Selena y el Amor de una
comunidad que vive por ella…
Es cierto que muchas veces en nuestras vidas vivimos muchas
frustraciones, muchos sinsabores, muchas rutinas que tal vez si el
destino estuviera enteramente en nuestras manos no los viviríamos, o
aunque el resultado fuera el mismo lo haríamos de un modo distinto.
Todos en nuestras vidas vivimos cosas buenas y malas, bellas y
frustrantes. Muchas veces depende de nuestra propia voluntad, de
nuestras buena predisposición para darle sentido a nuestras vidas, darle
color, alegrarlas poniéndole la mejor gana, la mejor predisposición,
alegrándose con esas pequeñas cosas que nos arrancan una sonrisa, nos
alegra el día, le pone sentido a aquello que no es tan lindo, ni tan
agradable. A veces una buena sonrisa en medio de tanta mala onda, de
egoísmo, de envidias, de peleas innecesarias, nos cambia nuestras vidas,
las vidas de los otros, la vida de toda una comunidad…
Y a veces, nuestras expectativas, nuestros sueños, lo que siempre
quisimos vivir, sentir, lo que siempre proyectamos para nuestras vidas,
para nuestros hijos, para todos nuestros seres queridos se centran en
determinadas cosas que nos alegran un poquito nuestras existencias. Y
así un resultado deportivo, el triunfo de algún equipo o el éxito de
determinado cantante o artista lo vivimos como propio y nos pone lo
suficientemente felices como para exteriorizarlo a todos los que nos
rodea, a todos nuestros familiares y amigos. Nos da ese sabor, ese color
que muchas veces le falta a nuestras vidas llenas de ideales, de muchas
realidades, y de muchos fracasos y frustraciones.
Pero todo aquello cambia cuando alguien viene a colmar nuestros sueños,
nuestras expectativas, nuestros anhelos, todo aquello que deseamos en la
vida. Muy pocas veces aparece algo tan hermoso que suplanta aquello que
quisiéramos para nosotros, para nuestras existencias, para nuestro gozo.
A veces hay alguien que lo sentimos propio, que lo sentimos nuestro, que
es parte nuestra, que tiene nuestra misma sangre, que tiene nuestros
mismos sacrificios, que vive y siente lo mismo que nosotros, que aspira
a lo mismo, que tiene los mismos objetivos, pero con su actitud, con su
don, con su figura engloba los sueños de todos y los hace propios, y su
vez representa con su recorrido los anhelos, la proyección, las
aspiraciones de toda una comunidad, y ésta ve en esa persona la
realización de esas almas que viven solamente de sueños. Ve en esa
persona el triunfo, la llegada a la meta, la culminación de tantas
frustraciones, el fin de tanto sufrimiento, la alegría misma, la
culminación del fracaso, la llegada al paraíso…
Selena era eso para todos. Selena era una comunidad y la comunidad era
Selena. El triunfo de Selena era el triunfo de todos. La llegada a la
meta de Selena era la llegada de todos. Pocas veces alguien representó
los sueños y los anhelos de tanta gente que se levanta temprano, que no
tiene tiempo más que ir a trabajar, mantener una familia, con la única y
terrible preocupación que la de llevar un plato de comida a la mesa, que
deja sus sueños de lado, que ve pasar el tiempo sin poder recibir
recompensa alguna por tantos años de sacrificio, de luchar todos los
días, de poner el hombro a tanta adversidad. Muy pocas veces tiene
motivos para reírse, permitirse ver hecho realidad el sueño de un mundo
mejor. Mira a su alrededor y ve que muchos de sus familiares y amigos
corren esa misma suerte, ese mismo destino. Y a veces busca en cosas
bellas como el Amor de su pareja, la llegada de un hijo, la sonrisa de
un niño, el abrazo fraterno y sincero un paliativo a tantos sueños
frustrados, a tanta tristeza, a tanto llanto contenido … si es que los
llega a conseguir y vivir….
Pocas veces una comunidad vio colmar todas las expectativas en una
persona que le dio todo, todo lo que necesitaba, todo lo que anhelaba,
todo lo que proyectaba, toda la alegría que quería recibir en toda su
vida. Pocas veces una artista logró alegrarles la vida, darles todo lo
que necesitaban, hacerlos sentir importantes, plenos, dichosos. Pocas
veces una comunidad encuentra a alguien como Selena que les dé todo
aquello que tanto querían y que aquélla espera de ella que llegue a su
consagración para hacerlos felices, para ver colmados sus sueños, para
hacer de su triunfo el triunfo de todos, para sentirse victoriosos, para
ver en Selena la mayor representación de sus sentimientos, de la sangre,
de la raza, de la comunidad toda. Por eso Selena era tan querida, tan
admirada, tan amada. Selena era ellos en el escenario. Era ellos
cantando, bailando, triunfando, ver sus sueños hechos realidad. El
destino de Selena era el de ellos. Selena era todos ellos. Selena era la
alegría de sus corazones…
Por eso, no importaban las limitaciones del idioma, no importaba si
Selena era mexicana o norteamericana, no importaba qué música le gustaba
a cada uno. Todos se sentían identificados con Selena. Selena podía
apaciguar al más violento, podía enamorar al más frío, podía llamar la
atención al más distraído. Si uno le gustaba la cumbia, podía ver en
Selena su máximo exponente. Uno podía ser tejano y veía en ella su
máxima figura que mayor los representaba. Uno podía ser mexicano o de
cualquier país de habla hispana y veía en Selena una artista que mejor
interpretaba su sentir, la que mejor sabía expresar sus sentimientos, y
lo hacía una cantante cuya limitación para hablar el español era
evidente. Selena cantaba desde el Alma más profunda, con el corazón en
la mano, expresando su propio sentir, su propia vivencia, su propia
historia en cada canción, en cada tema, en cada estrofa. Selena era esa
niña, esa hija, esa hermana, esa vecina que les hablaba con el lenguaje
del Amor, con el sufrimiento de los suyos, con la esperanza de toda una
comunidad que bregaba por siglos cinco minutos de felicidad, un pequeño
tiempo de gloria, un momentito de sentirse protagonistas e importantes.
Selena les dio a todos esa importancia, ese rol protagónico, esa alegría
que pocos consiguen aunque lo intenten toda su vida…
Y cuando uno tiene una artista que tanto les da, que tanto los
representa, que tanto los ilumina, sólo le desea lo mejor, sólo le desea
que le vaya bien, sólo desea verla triunfar, sólo desea verla feliz con
lo suyo, con los suyos, con la vida, con sus proyectos, con sus
ambiciones. Por eso no se contentó con comprar sus discos, no se
contentó con asistir a sus conciertos, no se contentó con bailar sus
temas. No. También necesitó expresarle su cariño, acompañar su alegría,
gritar por ella, contentarse con ella, desearle lo mejor, verla volar a
lo más alto, verla querida en todo el mundo. A nadie en el mundo hispano
le iba a molestar que Selena en 1994 pensara hacer un disco enteramente
en inglés y lo anunciara a cuanto lugar la quisiera escuchar, en pleno
éxito de su carrera musical, cuando la lógica, la conveniencia, la
especulación les indicaba que lo más conveniente era sacar un disco
similar a “Amor prohibido” o algún disco en vivo registrando la euforia
que generaba Selena en México y Estados Unidos. No les molestaba porque
veían la honestidad de Selena para plantearlo, porque Selena jamás
ocultó que su gran sueño era ése y porque a ella se la veía como a esa
mujer que se la quería con toda el Alma, y cuando uno tiene ese
sentimiento sólo desea lo mejor para esa persona, sólo desea que sea
libre, que sea como quiera ser, que deba ir a donde quiera estar. Porque
en definitiva, haga lo que haga, emprenda el camino que quisiera
emprender, Selena no los iba a defraudar. Volvería una y otra vez a
visitarlos, a cantarles las canciones que más deseaban escuchar, esas
canciones que habían escuchado durante toda la vida, desde muy chicos, a
través de lo que habían aprendido de sus padres, a través de la música
que habían escuchado durante toda su vida. Selena podía irse a cualquier
lado, podía transitar el mundo, cantar diferentes canciones, hablar en
otras lenguas, codearse con gente de otras culturas y vivencias, pero
sabían que Selena iba a volver, seguro iba a volver, volver para
saludarlos, volver para agradecerles, volver para sonreírles, volver
como aquella vecina que se fue por un tiempo a recorrer el mundo para
triunfar, para conocer otras cosas, para ofrecer su arte por todo el
mundo, pero que vuelve a sus orígenes, vuelve al lugar en el que nació y
salió. Todos los que la conocían sabían que ello iba a suceder. Nadie
dudaba de Selena. Selena ocupaba sus sueños. La gente le dio la más
preciado que puede recibir un artista, que es el Amor, el cariño, la
confianza, el afecto. La gente confió en ella, le dio sus sueños para
que Selena, sólo Selena, se los cumpliera, los hiciera posibles, les
diera dimensión, les hiciera sentir importantes, tan importantes que
salieran a las calles con el cuerpo erguido, el semblante en alto, el
orgullo a flor de piel, invocando un solo nombre, el nombre de Selena …
Selena era la alegría, el orgullo y la esperanza de tanta gente que no
tiene más que eso, esperanza, pero muchas veces sin una persona que lo
corporice…
Hasta que un día alguien impunemente nos quitó a Selena, nos quitó el
bien más preciado, lo más hermoso que nos habían regalado, lo único
divino que pudieron ver generaciones y generaciones. De pronto, nos
quedamos vacíos. Nos quedamos sin esperanza, nos quedamos sin ilusión,
nos quedamos sin nuestra hermanita, nos quedamos sin nuestra vecina que
nos sonreía todos los días, nos quedamos sin alguien que nos represente,
nos quedamos sin identidad, nos quedamos sin esa persona que nos unía a
pesar de todas las diferencias posibles, nos quedamos sin ilusión, nos
quitaron la alegría, nos quitaron el Amor, nos quitaron la posibilidad
de expresar el cariño, nos impidieron amar, nos quitaron la voz, nos
quitaron lo más valioso, eso que no se puede obtener con dinero, que no
se puede recuperar, eso que no nos devuelven más, eso que no se
reemplaza con nada ni con nadie. Bastó que el odio, el rencor, la
desidia, el desamor de una persona ganaran la batalla y le quitaran a
todos todo. De pronto, la gente se quedó sin aquello que les devolvía la
alegría a tanta adversidad, quedó subsumida en el más profundo dolor sin
saber por qué, sin saber por qué le quitaron lo más hermoso, lo más
divino, lo más vital, lo único que les iba a cumplir lo que les habían
prometido, la única persona a quien se les ofrecería todo el Amor sin
ninguna condición. Esa gente recibió la peor cachetada de su vida,
porque un mundo sin Selena significaba un mundo vacío, sin vida, sin
esperanza, sin ninguna expectativa. Esa persona terminó asesinando a
toda una comunidad, la sometió al mayor de los dolores, la puso en su
terrible rutina, les quitó energía, ganas de encarar cada situación,
cada avatar en la vida con el pecho inflado y lleno de orgullo. ¿Cómo
iba a ser esa comunidad para recibir el sol de cada día con una sonrisa
si no podía recibir a Selena? ¿Cómo iba a soportar las injusticias de la
vida si al final del día no estaba Selena para calmar tanto dolor? ¿Cómo
iba a tolerar tanta injusticia si asistía a la mayor de las injusticias
que es ver el destino de Selena, el destino de sus vidas, el destino y
la tragedia de sus propias existencias? ¿Cómo explicar a alguien, a sus
hijos, a hombres de otras tierras, al mundo, al universo, a Dios mismo,
que esa mujer con tanta vida, con tantas ganas de vivir, con tantas
ganas de crecer, con tantas ganas de triunfar, con tanto Amor para
generar tanto cariño en tanta gente iba a terminar así, le iban a quitar
todo, todo, todo, todo, todo con tan sólo 23, casi 24 años? ¿Cómo
explicarle a alguien eso sin ponerse a llorar? ¿Cómo hacer para reparar
tanto dolor? ¿Cómo hacer para seguir? ¿Cómo hacer algo para seguir con
nuestras vidas? ¿Cómo hacer algo por nuestra Selena? ¿Cómo hacer para
devolverle la vida y recuperar la nuestra, que se fue con la de ella?
Tal vez esto explique lo que se vivió hace casi 15 años. Tal vez eso
explique la gente movilizándose kilómetros y kilómetros para acompañar a
Selena, para dejarle su último saludo, o para correr y gritar por ella
esperando que no sea cierto, que no sea verdad aquella realidad, que le
digan que fue un mal chiste, o una gran equivocación, que alguien los
saque de esa pesadilla de una vez. Tal vez eso explique miles y miles de
personas en el medio de la lluvia con velas encendidas, apenas
mantenidas con el calor y el Amor de la gente, que llevaba fotos, fotos
y recuerdos de su artista, de su hermana, de su vecina, de su amiga, de
su hija, de su madre, de su novia. Tal vez este triste y sentido
espectáculo es lo que tanto asombró a tantos periodistas, muchos de
ellos conocedores de Selena, pero que jamás pensaron que al cubrir la
noticia, la fría noticia policial, se iban a encontrar con semejante
muestra de dolor y de afecto. Una vez más se sorprenderían de Selena, de
lo que había generado, de la huella que generó en tanta gente. En la
liviandad de los análisis pensaron que Selena comenzó a ser popular a
partir del mito que nacía … ¡¡Qué error, mi Dios, qué error!! Jamás
pensaron en que Selena había sembrado Amor hacía muchos, muchos años a
pesar de su juventud, y que ahora lo estaba cosechando todo junto de
golpe, de pronto, imprevistamente, tan imprevistamente como su partida,
tan repentina como su insólita y absurda partida, que era la partida de
nuestra ilusión, de nuestra vida, de nuestra esperanza…
Por eso, cuando se hacen tantos análisis, se hacen tantas conjeturas, se
indagan en cosas de Selena que poco importa saber, porque nada de lo que
se busque por ese camino no explicará nada, no repará nada, no remediará
nada, se olvidan que lo más importante que nos ha dejado Selena está
allí, en la huella que dejó en su gente, en el Amor que representó y
desparramó en todo el mundo, en todo lo que que Selena hizo por una
comunidad, por el camino que dejó para que lo transitaran otros, por la
expresión de cariño que quedó manifestada en todas las muestras de Amor
que aún hoy la gente le prodigan a Selena. La más absoluta
representación de lo que Selena había logrado es la famosa escena de los
muchachos que hacen “todo por Salinas”, representada en la película
“Selena”. Porque allí se ve cómo Selena, a espaldas de las grandes
metrópolis, en lugares en los que no llegan las disqueras, no están los
grandes productores, no indagan los “investigadores” de la vida y del
destino de Selena, en los lugares en los que están todos aquellos que
viven con sacrificio cada día, que no ve a nadie de los suyos que
triunfa pasar a visitarlos alguna vez, allí estaba Selena para
ofrecerles un concierto, ofrecerles su cariño, darles su caricia de
Amor, darles su saludo a todos sin distinción. Y la gente, agradecida,
se lo devuelve con gestos como lo de aquellos muchachos que le ofrecen
toda clase de ayuda a Selena y que serían capaces de hacer todo por “su
Salinas”. Ésas son las manifestaciones que pocos han visto, que pocos
han sabido apreciar y que luego se sorprenderían por la magnitud del
éxito de Selena, de la gente que se movilizaba por ello, de las
manifestaciones de Amor incondicional que recibía … Pero para el que
sabe lo que significa Selena, para la gente y, fundamentalmente, para la
gente que la ama a Selena aún hoy, nada es sorpresivo. Para estos
últimos, ¿quiénes no se sentían identificados con aquellos muchachos? ¿Quiénes
no darían todo por Selena? ¿Quiénes no le ofrecerían a Selena toda clase
de ayuda, no le prodigaría toda clase de cariño, quién no se ofrecerían
a ayudarla, a cuidarla y acompañarla si aun haciendo todo ello no
emparentarían ni en la mitad de todo lo que Selena les dio en tan poco
tiempo? Selena había logrado el cariño de su gente que se sentía
plenamente identificada con ella. Selena los había conquistado hacía ya
tiempo, y ese cariño sería expresado para siempre. Esa gente se sentía
escuchada, comprendida, querida, entendida. Esa gente sólo recibía una
visita, un besito, una caricia. Y era sólo de Selena … Y ese gesto sería
retribuido una y otra vez, con el paso del tiempo, a través de los años.
Esa gente sólo vio a Selena pasar por allí, y ese gesto sería agradecido
por siempre…
Selena significó todo eso para toda una comunidad. Nada más y nada menos.
Una comunidad que vio en Selena su Alma, su vida, su destino. Una
comunidad que recibió Amor, alegría, dolor, llanto. Una comunidad que no
puede entender tanto dolor, tanta derrota, tanta frustración, esa
sensación de vacío. Una comunidad a quien le quitaron impunemente a su
Selena … físicamente, pero que se resistió a verla partir protegiéndola
en lo más vital, donde afloran los sentimientos, donde se expresa todo
el Amor por alguien … en los corazones, en esos corazones que viven por
y para Selena, esos corazones cuyos latidos pertenecen a Selena y le dan
vida, color, inmortalidad. Ese Amor que nadie en el mundo podrá quitar,
que ninguna pérfida podrá arrebatar, que ninguna fuerza del mundo podrá
doblegar, que ni todo el oro del mundo podrá comprar…
Por eso estamos aquí … para que Selena nunca se sienta sola, para que
sea feliz, para que sonría cada día, para que se sienta orgullosa y
satisfecha, satisfecha de haber alegrado a toda una comunidad, de
haberle dado todo su Amor, de hacerla sentir orgullosa de su condición,
de su existencia, y para que vea que lo suyo no fue en vano, que dio sus
frutos, que cosechó cariño y recuerdo, recuerdo surgido de su infinito
Amor, ese Amor que no se olvida, ese Amor más preciado, el más divino,
ese Amor que es capaz de generar y sacar lo mejor de nosotros, un Amor
que si todos lo ponemos en práctica cambiará el mundo, hará de lo
imposible posible, nos hará felices, terminará con la frustración y la
tristeza. Si somos capaces de ser un poquito como Selena haremos de este
mundo algo hermoso y posible, y a una Selena feliz riéndose dichosa y
orgullosa, de todos nosotros, de ella misma…
Siempre estaré aquí, Selena, para que saques tu mejor sonrisa, para que
te sientas feliz, querida, amada, acompañada, para que sepas que vives
por siempre en el corazón de una comunidad que sólo ha sido feliz
contigo…
¡¡Hey, estoy aquí, mi querida Selena!! ¡¡Sí, aquí!! ¿Me escuchas? Espero
que sea así ... No te sorprendas ni te rías de mí si me ves invocando tu
nombre mirando a cualquier lado como un loco que habla solo a alguien
producto de su imaginación. Es que no sé bien dónde estás. Mi vista está
fijada en una estrella, en una estrella enorme que brilla enormemente mi
cara. Estoy aquí solo en el medio de la nada, con la oscuridad, las
estrellas y el sonido de los grillos como única compañía. Pero te siento
cerca, Selena, percibo tu cercanía, siento tu presencia. Donde quiera
que esté te siento allí con tu Amor desparramado por todo el mundo, en
cada imagen, en cada objeto, en cada ser vivo que está en este planeta
solitario que te extraña, que te espera, que te invoca. Yo no te veo, es
cierto, pero sé que te estás allí. Yo sé que un día tú volverás para
darnos tu cariño, para recibir el Amor de tu gente ... ¿Me escuchas,
Selena? ¿Acaso no puedes oírme? Puedo percibir que en ese pestañear de
aquella estrella que me acompaña tú asientes … No, no te preocupes,
Selena, estoy bien .... No, no me va a pasar nada. Estoy seguro. No
porque esté físicamente solo quiere decir que corra peligro ni tenga
miedo ... Además, no estoy solo. Estoy bien acompañado. Me acompaña tu
presencia, tu Amor, tu cariño, por esa ternura que quedó grabada en cada
uno de los corazones que te quiere, que te quiere para siempre, que te
quiere para toda la vida, que te quiere sólo a ti, que sólo te espera a
ti, que sólo quiere tu presencia para volver a ser feliz…
¡¡Hey, Selena!! ¿Estás allí, no? ¡¡Ah, bueno!! ¡¡Qué bien!! … No … No …
No estoy llorando … Sabes que siempre estar al aire libre en las noches
provoca resfriados … pero es momentáneo … Ya se me va a pasar … Yo estoy
bien. En realidad, no estoy totalmente bien, porque te extraño, quiero
verte, quiero decirte muchas, muchas cosas, muchas palabras que pude
escribirte pero no pude decirte, muchas emociones que no pude expresarte,
muchos sentimientos que no alcancé a manifestarte ... Es que siento que
llegué tarde, llegué tarde a la fiesta, a los buenos tiempos, al momento
en el que todos bailaban, en el que todos eran felices. Llegué tarde a
una fiesta en el que todos querían compartir tu alegría, en la que todos
se sentían identificados por tu presencia, por la música, por el baile,
por la raza, por toda una comunidad que por ahí está mucho tiempo
separada por diferentes motivos pero que los une una sola cosa, una cosa
que los identifica, y los hace ser y sentir uno solo, una familia con
los mismos valores, los mismos ideales, las mismas banderas, los mismos
objetivos, los mismos ancestros, la misma sangre. Una comunidad, una
familia que festejaba, gritaba y cantaba al ritmo de tu voz, de tu baile,
de tu carisma, de tu personalidad arrolladora, de tu áurea que hacía que
todos fijaran la vista en ti y no la despegaran en todo el tiempo en el
que tú estuvieras presente. Esos ojos que podían ser de jovencitas, de
varones, de mujeres, de gente mayor, de niños …. No importa … Contigo,
Selena, no había diferencias, no había rencor, no había violencia, no
había división. Sólo había Amor, cariño, confraternidad, algarabía y
felicidad, esa felicidad que por ahí para muchos se presentaba sólo
cuando estabas tú, una felicidad que sólo tú les podías ofrecer. Una
fiesta hermosa, única, irrepetible a la que yo asistí tarde, muy tarde.
Una fiesta que ya no era fiesta. Una fiesta que se transforma en el
silencio, con las luces prendidas, con el salón semivacío, las
serpentinas desperdigadas, la gente afuera y la nostalgia de aquellos
que vivieron eso que tal vez nunca volverán a ver y que sin embargo
esperan, esperan que se les vuelva a presentar. Una fiesta que todos
quieren volver a vivir … con tu presencia, Selena … Una fiesta a la que
yo también quiero participar, en la que yo quiero sentir, en la que yo
quiero vivir, para sentir esa inmensa emoción que significa verte,
vivirte, sentirte, emocionarse, deslumbrarse. Una fiesta en la que yo
pueda declararte mi admiración absoluta, manifestarte mi Amor eterno,
una fiesta en la que yo pueda hacerte una reverencia, arrodillarme a tus
pies y declararte de mi parte que eres la Reina, mi única Reina, nuestra
Reina…
¡¡No!! ¡¡No me digas nada, Selena!! No me digas cuándo vas a volver. No
digas lo que no puedes decirme. Yo te voy a esperar siempre. Yo sé que
vendrás algún día. Todos los que te amamos sabemos que tú vas a volver.
Estamos convencidos de que no te has ido. Un ángel como tú no se va sin
despedirse, no se va abandonando a su gente, no se va sin decir palabra
a todos aquellos que te quieren con toda el Alma. Yo sé que no te fuiste,
Selena, simplemente porque no nos dijiste adiós … Sólo te fuiste por un
tiempito tal vez para cantar una nueva canción, tal vez para buscarla.
Te fuiste Selena sola y eso me convence de que no te has marchado. Tú
nunca estabas sola. Los que te amamos de verdad no te lo hubiésemos
permitido. Si te has ido así es porque pensaste que era lo mejor para
todos, pero nos hiciste un guiño de que volverías pronto, de que
volverías para recibir el cariño de toda tu gente. Sé que te fuiste para
corroborar cuánto y cómo te amaban. Sé que tu miedo y tu inseguridad
pudieron más y te quisiste convencer ... Pero mira, Selena … ¿No crees
que es hora de volver? ¿Cómo estás allí en el cielo? ¿Eres feliz sola?
¿No quieres volver aún? ¿No extrañas cantar por aquí? ¿No extrañas a tu
familia? ¿No extrañas a tu gente? ¿No quieres sentir aquel Amor, ese
cariño incondicional de tu gente? ¿No quieres retomar el camino? ¿No
quieres demostrar que eres la mejor? ¿No quieres deslumbrar a todo el
mundo? ¿No quieres mostrarte y que todos volvamos a sentir esa comunión
de Amor contigo? ¿No quieres demostrarnos que otro mundo es posible con
tu voz, con tu presencia, con tu estirpe, con tu Amor? ¿No quieres
sentir ese Amor que tanto querías, que tanto necesitabas? ¿No quieres
volver a sentir ese miedo, esa sensación rara en el cuerpo antes de
entrar al escenario? ¿Prefieres estar sola allí? ¿Quieres más tiempo? …
Está bien, Selena, no te preocupes, no me digas nada. Entiendo ese
silencio, entiendo y respeto tu decisión. Yo te sigo esperando,
esperando que algún día estés aquí en este mundo tan maravilloso como
cruel, tan mágico como devastador, tan hermoso como injusto…
¡¡Ay, Selena, las vueltas de la vida!! ¿Quién iba a decir que yo iba a
estar aquí? … Sí, oíste bien … Soy de aquella tierra, de aquel país tan
lejano de ti, de gente que en su mayoría supo de tu existencia cuando
decidiste retirarte por un tiempito, para hacerte desear ante el público,
como cuando uno se arregla, se viste, se pone bien a último momento para
aparecer lindo, presentable, admirado, respetado. Soy de aquel país que
tú nombraste varias veces para ir a visitarlo con el objetivo de
presentarte en concierto, para deslumbrarlo, para dejar a su gente
boquiabierta. Soy de aquel país que te asemeja con la legendaria Gilda y
de que no pudo verte, admirarte, adorarte. Soy de aquel país tan lejano
y que por años se preguntó por qué te fuiste, por qué nos dejaste, cuál
fue el motivo de semejante partida tan abrupta, tan repentina, tan
silenciosa. Una partida que provocó que poco tiempo después buscara una
explicación, una respuesta lógica y razonable que me hiciera no pensar
más en esa inquietud. Y que esa fallida búsqueda me hiciera acercar a ti,
a tu voz, a tu magia, a tus condiciones de artista única e irrepetible
que hiciera que me quedara subyugado, fascinado, encantado, anonadado. Y
que ese descubrimiento producto de la sorpresa, ese efecto que sólo tú
podías lograr, me hicieran abandonar todo lo que hacía hasta allí
invocando tu nombre, que dejara música, gustos, costumbres, juegos,
rutinas, sólo para verte, para escribirte, para admirarte, para
tributarte, para homenajearte. Tal vez hoy siga sin saber qué pasó
contigo, por qué estabas sola, qué fuiste a buscar, por qué te retiraste
en silencio. Pero ese intento fallido me hizo descubrirte, fascinarme,
admirarte, quererte, ofrecerte mi corazón. Pasé por lo que pasaron
muchos: de no esperar nada a recibir todo, de subestimarte a amarte, de
ser indiferente a ofrecerte mi vida. Hoy soy de los que te descubrieron
después y que te aman como los que te supieron ver y apreciar. Soy de
los que llegó tarde a la fiesta y quiere que haya una más. Soy de los
que piensa en Corpus Christi, de los que ha descubierto la música tejana
contigo y que ha sentido la sangre latina a través de tu inmenso talento…
¡¡Sí, Selena!! ¡¡Tienes razón!! Tal vez me veas un poco cansado. Tal vez
a veces duerma poco por querer verte, por hacer algo por ti, por
invocarte, por buscarte denodadamente y sin descanso. No me retes. Te
juro que por ti me portaré bien. De hecho estoy descansando más, estoy
regularizando mi vida, estoy tratando de “ser razonable”. Pero tienes
que comprenderme, tienes que entendernos. Yo no te pido que me digas
nada. ¡¡Sólo escúchame, Selena!! Yo sólo quiero que estés aquí. Yo sólo
quiero que vuelvas a nosotros. ¡¡Mira, Selena, y creeme!! Todas las
noches te busco, todos los días me levanto pensando que todo fue una
pesadilla, un mal chiste, un sinsentido. Todos los días me imagino que
te descubro en algún lado, que vas a aparecer sin decir nada, que sólo
me sonreirás y me alzarás tu mano para hacer tu saludo de siempre. Y que
esperarás que yo corra con cara de incrédulo, con una mezcla de emoción,
alegría, tristeza, risa, llanto, algarabía, nostalgia, para abrazarte
fuerte, muy fuerte, y decirte que lo que tú generaste en mí no lo hizo
nadie. Que sólo tú llenó de alegría mi corazón, que llenó de emoción mi
Alma, que dio vida a mi existencia errática por este mundo. Te diría que
por qué tanto tiempo, que por qué te fuiste sin decirnos adiós, sin
verte crecer, triunfar, tener hijos, verte feliz, verte admirada, verte
como ejemplo, ver un mundo mejor contigo. Te abrazaría fuerte para
convencerte de que te quedes, de que te des una oportunidad, de que nos
des una oportunidad. Te rogaría de que nos devuelvas la felicidad con tu
alegría, de que nos vuelvas a cantar, de permitirme exteriorizar mi
afecto por ti, de darme la oportunidad de decirte en un escenario que te
amamos y que sólo te quiero a ti. Te pediría que me dieras la
oportunidad de vivir un espectáculo tuyo, de que me acercaras tu
micrófono para permitirme cantar “No debes jugar” como lo hiciste en el
Far West Rodeo, de ser tu partenaire mientras cantas “¿Qué creías?” y
que me zamarrees como al “ex novio” del concierto de Odessa. Te rogaría
que recuerdes tus palabras de que nada es imposible, y que nunca, nunca
abandones tus sueños, todo lo que tenías planificado en tu vida, y que
para cumplirlos tengas que quedarte un siglo sin descansar nunca. Te
pediría verte crecer, madurar y hasta retirarte con honores por el deber
de haber cumplido con todo. Yo querría ver tu obra completa para que te
sientas feliz, plena, querida, admirada, siempre amada y con tu idea de
ir siempre por más…
¿Qué me dices, Selena? ¿Que tienes temor? ¿Qué piensas que la gente se
olvidó, que ya no te quiere como antes? ¿Que las cosas no son como aquel
entonces? … ¿De dónde has sacado eso, Selena? ¿Crees que lo que tú has
generado es poco? ¿Acaso no te has dado cuenta de que el público te
adora? ¿Acaso no sentiste el Amor de todos los que te han amado y
querido? ¿Acaso crees que los que te amamos de verdad dejaríamos que se
olviden de ti, de que abandonen tu Legado, de que no te devuelva aunque
sea un poquito de todo el Amor que nos dejaste? ¿Acaso crees que alguien
tendrá tu voz? ¿Acaso crees que alguien puede tener tu risa? ¿Acaso
crees que no se extrañan tu sencillez, tu prestancia, tu figura, tu
carisma, tu don de gente, tu infinito talento? ¿Acaso crees que fuimos a
buscar a otra como tú? Y si fuera así, ¿crees que conseguiríamos a
alguien tan fácilmente que tenga todo lo que tú tenías? ¡¡No, Selena!! …
¡¡No hay manera!! … Yo sólo estoy aquí para decirte y afirmarte que tú
has generado mucho más de lo que te imaginas, y que al adoptarte sólo
admitimos la posibilidad de que tú vuelvas. Por eso, Selena, vuelve, no
te cohibas, ten confianza. Te doy mi palabra de que tú nombre y tu
figura están bien cuidados, de que la gente, tu gente, guarda tus cosas
como tesoro. Que se aferra a ellas porque es lo único que les quedó de
ti. Soportan la angustia y lo inexplicable de tu ausencia teniendo algo
de ti, aferrándote a esos discos, a esas fotos, a esos autógrafos, a
esas remeras, a esos perfumes, a esas muñecas, a esos aretes, a esos
anillos. Todos sabemos que esas cosas se opacarían con tu presencia,
pero se aferran a ellas mientras te esperan, mientras encuentran una
explicación a lo inexplicable, mientras lloran, mientras esperan una
señal tuya, mientras sueñan, mientras piensan en imposibles…
¡¡Oh, mira, Selena!! La luna se asoma gigante en el horizonte … Pronto
iluminará aun más esta noche en la que me siento tan sólo, tan triste,
pero con esperanza. Porque en la inmensidad de la oscuridad, en la
letanía de la noche, en la soledad de mi ser, en el vacío que me genera
tu ausencia, yo estoy aquí contigo, Selena, acompañándote y
acompañándome. Sintiéndome apesadumbrado por no verte pero sintiéndote
tan cerca. Sé que estás, Selena … Te siento y me siento. Alguien como tú
tiene que estar en algún lugar. Alguien como tú siempre está, como lo
estás en todos los corazones de los que te quieren de verdad. Tú,
Selena, hiciste posible el Amor, afirmaste con tus actos que es posible
dar sin esperar, y que dar de esa manera genera gratitud y afecto. Por
eso todos te esperamos. Porque nadie se olvida del primer Amor, como
nadie se olvida cuándo descubre el verdadero Amor, del mismo modo que
nadie se olvida de quién marcó para siempre nuestras almas. A veces para
bien. A veces para mal. En tu caso, Selena, tú ganaste nuestros
corazones con tu enorme talento y tu bondad infinita. Hiciste de tu Amor
nuestro Amor, nuestro único Amor, nuestro Amor para siempre, ese Amor
que nunca se olvida, ese Amor que siempre se busca…
Ese alejamiento de la estrella, tu estrella, me indica que te tienes que
ir … ¿No te puedes quedar un poquito más, Selena? ¿No puedes seguir
acompañándome? ¿No puedes escucharme cinco minutos más? … No, está bien
… No llores … ¡¡No llores, Selena, por favor!! … Si hay algo que no
quiero es verte triste. Yo sólo quiero arrancarte una sonrisa, hacerte
compañía, tenerte siempre presente, hablarte para que sepas que hay
alguien aquí que te invoca, escribirte para hacerte mi homenaje siempre
… Yo sólo quiero, Selena, que sepas que te quiero, que te extraño
horrores, que no me contento con cantar tus canciones y recordarte con
cariño. Yo quiero que no te sientas sola, que lo que tú has hecho ha
dejado huella en todos nosotros, que tu ejemplo es practicado por todo
el mundo, que tu Legado de Amor permanece intacto a resguardo de tanta
gente que te quiere. Yo sólo quiero que estés contenta, que lances una
de tus tantas carcajadas que sabías prodigar, y verte satisfecha de
sentirte recordada y de que no estás sola. Yo sólo quiero que esa
felicidad te haga volver, que quieras regresar sólo para que completes
tu obra, para que cumplas con todos tus anhelos. No quiero verte llorar,
no quiero verte triste, no quiero verte sola, no quiero verte abandonada,
no quiero ver tu energía apagada sin poder ser expresada. Yo quiero
verte como siempre Selena, donde quieras que estés. Y que todo lo que
hagamos por ti te dé las ganas de regresar, de que estés con tu gente,
en el hábitat en el que siempre estabas cómoda, contenta, feliz. Yo sólo
quiero ver tu rostro con tu enorme sonrisa. Yo sólo quiero que puedas
darnos mil abrazos y mil besotes más…
Bueno, Selena … Sé que te tienes que ir. Sé que no quieres que esa
estrella se aleje, pero no te preocupes … pues esa estrella volverá y
con ella tú, y yo estaré aquí, esperándote con una sonrisa, con mi
corazón y mi alma, y para ofrecerte mi vida para que tú siempre, siempre,
estés acompañada, siempre seas feliz, siempre recibas el Amor de tu
gente, y decidas regresar, regresar para recibir y dar Amor, para cantar,
para diseñar, para ofrecer toda tu energía, para seguir siendo Selena,
esa Selena que no se olvida, esa Selena que siempre se recuerda, esa
Selena que sólo desparrama Amor y cariño a todo el mundo, estando
presente o ausente, estando cerca o lejos, pase el tiempo o no. Porque
el Amor es uno, y ese Amor tiene un solo nombre: el tuyo!!
Nunca me olvidaré de lo que hiciste en tan sólo 23, casi 24 años. Yo no
me olvido de tus privaciones, yo no me olvido de todo lo que tuviste que
sacrificar para llegar a ser Selena. Yo no me olvido de ese camino tan
difícil que tuviste que recorrer desde muy pequeña. Yo no me olvido de
tus sentimientos, de tu Amor de mujer, de tu vida sin igual, de tu
pasión, de tu energía, de tu talento, de tu personalidad. Porque por
sobre todas las cosas, por sobre tu carrera musical, por sobre tus
logros, por sobre tus canciones, por sobre el cariño de tu gente, por
sobre el mérito de todos los que contribuyeron a tu éxito, yo jamás me
olvidaré de tu vida, jamás me olvidaré de que antes que nada eras una
excelente persona, una ser humano divino y un ejemplo de mujer…
Simplemente te quiere y no se resignará nunca a verte, Selena, aunque
sea una vez…
No hay peor cosa en la
vida que sentirse solo, triste, imposibilitado e impotente para cambiar
una realidad tan devastadora, tan cruel, tan injusta, tan indigna. No
hay peor cosa que sentir que hay que seguir en la vida tratando de gozar
de las pequeñas cosas de nuestro quehacer cotidiano sin tener a nuestro
lado lo que nos da vida, lo que da sentido a nuestra existencia, lo que
nos da alegría, lo que saca lo mejor de nosotros, lo que nos da la
energía suficiente como para encarar cada momento de nuestras vidas con
la mejor sonrisa, con la mejor predisposición, con la mejor actitud. No
hay peor cosa que sentir que se nos va la vida, que se nos acaban las
posibilidades, que se acaban nuestras ilusiones de ver un mundo mejor,
de estar plenamente felices, de poder estar rodeado de aquello que nos
da el aire que respiramos, el alma a nuestro cuerpo, el latido a nuestro
corazón…
A veces, me detengo en lo que hago, y no puedo dejar de pensar en
Selena, en el tiempo que está sin nosotros, en el dolor de su ausencia,
en la vida que pudo vivir, en todo lo que nos dio mientras estuvo entre
nosotros … y no puedo evitar entristecerme. Cuando pienso en Selena,
pienso en lo banal de mis preocupaciones, en el sinsentido de
preocuparse por cosas fugaces, por importancias inexistentes, por
urgencias ridículas. Salgo a la calle en busca de aire, de una
explicación, de una esperanza. No importa la vida que tengo, no importa
cuán importantes sean mis problemas. No siquiera interesa lo que me pone
feliz y contento. Porque lo que más me interesa en la vida no está, lo
que daría sentido a mi existencia no está, porque lo más dulce en mi
vida no está … No está Selena aquí y me siento incompleto, vacío, sin
poder gozar de una felicidad completa, sin poder ser enteramente feliz
al no ser feliz ella en este mundo, al no estar ella en este mundo…
A veces no quiero seguir adelante. Adelante significa seguir un camino
no elegido por mí, elegido por los demás, por el destino, por las
circunstancias. En realidad, no quiero seguir adelante, porque pasa el
tiempo y mayor es mi dolor. Cada día que pasa es un día más sin Selena y
eso agranda mis heridas, mi sangre no deja de fluir, mis lágrimas no
cesan y el dolor del alma es más punzante que cualquiera que yo haya
conocido … y eso que he padecido muchos dolores ... Yo no quiero seguir
adelante sin tener a Selena con su risa, con su voz, con su alegría, con
su talento, con su carisma, con su personalidad. Avanzar es ir
admitiendo que nada se puede hacer, genera un desgaste en nuestras
ilusiones, en nuestra imaginación, en nuestra existencia. Seguir
adelante es seguir cargando con esa mochila tan dolorosa que nunca nos
la podremos quitar. Con una historia de hadas que termina en tragedia,
que termina con una herida absurda, con un dolor que nos duele tanto a
nosotros como a Selena, un dolor que no se cura con el olvido, con una
evocación, con fotos y recuerdos. Un dolor que sólo se va si Selena
aparece entre nosotros, si la justicia y el Amor aparecen en este mundo
y en nuestras vidas…
Yo no quiero seguir adelante. Yo quiero volver sobre mis pasos. Quiero
ser dueño de mi destino. Quiero poder hacer algo por Selena, ayudarla,
darle su oportunidad, cuidarla para que sea feliz y libre, para que esté
contenta, para que sonría una vez más. Quisiera retroceder. Retroceder
en el tiempo. Retroceder en la vida. Mirar atrás y correr, correr en
busca de Selena, correr hasta buscar en qué se falló y repararlo. Buscar
reparar algo que ha dañado a toda una familia y a tanta gente. Buscar
reparar lo más valioso y lo que más se ha destrozado, que es la vida de
Selena. Uno quiere retroceder para darle esa nueva oportunidad a Selena.
Para decir “aquí no ha pasado nada” y tener esa posibilidad de
reinventar el año 1995 y reencaminar el futuro con Selena. A veces
pienso que el Amor que uno le tiene a Selena haría posible aquello que
hoy y siempre sonaría imposible. Yo comulgo la idea que Selena nos
transmitió, que es que nada es imposible, que todo se puede lograr en
pos de nuestra felicidad. Por eso recuerdo aquella película denominada
“Groundhog Day”, en el que el protagonista era una periodista que iba a
cubrir la noticia de un pequeño pueblo que todos los años celebraba “El
día de la marmota”. Al día siguiente, nota que se repite ese día hasta
que da cuenta de que ha quedado atrapado en el tiempo y de que está
condenado a vivir todos los días el mismo día con los mismos hechos, con
los mismos acontecimientos, con las mismas palabras, sin poder salir de
ese día que se hace insoportable para él. Una y otra vez vive ese día
que se hace intolerable para él. En el ínterin de esa peripecia
asfixiante, se enamora de su compañera de trabajo y aprovecha toda la
información que obtiene todos los días “viviendo el mismo día” para
conquistarla. Nada sucede. Por el contrario, los “mismos días” se hacen
peores para él. Cada vez tiene más problemas. Hasta que se da cuenta de
que hay una sola manera de salir de la trampa, que es permitirse ser
feliz, ser él mismo, descontracturarse, no vivir en la amargura de su
vida cotidiana, y ser auténtico en la vida y en sus sentimientos. Cuando
lo logra, se despierta y se da cuenta de que “El día de la marmota” ha
pasado. Pasó el tiempo, reencausó su vida, recuperó su ritmo de trabajo
y pudo seguir adelante en la felicidad plena de ser feliz siendo uno
mismo al lado de lo que más amaba, que era esa periodista que durante
años trabajó con ella sin darse cuenta de que era ella y sólo ella su
felicidad, y la posibilidad de vivir en armonía con todo…
Por eso no puedo seguir adelante, porque para seguir adelante necesito
de eso que le da sentido a mi vida, aquello que le da Amor, felicidad,
esperanza, aquello que alumbra mis ojos, los llena de alegría, me da la
energía necesaria que me lleva a encarar cualquier avatar en mi vida sin
mayores problemas. No puedo vivir sin tener a ese alguien que me haga
feliz, que me haga pasar por la vida sintiéndome con el pecho inflado,
con el semblante bien en alto y la felicidad a flor de piel. Yo no puedo
seguir adelante sin Selena. Seguir sin ella me convierte en un hombre
sin esperanza, sin ilusiones, sin metas, sin perspectivas. Sin Selena yo
no soy realmente el mismo, soy un ente vacío que se arrastra por las
calles sin Alma, sin sangre, sin fuerza, sin alegría. Sin Selena es como
no respirar, como no tener sentido seguir. Selena le daba sentido a las
cosas, le daba alegría, le daba emoción. No es que Selena fuese un Dios.
Por supuesto que no lo era … Pero Selena era algo divino que llenaba de
vida el lugar, lo colmaba con su presencia, con su espíritu. Incluso el
verla en un video genera esa sensación .... Pero falta su presencia, su
lugar en el mundo ... El que ella no esté significa para el que la ama
de verdad la angustia, el dolor, la impotencia, el enojo, el llanto, la
sensación de que su partida debió haberse evitado, debió haberse
prevenido. Y esa partida le ha quitado magia a este mundo, la alegría a
su gente y la vida a Selena, que era lo más preciado…
No puedo seguir adelante sin Selena, sin ver a Selena feliz y contenta,
contenta con todo lo que hacía, contenta por poder hacer todo lo que se
había propuesto realizar, con toda su energía, con toda su pasión, con
su baile, con su voz, con su talento, con su carisma. No puedo seguir
adelante sin verla a ella triunfar, aunque estuviera lejos de mí, de mi
vida, de mi existencia. Me quita fuerzas el vivir cada día y no poder
torcer el rumbo, quedar supeditado mi deseo a los demás. Me deprime
vivir no pudiendo tener la posibilidad de hacer algo más por Selena, ver
al resto de la gente siendo feliz con no sólo tener lo más preciado al
lado de ellos, sino pudiendo proyectar cosas, tener objetivos,
proponerse metas y trabajar en ellas. Yo deambulo por las calles estando
triste porque no me queda más que un abismo de tristeza y lágrimas ...
Yo quisiera poder reír para siempre. Yo quisiera ir en la vida con el
pecho erguido, caminando con orgullo de que puedo invocar el nombre de
Selena y de que todos sepamos de qué se trata, y de ver a Selena al
final del camino triunfando y siendo querida, siendo feliz en su
intimidad de ser alguien apreciada y amada, sabiendo que es un ejemplo
para todos…
No puedo seguir adelante sin tener una señal de Selena, sin poder hacer
todo lo posible y lo imposible por encontrarla, abrazarla, agradecerte,
disfrutarla. No puedo seguir si no está ella. Yo quiero reencausar el
camino. La vida siempre nos da una nueva oportunidad. Yo quiero darle
esa nueva oportunidad a Selena. Yo quiero darle esa oportunidad que la
vida le ha negado. Yo quiero que no viva con esa pesada mochila del
dolor, del final abrupto del camino, del corte de las ilusiones, de la
impunidad de lo mediocre, del odio y del rencor. Yo quiero ofrecerle a
Selena mi Alma, mi cuerpo, mi espíritu, toda mi existencia para que siga
cantando, para que siga diseñando, para que siga creando, para que
vuelva a tener esa energía que era el equivalente a toda la energía del
universo. Yo quiero que Selena sea nombrada por todo el mundo, sea el
ejemplo para todo el mundo, sea la felicidad para tanta gente, sea esa
pequeña embajadora mundial que nos muestre con palabras y hechos todo lo
que se puede lograr con trabajo, dedicación, honestidad, amor propio,
energía, proyectos, sueños, anhelos. Yo quiero darle vida a Selena, sea
retrocediendo en el tiempo, sea dándosela a Dios mismo ahora, sea
esperando a alguien que me diga qué tengo que hacer para que mi deseo y
el sueño de tanta gente se hagan realidad. Porque no puedo dejar de
pensar en el dolor de tanta gente que llora cada 31 de marzo, que
recuerda con desazón lo sucedido, que no acepta que Selena se haya ido
de este mundo. Porque tampoco puedo dejar de pensar en lo que pensaría
Selena aquel día, aquel momento, aquel instante en el que comenzó a
percibir que sus sueños se esfumaban como pompas de jabón, siendo tan
joven, sin entender por qué, sin poder siquiera despedirse, sin siquiera
poder decir una palabra. Por eso quiero darle la posibilidad a Selena de
que pueda hablar, de que pueda hacer, de que pueda actuar, de que haga
todo lo que tenga que hacer en lugar de mí, que ya he hecho lo que podía
dar…
No hay peor cosa cuando uno pierde la ilusión, la alegría, la sonrisa.
No hay peor cosa que no haya luz en el camino, no hay peor cosa que
asistir impotentes a una realidad que es un cachetazo a la vida, al
Amor, al entusiasmo, a un modo honesto de ver las cosas. Y frente a eso,
peor aún, es no hacer nada para remediarlo, aceptar que ya nada se puede
hacer. Y eso no es así. Eso no debe ser así, y menos con Selena … Y
mientras espero ese milagro, no bajaré los brazos por Selena. Haré lo
imposible para que todo el mundo la reconozca, la tribute, la evoque. No
pararé hasta lograr que todo artista de cualquier género quiera
recordarla con sus canciones o recreando sus propios temas. No pararé
hasta ver que toda su obra se pueda apreciar. No me detendré hasta que
se conozca la totalidad de sus interpretaciones. No pararé hasta
recuperar Selena Etc. No me detendré hasta que certifique que no sólo se
ha mejorado El Mirador, sino que hay más miradores, que el Gravesite
vuelva a ser un lugar amplio y de paz, que no sólo haya una estrella de
Selena en el Hard Rock Café de San Antonio, sino que hay varias en todo
el mundo. Y no me detendré hasta que los Spurs de San Antonio la tengan
como su figura principal, que todos sus videos de enseñanza para las
escuelas se divulguen en todas las escuelas de México y Estados Unidos y
que Monterrey tenga sus lugares propios para recordar a Selena a quien
tanto amaban. Yo quisiera tener todo el oro del mundo … sólo para hacer
todo por el recuerdo de Selena, para reparar en algo tanta pérdida, para
darle un poco de vida a la espera del pequeño milagro de que vuelva a
estar entre nosotros. Yo no me resigno a tener mi “Día de la Marmota” y
que lo pueda superar…
Todo esfuerzo siempre será poco. Yo no puedo vivir la vida sin un mañana.
Yo no puedo vivir sin tener sueños, esperanzas, aunque sean difíciles de
lograr, sin pensar que algún día Selena volverá. Prefiero ser un iluso,
prefiero pecar de delirante, pero prefiero apostar a la esperanza, a la
vida, a los imposibles. Yo quiero que Selena tenga su nueva oportunidad,
yo quiero poner en práctica aquellas palabras que Selena siempre
pronunciaba: “Siempre hay que pelear por los sueños” y “The impossible
is always possible”. Yo no quiero vivir llorando, llorando de dolor,
quedándome con esa horrenda sensación de que no se puede hacer nada.
Para mí la vida tiene un mañana si Selena está en él. No importa cómo se
me presenta Selena. Lo importante es que se me presente y que dé sentido
a mi existencia. Y que con su presencia encuentre el sentido a la suya,
que es lo más importante. Y si Selena no puede llegar a mí y a todos los
que la amamos, seré yo el que buscaré la manera de encontrarla, de darle
esa vida que se le presentó corta. Yo no puedo vivir sin darle mi
homenaje diario, mi agradecimiento eterno. Sólo así habrá un presente y
un futuro. Sólo así tiene sentido el pasado. A la hora de recordar a
Selena como se debe, yo no me puedo olvidar de esa niña y su micrófono
enorme en sus manos, a la espera de cantar en un ensayo. Yo no me puedo
olvidar de esa niña que ante el silencio de todos antes de tocar, ser
grabados y filmados, diga mirándolo a su padre “¿Cuándo comenzamos?”. No
puedo olvidar sus ganas de agradar a tan variado público desde muy
pequeña. No puedo olvidar cantando “Dame un beso” en los TMA 1987, a la
edad de 15 años, cerca de los 16. No puedo olvidar el crecimiento de
Selena al interpretar “Quisiera darte” en el Show de Johnny Canales en
1989, no puedo olvidar el furor en Monterrey desde que lo pisó por
primera vez, no puedo olvidar cómo le agarró la corbata a Johnny Canales
mientras interpretaba “¿Qué creías?” en 1993, su particular e innovadora
forma de vestir en su última aparición en “El show de Johnny Canales” en
1994 interpretando “No me queda más”, no puedo olvidar esos conciertos
multitudinarios en Monterrey en 1994, no puedo olvidar su despedida
saludando hasta el último espectador en el Houston Astrodome 1995, no
puedo olvidar su sueño de hacer un disco en inglés y 4 canciones hechas…
Yo no me puedo olvidar de ello y por eso haré que esos 23 años en el que
Selena estuvo en este mundo y lo hizo feliz se recuerden siempre, se
valoren siempre, se rememoren como aquello en el que todos estuvimos
contentos y dichosos de nuestras vidas, que se recuerden como aquellos
años en los que tuvimos alegría y esperanza, que se recuerden como algo
hermoso que se nos fue pero que Dios algún día nos devolverá con su
infinito Amor. Yo sé que Dios nos devolverá a su criatura más preciada,
acaso lo más hermoso que pudo crear en el Universo…
Yo estoy aquí Selena para que sepas que te espero, porque tú eres el
aire que respiro, el latido de mi corazón, el Alma de mi cuerpo, la
alegría en mi rostro, la felicidad eterna…
Siempre estoy pensando en ti, Selena, dando todo para ti y queriéndote
aunque no pueda verte nunca, aunque nunca pude verte…
Sergio Ernesto
Rodríguez Buenos Aires, Argentina
Date: March 7th, 2010
Selena … Ese recuerdo
vivo
Puedo ver aún hoy a Selena en aquel hermoso concierto de San Antonio en
1991 pidiendo a uno de los asistentes que le acercaran aquello que le
ofrecían. Cuando llegó a sus manos, lo vio y se sorprendió gratamente
cuando notó que era un globo con una flor adentro. Selena primero sonrió,
luego se emocionó y exclamó un “Ahhh!!!” Y no contenta con ello le pidió
al público que acompañara su exclamación. Atrás de ella se podía ver a
A.B. muy enojado con otra de las asistentes al concierto porque pedía un
globo también. Detrás de Selena podía verse cómo le gritaba “Tienes.
Tienes” y le pedía que dejara de pelear. Pero nadie daba cuenta de ello.
Los ojos de todos se posaban en Selena que los invitaba a bailar cumbias.
Un sí rotundo estalló en sus oídos a tal punto que ella se echó para
atrás sorprendida y enseguida dio comienzo a la canción “Baila esta
cumbia”. Y ella echó a bailar y a reír exhortando a todo el mundo a que
siguiera su ritmo, a que la siguiera a ella. Selena tenía tan sólo 19
años. Estaba por cumplir los 20 y era toda una cantante profesional. Tan
era así que se permitió advertir, mientras arengaba al público, que su
hermano, aún enojado, le hacía una indicación para que se acercara. Ella
con disimulo, y nunca perdiendo el ritmo, se acercó a A.B. y escuchó lo
que éste le decía. Enseguida se apartó de él y se adelantó de nuevo en
el escenario encarando al público para que siguiera participando, para
que siguiera prestándole atención a su pedido. Por supuesto que éste
acató su pedido pues tanto la seguía, tanto la amaba, que ni siquiera
advirtió lo dicho por A.B. a Selena. Es más, ni se enteró. Sólo seguía
la voz de Selena, su agitar de manos, su baile. No pasó ni un minuto
cuando Selena lo miró de nuevo a A.B. para hacerlo partícipe del tema …
Así le hizo creer al público ... En realidad, quería corroborar si todo
estaba bien. Cuando lo confirmó, se apartó de él y siguió cantando ante
su gente como si nada hubiera pasado. Pronto la cara de A.B. cambió y
comenzó a notarse en él de nuevo la alegría y la satisfacción. Poco
después éste se acercó a Suzette y le comentó con ansias lo que había
sucedido, y luego se puso a bailar también él con su bajo. Selena luego
paró de golpe de cantar y mirando en forma cómplice a su público le
preguntó “¿Quieren más?”. Ante la algarabía de la gente Selena siguió y
todo siguió bien en un concierto que llegó a durar 3 horas…
Tal vez éste como tantos otros hechos muestran como nadie lo que era
Selena. Lo que era Selena como artista y como persona. Una persona que
estaba atenta a todo y que no podía seguir si no veía que todo estaba
bien, que todos estaban bien. No podía concebir un concierto, un lugar,
un momento sin advertir de que todos estaban gozando, de que todos
estaban felices, de que todos estaban contentos. Siempre entendió y
aprendió que debía dar todo de sí para que la gente que estaba a su
alrededor estuviera bien y satisfecha. No podía estar en un lugar en el
que hubiera tensión, hubiera enojo. La mejor síntesis de ello eran sus
risotadas. Podía estar bien, podía estar mal, podía no tener ganas,
podía hasta estar no de muy buen humor, pero si había un minuto de
silencio en el ambiente o si había un clima de enojo, ella se ponía a
hablar y a reírse, decir algo y estallar en carcajadas. Y nadie podía
resistirse a ello, pues Selena se encargaba de cautivar a todo el mundo
con su encanto, con su carisma, con su personalidad. Eso la hizo una
persona particular, una artista distinta, una cantante única e
irrepetible. Eso la hizo sencillamente encantadora, difícil de olvidar,
imposible de no querer…
Tal vez esa personalidad arrolladora, esa necesidad de acaparar todo, de
querer solucionar todo aun en la mayor de las adversidades le haya
jugado en contra, tan fatídicamente en contra que tal vez explique en
parte lo sucedido aquel nefasto 31 de marzo. Y tal vez todos entendamos
que no alcanza con lamentarse por lo sucedido, con esperar que el paso
del tiempo se haga cargo de nuestros recuerdos, de nuestro cariño, de
aquello que nos tocó el corazón y el alma. Y encima la incomprensión
acerca de todo lo que le pasó aquel día nos genere un permanente estado
de movilización, de querer seguir haciendo algo por Selena, por querer
reparar algo de lo irreparable. Porque no podemos evitar pensar que se
ha ido Selena, que se ha ido una artista excepcional, que no tiene
igualación ni continuación. Y aunque nos ofrecieran a nuestros pies a la
mejor cantante del mundo, no la aceptaríamos … Porque a ella la habíamos
adoptado, a ella la habíamos elegido. Ella nos llenaba de alegría el
corazón, ella nos emocionaba, ella nos hacía vivir un mundo mejor. Y
cuando uno percibe eso de un artista difícilmente quiera a otro del
mismo modo. El que ama a Selena sólo quiere ver a Selena. Y la forma de
su partida y la consternación que ha provocado lo sucedido aumentan más
el deseo de verla, de no aceptar lo que ha sucedido, de no acostumbrarse
a que aquello que sucedió ya no se puede revertir, de no aceptar que no
se puede hacer nada por ella…
Vivimos un tiempo en el que nos invitan al olvido, a la aceptación
sumisa, a la resignación. Nos invitan a asimilar las cosas, a aceptarlas
como son. A que Selena hay que recordarla por su música y que el dolor
hay que aceptarlo con el dolor de cada día, con el llanto en cada
medianoche, con el vacío que dejó Selena, con el despertar de cada día
sin entender cómo Selena no está entre nosotros. Pero el que ama a
Selena no puede hacerlo. No puede hacerlo porque la recuerda con Amor
con cada disco, con cada concierto, con cada imagen que pudo retener de
Selena en la televisión, en un concierto, en cualquier lugar en el que
ella transitó y dejó su mensaje de cariño, amor y esperanza. No puede
hacerlo porque alguna vez estrechó su mano para saludarla, le dio un
beso, le pidió un autógrafo. Y menos puede hacerlo porque a cambio
recibía no sólo lo pedido, sino algo más, algo que le subía el ánimo y
la autoestima: Selena les preguntaba por ellos, por su familia, por su
vida. A veces era la misma Selena quien se acercaba a ellos para
saludarlos, para dar su cariño, para ofrecerles su Amor. ¿Cuántas veces
veían cómo Selena en cada concierto los individualizaba y los saludaba,
y se ponía la mano en le pecho y hacía una reverencia como muestra de
cariño? ¿Cuántas veces recibía el cariño en el escenario tomando con una
mano en el aire el beso recibido de lejos y poniéndoselo en el corazón?
¿Cómo olvidarse de tantas muestras de afecto? ¿Cómo olvidarse de
semejante cantante que nos daba todo lo que queríamos recibir de un
artista y más, mucho más?
Creo que todos los que amamos a Selena nos gusta recordar todo lo que
nos dejó Selena como algo presente, como algo que está vivo, a pesar del
dolor. A veces es tanto el dolor que creemos que para seguir adelante
hay que aceptar la situación, recordarla con anécdotas divertidas
reservadas para los aniversarios, pensar que la encontraremos tal vez en
otra vida, contentarnos con que alguien nos diga que Selena nos deja un
mensaje de un eventual más allá … Nada más errado … pues antes que
aceptar eso se debe aceptar que es imposible recordar a Selena sin una
lágrima, sin enojo, sin la consternación que generó su partida, sin el
hecho de su partida. Eso también forma parte del recuerdo, de la vida,
de todo lo que tenga que ver con Selena. Nunca se puede olvidar aquello
y tampoco se quiere, a juzgar por lo sucedido. La duda, los
interrogantes, los proyectos rotos, una vida hecha a base de sacrificios,
alegría, optimismo y tremenda voluntad hecha añicos nos movilizan a
hacer algo por ella, algo para reparar lo que de por sí es irreparable.
No podemos dejarla sola, no podemos olvidarla, no debemos abandonarla,
porque no hay peor cosa que aceptar una realidad que no tiene
explicación, justificación, asimilación. Tal vez esa densa y triste
realidad se exprese en el hecho de que Selena, siendo una estrella a
punto de conquistar el mundo, quede reducida en su lugar de recuerdo en
Corpus Christi. Que de una superestrella internacional su impronta quede
reducida a un mirador con colores de olvido y abandono, un gravesite
cercado, una boutique cerrada, un museo que exhibe lo poco que queda y
en el que se proyectan imágenes de Selena que inexplicablemente no se
dejan plasmadas para la posteridad en un dvd, en un formato que permita
que ese Legado de Amor de Selena esté vivo siempre en aquella gente que
la conoció y vio, en la gente que la descubrió y en aquellas personas
que la descubrirán, porque la magia de Selena radica en eso, en que aun
en ausencia sigue generando lo mismo que hace 15 años. Sólo una artista
en serio con un tremendo talento puede lograr la misma sensación que
tuvo el padre de Selena cuando la escuchó por primera vez, la misma
sensación que tuvo José Behar, presiente de la Emi Latin, cuando la
observó de casualidad en San Antonio, la misma sensación que todos
tuvimos cuantos la vimos por primera vez sin saber quién era, sin
imaginarnos lo que era, sin siquiera teniendo en muchos casos
perspectivas y confianza en su canto antes de apreciarla…
Todos queremos seguir viviendo y haciendo vivir lo que nos dejó Selena,
pues aún hoy nos sigue emocionando, nos sigue llenando el Alma, nos
sigue cautivando, nos sigue sacando lo mejor de cada uno. Uno sigue
cantando con ella “Como la Flor”. Uno se sigue emocionando con su
entrada en el Astrodome. Uno sigue recordando su eterna sonrisa. Uno
sigue cantando con ella mientras Selena nos susurraba “pero .,. ay, ay,
ay, cómo me duele” en Festival Acapulco 1994. Uno sigue admirando su voz,
su baile y su belleza cantando “Si una vez” en el programa “Un nuevo día”,
del mismo año. Uno recuerda deslumbrando en La Fiesta Broadway 1992
cantando “Enamorada de ti”. Uno recuerda ese inicio de una artista sin
igual en el Memorial Coliseum de Corpus Christi 1993 cantando “Como la
Flor” y “Baila esta cumbia”. Uno canta con ella y la acompaña en los
coros dirigidos bajo su batuta cantando “No debes jugar” en el Far West
Rodeo 1994, con Selena y su hermoso boustier y pantalón azul. Uno no
puede olvidar sus miradas, sus señalamientos y sus increíbles
interpretaciones en el Houston Astrodome de “Tus desprecios” y “Cobarde”.
Uno no puede olvidar y dejar de emocionarse cuando Selena interpreta
“Where did the feeling go?” en el concierto de San Antonio 1991. Uno no
puede olvidar la evolución de Selena desde su interpretación hasta su
música al escuchar y ver “La carcacha” en los conciertos de Houston
Astrodome 1993 y 1995. Uno no puede olvidar la increíble interpretación
y el zamarreo que Selena le da a su “ex novio” en el concierto de Odessa
de 1994 ... Uno tampoco puede olvidar la belleza de Selena en aquel
concierto .... Uno no puede olvidar a Selena cantando en Padrísimo, en
especial “Fotos y recuerdos” en marzo de 1995 con su increíble gracia y
carisma, o con su expresividad y esas miradas que nos dejaban helado
mientras interpretaba “Si una vez” en febrero de 1995, o con su aire de
artista inigualable en el video “No debes jugar” en 1993. Uno no puede
olvidar esa magistral interpretación en el programa “En vivo”, de
Ricardo Rocha, en noviembre de 1994. Uno no puede olvidar esos
conciertos de Monterrey, esa locura de la gente mientras Selena cantaba
“Ven conmigo” en la Feria 1994, el delirio de sus fans mientras cantaba
“Amor prohibido” en el programa “Siempre en domingo” con su pelo largo y
lacio con flequillo y su vestido rojo, o el carisma y el manejo
increíble del escenario cuando melena al viento con un peinado que se la
recordaría por siempre junto con su sexy vestido color crema
interpretaba “Techno cumbia”, mientras hacía entrar y bailar al
mismísimo Raúl Velasco, conductor del programa… Uno no puede olvidar
cómo se oía su respiración cuando se detuvo de golpe al final del tema
“Si una vez” en el Houston Astrodome 1995 para rematar con “Ese error …
Ese error … es cosa de ayer” con una increíble voz en el medio del
asombro y los gritos de admiración de su gente… Uno no puede olvidar su
canto y su baile interpretando “Baila esta cumbia” en 1993 en el
programa “Furia musical”, como también no se puede olvidar cómo se
trababa al hablar en español. Y, más aun, uno no se puede olvidar en
1992 en Monterrey mientras cantaba “Como la Flor” con su enorme gorro
oscuro. Y así tantos recuerdos que se sintetizan cuando Selena cantó
“Como la Flor” en el concierto “Estamos en Tejas” 1992 y luego invitaba
a tres chicas a que cantaran su versión de ese tema…
Son muchísimos los recuerdos, son muchísimas las imágenes, pero Selena
no llegaba sólo por su voz, por su talento, por su carisma, por su
personalidad … Selena llegaba al público por cómo era, por lo que decía,
por su esfuerzo, por sus ambiciones, por ser sencilla pero también
frontal. Por no conformarse nunca, por querer siempre mejorar, por
imaginarse que podía llegar a lo más alto en su carrera con honestidad,
franqueza y ganas. Que entendió que cuando triunfó en México, debía
aprender el español por respeto al público y lo hizo en muy poco tiempo.
Que tal vez en “Furia Musical” mostró con franqueza su sentir al
expresar que cuando ella tenía tiempo libre lo empleaba para cumplir con
sus proyectos, con todo lo que había soñado. Que no tenía ningún
inconveniente en decir que antes de formar una familia primero quería
poder cumplir con todo lo que tenía planeado en su mente, que a los 16
años en los Tejano Music Awards y ante su primer premio no pudo con su
genio y dijo “Agradezco a Los Dinos porque sin ellos yo no sería nada.
Cuando ellos ganan yo gano. Cuando ellos pierden … yo no los conozco!!!”.
Porque Selena era así y eso también formaba parte de su encanto. Selena
ganaba con su magia, con su áurea. Selena era una artista irresistible,
y deslumbraba por su canto y por su presencia. Y Selena lo sabía … Vaya
si lo sabía! … Y aunque tengamos que recurrir a un video casero en el
que dice “Odio que digan que soy la mejor porque odio que me digan la
verdad”, todos sabemos que se sentía la mejor porque así lo pensaba y
así se lo hacía saber su público, que se sintetizaba con aquellas
hermosas palabras que le prodigara la conductora del programa “En vivo”,
cuando le hizo saber a Selena que la gente no sólo la admiraba, sino que
la quería, y que siempre ese público necesitaba mostrarle no sólo su
cariño, sino también la necesidad de protegerla, de cuidarla…
Por eso, cuando se dio ese hecho difícil de entender, de explicar, de
aceptar, la gente reaccionó de esa manera. El público no reacciona de la
misma manera ante el mismo suceso protagonizado por diferentes personas.
La gente que la conocía a Selena se vio sacudida porque le quitaron lo
que tanto querían, lo que tanto habían buscado, lo que colmaba su
felicidad. Y los que no la conocían se conmovieron por alguien que si no
sabían en ese momento lo que significaba para tanta gente lo sabrían
después. De ahí la cachetada que recibieron todos, el llanto de tantas
mujeres, varones, niños, gente mayor. De ahí que la gente que tanto la
quiso sólo se aferró a lo que había dejado Selena para no olvidarla
nunca, para no dejarla sola, para aferrarse a la esperanza de que le
digan que todo fue un mal sueño, una pesadilla, un terrible sueño que no
se condice con la realidad, con una realidad de un mundo con felicidad,
de un mundo con Selena…
Y mientras tanto, la gente que quiere a Selena espera a Selena, escucha
a Selena, no acepta ese terrible hecho del que fue víctima sólo Selena …
sí, sólo Selena ... Y el público no lo hace porque evade la realidad,
porque ha perdido los cabales. No la acepta por Amor a Selena, por Amor
y agradecimiento a una artista sin igual que dio todo de sí para la
alegría y felicidad de su gente…
Por eso estoy aquí, Selena, para no aceptar tu partida, para esperarte
todos los días, para evocarte como ejemplo cuando mis días no son
felices … para demostrarte que siempre estaré aquí por ti para
recordarte, para quererte, para tributarte, para dejar tu nombre bien en
alto, para cuidarte, para acompañarte, para no dejarte nunca, nunca
sola!!!
Te quiere de todo corazón, ese corazón que es sólo tuyo…
Sergio Ernesto
Rodríguez Buenos Aires, Argentina
Date: February 28th, 2010
La única persona que
puede hablar de ti eres tú, Selena…
En aquel triste juicio hecho a esa persona que le quitó los sueños a
Selena, el defensor de la acusada buscó conmover al Jurado diciendo que
seguramente si Selena apareciera tras la puerta de ingreso al lugar en
el que se efectuaba el juicio, seguramente la abrazaría y la perdonaría.
Y no sólo eso: demostraría que ella siempre estuvo de su lado tratando
de protegerla y de defenderla, confirmando el accionar de Selena en
aquel nefasto día, en el que ella hasta acompañó paradójicamente a la
asesina al hospital … Cuando terminó su alocución, el Fiscal muy
atinadamente le respondió que seguramente si Selena apareciera por la
puerta indicada por el defensor, lo único que indicaría que tal juicio
no existiría y nada de lo que estaba pasando en esos dolorosos días en
Houston no tendrían razón de ser, pues Selena estaría entre nosotros…
A todo ello siempre se me ocurrió agregar que nadie sabría qué haría
Selena si apareciera en algún lado, en alguna circunstancia, en
cualquier momento. Se me ocurre que nadie está en condiciones sensatas
de decir qué diría, qué pensaría, qué diría de la asesina, qué diría de
lo que le sucedió. Tampoco me imaginaría si estaría alegre, triste o
enojada, o muy seria, como me lo sugiere aquel rostro rígido que se nos
presentó al final. Creo que nadie está en condiciones de ponerse en el
lugar de Selena para interpretar qué diría, que nos querría decir, cómo
reaccionaría, qué realmente pensaría. Y mucho menos imaginarse cuáles
serían sus movimientos, sus actitudes…
Creo que todos cuando vivimos esta experiencia tan triste de Selena,
quiere aferrarse a algo, imaginarse que nada ha sucedido, que Selena
aparecerá de todos modos, o que está presente en nuestras vidas a través
de todo lo que ha generado. Difícilmente podamos imaginarnos que uno o
que cualquier persona puede dar seguridad de su pensamiento, de cómo se
siente ahora, si es que está en algún lado. La realidad, la triste
realidad, nos indica que Selena no está entre nosotros, que no hay
manera de que ella nos pueda decir algo, que no hay manera de viajar en
el tiempo para impedir toda la locura que se ha hecho con ella. Que
cualquier interpretación que hagamos de su sentir y de su pensamiento,
siempre estará distante de su razonamiento y de sus sentimientos. Si no
hemos podido siquiera poder saber qué pasó aquel nefasto día, ¿cómo
podríamos saber qué haría hoy, qué diría hoy, que pensaría, dónde
estaría, qué mensaje nos querría dar? ¿Quién está en condiciones de
representar su Legado de Amor si asistimos al paulatino abandono de él
por parte de los que tienen el deber y la responsabilidad de hacerlo? ¿Quién
ha tratado de preservar su imagen ante tantas mentiras e intromisiones
de su vida privada han hecho? ¿Quién ha tratado de ser lo
suficientemente sincero como para aclarar lo que sucedió aquel nefasto
día?
Selena ha vivido una vida dura, ha padecido muchas cosas para hacerse un
nombre y un lugar dentro de la música. Todo lo logró a base de voz,
talento, carisma, pasión, personalidad y mucho sacrificio. Nadie le
regaló nada. Todo se lo ganó ella. Siempre tuvo la mejor cara ante tanta
adversidad. Siempre se ganó al público a través de lo que generaba en el
escenario. Jamás trató de inventar cosas, de armar escándalos, de hablar
de romances, de meterse en la vida de los demás, ni hablar de su vida
privada para obtener notoriedad. Selena se ganó el Amor de su gente con
su canto, con su don de gente, con su respeto al público, con su cariño.
Y siempre apartó su vida personal de la pública. Siempre dijo que tenía
tiempo para atender a los fans, que sólo pedía que esperaran un ratito
cuando estaba con su familia o ante el deseo de estar en su intimidad.
Selena supo respetar y ser respetada. Como nadie logró no sólo ser
popular sino ser querida. Logró lo que muy pocos logran y obtienen, y
fue de su exclusivo mérito. Algo que muchos desean pero no pueden
alcanzar…
Muchas veces me pregunto sobre Dios, sobre la justicia, sobre nuestra
misión en el mundo, por qué y para qué estamos aquí cuando veo el
destino de Selena, cómo se nos fue de este mundo, cómo pudo ser privada
de ser feliz, de vivir, de hacer lo que más deseaba, cómo no se le
permitió ganar y perder, acertar y fallar. Me pregunto cómo a un ángel
como Selena se le ha quitado de este mundo en manos de alguien tan frío,
despiadado y calculador, una persona absolutamente psicópata, que aplicó
por su propia condición neurótica la inteligencia para manipular, para
llamar la atención desde el anonimato, para hacer sentir culpable a
Selena y a todo los que estaban a su alrededor, para ganarse la
confianza de toda una familia con el único objeto de saber lo
suficientemente de cada uno de sus integrantes para conocer más de ellos
para manipularlos, para poder saber cómo atacarlos, como defenderse de
ellos, dónde golpearlos, cómo hacer que ellos actuaran de acuerdo a su
propia necesidad. Cuando veo todo esto me pregunto por qué se aplica más
la inteligencia para hacer el mal, para manipular, para ejercer la
violencia, para quitar la vida al otro. Me preguntó por qué parece más
fácil odiar, dominar, cobrar notoriedad desnudando miserias. Me preguntó
por qué es más difícil lograr el éxito y el respeto con honestidad, con
decencia, con trabajo, con ser un buen ejemplo para los demás. Me
pregunto por qué toda una vida sacrificada y honesta se borra de un
plumazo con una actitud malévola, miserable y despiadada. ¿Por qué
Selena se tenía que ir y se tenía que ir así? ¿Por qué alguien como
Selena no pudo llegar a ser la gran estrella reconocida en todo el mundo,
por qué no pudo hacer todo lo que había soñado, por qué no pudo vivir? Y
peor aún, ¿por qué Selena tenía que irse de este mundo y soportar que
luego esté en boca de mucha gente a través del escándalo y de investigar
impunemente su vida privada? ¿Por qué tanto Amor fue terminado a
disparos que nunca cesan, con un odio que siempre parece más duradero
que todo el cariño del mundo?
A veces cuando escucho y veo cómo mucha gente opina, cómo mucha gente
supone, cómo cada uno se siente con autoridad para meterse en la vida
privada de Selena, y para ponerse a analizar sobre lo hecho y lo no
hecho, me pregunto si alguien se acuerda que en esta terrible historia
hubo una víctima, sólo una víctima, y que esa persona a quien han
lastimado tanto no nos puede decir nada, no nos puede dar su parecer, no
nos puede decir qué pasó aquel nefasto día, no nos puede decir qué haría
si tuviera oportunidad de ver a su asesina, qué le diría a su familia,
qué le explicaría a su esposo, con qué calmaría y consolaría a sus fans.
Pero por sobre todo, Selena no puede defenderse de las barbaridades que
se dicen de ella, no puede decir cómo querría que la recordaran, que
querría que hicieran para sentirse homenajeada, tributada y amada. Nunca
lo sabremos porque insólitamente Selena nos dejó y nunca nos podrá
transmitir sus pensamientos. Y aunque quisiéramos pensar que nada ha
sucedido, una decisión insólita nos dio esa terrible posibilidad de ver
una última imagen, una imagen que seguro Selena no quería que se viera.
Una imagen que ella no pidió mostrar. Una imagen que demuestra que
Selena nada puede hacer frente a aquellos que opinan, blasfeman,
interpretan. Selena está allí sin poder hablar. Todos los partícipes de
esta historia pueden dar su opinión, defenderse de lo que dicen los
demás, demandar, enojarse, ponerse contentos, abrazar, amar, gritar, o
simplemente hablar. Selena no. Y eso es lo más triste de todo. Lo que
más querríamos que suceda no es posible que vaya a ocurrir. Y ésa es la
tristeza que nunca podremos sacar de nuestras vidas, de nuestras almas,
de nuestros corazones…
Siempre recuerdo lo terriblemente feo que es cuando uno es noticia por
una acontecimiento en un lugar, y al poco tiempo ser notorio por algo
tan triste y lamentable. Por estas épocas hace 15 años Selena
deslumbraba en el Houston Astrodome otra vez, y toda la ciudad hablaba
de ella, quedaba subyugada por ella, quedaba sorprendida y extasiada por
ella. Tan sólo unos meses después también se hablaba de Selena, pero
ella no era la protagonista. Ya no brillaban su figura, su voz, su
personalidad, su carisma, su estampa. Ya no primaba el Amor. Ya no había
risas, ya no había cariño. Ya la gente no se abalanzaba sobre Selena
para besarla, para agradecerle, para expresarle su cariño, para pedirle
un autógrafo. Ahora la gente se abalanzaba para sacarle una declaración
a la asesina, para encarar al Jurado, buscar una explicación en los
abogados y en los periodistas. Se abalanzaba para expresar odio, lamento,
consternación, llanto, impotencia. De golpe Houston vivió dos escenarios
en pocos meses. En uno, la protagonista era Selena. En el otro, las
figuras eran todas las personas que eran opacadas por la misma aparición
de Selena. En este otro escenario, se veían jueces, analistas, una
familia destruida tratando de recomponer algo imposible de lograr, y
otra familia con una gran puesta en escena defendiendo hasta el
paroxismo algo indefendible. En ese mismo otro escenario, los que
firmaban autógrafos eran los periodistas…
Me pregunto hoy en día qué hizo Selena para merecer esto. Me pregunto si
es posible que una persona sea sometida a una vida típica de cenicienta
con la terrible diferencia de que le quitan de un disparo el zapato que
se pudo calzar, o que en realidad llegó a poder calzar por tan sólo un
segundo ... Y que no contentos con lo hecho, le quitan todas sus
pertenencias que se supo ganar con Amor y sacrificio, y ni siquiera le
devuelven a su familia todo lo que les pertenece por derecho propio. Y
encima hablan mal de ella y mienten descaradamente con el pretexto de
decir “la verdad”. Me pregunto si una vida armada con tantas privaciones,
con tantos sacrificios, con vivir cada día ganándose el pan con el sudor
de su frente tenga este final. Me pregunto si nos alcanza toda una vida
nuestra entregada a Selena para devolverle todo lo que ella nos dio sin
que se lo pidiéramos. Me pregunto si el paso del tiempo, la necesidad de
parar de sufrir, el argumento de “hay que salir adelante”, justifica el
ir abandonando todo lo que ella construyó, si acaso está bien encerrarse
en el dolor, en el llanto, en el cariño, en el Amor propio para recordar
a Selena, y no hacer algo para reparar tanta pérdida, tanto dolor, tanta
locura, tantos errores. Me pregunto si no habría que hacer algo por el
honor de Selena cuando la asesina, no contenta con lo que hizo, sigue
destilando su odio hablando, disparando, blasfemando. Me pregunto si uno
puede estar tranquilo sabiendo que esa mujer y su familia tienen cosas
de Selena y las exhiben con aire desafiante a la Familia Quintanilla, a
los fans, a todo el mundo … y a Selena. Me pregunto por un instante qué
diría Selena si estuviera aquí. ¿Acaso no le molestaría? ¿Acaso no nos
pediría que hiciéramos algo por ella? ¿Acaso no haría lo que suponemos
que realizaría a juzgar por sus acciones reveladas en su corta vida?
Yo creo que deberíamos pensar más en Selena y no tanto en especular en
lo que podría llegar a decir. No sé si tiene sentido tratar de buscar
alguna señal de ella como si estuviera entre nosotros. Permitámonos, eso
sí, soñar con los milagros, con que por ahí ella aparece y nos da la
posibilidad de expresarle todo lo que quisiéramos decirle, y que nos
guardamos por 15 años. Tratemos de imaginarnos esa posibilidad y
brindémosle todo el cariño y el Amor que mereció recibir. Permitámonos
soñar en imposibles, pero no busquemos soluciones “terrenales”. Selena
no está entre nosotros y no tiene la posibilidad ni por sí sola ni a
través de ningún medio de decirnos nada. Si así fuera, ya hubiese hecho
algo para defenderse de tantas cosas que se dijeron de ella y que le
hicieron. Por eso pienso y reitero, una y otra vez, ante aquello que
dijo el Fiscal en aquel juicio en el que Selena estaba pero no era
protagonista, que no sé que pasaría si Selena apareciera, no sé qué
diría, no sé que haría, no sé cómo reaccionaría, no sé cómo nos miraría,
no sé qué rostro tendría. No sé qué haría con los dichos de la asesina,
no sé qué haría por lo hecho por su recuerdo a través de sus seres
queridos, no sé qué les diría a aquellos que la admiraban y querían
tanto … No sé. Puedo imaginármelo, pero no podría ponerme en su lugar,
no podría erigirme en su intérprete. Sólo escucharía y dejaría actuar a
Selena. No escucharía a nadie que la interprete. Ella es dueña de sus
actos. Sólo diría algo en función de lo que ella haría o diría...
Así como yo no entiendo para qué le preguntan a la asesina por lo
sucedido aquel nefasto día cuando la respuesta a ello está en lo que
ella misma dijo ese nefasto día mientras estaba parapetada en su
camioneta, tampoco entiendo por qué muchos no se fijan en lo que Selena
misma decía y hacía para recordarla con Amor. Nunca debemos olvidar que
Selena estaba sola en este mundo cuando se nos fue y lo peor que podemos
hacer es abandonarla, dejarla a merced de todos los que hablan por ella,
los que se creen sus intérpretes, los que se sienten con autoridad para
hablar por ella. Selena dejó un Legado invalorable y ese Legado habla
por ella, dice por ella. Lo peor que le podemos hacer es seguir
exhibiéndola, exponiéndola a situaciones en las que no nos puede decir
nada. Muchas veces los detractores de la familia, o los que critican
determinados recuerdos de Selena, suelen decir, para censurarlos, “dejen
a Selena en paz”. Paradójicamente, nunca lo dicen cuando habla la
asesina, cuando involucran a Selena en situaciones insólitas y
desagradables, o cuando algunos “interpretan” su pensamiento hoy, “donde
quiera que esté” … No necesito escuchar a Selena hoy para saber que lo
que menos quiere Selena es que la “dejen en paz”, pues ella no quiere
que la dejen sola de nuevo, no quiere que la abandonen, no desea que la
dejen de querer. Y además quiere que hagamos algo por aquellos que
utilizan en vano su nombre. Selena también quiere justicia, pues ella
nunca pidió que se metieran en su vida, nunca se metió en la de los
demás. “Dejarla en paz” es dejarla sola y eso es lo que menos quiere
Selena. No quiere vivir más aquel día nefasto…
Alguna vez alguien dijo que mejor que decir es hacer, y si queremos
hacer algo por Selena, si queremos saber qué diría hoy, qué haría hoy,
qué se supone que nos expresaría si estuviera aquí, entonces
contribuyamos a su recuerdo, hagamos algo por ella todos los días,
aprendamos a quererla, démosle el cariño que necesita y erijámonos en
sus mayores cuidadores ante todos los que hablan de cosas de las cuales
Selena nunca quiso hablar. Aprendámosla a cuidarla y a protegerla, a
darle nuestro abrigo, nuestro cuerpo mismo cuando ella no pueda
defenderse, cuando ella no pueda hablar … Y si realmente la queremos, no
nos podemos permitir guardarnos en nuestro propio dolor, en nuestros
propio llanto. Antes que nuestro dolor esté el dolor de Selena. Antes
que nuestros sentimientos está Selena. Selena está por encima de todos y
de todo. Selena nos necesita. Selena necesita que sea recordada,
necesita que siga sintiendo que su Legado está vivo, necesita que no sea
un nombre más que se olvida en el tiempo, que se confunde con otros, que
se esfuma, que se pierde con el soplo del viento. Selena no se merece
eso. Ya bastante sufrió, ya bastante padeció. Reparemos tanto dolor con
el Amor que siempre necesitó y quiso recibir…
Aprendamos a dar todo el cariño y el Amor a Selena del mismo modo que lo
hizo ella por nosotros…
Yo estoy aquí, Selena, para que recibas todo ese cariño que sólo tú
generaste, esperando que algún día tú, solo tú, nos lo puedas agradecer…
Te extraña, te quiere, te regala el corazón todos los días…