Me gustaría sentir en mi cuerpo, en mi alma, en mi ser todo lo que nos
has transmitido Selena. Me gustaría poder llevar en mí tus pensamientos,
tus sentimientos, tu nobleza, tu espontaneidad, tu honestidad, tus ganas
de hacer todo, tus ganas de ir siempre por más, tus ganas de ser genuina,
de decir siempre la verdad, de que te quieran por lo que eras y por lo
que transmitías. Me gustaría poder sentir todo aquello que pasaba por tu
mente y por tu corazón. Quisiera poder transmitir, no sólo con mis
escritos, no sólo con mi tributo a ti, no sólo por mi recuerdo, mi
admiración y el poder de alguna manera seguir tu Legado de Amor.
Quisiera poder evocarte sintiendo plenamente dentro de mí aquello que tú
sentías, todo lo que soñabas, todo lo que aspirabas para ti. Quisiera
poder llevar conmigo tus miedos de niña cuando tomaste por primera vez
el micrófono para cantar, quisiera sentir tus miradas al cielo y a las
estrellas esperando algo mejor para ti, soñando con que algún día serías
alguien importante, alguien admirado, alguien que fuera para todos un
ejemplo no sólo como artista sino también como persona, y sobre todo
alguien amado. Quisiera poder sentir ese sentimiento de no poder
expresar todo lo que sentías y pasaba por ti en aquel bus que te llevaba
a tantas lugares y a ningún lugar, a tantos conciertos y a tantas
incertidumbres. Quisiera poder sentir en mí, cuando te recuerdo, cuando
pienso en ti, tus emociones, tu contacto con tu público, el vibrar de tu
baile, la expresión de tu canción. Querría sentir el vértigo que tenías
cuando te encontrabas con tanta gente que coreaba tu nombre, querría
poder rescatar ese sentimiento tan particular de ser querida en tierras
lejanas que se emocionaban con tus interpretaciones. Quisiera poder
retener esa voluntad, esa tenacidad que siempre fue tu sello, Selena,
para aprender unas viejas canciones para lograr la atención de tu padre,
para aprender el español por respeto a aquella gente que te adoraba y te
recibía con el mayor cariño, y con las mayores ganas de cuidarte y de
tratarte bien. Quisiera poder llevar conmigo tus ganas de innovar, de
presentarte en cada concierto de una manera distinta e innovadora, de
preocuparte por tu vestuario, por tu fisonomía, por tu estilo, por ser
siempre diferente y brindarte siempre por igual ante tu gente, de ser
alguien a quien se distinguía claramente con su presencia, una presencia
que provocaba el encandilamiento de todo el mundo. Quisiera, Selena,
llevarme contigo tu amabilidad, tu buena predisposición, tu
espontaneidad para encarar cada entrevista, cada conversación, cada
diálogo con el mayor de los respetos y con la tolerancia de saber que
mucha gente no tiene la mejor actitud ni la mejor intención. Quisiera
poder llevar conmigo ese Amor que hacía que todo el mundo se llevara la
mejor impresión de ti, que todo el mundo quería hablar contigo, y que se
quedaba satisfecho con tu actitud y con ganas de volverte a ver y de
encontrarse contigo siempre. Quisiera, Selena, llevarme conmigo tu
actitud y tu talento para demostrar que se puede estar por encima de
tantas mediocridades y de actitudes mezquinas marcando la diferencia
sólo con lo que tú ofrecías tanto en el escenario como en la vida.
Quisiera, Selena, llevarme todo esto de ti para tenerte como ejemplo,
para ser como tú, para demostrarle al mundo que todo es posible siendo
como tú, siguiendo tu camino, escuchando lo que tú decías, mostrando a
los cuatro vientos lo que tú eras capaz de hacer. Me gustaría poder
recordarte no sólo recordando tu obra, diciendo que eras la mejor,
difundiendo tus canciones, tus conciertos, alegrándome con tus
interpretaciones, llorando tu ausencia, sino poder actuar en la vida con
tu Legado, con tu ejemplo, con tu forma de ver las cosas, con tus
pensamientos, pero por sobre todas las cosas, con tus sentimientos, con
tus nobles sentimientos que te llevaron a ese lugar tan alto, a ese
lugar en el que todos te aman, todos te respetan y todos te dan su mejor
cariño. Me gustaría poder homenajearte siguiendo tu vida como guía en mi
propio camino en este mundo tan cruel que te llevó sin despedirte…
Quisiera poder ser como tú, Selena, y dejarme llevar por lo que supiste
dejar y transmitir a cada uno de nosotros. Tus sentimientos fueron tan
nobles y tan genuinos que no había necesidad de ser contemporáneo a ti
para saber apreciarte. No había necesidad de poder valorarte en tu
tiempo para saber lo que eras como artista, en la vida, en familia, con
tus afectos, lo que eras en definitiva como persona. Transmitiste tantos
valores y tantos afectos que el sólo contemplarte en un video, con sólo
recordarte en algún concierto, con sólo escucharte en un cd, con sólo
contemplarte en cualquier circunstancia bastan para quererte con toda el
Alma y no olvidarte jamás. Tenías tanto para dar y tanto Amor
desparramado en todos los lugares en los que supiste pasar que te
hiciste querida y amada en tus tierras, inolvidable en tierras lejanas,
tremendamente admirada en aquellos lugares en los que ni siquiera
pudiste darles lo mejor de ti. Tal vez al contemplarte y al escucharte
no hubo necesidad de tenerte tan cerca para amarte, para apreciarte,
para quererte, para llevarte en nuestros corazones. Los humanos, como
cualquier animal, tenemos instinto, podemos percibir y sentir tanto el
peligro como el Amor. Y acaso todos los que tuvimos la fortuna de
conocerte en algún momento de nuestras vidas pudimos sentir lo que
supiste transmitir. Y como lo tuyo, Selena, no sólo era cantar, sino
transmitir tu cariño y tu Amor, todos alcanzamos a sentir aquello no
sólo a través de tu voz, sino a través de tus actos, de tus actuaciones,
de tu actitud ante la vida, ante cada emprendimiento que comenzabas.
Acaso por eso te amaron todos los que te vieron. Acaso no había
necesidad de saber tu idioma. Acaso no había necesidad de que tú
supieras el lenguaje de todos a los que les dedicabas tus canciones.
Porque todos saben ese idioma tan hermoso y tan universal que expresaban
tus sentimientos. Ese lenguaje que no tiene sólo un idioma, sólo unas
palabras. Podías cantarles en español, podías hablarles en inglés,
podías hablarles en una mezcla de ambos idiomas. Era lo de menos. Pues a
ti te querían por otra cosa. Te querían por aquello que les ofrecías, y
que tú, sólo tú, Selena, se los podías dar…
Quisiera poder sentir el orgullo de seguir tu ejemplo en todos los
aspectos de la vida, porque en definitiva, parecería que tu partida de
este mundo nos dejó la peor enseñanza, el peor camino, el más
desagradable y deplorable ejemplo. Nos dejó que lo más importante es el
fin y no los medios, los resultados antes que las convicciones, el éxito
antes que el Amor, los premios antes que el brindarse con espontaneidad
ante todos. Nos enseñaron que es mejor ser mezquino, calculador, falso,
mentiroso, estrafalario, engañar a cualquiera con la finalidad de un
objetivo, mentir aun en la evidencia de que se falsea la verdad,
ensuciar a nobles almas con la excusa de defender una “verdad”,
ensombrecer lo noblemente logrado, hacer del escándalo un modo de lograr
notoriedad, no mostrar lo que se es para lograr la confianza de la gente
y herirla hasta lo más profundo con tal de salirse con la suya, llamar
“amor” a la posesión, a la dominación, a la paranoia, a la obsesión. Tu
partida de este mundo confundió a tal punto a la gente que en el dolor
mismo de tu partida, en la incomprensión de cómo a ti te pudo pasar
semejante cosa si eras lo más bello, lo más genuino, lo más auténtico,
lo más noble, lo más divino que nos podía ofrecer Dios y esta tierra,
pensó que “había que aprender la lección”, que había que entender el
mensaje de tu triste e incomprensible partida. Y así, mientras te
lloraban, te recordaban, te evocaban, sus vidas se transformaron en
desconfianza, en ocultamiento, en la no espontaneidad como modo de vida.
No era conveniente ser genuino, ser auténtico, ser en la vida como uno
es, con lo bueno, con lo malo, con lo discutible. La gente se dijo:
“¿Para que ser así? ¿Fíjate lo que le ha pasado a Selena por ser así?”.
Comenzó a pensar que más bien tu actitud había sido ingenua, de una
confianza no conveniente, que a veces decir la verdad no es “buen
negocio”. Que el contacto con la gente fue un error y hasta un peligro.
Pensó, Selena, que tal vez con más seguridad y con más mezquindad, nada
de eso te hubiese sucedido … En definitiva, todos comenzaron a
“entender” que si tú, Selena, no hubieses sido tú, tal vez otro hubiese
sido el destino que te deparaba, sin pensar que en conclusión si tú
habías llegado a ese lugar era precisamente por haber sido de esa manera.
Nunca siendo mezquina, poco espontánea y fría en tu interpretación
llegarías a ese lugar tan amado, tan respetado y tan premiado. Pero
muchos llegaron a esa conclusión porque en cierto modo voces interesadas
les hicieron pensar que ése fue el grave error de tu parte, Selena. Pero
la realidad es que el peligro no venía de afuera, no estaba en aquellos
brazos a los que tú les extendías para hacerles sentir tu calor, tu
Amor, el contacto de tu cariño, del brindarte siempre, de ir por todo en
cada saludo que les ofrecías. El peligro no estaba afuera, estaba
adentro, bien cerca de ti, a pocos metros, desde hacía tiempo, ganándose
la confianza tuya y de toda tu familia con engaños, con mentiras, con
cálculos, con fines bien estudiados, con falsedades, con desamor, con
odio, con rencor. En definitiva, tu partida les ha hecho pensar que al
final esa mujer de esa manera logró lo que ella se proponía y tú no,
ella llegó a sus objetivos y tú no, ella está viva para contarlo y tú
no. La gente te siguió queriendo y admirando pero pensando que no se
podía ser como tú, porque al final los buenos terminan así, como tú, y
los malos salen a mostrar “sus logros” como trofeos, como lo hace esa
mujer cuando exhibe junto con su familia lo que tiene de ti y que
insólitamente tu familia jamás logró o quiso recuperar…
Por eso es que quiero llevarte en mi cuerpo, en mi Alma, en mi corazón,
Selena. Porque para mí tú eres lo más bonito que nos dio Dios, el
ejemplo a seguir, el modo de vida que si lo practicara el mundo entero,
otro destino habría para él. Quiero sentir tu emoción, quiero revivir en
cada acto de mi vida lo que tú viviste y sentiste, lo que transmitiste
en tus actos y en tus expresiones. Quisiera poder sentir tu llanto, tu
emoción y tu mano en el pecho cuando recibiste el premio a la mejor
cantante regional méxico-americana en Premios Lo Nuestro 1993, quisiera
poder estar dentro de ti cuando expresaste como mensaje a tu banda que
detestabas que te dijeran que eras la mejor pues detestabas que te
dijeran la verdad. Quisiera pasearme en la vida recordando tus genuinas
palabras cuando recibiste tu primer premio a la mejor cantante femenina
en los Music Tejano Awads 1987: “Si Los Dinos ganan, yo gano. Pero si
ellos pierden, ¡yo no los conozco!”. Y quisiera tener esa irreverencia y
esa picardía para decir esas palabras y poner esa hermosa risa cómplice,
sabiendo que lo que se dice “es un chiste”, como lo era también el decir
“que se era la mejor”. Quisiera poder tener el sentimiento, la
sensibilidad, el Amor, la sensualidad y el poder de lograr ganarse el
cariño de tanta gente con interpretaciones como la de “Como la Flor” en
Festival Acapulco 1994, quisiera tener el profesionalismo pero también
el carisma para poder expresarme como tú lo hiciste cantando “Si una vez”
y “El chico del apartamento 512” en el programa “Siempre en domingo” en
1994. Quisiera poder tener esa emoción de sentir lo mismo que tú, ese
sentimiento de ser querida, amada y respetada sólo por lo que eras, sólo
por lo que les cantabas, sólo por lo que les transmitías, sólo por la
autoridad para cantarles y hacerles sentir en lo más profundo de sus
almas y de sus corazones cada palabra, cada entonación, cada mirada,
cada señalamiento con tus manos, cada saludito con una sonrisa. Quisiera
poder sentir lo que es estar caminando en el escenario y en silencio, y
lograr con ello sólo el alarido de la gente con sólo mirarlos con
picarda, con hacerles sentir su respiración, con impactarlos con su voz
y su presencia. Quisiera poder sentir lo que tú sentías, que era
impactar al público sólo con tus interpretaciones, sin efectos
especiales grandilocuentes, sin que nada se pusiera por encima de ti en
el espectáculo. Quisiera poder llevarme siempre en mi vida esa
interpretación de “Si una vez” en el Houston Astrodome 1995, y tenerla
tan presente para que si alguna vez perdiera el conocimiento, la razón o
la memoria, siempre recuerdara aquello, para que pueda seguir viviendo,
para que pueda seguir soñando, para que siga teniendo ilusión, para que
pueda seguir mi alma y mi corazón latiendo con tu Amor, Selena…
Quisiera llevarte siempre dentro de mí y no quisiera que te vayas nunca,
quisiera que con mis actos puedas sentir que lo tuyo también tiene un
buen final, y aunque nunca lo tuviera, que tu Amor, tu ejemplo, tu
constancia, tu vida, tu historia, tus sentimientos, tu ternura, tu
emoción, tus sueños, tus fantasías, tus convicciones, tu honestidad, tu
ir en la vida siempre con la verdad y con sinceridad siempre sean un
camino a seguir, un hermoso camino a pesar de tantas dificultades, de
tantos obstáculos, de tantos sinsabores. Quiero siempre llevarme eso de
ti, Selena, porque sintiéndote y sabiendo tu destino, sé que todos los
días tendré que enfrentarme a gente como la que te quitó impunemente tus
sueños … Todos los días, todos los benditos días en los que hay luchar
contra aquellos que eligen el camino más fácil y más deshonesto para
lograr los objetivos más bajos, más terrenales, los fines que menos
enaltecen a cualquier ser humano. Tal vez me sería más fácil seguir ese
ejemplo ... Ser uno más de ellos ... Pero, ¿sabes, Selena? Yo quiero ser
como tú, yo quiero ser como tú en esta vida hasta el último de mis días,
hasta mi última respiración. Yo quiero ser como tú para que este mundo
sea posible, para que se recuerde a ti como lo más hermoso, lo más
venerable y lo más auténtico que ha dado esta tierra. Quiero sentir como
tú para sentir tu alegría y tu dolor, y quiero seguir tu ejemplo para
que siempre sepas, Selena, que lo tuyo no ha sido en vano, que valió la
pena, que tuvo un fin. Que ese Amor que dejaste dejó una huella, una vía,
un camino, y que siempre habrá alguien dispuesto a seguir tu camino.
Ninguno de los que elegimos tu ejemplo podrá llevar a cabo tu Legado
como podrías hacerlo hecho tú … ¡Nunca! … Pero todos nosotros, los que
te amamos de verdad, los que te admiramos como artista y como persona,
tomaremos esa posta, esa huella que dejaste para continuar tu obra, tu
vida, tu Amor. No importa si nuestro destino es el mismo, no importa si
nos aguarda a nosotros también una derrota, una desilusión, otro engaño.
Lo importante es que a la larga tú triunfarás. Tus valores y tu ejemplo
de vida terminarán por encima de aquellos que eligen el camino más fácil
y el más innoble. Porque mala gente, gente mediocre, sin Alma y sin
corazón hay mucha. Pero como tú, Selena, no hay nadie, absolutamente
nadie. Y aquí estamos nosotros para certificarlo con cada acto de
nuestras vidas, siguiendo tu Legado de Amor en cada homenaje que te
hagamos todos los días…
Por eso, Selena te llevo con orgullo en mi corazón. Por eso, Selena,
estoy orgulloso y pleno de vivir y de sentir la vida como sólo tú lo
supiste vivir y transmitir…
Yo sólo soy feliz si te tengo a ti Selena. Yo sólo soy feliz si tengo
bien cerca en mi Alma y en mi corazón…
Te quiere, te extraña, te siente, te vive, te recuerda, te llora, te
lleva en el Alma, en el cuerpo y en el corazón por siempre y para
siempre…
¿Sabes, Selena? Descubrí las estrellas al conocerte. No es que no
supiera de su existencia, pero hacía rato que no me detenía a
contemplarlas, a ver el cielo tratando de explicar tanta belleza y
también para explicar su significado. A veces, en la vorágine en la que
vivimos, en ese correr y correr detrás de un objetivo que nunca vemos y
que creemos conocer, uno no se da cuenta de lo bello, de aquello que
tenemos tan a nuestro alcance y que no valoramos. Nos acostumbramos
tanto a que todo esté allí en armonía que ni se nos ocurre pensar que
algún día ese cielo no estará más, esas estrellas desparecerán, que
nosotros nos iremos de este mundo y quién sabe qué seguirá después. No
es que uno tenga que vivir angustiado por ese destino incierto de
nuestras existencias, sino que tal vez sería bueno vivir cada día como
si fuera el último, valorando cada cosa bella que está tan cerca de
nosotros que ni nos damos cuenta de valorarla, de mirarla, de cuidarla.
Sería lindo saber que aunque a veces el destino de cada cosa que amamos,
que queremos, que valoramos no depende de nosotros, uno sepa valorarla
con buenos gestos, con lindas intenciones para que los demás sepan que
algo hicimos por aquello que amamos, que aquel ser sepa que es cuidado,
contenido, querido. A veces creemos saber querer, dar cariño, ser
amables, pero en verdad cuesta mucho dar Amor, no es tan fácil saber
amar. Muchas veces confundimos amar con poseer, a veces sólo damos
cariño si somos correspondidos, a veces creemos que es imposible seguir
queriendo a alguien que no nos devuelve aquello que brindamos, a veces
creemos que alguien que ya no está entre nosotros no puede recibir el
mismo cariño como cuando estaba presente. A veces creemos que no podemos
amar a alguien que ya no podemos siquiera ver más. Y si creemos que eso
es así, no sabemos entonces amar. Si nosotros pensamos que el Amor es
sólo eso, entonces no podríamos amarte, Selena. Si nosotros estuviéramos
convencidos de ello, seguro que no te hemos conocido, porque si así
fuera hubiésemos entendido lo que es Amor con sólo verte, con sólo
contemplarte, con sólo admirarte en cada concierto, con sólo saber de tu
historia, con sólo observar que tú dabas todo sin esperar, que tú
sacrificabas tu vida para cumplir el sueño de muchos, para que muchos
sean felices con lo que les brindabas como artista y como persona.
Viéndote a ti, Selena, uno podía conocer lo que era amar, si es que no
se lo había experimentado alguna vez…
¿Sabes, Selena? Aprendí a ver ese cielo y esas estrellas luego de llorar
amargamente por tu ausencia, luego de mirar a uno y otro lado de las
paredes sin encontrar explicación a tamaña ausencia. Más de una vez
lloré sin consuelo alguno porque no me puedo explicar cómo el mundo
puede funcionar sin ti, cómo este planeta puede girar como si nada
hubiese sucedido, cómo el universo puede estar en armonía sin saber
dónde estás, sin estar aquí, sin estar en algún lugar. Pocas veces en mi
vida he llorado así, y las veces que lo he hecho fueron por cosas
personales y que me llegaban estrictamente a mi vida íntima. Es muy
difícil poder explicar a alguien que tal vez no te conoce por qué cuando
te conocemos nos ponemos de esa manera, por qué no podemos aceptar tu
ausencia, por qué guardamos tus cosas como si fueran lo más preciado de
nuestras existencias, por qué no podemos tomar tu ida de este mundo cómo
la de tantos otros que nos dejaron solos sin dar explicación a su
partida, por qué nos sentimos tan felices al verte, por qué evocamos con
orgullo tu nombre, porque nos pone tan tristes tu ausencia aunque ya
llevamos muchos años sin ti. Más de una vez nos preguntan por qué nos
ponemos tan mal por ti habiendo tantos males en este mundo, habiendo
tantas injusticias, habiendo muertes tan absurdas, habiendo tanta gente
mala vanagloriándose de lo que hacen. Nos inundan de infinidad de
porqués, Selena, y no se dan cuenta de que la respuesta a esas preguntas,
las respuestas a tantas inquietudes, a tantas incredulidades, a tantas
muecas de asombro y de sinsentido están sólo en ti. Si acaso pudieran
observarte, si acaso pudieran saber lo que eras cantando, lo que eras en
el escenario, lo que eras como artista, la entrega que tenías, las ganas
de hacer todo, el infinito talento que poseías, el futuro promisorio que
estaba reservado para ti, toda tu vida de sacrificios y privaciones, que
te estabas asomando a la gloria y al estrellato, y al cumplimiento de
tus sueños, entonces ya no habría más preguntas ni más interrogantes …
Sólo habría certezas y un sentimiento en común. Si acaso se dieran
cuenta de lo que eras, Selena, entonces ellos también llorarían pues
también se darían cuenta de lo que se perdieron, de lo que perdió el
mundo, de lo que se perdió la humanidad toda con tu ausencia…
¿Sabes, Selena? Aprendí a ver las estrellas porque sueño con que algún
día aparecerás y nos darás una señal. Seguro que el universo tiene que
estar cobijándote, que Dios te dejó en algún lugar mejor para ti, aunque
sea por un tiempito. Nada podría seguir funcionando sin ti. No puede ser
que te hayas ido para siempre. Nadie nos puede castigar tanto. Nadie
puede ser tan malvado como para haberte quitado lo más preciado. Aprendí
a ver el cielo teniendo mis ojos llenos de lágrimas y ninguna
explicación, ningún consuelo. Luego, comencé a verlo esperando que
aquello tan bello que se me presenta cada día sea la manifestación de tu
Amor, de tu cariño, de todo aquello que supiste esparcir con tantos
frutos en esta tierra. Quién sabe si algún día aparecerás, pero yo no me
resigno porque todo los días espero que algún te me presentes y me
puedas decir lo que te sucede, lo que sientes, lo que piensas. Todos los
días sueño con que podré encontrarte para poder decirte lo que siento y
lo que has generado en mí. Querría poder decirte que estoy aquí por ti,
que estoy aquí para poder expresar todo lo que te quiero, todo lo que te
admiro, todas las marcas que dejaste en mi corazón. Querría poder
contemplarte aunque sea por un minuto y poder tener la seguridad de que
estás en algún lugar y de que estás bien, feliz y contenta. Querría
poder verte aunque sea por un minuto para saber si estás con tu sonrisa
de siempre, si estás plena y feliz porque sabes que te queremos, que te
apreciamos y que te extrañamos. Me gustaría verte para saber que estás
contenta por lo que hacemos. Me gustaría contemplarte para enterarme de
que sabes cómo te conocí y cómo tomaste para siempre mi corazón. Me
gustaría que te rieras por cómo llegué a ti y que te emocionaras por
cómo aprendí a quererte. Quisiera tener al menos un minuto para poder
decirte que eres todo para mí y que jamás te abandonaré, y también me
gustaría que no me dijeras que no haga más nada por ti, que no me
moleste en hacer algo por tu recuerdo, por no querer que me esfuerce
tanto y porque piensas que tú no me lo puedes retribuir con tu presencia
entre nosotros. Me gustaría que no me tengas que decir por una cuestión
de cumplidos que no me sacrifique, que no me entristezca, que no llore,
que al final todo pasa y que quizá alguna vez nos podremos encontrar en
otra dimensión, en otra existencia. Me gustaría poder verte aunque sea
por un minuto, Selena, para que ambos podamos estar contentos por dar y
recibir Amor sin esperar nada a cambio, sólo por expresar ese
sentimiento al que no se le da una explicación ni un motivo. Sólo se da
por Amor. Sólo se da sin esperar. Sólo se da aunque nunca se obtenga
nada a cambio…
¿Sabes, Selena? Todos los días te contemplo en las estrellas esperando
algo, esperando poder expresar todo mi Amor, toda mi esperanza, toda mi
ilusión. Sé que no es fácil. Es muy difícil explicar a los demás este
sentimiento, pero el que sabe por lo que has pasado, por lo que has
brindado, por lo que has manifestado, entiende el por qué de este
sentimiento. En un punto sé que el paso del tiempo borra hasta lo que no
queremos que se borre, que es la más absoluta manifestación de lo que
habías generado y que ya no está. Tal vez sea muy triste ver que se
refieren a ti como algo que ha pasado. Tal vez sea muy triste que se
refieran a ti como algo fugaz que fue lindo mientras duró. Tal vez sea
aun más triste cuando muchos creen que la mayor expresión de tu
popularidad y del Amor que se tenía por ti se dio cuando ya no estabas
entre nosotros ... Sería triste y sería muy injusto, porque hasta siendo
de buena fe, estos dichos serían una manifestación de que no sabían de
la magnitud de lo que habías generado ... Es muy doloroso ver que el
paso del tiempo hace que tus apariciones en los medios se vayan
achicando, se circunscriban a aniversarios, o sólo se da para tratar de
generar nuevas noticias con hechos escandalosos, policiales o de
situaciones privadas que a nadie que realmente te quiere desea oír o
atender. Es aun más doloroso y más injusto que ni siquiera se aproveche
esas fechas tan sentidas para darte un recuerdo que esté a la altura de
lo que has generado, y es más injusto y más doloroso porque tú siempre
estuviste dispuesta a dar todas las notas y todas las entrevistas que te
pedían, no tenías inconveniente de cantar si te lo pedían, de bailar si
te lo solicitaban, de aprender bien cada palabra en español que no
sabías o que no podías pronunciar bien para ser respetuosa con quien te
daba un espacio, y de hacer y hasta de soportar cosas que no te
agradaban mucho. El paso del tiempo termina siendo la mayor expresión de
lo más injusto, de lo más triste y de lo más doloroso, porque tal vez
haya que atender a otros artistas, a otros acontecimientos y a otras
fechas que requieren hoy más la atención de todos. A veces el paso del
tiempo hace que tenga que surgir gente que hacía rato que no aparecía en
los medios para tener que referirse a ti como el pasado y teniendo que
dar miles de explicaciones a los demás para confirmar que eras la mejor
… A veces el paso del tiempo nos hace olvidar o querer olvidar, o
justificar el olvido. Y nadie parece muy dispuesto a retribuirte por
todo lo que les diste, por todo lo que generaste, por lo que sólo tú
podías despertar en tanta gente. El paso del tiempo hace que uno
confunda las cosas y otros las quiera confundir, y nos hagan pensar que
había tantas personas como tú o que tú fuiste el producto de un
sinnúmero de factores tan importantes como tú. El paso del tiempo nos
permite decir lo que jamás diríamos si la realidad fuera otra. El paso
del tiempo hace que la gente diga cosas que jamás hubiese dicho antes y
que jamás lo hubiesen dicho delante de ti, Selena…
¿Sabes, Selena? Eso es lo que tiene el paso del tiempo, el hecho de que
no estés. Tu realidad hoy día es como esas fotos que se van poniendo
amarillentas porque ese paso irremediable de los días y de las horas las
convierte en algo viejo, distante, melancólico. ¿Pero sabes qué, Selena?
Eso no sólo es fruto del paso del tiempo ... No ... El Amor a ti también
se expresa como aquella planta que no sólo necesita del agua para seguir
viva. También necesita del Amor, de que le hablemos, de que la atendamos,
de que le hagamos compañía, de que les brindemos Amor. Si hacemos eso,
seguro que esa planta reverdecerá y seguirá viviendo. Y esas fotos, esas
imágenes que se van poniendo con un tinte ocre, y se van transformando
en distantes y frías, tomarán otro color si sabemos guardarlas,
cobijarlas y cuidarlas como lo más preciado, dándoles la vida y la
vigencia que tienen. Si acaso todos los que realmente te amamos sabemos
y queremos cuidar cada foto tuya, si sabemos darle un besito todos los
días, si sabemos darle la importancia que tiene, al menos lograremos
atenuar el impiadoso paso del tiempo. Peor que la muerte es el olvido,
peor que la muerte es no saber agradecerte, peor que la muerte es no
recordarte por lo que fuiste, peor que la muerte es no respetar tu buen
nombre y honor, peor que la muerte es no darte el Amor esperando siempre
tu sonrisa de satisfacción y ternura. Por eso miro las estrellas,
Selena, acaso esperando tu mirada de satisfacción y de felicidad que
mostraste cuando te ibas del concierto del Houston Astrodome, cuando no
podías evitar en el medio de los saludos de despedida tu profunda
emoción por lo que estabas recibiendo, porque cada vez era más el
público que te ofrecía lo mismo que tú les diste desde que tenías tan
sólo 8 años. Tal vez miro las estrellas acaso esperando que te asomes y
que saludes como lo hiciste antes de irte de aquel estadio, en el que no
te fuiste hasta que no saludaste hasta el último espectador, hasta que
tuviste la certeza de que cada uno se llevó algo de ti ese día…
¿Sabes, Selena? Por eso estoy cada noche mirando las estrellas, para
decirte que siempre estaré aquí para que sepas que haré lo indecible
para que ese maldito paso del tiempo no se lleve tan fácilmente tu vida
y todo lo que nos dejaste aquí. Estoy aquí para desafiar toda lógica y
toda ley física. Estoy aquí para decirte que efectivamente eres la mejor
y que no tienes igual. Estoy aquí para sentir y experimentar tu mismo
sacrificio y tu mismo sentimiento a la hora de recordarte. Estoy aquí
para ser un representante más de tanta gente que te ama, que te recuerda
y que te homenajea todos los días a cambio de nada, sólo para expresarte
ese Amor tan difícil de explicar para los que no entienden lo que es
Amor, lo que es amarte, lo que es sentir algo por ti. Lo que uno siente
no se puede explicar en palabras, sólo se puede sentir y expresarlo, con
Amor, con risa, con llanto, con baile, con tributo. Siempre para muchos
será una quimera, un sinsentido, una sinrazón. Pero el que te conoce,
Selena, sabe lo que es quererte a pesar de todo, cuidarte a pesar de
todo, acompañarte a pesar de todo, no dejarte sola a pesar de todo. Tal
vez como no nos sentimos representados por nadie y no esperamos nada de
nadie, y sabiendo que, donde quiera que estés, siempre necesitarás de
nuestro Amor, siempre estaremos aquí para darte todo lo que tenemos,
aunque no tenga sentido, aunque no logremos nada, aunque no obtengamos
rédito alguno. Así es nuestro Amor por ti, Selena, el mismo que nos
diste a nosotros. Tal vez no logremos nada, pero lo poco que obtengamos
será mucho mayor que la ganancia y la gloria obtenidas. Nuestro Amor por
ti, Selena, tendrá mucho de derrota pero aquello que brindamos nos dará
la mayor de las felicidades, ésa que no se obtiene con dinero, ésa que
no se obtiene de regalo ni de circunstancia, ésa que sólo la obtienen
los que saben amar, como tú, mi querida Selena…
¿Sabes, Selena? Mientras este mundo exista, mientras haya un ser humano
en esta bendita tierra, siempre, absolutamente siempre habrá alguien que
te brindará todo su Amor y todo su recuerdo. Mientras exista ese cielo,
mientras estén esas estrellas, siempre habrá alguien que las mirará
añorándote, esperándote, extrañándote, recordándote … Tal vez sea tarde,
tal vez no podamos remediar aquel grave error, aquel hecho fatal del 31
de marzo. Pero al menos te haremos notar algo, Selena: que aquel día,
como hoy, como toda la vida, habrá un sinnúmero de personas que te
brindará Amor, que intentará amarte del mismo modo que tú supiste
hacerlo para alegría y felicidad de toda la gente, que nunca te dejará
sola, y te hará siempre querida, amada y respetada como artista y como
persona…
¿Sabes, Selena? Te tengo una buena noticia. Espero que esto te ponga muy
feliz. Yo estoy aquí para darte todo mi Amor, yo estoy aquí para
ofrecerte todo lo que necesites. Yo estoy esperándote mientras te
escribo. Sólo basta que me des una señal, sólo basta que me llames, sólo
basta que me saludes desde aquellas estrellas, y yo correré a tu
encuentro. ¿Sabes, Selena? No estás sola y nunca lo estarás. Siempre
estaré aquí para darte todo mi cariño y toda mi gratitud…
Te quiere, te extraña, te desea lo mejor para ti, y te espera por
siempre y para siempre…
Hoy es un día feo aquí en Corpus Christi. Está muy nublado, hay
muchísimo viento y está muy próximo a llover. Es muy, muy temprano y
estoy aquí sola, muy sola … y muy, muy tranquila. Enfrente de mí está el
mar, ese mar que veo desde muy chica, el que me acompañó tantas veces,
ese mar que me sirvió para darme ánimo cuando me sentía desamparada y
con mucho miedo, con mucha incertidumbre, con el temor de si estaba
haciendo lo correcto, de si era esto lo que quería para mi vida … Siento
que el mar está hoy embravecido, puedo apreciar cómo las olas rebotan
violentamente contra la costa … No me importa ni me da temor. Es curioso.
Estoy aquí y siento como si ya esta escena ya la hubiese visto varias
veces, como si hubiese estado más de una oportunidad en este mismo lugar
y a esta misma hora … Y es la primera vez que estoy aquí …Es un bonito
lugar. Tal vez en el futuro sería bueno que construyeran un mirador o
algo que fuera un lugar de armonía y de paz para todo aquel que pase por
aquí. No sé. A veces siento que este lugar será un bonito mirador en el
futuro, que será una linda parada para todos los habitantes del mundo,
un lugar de peregrinación por la belleza del lugar, por lo lindo del
mar, por el sentimiento que genera el contemplar ese azul, esas aguas,
tanta paz, tanta armonía. No sé por qué pienso en eso. Supongo que ese
sentimiento de reflexión que me llevó a aquí me hace pensar en eso, me
hace sentir eso. Lo cierto es que estoy aquí movida por la necesidad de
reflexionar, de sentirme sola, sola conmigo misma, sola en la vida, sola
para pensar, sola para sentir, sola para saber si valió la pena todo, si
vale la pena seguir…
Hoy es un día raro. Me levanté y no quise despertar a Chris. Podría
haberlo hecho, podría haberle dicho que iba a caminar por aquí o que iba
al estudio, o que iba a ver a mis padres. Él me hubiese entendido y
hasta lo hubiese aprobado si sabría de mi necesidad. Pero me salió
hacerlo así. Sentí el impulso de salir sin avisar, de moverme sin tener
que explicar a dónde voy y por qué. Sé que Chris no se merece que no le
avise, pero no lo quería inquietar, porque en alguna medida él se iba a
quedar pensando en mi salida de la casa y hasta se habría preocupado … Y
yo no quería que eso sucediese. Quería sentir que todo podía seguir
funcionando sin tener que avisar, sin que mis pasos llamaran la atención
a nadie. Quería permitirme saber qué se siente estar tan sola y pensar,
pensar en lo que uno quiere, hasta dónde uno quiere llegar, qué es lo
que uno desea para uno y para los demás, qué pasó en estos años, qué
generó en mí tantos sucesos, tantas emociones, tanto cariño, tanto Amor.
Siempre estuve rodeada de mucha gente. Casi nunca pude estar lo
suficientemente sola como para exteriorizar los más primarios
sentimientos, como reír por cualquier cosa sin temer por las reacciones
de otros, como llorar desconsoladamente por cosas que por ahí los demás
no podrían comprender, para decirme cosas que sólo podría escucharlas yo,
para decir qué querría, qué me gustaría, qué me pone bien, qué me pone
mal, qué es lo que quiero y que no. Nunca ha sido fácil ser Selena. He
tenido desde el mismo nacimiento la facilidad para sorprender a todos y
para generar en los demás las más diversas sensaciones. Siempre me
estremecí cuando supe que todos esperaban un varón para cuando iba a
nacer y que el nombre escogido para mí era el de Marc Anthony. Aún puedo
imaginar las caras de mis padres desesperados por buscar un nombre para
mí. Aún puedo imaginarme con gracia el correr de un lado para otro para
cambiar mi primera ropa, mis primeros juguetes. Soy de los que cree que
hay cosas que uno las tiene desde el momento en el que es concebido. Y
uno de las cosas que sin duda tengo desde poco antes de nacer es la
capacidad de sorprender a cualquiera, con salir con cosas que nadie
imaginaba, con llamar la atención con las salidas más estrafalarias, más
sorprendentes, más ingeniosas. Creo que ése es mi sello de distinción,
mi identificación. Y eso me ha dado más de una satisfacción, aunque sin
duda no todo fue color de rosa…
Empieza el año 1995 y necesito pensar en lo que quiero, en lo que hecho
y en lo que deseo para mi futuro. Es cierto que a mí me enseñaron a que
no crea en ese tipo de fechas ni en que las celebre. Pero también
aprendí que todo el mundo necesita un momento de su vida para
reflexionar, hacer balances y proyectar sobre lo que desea para el
futuro. Nunca lo hice, pero esta vez lo necesité hacer. Al estar en
contacto con la gente supe valorar de esos momentos, de esos
sentimientos. No hay verdades reveladas. Nadie es dueño de la verdad.
Aprendí lo que es realmente importante para la gente y supe aprender de
ella. Yo no la quiero defraudar, no la quiero decepcionar con cosas que
no condicen con mi forma de ver y de sentir las cosas. Cuando actué no
hace mucho en la telenovela “Dos mujeres, un camino” estaba preocupada
por mi trabajo y por mi imagen. Yo no quería que la gente, aunque fuera
en una ficción, se llevara una imagen distinta de la que yo era
realmente. Y desde ya que eso no pasaba por darle un beso en la ficción
a tal o cual personaje. Eso siempre fue una exageración de mi padre, que
creía que eso no era para mí, que podía ser indecente, que no deseaba
que yo lo hiciese por nada del mundo para evitar comentarios y
escándalos sólo generados por un grupo minúsculo de gente que casi no me
conocía. Pero convengamos que también fue mi padre quien pensaba lo
mismo sobre mis bustiers y al final lo entendió. Sé que es complicado mi
padre y a veces es difícil que entienda de ciertas cuestiones. Pero yo
lo quiero y es una gran persona. Sólo que a veces se cierra en sus
pensamientos, en sus creencias, y eso le impide apreciar y pensar
acertadamente sobre ciertas cuestiones que le impiden ver la dimensión
de ciertas cosas. Pero aprendí de él algo fundamental que quise dejar en
claro cuando grabé esa novela y que lo expuse en cada emprendimiento que
llevé a cabo: ser muy trabajadora, ser lo mayor profesional posible,
perfeccionarme cada vez más, hacer las cosas lo más dignamente posible y
emprender cada cosa sin pensar en imposibles, que todo se puede hacer si
uno se lo propone. Por eso en “Dos mujeres, un camino” busqué aprender
todo y no dejar nada librado al azar. Podía haberme conformado con hacer
un trabajo haciendo notar que era Selena, sabiendo que con eso era
suficiente como para lograr el éxito y el reconocimiento. Nunca me
hubiese permitido dar una imagen de suficiencia y de que soy una diva
que está por encima de su gente. Si hoy soy alguien es gracias al
esfuerzo que hice para llegar al lugar en el que estoy y al
reconocimiento de la gente. Y si quiero llegar más lejos sé que debo
seguir brindándome, esforzándome y aprendiendo como el primer día. Si
eso no lo hiciera, me sentiría que estoy estafando a la gente, y ella se
daría cuenta, me lo desaprobaría y me lo haría notar. Si algún día
sintiera eso, sin duda abandonaría todo…
El viento me golpea la cara y a pesar del frío me hace sentir bien. Tal
vez me siento bien al sentirme tan plena conmigo misma, de gozar de que
soy alguien en la vida, de sentirme orgullosa de ser Selena y de sentir
que en poco tiempo he logrado tantas cosas. Sólo me lo digo para mí
porque ante la gente se lo tengo que demostrar con mi voz, con mi
entrega, con mi talento, con mi esfuerzo, con mi humildad, con no
olvidar de dónde vengo y ser absolutamente sincera en decir a los cuatro
vientos a dónde voy. En lo personal yo sé que soy la mejor. Después de
tanto tiempo, después de sentir tanto miedo, tanta inseguridad, tanta
incertidumbre, ahora sé que puedo lograrlo todo. Cuando era niña y tomé
por primera vez un micrófono me preguntaba por qué tenía eso en la mano
y qué podría hacer con él. Cuando tuve que cantar en público por primera
vez sentí el peor miedo que puede sentir alguien: hacer algo ante tanta
gente y no tener ni idea de cuál podría ser su reacción, y de allí el
peor miedo, ese miedo que paraliza, ese miedo que puede llevarnos al
quedarnos sin habla y sin saber qué hacer, si llorar o salir corriendo,
ese miedo que surge al ver las caras de insatisfacción de la gente, las
caras de desaprobación, de sentirse incómodos, de sonreír sólo de
circunstancia y no porque lo sintieran. Más de una vez me pregunté para
qué me estudié aquellas canciones y se las enseñé a mi padre. Sé que en
buena parte esa decisión cambió el destino de mi familia, pero sobre
todo el mío. Pero con el tiempo entendí que ése era mi destino, y que la
sorpresa era de esas cualidades que impactaría a todo el mundo, incluso
para el que no me conocía en su verdadera dimensión… Hoy siento que hice
un recorrido increíble, casi de película. En mi vida imaginé que podía
llegar a este lugar. En mi vida pensé que iba a cantar en español y que
encima iba a tener éxito. En mi vida imaginé que iba a ser tan amada en
México y adorada en Monterrey. En mi vida pensé que mi nombre tan
particular fuese coreado por tanta gente aquí en los Estados Unidos como
en México y en el resto de América. Y ahora que estoy aquí siento que
fue por mi mérito. Sé que la gente me ama, sé que canto bien, sé que en
cada presentación les doy todo de mí y la gente me lo retribuye con
holgura. También sé que nadie te regala nada. Si la gente me da esto es
porque sabe lo que les di. La gente sabe agradecer, no especula con su
cariño. Y cuando quiere de verdad, lo expresa de todo corazón y apoya
hasta las últimas consecuencias. Por eso también sabe perdonar si uno ha
cometido algún desliz y no hizo todo lo debido en un día, en un momento,
en una presentación. Ellos me quieren y serían los primeros a quienes
desearía no decepcionar jamás. Ojalá siempre me recuerden con Amor…
¿Cómo explicar lo que me pasa? ¿Cómo seguir ahora que siento que toco el
cielo con las manos, que nadie me para, que no hay barreras para mí?
Siento que más que nunca tengo que esforzarme, que tengo que dar más.
Nunca es suficiente para mí. ¡Nunca! Siempre voy por más. Siempre quiero
más. Yo tuve todo pero también no tuve nada. Siempre estuve de aquí para
allá arriba de un bus sin saber qué sería de mí, dejándome llevar por la
conducción de mi padre con la absoluta seguridad de que él me llevaría
siempre por buen camino. Pero ésta es la primera vez que me siento firme
en una casa, es la primera vez que siento que puedo pensar en mi futuro
y que ese futuro también está en mis manos. Quiero hacer todo y a veces
no sé por dónde empezar. Siempre corro como si tuviera poco tiempo. No
sé por qué me pasa eso, pero lo siento así. Sé que podría ser más
convencional y contentarme con lo que tengo. Pero yo no soy así, no me
sentiría bien transmitiendo eso y sé que la gente se sentiría un tanto
decepcionada. Sé lo que tengo, sé lo que quiero y sé a dónde voy. Ahora
recuerdo aquel reportaje que me hiciera Verónica Castro en el programa
de televisión ”Furia musical”. Ella no entendía mi obsesión por hacer
tantas cosas por mi música y por mis diseños hasta en los tiempos libres.
Incluso ella creía que eso ponía mis sentimientos hacia mí, hacia mi
esposo y hacia mi familia en un segundo plano. ¡Nada más errado! … Es
que yo no soy convencional, pues yo no tuve una vida de la que se dice
que es “normal”. Yo soy distinta pues tuve una vida diferente, con todo
lo que ello implica. Yo tuve muchas privaciones y nadie me regaló nada.
Lo que tengo me lo gané yo. Durante muchos años deambulé por muchas
ciudades soñando en innumerables cosas, imaginándome un futuro ideal
para mí sin saber si alguna vez podría cumplirlo … Ahora que lo tengo
casi al alcance de mi mano todo, ahora que siento que puedo tener la
iniciativa para cumplir con cada cosa que me propongo, con cada cosa que
he deseado y soñé por tantos años, ¿qué voy a esperar?; ¿qué me lo haga
otro?; ¿qué me venga del cielo?; ¿seguir postergándolo? Ahora que la
pelota está en mi campo, ¿la voy a regalar? ¡De ninguna manera! Tal vez
como nadie sabe en su real magnitud mi historia, tal vez como nadie sabe
lo que es ser en toda su magnitud Selena, es que muchos no entienden y
no comprenden que sea una mujer con iniciativa, con ideas propias, con
capacidad para decidir y ejecutar. Piensan que como tengo 23 años y ya
tengo fama, sólo me queda gozar y que los demás me den lo que yo deseo
con sólo hacer un chasquido a mis dedos. ¡Qué poco me conocen! Yo no voy
a esperar a ser muy grande o muy famosa para hacer lo que quiero hacer
hoy. No voy a esperar para hacer mis diseños si lo desee hacer desde muy
pequeña. Sé que creen que es un gusto estrafalario, sé que piensan que
abrí una boutique para poder arreglarme y vestirme a mi gusto y placer.
El que piensa así lo entiendo, pero quisiera que me crean que no me
conocen si lo ven de ese modo. No saben lo que es ser Selena. No saben
hasta dónde quiero llegar. No saben hasta dónde puedo llegar si me lo
propongo. Yo no tengo ningún límite para soñar y para poner en práctica
mis propios deseos…
Miro el mar y está cada vez más bravío. Encima siento que caen las
primeras gotas de lluvia … No me importa. Me siento bien. Me siento
cerca de mí, cerca de Dios, cerca de mi plenitud. Me da mucho gusto ser
Selena, tal vez porque es la primera vez que siento que estoy muy cerca
de ser lo que realmente soy, porque siento que la gente empieza a notar
mi presencia, empieza a ver quién es Selena y me acepta, me quiere y
desea lo mejor para mí. Sé muy bien que este año es un gran desafío para
mí. Hacer un disco en inglés en mi mejor momento en español genera
cierto miedo. ¿Pero acaso no es mejor arriesgar que conformarse? Toda mi
vida luché por tener esta oportunidad. ¿La voy a desaprovechar? Además,
hasta la gente de México celebra esta decisión. Sé que si hago las cosas
con Amor y con la misma entrega de siempre, me irá bien. Me amarán los
“gringos” y me amarán los latinos. Lograré que no haya distinción entre
uno y otro lado del Río Bravo. Lograré que me amen por lo que soy y por
lo que hago. Porque en definitiva yo sólo deseo que me quieran, que todo
el mundo me ame, que me quieran abrazar, que todos deseen acercarse y
desear lo mejor para mí. Y sé que lo lograré. Si doy todo mi Amor, ¿cómo
no voy a recibir Amor? Si doy todo de mí, ¿cómo la gente no me va a
ofrecer lo mismo? No está en mi diccionario las palabras odio, rencor,
codicia, mezquindad, muerte. Sé que por allí tendré que postergar
algunas cosas. Para mí tener un hijo con Chris es hermoso. Lo deseo con
toda el alma. Tal vez para el año que viene sea posible, luego de que
triunfe con mi disco en inglés, luego de mis giras por Estados Unidos y
toda América latina, luego de que abra Selena Etc. en México D.F. y en
Monterrey. Es sólo un año, un año más ... ¿Qué es un año más en la vida
de uno? No es nada … y es todo. Para mí un año siempre fue un año de
mucho trabajo y de mucho sacrificio, un año de trabajar hasta estando
muy enferma y sin ganas en pos de un sueño, de un sueño ajeno, de un
sueño propio, de un sueño familiar. Éste año no será la excepción. Será
otro año con mucho trabajo, con mucho sacrificio, pero también con mucha
ilusión. Es el último gran esfuerzo para llegar a lo más alto. Ya habrá
tiempo para descansar, para gozar, para cumplir con lo que falta. Luego
vendrán nuevos desafíos y más trabajo, pero todo será diferente, bien
diferente ... Para ese entonces, si todo sale bien, mi nombre estará
grabado en los corazones de todo el mundo, y yo seré muy feliz, feliz
por lo que hice, feliz por lo que logré. Sentiré que toqué el cielo con
las manos y aun así buscaré que Dios acaricie mi cabeza con su cara de
ternura y honda satisfacción … Espero que así sea…
Ya es un poco tarde y ha comenzado a llover más fuerte. Espero que en el
futuro este lugar sea un refugio para que todos puedan contemplar este
bello mar y puedan soñar con cosas bellas y en que todos sus sueños se
van a cumplir. Espero que este lugar sea para todos un lindo lugar en el
que se puedan permitir y creer en que todo es posible si uno lo quiere y
lo desea con todo el Alma, tal como lo siento yo aquí. Sólo espero estar
aquí en breve nuevamente para decir que una vez más logré lo que yo
quise y para soñar por poder cumplir con todo lo que me faltará por
hacer … Siento que ya nada es lo mismo. Tal vez me cueste venir aquí el
año entrante, pues la misma gente me reconocerá y no podré estar tan
sola como estoy yo aquí. Tal vez, con suerte, esté construido un mirador,
ese mirador del que empecé a soñar hoy para que esté aquí. Será otro
sueño a cumplir … Y a pesar de todas las dificultades, yo me las
ingeniaré para estar nuevamente aquí. Yo nunca dejaré de ser la Selena
de siempre aun si me va muy bien, aun si soy muy famosa, aun si para
esta época estoy de gira por todo el mundo. Me las ingeniaré para estar
aquí para agradecerle a Dios, para agradecerle a este mar, para
agradecerle a esta tierra por todo lo que me dio, porque escuchó mis
ruegos, porque atendió mis pedidos. Pero fundamentalmente estaré aquí
para agradecerle a esa gente que me hizo grande, a esa gente que me hizo
famosa, a esa gente que siempre me quiso. A esa gente nunca le
escatimaré un abrazo, un beso, una caricia, un agradecimiento. Para esa
gente siempre tendré tiempo. Y aunque esté aquí y no pueda estar tan
sola para reflexionar, ¡no importa! Ya tendré otro lugar y otro momento
para hacerlo. Volveré aquí aunque más no sea para devolver todo ese
cariño y todo ese Amor que me prodigaron siempre. ¡Que así sea!
¡¡Ya me voy, mi querido mar!! ¡¡Mil abrazos y mil besotes!! ¡¡Cuídate
muchísimo y nos veremos muy pronto!! Ahora me voy a casa y con suerte
alcanzaré a darle otros mil besotes a Chris para que se despierte con mi
Amor y con mi cariño. ¡¡Es el mejor regalo que le puedo hacer!!
(Espero, como siempre, haber interpretado tu sentir, Selena … Y sólo
espero que vuelvas a ese lugar, y contemples tu obra y el Amor que has
prodigado a tanta gente y en todo el mundo … ¡¡Y espero que seas tan
feliz como yo de recordarte siempre con Amor!!)
Muchas veces estoy solo cada fin de semana frente a mi computadora
pensando en escribir sobre ti, Selena, y más de una vez pensé en si
podía seguir escribiendo, si algo más podría escribir sobre ti. Muchas
veces siento que ya hice todo lo que podía ser, que ya nada tengo para
decir, que todo lo que siento por ti ya está escrito, ya está dicho. A
veces pienso si tengo algo más para expresar, si se me ocurre alguna
idea para poder plasmarla en un texto. Siento muchas veces que no me
queda más que sacar de mi corazón, que todo lo que siento por ti ya lo
he manifestado, que he dado casi todo por ti, que di todo lo que pude
dar dentro de mis limitaciones ... Pues yo no soy como tú, Selena. No
tengo ni la fuerza, ni la energía ni el talento que tú supiste prodigar
en todo el mundo y grabarlo en nuestros corazones … A veces pienso que
sólo tu aparición haría reverdecer algo que parece no tener más remedio
que oscurecerse, con un tiempo que inexorablemente pone amarillento y
lejano todo, tal como sucede con las fotos de la letra “Fotos y
recuerdos”. Parece que lo único que quedan para expresar sobre ti,
Selena, son lágrimas, tristeza, resignación, impotencia; resignación
porque no se puede torcer el destino; impotencia por no poder hacer
nada. No hay peor cosa, Selena, que la resignación, esa horrible
sensación que nos acerca a la muerte. No hay peor cosa que sentir que no
hay ilusión, que no hay destino, que no hay futuro. No hay peor cosa que
no tengamos nada que nos haga sonreír, que nos alegre. Desde que te
fuiste, Selena, la sensación de desconsuelo es infinito. Nada es lo
mismo sin ti, nada puede reemplazar tu ausencia, tu canto, tu arte, tu
expresión. No hay nada más triste que tener que contentarnos con alguna
nueva versión de tus canciones que haga alguien cuando se sabe que tus
canciones sólo tienen sentido si las cantas tú. No hay nada peor cosa
que sentir que no volverás, que no regresarás, que no vendrás a decirnos
que todo fue un mal sueño, una pesadilla. Cuando me refiero a ti,
Selena, hay palabras que no puedo pronunciar, una de ellas la acabo de
escribir, pero me estaba refiriendo a otra cosa. Hay palabras que no las
puedo decir, porque expresarlas es como certificar que ya nada se puede
hacer, es aceptar una realidad que nunca querremos ver. Increíblemente
hay imágenes de ti, Selena, que hasta tú te horrorizarías si supieras
que existen y se divulgan. Tú no querrías que te recordaran así, tú
diste todo para que te recordaran con Amor. Te preguntarías que tan malo
has hecho para merecer tanta maldad. Te preguntarás por qué te han
tratado así si se supone que todos te querían. Te horrorizarías de esa
realidad, no la querrías ver, del mismo modo que nosotros no queremos
ver una realidad sin tu presencia…
Alguna vez vi en un especial hecho por tu recuerdo en la cadena
televisiva Univisión, en el que alguien decía con gran acierto que a
medida que pasara el tiempo la gente se entristecería más por tu
ausencia porque notaría con el transcurso de los años todo lo que tú
hubieses logrado conseguir, cómo se cumplirían uno a uno tus sueños, tus
anhelos, todo lo que se te hubiese ocurrido hacer para ti y para los
demás. En algún otro especial de Univisión alguien en forma muy atinada
decía que tú ya eras muy famosa, que estabas en la consideración de
todos, que a diferencia de lo que decían muchos, acerca de que tú sólo
habías llegado a lo más alto de la fama gracias a tu cruel destino, tú
ya eras una de las artistas preferidas de la gente. Algunos podían decir
que tú eras la mejor, otros dirían que lo era alguna otra artista. Pero
nadie dudaba de que tú estabas en la cima, de que eras querida, admirada
y famosa. Y lo más triste de todo era que precisamente la forma en la
que te habías ido fue lo que realmente conmocionó a todos, lo que los
sumió en la mayor de las tristezas y te puso de la manera más dolorosa
en lo más alto. Te puso en esa imagen del mito y de la leyenda … a tan
sólo y casi 24 años ... Y decía con total exactitud que una cosa es irte
de este mundo tan joven por medio de un accidente: para muchos hubiese
sido un poquito menos doloroso. Pero de la forma en la que te fuiste, de
esa manera, en ese escenario incomprensible y con esa persona, sumía a
la gente en la incredulidad, tristeza, enojo y llanto difícil de
entender, superar, olvidar… Yo agregaría a eso, Selena, que incluso si
esto te hubiese ocurrido tal como le ocurrió a John Lennon, hubiese sido
una cosa bien diferente, pues mal que mal él no conocía a su victimario
por más fanático que fuera de él. Pero a ti esa asesina te conocía,
conocía bien a tu familia, a los tuyos, a tus admiradores, estuvo en tu
casa, en tu ámbito, en tus conciertos, ¡¡en tu vida!! Eso es lo que hace
tan desconcertante todo, lo hace inadmisible, incomprensible, difícil de
explicar y superar … Y más aun cuando en la actualidad se la escucha
decir las barbaridades que expresa en el nombre de “tu recuerdo” y para
“justificar” lo que hizo … ¿Cómo seguir en la vida, Selena, sabiendo lo
que te ha sucedido? ¿Cómo seguir siendo feliz sabiendo de tu dolor y de
tus heridas? ¿Cómo seguir en la vida, Selena, si las últimas imágenes
que te llevaste fueron de dolor, de incertidumbre, del peor miedo, del
desamor absoluto, de la soledad extrema? ¿Cómo seguir en la vida
sintiendo tu dolor y tu ausencia, Selena?
Las ironías de la vida, Selena. Más de una vez dije que te has ido de
este mundo en el momento justo, cuando te asomabas a todo, cuando
empezabas a ver el mundo desde lo más alto, cuando empezabas a ver el
resultado de tanto sacrificio, de tanta entrega, de tanto Amor. Muchas
veces me conmuevo cuando veo cómo observabas con emoción el recibimiento
de tu público, la admiración de tanta gente, la consagración después de
transitar un largo camino en el que nada se podía prever ni determinar.
Pero te has ido en el momento tan justo en la vida que cuando empezabas
a ser libre, cuando empezabas a ver que eras lo suficientemente grande
como para que todo el mundo se fijara en ti, cuando ya no eras sólo la
vocalista de una banda sino la artista excepcional, diferente, única,
cuando tu propia fama te abría las puertas a un mundo que apenas
conocías, que apenas habías podido disfrutar, allí alguien decidió
detener ese camino sin límite, ese transitar a paso firme, ese destino
imparable y sin paradas, pues si había algo que estaba muy claro en tu
destino, Selena, era que no había barreras que iban a detener tu paso
triunfante. Todos creían en ti, todos sabían que lo lograrías, todos te
amaban, todos te querían, todos confiaban en ti, todos deseaban lo mejor
para ti ... Pero a veces cuando uno está en esa circunstancia en la que
nadie tiene el control de ese paso salvo tú, cuando todo es disfrutar
del momento, y de vivir y de sentir lo que viene, no todos están
preparados para ello, no todos están dispuestos a afrontar el futuro,
por más promisorio y seguro que fuese, si no está bajo su control y
dirección. No todo el mundo es tan bondadoso como parece, Selena, no
todo el mundo es tan generoso como para aceptar el éxito de otro si no
lo tiene bajo su dirección, si aquel que despega tiene las suficientes
alas como para seguir sin necesidad de tanta guía y de tantos límites …
A veces pienso, Selena, que tú fuiste víctima de tanto egoísmo, de tanta
mezquindad y de tanto desamor. Las ironías de la vida … Justo cuando
empezabas no sólo a ser famosa, sino a ser libre para decidir tu propio
destino, para decidir qué querías ser, con quién querías seguir actuando,
cuando empezabas a escuchar a productores que se ofrecían para darte tus
mejores consejos para guiarte en tu carrera que tomaba una dirección
diferente, más desafiante y exigente, cuando estabas por conquistar un
mercado al que tanto anhelabas ponerlo a tus pies, cuando estabas por
expandir a México tu sueño hecho realidad como lo era Selena Etc.,
cuando todos se fijaban en ti luego de obtener el más que exigente
Grammy, cuando en Estados Unidos estabas en la lista de las doscientas
celebridades más famosas, cuando sólo habían dos latinos allí, tú y Luis
Miguel, cuando ibas a ser enteramente libre para decidir tu propio
destino, alguien detuvo tu camino ante la mirada de todos, ante la
desidia de todos, ante la ceguera de todos. Hubo muchos, muchísimos
errores, pero una sola víctima … Tú. Y pasaron 15 años y nuevamente las
ironías de la vida se manifiestan con toda su crueldad: tú, Selena,
sigues siendo la única víctima de esta historia que sólo tú la supiste
construir…
Cada fin de semana me pregunto si podré seguir haciendo algo por ti,
Selena, si podré seguir diciendo algo, si podré escribir algo sobre ti.
Y puedo no saber qué escribir, podré pecar de reiterativo, podrá
tildarse lo mío de locura, obsesión o abrumadora admiración. Pero nada
de eso importa. Sólo importas tú. Y nunca me permitiría no hacer algo
por ti. Nunca me permitiría abandonarte, dejarte sola como aquel 31 de
marzo. Cuando pienso qué más podría hacer por ti, Selena, pienso en que
lo peor que te puede pasar es que se olviden de ti, que no se haga nada
por tu recuerdo, que ya no se sepa lo que representas para tanta gente.
Mi aporte podrá ser mínimo, acaso insignificante para tanta gente que ha
hecho algo por ti, podrá ser poco para lo que representas. Pero lo que
hago lo realizo porque quiero dejar mi humilde aporte, dejar mi huella,
mi admiración, ni gratitud, mi corazón marcado por tu Amor, por tu
canto, por tu arte, por tu personalidad. Yo quiero seguir diciéndole al
mundo lo que tú fuiste para que nadie se olvide lo que representas para
tanta gente, para que todo el mundo te conozca, para que mucha gente te
descubra, te admire y te respete, para que tú, Selena, sepas, donde
quieras que estés, hasta dónde has llegado, lo que sigues generando con
tus canciones que sólo tú podías interpretar. En un mundo en el que se
propicia el olvido, en un mundo en el que la mezquindad y la pobreza de
espíritu dominan y nos sugiere que no hagamos nada por ti, que no vale
la pena, que nos olvidemos de lo que has hecho, de que el Amor verdadero
no existe, y sólo importa ganar, ser exitoso y triunfar en los “negocios”,
yo sólo quiero que los que te conocieron se sigan emocionando y se
sientan orgullosos de ser tus admiradores, que los jóvenes actuales te
tomen como ejemplo y que las generaciones que están por venir sepan lo
que has sido como artista y como persona. Yo sólo quiero que sepas,
Selena, que todo lo que hagamos por ti siempre será poco al lado de lo
que tú has hecho por nosotros. Que lo que tú has generado no se resume
en un cd, en un dvd, en algo finito y limitado. Que siempre hay algo
nuevo para decir de ti como también más material de tu obra para
difundir a todo el mundo para que sepan lo que eras capaz de hacer y
generar. Que nunca alcanzarán las palabras para describir lo que has
generado a tanta gente, a tantas almas, a tantos corazones… Es cuestión
de voluntad, de ganas y de entregar todo por ti del mismo modo que lo
has hecho tú por tu público.
Cuando creo que ya no me queda más para decir, cuando la realidad me
dice que poco puedo agregar porque ya nada nuevo hay para expresar, veo
alguna actuación de ti, Selena, te escucho en algún concierto, te veo en
algunas imágenes perdidas por allí, y que increíblemente no están
registradas ni en un cd ni en ningún dvd, y me generan estas palabras,
estos recuerdos y esta necesidad de hacer todos los días algo por ti.
Cuando te veo cantar en el concierto de Odessa, Texas, en 1994, y veo
ese potencial, esa evolución, ese deseo de libertad que tenías de
expresar tus canciones como uno puede apreciar cuando interpretaste
“Bidi bidi bom bom”, en el que te permitías pegar gritos al mejor estilo
de las grandes cantantes de tu tierra, cuando te permitías arengar y
generar nuevos bailes y ritmos, cuando alargabas las canciones, cuando
jugabas con tu voz para generar nuevos tonos, cuando ponías a la banda a
tu servicio para poder llevar la canción para tu mayor conveniencia es
cuando uno observa en lo enorme artista en la que te habías convertido y
en todo lo que aún te faltaba para dar. Cuando te permitiste zamarrear
como nunca te vi hacerlo a un “ex novio” en el tema “¿Qué creías?” me
doy cuenta de lo segura que estabas y de todo lo que te permitías hacer
en un escenario. Cuando veo que ese “ex novio” se prestaba alegremente
al juego y al final del tema te abrazaba con tanta admiración, allí
logro advertir cómo te querían, te admiraban y respetaban. Cuando veo
pasear tu increíble belleza ante tu público sin dejar de saludarlos ni
de cantar veo a una artista diferente que difícilmente pueda ser emulada.
Cuando veo ese momento en el que tocas esa bandera que decía “Selena. We
love you” que exhibía un admirador tuyo puedo ver, apreciar y sentir esa
comunión de Amor entre ti y tu público. Es en ese momento en el que me
es imposible no llorar, y no sentir y no creer que tú no estés aquí … Es
increíble y es imposible no entristecerse verte en tu mejor momento, en
apreciar que ibas por mucho más que lo logrado y ver la triste realidad
de no verte hoy, de saber que poco tiempo después de aquello ya no
estarás, y toda esa gente alegre y colmada por tu concierto llorará de
tristeza y de impotencia, y llenará estadios por ti pero sin tu
presencia que le daba sentido a toda esa magia…
Es allí cuando me doy cuenta de que me es imposible no hacer algo por ti.
Porque siempre, absolutamente siempre, pienso en qué pasaría si de
pronto aparecieras por Corpus Christi para ver cómo van las cosas, qué
hay de este mundo, de esta ciudad sin ti. Yo estoy seguro de que los que
realmente te aman correrían a verte y a abrazarte. Correrían para
decirte que estaban seguros de que ibas a volver. Correrían para
agradecerte de que no te hayas olvidado de ellos, de que Dios haya
escuchado sus pedidos e invocaciones para dejarte volver a este mundo.
Los que realmente te aman no te preguntarían qué pasó, no preguntarían
por tu pasado, no preguntarían por algo del que tú no querrías hablar.
Sólo estarían felices y alegres de verte, y te manifestarían que el solo
hecho de estar con ellos siendo feliz sería suficiente para todos. No te
pedirían nada más … Y mientras muchos huirían de vergüenza pues no
podrían mirarte a la cara, un mundo correría a manifestarte todo ese
Amor contenido por 15 años, esa expresión de cariño sin destinatario
visible y que tantas lágrimas ha generado. Verías a gente no pudiendo
dejar de llorar pero de felicidad. Verías a la gente nuevamente feliz
con el milagro, con tu vida, por tus sueños, por la manifestación de que
por fin se hizo justicia … Todos lo que te amamos en definitiva
esperamos eso, deseamos eso, imploramos eso, daríamos la vida por eso. Y
mientras esperamos que ello suceda, yo te sigo escribiendo, recordando y
esperando. Tal vez con ello te arranque una lágrima, una sonrisa, te
haga poner la mano en tu pecho y tal vez te haga volver. Porque en mi
recuerdo, Selena, tú eres la única protagonista, la única importante, lo
único que vale la pena recordar. Yo sólo quiero que seas feliz con el
recuerdo de todos los que te amamos. Yo sólo quiero que este mundo tenga
sentido con tu presencia…
Y cuando creo que nada más puedo decir, yo sólo me acuerdo de ti,
Selena, de tu Amor, de tus sentimientos y de tu dolor, y sólo me surgen
estas palabras, esta dedicatoria, este Amor, que sólo tú pudiste
expresar, que sólo tú podías generar, y que hace que todos los días lo
recuerde al mundo entero por siempre y para siempre…
Porque conmigo tendrás todo lo que quieras, Selena, y hasta el día que
me muera, tú vas a ser mi Amor…
Como en el tema “Fotos y recuerdos”, todas las noches cuando me voy a
dormir y apago mi computadora, pongo mi mano en mi boca, le doy un beso
y luego dirijo mi mano a la foto de Selena que tengo como fondo de
pantalla y le toco la frente. Luego, le digo “Chau, Selena, y cuídate”,
y me quedo mirando esa imagen hasta que el paso del tiempo me vuelve a
la realidad cuando se apaga la computadora y Selena se despide de mí sin
que yo quiera, sin que yo lo desee, sin querer que nunca se me vaya
Selena tan abruptamente. Lo mismo me pasa en el trabajo: cuando me voy
de él y concluyo con todas mis tareas, mi beso de despedida de Selena es
algo imposible de evitar, sin importarme si alguien está y no entiende
ese extraño vínculo que uno tiene con alguien que ya no está entre
nosotros. Tal vez esa persona jamás pueda entender que uno, cuando
quiere a alguien, cuando ama de verdad a alguien, mantiene ese vínculo
de Amor, de cariño y de afecto con ese alguien a pesar de todo, a pesar
de las actividades, a pesar de los vínculos afectivos, y a pesar de todo
lo que uno hace y de lo que ocupa su mente y su corazón todos los días.
Pero para mí cada día, a pesar del trajín de la jornada, a pesar de las
cosas que uno tiene que hacer y deshacer todos los días, a pesar de
tener la mente ocupada con tantas cosas, a pesar de lo que uno ofrece
afectivamente diariamente, llega la noche, llega el descanso, llega el
momento de la pausa, de la meditación, de la reflexión, y lo primero que
me aparece en mi mente y en mi corazón es Selena. Después de tanto
movimiento, después de que el agua se agita una y otra vez en ese cubo
de agua al que movemos frenética y cotidianamente sin motivo y sin razón,
sin saber para qué, sin siquiera plantearnos si es lo que elegimos hacer
en el día, sólo aparece Selena cuando llega ese momento en el que las
aguas se aquietan, cuando tengo ese tiempo real para pensar y gozar de
lo que uno quiere, en ese momento cuando nos permitimos ser somos
nosotros mismos, cuando expresamos lo que realmente somos, cuando nos
permitimos soñar, cuando nos permitimos decir lo que realmente queremos,
cuando nos permitimos decir a quien realmente queremos y a quien le
queremos dedicar todo nuestro Amor lo que sentimos por esa persona…
¿Hasta dónde podemos llegar por el Amor a alguien? ¿Hasta dónde somos
capaces de dar cuando ya nada tiene sentido? ¿Somos realmente capaces de
dar todo a cambio de nada? ¿Somos capaces de morir por Amor? ¿Somos
capaces de seguir manifestando el Amor a alguien aun cuando no es
correspondido? ¿Somos capaces de ofrecer todo nuestro cariño a alguien
que ya no está, que ya no va a volver, que está lejos, que tal vez no
nos conoce, que no sabe lo tanto que uno la quiere, que no puede sentir
lo que la amamos, lo que la queremos, lo que sentimos por ella? ¿Somos
capaces de dedicarle todas nuestras acciones, todos nuestros actos,
todas nuestras emociones a pesar de que no seamos nunca correspondidos?
¿Seríamos capaces de renunciar a todo, a todo por el Amor a alguien?
Para demostrarle que alguien es todo para nosotros, ¿seríamos capaces de
ofrecer todos nuestro cariño, de esperar con emoción que alguna vez se
nos presente ante nosotros aunque sea una quimera? ¿Qué es el Amor sino
eso? ¿O creemos que sólo el Amor existe cuando esa persona está presente,
cuando esa persona es joven y hermosa, cuando podemos abrazarla, tocarla,
expresarle todo nuestro cariño, amarla? ¿El Amor no es acaso, además de
alegría, emoción, pasión y éxtasis, sufrimiento, llanto y ausencia? ¿Cuántos
poetas y escritores han dedicado sus escritos y toda su vida por una
persona a quien jamás tal vez pudieron siquiera expresarle la mínima
parte de su Amor? ¿Cuánta gente ha esperado toda su vida a ese alguien a
pesar de hacer su vida como si nada, cumpliendo como siempre,
desarrollando su vida como si nada pasara, haciendo sus actividades de
todos los días de un mundo estructurado para que nuestras mentes estén
ocupadas en cosas que poco sirven para uno, para que nos olvidemos de lo
que realmente nos importa, para poder expresar con libertad lo que
haríamos con nuestras vidas, para bien o para mal…
¿Hasta dónde daríamos por Selena? ¿Hasta dónde seríamos capaces? ¿Cuánto
influye que ya no esté entre nosotros? ¿Cuánto nos pesa su terrible
destino para manifestar nuestro Amor por ella? ¿Hasta dónde el paso del
tiempo nos va borrando nuestros recuerdos, vuelven amarillas nuestras
fotos, nos va haciendo lejanas aquellas risotadas de Selena, nos va
desdibujando su figura, nos va haciendo sentir cada vez más lejanas sus
canciones que se van escuchando cada más bajitas, como cuando alguien
grita, ríe o canta a viva voz mientras se va alejando de la costa en un
barco? … Por más que mantengamos el entusiasmo de seguir a esa persona,
el hecho de que cada vez la escuchemos menos y de que casi no veamos su
figura, esa densa realidad nos hará que desaparezca de nuestra vista y
de nuestras vidas, y sólo dependerá de nosotros mantener vivo ese canto,
ese grito, esa figura que emanaba esa voz. Sólo dependerá de nosotros
querer mantener ese vínculo a pesar de la distancia insalvable y de la
desaparición física. ¿Podremos soportarla? ¿Podremos sostenerla? ¿Cuánto
influirá lo que nos dicen? ¿Cuánto nos influirá lo que nos dicen que
dejemos en paz a Selena? ¿Cuánto nos desmoronará lo que se burlan de
nuestro llanto, de nuestros lamentos, de nuestro desconsuelo? ¿Cuánto
influirán las peleas por recordarla de una manera o de otra? ¿Hasta
dónde podremos soportar si la realidad es que se va propiciando el
olvido, cuando poco se hace por ella, cuando nos dicen que ya no tiene
sentido expresar algo por alguien que ya no está? ¿Cuánto nos influirá
el hecho de que poco a poco se apaguen sus sueños, se cierren sus cosas,
cuando ya nadie se moleste en poner su nombre bien en alto en el
recuerdo para que nadie se olvide de Selena? ¿Cuánto nos repercutirá el
hecho de que en los aniversarios ya no se hable de Selena sino de otras
personas? ¿Cuánto nos influirá el ver que surgen otros artistas y el
nombre de Selena esté cada vez más lejano y hasta confundido con otras
cantantes? ¿Cuánto nos hará abandonar cuando nadie nos insite a esperar
con ansias algún material de ella, cuando nadie nos diga que la
recordemos como si estuviera siempre la vivencia de que algún día
volverá? ¿Cuánto nos influirá cuando gente cercana a ella ya no quiera
hablar de ella porque tiene proyectos más importantes que hacer?
Y mientras ellos sucede, mientras poco a poco nos van acostumbrando a
que nadie de los que realmente pueden hacer algo por Selena van a hacer
algo por mantener su Legado bien en alto, para que su nombre esté
escrito bien grande en un teatro, en la galería de los grandes artistas
en cada ciudad o pueblo de Estados Unidos y México, cuando ya nadie se
molesta en mostrarle a parte del mundo que no la conoció quién era
Selena para que ellos mismos la descubran y se enamoren de su voz, de su
talento, de su carisma y de lo linda que era como persona, yo, como
tantos guardo sus fotos, las miro, les doy mi besito, la saludo, le
deseo lo mejor, le dedico mis mejores palabras, la espero a pesar de
todo, la busco a pesar de todo, la vivo a pesar de todo. Se me dirá que
es loco vivenciarla de ese modo, pero es lo que me dice el corazón. En
la vida hay que asumir lo que uno es y lo que siente, y yo amo a Selena.
Yo la quiero, y sigo viviendo y sintiendo sus cosas como si estuviera
entre nosotros. No puedo verlo de otro modo. No quiero verlo de otro
modo. No puedo traicionar mis sentimientos. No puedo traicionar a
Selena. Aunque ella no esté para decirme lo que siente, siempre recuerdo
esas palabras que ella decía: “Yo sólo quiero que me recuerden con
Amor”. Y más que nunca recuerdo esas palabras que le dedicara en un
video privado a su banda: “Yo odio que digan que soy la mejor, porque
odio que me digan la verdad”. Ese “chiste” que hizo Selena siempre me
generó mucha tristeza, porque efectivamente Selena era la mejor y estaba
destinada a serlo en todo el mundo. Pero el destino y muchos errores
hicieron que Selena los pagara con su vida. Y que los pagara ella sola.
Sólo ella. Me gustaría que esas palabras fueran recordadas por sus
destinatarios, para que ellos mismos ratificaran con sus actos y con sus
declaraciones que Selena era la mejor y no otros, que la gente quería a
Selena y no a otros. La gente podía aceptar que estuviera o no tal
integrante de la banda, pero no podía tolerar que no estuviera Selena.
Eso pasó varias veces … Sería bueno que todos lo recordaran así hoy y no
se dejaran llevar por declaraciones llenas de vanidad, de egoísmo, de
olvido y sinsentido. Sería bueno que aún hoy no se olviden de que en
esta historia la única protagonista y la única que sigue estando ausente
es Selena ... Selena sigue siendo la única víctima de esta triste
historia...
¿Cómo describir nuestro Amor a Selena? ¿Cómo olvidarnos de algo tan
bello que nos dejó su arte, su vida, su talento? Se nos dice
erróneamente que Selena será recordada por su música … No, no, no …
Selena no sólo será recordada por su música. Si fuera así, entonces
Selena sería fácilmente reemplazable por un disco, cd o dvd. Sería
escucharla en un reproductor musical o verla en un reproductor de video
y ya está. ¿Para qué escuchar más, para qué ver más? Podríamos escuchar
las canciones de otros artistas con canciones compuestas por los autores
de los temas que cantaba Selena. Podríamos alegrarnos del mismo modo con
las interpretaciones de otros artistas de los temas de Selena. Podríamos
glorificar a todos los que han descubierto el talento de Selena. Y así
contentarnos con que algo quedó y eso reemplazar fácilmente a Selena.
Incluso hoy día muchos parecen empecinados en querer eso, que nos
olvidemos de Selena y que aplaudamos a otros artistas, que lo más que
pudieron fue acompañar a Selena y que nunca llegarían a hacer ni la
mitad de lo que generó Selena ni aunque vivieran 1.000 años … No ... No
nos podemos mentir, no le podemos mentir a nadie. Selena no se la
recordó, no se la recuerda ni se la recordará sólo por su música. A
Selena se la recuerda por su voz, por su carisma, por su talento, por su
personalidad, por su dominio del escenario y del público, por su sonrisa,
por su imponente figura, por su alegría, por sus risotadas, por sus
ganas de vivir, por sus ganas de hacer, por su voluntad, por sus sueños,
por ser única e irrepetible, por ser diferente, por querer siempre más,
por su capacidad de sorpresa, por pelear por sus ideales y por sus
anhelos, por no conformarse, por ir más lejos de lo que deseaban hasta
los que más confiaban en ella, porque en toda la existencia de este
mundo jamás encontraremos a alguien que tenga todo esto y mucho más, y
que ni siquiera tenga palabras para definirlo. Todo esto era Selena. Por
todo esto es recordada. Por eso la gente sigue amando a Selena, y esa
gente que ama a Selena no tiene prensa, no tiene voz, a ella no se le
consulta cómo hay que recordar a Selena, esa gente que daría todo a
cambio de nada por ella no tiene en sus manos la decisión de cómo hay
que llevar el nombre de Selena en este mundo y en esta vida…
¿Qué se le puede decir a la gente que ama a Selena? ¿Que la olvide? ¿Que
se la saque de sus mentes y de sus corazones? ¿Que ya no la escuche más?
¿Que no se alegre al escucharla, que no se deleite al verla, que no
llore su ausencia? ¿Quién tiene autoridad para decirle a la gente que
quiere a Selena lo que tiene que hacer? ¿Por qué deberíamos pensar que
todos los que amamos a Selena somos unos fanáticos que no tenemos otra
cosa que hacer? ¿Por qué confunden Amor con obsesión? ¿Acaso tienen la
osadía de confundirnos con la asesina? Y si tuvieran la osadía de
hacerlo, ¿acaso siguen pensando que esa odiosa persona quería realmente
a Selena después de lo que le hizo a Selena y después de lo que dijo de
Selena después? ¿Acaso no pueden pensar que existe el Amor verdadero,
que se puede dar sin esperar, que se puede llorar de por vida la
ausencia de una persona, que se pueda amar para siempre a una persona? ¿Acaso
no tienen suficiente corazón como para pensar que es posible emocionarse
una y mil veces con las actuaciones de Selena, con la interpretación de
una canción, con la brillante actuación en un concierto? Si cuando
abrazamos a una persona a quien queremos, podemos sentir su respiración
y el latido de su corazón, ¿acaso podemos sentirnos hoy indiferentes al
sentir la respiración de Selena cuando interpretó “Si una vez” en el
Houston Astrodome el 26 de febrero de 1995? ¿Acaso no tenemos suficiente
corazón como para sentir y comprender lo que es verdaderamente amar? ¿Acaso
alguien de “los que no entiende” sabe lo que es amar, experimento alguna
vez ese hermoso sentimiento al que llamamos “Amor”? Si alguna vez esto
le ha pasado a alguna de esas personas, entonces entenderían
perfectamente a lo que uno se refiere, a lo que es sentir, a lo que es
amar a Selena aún hoy…
¿Qué es amar hoy a Selena? Es poder explicar por qué la gente la llora
aún hoy cuando se la nombra. Es esa gente que tal vez la vio en un
concierto en su pueblo, tal vez la vio pasar sonriente por su ciudad,
tal vez recibió su cálido saludo en algún estadio de béisbol cuando dio
algún espectáculo benéfico, tal vez la vio pasar en su micro brindando
conciertos de pueblo en pueblo, tal vez guarde como tesoro algún
autógrafo suyo, algún objeto que haya pasado por sus manos ... Siempre
recuerdo a aquella persona que pudo atajar esa toalla que Selena
arrojara al público a la salida del mítico concierto del Houston
Astrodome el 26 de febrero de 1995. Puedo imaginarme su emoción, puedo
imaginarme su alegría … puedo imaginarme su tristeza tan sólo 33 días
después … Es esa gente que se maravilló cuando la vio de pequeña, que se
sintió conquistada por su voz, por su simpatía, por su espontaneidad. Es
esa gente que gritó por ella en Estados Unidos y en México, que copó sus
conciertos, que cantó sus canciones, que hasta llegó a cantar con ella
una canción. Que jamás le cuestionaron nada, que jamás les importó si no
hablaba bien el español, que no les interesó cuáles eran sus creencias
religiosas o qué hacía con su vida privada. No les importaba porque la
querían, la sentían como su hermana más querida, su representante más
fiel, la persona a la que le confiaban todo. Pocos artistas logran ser
queridos por tanta gente que dio por ella todo del mismo modo que ella
dio todo por su público. Ellos se merecen recibir parte de aquel Amor
que se fue con ella en vez de tanta indiferencia y olvido. Ellos serían
capaces de dar lo que no tienen para que Selena esté en el lugar más
alto en el recuerdo en vez de propiciar su olvido como si ya fuera un
estorbo. Muchas veces gente muy cercana a Selena acusa a esas almas de
no saber nada de música ni del “negocio”, cuando ellas les piden que se
les brinde más material de Selena en concierto para poder revivir
aquello, para poder volver a vivir lo mejor que tenía Selena que era
verla actuar en vivo, en el que se podía apreciar las mejores
interpretaciones de sus temas, ya que ninguna grabación de ningún cd o
dvd ha podido registrar aquello, que era la verdadera magia de Selena,
el verdadero “secreto” de su éxito …Tal vez esa gente no sepa nada de
música. Tal vez esa gente no sepa cómo es el “negocio”. Pero esa gente
sabe lo que es amar. Esa gente amaba a Selena. Esa gente tenía corazón.
Esa gente sabía lo que era Selena. Esa gente supo captar su esencia, su
Amor, lo que ella era verdaderamente. Es esa la gente que aún llora a
Selena y sólo piensa en volverla a ver. Es la misma gente que sueña con
volverla a ver…
Ése es el sentimiento que tengo cuando apago la computadora y me despido
de Selena. El mismo que proféticamente Selena cantaba en “Fotos y
recuerdos”: “Tengo una foto de ti que beso cada noche antes de dormir.
Es todo lo que me queda de tu Amor. Sólo fotos y recuerdos”. El sólo
verla cantar con alegría esa canción me genera ese sentimiento de
tristeza, de perplejidad, de sinsentido. Pero ese sentimiento que me
lleva a despedirme de Selena con un beso demuestra que mi Amor hacia
ella está vivo, sigue vigente, pervivirá por siempre. Ese sentimiento me
lleva a que nunca esas fotos se pondrán amarillas, las borrará mis
sentimientos, se las llevará el viento, serán abandonadas en algún lado.
Eso que siento por Selena no está expresado sólo por esas fotos. No es
sólo lo que me queda de Selena. Al que ama realmente a Selena no le
quedan sólo imágenes de Selena. Todo lo que les queda de Selena está en
sus corazones, que están tan vivos como ella. Y mientras esos corazones
latan, Selena será algo más que fotos y recuerdos, algo más que música,
algo más que éxito, algo más que mito, algo más que leyenda. Mientras
esos corazones vivan, mientras haya alguien que siga amando a Selena a
pesar de todo, Selena siempre se sentirá amada y nunca estará sola.
Mientras esté la gente que la ama, Selena podrá sentir que valió la pena
haber hecho todo lo que hizo por su familia, por su gente y para que
todos sean felices … Selena podrá sentir que ahora puede vivir por el
Amor de los que la quieren brindándose del mismo modo que lo hizo ella…
Eso es homenajear a Selena. Eso es querer a Selena. Eso que hace que la
canción “Fotos y recuerdos” sea eso … sólo una bonita canción
interpretada por Selena…
Yo siempre estaré aquí, Selena, para que siempre sientas que alguien
dará todo su Amor por ti … a cambio de que tú seas feliz…
Dios mío, ¿es que no escuchas mis lamentos, es que no me oyes llorar por
las noches, es que no escuchas mis ruegos? ¿Me vas a dejar sufriendo de
por vida? ¿Es que no me vas a dejar un mensaje de esperanza, un mensaje
de vida, un mensaje de justicia? Si quieres, Dios, no me escuches a mí,
no me atiendas ni repares en mis pedidos. Yo no soy lo importante aquí.
Mi vida ya no importa. Mal que mal a mí me diste la oportunidad de vivir,
me diste la posibilidad de hacer algo, de hacer o de deshacer, incluso
de no hacer nada … Pero, ¿que hay de Selena? ¿Por qué no le has dado esa
oportunidad? ¿Por qué te la llevaste contigo? ¿Por qué la dejaste ir de
esa manera? ¿Por qué no la escuchaste a ella? ¿Por qué hiciste oídos
sordos a sus lamentos, a sus planes, a sus ganas de vivir? ¿Por qué no
premiaste hasta su último esfuerzo por aferrarse a la vida, a sus sueños,
a dar y a recibir Amor? ¿Por qué no la devuelves aquí, por qué no la
dejas que tenga esa oportunidad que hemos tenido todos y que pocos
aprovechamos? ¿Es que efectivamente tú le das pan al que no tiene
dientes? ¿Por qué te la tuviste que llevar si esa decisión dejó en
lamento para siempre a tanta gente, dejó sin esperanza a otra y le
quitaste lo más preciado a Selena que era su energía para dar siempre,
para dar sin esperar, para dar y dejar su sello en este mundo, para dar
y recibir todo el Amor del mundo, que era lo más preciado para ella?
¿No ves, Dios mío, mis lágrimas? ¿Es que no me ves yendo de un lado para
otro reclamándote una explicación, el por qué de mi llanto, el pedido de
piedad? ¿No me ves acaso hablando solo diciéndome y explicándome por qué
Selena me genera tanto Amor que no se lo puedo transmitir, que no se lo
puedo expresar, y que me dejan vacíos el Alma y mi corazón? ¿Es que no
ves que todo eso lo puede provocar una persona con tanto Amor para dar,
una persona tan querible, tan amada, tan extrañada? Nunca me va a
alcanzar recordarla con su música, pues Selena no era sólo la
interpretación de los temas. Selena siempre será recordada por ser una
artista sin igual, única e irrepetible, distinta, entrañable,
ampliamente querida. Pero también será recordada como persona, como
alguien que dio todo y más, que lucho por sus sueños como nadie. Que
siempre le quiso dar a la gente más de lo que se esperaba de ella.
Selena no vino a este mundo para pasar inadvertida. Vino para poner su
sello marcado a fuego, y que nadie lo borre y lo olvide jamás. Pero
Selena no quería ser recordada por un hecho desgraciado, no pidió estar
en las secciones policiales, no quiso que se usara su nombre en vano, no
pidió ser recordada como la artista que pudo haber sido, pero que una
pérfida se encargó de arrebatarle sus sueños, sus aspiraciones, sus
ansias de conquistar el mundo con Amor. ¿Es que no ves Dios que también
lloramos por eso? ¿No ves que no nos lleva a llorarla sólo por un
sentimiento de egoísmo? ¿No ves que no es que lamentemos solamente que
no podamos disfrutar de sus conciertos, sino que sufrimos porque no pudo
ella disfrutar de su vida, disfrutar de sus proyectos, de sus diseños,
de su voz, de su talento, de su familia que hacía poco había comenzado a
forjar? ¿Es que no ves que su ida nos duele, que ese disparo fue también
para nosotros, que no podemos aceptar una vida sin Selena, una historia
de ella con este final tan impropio a su Amor y a su hermosa y rica
historia? ¿Qué mensaje nos quisiste dejar, que le explicaste a Selena
cuando la tuviste frente a ti y le tuviste que dar más de una razón para
que te acompañara? ¿Es que no has visto su rostro? ¿Acaso no viste su
cara mezcla de dolor, impotencia, seriedad, lamento e incredulidad? ¿Acaso
no te apiadaste de alguien que tenía tan sólo 23 años, había dado tanto
en tan poco tiempo y pensaba dar mucho más? ¿Acaso no dudaste en tomar
la decisión cuando estaba grabando su disco en inglés y se estaba
preparando para dar el gran salto, el salto al estrellato, el salto a la
fama, el salto a la consagración, el salto a la felicidad? ¿No sabías
que 1995 era el año más importante de su vida, definitivo para saber
hasta dónde podía llegar, e inicial para una carrera sin límite alguno?
¿Qué poderosas razones te hicieron tomar tal decisión? Habiendo tanta
gente, incluso yo mismo, ¿por qué te la llevaste a Selena? ¿Acaso no hay
otros artistas y tanta gente buena que te pueda llenar de felicidad
todos los días? ¿Era necesario quitarle a la gente la razón de su
felicidad, el motivo para seguir adelante a pesar de todo, a pesar del
sacrificio sin sentido, a pesar de tanta injusticia? ¿Por qué le
quitaste su motivo de orgullo y dicha para subsumirlo en el dolor y en
la impotencia de lo injusto, de lo inexplicable, de lo doloroso? ¿Para
qué dejaste en este mundo a esa asesina que hasta pronunciar su nombre
duele? ¿Por qué no reconsideras todo? ¿Por qué Dios no haces de este
mundo una antesala del Paraíso? ¿Por qué no haces posible ese Paraíso
dejando a Selena con nosotros inundándonos con su Amor, con su vida, con
su canto?
¡¡Vamos, Dios, por favor!! Te lo pido que lo reconsideres, te lo pido no
por mí. No pienses en mí, ni en nadie de los mortales. Piensa en Selena.
Sólo piensa en ella y mira lo que has hecho de ella y dime si era
necesario todo esto. Si me dijeras que sí, te rogaría que revieras todo.
Yo te ayudo. Mis lágrimas te tienen que ayudar. ¡¡Mírame, Dios!! Mira,
Dios, a todos aquellos que aún lloran a Selena y pregúntanos si no
estamos dispuestos a hacer lo imposible para que ella esté aquí
disfrutando de su vida y dando todo de sí. ¡¡Vamos, Dios, por favor!!
Selena es lo más importante de mi vida, la razón de mi existencia. Ella
cambió mi vida aun en su ausencia. Fue ella la que me dio alegría,
esperanza, fe en los demás. Selena me dio la paz, la tranquilidad y la
fe que no había tenido nunca. Selena le dio sentido a una vida que no
tenía sentido ni felicidad para mí. Y no es que ella tuviera la fórmula,
no es que Selena fuera un objeto de veneración. Bastó escuchar su voz,
verla actuar, sentir su carisma, ver sus emprendimientos, ver sus ganas
de dar más de lo que le pedían siempre, dar lo máximo de sí y más para
cumplir sus sueños e impactar a los demás. Bastó ver en Selena que un
mundo es posible, pero para que eso suceda Selena tiene que ser parte de
él. Ella inundó de cariño este mundo, lo encendió con su energía
inagotable, le dio todo a cambio de que le permitieran ser feliz y ser
querida. Sólo pidió eso. ¿Por qué Dios entonces no se lo permitiste
disfrutar? ¿Qué tan necesitado está el Paraíso para llevar a Selena tan
rápido? ¿Es que tú tampoco puedes estar sin su presencia? ¿Es que
pensaste que Selena era demasiado para este mundo, demasiado para
nosotros? ¿Es que creíste que era mejor que Selena cumpliera sus sueños
en tu Reino y no en estas tierras? Si es así, dime qué te ha dicho
Selena, dime si al menos está bien, dime si al menos se ríe como siempre,
dime si algún día podemos volverla a ver, dime si al menos Selena podrá
pasar por aquí para retomar la senda perdida…
¡¡Vamos, Dios!! ¡¡Dale otra oportunidad!! Dale esa posibilidad ... Dinos
en qué podemos ayudar. ¡¡Escúchala!! ¡¡Escúchanos!! Entiende nuestro
dolor. Entiende que nuestro eterno lamento es no poder ver a Selena
consumando todos sus planes, ideas y objetivos. Déjala crecer. Déjala
que pueda intentar. Déjala ganar y déjala perder. Que consiga premios,
pero también permítele fallar. ¡¡Déjala vivir, Dios!! Déjala que llegue
a lo más alto con su canto, déjala que experimente lo que es conquistar
su gran sueño, que es ser la principal artista de Estados Unidos, de
México y de todo el mundo. Déjala que vea cómo artistas de todo el mundo
van corriendo en su búsqueda para hacer duetos, para ofrecerle temas,
para experimentar con ella todas las canciones, todas las melodías, toda
la música. Déjala que vea lo que le ofrece el mundo y que Selena
experimente esa hermosa sensación de libertad. ¡¡Déjala gozar, Dios,
déjala vivir en la Tierra la sensación del Paraíso!! No la conviertas en
una estatua fría y distante, no conviertas en algo tan joven, hermoso y
vital en un mito, en una leyenda. Eso déjalo para después, que lo sienta
cuando ella haya dado todo, haya hecho todo lo que quería hacer. Dios:
¡¡no te lleves para siempre a alguien que tenía tantas ganas de hacer
tantas cosas para sí y para los demás!! No detengas su marcha imparable.
Déjala actuar, déjala que protagonice películas, déjala que vaya a
Europa, a China y a cuanto lugar extraño se le haya ocurrido ir y que
seguramente se le rendirían a sus pies en cuanto la vieran. Déjala que
luego de tantos sacrificios, de años enteros durmiendo o viajando en un
bus tenga la posibilidad de poder hacer a su antojo lo que había soñado
en esas noches largas de insomnio, en las que todo era incertidumbre y
había tanto temor. Déjala que eche rienda a suelta con sus diseños y que
el nombre Selena sea marca registrada por lo que ella ha hecho y ha
mostrado a todo el mundo. Déjala que Selena haga lo que a muchos les
lleva años y ayuda para al menos imaginarlo. Déjala también ver que en
el mundo no es todo color de rosa y que tendrá que enfrentarse a cosas
no tan agradables, pero que lamentablemente tendrá que encarar si quiere
llegar lejos. Que vea eso antes de que sea demasiado tarde, cuando el
mal se le presente con un arma en la mano dispuesta a que el otro no
pueda disfrutar de algo que esa persona sin alma nunca lo lograría por
sus propios medios. Déjala que pueda disfrutar de un mundo al que ella
sólo vio viajando o en conciertos. Déjala que pueda decir abiertamente a
todo el mundo lo que Selena sólo lo decía para sí: que ella era la mejor…
¡¡Dios mío, mírame, míralos, míranos!! ¿Es que es justo que veamos a
Selena, y la tristeza y el absurdo formen parte del recuerdo? ¿Es justo
participar de la incredulidad, del llanto, de la impotencia, del dolor?
Te pido que reveas lo actuado. Te pido que lo reconsideres. Te pido que
hagas lo que tengas que hacer para que haya un mundo feliz con Selena.
Yo me ofrezco. Sí, ¡¡yo me ofrezco!! Me ofrezco para lo que necesites.
Me ofrezco a lo que sea para ver a Selena feliz. Permíteme ofrecer parte
de mi vida o toda para que Selena pueda vivir felizmente la suya. ¿Qué
quieres? ¿Quieres que me ponga en el medio de esa bala dirigida a ella?
¿Quieres que aparezca en su mundo haciendo hasta papeles erróneos o
desagradables, pero que le permitan devolverla a este mundo? ¿Quieres
que me exponga a cualquier experiencia para que ella tenga su
oportunidad? ¡¡Sólo dilo, Dios, manifiéstalo!! Dinos, Dios, qué quieres
a cambio. Yo te lo pido, ¡¡yo te lo ruego!! Te lo pide alguien que no
puede soportar más el dolor, pero que jamás lo calmará olvidándose de
ella, renunciando a volverla a ver, no esperándola más. Dios, a muchos
nos duele su ausencia, todavía nos inunda el desconcierto, no soporta el
paso del tiempo, no tolera que se propicie el olvido o que el recuerdo
sólo se circunscriba a aniversarios. A muchos de nosotros el sólo
recordarla, escucharla, verla, añorarla nos provoca risa, llanto,
algarabía, dolor. ¡¡Selena nos sigue generando vida, Dios mío!! Por eso
tráela, tráela, dile que lo has reconsiderado y que le das una nueva
oportunidad, una continuación a su obra, que le das el tiempo suficiente
como para que ella sea la forjadora de su destino, de su canto, de su
arte, de su diseño, de su vida. Dile que en realidad te has dado cuenta
de lo huérfano que nos has dejado sin ella. Dile que tú te bastas solo,
que es muy egoísta de tu parte tenerla sólo para ti. Que también tienes
que estar con aquellos que la hicieron grande, que la fueron a ver en
esos pueblos que Selena visitaba en su bus, que aún la lloran, que aún
la extrañan, que aún la añoran, que aún la esperan. Dile que hay un
mundo ávido por dar y recibir Amor, y que para eso necesitan de Selena …
Dile que aún siendo Dios tú también te puedes equivocar y que el llanto
de Amor de la gente te hizo pensar lo inútil de las decisiones
“convenientes”…
Si aún dudas, si aún piensas que es mejor así, que lo hecho, hecho está,
y que es mejor esto que has decidido, pues quién sabe qué cosas peores
le podrían haber sucedido a Selena si le hubieses permitido continuar,
te digo que peor que esto no va a poder ser. Piensa en Selena, piensa en
todo su camino, en todo lo que tuvo que hacer para levantar a una
familia, lo que significa ser el sostén económico y emocional de tanta
gente. Piensa en la grandeza de los humildes, de aquellos que sostienen
que todo se puede lograr con honestidad y mucho trabajo. Piensa en el
mensaje que ha quedado para todos nosotros una linda vida hecha añicos,
el triunfo de la falsedad, de la mentira, del engaño, de la traición, y
de la inutilidad de la verdad, de la honestidad, de la transparencia. ¿Qué
mensaje le dejaremos a todos si le decimos que éste es el destino de
Selena, el final increíblemente triste, solitario y sinsentido de una
historia digna de Cenicienta? ¿Es esto mejor para evitar un mal peor? ¿Qué
puede haber peor que esto, Dios? ¿Qué peor puede ser que a alguien le
hagan hacer todo el trabajo, todo el sacrificio, le permitan soñar y
vivir un instante de la consagración para después sacarle todo? ¿Es esto
el “mal menor”? ¿Es esto lo mejor para Selena? ¿Es esto lo que le
podemos ofrecer como premio a tanto Amor, sacrificio, bondad, optimismo,
alegría de vivir? ¿No es mejor darle la vida para que haga y disponga de
ella, y sea Selena misma quien diseñe su destino? ¿Puede esa pérfida ser
lo mejor para Selena? ¡¡Por favor, Dios!! Piénsalo, medítalo y
concéntrate en Selena y en su dolor final, y piensa en aquellos que la
recuerdan todos los días, que contribuyen todos los días a su recuerdo a
cambio de ninguna compensación y con la única finalidad de sacarle una
sonrisa a Selena, donde quiera que esté ... Piénsalo, y piensa que
siempre habrá gente que estará dispuesta a un sacrificio de su propia
vida para que Selena tenga la suya. Que considera que Selena es lo más
importante para ser más tolerable un mundo tan difícil…
¡¡Vamos, Dios!! Tú lo puedes!! Yo sé que puedes hacer un chasquido con
los dedos y hacer que todos nos olvidemos de lo que pasó desde el 31 de
marzo de 1995 para acá. Yo sé que puedes hacernos vivir estos últimos 15
años de nuevo sin que nos demos cuenta. Yo sé que puedes devolver a
Selena a este mundo sin que recuerde nada de lo que le pasó. Y sé que
hasta puedes dejar grabado en su cabecita que bajo ningún punto de vista
cometa ese error, que vea a esa mujer, que desvíe su camino. Sé que lo
puedes hacer. Sé también que dependo de tu voluntad. Yo sólo quiero que
me veas llorar cada noche cuando la veo, yo sólo quiero que veas lo que
hago por ella con mucho Amor pero con mucho dolor. Yo sólo quiero que
repares en mí cuando hago algo por Selena. Quiero que adviertas mi
sentimiento por ella, quiero que sientas el dolor de tanta gente. Quiero
que veas que esa mujer es todo para nosotros, y cuando puedas
convencerte de nuestro verdadero dolor, quiero que la veas a Selena,
quiero que veas su rostro, quiero que veas su expresión, quiero que veas
si su sonrisa es de alegría, o de simple complacencia y de un dolor
inocultable, quiero que veas si esa risa es de felicidad como cuando
estaba cantando en la Feria de Monterrey en 1994, o es de simulación
ante tanta desilusión como lo manifestaba en aquellos reportajes de San
Antonio o Corpus Christi en marzo de 1995. Y cuando te convenzas de que
ella sigue sufriendo por todo lo que ofreció por los demás, pero que
poco pudo hacer por sus sueños y su felicidad, tócale la frente, tómala
de las manos y sólo dile: “Puedes volver a tu mundo”. Ya verás cómo
cambiará su rostro, ya verás cómo te dirá “¿De veras me puedo ir?” y ya
verás que con tu asentimiento ella correrá a buscar sus cosas para no
perder más tiempo y cumplir con todo lo que había soñado por años. Ya
verás cómo te lo agradecerá de por vida y ya verás cuánta gente te
agradecerá que los hayas escuchado. Ya verás cómo el mundo será tal como
tú lo quisiste con sólo corregir una decisión que sólo ha traído
desconsuelo a toda la humanidad…
Sólo eso te pido, Dios … Sé que no es poca cosa, pero sólo te pido eso.
Te lo pido todos los días, te lo ruego con lágrimas todos los días. Sólo
hazlo por Selena, hazlo por su vida, por su felicidad. Y ya sabes: si
alguien tiene que reemplazarla si ella viene para aquí, no lo dudes.
Estoy yo aquí, listo para que Selena sea feliz con todo lo que ella
quiso y no pudo hacer, para que ella sepa aprovechar el tiempo que yo
sólo supe dilapidar…
Eso te pido, Dios. Sólo espero que algún día lo consideres…
Pues yo amo a Selena y sólo quiero para ella lo mejor…
Porque yo sólo estoy aquí por Selena … Yo sólo estoy para que ella pueda
cumplir con todos sus sueños…
Había llegado al sitio de la entrevista puntualmente. Estaba excitado,
con mucho, muchísimo miedo. Estaba por encontrarme con Selena y no sabía
ni siquiera cómo iba a encarar la entrevista. Había ensayado miles de
veces, había planificado una y otra vez las preguntas en función de mi
objetivo, había estudiado las cosas que le iba a preguntar, las cosas
que le quería decir para sorprenderla y las cosas que debía callar para
no preocuparla. Pero todo se me había borrado por completo desde el día
anterior cuando sabía que en poco tiempo me encontraría con ella. Me
dolía el estómago, sentía un profundo nerviosismo, la ansiedad de la
espera del momento me atormentaba, el saber que era fin de febrero de
1995 y faltaba poco tiempo me angustiaba más … Hasta la duda de cómo
llamarla me generaba un nerviosismo incontrolable. ¿Cómo hacer para no
decirle “Cuídate, Selena, no quiero decirte que falta poco tiempo. ¡¡Entérate
tú, corrige el camino a tiempo!! ¡¡Piensa sólo en ti y en lo que quieres
hacer para ti!!”? En el medio de mi ansiedad, el señor Quintanilla entró
en el estudio de q-productions. Habló con una persona y ésta me señaló a
mí. De inmediato se acercó a mí y me extendió su brazo para saludarme.
Me dijo que su hija vendría en breve y que aceptaría gustosa ser
entrevistada por alguien de tan lejanas tierras. Luego me dio algunas
instrucciones sobre qué preguntas eran las más convenientes para la
entrevista, que no tenía mucho tiempo dadas las intensas actividades de
su hija, y se quiso asegurar qué tanto sabía de Selena. Le dije lo
básico, pero lo suficiente como para convencerse de que sabía muy bien
de qué se trataba la historia de su hija. Lo convencí a tal punto de que
esbozó una sonrisa y me dijo. “Ojalá que muchos en Argentina sepan tanto
de Selena como tú. Si es así, ¡¡el éxito de ella está asegurado en
cuanto lleguemos allí!!”. Yo le dije. “No se preocupe, señor
Quintanilla. Su hija ha llegado ya a lugares inimaginables aún para
ustedes. Y está a un tantito así para que despegue y su éxito sea
irrefrenable. En cuando pise Sudamérica, América latina toda caerá
rendida a sus pies”. Él se sonrió de satisfacción, me dio una palmadita
en la espalda y me dijo que ojalá Dios desee eso y se retiró no sin
antes darme las gracias por venir desde tan lejos para entrevistar a
Selena y de prometerme que en breve estaría aquí. Yo le retribuí el
saludo y volví a subsumirme en la mayor de las angustias. “Pronto estará
Selena aquí. ¿Qué voy a hacer? ¿Qué voy a decir? ¿Qué le preguntaré
cuando la tenga enfrente y me quede encandilado? ¿Qué tendré que decirle
para que piense en lo que le quiero decir?”. El sólo hecho de pensar que
estaba a tan poco tiempo de aquella desgracia, de que yo poco podía
hacer, y de que sólo podía hablarle y hacerle pensar en lo que estaba
sucediendo sin que pensara que ella debía hacerse cargo de todo me daba
una tremenda angustia, rayana a la locura. El sólo hecho de pensar que
lo que quería decirle es que piense en ella, que piense en sus metas
personales, que los problemas de otros son eso, problemas de otros, y de
que lo que no hiciera ella por sus sueños no lo iba a hacer nadie me
daban ganas de estallar en gritos y de decirle sin más lo que iba a
suceder si no hacía algo a tiempo, gritarle y mostrarle todas las cosas
que se hicieron después en su recuerdo y decirle si era ésta la forma en
la que quería que se la recordara. Ser aun más cruel y mostrarle fotos,
recortes de diarios, libros e innumerables homenajes y preguntarle si
ella estaba preparada para semejante recuerdo, para ser recordada como
un mito y como una leyenda, pero que poco podría hacer para lograr todo
lo que quería .... Gritarle, en definitiva, si era eso lo que deseaba
... Miraba a mi alrededor y veía los recortes actuales, los premios,
fotos de Selena con José Behar, con Los Dinos, con su familia. Empecé a
preguntarme si yo estaba preparado para esto y de golpe escucho un
“¡¡Hi!! ¿Cómo están todos?” … ¡¡Era Selena!! Sí, era ella y ¡¡no lo
podía creer!! … Empecé a dar cuenta de que estaba en el medio del baile
y de que no podía escaparme, y ¡¡menos de ella!! Tenía que enfrentarlo,
tenía que enfrentarla, tenía que hacer algo por ella...
Parecía que todo estaba preparado para mí. Selena lucía increíblemente
bella. Se la veía como yo lo hubiese soñado. Estaba vestida
prácticamente igual que en aquella presentación del programa “Un nuevo
día”, emitido el 3 de noviembre de 1994. Estaba con su pelo larguísimo y
con flequillo, lucía un bustier y minifalda negros, y unas hermosas
botitas al tono. Estaba muy maquillada y muy arreglada para la ocasión.
Y es que había más de un motivo para presentarse así. Venía de un
sinnúmero de entrevistas y de presentaciones luego de su formidable
presentación en el Houston Astrodome, además de estar preparando su
disco en inglés. Yo estaba mudo y tendía a hacerme el desentendido
mientras temblaba como una hoja, y sentía congelados los pies y las
manos. Esperaba que Selena terminara de hablar con su padre y de que
éste le señalara el camino hacia mí. Ya para ese entonces estaba
frenético. Por un lado, deseaba que estuviera frente a mí como lo había
deseado durante tanto tiempo, pero por otro tenía pánico en cuanto
Selena se fijara en mí, en cuanto me observara, en cuanto repara en mí y
me mirara de arriba a abajo. Me sentía como aquellos varones que se
presentaban para representar de “ex novios” cuando Selena interpretaba
“¿Qué creías?”, y que no sabían cómo Selena los iba a encarar. Dependía
de su ánimo, pero también dependía de lo que le transmitía su “ex novio”.
Eso me atormentaba aun más. Me sentía pequeño ante tamaña estrella, pero
pronto ella se encargaría de que yo no me sintiera así … En cuanto volví
a mirar para el lado en el que estaban todos, vi con temor mayúsculo que
Selena venía sonriendo hacia mí. Llevado por mi miedo, apenas si levanté
la vista hasta que la tuve bien cerca. Bastó con observarla, bastó con
ver su sonrisa, bastó con que fuera ella quien me preguntara cómo estaba
yo, bastó con que sin siquiera me diera tiempo a decirle nada para que
me diera un beso y me agradeciera semejante atención para con ella para
que yo me sintiera otro, para que sintiera que estaba tocando el cielo
con las manos, para que me sintiera en el paraíso, para que me sintiera
que estaba con lo que más deseaba estar en toda mi vida…
- Antes que nada, quiero decirte si te molesta si te digo “Selena” y no
“Selina”. Yo sé que prefieres que se te diga “Selina”, pero entiende que
para nosotros que hablamos el español desde siempre nos cuesta
pronunciar la “e” como “i”, como se hace en inglés. Además, para mí
decirte “Selena” es ponerte en la dimensión que tienes como artista y
como persona. Sé que suena tonto y banal, pero…
Ella me interrumpió. Tal vez notó que estaba haciéndome un gran problema
con ello y me dijo:
- Pero, por favor, Sergio. ¿Qué me dices? ¿Cómo me habría de molestar
que me llames así? Vienes de tan lejos con palabras tan elogiosas hacia
mí, me halagas con lo que escribes, haces que se me conozca en tus
tierras como nadie y piensas que me voy a molestar por ello. ¡¡En
absoluto!! Aparte, ya me acostumbré a que me llamen de las dos maneras.
Tal vez al principio me desconcertaba que me llamaran “Selena” porque no
entendía el motivo. Ahora lo sé y la mayoría lo hace por lo que tú me
dices. Pero oye, ¿Cómo estás tú? Se te ve bien, pero te noto nervioso.
Te tiemblan las manos al tomar nota de mis palabras. ¡¡Ya noté que
tenías las manos heladas!! -y echó a reír en una de sus clásicas
carcajadas mirando a todo su entorno que la acompañaba de su ocurrencia-.
¡¡Vamos!! ¡¡No es para tanto!! No estás ante Gloria Stefan, Whitney
Houston, ni nadie de esos artistas tan famosos. Estás frente a mí…
- Estoy ante Selena, ni más ni menos -esta vez la interrumpí yo, estando
mucho más seguro de mí mismo-. No sé si eres consciente de lo que
significas para tanta gente, para tantas personas. Tuve oportunidad de
estar en el Houston Astrodome y me quedé impactado. Debo confesar que no
esperaba semejante actuación. No te había visto en concierto, no tuve
oportunidad de ver nada de ti en directo. Nunca vi a nadie actuar de esa
manera. ¡¡Eres fantástica!! Para mí ya eres una realidad. Pero lo que
más me llamó la atención es la relación que tienes con el público. En
verdad, la gente te ama. No ven en ti sólo a una artista a quien admiran.
Te ven como un familiar, como alguien cercano a quien quieren mucho. ¿Eres
consciente de ello? ¿Sabes que la gente tiene grandes esperanzas en ti?
- Sí, sé del cariño que me tiene la gente. Tal vez no haya dado cuenta,
ahora que lo dices, sobre las expectativas de la gente. Cuando canté
“Como la Flor” gocé mucho de ese momento porque me sentí muy querida.
Ahora que lo pienso, siempre desee eso y siempre busqué que me quisieran.
Tal vez me gustó ese momento porque la expresión de la gente hacia mí
surgió sola, no fue como respuesta a algo que yo había generado. Era
cantar, bailar, y escuchar el griterío y el amor de la gente. Tal vez
eso me hizo sólo sentir placer sin pensar si faltaba mucho para terminar
la canción, sin siquiera hacer nada más que escucharme y escucharlos.
Sentí como nunca el Amor de ellos, sentí que me estaban dando lo que
siempre había deseado. El final y la despedida fueron momentos muy
lindos para mí. Me costaba creer lo que estaba viviendo. Sentí como
nunca que había logrado muchas cosas. En más de una oportunidad me
acordé de cuando era niña y todo era miedo e incertidumbre para mí…
- ¿Y es por eso que daba la sensación de que no querías irte? ¿Que
cuando bajaste del auto que te llevaba a la salida y los custodios te
invitaban a irte a tu camarín, tú te resistías y seguías asomando la
cabeza para despedirte hasta del último espectador que coreaba tu nombre?
- ¡¡Hey!! ¡¡Qué buena observación!! ¡¡No sabía que alguien lo había
notado!! ¡¡Ni que hubieses visto infinidad de veces esa salida del
Astrodome!! Sí, recuerdo bien ese momento ... Si bien soy de devolver
cada uno de los saludos y estoy acostumbrada al cariño de mis fans, esa
noche no me quería ir. Fue muy conmovedor ese concierto. Me generaron
muchas sensaciones. Mi padre siempre me enseñó a ser amable con la gente.
Por eso no escatimo ninguna muestra de agradecimiento hacia ellos. Pero
esa noche la viví como si fuera la última. Tuvo un gran significado para
mí. Les di lo de siempre, pero les adelanté lo que vendría. Tenía temor
por si les iba a gustar o no. Pero la gente respondió como siempre y eso
me emocionó. Confieso que me quedé mucho tiempo sola en mi camarín
pensando en eso y en mi futuro…
- ¿Y cómo ves tu futuro?
- Es un año clave para todos nosotros. Sabemos que estamos haciendo una
apuesta muy fuerte, pero confiamos en que todo saldrá muy bien. Sabemos
que hemos llegado lejos, pero ahora hay que saber mantenerse y saber que
hay que seguir esforzándose para llegar a lo más alto…
- ¿Tú te sientes preparada para todo? Tú sabes que la fama luego de tu
disco en inglés te expondrá a cosas hermosas pero te enfrentará a gente
diferente, a gente que por ahí no gustará de tu éxito, que te criticará,
que tratará de minimizar lo logrado, que te envidiará, que querrá
aprovecharse de tu fama. ¿Ése no es un riesgo del cual no están
acostumbrados a afrontar?
- Es verdad. Nosotros siempre fuimos muy honestos y siempre hemos dicho
lo que pensamos. Tal vez haya gente no muy buena que no guste de lo que
hacemos, de lo que pensamos, de lo que creemos o de nuestro éxito, pero
confiamos en que todo eso lo podemos superar. Si hasta ahora pudimos, ¿por
qué no lo podremos superar ahora?
Justo en ese momento aparece esa mujer. Apenas ve que está Selena en la
entrevista, la saluda desde lejos, pero no interviene. No deja de
mantener el bajo perfil para que nadie repare en ella, para que nadie
piense que ella tiene planes y tiene ideas, para que nadie sepa que ella
es el verdadero peligro. Supongo que Selena me iba a aclarar el saludo,
pero yo, para demostrar mi atención por lo que estaba sucediendo, pero
sin que ella sospechara lo que sentía por esa mujer, le dije:
- ¿Sabes? Siempre sentí curiosidad por tus saludos. Noto que siempre
saludas a la gente. Les dedicas un beso, tu mano extendida, les indicas
que agradeces cada palabra de Amor que recibes tomando ese gesto con la
mano y llevándolo a tu pecho o a tu mejilla. Y sé que lo haces desde muy
chica. Vi que por lo menos desde los 15 años lo haces cuando tuve la
oportunidad de ver imágenes de tu concierto en Matamorros, que se
transmitiera en el Show de Johnny Canales. Allí noté cómo saludabas a
cada uno de los asistentes siendo tan pequeña. ¿Cómo es que lo adoptaste
a tus conciertos?
- ¡¡Hey!! No dejas de sorprenderme. ¿Cómo sabes todo eso? ¡¡Es como si
me hubieses visto desde siempre!! ¿En serio no eres de Texas? ¿No has
estado aquí antes? ¡¡Me intrigas!!
- Yo creo, Selena, que debes saber a esta altura de tu vida que eres más
conocida y más querida de lo que tú crees. Yo te puedo asegurar que en
mi país ya tienes fans aun cuando allí no se consiguen cosas de ti.
Apenas si se pasa algún video tuyo en MTV. Y aun así ya eres conocida.
Me gustaría que lo supieras, más que nada a la hora de tomar cualquier
decisión, a la hora de que te encuentres en alguna disyuntiva… Pero oye,
aún no me has dicho cómo aprendiste lo de los saludos…
- Mi padre estuvo al tanto de estas cosas. Él siempre nos inculcó que
debíamos ser agradecidos con el público y con todo lo que recibiéramos
de él. Que sin ellos no seríamos nada. Y es por eso que se me ocurrió
saludarlos y agradecerles todo de las maneras que se me ocurrían. A
veces el no saber el español me imposibilitaba expresarme, pero a mí
siempre se me ocurría algo para sorprenderlos.
- Supongo que el cantar desde muy pequeña y estando sola con un
micrófono ante un público te debe haber dado mucho miedo y te hizo
pensar en un montón de estrategias para agradarlos…
- Sí, efectivamente. ¡¡Y ese miedo aún existe!! Siempre tengo miedo y
siempre lo tendré. Pero aprendí desde muy chica a estar privada de
tantas cosas y de lo que cuesta conseguirlas. Pero que todo se puede
conseguir con honestidad y mucho amor. Y que cada cosa que se consigue
hay que valorarla como oro. Yo sé del valor de cada pequeña cosa… Y sé
que nada es imposible. Que todo se puede lograr…
- “The impossible is always possible”.
- ¡¡Exacto!! ¡¡Y ahora me sorprendes con tu inglés!! -y echa otra vez
una de sus hermosas risotadas-. Ésa es mi forma de ver la vida. Así lo
aprendí y así será siempre…
- Supongo que debes amar mucho a tu padre. Porque de alguna manera todo
empezó porque por miedo a que él se ocupara más por hacerle aprender a
tocar el bajo a tu hermano, tú te aprendiste unas viejas canciones que
tenía guardadas en un libro y así pudo él apreciar tu talento nato para
cantar…
- ¡¡Oye!! Por momento me dejas anonadada. Para ser de tan lejos y de un
país que poco me conocen sabes muchísimo. Me halaga pero me asusta. ¿Acaso
vienes de otro planeta? ¿Acaso vienes del futuro? -y echó a reír de
nuevo, pero esperando mi respuesta con mirada inquisidora-…
Si supieras, Selena, si supieras de donde vengo … Muero por decírtelo.
Muero por decirte toda la verdad … ¡¡toda!! Pero no puedo…
- ¡¡No es para tanto, Selena!! Digamos que me esmeré mucho por saber
mucho de ti para estar a la altura de una gran artista como es lo que
eres, y sabiendo y no teniendo ninguna duda de que llegarás bien lejos …
Sé también que tu gran proyecto son los diseños y de que por eso has
abierto tu boutique aquí en Corpus Christi y en San Antonio, y que vas
por Monterrey y México DF… ¿Pero no vas muy rápido? Hay artistas que
primero hacen su carrera musical y recién al final de sus carreras se
dedican a sacar sus diseños, lanzar un perfume o dedicarse a otros
menesteres…
- Es que éste es mi gran sueño. Es tan importante como cantar. No es un
hobby. Querría ser conocida en todo el mundo por mi canto pero también
por mis diseños. Quiero que la gente sepa que puedo dar mucho, que tengo
capacidad para ello y que puedo lograr que toda la gente vista mi ropa…
Todo el día pasan por mi cabeza cientos de ideas y en cuanto tengo
tiempo libre las pongo en marcha. No tengo tiempo que perder. Sé que soy
joven, pero no sé si me alcanzará la vida para hacer todo lo que quiero.
Muchas veces quería pero no lo podía hacer. Ahora que tengo la
oportunidad no la puedo desaprovechar. ¡¡No hay tiempo que perder!!
- Ojalá todos fueran como tú, Selena. Con personas como tú, la humanidad
estaría salvada ... Pero hay una cosa que me llama la atención. Hay
mucha gente que te preguntan cómo te gustaría ser recordada, a tu madre
le preguntarían que haría sin ti … ¿No crees que es prematuro que te
hagan esas preguntas con todo lo que quieres hacer y con todo lo que te
falta dar? ¡¡Estás por cumplir tan sólo 24 años!!
- Sí, es cierto lo que dices. Tú me estás haciendo pensar en que esas
cosas deben tener un significado. Les debo estar transmitiendo algo que
ignoro ... Por lo pronto les diré lo que dices. ¡¡Que aún tengo mucho
para dar!! Ahora que lo pienso, ¿por eso me dijiste antes eso de que “tú
sabes que la fama luego de tu disco en inglés te expondrá a cosas
hermosas pero te enfrentará a gente diferente, a gente que por ahí no
gustará de tu éxito, que te criticará, que tratará de minimizar lo
logrado, que te envidiará, que querrá aprovecharse de tu fama”? … Tal
vez … Tal vez debería pensar más en ello…
- Sí, Selena. Yo pensaría mucho en esas cosas … No sabes la gente
envidiosa y con malas intenciones que hay en todo el mundo … ¡¡y no muy
lejos!! A veces están más cerca de lo que tú crees ... ¿Cómo tomarías
que alguien a quien conoces te mienta o te defraude?
- No tolero las mentiras y las deslealtades. Eso me enfada mucho. Si me
pasara encararía a esa persona, y le diría lo que pienso y que no espero
más nada de ella. Soy muy impulsiva. También soy de buscar arreglar las
cosas por mi cuenta. Muchas veces tuve que enfrentarme a ello y supe
lograr lo que me proponía y superarlo…
- Pero sabes, Selena, que la vida te da sorpresas, y muchas veces no son
agradables. A veces uno confía en gente que no es tan honesta como tú y
cuando quieres reaccionar puede que sea tarde…
- Tal vez. Pero pienso que eso no puede pasarme ... ¡¡Oye!! A veces
pienso que tú me preguntas como si supieras de algo, de que te preocupa
algo de mí como si presintieras algo y de me estás aconsejando como si
me conocieras de toda la vida … ¿Me tengo que preocupar? -y echó otra de
sus carcajadas, pero esta vez de nervios, como tantas otras veces-.
- Yo me detendría en esas palabras tuyas que dijiste en el Houston
Astrodome al final de “Como la Flor” … ¿Las recuerdas, no? Esas de “Mil
abrazos y mil besotes a cada uno de ustedes. Cuídense muchísimo y nos
veremos muy pronto. Hasta luego, ¡chau!”.
- ¡¡Wow!!! Las recuerdas como si las hubieras escuchado miles de veces.
¿Cómo las has memorizado? ¡¡Sí, es cierto!! Las dije … Es mi forma de
retribuirle todo a mi público que tanto me admira…
- Pero míralo de este modo. Tal vez estas palabras las tengas que tener
grabadas para ti. Tú también debes cuidarte muchísimo, pues tu público
también quiere verte muy pronto. Piensa, a la hora de tomar cualquier
decisión, en ese público que tanto te espera, que tanto te quiere.
Piensa en él como tú piensas en tus sueños, en tus anhelos, en todo lo
que proyectaste para tu vida. El cumplimiento de tus sueños es el
cumplimiento de sus sueños. No lo olvides nunca Selena. ¡¡Todos nos
debemos cuidar para que todos nos volvamos a ver!!
- Te lo prometo, palabra de honor. Sé que me lo estás diciendo de
corazón y lo tendré bien en cuenta. ¡¡Pensaré en eso que tú me has dicho!!
El señor Quintanilla me hizo una evidente seña de que se debía terminar
la entrevista. Por suerte no estuvo tan al tanto de lo que habíamos
hablado, porque estaba atendiendo a mucha gente que requería de Selena.
Si no hubiese sido así, tal vez me hubiese regañado, pues no le hice
mucho caso a sus indicaciones. Selena me miró con lamento y me hizo una
seña como diciendo “Es mi padre…”. Yo me levanté y le dije que no había
problema, que en todo caso lamentaba no poderle haber dicho más cosas,
como felicitarla por su Grammy, por conciertos tan lindos como el de
Corpus Christi 1993, Acapulco 1994 o los del Far West Rodeo 1994 de
hacía tan poco. No pude dejar de decirle sobre estos últimos que, más
allá de que ella estuvo fantástica en todos, me encantó aquel que lucía
vestida de azul. Selena asintió y me dijo que a ella también le gusto
ese concierto, porque se sintió libre y feliz, que se sentía plena y que
nada la podía detener … Estuve por estallar en lágrimas, y antes de que
ella lo notara le dije:
- Disculpa mi falta de cortesía, Selena, pero creeme que no lo hice
antes por ser muy tímido y porque no quiero que pienses que esto es lo
más importante para mí … Pero realmente luces bellísima. ¿Sabes que me
recuerdas a lo linda que estabas en el programa “Un nuevo día”? Ese día
diste un lindo concierto y me encantaron tus palabras en el reportaje
que diste, aparte de cantar “Si una vez”, mi tema preferido…
- ¡¡Ay, Sergio!! No sé cuándo viste esos programas. Pero ya no importa.
Importa cómo te has preocupado por mí y cómo me halagas en todo sentido.
Y creeme: ¡¡también me gusta que me digas que soy linda!!
Ella se acercó emocionada para abrazarme. Sabía que me estaba
despidiendo. Se me hizo un nudo en la garganta, quería contenerme, pero
no pude. La abracé bien fuerte, quería que sintiera lo que me pasaba
mientras lo hacía y le dije casi al oído, para que sólo la escuchara
ella: “Recuerda Selena. Tú eres la mejor. No permitas que te saquen de
ese lugar. Cuídate muchísimo, mucho, mucho. Haz lo que tengas que hacer
y lo que quieras. Si lo haces, sé que triunfarás”. Cuando me aparté de
ella, yo estaba llorando. No podía dejarlo de hacer. Pero por alguna
extraña razón, ella me miró como entendiéndome, como si supiera de qué
se trataba todo. Me miro tiernamente, tomo mis manos y me dijo:
- No te preocupes, Sergio. Me cuidaré muchísimo y nos veremos muy
pronto. Sé que te veré en Argentina. En cuanto llegue te buscaré para
que tú me hagas conocer tu país. Igual, yo sé que estarás allí
esperándome y eso me dará una gran alegría …
Y se acercó a mí y me dio un beso en la mejilla bien fuerte, a tal punto
de dejar su marca labial…
- ¡¡Oh!! Te manché. Déjame sacarte la marca de mis labios…
- ¡¡No!! ¡¡No lo hagas!! Déjalo así. Déjame irme así, con ese recuerdo,
como si fuera un tatuaje, como si fuera ese micrófono que queda con tu
marca luego de un concierto. Déjalo así. En todo caso, ven a sacármelo
cuando vengas a la Argentina. Lo tomo como un compromiso. Como algo que
harás inexorablemente a pesar de todo, a pesar de todas las dificultades,
a pesar de mí. Recuerda. Piensa que te estaré esperando, que todos te
estaremos esperando allí. ¿Lo harás, no? ¿Me lo prometes?
Ella echó a reír y a pesar de todas las señas que le hacía su padre,
ella le dijo que esperara un tantito más y me dijo para tranquilizarme:
- ¡¡Pues claro!! Claro que lo haré. Lo haré aunque más no sea por este
momento tan agradable que me hiciste pasar…
Y la dejé ir. Ella se fue despidiendo y daba vueltas varias veces para
dejarme su saludo. Lo sentí como una despedida larga que uno no deseaba,
pero que tenía que ser así. Quería correr para abrazarla y decirle todo,
todo, todo … Pero no podía. En cuanto se fue de mi vista, corrí
rápidamente hacia fuera y eché a llorar desconsoladamente. Selena era
como yo me imaginaba y no quería que se fuera, no quería que se nos
fuera tan linda persona. Invoqué a todo el mundo y a Dios para que
reviera su decisión, para que no la dejara ir. Lloré mientras caminaba
hacia la nada, sin esperanzas y sin rumo fijo… Cuando tomé conciencia y
estaba por tomar un taxi para irme al aeropuerto, vi que un auto pasaba
a toda velocidad y alguien que me gritaba desde la ventana: “¡¡No te
olvides de mí. Pronto te volveré a ver!!” … Era Selena … Yo extendí mi
mano y le di mi mejor sonrisa. Corrí y salté para que me viera, para que
supiera que la había visto. Grite: “¡¡Te veré pronto, Selena!! ¡¡Cuídate!!
Te esperaré siempre, toda mi vida, toda mi existencia. ¡¡Siempre mi
corazón estará contigo!!”.
Y me fui … No quise mirar más. Me quise quedar con esa última imagen,
con la imagen de la esperanza. Quizá cuando vuelva todo sea diferente.
Quizá cuando vuelva podré ver a Selena y agradecerle por haber cumplido
su promesa…
Sé que si llego a publicar esta entrevista en el diario “La Nación” mi
sueño se habrá hecho realidad. Que no será una quimera, que tal esfuerzo
no fue en vano. Quiero creer que cuando vuelva todo será distinto, todo
será feliz. No importará mi realidad, no importará lo que haga, no
importará lo que me pase. Importará que pude no sólo entrevistar a
Selena como un mero periodista recién recibido que logró una gran nota …Importará
que vendrá Selena. Mientras tanto tendré su marca labial en mi mejilla
para que sea ella quien me la saque, para que sea ella quien me salude,
para certificar que ella vendrá a cumplir su promesa, para confirmar que
meditó todo, y que pensó que ella nació para ser la mejor y que hará
todo lo posible para validarlo. Será en el momento en el que vuelva a
abrazarla aquí en mi país otra vez llorando, pero esta vez de felicidad,
y poder decirle “Sí, Selena, lo lograste, has triunfado, eres una
realidad, eres feliz y exitosa, eres la mejor” … Será en el momento en
el que le dibuje a Selena una sonrisa de satisfacción, la satisfacción
del que lo logró, la satisfacción del que puede con todo y con todos
sólo con Amor…
Ojalá que cuando vuelva a mi Buenos Aires querido, yo la pueda volver a
ver…
Mientras tanto, la seguiré esperando con todo el Amor que le tengo, con
el corazón que sólo le pertenece a ella…
… Yo sólo estoy aquí en este mundo para recordar con Amor a Selena, para
que su nombre siempre esté en lo más alto y para que nunca, nunca, se
sienta sola…
Un día me levanté y dije basta, un día me desperté y sentí que no iba a
poder con tanto dolor, con tanta angustia, con tanta soledad. Pensé que
debía abandonar, que debía abandonarla, que debía olvidarme de ella, que
ya no podía más, que ya su ausencia me era intolerable y que me llevaba
a la locura, a la impotencia, a la sensación de derrota y de fracaso. Su
dolor era mi dolor. Su partida de este mundo era la muerte para mí. El
sólo encarar cada día sin tener noticias de ella, sin saber de ella, sin
verla en un lugar, sin verla en el sitial en el que ella debería estar
ahora me era inaceptable, incomprensible, inaudito. “No puedo más con
tanto dolor”, me dije. “Tal vez tenga que pegar la vuelta y no volverla
a ver, no escuchar más sus canciones, no mirar más sus videos, no pensar
más en ella, no nombrarla más. Tal vez así se me iría la angustia de mi
alma y de mi cuerpo, se me dibujaría la sonrisa en mi rostro otra vez.
Tal vez un nuevo sol salga y una nueva vida nazca para mí. Tal vez deba
hacerle caso a quienes una y otra vez atacan a sus fans diciéndoles
“Déjenla descansar en paz. No ven que ella ya no está. ¿Para qué siguen
hablando de ella, para qué la siguen molestando? No le hagan el juego a
los que lucran con su figura. Ya déjenla descansar en paz!”. Tal vez
tengan razón. Tal vez ella quiera eso. Tal vez no quiere que la
nombremos más. Tal vez tenga sentido que cierren sus boutiques, tal vez
haya que dejarse llevar por el paso del tiempo y dejar que él se
encargue de que se lleven sus sueños, sus anhelos, su esperanza, su
energía, su vitalidad. Tal vez llegó el momento de pensar que no vale la
pena hacer el esfuerzo de que se divulguen sus imágenes, de que salga
nuevos dvds con tantos conciertos y presentaciones de ella que jamás
salieron a la luz o que sólo salieron parcialmente. Tal vez llegó el
momento de no ver más nada, de ceder, de olvidar, de ver otras cosas,
otras actuaciones, otros artistas. Tal vez no valga más la pena verla si
no hacemos más que llorar y añorar por una vuelta que nunca se
concretará. ¿De qué nos sirve ya ver sus imágenes si lo único que nos
genera es dolor? ¿De qué nos sirve ver una y otra vez sus videos si nos
retrotraen a momentos lindos que nunca más volveremos a ver? ¿De qué nos
sirve evocarla si ya se destaca otra gente, otros artistas que
seguramente ni la vieron actuar? ¿De qué nos sirve que incluso algunos
la evoquen sin que nos dé la sensación de que para muchos es el paso
obligado para ganarse al público, sobre todo el de Texas y el de
Monterrey, más que porque la tengan presente en sus canciones, en sus
actos cotidianos, en su forma de ver las cosas, en su ejemplo de vida?
Cada vez que veo los artistas que surgen hoy, que tienen éxito mundial y
que llegan a Hollywood no puedo más que agarrarme una y otra vez la
cabeza, y decir a los cuatro vientos “¿Cómo puede ser que ella no esté
allí en ese lugar? ¿Cómo puede ser que no esté deslumbrando su figura en
el Madison Square Garden en Nueva York, en el Astrodome de Houston,
Texas, o en tantos otros estadios a lo largo y a lo ancho de los Estados
Unidos, en México y en todo el mundo? ¿Cómo puede ser que el mundo no se
quede impactado al verla en programas de televisión como “Saturday Night
live”, “American Idol”, o como los de David Letterman o de Larry King? ¿Cómo
no llegó ella a lo más alto del éxito mundial? ¿Cómo ella no tiene su
nombre en el Paseo de la Fama en Hollywood? ¿Cómo sólo tiene una
estrella en el Hard Rock Café de San Antonio? ¿Cómo han llegado ellos y
ella no? ¿Cómo me explico esto? ¿En qué se falló? ¿Qué se hizo mal? ¿Qué
no previeron? ¿No estaban acaso preparados? ¿No habían pasado por miles
de obstáculos tan difíciles y tan complicados en la vida y los habían
sorteado a base de esfuerzo, talento, unión y mucho sacrificio? ¿Cómo
sólo una persona tan mediocre, pero con características psicopáticas
evidentes que nos hacen pensar cómo la aceptó todo el entorno familiar,
pudo más que todos ellos, con tantos años de lucha, con tanto Amor que
terminó desechado como si fuera arrojado a un tiesto de desperdicios? …
No. No me puedo llamar a engaño. Porque es por eso es que lloramos todos
los días por ella. Porque no nos sirve que nos digan que triunfó, que
llegó, que cumplió su sueño. Tampoco nos sirve que esté inmortalizada en
bronce, en oro, o en el material que sea, y que esa imagen nos hable,
nos explique y nos convenza de que es un mito, de que es una leyenda.
Creo que si a ella le hubiesen dicho si quería llegar a ser eso en la
vida, se hubiese echado a reír a carcajadas, hubiese proferido una de
sus clásicas risotadas y nos hubiese dicho más en serio que falta mucho
para pensar en ello. Que hay tiempo. Nos diría que antes que ello hay
tantas cosas por hacer, tantos sueños que cumplir, que lo que menos
pensaría es que la recuerden de esa manera. Le alcanzaría con ser
recordada con Amor. Con eso le bastaría. Ella diría que no podría
tolerar que no la quisieran, que la ignoraran, que no le demostraran
afecto, que la abandonaran .... Eso sí la afectaría. Esas cosas sí que
no las podría tolerar…
Ya no. Ya no puedo seguir así. Tal vez deba conformarme con
explicaciones extravagantes que me digan que el mérito es de mucha gente,
y que esa gente está entre nosotros para decírnoslo y hacérnoslo
recordar de por vida o mientras ellos estén. Tal vez deba conformarme
con explicaciones que nunca calmarán el dolor de su ausencia pero al
menos me hará dormir tranquilo con la conciencia tranquila, sin hacerme
preguntas, pensando que todo fue un hecho desgraciado e inevitable. Tal
vez nos hace falta con recordarla en los aniversarios, tal vez alcance
con escribirle en fechas importantes, tal vez nos satisfaga decir cada
tanto que es la Reina del Tex Mex. Tal vez eso me conforme y me haga
sentir satisfecho. Tal vez con comprar sus discos, tener lo que se me
permite ver, tal vez el saber que algún día, alguna vez, en un pequeño
momento en la historia de la humanidad ella acaparó la atención de este
mundo me reconforte y me ponga feliz. “Al menos vio algo”, diré. Tal vez
me contente con ver que ella llegó a ver lo que era el éxito, lo que era
ser querida, lo que era llegar a lo más alto empezando bien de abajo sin
otro capital que la voz, el carisma, la gracia, la personalidad y la
energía. Tal vez me contente con ver que parte de lo que quería hacer
para su vida lo pudo empezar a realizar, que alcanzara a ver que dejaba
de ser un sueño lejano, que se estaba convirtiendo inexorablemente en
realidad …Tal vez me tenga que conformar y resignarme, resignarme a que
fue bueno mientras duró, fue bueno mientras Dios la acompañó y la dejó a
que echara rienda suelta a todo lo que quería realizar, aparte de lo que
debía hacer. Tal vez me tenga que conformar que Dios la dejara ver y
apreciar que se podía llevar el mundo por delante si se lo proponía, que
su Amor era capaz de todo, que podía acaparar la atención de todos. Que
sólo ella podía hacer cantar a mujeres, varones, niños, ancianos. Que
sólo ella podía robar los corazones de los hombres sin que sus novias o
esposas se molestaran por ello pues se trataba de ella, y ella nada malo
podía generar. Que sólo ella podía ser considerada un ejemplo para toda
mujer. Que sólo ella podía lograr ser adorada por todos los chicos. Qué
sólo ella podía darles una última esperanza a los de mayor edad. Tal vez
Dios quiso demostrar su presencia y su existencia con ponernos por un
instante en este mundo a ella, para que sepa la humanidad lo que Él era
capaz con su creación más perfecta, o más bien más parecida al Amor que
sólo Él podía manifestar…
Pero no. Ya nada me conforma. La realidad es muy dura. Ya no puedo más.
Si la realidad me está diciendo que la olvide, ¿por qué no lo voy a
hacer yo? Si todo lo que ella creó con tanto Amor se va cerrando y se va
desdibujando, ¿por qué yo no hago lo mismo? Si el paso del tiempo la
transforma sólo en “fotos y recuerdos”, ¿por qué yo no me olvido y la
borro de mi mente, no la anulo en mi corazón y la recuerdo cada tanto
como cuando alguien recuerda a una persona, a algún amor que en algún
momento significó algo en nuestras vidas, en nuestras existencias? ¿Por
qué no le hago caso a tantos que me dicen “sí, yo antes lloraba mucho
por ella pero ya no me duele tanto y la recuerdo con alegría a través de
sus canciones”? ¿Por qué no me grabo en mi cabeza que ella vivirá por
siempre a través de la música y me contento con escucharla y nada más? ¿Por
qué no dejo de mirar el video “I could fall in love” si lo único que
pienso al verlo es que para ese entonces ella era ya un recuerdo, que
esa hermosa voz ya no estaba, que fue una de sus últimas grabaciones y
que las imágenes que se ven allí son manifestaciones de algo hermoso que
se cortó, que se arrancó de cuajo, que terminó abruptamente, imágenes de
alguien a quien le arrebataron la vida como si una o varias personas se
consideraran tan dueños de su vida como del término de sus días? ¿Por
qué sigo viendo algo que me genera tanta llanto, tanto enojo, tanta
impotencia? ¿Para qué pelear si ya estoy perdido antes de hacerlo? ¿Por
qué pensar que lo imposible es posible si sé perfectamente que su
regreso es una quimera, que cada día que pasa es una confirmación de que
nada se puede hacer por ella, que nada podré hacer para que lo que vivo
sea una pesadilla de la que despertaré y nada más? ¿Por qué pensar que
alguna vez recordarla sólo me generará alegría si siempre la tristeza
invadirá todo como nos invadió esa realidad que empezó ese nefasto 31 de
marzo de 1995 y que permanecerá por siempre a través de los años, a
través del espacio y del tiempo, cuando ya este mundo no exista, cuando
ya nada nos quede en el mismo universo, una realidad que nunca nos la
devolverá, una realidad implacable que no se apiada de un alma tan bella,
de un Amor imposible de olvidar, de un cariño imposible de volver a
vivir?
Son muchas preguntas y un martirio infinito para mí. Será mejor que me
olvide de ella. Será mejor que guarde en una caja todos sus cds, todos
sus dvds y los selle para no abrirlos nunca más, para que no sufra más,
para que no la vea más. Será mejor que saque todas sus fotos y las
guarde un archivo al que no abra nunca. Será mejor no exhibir ni en mi
computadora personal ni en mi computadora en el trabajo sus fotos. Tal
vez sea mejor que no me lleve ninguna foto de ella en mi mochila camino
al trabajo y a la vuelta de él. Tal vez sea mejor no llevar más su peso,
esa carga pesada del dolor de su ausencia. Tal vez sea mejor ir
retirando de mi habitación todas sus imágenes. Tal vez si no la veo será
más fácil sobrellevar su ausencia. Tal vez no escucharla me haga olvidar
su voz y sus canciones. Tal vez no le tenga que escribir más. Total, la
realidad, la impiadosa y terrible realidad, me dice que nada de lo que
escribí lo podrá leer, nada de lo que diga lo podrá escuchar, nunca
podrá sentir mi llanto ni mis invocaciones. Nunca podrá verme asomándome
en la ventana de la cocina de mi casa buscándola en el cielo, en las
estrellas. Tal vez sea mejor conformarme con mi idea original: que
alguna vez pude dejar asentada mi huella, pude dejar mi sello, ser uno
de los tantos que pudo decir que ella tomó mi corazón con Amor, y me
hizo suyo y feliz. Tal vez con eso alcance. Tal vez ya no tenga que
publicar más fotos ni tenga que crear más espacios para su recuerdo. Tal
vez no tenga más sentido hablar de ella en un Foro o en cualquier lugar
de discusión o de debate que tenga que ver con ella. ¿Para qué? ¿Para
hablar sólo del pasado? ¿Para discutir de qué lado estoy frente a la
triste historia? ¿Para hablar de alguien que ya no está? ¿Para ser
blanco de injurias y de descalificaciones? ¿Para estar en un lugar cuya
principal figura no está? ¿Para no sentir el apoyo de nadie? ¿Para
sentirnos tan solos? No. Mejor me retiro. Mejor me olvido. Mejor calmo
mi dolor no alimentándolo más. Me contento con pensar que ella está
feliz donde quiera que esté … Me contento con saber que por allí está
descansando en paz en un lugar al cual nosotros no podemos acceder, un
lugar en el que ella no puede escuchar ni ver nada de este mundo…
Había llegado para mí el momento de decir basta. Había llegado el
momento de ir cerrando sus recuerdos, de olvidarme, de cerrar un
capítulo. Si muchos lo hacen, ¿por qué no lo voy a hacer yo? Si muchos
ni se molestan en hacer algo por ella, si no la tienen en el centro de
sus vidas, de sus existencias, de sus recuerdos, ¿por qué yo no hago lo
mismo? Por eso, ese día fui camino al trabajo dispuesto a deshacerme de
todo, de no llevar más sus fotos, de ir sacándola de mi vista, de
aceptar un mundo sin ella, de poder vivir sin su presencia, de aceptar
que nunca recibiré nada de ella y que ninguna señal nos dará por más que
la esperemos. Tomé mis cosas silenciosamente, empecé a cambiarme y tomé
equivocadamente una billetera vieja que sólo uso para guardar cosas que
no utilizo todos los días, que no tengo que estar llevándola conmigo
todos los días. Llegué al trabajo y maldije haberme equivocado. Eso me
obligaba a tener que volver a casa a buscar la billetera nueva, la “importante”,
la que obligadamente tenía que llevar todos los días … Por un instante
imploré que al menos en esa billetera vieja estuviera algo de lo
“importante” que tenía que tener en ese momento, que al menos estuviera
aquello que debía estar al lado mío. Cuando la abro, observo que tenía
en ella una foto, una pequeña foto, una de mis fotos preferidas de
Selena que había guardado allí, y que el paso del tiempo se había
encargado de adherirla al plástico que cubría su imagen y la había
cobijado. Quise tomarla, pero no pude. Se había pegado al plástico, a la
billetera. No la podía sacar … a menos que la arrancara, a menos que
tirara la billetera, a menos que hiciera caso a lo que me había
propuesto ese día. Miré la foto, mire a mi alrededor, vi lo
insignificante que era todo lo que sí existía adelante, a los costados y
atrás de mí. Y entonces volví a mirar la foto, miré la foto de Selena en
el fondo de pantalla de mi computadora que recrea el momento en el que
Selena tomó con sus dos manos el micrófono para cantar el inicio de
“Como la Flor” en Festival Acapulco 1994, y me dije que nunca podría
olvidarme de ella. Que no me puedo mentir. Esta billetera es la prueba
de ello, es la señal del destino. Un destino que quiere que las cosas
sean así, que el Amor a Selena se refleje de esa manera…
Supe allí que de nada sirve que me proponga olvidarme de Selena, porque
mi corazón no lo quiere, porque mi corazón es de Selena, vive por
Selena, late por Selena. Por más que mi conciencia me diga que me olvide,
por más que muchos me aconsejen que la deje, por más que me digan que
cierre sus ilusiones olvidándome no sólo de su canto y de sus conciertos,
sino de su persona y de sus sentimientos, yo nunca lo podría hacer,
porque lo que me une a ella es como aquella foto con su cubierta. Ya
nada lo puede desunir, ya nadie lo puede quitar. Selena vino a
conquistar mi corazón con su Amor. Selena no pidió irse de este mundo.
Selena no eligió ni esta vida ni este destino. Selena sólo quiso que la
quisieran. Y yo jamás dejaré de hacerlo. Jamás podría dejar de hacerlo.
Por eso, sólo te pido perdón, Selena, porque por un momento pensé que
traicionar mis sentimientos era la mejor forma de recordarte. Sólo te
pido perdón, Selena, si por un instante fui egoísta en mis sentimientos
y pensé en mí y no en ti, que necesitas de todo nuestro Amor y de todo
nuestro recuerdo. Tú diste tu vida por ello. Yo fui cobarde y no llegué
a tanto. Espero alguna vez estar a la altura de tu Amor para quererte
como tú lo pediste…
Cuando salí del trabajo, pasé por ese odioso Hotel Days Inn. Me detuve y
tomé una de mis fotos preferidas de Selena y entré. Le pedí al
recepcionista que la tome, que si no sabía quién era, que se lo
preguntara a su sucursal en Corpus Christi, y que luego la pegara en la
puerta. Que sería un buen gesto poder hacer algo por Selena como también
que hagan más placenteras mis pasadas todos los días por ese lugar…
Y no pude evitar mirar al cielo y buscarte, Selena, y en el medio de la
calle y delante de todo el mundo alcé mi mano, la puse sobre mi pecho y
me dije para mí esperando que me escucharas: “Todo sea por ti, Selena.
Todo sea por tu Amor. Y no te preocupes, yo te sigo queriendo, esperando
que tú vuelvas a mí… Nadie me quitará esa ilusión. Nadie podrá impedir
mi Amor por ti…”.
Y camino a mi casa recordé una de tus canciones, una de esas primeras
canciones que tú cantaste, Selena, y que reflejan mis sentimientos hacia
ti, lo que siento por ti, lo que me unirá por ti para siempre, lo que me
llevaré de ti cuando sea yo sea el que me vaya de este mundo:
“Hoy que tan sólo tengo mil recuerdos de tu amor,
no me olvidaré. Te recordaré. Siempre.
”Hoy que ha pasado el tiempo,
aún recuerdo tu amor, amor.
No te olvidaré. Te recordaré. Siempre.
”Hoy y siempre tú vivirás en mí. Y en mi pensamiento.
”Al llegar a casa, al salir de ella. Siempre te recuerdo.
”Siempre, siempre, siempre, siempre…”
En la soledad de la noche, en la oscuridad, en el vacío que me genera tu
ausencia, en la congoja, en el desconcierto, en la incertidumbre, en el
llanto, en el desconsuelo que me genera que no estés aquí, me suena y me
resuena aquella canción que llegaste a cantar, aquella canción que ya es
sugerente desde el título mismo, de esas tantas canciones que con el
paso del tiempo suenan premonitorias, como un aviso, como una
advertencia, como una alarma que no fue detectada a tiempo, que no fue
escuchada pues nunca nadie se imaginó que podía suceder algo malo, algo
terrible. Un aviso en el medio de tanta felicidad, de tanta alegría, de
tantos sueños que se iban cumpliendo, de tantas cosas lindas soñadas que
se iban dando como un cuento de hadas, como el discurrir de una historia
en la cual todo es bello después de un comienzo difícil y con tantas
incertidumbres. Esa canción que cantaste con los Barrio Boyz que se
llamaba “Donde quiera que estés”, y esa frase que su cantante decía como
si la estuviera diciendo ahora con total actualidad “si pudiera tan sólo
oír tu voz, tus palabras, tus pensamientos”, retumba en mí y en todos
aquellos que te amamos y te amaremos siempre, Selena. Esos corazones que
aún sienten tu voz diciéndoles “Siempre seré tu primer amor”…
Estoy en el medio de la noche solo y con mucho frío … El frío de tu
ausencia, el frío de no hallar tu calor, el no poder verte, el no poder
escucharte, el no poder apreciarte, el no poder tener esa mínima
posibilidad de saber en dónde estás, en qué andas, qué nos puedes decir
… Si tan sólo pudiera oír tu voz, si al menos pudieras manifestarme algo,
algo que pudiera detener mi llanto, ahogar mis penas, darme esperanzas,
no rendirme ante esta realidad que me lleva a aceptar lo que yo no
quiero aceptar de ninguna manera. Pues yo no quiero que te manifiestes
con alguna señal que me la indique otro, yo no quiero inferir que estás
allí porque se supone que nos estás dando un mensaje. No, yo no quiero
suponer que estás allí, en algún lado, incluso al lado mismo de mí si yo
no puedo verte, contemplarte, abrazarte, decirte todo lo que te quiero,
todo lo que te extraño, cuánto me duele tu ausencia, cómo querría que
estuvieras aquí. Querría yo ir corriendo y asomarme a la ventana de la
cocina de mi casa y verte allí, y que me indiques tú una señal, algo que
me certifique que estás allí y que te puedo ver, algo que me permita
seguir diciendo y sintiendo que nada es imposible, que todo se puede
lograr si uno se lo propone. Pues tú, Selena, eres nuestro primer Amor,
nuestro Amor eterno, el Amor al cual uno nunca renuncia, el Amor que no
se olvida, el que se extraña, el que se espera siempre…
Sabes, Selena, que mucha gente aún está dolida, que está susceptible,
que no puede creer que no estés aquí. Selena: hay gente que sigue
llorando cada vez que se habla de ti, cada vez que se te recuerda, cada
vez que rememoran tus conciertos, cada vez que escuchan tus palabras,
cada vez que recuerdan lo que soñabas y, sobre todo, cuando reviven lo
que ha sucedido contigo. Y no hay consuelo. No. No hay forma de
consolarse ante tanta desolación y tanto sinsentido. La gente no puede
entender y a veces no quiere entender pues sencillamente no acepta lo
que pasó, no acepta la derrota, no acepta que se te hayan escapado tus
sueños, pues hacerlo significa que también se le han escapado los suyos,
y nadie está en condiciones de aceptar tanto dolor, tanta locura, tanto
Amor desparramado y dilapidado, tanto egoísmo, tanto mezquindad, tanto
odio. No puede asimilarlo, pues ¿cómo entender que viva la vida como
mirando una película de Amor y en el medio de esa historia viva una de
terror? ¿Cómo explicar que una vida como la tuya, Selena, iba a ser tan
corta y tan burdamente arrebatada? ¿En qué cabeza cabe que en tu vida
ibas a ver y a sentir semejante violencia, semejante cachetazo al Amor,
a la ilusión, a la esperanza? Toda esa gente que pudo apreciarte no sale
de su asombro y de su dolor … Todos los que te amamos y te admiramos no
podemos entender por qué sucedió, cómo sucedió, por qué debía ser así,
dónde se falló, en qué momento las cosas iban por un camino peligroso,
cuál fue la señal no vista, no escuchada. ¿Acaso fue cuando en ese mes
de marzo usaste en todos tus conciertos el pelo recogido? ¿Acaso fue
cuando se te notaba dispersa en muchos reportajes, como el que se te
hiciera en San Antonio cuando fuiste a ofrecer un concierto en la
Escuela de los Spurs? ¿Acaso fue cuando manifestabas una risa forzada en
el concierto de Chicago? … Todas estas sensaciones forman parte,
lamentablemente, de tu recuerdo. Aunque quisiéramos obviarlo, aunque
quisiéramos borrar de nuestras mentes lo más doloroso, lo que más nos
duele de tu cruel destino, siempre eso estará presente. Nunca podremos
olvidarnos, nunca podremos dejarlo de sentir. Porque cuando miramos hoy
a las cantantes que son conocidas en todo el mundo, nos es inevitable
pensar que tú deberías estar en ese lugar, que tú tendrías a todo el
mundo en un puño o arrodillado a tus pies … Una y otra vez rondarán en
nuestras cabezas esas palabras: “Si pudiera oír tu voz, tus palabras,
tus pensamientos”. Porque todos los que te amamos seguimos esperando que
nos digas tú misma aquello que quisiéramos oír, sólo esperamos que tú
nos digas lo que querrías decirnos. Quisiéramos oír de tu propia boca
qué es lo que nos querías decir ese nefasto día, qué fue lo que pasó,
qué es lo que te llevó a tomar esa decisión, qué es lo que más anhelabas
hacer en ese momento, qué es lo que querías hacer con tu vida, con tu
familia, con tu futuro, con las personas en quien confiabas, qué te
perturbaba y qué te alegraba. La gente, cuando te ve y te escucha,
también espera eso, también quiere oír tu voz hoy…
Y mientras la gente te espera, mientras yo te espero, mientras todos
esperamos que tú vuelvas para que ocupes ese lugar que nunca debiste
abandonar, Selena, todos buscamos hacer lo que podemos. A muchos les ha
costado armar la realidad sin tu presencia. A muchos les ha costado
seguir. Al principio, tal vez, ante tanto dolor, la gente se recostó en
una realidad, se sintió identificada con el dolor de toda una familia,
de todo un pueblo, y trató de consolarse como podía, reemplazando tu
ausencia con tu música oyéndote todo el día, comprando todos tus discos,
acallando tanto dolor escuchando una y otra vez tus canciones, evadirse
de la realidad oyendo lo que uno quería escuchar, leyendo historias,
viendo imágenes tuyas que acaso le permitían consolarse ante tanto vacío,
ante tanto dolor. Pero nadie, absolutamente nadie, ha renunciado a verte,
ha bajado los brazos, ni ha aceptado tu partida. La gente y todos los
que te amamos seguimos esperando que te nos aparezcas. Todos seguimos
aferrándonos a tus discos, a tus dvds, a tus conciertos, a tus
reportajes, a todo lo que nos dejaste en vida como un salvavidas, como
algo que nos aferra a ti y nos da un mensaje de esperanza, una
posibilidad, una chance más de que te volveremos a ver, una chance que
es para ti, Selena, esa chance que nos devolverá a nosotros y que nos
permitirá a todos ser felices con tu presencia, con tu áurea, con tu voz,
con tu personalidad. Todos estamos aferrados a tus cosas, a todo lo que
te pertenece, como tú te aferraste a ese anillo aquel nefasto día. Pero
como tenemos aún la fuerza de la vida, no queremos que nuestras fuerzas
cedan y el paso del tiempo haga lo suyo para darnos por vencidos y no
nos quede otra alternativa que elaborar el duelo, cerrar tu vida y
aceptar este mundo sin ti, este mundo absurdo sin tu presencia…
Nadie está preparado para aceptar una realidad tan pesada, tan triste y
tan dolorosa. Por eso ese aferramiento, ese tomar con mucha fuerza cada
cosa tuya, cada relato. Cada argumento es algo vital para seguir. Por
eso cada cosa que aparece, cada opinión, cada revelación que surge de
algo o de alguien que nos hace pensar y repensar todo aquello, que nos
haga meditar por qué, por qué y por qué te ha pasado esto a ti, Selena,
genera tantos sentimientos encontrados, tantas reacciones, tantas
discusiones, tantos enfrentamientos. Es que todas estas reacciones salen
del dolor, del dolor de lo que ha dejado de ser, el dolor de ya no ser.
Antes, tal vez la gente que no podía asimilar tu partida, Selena, se la
terminaban agarrando con otra gente, con otros personajes de tu
increíble y triste final de historia. Y descargaron su ira haciendo toda
clase de acusaciones a seres queridos, a personajes entrañables. Y no es
que ellos estuvieran convencidos de lo que estaban diciendo. Es que a
veces el dolor nos lleva al llanto, pero cuando no queremos llorar más,
reemplazamos el llanto por el enojo y la indignación. Y otra vez nos
evadimos de la realidad. Y cuando ya nada de eso nos consuela, nos
aferramos a la creencia de una de las dos realidades que nos invitaron a
creer desde que tú no estás. Y así vive mucha gente en la creencia de
que al menos así será menor el dolor y más asimilable lo que ha sucedido.
La realidad es tan insoportable que necesitamos de un consuelo, de un
abrigo, de alguien o de algo en quien creer. No queremos pensar más y
sólo queremos que aparezcas y nos saques de esta pesadilla que viviste
primero tú y luego todos los que te amamos … Mientras tanto, la
situación y lo que quedó sin tu presencia nos han empujado a creer que
sólo hay dos posibilidades de interpretar por qué sucedió todo y nos
acostumbramos a ello, nos queremos acostumbrar a ello para mitigar tanto
dolor .... Y cada vez que alguien, desde el lugar que fuere, nos invita
a que pensemos, a que consideremos que hay otras u otras formas de ver
las cosas, que hay otras explicaciones que nos hagan pensar, repensar y
explicar por qué todo esto, por qué no estás aquí, el temor a lo
desconocido, el solo hecho de pensar en que debemos volver a recrear
aquello, aquellas imágenes, aquellos hechos de los que nunca volvimos a
recuperarnos, se genera una reacción aun peor de las que nos genera
cualquier comentario o reacción distinta de las que nosotros pensamos y
sentimos ... Parece que no estamos en condiciones para llegar por
nuestros propios medios a saber por qué tenemos que vivir un mundo sin
ti, Selena … No podemos solos nosotros explicarlo, y menos aun si los
que lo pueden hacer no desean eso y pretender que sigamos aferrados a
esas dos realidades…
El dolor sin ti, Selena es muy grande. Por más que querramos, por más
que lo intentemos, por más que deseemos superarlo, es insoportable la
vida sin ti, el mundo sin tu voz, la vida sin tu esperanza, nuestra
existencia sin tu luz, sin tu alegría, sin tu ilusión, sin tus sueños,
sin tus anhelos. Es imposible quedarnos en este mundo sin oírte, sin
verte, sin agradecerte, sin abrazarte. Si alguna vez aunque sea por un
instante, aunque sea por un ratito, aunque sea fugazmente, fuimos
felices, fue por ti, Selena. Si alguna vez nos reímos, si alguna vez
pensamos que era todo posible, si alguna vez pudimos pensar que la vida
valía ser vivida como se debe, fue por ti, Selena. Tú nos marcaste el
camino, tú hiciste posible todo. Sólo tú supiste, y por tu cuenta, lo
que sentíamos. Tú aprendiste en la vida que no había que conformarse.
Que si uno quiere ser alguien en la vida, tiene que ir mucho más lejos.
Que no alcanza con que nos marquen el camino, con que no alcanza con ser
fieles obedientes de aquellos que nos dicen qué es lo correcto y qué es
lo que no. Que todo depende de uno, y que siempre en todo, hasta en el
más insignificante acontecimiento de nuestras vidas, uno tiene que dejar
su sello, su impronta, lo que uno desea, lo que uno quiere, lo que es,
lo que nos identifica y lo que nos enorgullece. Parte o buena parte de
tu magia, Selena, era que en todos los aspectos de tu vida dejaste bien
en claro ante nosotros lo que eras, lo que sentías, lo que te emocionaba,
lo que te gustaba, lo que no te agradaba, lo que deseabas para ti y para
los demás. Y aunque el rol que te tocó en la vida no te dejó margen, tú
no te contentaste sólo con hacer sólo lo que esperaban de ti. No te
comportaste como una simple empleada que cumple con su horario y con su
trabajo, y se marcha sin más. Tú podrías haberlo hecho y hasta por ahí
hubieses logrado el éxito igual, y quién sabe tal vez si tu destino no
hubiese sido algo distinto de éste tan triste. Pero también es cierto
que de haber sido así, desde ya que no hubiese sido lo mismo, porque
entonces no hubieses sido la Selena que todos conocimos, que todos
pudimos ver. No hubiese sido la Selena con esa magia, con ese empuje,
con esa energía. Sé que muchas veces, por una cuestión de imagen por tus
famosos bustiers, tuviste que decir que una cosa eras en el escenario y
otra en tu vida personal. Pero todos sabemos que en los hechos, en la
realidad, esa Selena que estaba en el escenario, esa Selena que estaba
en su casa, esa Selena que estaba en su boutique, esa Selena que estaba
en un reportaje, esa Selena que estaba saludando a cada uno de sus
admiradores, era la misma. Era esa misma Selena que daba todo de sí para
decirles a todos lo que era, que daba su voz, su talento, su carisma, su
personalidad, su energía, su potencia y hasta su vida misma para dejar
su sello en este mundo, para ser querida y para ser feliz. Tan simple
como eso. Y eso en cada concierto se reflejaba en el Amor que te
brindaba tu gente, aun entre el público que asistía a festivales como el
de Acapulco, en el que tú no eras la única artista que se presentaba
allí, y en el que asistía gente que era admiradora de otros artistas…
Por eso, en la soledad de la noche, en el silencio en el que uno está
solo con su ser y con su Alma, yo sólo espero que te me presentes
Selena. Pero que te me presentes tú, que yo te pueda ver, que yo te
pueda apreciar. Y sé que este deseo mío es el deseo de todos. Pues todos
queremos verte, todos queremos que nos digas algo. Es parte de nuestra
condición de admiradores de ti que jamás aceptaremos que te has ido, que
te has marchado, que te fuiste de este mundo sin motivo y sin razón.
Negar esto es negar que aun tu ausencia nos duele y de que es imposible
de aceptar. Como nos duele esa última imagen que nos dejaste que nunca
debió ser exhibida y que nunca debió ser divulgada, pues eso nunca
quisiste mostrar, pues jamás estuvo en tu mente y en tu corazón
entristecernos y hacernos llorar. Tú diste tu vida para que estuviéramos
contentos y felices. Tú diste todo para ser amada. Ojalá los que
estuvieron más cerca de ti recuerden eso, para que tú misma estés feliz
de que todos estamos contentos y felices contigo. Tal vez sea hora
Selena de que te me aparezcas, de que te manifiestes ante nosotros tal
como todos queremos que suceda. Pues no me alcanza con los recuerdos, no
me alcanza con imaginar o querer creer que has logrado lo máximo en tu
vida. No me alcanza pues sé que a ti no te alcanza. Sé que deseabas más
que eso, como nosotros deseamos decirte que eres todo para nosotros. Yo
quiero escuchar tu voz, Selena, yo quiero verte, yo quiero escuchar tus
palabras, yo quiero que me digas lo que sientes y lo que piensas, yo
quiero que me des la oportunidad para decirte en persona que tú eres mi
primer Amor, mi único Amor, mi eterno Amor…
Por eso, Selena, yo te sigo esperando como te sigo queriendo. Podrán
cerrar tus sueños, podrá la gente refugiarse en su dolor no queriendo
escuchar, podrá el tiempo dejarte y reemplazarte por otras artistas que
invocan tu nombre, podrán decir a 15 años que en definitiva el mérito de
tu éxito fue de otros, podrán decir muchas cosas, pero yo seguiré
esperándote, esperando tan sólo escuchar tu voz, ver tu sonrisa,
contemplar tu áurea de artista indiscutible, observar tu mirada tierna
digna de tu hermosa personalidad. Y cuando ello suceda, yo poder
abrazarte en silencio durante mucho, mucho tiempo y decirte al final de
ese interminable abrazo, de mi infinita muestra de Amor y de
agradecimiento por ti, que tú eres mi primer Amor, mi verdadero Amor, la
única persona que ha conquistado mi corazón para siempre…
Te recuerda todos los días, te espera todos los días, te extraña todos
los días…