarte a la gente que no les gusta para que tú los odies también. Te dicen quiénes son los que les agrada a ellos para que tú los trates bien. Te dicen a ti en forma privada lo que desearían que sucediera en los Foros y en cualquier página de Internet dedicada a nuestra Selena para que lo hagas tú en vez de hacerlo ellos dando la cara. Te meten en inconvenientes con gente a la que nunca tendrías problemas. Y hasta que te das cuenta de lo peor: que ellos se consideran los portavoces de Selena, sus representantes oficiales, los que deciden qué es lo bueno y qué es lo malo, quiénes son dignos admiradores de Selena y quiénes no. Promueven el odio. Promueven el rencor … Cualquier coincidencia con la asesina de Selena, con lo que sucedió con Selena y con el fin de la historia de Selena, no es una mera casualidad. Es la lógica consecuencia de no saber nunca qué pasó ese nefasto 31 de marzo aun sabiendo quién fue la asesina, y cómo sucedieron las cosas ese día gris y lluvioso. Es la lógica consecuencia de no tener la voz de Selena, el Amor de Selena, la bondad de Selena que explique este sinsentido. Nada es casualidad en la vida. La única protagonista de esta historia es la única persona que no puede hablar. Es la única persona que podría aclararlo todo … Nada es casualidad en la vida. Por eso sigo sin entender lo que ha pasado. Por eso los que realmente amamos a Selena seguimos sin entender. Salvo los que se creen más importantes que Selena, que siempre tienen una explicación para todo … Eso lo vi en los Foros y por eso me fui de ellos. Acaso porque vi y entendí de qué fue víctima Selena. De personas como éstas que se aprovechan de nuestro dolor y de nuestra angustia para sacar lo mejor de nosotros para su beneficio. Estar allí no hacía más que revivir el dolor de Selena aquel nefasto día. Sentía náuseas, desilusión e indignación. Me fui sin querer volver. Pero a veces vuelvo, sólo para dejar mi testimonio de Amor a Selena y para ver si cada tanto hay alguien que la quiera de verdad como yo. Y seguro que los hay. Y si no están allí estarán en otros lados. Los que realmente aman a Selena están como yo llorando su ausencia en el más absoluto anonimato…

¡¡Me voy, me voy!! No soporto este mundo sin Selena, este mundo sin su Amor. Ya no me sirve vivir esperanzada. No me sirve vivir en el engaño. Hasta no hace mucho vivía en Monterrey, en donde pude ver y alegrarme como nunca en mi vida viendo a Selena. Cuando crecí y pude decidir mi destino, hice lo indecible para radicarme en Estados Unidos. Pero no en cualquier parte de los Estados Unidos. Busqué la manera de radicarme en el Estado de Texas, en el lugar más cercano que pudiera de Corpus Christi, en un lugar en el que pudiera visitar a Selena. Estudié, me esforcé, me apliqué, me perfeccioné, conseguí un trabajo con posibilidades de radicarme en Estados Unidos. Estudié inglés, entré a cuanto curso de capacitación en química hubiera para aplicarlo en mi trabajo de laboratorio. Lo hice no pensando en mí. Lo hice pensando en Selena. Y no lo hice con alegría. La alegría la hubiese tenido si tenía a Selena acompañándome con sus triunfos, con sus risotadas, con su esperanza, con su Amor … Ahora lo hacía por su memoria, por su recuerdo, por seguir su camino de la manera en la que yo podía, con mis limitaciones y con mi entusiasmo. Lo hice llorando varias veces en las noches cuando sabía que no la tenía y que cada día que pasaba se me acababan las fuerzas, cuando ese bendito paso del tiempo me hacía caer en la cruda realidad de que Selena nunca más volvería. Que en definitiva ella se había … marchado … quién sabe adónde. Recordaba esas palabras de Chris Pérez en la primera entrevista que la Familia Quintanilla le concediera a Cristina Saralegui. Retumbaban en mi mente esas palabras: “He soñado varias veces que algún día Selena abrirá la puerta de mi casa y ella volverá. Pero ya sé que eso jamás sucederá…”. Y cada vez que se me venían a la mente esas palabras lloraba por horas y no tenía más ganas de nada. Volvía a levantarme acaso por seguir pensando que ella sí volverá, que ella no se ha ido. Que Chris está equivocado, que toda la Familia Quintanilla está equivocada, que el mundo está ciego, que no ve lo que es obvio, que nunca Selena se pudo haber ido, que está allí, que sólo es cuestión de buscarla y se la encontrará con la sonrisa de siempre dispuesta a abrazarnos con el Amor de siempre, con la esperanza de siempre. Eso me permitió seguir, no pensar en nada malo ni negativo hasta llegar a establecerme definitivamente en los Estados Unidos. Viajé a Laredo, primero por un tiempo, alternando con Monterrey, luego en forma casi definitiva cuando por mi trabajo por horas y muy aplicado terminé logrando que en Texas confiaran en mí y me dieran el trabajo de supervisora. Trabajo a deshoras de todo el mundo, por las noches y muchísimo. Me sacrifiqué, tuve muchas dolencias que oculté para no perder mi oportunidad. Mientras tanto, me fui un par de veces a Corpus Christi, visité el museo, el mirador, Selena Etc., cuando existía (cuando la cerraron sabía que era el fin, pero no quise pensarlo en ese momento), pero no fui al gravesite y mucho menos al Days Inn. Para lo primero aún no estaba preparada, pues no podía admitir lo que era una realidad irrefutable. En cuanto a lo segundo, jamás iría a ese lugar y si alguna vez pasara, miraría para otro lado. Cuando volví de esas visitas y luego de un tiempo en el laboratorio me sugirieron que tramitara mi ciudadanía norteamericana. Lo celebré como mi gran oportunidad. Como mi última oportunidad … No por mí. Estaría más cerca de Selena. Quizá eso cambiaría las cosas… Quizá…

Pero vino ese otro mazazo de la realidad. Al poco tiempo cerraron “Selena Etc.”. Argumentaron problemas económicos. Luego se dijo que era por los problemas de divorcio del segundo matrimonio de Chris Pérez. Allí caí en la cuenta de algo que pasó en mis narices y que no quise ver. Que había pasado el tiempo, que Chris se había casado y que tuvo dos niños con una mujer que no era Selena y que le había hecho sentir que no lo era definitivamente … Nunca entendí cómo la Familia Quintanilla se resignó a venderla. Nunca entendí el argumento de que “éste no es nuestro negocio; lo nuestro es el negocio de la música”. Y si eso era así, ¿por qué mantuvieron “Selena Etc.” abierto 14 años sin interrupción? ¿Por qué no lo cerraron ese mismo y nefasto 31 de marzo de 1995? … Pero bueno, ellos saben por qué lo hicieron. Ellos sintieron el dolor de la pérdida como nadie ... ¿Pero qué les costaba un esfuerzo más? ¿Por qué no pidieron ayuda si sabían que iba a haber mucha gente como yo que iba a dar lo que no tuviera para mantener el sueño más preciado de Selena en pie? Con ese sueño borrado para siempre, con el nombre de “Selena Etc.” cambiado por el nombre de una compañía de seguros, me decidí a ir al “gravesite”. Cuando tomé valor y encaré a ese lugar que ya no está abierto sino enrejado y separado de todo, lloré como si fuese ese mismo día el 31 de marzo de 1995. Allí supe lo que no quería admitir. Selena estaba allí y no en otro lugar. Selena no está en otro lugar esperándome con los brazos abiertos dispuesta a abrazarme. Selena está allí producto del odio, de la insensatez, de la maldad, del descuido, de la imprevisión, de la inconciencia. Selena está allí como una víctima más que se cobra este mundo mientras sigue andando. Nunca lloré tanto en mi vida como aquel día. Allí mismo y en ese día me di cuenta de que mi corazón está donde está ubicada Selena desde el 3 de abril de 1995 … Allí corroboré que nunca más podría amar en mi vida… Nunca podría sentirme plenamente feliz pues mis sentimientos se fueron con Selena…

Durante un tiempo vegeté literalmente. Iba de la casa al trabajo y del trabajo a casa. Me sumergía en Internet viendo a Selena, veía televisión para distraerme, compartía algunas actividades con los demás, salía con gente, pero no sentía nada. Estaba bien en el trabajo, había conseguido hasta un ascenso, tenía amigos, novio, todo. Pero no podía ni ser plenamente feliz y el paso del tiempo me impedía ya compartir mi dolor, pues no faltaban los retos de mis seres más queridos diciendo: “Ya acaba con Selena, ¡¡déjala en paz!!”. Y decían más cosas hirientes que me hacían huir, huir para siempre, pues no quería oír. Otros me decían que está bien que la recuerde, pero que la recuerde con alegría, que mire a otros artistas, que vea el Legado de Selena y el camino que les dejó a los demás. Que ello demostraba que estaba más viva que nunca … ¡¡Qué ingenuos!! O son ingenuos o creen que soy tan tonta como para creer en eso. No saben la dimensión de mi dolor. No saben lo que yo siento. Yo no quiero ser como los demás. No quiero premios consuelo. No quiero conformarme. No quiero resignarme. No quiero aceptar la realidad de un mundo ganado por la maldad de la gente. Yo no voy a aceptar la vida riéndome de todo como una loca y dejando a Selena sola … otra vez sola como aquel 31 de marzo. Selena ya quedó sola una vez. No habrá segunda vez. Por eso me voy. Me voy para estar más cerca. Me voy para estar más cerca de Selena. En un mundo que no me entiende. El mismo mundo que dejó que le hicieran semejante daño a nuestra Selena…

Aproveche un fin de semana para ir a Monterrey a la casa de mis padres donde aún tenía muchas de mis cosas personales, sobre todo las de Selena. Agarré unas valijas, puse lo indispensable para aguantar el tiempo que sea en el lugar que fuera y todo lo que tenía de Selena. Ni sabía dónde iba a ir. No sabía qué iba a ser de mí, pero poco importaba. Sentía que la injusticia de este mundo me había superado y que ya no tenía razones para seguir viviendo, al menos con alegría. Sentía que el rencor y la frustración me habían ganado, y transitaba mi vida entre estar enojada con todos y de todo, ser irónica, y reírme del mundo y de la humanidad para no llorar. Pero ese jueguito dejó de tener gracia para mí. ¿Qué razón tenía para seguir en la vida de ese modo si no tenía un horizonte en mi camino, una razón para mi vida, un objetivo que cumplir? Nada me representaba como esa parte del tema “Como la Flor”: “Si vieras como duele perder tu Amor. Con tu adiós te llevas mi corazón. No sé si pueda volver a amar. Porque te di todo el Amor que pude dar…”. Cuando tuve todo listo, dejé una nota para mis padres. Les dije que me iba lejos por un tiempo para probar suerte con otro trabajo. Que pronto los llamaría. Y que para suerte de ellos me había llevado todo lo que tuviera que ver con Selena. Sé que los hería, pero también sentí la necesidad de enrostrarle el hecho de que me castigaran tan duramente con sus palabras por querer tanto a Selena. Tal vez si me hubiesen escuchado más, aunque no me entendieran, yo los hubiese comprendido más en su preocupación. Allí me di cuenta de que la comunicación soluciona muchas cosas … Y una vez más pensé en que tal vez eso hubiese salvado a Selena … Aún no sabía cómo avisarle al resto de mis amistades. Pero por suerte las innumerables formas de comunicación que hay hoy en día me permitirían hacerlo cuando yo lo dispusiera, o ellos mismos cuando lo desearan. No quise mirar más. Quise irme cuanto antes, lo suficiente antes de que lo advirtieran mis padres. Era domingo y habían ido a misa. Sabía a la hora que vendrían y faltaba poco. Estaba por apagar la televisión que por vicio la tenía prendida, pero justo apareció en la pantalla A.B. Estaba hablando de su nuevo proyecto en el que incluiría algunos temas inéditos de Selena. Pero eso no me importó en ese momento. Me detuve en su mirada, me fijé en los innumerables tatuajes que tenía con la imagen de “su hermana”, tal cual él la denominaba siempre. Y pude apreciar cómo en su rostro se notaba que nunca pudo superar la partida de Selena. Que quién sabe qué cosas se le pasaron por su cabeza cuando deseaba como yo que apareciera su hermana y lo hiciera revivir otra vez. Qué quién sabe qué cosas se le pasaron por su mente entre 1995 y 1999 hasta que formó los “Kumbia Kings”. Qué quién sabe qué cosas pasaban por su mente ahora. Y sin embargo, allí estaba, hablando de proyectos, hablando con entusiasmo de Selena, ocultando su dolor haciendo algo por ella, algo que le dé alegría donde quiera que esté. Que de nada servían ni las creencias, ni el dolor ni la alegría ni ningún consuelo. Que sólo servía seguir adelante siguiendo el ejemplo de Selena, siguiendo los principios que él mismo aprendió y ejerció cuando llegó a ser lo que es y a contribuir al éxito de Selena. Cuando lo vi a A.B. me di cuenta de que estaba tomando un camino totalmente equivocado. Que no estaba haciendo lo que Selena hubiese hecho, lo que Selena hubiese querido. Que de nada me serviría vivir en el dolor y en el rencor. Tampoco me servía hacer como si ello no existiera. Que primero debía admitirlo pero que la única forma de superarlo aunque sea en parte era seguir su ejemplo, seguir su forma de vida y de ver las cosas. Que el hecho de que ella no lo pudiera terminar no quería decir que aquello hubiese fracasado. Que para eso estábamos nosotros. Si nosotros la queríamos, terminaríamos su obra o al menos la continuaríamos. Que todos los días podíamos hacer y ser como ella: simpáticos, amables, siempre con una sonrisa en la boca y siempre con la mejor predisposición. Y si a veces eso era difícil, al menos había que intentarlo. Que cualquier logro, por menor que fuera, era un motivo para celebrarlo. Era un éxito de Selena. Que cada objetivo que conquistábamos con su ejemplo tendríamos más de un motivo para sonreír y una excelente razón para que Selena sonriera de verdad…

Deshice rápido las valijas antes de que mis padres regresaran. Dejaría todo en su lugar. Sólo me llevaría lo que necesitaba tener ahora en Laredo. Tenía mucho por hacer. Tenía que llamar a mi novio, a mis amigos, a mis jefes, abrazar a mis padres. Había comenzado el día en el que empezaría a devolverle a Selena todo el Amor que ella me había brindado. Había llegado el momento de dar a todos el Amor que ella brindaría en mi lugar. Me he propuesto ser mejor persona: más tolerante, más comprensiva, menos enojosa, con una mejor sonrisa, y en todo caso enojarme y hacer notar mi indignación si se miente, si se calumnia, si se falsea, si no se es honesto, si no se da sin esperar. Era hora de ser como Selena y no sólo admirarla. Era hora de actuar como Selena y no sólo verla actuar. ¡¡Qué bueno haber visto a A.B.!! Podré tener o no diferencias con él pero nadie puede negar lo que quiere a Selena. Al verlo me quedó de nuevo todo claro. No hay que huir y vivir en el rencor. Hay que ir de frente en la vida con el orgullo de tener a Selena en el corazón. ¡¡Es hora de empezar!!

Cuando llegaron mis padres los abracé sin decirles nada. Ellos al principio amagaron con preguntarme qué me pasaba, qué les estaba por pedir. Pero la fuerza de mis abrazos, el Amor de mis besos y el no decirles nada los desistió de cualquier pregunta. Sólo nos abrazamos y sonreímos. Luego mi madre me preguntó si me quedaría a comer y yo le dije no sólo que sí, sino que había decidido volver a Laredo recién mañana en vez de hoy. Mi madre salió corriendo para la cocina y mi padre, luego de unos minutos, se acercó con una revista. “Toma, la encontré el otro día en una librería. La traje pues supuse que te interesará leerla”. Cuando la tomo y veo la tapa, observo que era una edición especial de la revista “Furia musical” dedicada enteramente a Selena. Era una edición que la había buscado por todo Texas y estaba agotada. Supuse que en Monterrey se podría lograr pero ni me animé a pedírselo a mis padres. Después de gritar con júbilo y también de sorpresa lo abracé a mi padre y le dije que lo quería mucho. “Yo también te quiero”, me contestó y allí noté que era la primera vez que nos lo habíamos dicho. Miré al cielo y me pareció ver que Selena se reía con ternura…

Cuando me volví para Laredo, pensé primero ir a Corpus Christi, más precisamente al “gravesite”. Compré unas flores blancas, las flores preferidas de Selena, y las llevé para dejárselas. No podía evitar entristecerme, pero ahora me movían las ganas de ir. Tenía que dejarle un detalle que le gustara y un mensaje, no sólo lágrimas. Había aprendido que no sólo debía llorarla, lo mismo que no debía sólo recordarla con una sonrisa. Que ese dolor sólo no le servía a Selena. Acaso el dolor le podía servir para que se diera cuenta de que aún su ausencia nos hiere en lo más profundo de nuestros corazones, pero eso sólo no servía. Tenía que decirle algo, juramentarle algo, prometerle algo, y sobre todo, tenía que lograr que Selena me escuchase, Selena tenía que sentir mi voz para sentirse acompañada. Cuando llegué al gravesite, comenzaron a salir lágrimas a borbotones de mis ojos … Aún no puedo aceptar que Selena esté allí. Pero ni ése ni ningún sentimiento de dolor me hicieron detener. Seguí a paso firme a pesar de que en mi mente se me dibujaban imágenes que no quería retener, realidades que no podía aceptar, tratándose de Selena. Cuando tuve a Selena frente a mí me arrodillé y le dejé las flores blancas. Las apoyé a un costadito de su cara enmarcada en esa loza fría, tan impropia de su imagen verdadera, y no paré hasta que cada flor quedara ordenadita mirando hacia su cara sin ningún desvío, sin que ninguna flor tuviera una dirección distinta de las que tuviesen todas las demás. Una vez que las acomodé y me repuse, miré a Selena y me dije: “Yo nunca aceptaré que estés aquí pero hasta que no te me presentes de otro modo, tendré que aceptar lo inevitable. Lo que nunca aceptaré es que se olviden de ti, de lo que eras como artista y como persona. Por eso, Selena, te prometo que no me guardaré tus cosas, no las tendré sólo para mí. No me contentaré con decirle a otros de tus fans lo gran artista que eras ... No … También se lo diré a todo el mundo, a propios y a extraños, a los que te conocieron y a los que no, a los que te reconocen y a los que no. No permitiré nunca que el mundo no sepa de qué se trata cuando hablan de ti, Selena, simplemente de ti, o cuando vean tus fotos o escuchen tu música. Pero por sobre todo, haré que todo el mundo te conozca a través de mis actos. Seguiré tu ejemplo que expresaste en todos los aspectos de tu vida. Y cuando me reconozcan que estoy mejor de carácter o que tengo mejor ánimo, les diré que fue gracias a ti. Pues la mejor forma de recordarte es hacerle saber al mundo que hiciste cambiar la vida a mucha gente aun habiendo partido tan pronto. Les haré saber a todos que tu Amor, sólo tu Amor, hizo posible que mucha gente se convirtieran en mejores personas. Te lo prometo, Selena, te lo prometo. Como que me llamo MariSelena, bueno en realidad, como que me llamo María Elena…

Y me fui. Una vez que me di vuelta, no quise volver a mirar atrás. La próxima vez que viera a Selena iba  a ser de un modo distinto, bien distinto … No perdía las esperanzas. Ahora tenía mucho por hacer, por el Amor de Selena, por el bien de Selena. No hay tiempo que perder. Selena está esperando y no quiero que se sienta sola. Le haré sentir que lo suyo no ha sido en vano…

(Espero que todos los que amamos a Selena pasemos por la experiencia y por las sensaciones de MariSelena. Que todos los días sean un tributo de Amor a nuestra Selena, un revivir de su vida a través de todos nuestros actos hechos en su honor.)

Y yo estoy aquí para que ese sueño de María Elena se haga realidad…

Aquí estoy, Selena, para que nunca más revivas aquel nefasto 31 de marzo … Para que estés siempre acompañada por el Amor de tu gente … ¡¡Para que nunca más te sientas sola!!

Te quiere con toda el Alma y te ofrenda su Amor todos los días…



 

 
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  Sergio Ernesto Rodríguez
Buenos Aires, Argentina  Date: April 20h, 2011
 
 
 

Nadie debería irse tan pronto, Selena…

 
 
“No soporto el suicidio. El asesinato es malo, pero el suicidio es más triste. ¿Leyó esto? … Es lo que me dieron. Es el informe que me dieron. ‘Mujer de tez blanca, concertista de piano, nacida en Kenosha, Wisconsin’. Es lo que me dieron. Mire lo que hallé en el álbum de recortes. ‘La Srta. Wells, Londres, París. La Srta. Wells, la Srta. Wells’. ‘Genial. Magnífica. Talentosa. Espléndida. Fina. Delicada. Fabulosa’. Mire lo que me dio el Departamento (de Policía). ‘Mujer de tez blanca, concertista de piano, nacida en Kenosha, Wisconsin’. Mire lo que hallé en el álbum de recortes. Mire las fotos. ¡Es una chica guapísima! ¿No cree? Mire esos ojos. Ojos sensuales ... Mire lo que me dio el Departamento. ‘Mujer de tez blanca, concertista de piano, nacida en Kenosha, Wisconsin’ … No hay tintura. Es el color de su cabello. No hay miedo. No hay exceso de maquillaje. Una chica con un cuerpo atractivo, con dinero y una carrera. Aquí hay notas que muestran qué clase de gente la seguía. La mejor gente. Duques, condes, políticos. Gente importante. Eso es todo. ¿Qué falta? … Un hombre. El hombre. Una persona, alguien. Una mujer como ésta tiene que tener a alguien. ¡Con esos ojos! … Así soy yo. Paranoico. Cada vez que veo un cadáver pienso que fue asesinado … No puedo imaginar a nadie quitándose la vida. Especialmente, una joven como ella. ¡Qué ojos preciosos! Así soy yo. Me gustaría ver que todo el mundo muriera de viejo…”

Esas palabras no surgieron de alguien que realmente manifestó su congoja por la muerte de alguien, que se presumía un suicidio pero que no podía ser. Esas palabras no surgieron por la perplejidad de alguien que ve que se va una persona tan joven y que ante la triste realidad no encuentra explicación. Esas palabras que bien podrían haber sido aplicadas por la partida de nuestra Selena salieron de un capítulo de la serie “Columbo”, en el primer capítulo de la segunda temporada, denominado “Étude in black”, protagonizado por Peter Falk y John Cassavetes en el año 1972. Tal vez en esas imágenes y en esas palabras queden condensadas todas las sensaciones que nos produce la muerte, la irracionalidad, la violencia, el sinsentido, pero sobre todo, la partida de alguien tan joven y que tenía tanto para dar. En todas las temporadas de la serie “Columbo” el legendario detective nunca tuvo muchas palabras para hablar de sí mismo o para mostrar su costado más íntimo, mostrando todos los sentimientos que le pueden provocar un hecho, un acontecimiento, una simple imagen. Entre las pocas veces que manifestó eso y la única en la que dedicó tanto tiempo para expresarlo fue en esta ocasión, al ver la foto de una concertista jovencísima y con mucho talento asesinada brutalmente. Al ver esas fotos, al ver esos recortes de diario, al ver el presente y el futuro de esa joven mujer, Columbo no podía dejar de mostrar su perplejidad, su indignación y su lamento por esa realidad de esa mujer y ese frío papel del informe del Departamento de Policía que nada decía de lo que significaba ese ser humano: alguien con sueños, con proyectos, con anhelos, con ganas de vivir y de hacer que fueron quitados de esta vida con esa impunidad que tiene cualquier ser humano para resolver sus propios problemas. Columbo no se preguntó sobre la vida privada de esa mujer. Columbo, por su propia profesión, debía indagar en esas cuestiones para saber quién había hecho esto y por qué. Pero Columbo no cuestionaba a la gente por su vida y por lo que hacía con ella. Hasta llegó a querer y a respetar a algunos de los asesinos a los que tuvo que apresar (caso del capítulo que protagonizara con Jhonny Cash en “Swan Song” en el que el asesino tenía un pasado y un presente terribles), porque en definitiva cada uno tiene el derecho y el deber de hacer de su vida lo que quiera, y a hacerse cargo de las consecuencias. El límite siempre estará en la libertad de los demás, límite que muchos lo transgreden como lo hizo el director de orquesta que asesinó a la joven concertista, que prefirió matarla con tal de que no se develara sus siniestros planes personales y de que nadie supiera lo que hacía jugando con la fe de mucha gente que creía en él y a la que supuestamente ese director quería…

Yo estoy seguro de que alguna vez Selena debió haber visto este capítulo. Y seguro de que nunca se hubiese imaginado que tal vez a ella le podía suceder lo mismo. Pues como explica muy bien Columbo allí, nadie imagina que se puede morir tan joven y de esa manera. Es cierto que tal vez Selena sabía que difícilmente podía sucederle eso pues nunca estaría enredada en historias enrevesadas, plagadas de relaciones en las que prima la traición, la pasión, el desamor, la codicia, el poder, el asesinato, la paranoia, la posesión y la muerte. Es cierto que Selena habría pensado que a ella nunca le sucedería eso pues ella nunca mentía, nunca hubiese aceptado sostener una relación en la que primara el engaño y la mentira. En un punto Selena no tenía mucho que ver con la vida de la protagonista del capítulo de Columbo, quien fuera asesinada para que no divulgara su relación con un hombre casado, que era el director de la orquesta en la que trabajaba y mostraba su talento. Por eso Selena debe haber pensado que a ella nunca le pasaría eso … Lo que sucede es que aun siendo honesto, aun diciendo la verdad, aun no engañando a nadie, aun yendo con la frente en alto con las convicciones y la palabra empeñada, eso nunca nos quitará de que podremos ser víctimas de gente que nos puede usar para sus propios fines y objetivos. Uno puede tener muy en claro lo que quiere, uno puede tener muy en claro cómo son las cosas, qué es la verdad y la mentira, quién es bueno y quién es malo, medir a la gente con la misma vara, ser probo y justo, no tener ni maldad ni querer hacer daño a los demás. Y sin embargo, ni aun con todo esa claridad de conceptos, nos exonerará ni nos hará inmunes de cualquier ataque, hasta el más despiadado que nos pueda hacer alguien. Aunque tengamos todo controlado, aunque establezcamos pautas de convivencia con los demás, eso no nos asegura que el otro las cumpla, que el otro pueda traicionar a los demás y de la peor forma. El que nos ama hoy, nos puede odiar mañana. El que nos jura Amor hoy, nos puede matar mañana. Poco antes de que nos dejara Selena, ella nos cantó proféticamente una historia similar en “A boy like that” (allí cantaba “un muchacho que mata, no puede amar; un muchacho que mata, no tiene corazón; un hombre así matará a tu hermano; encuentra a alguien que es como tú; un muchacho así te dará tristeza; conocerás a alguien mañana; cuando termina te deja sola, triste y sola; un muchacho así matará a tu hermano; un muchacho así te dará tristeza; un muchacho así te matará…”). Nadie tiene asegurado nada en la vida. Selena y toda la familia confiaron en alguien que nunca imaginaron que cometería un acto semejante. Nunca pensaron que haría ello. Y sin embargo, cuando se les apareció por primera vez José Behar, presidente de Emi Latin, dispuesto a contratar a Selena, ella pensó que era un embustero porque se presentó ante ella tal cual era y eso podía ser lógicamente sospechoso. El que menos se imaginaban que podía ser bueno con ella hizo todo para que Selena tuviera difusión, promoción, contratos importantes, posibilidad no sólo de sacar discos en español sino en inglés. Si no fuera por José Behar para Selena hubiese sido más difícil todo. Y a la persona que más confiaron, a la persona que no se presentó tal cual era en realidad, a la persona que toda la Familia Quintanilla le abrió las puertas para que compartiera una mesa familiar, la intimidad, los conciertos, los proyectos, el viejo sueño de Selena diseñadora plasmado en Selena Etc., tuvieron como respuesta ese acto aberrante, ese castigo que nadie hubiese imaginado que Selena alguna vez recibiría. Si Selena hubiese visto ese capítulo de “Columbo”, jamás hubiese imaginado que recibiría una agresión aun peor. Selena nunca hubiese imaginado que habría un frío papel que dijera: “Selena. Cantante, artista y diseñadora de Corpus Christi, Texas, denominada la Reina del Tex-Mex”…

Tal vez lo más triste de todo sea precisamente eso. Que toda esa vida de ensueño, todo ese primer paso con tantos sacrificios, proyectos que parecían una quimera y muchas privaciones quedaron reducidos a un frío papel en el que trata de explicar y resumir todo aquello … Es como entrar en cualquier diccionario de Internet que nos explique quién es Selena. Nunca podría haber alguna enciclopedia que intentara explicar lo que era Selena. Nunca podríamos poner las palabras exactas de lo que significaba Selena como artista y como persona. No alcanzarían los mejores elogios, las más grandilocuentes palabras para explicar lo más justamente posible lo que significaba Selena para toda la gente. Los sentimientos no son fáciles de explicar. Se sienten y se expresan, se viven y se reciben. Pero ni con la persona que más amamos podemos expresar en palabras exactas lo que significa para nosotros ... Tal vez sea mejor así ... Tal vez si pudiéramos expresar en palabras lo que significa lo más trascendente para nosotros, y creer que todos los sentimientos lo podemos definir en un papel, en una página de Internet, entonces, tal vez aquello tan trascendente no sea todo lo importante y significativo que creamos. Las palabras pueden acercarnos pero nunca llegan a explicar todo lo que sentimos por alguien. Eso diferencia el verdadero Amor de la posesión, la admiración del fanatismo, el cariño de la adoración. El que ama de verdad nunca daña. El que es fanático puede llegar hasta odiar, puede sentirse engañado por algo que supuestamente hizo ese artista, ese ídolo que ese alguien “adora” y puede eliminarlo sin más, como si esa persona que tanto quería pasara a ser una cosa que se la quiere sacar de encima. Y no se detendrá allí. Luego llorará por lo sucedido, dirá que se arrepiente por lo hecho o que lamenta lo sucedido sin que necesariamente sienta remordimiento por ello. Y conforme pasa el tiempo, no tendrá ningún inconveniente en seguir lastimando, seguir disparando o hiriendo una y otra vez, en ejecutar no sólo con un arma sino con palabras, en no sólo dejar en la nada a una vida, sino en lastimar a toda una familia destrozada por la pérdida … Se suele decir que no hay nada peor que una mujer despechada. Yo más bien diría que no hay peor cosa que una persona que adora, que es fanática de alguien, que siente que es dueña de la persona a quien dice querer, y que por despecho, por sentirse engañado, por asegurar que lo han traicionado, elimina a ese ser para que ya no lo “moleste más”, para que ya no haga más nada si no es con esa persona. Ejemplos hay a raudales. Lamentablemente, uno de ellos es el de nuestra Selena…

Y ese horrible paso del tiempo va haciendo que ese frío papel se ponga amarillento, se haga más distante con definiciones que pueden ser muy elogiosas pero que ya no tienen la cercanía de semejante artista, ni suenan tan potentes y sentidas esas palabras. Lamentablemente, el paso del tiempo hace que si buscamos una definición de Selena o buscamos su nombre en google o en youtube se lo confunda con Selena Gómez. El paso del tiempo hace que para muchos Selena sea Selena Gómez. Hasta el vertiginoso avance de la Informática le juega en contra a Selena. Hoy cualquier artista, por más joven que sea y por más que no haya hecho tanto por falta de tiempo, o simplemente por no mucho talento, puede tener millones de páginas de Internet, millones de videos y millones de seguidores. Y cada página, cada video y cada seguidor se reproducen casi minuto a minuto. Y sabemos que eso no sucede con Selena al menos con esa velocidad, pues a pesar de lo que significa para tantos millones de personas, ella ya no está entre nosotros y ya no está para encantarnos con su presencia y para generar nuevas canciones, nuevos conciertos, nuevas ideas, lo que hace muy difícil que sea el ícono para las nuevas generaciones que quieren ver a su artista favorito. La cruda realidad nos muestra la verdadera cara de nuestra Selena. Una realidad que leí de una fan de Selena, que decía que se peleaba con su hija pues mientras para ella Selena es “nuestra Selena Quintanilla”, para su hija Selena es “Selena Gómez”. El paso del tiempo también reserva los mejores homenajes a nuestra Selena, pero también pone a Selena en algo que seguro hoy ella no querría estar en sus jóvenes 40 años. En un frío mármol, en un frío bronce, en unas frías palabras. Es como ir hoy a wikipedia y ver lo que se dice de nuestra Selena. Y por más que sean palabras elogiosas, esas palabras no tendrán ni la emoción ni la vigencia de una Selena con nosotros, no tendrán el recuerdo con el llanto desgarrador y el sentimiento en carne viva de los primeros tiempos de Selena sin nosotros, no tendrán ese sentimiento de tristeza y desolación. Tendrán, eso sí, esas palabras de reconocimiento y esa invitación de recordarla no con tristeza, sino con alegría y a través de sus canciones … Lamentablemente, el ser humano tiene que curar sus propias heridas para poder seguir viviendo. Luego de mucho llanto y de mucho dolor, el ser humano despierta y sabe que tiene que seguir a pesar de todo, tiene que seguir andando, creyendo, soñando. Es allí cuando ese llanto y esa tristeza se transforman en palabras, en recuerdos, en diálogos y en volver a sonreír otra vez. Se dirá que es la ley de la vida. Y vendrán los necesarios recuerdos, las estatuas, las estrellas, los premios “pos mortem”, las nuevas canciones, las versiones actualizadas, los remixes. Y tal vez podamos permitirnos seguir recordando a Selena con alegría pues, como dice aquel tango, “tus ojos se cerraron y el mundo sigue andando…”. Pero como dice el mismo tango: “Yo sé que ahora vendrán caras extrañas con su limosna de alivio a mi tormento. ¡Todo es mentira, mentira ese lamento! Hoy está solo mi corazón…”. Ese tango lo cantó Carlos Gardel, alguien que se nos fue pronto en un absurdo accidente, cuando también estaba por conquistar el mundo y nos quedó su sonrisa inmortalizada, como la de Selena…

Y no es que el recuerdo no sirva, no es que el recuerdo no tiene sentido … El recuerdo es lo más valioso que tiene el ser humano para no olvidar lo que ha significado una persona en nuestras vidas, lo que ha dejado en nuestros corazones y en nuestras Almas. Sirve, pero sirve si están siempre vigentes todos los sentimientos que nos ha dejado la persona en cuestión. Si queremos mantener viva a Selena, no hay que recordarla sólo con alegría, con sus canciones, escuchando sus discos y mirando sus videos. Hay que recordarla también por la pérdida, por la vida que no fue, por los sueños que no se pudieron cumplir, por todo lo que no se pudo lograr, por la familia que no se pudo plasmar con hijos, con una familia destrozada para siempre, con un matrimonio feliz al que se le quitó todos sus sueños y proyectos, y se lo dejó en la más absoluta tristeza, con una asesina despiadada, como toda psicópata, que resalta y alimenta la más absoluta maldad poniendo en duda una de las cosas más valiosas de Selena: su honestidad, su culto de la verdad y de la transparencia, su repudio a la mentira y a la falsedad. Lamentablemente, todo esto debe ser recordado, pues forma parte del recuerdo de cada admirador de Selena que se desparrama por todo el mundo. El que ama a Selena ríe, pero también llora. El que ama a Selena recuerda y festeja el 16 de abril, pero no olvida y llora cada 31 de marzo. Los dos días forman parte de la vida de Selena. Es más. En aquel 1995 para Selena hubo un 31 de marzo pero no hubo un 16 de abril. Si no queremos que el recuerdo sólo quede en los fans de Selena, si no queremos que cada año que pasa las líneas que se le dedican a Selena sean menores y sea menor la cantidad de tapas dedicadas a su recuerdo, si no queremos que las nuevas generaciones o gente de países que no la llegaron a ver no entiendan quién y qué significa Selena, o se la confunda con otra artista, si no queremos que cuando hablen de Selena sólo digan que era “La Reina del Tex Mex”, “La Reina de la Cumbia”, o que en un informe sólo digan “Selena. Cantante famosa nacida en Corpus Christi, Texas”, tendremos que recordarla con toda la carga que llevaremos por siempre en nuestras vidas. La alegría y la tristeza, la vida y la muerte, las risas y el llanto siempre estarán presentes en el recuerdo de Selena. Si somos tan honestos como lo fue Selena, a la hora de darle su merecido homenaje todos estos sentimientos tendrán que estar presentes, y si es así todo el mundo, todas las generaciones, sabrán de que se trata cuando hablamos simplemente de Selena, la única Selena, la única mujer que tiene la suficiente personalidad como para llevar y sostener ese nombre…

Siempre nos impactará la desaparición de alguien tan joven. Y más si ese ser joven es una mujer. Tal vez porque nos lamentemos que en muchos casos no haya tenido hijos, no haya podido formar su vida ... La mujer y la juventud constituyen un símbolo muy preciado, un símbolo de belleza y plenitud, un símbolo de alegría, un símbolo de un estado en el que todo es posible y todo se puede lograr, un símbolo de esperanza .... Y cuando eso no se da, cuando eso se interrumpe por un acto de violencia semejante, entonces el sentimiento de pérdida, de la vida que no fue, de la belleza perdida, de la plenitud avasallada, de la desaparición de una mujer joven, que es siempre bella y siempre buena, y la sensación de tristeza y de desolación serán inevitables. No es necesario conocer a esa persona. No es necesario haberla visto antes. Es saber su historia y lo que ha pasado para sentir y compartir el dolor de la pérdida. Tal vez ése sea el valor de la escena de aquel capítulo de Columbo. Él no conocía a esa mujer. Recién había sido notificado del caso, hacía unos minutos que estaba en la casa de la joven, le habían comentado que supuestamente se había suicidado y sólo había alcanzado a ver el informe del Departamento de Policía, la supuesta nota de suicidio, y el álbum de fotos y de recortes que guardaba la joven. Él ya sabía que no había sido un suicidio, que era un típico caso de homicidio. Pero se había quedado impactado de sólo verla y de lo que había logrado en tan poco tiempo. No podía sacarse de la cabeza de que era joven, bella, talentosa, talentosa y famosa. No podía sacarse de la cabeza que una persona así podía también morir. No podía sacarse de la cabeza todo lo que podía haber hecho y no pudo hacer por aquel aberrante acto … Es inevitable ese sentimiento que nos puede movilizar en muchas cosas y hasta nos puede cambiar para siempre nuestras vidas. Yo también conocí a Selena de ese modo. Tiempo después de que Selena nos dejara y abandonara este mundo supe, a través Gilda, aquella cantante de cumbia argentina, también desaparecida, de su historia, y sin saber quién era, sin haberla visto ni oído cantar, quedé estupefacto por lo que le había pasado. No podía entender que a alguien tan joven y en su mejor momento le pudiera pasar algo semejante. De a poco me metí en su historia y la fui conociendo. Leí las notas que se le habían hecho y vi la película que la recordaba. Empecé a quererla, pero seguía sin entender lo que le había sucedido. No había prestado mucha atención a lo que había hecho pues creía que lo más importante era entender el porqué de todo lo que le sucedió. Pensé que lo más trascendente era el “caso policial”, lo que no pudo hacer, lo que dejó como proyectos inconclusos. No se me ocurrió pensar que lo más importante era lo que había generado y lo que representaba, como sí lo había hecho Columbo con la Srta. Wells. Cuando pude verla en concierto, cuando pude ver a ella en los reportajes, cuando pude ver cómo trataba a la gente, cuando pude ver cómo hablaba y cómo cantaba, cuando pude ver qué clase de persona era, entendí por qué todo, por qué había impactado tanto su pérdida y lo que ella había generado en la gente. Entendí el origen y el desarrollo de su historia. Me cambió la vida, cambió mi forma de ver las cosas, pasó a ser Selena lo más importante. Empecé a saber mucho de su vida como artista y como persona. Empecé a admirarla y pasó a ser, por obra de su Amor, la razón de mi vida. Eso lo plasmé en recuerdos y en homenajes a Selena todos los días, todas las semanas. Había encontrado un lugar en el mundo, y ese lugar me lo había dado Selena sin estar presente, sin que yo pudiera agradecerle en persona todo lo que me había dado. Me hizo una persona más feliz, pero jamás enteramente feliz. Pues entendí todo pero seguí sin comprender el origen de toda esta historia, el motivo por el cual yo me había acercado a Selena. Seguí sin entender cómo le había sucedido semejante cosa. Y cuanto más sé de Selena, menos entiendo lo que le pasó. Nunca entenderé que una persona que había dado tanto Amor recibiera tanto odio y tanta sinrazón…
Yo también soy paranoico. Yo también querría que todos murieran de viejos, y máxime sin son tan talentosos, tan llenos de vida y con tantas ganas de dar. Estas cosas nunca deberían suceder. Dios alguna vez debería entender que a algunos deberían darle una segunda oportunidad en la Tierra antes que darles el paraíso eterno en el Cielo. El Cielo puede esperar, el Cielo debe esperar que toda joven como Selena primero disfrute del encanto de la imperfección antes de gozar del paraíso eterno y sin imperfecciones que Dios nos ofrece después. Todos tenemos derecho a la vida. Ese derecho y ese pedido de segunda oportunidad lo pierden aquellos que osan quitarle la vida a alguien. Alguna vez las cosas en la Tierra deberían ser más justas e igualitarias para que el Paraíso Eterno tenga más sentido y sea un justo premio para aquellos que hicieron lo justo y lo correcto en el tiempo que les tocó; los que hicieron lo que les gustaba sin evitar que los demás hicieran lo propio, y que a través de sus obras artísticas facilitaron a todos el camino para que elijan su destino y luchen denodadamente para lograr todos sus sueños…
Yo sigo esperando y rogando para que Selena tenga esa segunda oportunidad. Pues no soporto pensar que ella se nos ha ido, que ella no vuelva nunca más. Prefiero pensar en imposibles antes que subsumirme en la más absoluta y absurda realidad…

Es que soy así. Yo simplemente quiero a Selena. Y quiero que ella sea feliz con todo lo que ella ganó por merecimiento y buena fe. Sólo quiero eso…

Y con mi recuerdo yo sigo clamando por Selena en la seguridad de que algún día ella volverá…

Y así será, Selena, así será…

Simplemente te recuerda con Amor, como tú querías…

 
 
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  Sergio Ernesto Rodríguez
Buenos Aires, Argentina  Date: April 10th, 2011
 
 
 

Esas preguntas que me hacen pensar…

 
 
En esta vida de ensueño que llevo, en este momento que nunca esperé que me sucediera, hubo dos preguntas que me han llamado la atención, una hecha dirigida a mí y otra a mi madre. A mí me preguntaron cómo me gustaría que me recordaran en la vida. A mi madre le preguntaron si se imaginaba una vida sin mí. De pronto me sentí como si tuviera 60 años y me hicieran la lógica pregunta de una artista que ya está en el fin de su carrera y viendo venir lo inexorable. También me sentí como si yo fuera madre de mi propia madre o ella siendo mi hija con esa pregunta que le hicieron, como si fuera lógico que me falte poco para abandonar este mundo, como si fuera razonable pensar ya en mi fin, en … bueno ese momento que a todos nos toca pasar pero yo no quiero decirlo ... ¡¡Pero, vamos Selena!! ¿A qué le tienes miedo? Lo tengo que asumir y decir lo que pienso de todo esto. Tengo sólo 23 años y curiosamente me hacen preguntas como si ya estuviera de vuelta de todo, como si transitara en el ocaso de mi carrera. Incluso me estremecí cuando mi madre para contestar a la pregunta que le formularon tuviera que imaginarse una vida sin mí, asimilarlo y contestar. Y las dos nos sorprendimos más cuando notamos que respondimos naturalmente, que no nos costó tanto reflexionar, pensar y responder la pregunta. Yo dije que sólo quería que me recordaran con Amor y por mi talento. Mi madre dijo que no concebiría nunca una vida sin mí. ¿Por qué nos habrán preguntado eso? ¿Influirá el hecho de que llevamos tanto tiempo en el negocio de la música? Yo hace 14 años que estoy en esta actividad y canto desde hace 17 años. Tengo más años de carrera que tantos artistas y he durado más que unos cuántos. Yo no empecé hace poco. En todo caso, muchos me conocen recién y parece como si fuera nueva. Y entonces, ¿por qué me requieren de mí para contestar eso? ¿Qué ven de mí? ¿Por qué me preguntan eso gente que en muchos casos me reportearon por primera vez? … Yo nunca pensé en la muerte. Trato de no pensar en ello. Eso es como pensar en los conciertos. Yo me pongo muy nerviosa antes de entrar a un escenario aunque no parezca. Muchos pensarán que por ahí por mi soltura y por mi forma de comunicarme con la gente yo paso con tranquilidad por el escenario o trato de mantenerme distante para poder concentrarme mejor. ¡¡Pero es todo lo contrario!! ¡¡Yo vivo nerviosa!! Muchas veces mis risotadas tratan de ocultar los nervios que tengo, pero a veces las cosas que enfrento no dan para tomarlo a chiste. A la muerte yo no me le río. Yo opto por no pensar, por no hacer siquiera una mísera broma sobre ese tema. En mi familia por allí quien más piensa en ello soy yo. Mi madre también. Por eso tal vez nos permitimos hablar con bastante propiedad de este asunto. Creo que nuestra propia historia nos hace hablar de ello. Hemos girado por muchas rutas en Estados Unidos y hemos pasado vidas enteras arriba de un bus sin saber cómo sería nuestro futuro ... Y a veces teniendo ciertas certezas ... Bueno, al principio yo tenía cierta tranquilidad porque cantaba en el restaurante de mi padre, estaba bajo la protección y la confianza de ellos, y el propio público me alentaba. Debo confesar que esas cosas y esa época no me gustaban tanto, porque sentía que todo era forzado e impostado. Si bien la gente me tenía cariño, no dejaba de ser para ellos una niña que en vez de estar allí quería salir al patio para poder ir a jugar en vez de estar cantando. Tal vez al principio quería no estar tan expuesta. Sólo quería estar con mis amigos y con mi familia. Pero cuando todos empezamos a tomarle el gusto de formar parte de una banda y cantar, empezamos a trabajar para vivir de la música y mucho más, como deseaba mi padre. Supe que todo dependía de lo que hiciera yo en el escenario. Tenía que lograr que ese público que me venía a ver y a felicitarme dejara de apreciarme en forma condescendiente, que empezara a deslumbrarse por mi voz, por mi forma de actuar, por mi forma de llegarles con la canción. Sabía que no alcanzaba con mi voluntad, con que cantara perfecto, con que mi hermano hiciera las mejores canciones, con que mi padre nos alentara, nos acercara a los mejores estadios y nos hiciera cantar con las mejores bandas de aquel momento. Yo tenía que darles algo más, ese algo más por el cual todos quieran venir por mí y por lo que yo les pudiera ofrecer. Yo tenía que hacer pesar que la banda se llamara “Selena y Los Dinos”. No tenía que llevar ese nombre como una mochila, como una carga pesada que debía soportar con dolor sobre mis espaldas. Tenía que transformar ese peso de la responsabilidad en algo positivo, en algo que terminara siendo un camino, un proyecto, un plan que me ponga en lo más alto no sólo en la popularidad sino en la consideración de productores, de managers, de creativos, de publicistas, de gerentes de televisión, de radio y de tantos medios. Tal vez mi padre no haya medido las consecuencias de no sólo hacer que formáramos una banda cuando nosotros queríamos jugar, sino de ponerme a mí en primer término. Yo sé que igual mi padre me protegería, que no permitiría que cualquiera me molestase por determinada cosa. Pero como dice el dicho: “La procesión va por dentro”. Y tal vez mi padre no pensó en lo que nos podía influir internamente esa decisión. Yo traté de no pensar tanto y dejarme llevar por esta “locura” en la que nos habíamos metido. En un punto tomé las enseñanzas de mi padre, los valores del esfuerzo, de no darse nunca por vencidos, de luchar hasta el final, de convencerse de que no hay fronteras y de que todo depende de uno. Cuando por primera vez siendo aún muy niña había terminado una de mis actuaciones en un rotundo fracaso y en una gran decepción, me propuse que haría lo indecible para que todos me quisieran ver y supieran mis canciones. Me tracé un objetivo, me propuse un plan: me dije que llegaría a lo más alto sólo para poder desarrollar algo que me obsesionaba y era mi gran pasión y vocación: el diseño. Me dije que en cuanto llegara a la gran popularidad y al reconocimiento, lo primero que haría era poner un negocio de ropa para poder desarrollar mis diseños y venderlos. Me había propuesto ser una gran artista para poder ser una gran diseñadora. Y en cuanto logré el gran salto, cuando vinieron los primeros “números 1”, cuando vinieron los primeros grandes premios internacionales, cuando vinieron los estadios llenos, cuando vino el Grammy, cuando vinieron los grandes reconocimientos, entonces allí hice nacer “Selena Etc.”. No iba a esperar a ser vieja, no iba a esperar el ocaso de mi carrera para poner mi línea de ropa, mí línea de perfumes, ni crear mis propios diseños. Si lo podía hacer ahora, ¿por qué iba a esperar? Sé que mi padre se preocupó por mi decisión pues pensó que eso haría que perdiera interés en mi carrera musical. Muchos se preocuparon en que no esperara a dar el gran triunfo mundial para hacer este tipo de cosas. Creo que nadie se dio cuenta de que esto es mi gran pasión … Ahora que lo pienso … ¿Será por eso que me hacen estas preguntas? ¿Piensan que porque hago cosas propias de gente que está al final de sus carreras yo voy en el mismo sentido? ¿O acaso esto es una señal de que yo apuro las cosas como si pensara que tengo poco tiempo, que no puedo permitirme dejarme nada para mañana pues tal vez ya sea muy tarde después? … ¡¡Pero qué absurdo!! ¿Por qué pensar de esa forma? Yo sólo quiero ser una gran cantante internacional y una gran diseñadora…

Por eso no puedo dejar de pensarlo. Cuanto más lo digo, cuanto más lo pienso, más me lo pregunto. ¿Por qué será entonces que en el mejor momento de mi carrera me preguntan por cosas en las que no pienso ni quiero pensar? ¿Por qué me preguntan por el final sino tengo desarrollada mi propia carrera? ¿Qué estaré transmitiendo? ¿Acaso me está por pasar algo y los demás lo ven y yo no? ¡¡No, Selena, no te enloquezcas!! No pienses en historias raras de gente que cree en planes siniestros, y en conspiraciones y alianzas. ¡¡No, Selena, no lo pienses!! Yo no quiero pensar en qué será de mi mañana, ni qué me deparará el destino, ni cómo debo contestar a la pregunta de cómo quiero ser recordada. Yo no quiero pensar en como querría ser recordada. ¡¡Yo quiero que me tengan presente siempre!! Yo estoy haciendo cosas. ¡¡Quiero que me aprecien por ello!! Yo todavía tengo mucho para ofrecer. ¡¡Pronto cumpliré 24 años, sólo 24 años!! Siento que aún habiendo dado muchas cosas, habiendo sacrificado buena parte de mi niñez y de mi infancia en pos del negocio de la música, todo lo que pasa por mi cabeza en forma de proyectos, de objetivos y planes son ilimitados. Me puedo permitir soñar despierta. Aún me cuesta creer lo que he logrado. Creo que estos dos últimos años los he sentido como si después de largos y largos días andando en una carretera de tierra lograra llegar a la autopista central y pudiera acelerar la marcha al compás de mi éxito. Vivo en una vorágine de la cual difícilmente pueda salir en breve. Estoy en el centro de la escena y sé que me falta mucho por recorrer aún. Creo que muchos aún me ven como una promesa, pero para la mayoría soy una realidad y no dejan de seguirme a cada concierto, a cada lugar. Yo sólo quiero llegar a ser cantante, actriz, diseñadora. Buscaré destacarme en todo y ser la mejor en todo. Cuando supe del éxito que tenía en México, mi padre no dudó en llevarme allí convocado por el importante empresario Óscar Flores a la ciudad de Monterrey. Cuando estuve allí supe que debía mejorar el español, que había mucha gente que me demostraba masivamente sus muestras de afecto y de cariño, y yo apenas se los retribuía con mis actuaciones y con mis saludos. Allí mismo me propuse hablar bien el español y ponerme a la altura del público, de lo que necesitaba. Traté de darles todo, de mostrarles que aun con mis limitaciones les podía dar todo lo que sabía y más, que me salía bien las cosas con la improvisación y el manejo del escenario. Por suerte a la gente le encantó y me aceptó para siempre. Y yo siempre valoré eso. Logré tal vez lo más hermoso que puede lograr un artista que es no sólo tener éxito sino el cariño de la gente. Allí es cuando noté la necesidad de todos de cuidarme, de protegerme, de darme consejos, de tener siempre las mejores palabras para mí … Y allí otra vez: me preguntó por qué la gente tiene necesidad de cuidarme … ¿Cuidarme de qué? ¿Protegerme de qué? Siempre vivo y siento la sensación de que algo va a pasar producto de un descuido, y ya será tarde para remediarlo. Cuando vivo estas experiencias, trato de convencerme de que todo se da por algo y tiene su propia naturalidad. No quiero pensar ni en señales ni en premoniciones. Yo quiero vivir el aquí y el ahora. Y pensar en el mañana. ¡¡Tengo mucho para dar y mi carrera real recién empieza!! No debo dejar pasar el tren. Tengo que aprovechar este momento y no desperdiciarlo. Quiero verme ya en Estados Unidos cantando en inglés y triunfando. Quiero ya iniciar mi gira desde México hasta la Argentina. Quero conquistar América para ir por los demás continentes. Me tengo fe. Nos tenemos fe. Somos un gran equipo y parte de nuestro “secreto del éxito” radica en que todos supimos trabajar en grupo y luchar en pos del objetivo en común. Sé que se nos vienen tiempos clave en los que si nos va bien seguiremos sorprendiéndonos por todo lo que estamos logrando. Será el famoso “efecto dominó”. Sólo que si se nos da nadie nos detendrá y yo llegaré a ser la mejor artista latina del mundo. Se me pone la piel de gallina de sólo pensarlo. Es increíble ver el fruto de tantos años de esfuerzo, de tantos años de incertidumbre y de perspectivas que no eran buenas para llegar a esto. Lo más lindo es lograrlo así: empezando de abajo, corriendo desde atrás para lograr llegar a la meta primera definiendo al final y sabiendo que hay que seguir corriendo para lograr triunfos cada vez más difíciles, desafíos que sabremos sortear pues para ninguno de nosotros nada es imposible, ¡¡todo se puede lograr!! Y lo más hermoso es lograr todo con honestidad, con la verdad, con buenas intenciones, brindando al público lo mejor. En un tiempo en el que se fomenta sacar ventaja a cualquier precio, utilizando las peores armas, con el argumento falso de que “el fin justifica los medios”, no hay nada mejor que dejar este lindo mensaje a la gente, a la raza que es como nosotros: gente luchadora y que trabaja todos los días para lograr que éste sea un mundo mejor…

Por eso es que no entiendo esas preguntas como si mi final estuviera cerca, como si ya fuera mayor, como si no tuviera ya nada más para dar, como si fuera el momento de hacer balances. Habrá que ver lo que la gente ve cuando me ve o cómo ven los medios siendo que para muchos de ellos soy la “nueva”, la “novedad”. A veces estas cosas me confunden, incluso a veces me asusta, a veces me enfada, a veces me hace reflexionar. Tal vez vean en mí algo diferente, con lo bueno y con lo malo que eso depara. Y en un punto tienen razón, pues mi vida no fue como la de los demás. Yo no hice el colegio regularmente, lo fui haciendo en diferentes ciudades hasta recibirme por correspondencia. Mi niñez no fue normal: mis juegos pasaron a ser el canto y los ensayos. Mis viajes y mi vida en un bus con tanta gente y poca privacidad fueron algo corriente y normal para mí, pero para los demás no. Por ello todos lo notan y tal vez por eso las preguntas, por eso la reacción de la gente deseándome lo mejor. Sé y soy consciente de que tengo responsabilidad en ello. Sé que la gente me quiere, y a la vez percibe algo en mí que yo no logro ver ni comprender qué es, pero lo intuyo. Eso me hizo pensar y rever algunas cosas que tenía pensado hacer. Ahora que lo pienso bien tendré que cambiar mis prioridades pero no mis objetivos. Ahora pienso seriamente en ser madre. Hasta ahora me lo decía para mí y para los demás que para eso había tiempo, que mejor desarrollar mi carrera artística, y una vez logrado el gran objetivo, recién allí pensar en niños, en una vida más familiar y tranquila. Siempre corrí como si no tuviera tiempo, como si tuviera que acelerar las cosas si las quería lograr. Y no es que ahora pienso lo contrario. Extrañamente sigo sintiendo la misma sensación: de que no dispongo de tanto tiempo. Pero decidí cambiar el orden de mis planes. Ahora quiero tener niños, quiero agrandar mi familia a la vez que desarrollo mi carrera como cantante y diseñadora. Tal vez pueda hacer lo mismo y lograr todo pero haciéndolo más tranquila. Tal vez cuando empiece 1995 haga conciertos en Estados Unidos, participe en festivales, vaya a México al mismo tiempo que salga mi disco en inglés y si Dios quiere pueda tener mi primer hijo a fin de año. Tal vez con ello postergue mi gira por Latinoamérica, tal vez llegue con lo justo a hacer algunos conciertos con el lanzamiento del disco en inglés, tal vez inaugure mis boutiques en Monterrey y en México DF a lo largo de 1995. Tal vez no sea tan dramático todo. Tal vez sea el tiempo en el que todo se acomode a algo que luego de estas preguntas y por lo que me transmite la gente pasó a ser prioritario para mí: agrandar mi familia, mudarme a una casa más grande y tener un niño. Tal vez 1995 sea un año no sólo importante para la banda sino para mí. Espero que Dios me acompañe en todo lo que he pensado para mí y para mi bien…

Me pregunto y repregunto si tal vez todo esto que siento es porque algo deberíamos cambiar, si tal vez deberíamos adaptarnos a las nuevas circunstancias, a saber que para seguir con esta nueva etapa ya no podemos seguir moviéndonos como en los primeros tiempos. A veces me cuesta creer que sigamos viajando en el bus. Ya sé que éste no es el bus de siempre, que es otro y mucho más confortable. Pero ya deberíamos movernos cómo lo hacen todos los grupos masivos: en auto, en avión, en tren y a veces en bus. No lo digo por veleidades. No lo digo porque me la doy de importante, de diva. Lo digo porque debemos adaptarnos a estos nuevos tiempos. Debemos acomodarnos a la nueva realidad y a nuestros objetivos. Si siempre soñamos con llegar a lo más alto y vamos camino a ello, ¿por qué no actuar por lo que somos ahora? Obviamente que viajamos en avión y que desde hace un tiempo nos damos gustos que antes ni podíamos. ¿Pero es necesario seguir actuando como cuando yo tenía 8 años? ¿Acaso no hemos progresado? ¿Acaso nuestros propios fans no esperan algo más de nosotros? A veces pienso que hay cosas que deberíamos darle más importancia, que tal vez no forman parte de la música, pero sí que tienen que ver con el negocio que rodea a ella. Mi padre nunca le dio importancia a eso y ése siempre fue un gran error. De hecho si tenemos un grupo de fanáticos y seguidores es porque nuestra actual presidenta del club de fans había encarado a la salida del concierto de San Antonio en 1991 a mi padre y le preguntó cómo no se vendían ni fotos, ni remeras ni nada que conformara el merchandising de cualquier artista. Y siendo que estábamos en Texas, en el que veníamos triunfando y arrasando con los premios desde hacía 5 años, y nunca se le ocurrió a nadie reparar en ese dato que sí se le ocurrió a alguien que no sabía nada de lo que rodea al mundo de la música, ni siquiera de nosotros, mi padre decidió tomar a esa mujer y encargarle esa misión. Es curioso que ella, que era enfermera de profesión, nos diera una pequeña y elemental lección de publicidad, y que a nosotros no se nos hubiese ocurrido nada de eso, siendo que eso también era parte “del negocio de la música”. La cuestión es que ella está allí con nosotros teniendo múltiples funciones y nosotros le confiamos todo como si fuera parte de mi propia familia. Sería bueno saber que estas cosas no nos tiene que pasar más. Que puede ser molesto y hasta arriesgado seguir nuestras vidas como hasta hace unos 5 años. Mi padre lo entendía pero se resistía al cambio. Él pensaba que las cosas llegaban por su esfuerzo y el de los todos los que componían la banda. “¿Para que cambiar ahora si todo está bien encaminado gracias al plan original?”, se preguntaba. Él sentía que lo más difícil había pasado y que ahora era cuestión de cosechar lo sembrado y esperar lo mejor. No ve obstáculos en el camino, y si los hay los destruirá en unos segundos. Él no ve el peligro, no ve que por allí por envidia o por rencor alguien podría cometer una locura. ¿Acaso no quería que su hija siguiera su camino con todo lo que implicaba en aquel momento? Tal vez mi padre, por ser de otra generación, no ve lo que vemos nosotros. Tampoco se lo que queremos mostrar, porque queremos desarrollarlo nosotros solos sin tener que convencerlo a él. Además, no concebimos a esta altura de la vida no aprovechar lo obtenido: queremos vivir plenamente la vida, querer sentir hasta el aire que respiramos y vivir cada instante como si fuera el último. Pero no se vale quedarnos con lo insignificante. Se vale probar y tomar no sólo de los lugares que conocemos sino de los otros que nos hace bien aunque no lo conozcamos del todo. Hay que mantener el espíritu del bus pero estando en un buen lugar para cantar, para actuar, para mostrarse, para triunfar… Hay un mundo que nos espera. ¡¡Vayamos por él!!

Estas preguntas me hicieron ver para atrás y captar algunas imágenes. Ya que lo mencioné antes recuerdo un momento del concierto de San Antonio allá por abril de 1991, cuando estaba por cumplir 20 años. Recuerdo que entre los múltiples regalos que recibí esa noche, alguien me acercó un globo que contenía una flor dentro. Yo estaba contentísima con el detalle mientras notaba que mi hermano estaba enojadísimo con alguien porque quería más de un globo y peleaba por tener otro más. Aún hoy resuenan sus palabras: “¡¡Tienes, tienes!!”. Pero allí sentí que íbamos a lograr el gran éxito pronto. Aún no teníamos los grandes “números 1”, “Como la Flor” y “La carcacha”, pero ya teníamos un gran hit, que era el tema que estaba cantando en ese momento que recordé, “Baila esta cumbia”. En aquel momentos yo me sentía muy segura en el escenario y sentía que podía dominarlo. Podía cantar, bailar, arengar a la gente, y a la vez escuchar a mi hermano que me daba indicaciones al oído advirtiéndome que tenía que tener en cuenta lo que había sucedido “con el incidente de los globos”. Yo tomé nota y rápidamente me hice cargo del público haciendo que batiera palmas, que hiciera coros, que me siguieran a mí y que cumplieran con creces lo que les había pedido. Podía ver a mi público y estremecerme por los que estaban allí para verme. Podía ver niñas, padres alzando a sus hijos y ofreciéndomelos para que los abrace, madres, varones de todas las edades. Me sorprendí que a todos ellos les gustara lo que les ofrecía. Sentí como nunca que había gente de mi “raza” que estaba en un país del cual se sentían orgullosos de pertenecer, pero que les tiraba la sangre, el lugar de origen, la música de sus padres, de sus abuelos. Sentí que los estaba representando y con orgullo sentí que me convirtieron en su representante, en esa mujer que puede hacer posible el “viejo sueño americano”. Eso me creaba mayor responsabilidad porque en esa situación yo no podía fallar, no podía decepcionar, no podía dejarlos sin darles tal vez la poca alegría que tienen en sus sufridas vidas. En aquella noche sentí que había dado un gran paso como artista, que era cuestión de esperar un poquito más y el éxito se rendiría a nuestros pies…

También se me vino a la mente que hace poquito hicimos una serie de conciertos televisivos en Monterrey. A mí me gustó cuando fuimos al programa “Un nuevo día”. Antes que nada me sentía muy linda, me gustó mi aspecto y cómo me había presentado. Me gustó lo atenta que estaba con las preguntas, me gustó lo segura que estaba para hablar, para hacer humoradas, para encarar mi actuación con total convicción. Me gustó poder cantar la canción sobre la base de música grabada en vez de que todo, incluso mi voz, fuera grabado. Porque yo soy la cara del grupo y yo quiero que me disfruten. Quiero darles mi mejor voz, mi mejor sonrisa, mi mejor baile, mi mejor y más completa actuación. Me gustó mi soltura para cantar, para actuar, para improvisar. Me gustó jugar con mis compañeros de la banda, me gustó poder hacerles chistes y hacerlos partícipes a los conductores del programa. Me gustó saber que para muchos yo era importante y que mi voz sería atendida. Me gustó estar bien atenta a los mensajes de los televidentes, y al anunciar mi último tema para cantar, recordar quién había pedido ese tema. Me gustó mi pelo largo con flequillo, mis boustiers, mis botitas y mi minifalda. Sentí que mi actuación fue bellísima porque estaba completa. Estuve bien en el canto, en la actuación y en la presentación, bases fundamentales para poder ganarse al público en todo sentido. Me sentí como al principio del año cuando fui a actuar en el Houston Astrodome. Me sentía una artista completa y me veía muy linda. Eran dos escenarios muy diferentes, pero la sensación era la misma, de igual modo que la actuación. Esas cosas son las que seguro me llevaré con el tiempo, cuando llegue el momento de vivir las cosas como en el tema “Fotos y recuerdos”…

A pesar de que lo pueda contestar, no son éstos los momentos de balance. Éstos son los momentos de la expansión, del éxito, de las ganas de crecer, de lograr los objetivos, de festejar cada logro como si fuera el último, como si fuera un escalón que se sube y que es fundamental para lograr lo que uno quiere. Yo tengo mil cosas al mismo tiempo y todas son importantes. Quero ampliar mi familia, quiero por fin terminar de grabar mi disco en inglés y presentarlo en concierto, quiero triunfar en toda América latina, quiero terminar enamorando a todo México, de punta a punta, de costa a costa. Mi padre a veces quiere detenerme, pero no lo hace, porque en un punto sabe que tengo la energía suficiente como para proponerme hacer todo lo que pasa por mi cabeza. Pues yo quiero seguir abriendo sucursales de Selena Etc. y las próximas serán México DF y Monterrey. Ya las abrí en Corpus Christi y en San Antonio. Tengo todo por hacer. ¡¡No puedo mirar para atrás pues tengo todo por delante!! Tengo la sensación de que falta muy poquito para lograr todo, que lo tengo a la vista, pero me falta ese pasito, ese pequeño gran logro que me ponga en el lugar de elite, un lugar del que me da miedo llegar alguna vez…

Tal vez porque sepa que son nuevos tiempos entiendo que todos tengamos un poco de temor acerca de la nueva etapa a venir. A todos en definitiva nos cuesta explorar nuevos terrenos, nuevos lugares y nuevos tiempos que no conocemos y nos da temor encarar. Nos sentimos como seguramente hemos vivenciado antes de nacer. Es más seguro estar protegidos bajo el calor del vientre de nuestras madres que recibir la palmadita de la realidad, la hermosa realidad de la vida que paradójicamente primero nos hace llorar pero luego sabemos apreciarla con risas. Porque en definitiva la vida la vivimos así: con risas y con llantos, con alegrías y con tristezas. Pero también la vida nos pone en el desafío de vivirla hasta lo máximo. Está en nosotros vivenciarla de ese modo, más allá de nuestros miedos, más allá de los miedos que nos quieran inculcar los demás. En la vida hay que saber vivir y dejar vivir. Es nuestro principio y nuestro mensaje para todos. Espero que todos lo sepan entender y apreciar. Y lo más lindo: arriesgar, no dormirse en los laureles, no desaprovechar ni un minuto para hacer lo que uno quiere, para lograr lo que uno ha deseado toda la vida. Ahora que recuerdo: hace muy poquito en el programa “En vivo”, de Ricardo Rocha, él me preguntó si no tenía miedo de experimentar un terreno nuevo, como hacer un disco en inglés para lograr conquistar el mercado anglosajón en el medio del suceso que yo soy en el mundo hispano. Por supuesto que le dije que sí, que tenía mucho miedo, pero que era mejor intentarlo para ver qué sucedía. No hay nada mejor en la vida que no quedarse con las ganas de haber hecho algo, de haberlo intentado todo. Todos los días hay que vivirlo como si fuera el último. Si nos toca la hora de irnos de este mundo, que nos agarre sin la frustración de haber tenido tiempo para haber hecho algo por lo que uno ha anhelado toda la vida y no haber hecho nada pues “siempre hay un mañana”. No es mi filosofía. No es mi modo de ver las cosas. Tal vez les cueste comprenderlo. Pero esto lo aprendí de la vida, de cómo fue mi vida desde la niñez. Y me gustaría que todos los que me admiran sepan que puedo ser querida no sólo como artista sino como persona. Me gustaría ser un ejemplo para todos y una guía para la gente que quiere ser alguien en la vida con honestidad y trabajo. Ojalá que el tiempo y todo lo que pueda hacer en esta vida sirva para ese propósito. Cuando me toque hacer mi balance, en su debido momento, me gustaría saber que ese gran sueño lo pude lograr. Si lo logré podré irme tranquila de este mundo. Sabré que pude trascender en esta vida no sólo por mi voz, no sólo por mi música, no sólo por mi talento, sino también porque quedé en el corazón de la gente…

Esperaré que en unos treinta, cuarenta años me hagan esas preguntas que me hacen ahora y poder decirles con alegría que del modo que quiero que me recuerden es simplemente del modo en el que ya me tiene la gente en sus corazones y en sus almas … ¡¡Que así sea!!

(Si hay algo más hermoso para mí es permitirme ponerme en tu piel y en tu corazón. Espero que sea de tu agrado, Selena. Yo sólo quiero que sigas viviendo a través de los corazones de todos los que te aman. Y que te recuerden por lo que fuiste como artista y como persona, y por lo que quisiste transmitirle a todo el mundo. Espero que alguna vez aparezcas para decirme si estuve a la altura de la circunstancias y de tu Amor…)

Yo sólo te quiero a ti, Selena. Sé que como tú no había muchas. En realidad, no había nadie. Por eso estoy aquí, estoy aquí para certificarlo, para decirle al mundo que se nos ha ido el Amor con tu partida…

Te extraña…


 
 
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